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martes, 28 de enero de 2014

SAN LÁZARO Y SAN PEDRO: HOSPITALES DE LEPROSOS Y PEREGRINOS DE SANTIAGO Y EL "CRUCEIRO DO HOME SANTO" DE BONAVAL

Llegando a San Lázaro, casco urbano de Santiago de Compostela
Bajando del Monte do Gozo, a escasísimos kilómetros de la catedral de Santiago, el Camino primigenio quedó cortado al pasar por el valle del río Sar las modernas vías de comunicación, por lo que ahora pasamos sobre él, encima del viaducto de la Ponte de San Lázaro, en el que se ha habilitado un buen paso peatonal para los peregrinos, viendo debajo nuestro el río y el intenso tráfico de la autopista, así como la línea férrea. Así es como entramos en el primer barrio netamente urbano de la ciudad de Santiago de Compostela, el de San Lázaro, patrón de los leprosos


Al pasar el viaducto entramos en San Lázaro por O Tangueiro, la pulpería más antigua de Santiago, con más de un siglo de existencia y donde todos los años, durante la romería de San Lázaro, patrón del barrio, se celebra la Festa da Uña, sirviéndose este plato, llamado en castellano manitas de cerdo, con bertóns (brotes jóvenes) de col,  dentro de una antigua tradición


Enfrente, al otro lado de la rúa de San Lázaro, una casa con puerta de arco de medio punto y blasón cincelado encima nos recuerda a los antiguos portazgos, como los que existieron en Santiago


En la zona se conserva el topónimo Peaxe


Al pasar enfrente vemos mejor el escudo sobre la fachada


Hay una pequeña cuesta y en esta bifurcación seguiremos a la derecha por la acera de la Rúa Ponte de San Lázaro. Estamos al lado del Palacio de Congresos y Exposiciones y bastante cerca del Estadio Multiusos de San Lázaro, muy conocido por los aficionados al fútbol, por ser el campo del equipo SD Compostela


Este es el Xardín do Pallote y en él el monumento al Templario Peregrino


Templario Peregrino, guerrero del Temple con casco, largo palo acabado en cruz, espada y escudo, erigido en unos jardines. Se dice que es el único monumento que existe en el mundo en honor a los templarios. Siendo su autor Santiago de Santiago. Año 1999


Por alguna razón que no sabemos, el templario ostenta una Cruz de Malta, símbolo en realidad de la Orden de Malta o de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, en vez de la Cruz Templaria, que pareceida pero es diferente. Si bien ambas órdenes religioso-militares, junto con otras, como la de Santiago o la de San Lázaro, se dedicaron a proteger a los peregrinos que acudían a los lugares sagrados de la cristiandad y disponían de hospederías para los romeros, santuarios y baluartes a lo largo de todos los caminos, también los de Santiago, tal y como tuvimos ocasión de comprobar desde el comienzo mismo de nuestra andadura.


Tal vez lo de las cruces sea un casual o tal vez represente que la Orden de Malta o de Rodas o de San Juan fuese una de las herederas de propiedades y encomiendas templarias tras su drástica disolución.
Fundamentalmente ensalza los episodios caballerescos de defensa del Camino y los peregrinos protagonizados por aquellas órdenes.


Continuamos la subida...



 A continuación vemos de frente al camino una "estrella caminante", la Estrella de Santiago, símbolo de la ciudad, pues una posible razón toponímica de Compostela  es el de Campus Stelae Campo de la Estrella (estela), si bien en verdad que existen otros posibles orígenes del nombre, como compositum, estercolero, abono, pudridero en general, tal vez relacionado eso sí con lugar de enterramientos. La palabra latina sería el origen de la palabra compostajetal y como conocimos en otra Compostela del Camino Primitivo la Compostela de Melide.


Los peregrinos se encuentran con ella de frente pero pocos conocen su significado


Llegamos a una rotonda


Vamos a bordearla por la izquierda


Cruzamos por el paso de cebra con la rotonda a nuestra derecha


Y llegamos ahora al Parque de San Lázaro


Allí veremos la famosa Porta Intineris Sancti Iacobi, enorme puerta de granito y bronce de 16,5 metros de alto. El Camino va a la derecha en la llamada Praza da Concordia, llamada así por acuerdo del Concello el 31 de marzo de 2005 dentro de la celebración de la Conferencia Mundial por la Paz, la Solidaridad y el Desarrollo a manera de homenaje a los peregrinos y estímulo a la convivencia



La puerta, de 16,5 metros de alto y obra de Cándido Pazos, es de hormigón con veinte placas de bronce que representan a otros tantos peregrinos ilustres o personalidades que fomentaron el Camino de Santiago, principalmente religiosos y reyes. El Camino había sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en el año 2004


Es una "puerta sin puerta" símbolo de la acogida de la ciudad a todo tipo de gentes que llegaron a lo largo de su historia. Debajo hay un círculo de piedras a manera de camino traídas desde poblaciones xacobeas, formando el Círcula da Vida


Tiene 16,5 de altura y en su base un círculo de piedras, traídas desde poblaciones camineras, forma el Círcula da Vida. Es obra de Cándido Pazos. Alguna de las figuras que miran de frente al Camino...





Las grandes letras SANTIAGO DE COMPOSTELA y el monumento detrás, invitan a la fotografía...


El Camino bordea también la Praza da Concordia siguiendo la acera


Allí está la composición de letras sobre soporte metálico con el nombre de Santiago de Compostela donde muchos peregrinos se hacen fotos


En la actualidad es común verlo así, con las letras llenas de pegatinas y con botas, playeros, pañuelos, etc, atados a su estructura o colgando


Seguimos por la acera, entre la Praza da Concordia y la rúa de San Lázaro


Estas señales jalonan el recorrido por la ciudad. A la derecha, la señal viaria de Santiago es otra referencia fotográfica muy usada para inmortalizar la llegada...


Parada para la foto


Fotos en cada cartel que ponga "Santiago"


Otra rotonda


Cruzamos la rúa de Miguel de Ferro Caaveiro


A nuestra derecha el Museo Pedagóxico de Galicia


 Museo destinado a salvaguardar y difundir el patrimonio de las escuelas de Galicia y su historia


Mientras, la oferta de donde comer, donde comprar, donde dormir, se incrementa notablemente a cada paso que damos. Por mucha placidez romera con la que vayamos es el ritmo trepidante de la gran ciudad


La acera es una gran explanada


Además de tráfico suele haber bastante tránsito de peatones. Hay tiendas, oficinas, hostelería y bloques de edificios de pisos


Otra rotonda


Cruzamos la rúa de Clemente Fernández Sarela


Y continuamos todo recto


Es una continua subida, si bien poco pronunciada


Aquí a la derecha, donde hay diferentes sedes de consellerías de la Xunta de Galicia, se han localizado señales del emplazamiento de la fundación de dio nombre al barrio, la Malatería de San Lázaro, hospital de leprosos fundado en el año 1149 en un lugar en el que estos ya se recogían, haciendo sus propias cabañas, tiempo atrás. Era un hospital para hombres, pues las leprosas iban a otro ubicado en Santa Marta, al sur de la ciudad. Tenía capilla, hospital y cementerio, estando en funcionamiento hasta que en 1886 se construye justo en la quinta que veremos a continuación, el nuevo hospital de la Diputación Provincial. La capilla, muy reformada, fue demolida dado su estado en 1925 y para sustituirla se construyó la nueva iglesia de San Lázaro, al otro lado de la calle, que también vamos a ver ahora. Aunque desaparecido el hospital su ubicación era bien sabida por lo que, cuando se hizo este edificio en el año 2002 se realizó una excavación que halló los cimientos de los edificios hospitalarios


Esta es la parte antigua del barrio, con sus casas, comercios y tascas populares


Se acaba la cuesta


Y ahora a la derecha vemos lo que fue el antiguo hospital de la diputación que sustituyó al de la malatería. Ahora es sede de diversas entidades



En su jardín hay un cruceiro


Filas de viviendas históricas del barrio


Aquí a la izquierda también, alguna restaurada


Al fondo vemos ya la nueva iglesia de San Lázaro


Templo construido en 1924 con proyecto del arquitecto J. López Rego, en estilo modernista, que guarda la memoria del desaparecido hospital de leprosos de esta advocación


La lepra o pelagra, mal de la rosa o de San Lázaro, era una de las enfermedades más temidas de la antigüedad, junto con la peste, por las terribles deformidades que ocasionaba en los afectados, por lo que el amparo y cuidado a los leprosos se tenía por uno de los actos supremos de caridad cristiana. De ahí viene que nobles y reyes, obispos y abades, órdenes religiosas, fundasen o ayudasen a su mantenimiento. Incluso hubo hospitales de peregrinos que centraron su actividad en atender a los malatos


A pesar del miedo al contagio se sabe que no siempre tuvieron los leprosos o malatos un aislamiento estricto, pues se ubicaban muchas de las malaterías o leproserias en lugares muy transitados, los caminos principales, por los que transitaban continuamente viajeros, arrieros y peregrinos. Cierto es que muchos casos no eran exactamente lepra sino otras enfermedades de la piel que, por desconocimiento, se tenían por dicho mal


El tratamiento solía ser una mejora en la alimentación y cuidados tales como el baño en manantiales de fuentes salutíferas, pues médicos, tal y como hoy los conocemos, casi no había, aunque sí disponían estos hospitales de leprosos, como los de peregrinos, de algún hospitalero o mayordomo que organizase su vida, rentas, reglas y existencia, incluso algún otro personal al cargo


Casa de gigantesca chimenea


Buena parra en una fachada


Siguen las hileras de casas populares a ambos lados de la rúa, conservando la impronta caminera de este barrio que es, hoy como ayer, una de las principales entradas de Santiago


Esta rúa de San Lázaro es la N-634, que viene de San Sebastián por toda la cornisa cantábrica, aprovechando en algunos tramos, como este, el trazado del antiguo camino


Es una larga recta por una calle muy ancha que soporta un tráfico intensísimo


Hay también algunos bloques de casas más modernas


Cruzamos la rúa de Roma


Y seguimos todo recto por la de San Lázaro. Además de comercios y hostelería vemos ya multitud de anuncios anunciando albergues, hoteles y pensiones


Hay buenas aceras


Casas unifamiliares de antaño


Nuevas urbanizaciones: llegamos a una bifurcación y tomamos a la izquierda la rúa do Valiño


Vemos otra rotonda con un gran obelisco...


Cruzamos la rúa de París y vamos al Xardín do Valiño, barrio de As Fontiñas


Grandes y populosos barrios en la expansión urbana más reciente de la ciudad


Seguimos así la rúa do Valiño junto a este hermoso parque. El barrio moderno empezó a construirse con los años 90 del siglo XX, inaugurándose en 1993 su Área Central, corazón del lugar. Si diseño le hizo ganar el Premio Philippe Rottier de arquitectura


Pisos y hoteles


A la derecha está el CEIP Monte dos Postes


Parada del autobús


Paseo de farolas


Y filas de árboles


As Fontiñas, otro de los barrios de Santiago en el Camino. Seguimos calle abajo cruzando la rúa de Lisboa


Estas rúas, algo más tranquilas, son también muy amplias y con buenas aceras, sobre todo a la izquierda, por donde suelen ir los peregrinos


Son casi todo edificios de pisos, si bien no muy altos, quedando alguna casa de las de antes.


Parque del Monte dos Postes


Césped y arboledas


Llamativa fuente...


Y aquí un monolito


Encuentro Rotario Internacional del Xacobeo 2010


Curva a la izquierda en la calle


Zona de juegos


Ante nosotros ahora Os Concheiros


A nuestra izquierda busto en homenaje al líder uruguayo José Gervasio Artigas en la Praza do Uruguay


Vista de la Cidade da Cultura al lo lejos, complejo cultural diseñado por Peter Einsenman, cuyas obras se iniciaron en el año 2001 en la ladera del Monte Gaiás. La impresionante obra, de varios edificios, así como los cambios políticos, las crisis, los problemas constructivos, y los inmensos sobrecostes han hecho de ella no solo un emblema cultural sino también un símbolo de una época de obras faraónicas en la reciente historia española


Y dejando la Praza do Uruguay, cruzando la rúa de Altiboa pasamos de la rúa das Fontiñas a la rúa da Fonte dos Concheiros. Los concheiros eran los antiguos vendedores de las conchas del peregrino, traídas de las playas de Fisterra
 .

Antaño, una fuente en este lugar del antiguo extrarradio debió dar origen al topónimo


Siguen pasando los romeros, a dos kilómetros escasos de la Praza do Obradoiro


Y aquí salimos a la confluencia de esta rúa con la Avenida de Lugo y la rúa de Rodríguez de Viguri, muy cerca de la Estación de Autobuses de Santiago


Las indicaciones verticales en el casco urbano son de gran ayuda


Para hacernos una idea, nosotros hemos de ir justo allá de frente, siguiendo la rúa dos Concheiros entre aquellas filas de edificios, podríamos cruzar el paso de peatones a nuestra derecha y luego el de la rúa de Rodríguez de Viguri o bien, tal y como indica la señalización, seguir adelante por esta misma acera


Aquí a la izquierda bajamos un poco


Y llegamos al célebre bodegón Os Concheiros, célebre por su gastronomía gallega y que antes estaba en el bajo que acabamos de dejar atrás


Una buena oportunidad para disfrutar de estos manjares...


Aquí cruzamos la rúa de Berlín, viendo a lo lejos el Xulgado


Al otro lado de la acera subimos hacia la Avenida de Lugo


Llegamos al paso de peatones, donde están esos árboles


Y cruzamos la avenida, yendo al otro lado a la derecha


Subimos un poco más y vamos al fondo a la izquierda


A la izquierda, viendo de frente el Colexio Juventud


Y ya tomamos la rúa dos Concheiros de frente


Un poco más atrás, para los que cruzaron por el otro lado, aún se conserva uno de los viejos mojones del Camino


Es esta otra calle con numerosos comercios, bares, cafés y albergues de peregrinos


El suelo de la calzada está adoquinado pero pasan bastantes vehículos, es el acceso directo a la Praza do Obradoiro


Tiendas y terrazas


Más albergues


Unos pivotes evitan que los coches invadan la acera


Cruzamos aquí la Corredoira das Fraguas, donde antaño estuvieron las fraguas de los ferreiros, fuera de la ciudad, para evitar incendios


Pasamos junto a la parada del autobús



Y cruzamos ahora la rúa da Cruz de San Pedro


Esta es A Cruz de San Pedro, emblemático cruceiro, en una de las entradas históricas a la ciudad, no muy lejos ya de la Porta do Camiño, llamada así por ser una de las eixtentes antaño en las antiguas murallas de Santiago


Cristo Crucificado y la Dolorosa


Tomamos aquí la rúa de San Pedro, formada mayoritariamente por edificios urbanos populares construidos entre el siglo XVII y principios del XX


Balcones, galerías, algunas son moradas altas y estrechas, de varios pisos, abajo pueden estar los portales pero lo común era que tradicionalmente hubiese tiendas, bodegas-almacén, tahonas, tascas y talleres, según la disposición tradicional, que en buena parte se sigue manteniendo


Otras son de bajo más planta, también arriba era el espacio destinado a vivienda y abajo para atender al público. En esta calzada de un tanto sinuoso trazado, lo que evidencia su antigüedad, convivían artesanos, comerciantes y posaderos


Con grandísima emoción empezamos a ver desde esta rúa una de las torres de la catedral, en concreto es la torre llamada del Reloj o Berenguela, al igual que su campana de 14 toneladas que da las horas, obra impulsada por el arzobispo Berenguel Landoira, quien mandó construirla en el siglo XIV. Entre 1676 y 1680 le fueron añadidas dos plantas más y fue embellecida por el maestro mayor Domingo de Andrade. Bajo ella todas las noches puede verse la aparición del célebre Fantasma del PeregrinoJusto a su izquierda se ve una torre cuadrada más pequeña, esa no es de la catedral, es de una de las dos torres que iba a tener la iglesia de San Agostiño, al lado del actual mercado, pero fue destruida por un rayo en 1788


Si bien las escenas de júbilo la verlas son cada vez más raras, siempre se escapa en este momento algún grito de emoción a muchos peregrinos, según siguen caminando por esta rúa de San Pedro, que empieza una suave bajada


Altas galerías sobre esta calle de adoquinado suelo


Vamos a sacar fotos: ya estamos viendo otra torre, si bien tampoco es de la catedral


Es la otra torre de la iglesia de Santo Agostiño, que quedó sin rematar. El templo fue construido a mediados del siglo XVII por Fernández Lechuga con una donación del Conde de Altamira al convento que fue de la Orden de los Agustinos Descalzos



Hermosas balconadas y fachadas de piedra...


La rúa tiene no pocas veces mucho tránsito de gentes, peregrinos y vecinos. Las aceras se estrechan pero al menos no suele haber demasiado tráfico, normalmente, es prácticamente una calle semipeatonal



Pese a que no es el tráfico de una avenida la angostura en ciertos tramos requiere de nuestra atención ante el paso de vehículos


Es aquí donde se han puesto algunos pivotes para que los coches no se metan por la acera


Seguimos admirando este verdadero "museo de históricas fachadas"


Sigue la bajada de San Pedro


Según vamos bajando van ocultándose a nuestra vista las torres


Pero a cambio, en este ángulo vemos asomar una de las torres barrocas de la fachada de la catedral que mira al otro lado a la Praza do Obradoiro, en concreto la izquierda vista desde aquí, conocida como Torre de las Campanas, la primera que se hizo, dentro de la gran reforma del siglo XVIII de Fernando de Casas Novoa. En la anterior torre románica se guardaron en la Edad Media el obispo Xelmírez y la reina Urraca de una turba enfurecida que para hacerles salir quiso prender fuego al edificio. El obispo escapó pero Urraca fue atrapada y vejada por la muchedumbre pero, consiguiendo escapar, se pone al frente de sus ejércitos y asedia a la ciudad, que se rinde y es sometida a gran represión


Y ahora asoma a su derecha a su vez la otra torre "gemela" barroca, la Torre de la Carraca, denominada de esta manera por ser donde suena este instrumento en Semana Santa, cuando callan las campanas en señal de duelo por la muerte de Jesús. La leyenda dice que su sonido espantó a un cercana partida francesa durante la invasión napoleónica, marchándose pues pensaron había estallado un gran motín


Entre las dos torres d ela fachada barroca se ve también un poco el cimborrio sobre el altar construido entre y 1663 y 1667 por Peña de Toro y reformado en 1671



Fue esta antaño una verdadera rúa mayor de la ciudad que, al crecer extendiéndose fuera de su núcleo originario, vio nacer nuevas calles y avenidas comerciales, No obstante en la rúa de San Pedro sigue habiendo bastante actividad de tiendas y bares, muy favorecida por el paso de peregrinos


Tomamos este tramo recto con pivotes a ambos lados


Y luego va esta curva a la derecha, pero antes de seguir quisiéramos hablar de una pequeña plaza que tenemos a nuestra izquierda


Es la Praza de San Pedro, apacible plaza cuadrada con árboles ante la que sacan sus terrazas los bares de la zona


San Pedro, plaza y rúa, reciben su nombre el templo aquí existente, donde contemplaremos el santuario de esta advocación, estilo neoclásico pero que se piensa su antecesor fue un posible edificio medieval del siglo IX erigido más allá de las viejas murallas. Según ello habría sido construido siendo obispo de Santiago Sisnando I entre los años 877 y 920. Más segura es la fundación aquí de la abadía benedictina de San Pedro de Fóra en el siglo XI, llamada así (fuera, fuera de las murallas) para distinguirla del santuario de San Pedro de Ante-altares situado dentro de la cerca medieval al lado de la catedral. Se trataba por lo tanto de una de las primeras comunidades monacales asentadas en Santiago relacionadas con la atención al culto del Apóstol, junto con San Martín o San Martiño y San Paio, al lado del lugar donde aparecieron sus restos. Esta antigua abadía, entonces rural, ocupaba el solar del actual templo y subsistiría entre otras cosas de cobrar, al menos desde el siglo XX, rentas a los vendedores de conchas, concheiros, del cercano barrio de este nombre


En el siglo XV las reformas de los Reyes Católicos y del Papa Urbano VIII supusieron el final de la vida monacal. La relajación de costumbres y la centralización monástica encaminaron la actividad conventual al monasterio de San Martiño Pinario, al norte justo de la actual catedral, a donde pasaron sus rentas y monjes, si bien se instalaron algunos capellanes para mantener el culto. Así empezó un tiempo de decadencia, si bien se sabe fue mandado reconstruir en 1631 por el obispo Diego Vela Becerril, pero poco duró la obra nueva pues en 1667 es el Cabildo quien denuncia su nueva ruina así como la usurpacióm de sus imágenes. Aunque dos benefactores particulares, Simón Suárez Berbetoros y Tomasa de Luaces, desearon ampliarla, a finales del siglo XVIII ya no se podían celebrar aquí los oficios religiosos dado su franco deterioro, llegando a rebajarse paredes y techo para evitar su derumbe. En 1842, ya sin tejado, se instó por parte del Ayuntamiento a su derribo,  pero al no hacerse y caerse parte de la estructura en 1854, fue derribada definitivamente y en su lugar se construyó la actual capilla. Con sus piedras se enlosó la Praza da Quintana, al pie también de la catedral de Santiago, así como la calzada desde la Porta Faxeira a la Alameda


Hasta ese siglo XIX su campo fue empleado como cementerio, en 1962 se hicieron estudios arqueológicos a cargo de José Guerra Campos y a principios del siglo XXI excavaciones arqueológicas en las que se hallaron cimientos de la iglesia románica y enterramientos desde el siglo IX de frailes y peregrinos inhumados en el antiguo monasterio, pues tuvo hospedería para los romeros, dándoles servicio desde mucho antes que se construyese del Hostal dos Reis Católicos en el siglo XVI. La reurbanización del año 2004 recupera en el tamaño y forma de la plaza las dimensiones de la desaparecida construcción medieval, así como con losa rojiza se señala ese camposanto


De la Plaza regresamos al Camino, a la rúa de San Pedro,  que sigue la bajada en esta curva. Esta veneración no es casual, la Xacopedia nos informa que desde el primer momento se quiso vincular en Compostela el culto a Santiago con San Pedro, lo que no dejó de levantar serias suspicacias en otro gran centro de peregrinación de la cristiandad, San Pedro de Roma. Ya al descubrirse los restos de Santiago o los que por tales se tiene, se construye un primer templo dedicado a San Pedro, a los que seguirán otros más tal que este de San Pedro de Fóra, apoyado en el siglo XII por Diego Xelmírez


No es casual pues que en tiempos de ese obispo el Codex Calixtinus destaca a San Pedro, San Pablo y Santiago el Mayor como los discípulos favoritos de Jesús, considerándolos las Tres Columnas de la Iglesia, una idea que llevaba latente tiempo atrás. La propia evangelización de Hispania sería entonces indirectamente obra también de San Pedro y San Pablo al habérsela encomendada a Santiago, e incluso se habla que ambos en algún momento estuvieron en la Península. Sea como fuese la teoría de las Tres Columnas fue atacada por Roma pues casi planteaba una paridad entre las tres sedes, Santiago en occidente, Roma en el centro y Éfeso (San Juan) en el oriente. Ya en el Concilo de Reims, en fecha tan temprana como 1049 León IX excomulga al obispo compostelano Gresconio por ello, pues empleó el título Episcopus Iriensis et Apostolice Sedis, llegando incluso a temerse un cisma


Se hace más suave la bajada por San Pedro, vendo ya al fondo la confluencia con la rúa das Rodas, por donde cruzaremos a la Porta do Camiño entrando en lo que fue el Santiago antiguo, el intramuros. En este último tramo de la calle podríamos decir que se incrementa aún más la presencia de comercios, bares, restaurantes y cafés


No nos resistimos aquí a transcribir las emotivas líneas de Tamara Montero dedicadas a su barrio y escritas en La Voz de Galicia el 21 de mayo del año 2014...

"Yo, que crecí al abrigo de Os Concheiros y la calle Betanzos, que hice la primera comunión en la iglesia de la Angustia y aprendí a leer y a multiplicar en el colegio de las Fraguas. Yo, que recuerdo a Daniel haciendo magia con los zapatos en la rúa de San Pedro, las partidas del Cruceiro y que el parque más cercano con columpios era el de A Trisca. Yo, que pasé veranos enteros corriendo por el Don Bosco y tenía (todavía tengo) como punto de encuentro la Cruz. Yo. Yo no puedo. No quiero. No debo ser objetiva con esto. Lo que vengo a contarles es que he crecido en el mejor barrio de Compostela. Me atrevería a decir, aunque me linchen, en el mejor barrio de Galicia. En el mejor de Europa. En el mejor del mundo. Yo soy hija de los Estados Unidos de San Pedro, de Quiroga Palacios a la rúa do Home Santo. De Belvís a Bonaval"



La línea de edificios de elegantes balcones, algunos floridos, de escaparates, de galerías, se extiende por toda la rúa


Es nuestra verdadera "calle mayor", como en algún momento lo fue, para dirigirnos al corazón de la ciudad



En este sector predominan la fachadas blancas...


Al fondo casi se ve ya la Porta do Camiño, aunque de la vieja puerta de la cerca ya no queda nada, sí el nombre y el lugar


Antes, a la derecha, nos acercamos a una importante plaza


Es la Praza del 8 de Marzo, ya en la unión con la rúa das Rodas


Es la Praza del 8 de marzo, donde, presidiendo un lugar de encuentro y terrazas hay un viejo cruceiro de notable historia y centro de una de las leyendas del Camino...



Es un cruceiro del siglo XIV que representa escenas de Cristo camino de la Cruz, y es llamado Cruceiro do Home Santo por Juan Tuorum, protagonista una tradición legendaria en la que aparece señalado como uno de los cabecillas de una revuelta vecinal acontecida en el siglo XIV contra los abusos jurisdiccionales eclesiásticos, cuando llegaron a arrojar al suelo el estandarte apostólico, obligando al entonces arzobispo Berenguel de Landoira (el de la torre Bereneguela de la catedral) y a todo el cabildo catedralicio a exiliarse en Pontevedra durante dos años pero, consiguiendo regresar con todo su poder emprende una dura represión que alcanza al citado Juan Tuorum, al parecer injustamente pues se debe, siempre según la leyenda, a un delator que quería vengarse de Juan, ya anciano, por causa de un desamor con su hija


Prendido en su propia casa y condenado a muerte, se dirigía por aquí conducido desde la cárcel al cadalso, en macabra comitiva para ser ahorcado, a la vista de las gentes, en el Monte Ouriz o da Almácida, a donde se subía por la actual Costanilla do Monte. En esta zona, antiguo barrio de O Gozo, había una capilla dedicada a la Virgen de Belén con una imagen de gran veneración, donde los reos se paraban para rezar sus últimas oraciones. Ante ella se arrodilla llorando Juan Tuorum diciendo en gallego antiguo "Vem et me-val" ( "ven e váleme", ven y sálvame) y, ante la sorpresa de todo el mundo, cae desplomado y los soldados del obispo no pueden reanimarlo: ha muerto antes de pasar por el trance, la humillación, el dolor y la deshonra de ser ejecutado públicamente. Se piensa que por intercesión o milagro de la Virgen a la que se encomendó, mitigando tan grave escarnio. Un perfume bien oloroso, casi de santidad, expele su cadáver. El pueblo de Compostela, asombrado, empezará a gritar "é un santo, é un santo", siendo enterrado entonces en la misma capilla y siendo puesta una lápida con su epitafio, lápida sobre la que se levantó este cruceiro. Con el tiempo el lugar sería conocido como Bonaval, del "ven et me val" que exclamó Juan antes de morir


La leyenda tiene, todo hay que decirlo, una base real, cuando Berenguer de Landoira, derivación de Berengar de Landoire o Landore, maestro general de los dominicos, quien llegó desde la sede papal de Avignón en 1318, el mandato que tenía del Papa Juan XXII, su amigo, era poner orden en esta archidiócesis pues, como en otras ciudades y villas, la naciente burguesía local estaba disputando el señorío eclesiástico, una misión para la que parecía bien capacitado pues en aquel momento participaba en las negociaciones de paz entre Francia y Flandes. Lo cierto es que las cosas estaban peor de lo que tal vez parecía, los burgueses, encabezando una oposición vecinal, querían otro prelado más afín y, encabezados por Alfonso Suárez de Leza, llegaron a impedir que se instalase en el palacio arzobispal, habiendo de refugiarse en fortalezas próximas desde 1318 hasta 1320 cuando, a finales de ese año y durante unas duras negociaciones en uno de sus castillos de residencia, A Rocha Forte, cerca de Santiago, son asesinados los cabecillas de la rebelión, a lo que siguió una dura represión. El enérgico arzobispo fallecería diez años después en campaña contra los musulmanes en Andalucía. Si bien su mandato posterior suele considerarse de los más fructíferos para la ciudad y las peregrinaciones, la leyenda le ha dejado un poso de crueldad de tan agitada época


Salimos ya a la rúa das Rodas, de frente a la Porta do Camiño, que tenemos enfrente, en la línea de casas emplazadas donde estaban las antiguas murallas de Santiago


Aquí, según nos dirigimos a cruzar a la Porta do Camiño y rúa das Casas Reais por el paso de cebra de la rúa de Aller Ulloa, las losas del suelo muestran la frase, escrita en diferentes idiomas, "Europa nació en las peregrinaciones a Compostela"



Justo aquí, si miramos a nuestra izquierda y, más arriba del Cruceiro do Home Santo, veremos el antiguo convento de San Domingos de Bonaval, sede ahora el Museo do Pobo Galego y Panteón de Galegos Ilustres, muy cerca del Centro Galego de Arte Contemporánea, abiertos ambos edificios a una plaza, también de San Domingos, antiguos terrenos monacales, que mira directamente a la Porta do Camiño. Una tradición piadosa atribuye su fundación a Santo Domingo de Guzmán en 1219,  pero la peregrinación e intervención del santo revelan ser otra leyenda más que una realidad. Leyenda que continúa haciéndose palpable pues en el siglo XIV se construyó un pórtico gótico con una inscripción dedicada al protagonista de la leyenda de Bonaval:

"esta image he aqui posta por alma de jhan tuorum"

El pórtico está situado en la capilla de la Virgen de Bonaval, trasladado en el s. XIX a A Lavacolla y regresando en 1970 aquí, donde se sitúa la entrada al cementerio del Rosario, donde descansan los restos de los miembros de la cofradía de esta advocación, fundada por familiares del conde de Altamira en 1504, la cual tiene una capilla en el interior de la iglesia. Este cementerio fue añadido al General de Santo Domingo en 1847, hoy en el Parque de San Domingos de Bonaval. La iglesia es de estilo gótico-renacentista y alberga el Panteón de Gallegos Ilustres. Dispone de varias capillas y preciados retablos, siendo panteón de linajudas estirpes.  El convento se reconstruyó a partir de 1695 por mano de Domingo de Andrade siendo su impulsor el Arzobispo Antonio de Monroy, cuyo escudo ostenta la fachada, así como la imagen de Santo Domingo. La torre se atribuía al mismo arquitecto pero pudiese ser inspiración de Fernando de Casas Novoa, también al cargo de numerosas obras aquí y en otros monumentos de Santiago, destacando la fachada barroca de la catedral. Sí es más seguro que la triple escalera helicoidal del interior convento sea obra cierta de Domingo de Andrade. El claustro es obra algo anterior, pues fue encargada su reforma en 1621 a Leonel de Avalle, sustituyendo al antiguo claustro medieval. Con la Desamortización de 1836 el convento pasó al concello, llegó planearse derribarlo para hacer cuarteles pero fue salvado y destinado a hospicio por mediación del arzobispo Vélez que, en 1945, tenía también colegio de ciegos y sordomudos, luego fue desocupado y así quedó un tiempo hasta que se destinó en 1963 a museo municipal, cediéndose en 1977 al Patronato del Museo do Pobo Galego


Tras conocer estas historias y monumentos del Camino, cruzamos hacia la Porta do Camiño, allí donde según las leyendas vivía el legendario Juan Turoum "O Ferreiro da Porta do Camiño", con la sensación de saber un poco más del espíritu, la esencia y la idiosincrasia de los rincones por los que pasa nuestro periplo peregrino, rumbo ya a la rúa das Casas Reais y de la Capela das Ánimas












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