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lunes, 3 de febrero de 2014

CASTRO Y EL CHAO SAMARTÍN: LA MEMORIA CASTREÑA (GRANDAS DE SALIME, ASTURIAS)


El castro del Chao Samartín, próximo al Camino.
Llegando a Castro

Atravesando el concejo de Grandas de Salime, saliendo de su villa y capital, el Camino Primitivo atraviesa la zona más occidental de la Asturias interior encarando la ruta hacia el Alto do Acevo, próximos ya a tierras gallegas. Así, A Farrapa con su fábrica de quesos, Cereixeira con su tienda-bar y su parrilla, al igual que el pequeño núcleo de Malneira y su capilla de la Esperanza van quedando atrás. Atravesamos frondosos bosques camineros, hasta salir a una pista hormigonada a la derecha de la carretera AS-28 que nos lleva, tras cómoda subida, a la aldea de Castro por el barrio de As Bobias


A la izquierda, justo donde acaba la cuesta la antigua escuela es el Albergue Juvenil de Castro, abierto a multitud de actividades pero muy centrado actualmente en los peregrinos


Es un robusto edificio de piedra, con comedor, literas y atrás zona de acampada



A las puertas del albergue.


Desde aquí, donde hay una hilera de chantas o piedras hincadas, vemos al este una buena vista de los campos de la cercana aldea de Sab Xulián, de Baxucarretera a El Xuncal. Más allá es la bajada al Regueiro del Soutón y los alto de de Valdacampa, A Charca, El Zarro y el Pastizal de Robledo, que se asoman a la profunda sima que forma el hondo valle del Navia. Al otro lado los altos del Pico Buspol (1.121 m), la grandiosa bajada al Salto de Salime, que hemos dejado atrás


Más al sur es la Sierra del Valledor


Enfrente del albergue, ganaderías de As Bobias


Del albergue salimos hacia la capilla


Capilla de San Martín y Santa Bárbara. San Martín es otro santo relacionado con las peregrinaciones pero el santuario anterior no estaba aquí, sino unos metros más al norte, cristianizando castro cercano, donde existió un templo anterior que dio nombre al lugar, el Chao Samartín, del que pronto hablaremos


Observamos la concha xacobea que nos encarrila a las filas de viviendas por donde vamos a pasar...


Castro: el centro del pueblo, Cimadevila


Cimadevila forma una calle de hileras de casas dispuestas en torno al Camino


Hay alguna farola que de noche ilumina el paseo...


A la derecha Casa del Crego (clérigo). Una muy bonita calle...


Flores en la rúa


Llegamos a esta encrucijada


Seguimos de frente y recto


Paseando junto al jardín


Un poco de cuesta...


Pradería abajo el valle del río de Ola, más allá de la AS-28


Huertas y viejas casas campesinas de piedra y pizarra. Bosque adelante seguirá el camino para ir a Padraira


Vista atrás, en Cimadevila, reparamos en esta vivienda tradicional de planta cuadrada y tejado piramidal


Seguimos nuestro periplo por castro


El paso se estrecha un poco junto a este cobertizo de piedra


Cabaña con aperos agrícolas


La gradia o grade y la cabaña


Buena arquitectura rural


Seguimos por esta explanada


Continuamos calle arriba


Admiramos todo el entorno


Más paredes de piedra


Recorremos toda esta fila


Y vamos hacia el siguiente paso entre casas



Allá arriba, bajo las peñas de El Feal (749 m), reconocemos un edificio llamativo


Es el Museo del Chao Samartín, dedicado al castro que dio nombre al pueblo, y del que enseguida hablaremos


Llegamos a otra vivienda campesina rehabilitada


Está dedicado al turismo rural y también se alojan peregrinos. Es el Hotel Chao Samartín, también llamado como el castro


Pasamos delante de toda su fachada


Salimos de Cimadevila, dejando atrás las casas de Castro


Y a la derecha, prados allá, el origen del todo, el castro o recinto fortificado del Chao Samartín, uno de los grandes castros del Alto Navia que desentraña misterios de nuestro pasado a la vez que abre nuevos interrogantes. El promotor de sus primeras excavaciones, protagonizadas por un grupo de entusiastas vecinos, fue el gran José Naveiras Escanlar "Pepe El Ferreiro" también impulsor y tantos años director del Museo Etnográfico de Grandas de Salime, visita indispensable en el Camino.


Se trata de un poblado fortificado que llegó a tener una evolución urbana importante. Al principio nos llama la atención la profundidad del foso defensivo, luego está la muralla.


El castro fue fundado y habitado tempranísimamente, desde la Edad del Bronce, creció en la del Hierro y se transformó durante la romanización. En el entramado de sus callejuelas empedradas veremos incluso el viejo sistema de alcantarillado, un adelanto arquitectónico que se tardaría milenios en volver a "reinventar" para el saneamiento de las poblaciones.

Los cimientos de las casas, cubiertos de losas de pizarra para su protección
Sus pobladores fueron agricultores y artesanos de la cerámica sin torno y es uno de los grandes testimonios de la "prehistoria del Camino de Santiago", puesto que se encuentra ubicado al lado de la vieja calzada que comunicaba la capital de los galaicos lucenses, Lucus Augusti, actual Lugo, con la de los astures trasmontanos, Lucus Asturum (actual Llugo Llanera, cerca de Oviedo/Uviéu). Por esta razón llegó a transformarse en un castro mercantil.


Por ello y por su proximidad a las minas de oro se hallaron objetos traídos de otros lugares, con los que se comerciaba. Los habitantes del castro eran en principio agricultores, ganaderos, artesanos y metalúrgicos, hacían cerámica sin emplear el torno, fabricaban herramientas, hasta que con la llegada de Roma la vida se transformó, no solo hacia nuevas ocupaciones mercantiles, sino también constructivamente, levantándose edificios más grandes, decorándose las casas a la moda romana, abriéndose grandes plazas y hasta una avenida que cruza el emplazamiento de parte a parte, siendo sus saunas y baños anteriores incluso a la conquista romana, parecía un enclave totalmente próspero... pero de repente todo terminó y la gente se marchó, ¿por qué?.


A tenor de los indicios de muros derribados y corrimientos de tierra, se atribuye a un seismo este rápido abandono del castro, hasta la calle principal estaba en aquel momento en fase de pavimentación y el trabajo fue dejado a medias. Tanto fue el miedo que debió ocasionar que el poblado no volvió a ser habitado y un nuevo pueblo, el pueblo de Castro, nació a escasos metros del primitivo emplazamiento.


La vecindad siempre mantuvo viva la memoria, sumida en un sinfín de leyendas, de sus ancestrales pobladores, pues hasta emplazaron en el lugar aquella antigua capilla, dedicada a San Martín, advocación de gran relación con las rutas peregrinas, pero que a su vez cristianizaba aquel paraje de tantas evocaciones. Luego los estudiosos "redescubrieron" el castro, catalogado por José Manuel González y Fernández Valles, y en 1989  Ángel Villa ya redactaría una carta arqueológica de Grandas de Salime, para a posteriori Elías Carrocera promover importantes campañas de excavaciones. Aún antes que ellos, el popular Pepe El Ferreiro encabezó con el vecindario una investigación por su cuenta, como manera de llamar la atención de las autoridades para que recuperasen el recinto, sacando a la luz los restos de una cabaña y muestras de cerámica, entregado todo ello a la Universidad de Oviedo/Uviéu. Por su parte el Centro de Interpretación explica el proceso de fundación y construcción de los castros de la cuenca del Navia, exponiendo piezas no solamente del Chao Samartín sino también de otros poblados amurallados de la zona, como Os Castros de Taramundi y el de Monte Castrelo de Pelou.


Si visitamos el castro no dejemos de subir a su corona o acrópolis, el principio del origen, su parte más antigua, con el misterioso peñón que se asoma al profundo abismo que cae al estrecho valle de Riodecabalos, mirando de frente al pueblo de Trabada


Más a lo lejos están los altos de Trabada, A Cernada (812 m) y A Pena da Sidra, sobre otro profundo valle cuyo fondo no vemos desde aquí, el valle de Ríodecabalos



Allá son las laderas de El Feal



Sabiendo así un poco más de la historia de estos lugares continuamos nuestro camino mientras salimos de Castro


Vacas lecheras. Por allí sigue la ruta, dirigiéndose a Padraira.


Campos que caen hacia la aldea de Pedre, a nuestra izquierda



Abajo la carretera AS-28 a lo lejos Coto


Más en la distancia la formidable muralla natural del Valledor "asediada por las nubes"


Mar de niebla que parece querer abalanzarse sobre los valles del Navia


Vista atrás, paisaje de Castro. Extensas huertas aprovechan los terrenos colindantes al Camino, muy llanos...


Desde la salida del pueblo tenemos estas inolvidables estampas


Llegamos al cruce con la carretera que va a Trabada y Llandepereira


Cruzaremos al otro lado


Pues el Camino sigue de frente


Tomando la ruta de otro paraje lleno de historia Padraira, con su antigua malatería, otro elemento fundamental del patrimonio del Camino Primitivo










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