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viernes, 24 de enero de 2014

SANTA MARÍA DAS AREAS Y EL CRISTO DE FISTERRA: EL ESPADAZO DEL VIKINGO Y EL "SANTO DA BARBA DOURADA" EN EL CAMINO AL CABO


Nosa Señora das Area
En el final casi del trayecto hacia el promontorio del Finis Terrae, saliendo de la villa de Fisterra por la carretera que nos lleva al faro y a la punta del cabo, hallamos, sobre la playa de Corveiro, la iglesia de Santa María o Nosa Señora das Areas (las arenas), con un cruceiro en el Camino. Es la iglesia en la que se venera al Cristo de Fisterra, la que fue durante siglos el santuario dedicado a Jesucristo, Hijo de Dios, más occidental de la Cristiandad, al que venían numerosos peregrinos luego de llegar a Santiago de Compostela para, luego de visitar al Apóstol, honrar al Señor en su iglesia más cercana al Fin de la Tierra, el Finis Terrae, llevando a su regreso como muestra las conchas de vieira de la Praia da Langosteira, muestra palpable de haber estado en estas tierras del confín del mundo conocido en occidente a lo largo de milenios y que se convirtieron en el emblema por antonomasia de los caminos de Santiago

  
Algunos investigadores sostienen que se encuentra sobre lo que fue un castro galaico por lo que estaríamos ante una cristianización de un nemeton o antiguo lugar de culto pagano. El cruceiro gótico de Santa María das Areas está considerado de los más destacados de Galicia y se compara al de Home Santo en Bonaval, al lado del Camino Francés que entra en Santiago de Compostela


Independientemente de los demostrados asentamientos anteriores, la primera vez que se documenta el nombre de la población con un escrito es debido a una donación testamentaria del año 1199 de Urraca Fernández, hija del conde de Traba, en la que se menciona a la eclesie Sanctee Marie de Finibus Térre. Su estructura actual presenta una parte original románica del siglo XII, junto con elementos góticos producto de las reformas de los siglos XIV y XV así como en el interior capillas renacentistas y barrocas. En este lado norte están el baptisterio o capilla de Santa Lucía, la capilla gótica del Carmen y la Purísima y la barroca del Santo Cristo, de planta cuadrada y con cúpula (a la izquierda de la foto)


La iglesia fue construida en un momento en el que la villa de Fisterra crecía con las peregrinaciones y una vez que había pasado lo peor de las invasiones marítimas protagonizadas por vikingos y sarracenos, cuando la población se asentaba sin tanto temor en la primera línea de costa de los puertos naturales que constituían los fondeaderos al amparo de las rías


Aquí están el baptisterio o capilla de Santa Lucía y a su izquierda A Porta Santa, que se abre en Año Santo Xacobeo a los peregrinos, aunque el culto de los romeros parece habese centrado en origen en el mítico santuario de San Guillerme, cuyas ruinas, pues quedó destruido en el siglo XVIII, se conservan en lo alto del Monte do Facho, quizás también cristianizando el solar del Ara Solis, o paraje de culto al sol conocido desde la más remota antigüedad, relacionado asimismo con la fertilidad, pues al leito do santo acudían las parejas para concebir hijos.


Se trata de una puerta que se abre en esos años santos a los peregrinos, un ritual similar a la existente en la catedral de Santiago. Es de un estilo gótico tardío, unos lo llaman Egas y otros manuelino. Presenta los escudos de los Feijoo y los Recamán


No obstante el edificio de Santa María das Areas no presenta las características propias de una iglesia de peregrinación, ya que es problable que la existente en lo alto del Monte Facho, próxima a la punta del cabo y donde hubo un pequeño poblado, sí fuese el destino final original de los peregrinos en estas tierras hasta su abandono, sospechándose incluso que pudo construirse aprovechando los muros de un hospital de peregrinos aquí existente anteriormente, lo que sería la razón de su extraña estructura constructiva


No sabemos nada de las vicisitudes del primitivo hospital pero debió haber un tiempo que estaba extinto y sin servicio, sino no se explica la afirmación del peregrino alemán Sebastian Ilsun quien escribía en 1446 que "Allí entregué al prior mi carta de recomendación, él se preocupó mucho por mí, de lo contrario hubiera dormido en la calle", lo que delata que hubo de alojarse en una casa particular


Sí sabemos que el hospital se refundó no mucho después, en 1479 y que durante dos o tres siglos estuvo bien atendido y con rentas que aseguraban su subsistencia. En el siglo XVIII, y con la disminución de las peregrinaciones, se registra su decadencia, así como que daba limosnas a los pobres de Fisterra


Aquí está la portada principal, románica, que como es lo habitual mira al oeste. Con arcos de medio punto y columnas con bases, fustes con cierta ornamentación labrada y capiteles de tema vegetal. Una cenefa ajedrezada recorre la parte superior de la arquería


Aquí está la portada principal, románica, que como es lo habitual mira al oeste. Con arcos de medio punto y columnas con bases, fustes con cierta ornamentación labrada y capiteles de tema vegetal. Una cenefa ajedrezada recorre la parte superior de la arquería


La iglesia es un edificio de piedra de granito abundante en las canteras de la zona, es de nave central con contrafuertes, cubierta con techo de madera y teja roja.



La primitiva fábrica dejaba un templo de planta de salón, cuadrangular. Los añadidos de sacristía y capillas transformaron su aspecto primitivo



Aquí, mirando al Camino, tenemos la capilla mayor, que conserva partes de su hechura originaria del siglo XII, como loa ventana románica, si bien es básicamente gótica del siglo XIV



En el siglo XVII se hizo a su lado la ya mencionada capilla barroca dedicada al Cristo de Fisterra de honda veneración en toda la comarca, fiesta grande el Domingo de Resurección de la intensa Semana Santa Fisterrana. Fiesta de Interés Turístico Nacional


Accedemos al interior, entrando por la portada principal, viendo la nave central, la capilla mayor y las capillas laterales. Los arcos ojivales, góticos, predominan en el conjunto


A la derecha escalera de caracol a la torre del campanario


A la izquierda está el baptisterio o capilla de Santa Lucía, la primera de las capillas que se añadió al cuerpo original, entre los años 1225 y 1250, estilo gótico con arco y bóveda de crucería


En su interior pilas bautismales y sarcófagos góticos


Estrechos ventanucos dan luz al interior


Hay diversas piezas y elementos hallados en el santuario, aquí expuestos


A Porta Santa, la que se abre en las perdonanzas


A sus lados más piezas de piedra


Y esta es la capilla de Nuestra Señora del Carmen, que fue del Rosario, fundada en 1524 por María Blanca, viuda del mercader Fernando de Mallo, en estilo gótico plateresco


Capitel de la columna


Su gusto formaba parte de la repercusión e imitación que tuvo en Galicia el nuevo claustro de la catedral de Santiago, hecho en esa ápoca. El restablo barroco es una donación hecha por Matheo Pérez Valdivieso en 1741


Virgen del Carmen


San Roque


Virgen de Fátima y ofrendas de los marineros


Vamos hacia la capilla mayor


Pero antes vemos la parte derecha de la nave, donde hay columnas, un sepulcro gótico y otra capilla


Es la capilla de la Purísima, de estilo gótico borgoñano, a la que se entra por un arco de medio punto u ojival, llamada primeramente de Nuestra Señora de la Quinta Angustia y San Miguel, fundada por Roy Estévez y Alverta González el día 3 de Abril de 1496


Hay diversas imágenes piadosas


Este es Santiago Peregrino, talla en madera del año 1640) atribuida Francisco de Antas, barroco temprano, que estuvo en el desaparecido altar mayor


Altar que estaba al lado en la capilla mayor, que se ha perdido, obra del año 1640 del artista Francisco de Asís


Como dijimos cuando la vimos al exterior esta capilla mayor es capilla gótica con elementos románicos, como la ventana central con arcos, columnas y capiteles, parte de la estructura original de la iglesia


Aquí están San Juan y Nosa Señora das Areas, la patrona, estilo renacentista de la primera mitad del XVI. En el desaparecido retablo debían de estar buena parte de las imágenes repartidas ahora por diversas capillas del templo


Otra tradición asegura que cuando los vikingos asaltaron Fisterra destruyeron las antiguas imágenes altomedievales, menos la de Nosa Señora das Areas, a la que intentaron cortar la cabeza infructuosamente. Cuestionemos o no la veracidad de estas leyendas (los vikingos son siglos anteriores al renacimiento, por lo que se haber sido verdad no sería esta talla) se afirma este es el origen del patronazgo de la Virgen en este pueblo. Unas marcas de la talla en el cuello se interpretan como muestra del hecho. Con el tiempo la imagen mariana fue sustituida en las procesiones por otra nueva, evitando su deterioro


Hay un baldaquino del siglo XV con un apostolado, encontrado enterrado hace años. Entre los apóstoles se encuentra  Santiago Peregrino (a la derecha), que ha llegado a convertirse eun um emblema de este Camiño de Fisterra


Imágenes del baldaquino


Y llegamos a la capilla Santo Cristo de Fisterra, cristo gótico llegado según la tradición al ser arrojado al océano desde un buque a causa de la tempestad, si bien realmente se trata de la donación de un obispo orensano relacionado familiarmente con Fisterra (recordemos que allí se venera al Santo Cristo de Ourense). El Cristo de Fisterra, aunque ya en la Edad Media tenía gran devoción no será hasta el siglo XVII cuando se le haga esta capilla propia de estilo barroco. Esta del Cristo da barba dourada como popularmente se la conoce y otras imágenes, destacando la de Nosa Señora das Areas, patrona de Fisterra, son protagonistas de pasos y procesiones de la famosa Semana Santa Fisterrana. La capilla por su parte es atribuida al gran arquitecto del barroco gallego Domingo de Andrade y el retablo barroco en el que se encuentra es obra de Migel de Romay


El Cristo es una donación del Obispo de Ourense Vasco Pérez Mariño, relacionado familiarmente y por nacimiento con Fisterra, quien también donó una talla similar a la catedral ourensana, si bien la tradición popular afirma que el ourensano es una copia de este y que este es el original, llevado allí por el obispo y cuya historia sería más antigua, siempre según decimos, las leyendas. Esta versión narraría que el Cristo surgió del mar, aparecío en la Praia das Cabanas, al pie del cabo, tras ser arrojada por un barco inglés para vaciar carga y librarse de los rigores de una tempestad, que cesó al instante. El lugar de aparición sería donde estaba la piedra del Ara Solis o altar del sol existente en lo alto del Monte Facho, arrojada cuesta abajo como símbolo pagano por Santiago durante su evangelización y sobre la que tiempo después San Guillerme arrojaría vino tinto, quedando en ella las marcas. 


Sea como fuese sabemos que el Cristo gozaba de gran fama ya en el año 1340, intensificándose la afluencia de peregrinos dado que, luego de visitar en Santiago la tumba del Apóstol, se dirigían a Fisterra a venerar a su Maestro y Señor en su advocación más occidental en el Fin de la Tierra o Finis Terra, donde ya los antiguos rendían culto al Ara Solis o altar del sol, que cada tarde desaparecía en las aguas del Atlántico para renacer al día siguiente en una alegoría de ciclo vital de resurreción que la veneración de Cristo cristianizará, de ahí la coincidencia de los lugares representativos de ambos cultos. La Luna y el Sol de la pintura del retablo parecen incidir en ese ritual de renovación y resurreción


Quien hizo la talla conocía muy bien la anatomía humana y los efectos de heridas, sangre y magulladuras, representando con gran dramatismo los instantes inmediatos a la muerte de Jesús en la Cruz, una humanización de las figuras propia del gótico que rompía con la hierática majestad de las tallas y pinturas románicas. El realismo es tal que se dice que le crece la barba, llaándosele Santo da Barba Dourada... "Santo Cristo de Fisterra / Santo da Barba dourada / veño de tan lonxe terra / Santo, por che ver a cara". Este mismo realismo fue el que inspiró la tradición que el cristo fisterrano y el ourensano fueron tallados por Nicodemo, fariseo miembro del Sanedrín que reconoció a Jesús como el Mesías y fue testigo de la Pasión. La obra tiene una gran relación con los textos que en aquel tiempo describían con todo detalle el rigor de aquellos padecimientos


No es por tanto de extrañar que en el año 1580 el peregrino polaco Erich Lassota de Steblovo dijese que, además de venido como la Virgen por mar, informa que...

 "Se pretende que le crecen el pelo y las uñas y que suda de vez en cuando".

Y en 1654 el austriaco austriaco Christoph Gunzinguer se admira señalando que es

  "... tremendamente expresivo, está tapado con tres distintas cortinas, las cuales se corren a un lado durante la misa hasta el Sanctus, de forma que la imagen quede al descubierto para su piadosa contemplación"

 En 1673 será el clérigo de Borgoña Domenico Laffi en su Viaggio in Ponente a San Giacomo di Galitia e Finisterrae quien hable de sus poderes y del desembarco de unos piratas sarracenos que, haciendo ofensas a Cristo, asaltaron la iglesia, disponiéndose uno a darle un espadazo a la imagen pero quedando al instante el brazo tieso, provocando el temor de los demás que pidiendo perdón prometieron hacerse cristianos, dicho lo cual el brazo del atacante recuperó movilidad, guardando la espada y bautizándose todos antes de regresar a sus naves. La narración guarda similitud con la del espadazo del vikingo a la imagen de Nosa Señora das Areas



Se atribuyen al Cristo de Fisterra milagros, amparos a los necesitados y curaciones a los enfermos, representándose en el exterior, el Domingo de Resurreción, día grande de la Semana Santa Fisterrana, la Resurrección de Cristo, ante miles de romeros y el canto del Himno del Cristo de Fisterra:  

"Finisterre, peñón gigante,/hincado en el hondo mar,/cuya cima se levanta/al cielo como un altar./Finisterre, costa brava,/que llaman de la muerte,/el Santo Cristo nos valga/para pasarla con suerte"


Regresamos al Camino, una vez visitado este templo en el que fue confín de la Tierra


Y tomamos el sendero, vereda peatonal, al lado de la carretera que deja atrás Fisterra y sube al faro, contemplando el océnao que, cuando había tempestades, hacía que los fisterranos se acordasen de su Cristo recitando... Santo Cristo de Fisterra/ que viñestes polo mar/ líbranos do mar a terra/e líbranos de afogar”


Abajo la Praia de Corveiro


Al sur el Monte Pindo, el Olimpo Gallego, del que tanto hemos hablado en nuestro periplo pues es una referencia geográfica, visual, hsitórica y mitológica que nos acopaña desde el interior de las tierras de Dumbría...


Y más al sur aún las Rías Baixas


Esta carretera del Cabo Fisterra fue abierta en el año 1929. Antaño se subía por el Camiño da Corredoira


Un depósito de agua


Con varias pinturas murales alegóricas de Fisterra y las navegaciones


Son apenas un par de kilómetros de recorrido en muy suave ascenso


Otro depósito


Y más vistas hacia las Rías Baixas



Y el Monte Pindo


Pinares y toxos ladera abajo


Boca de la Ría de Corcubión


El Camino sube directo. A la derecha podríamos subir a las ruinas de San Guillerme, el que fuese el templo cristiano más cercano al Fin de la Tierra, pero también desde el faro podremos ir allí y recorrer otros parajes emblemáticos del Monte Facho relacionados con la historia, la leyenda y las peregrinaciones


Mucha es la gente que sube andando. Algunos peregrinos dejan antes sus mochilas en el albergue, otros van "con todo el equipo"


Ya a la vista del Faro de Fisterra encontramos el Monumento al Peregrino


Abajo está As Cabanas, donde cuenta la leyenda que se apareció el Cristo de Fisterra


Representación de un peregrino con todo su hábito subiendo ante los vientos que soplan frecuentemente en este promontorio, atalaya sobre el Océano Atlántico
                                       

Al fondo el Faro de Fisterra, inaugurado a mediados del siglo XIX para sustituir a las grandes hogueras que se prendían en el Monte Facho para orientar a los barcos y alertar de la presencia de flotas enemigas


Ahora solo unos pocos cientros de metros que nos separan del Faro y punta del Cabo de Fisterra, cúlmen de nuestra peregrinación. Aquí, la estatua de este peregrino con actitud impetuosa y desafiante ante los inclementes vientos que suelen azotar el lugar, nos da ánimos y aliento para llegar por fin al Finis Terrae...










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