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sábado, 1 de febrero de 2014

SAN ESTEBAN DE LLECES: EL ALBERGUE DE PEREGRINOS (ANTIGUA ESCUELA), "LA PRIMERA TELEVISIÓN", LA IGLESIA DE LOS "PECES CORONADOS" Y LA TORRE DE LOS RUIZ DE JUNCO (RIBADESELLA/RIBESEYA, ASTURIAS)

 

Antiguas Escuelas de San Esteban (1888), hoy albergue de peregrinos

A escasos 200 metros de la entrada a Abéu, por donde pasa el Camino, las Escuelas de San Esteban, San Esteban de Leces o de Lleces, en el lugar del mismo nombre, cabeza de la parroquia homónima, son las más antiguas del concejo de Ribadesella/Ribeseya. Construidas en 1888, contienen mucha historia de las muchas generaciones de escolinos de los pueblos de la contorna que vinieron aquí a estudiar y que, todos lo años, celebran una animada reunión de fraternidad. Desde 1999, y tras llevar años sin clases a causa de la concentración escolar, son albergue de peregrinos y su antigua cochera es sede vecinal. Es por lo tanto un edificio emblemático que presta un gran servicio a los romeros jacobitas a su paso por tierras riosellanas camino ya de Caravia. En sus tiempos fueron el único albergue expresamente dedicado a ellos en bastantes kilómetros de costa: es por lo tanto uno de los pioneros del Camino de Santiago del Norte en Asturias

Iglesia parroquial de San Esteban

Al lado, la iglesia parroquial, dedicada al santo que da nombre al pueblo y parroquia, fue reconstruida tras la Guerra Civil pero aún conserva elementos de su fundación medieval de traza románica. A su izquierda, en el hogar-parroquial, hubo un cine, cuyo letrero y taquilla aún vemos al exterior. En él se vieron, el 24 de marzo de 1960, las primeras imágenes de televisión en Asturias, captadas desde el repetidor de Sollube en Bermeo, Vizcaya, acontecimiento que causó tan gran sensación que congregó a grandes multitudes poco después, venidas de muchos pueblos de concejos del oriente e incluso de las ciudades de la zona central, para ver las retransmisión del partido Real Madrid-Barcelona F.C.

"Anguila coronada" de la iglesia de San Esteban

Entre los elementos románicos de la iglesia están los canecillos labrados con diferentes motivos, entre los que uno se repite muy especialmente, los peces con corona real, cuyo significado, alegórico, heráldico, espiritual, nos gustaría desentrañar. Por su forma parecen anguilas pero también podrían ser salmones

Torre de los Ruiz de Junco

Mirando al cotado sur de la iglesia, la Torre de los Ruiz de Junco, linaje de la nobleza rural riosellana. Es del siglo XIV o XV y se reformó en casona cuando el orden feudal de los señores-guerreros tocó a su fin, transformándose en los nuevos usos sociales e influencias políticas de los hidalgos y mayorazgos terratenientes

Los Picos de Europa desde el pórtico sur de la iglesia de San Esteban

Junto con ello, y dada su estratégica posición, tenemos desde San Esteban un fantástico paisaje desde el mar, al sur, incluyendo El Fitu, el Puertu Sueve y los Picos de Europa, el macizo occidental, El Cornión, La Peñe o La Peñe Santa, con sus 2.596 metros de altura y otras impresionantes cumbres

Cruce de Abéu: de frente se va al albergue y a la iglesia

Este es el cruce de Abéu: el Camino de Santiago viene a la izquierda y sigue a la derecha por la pista hormigonada, donde está el mojón, camino de Vega, Berbes y Caravia. A su izquierda y de frente a nosotros en la foto, sube el camino asfaltado para ir al albergue. Los peregrinos que no vayan a pernoctar en él pueden pasar de largo y continuar, sin embargo, a todos los amantes de la historia y las viejas piedras nos animará ir allá de todas todas, a conocer tan importante lugar, hito de la ruta xacobea del Norte a su paso por tierras asturianas


De esta manera cruzamos el aquí llamado Camín Real, dejando a nuestra derecha, para más tarde, el camino a Vega y nos dirigimos de frente al albergue de peregrinos por La Cuestona, vía asfaltada que es comunicación directa de Abéu con la carretera general, la N-632, la cual discurre por lo alto de la colina que tenemos enfrente, al otro lado de la antigua escuela y de la iglesia


Es un bello paisaje de pastos en esta verde campiña, al lado de La Llana, a nuestra izquierda, lugar en el que el arqueólogo Eduardo Pérez-Fernández ha hallado señales de la antigua existencia de un gran recinto defensivo, tal vez castreño, del que informa en su página ArqueoAstur, defendido por un cinturón alomado que circundaba el lugar, al lado mismo de la iglesia, a lo largo de sus 630 metros de perímetro, cerrando un espacio de 23.000 metros cuadrados, una superficie muy amplia y apta para el hábitat


Dicho posible recinto castreño estaría vinculado a la existencia de una antigua necrópolis de época romana en El Forniellu, muy cerca de aquí unos pocos metros a nuestra derecha y en lo alto de la misma colina del albergue y de la iglesia, un poco más al oeste, donde fueron halladas en 1926 dos famosas estelas a raíz de una excavación casual en las obras de una casa en le finca El Robledal, una de ella la denominada la estela antropomorfa, con forma de cuerpo, cabeza y cara esquemática tallada (ojos, nariz y boca), de Qe(lia), posible nombre astur, y la conocida como estela de M. Licinio, ambas con menciones a los Dioses Manes, guardianes de los espacios sagrados de las sepulturas en la religión romana. Seguidamente, el insigne erudito Constantino Cabal emprendió la primera excavación arqueológica propiamente dicha


En esa excavación, aparecieron en El Forniellu (también escrito y pronunciado El H.orniellu, con hache aspirada), también ídolos, armas, cerámica y una moneda de cobre de Constancio Galo, césar del Imperio Romano de Oriente entre los años 351 y 354 d.C., llamado al cargo por su primo el emperador augusto Constancio II, hijo del celebérrimo Constantino. La presencia en el lugar de esta moneda del imperio oriental y la importancia de estos hallazgos en general hace pensar en un asentamiento relevante, propio de una clase social privilegiada que controlaría este entorno rural dentro de las rutas comerciales terrestres y marítimas del Cantábrico, al que no eran ajenas importantes transacciones monetarias


En el lugar asoman una ruinas, que nada tienen que ver con aquel periodo, son las de uno de los llagares de sidra que existieron en San Esteban, en concreto este era realmente una instalación frigorífica industrial de manzana de mesa, muy avanzada para su tiempo, que realizaba exportaciones a ultramar, incluyendo Cuba y Nueva York, tal vez por medio de estar vinculada a la fábrica de sidra, también industrial, fundada por los hermanos Blanco en 1880 en el Arenal de Santa Marina, considerada pionera de la industrialización asturiana y construida unas tres décadas y media antes que los primeros chalets y villas indianas y burguesas en esa playa


Una villa o quinta indiana, la de Ramón Capín, emigrante nacido en este pueblo que hizo fortuna en Cuba, situada un poco más allá y que al regresar construyó en su terruño familiar, sería la que propició, por parte de este particular, el hallazgo, durante una excavación casual en unas obras, el hallazgo de esta necrópolis, que estaría en uso, se calcula según se desprende de los estudios realizados, entre mediados del siglo II d.C. y principios del siglo V d.C., esto es, desde la consolidación hasta la desaparición del poder romano en el territorio cántabro astur


En 1802, el entonces párroco de San Esteban, D. José Bernardo de Miranda y Quirós apuntaba el dato, hecho llegar al geógrafo, historiador y filólogo, Martínez Marina ciertos datos para el Diccionario Geográfico que estaba este acometiendo, entre los que recoge la tradición local que asegura que la iglesia primigenia había venido aquí desde El Forniellu, a unas "mil varas" de aquí, es decir, los aproximadamente 835 metros que separan ambos emplazamientos


Esa distancia está recorrida por un camino paralelo a este que, dada su antigüedad, sería una prolongación del que se sabe venía de cruzar el Sella un poco más al sur, en Lloviu, donde existió, hasta la extraordinariamente tardía fecha de 1968 un servicio de barquerías, el de L'Alisal, si bien ya por entonces, con puente de madera en Ribadesella/Ribesella desde hacía más de un siglo sólo para servicio de los vecinos más inmediatos. Pero tal había sido su importancia antaño, para vadearlo en un lugar menos expuesto a las corrientes que la profunda y temible, bocana del estuario, que fue empleado por Carlos de Flandes (el futuro Carlos I de España y V de Alemania), cuando pasó por aquí con su abigarrado séquito en su improvisado viaje terrestre de septiembre de 1517 para hacerse con los dominios españoles de Juana I de Castilla, tras desembarcar equivocadamente en Tazones-Villaviciosa procedentes de Flandes, extraviados por una galerna de su rumbo a Laredo


Atrás a nuestra izquierda, sube el camino por el que hemos subido nosotros desde el Arenal de Santa Marina vía La Xuncalera, La Llosona y San Pedru, ahora cruzando el Puente del Sella, pero antaño, en los tiempos de las peregrinaciones históricas y sin puente, por la barquería, concesión del antiguo Gremio de Mareantes, que cruzaba la ría en su desembocadura. Ambos caminos, este y el de Lloviu-L'Alisal, se sabe confluían aquí, en San Esteban, y ambos seguían pasos naturales por la rasa costera empleados desde la prehistoria, que se hicieron rutas estables luego aprovechadas y reacondicionadas por Roma, posible ramal de prolongación de la Via Agrippa o Vía de Agripa, calzada procedente de Lugdunum (actual Lyon) en la Galia, por Aquitania, y que enlazaría con la vía Ossaron (Irún u Oyarzun) a Brigantia (A Coruña o Betanzos), recorriendo toda la costa cantábrica


Desde la Edad Media serían estos los caminos reales, es decir, del reino o del Estado, públicos, los ramales del Camín Real de la Costa, que durante siglos fueron las principales vías de comunicación existentes, hasta que, avanzado el siglo XIX y hasta principios del XX se trazaron las primeras carreteras, que los sustituyeron, en el caso concreto de este concejo coincidiendo, más o menos, con la construcción en la villa de los primeros puentes selleros, el de madera de 1865 y el metálico en 1898, este sustituido en 1940 por otro de hormigón, el actual, tras las destrucciones de la Guerra Civil


El Camino cruza en esas profundidades el Ríu San Pedru, que nace al pie de Abéu, y recibe, en esa espesura plantada de ocalitos, el agua de La Riega Abéu que nace aquí mismo, en La Llana, corriendo prado abajo a su unión en la zona de El Cantarilló, desde donde el Camino inicia un fuerte repecho para llegar a Abéu por la finca El Anzor, subiendo por El Cantarillón y viendo, al norte, el pueblo de Tereñes (de terenu, especie de brezo), otro de los que forman esta parroquia de San Esteban, asentado en una rasa de pastos de la que vemos los prados de La Iyera, junto al Monte Redondu (109 m), donde está el lugar de Los Pinos. Allí en La Portiella, donde están las casas, se baja a los famosos acantilados de Tereñes, donde se celebra desde 1960 la Fiesta'l Pez, pescata de confraternización de todo el vecindario y los forasteros veraneantes, pues se celebra en verano


Pescando con aparejos ancestrales, como cañaveras o cañas de bambú, se organiza un banquete en el mismo pedral, luego de escamar y freír el pescado conseguido y, de tarde-noche, se sube al campo de la iglesia y escuela de San Esteban, con merienda-cena en la que, aparte de sardinada o bonitada, destacan los suculentos postres caseros preparados ex profeso 


Este lugar, entre el recinto fortificado de la Llana, la iglesia y El Forniellu, parece hubo ser el corazón del antiguo territorio de Leduas o Letuas, posteriormente evolucionado a Lleces, la parte occidental del territorio, desde el Sella hasta Caravia, que constituiría el germen del actual concejo riosellano, al unirse, hacia 1270, con el territorio oriental, desde el Sella al Aguamía, Melorda, luego Meluerda, con motivo de la proclamación de la carta puebla que aforaba a Santa María Magdalena del Puerto, luego llamada Riba de Selia, Riba de Salia, Ribadesella, Ribeseya... concediendo especial derechos a sus pobladores, haciendo de ella, en realidad fundada sobre otra preexistente, Portus (El puerto), centro de todos estos contornos limitados al sur por las montañas que separan la costa del interior


Más antiguamente había unos potestas o tenentes, que gobernaban ambos territorios, parte de una más antigua demarcación, Primorias o Premorias (Territorio Premoriense), que podría abarcar terrenos de los cántabros salaenos y otros, fronterizos en torno al Sella con los astures luggones. A veces ha querido verse en la relativa abundancia de castros, fortalezas, estelas de asentamientos poblaciones, etc., esta característica fronteriza, lo que parece bastante probable, junto con la característica de la unión, cruzada, de rutas comerciales y vías de comunicación, norte-sur, entre los puertos del mar y los de la montaña, pasando por los valles interiores, y este-oeste, el camín real costanero y sus alternativas. Entre ellos incluiríamos a los caminos del mar, máxime en estas inmediaciones de una población portuaria desde la prehistoria, pues las singladuras marinas, atestiguadas desde época prerromana (Ora Marítima de Rufo Festo Avieno), de especial relevancia las de cabotaje, fueron muchas veces, pese a los peligros del bravío Mar Cantábrico, más rápidas, seguras y cómodas, tempestades y galernas aparte, que las sufridas comunicaciones por tierra en la intrincada geografía de esta franja costera al pie de las murallas naturales de la Cordillera Cantábrica


A la izquierda dela iglesia, el cementerio, con sus altos muros y su capilla. Letuas se piensa procede de Letius, un antiguo posesor de la época romana o altomedieval. La primera mención escrita aparece en el Libro de los Testamentos o Liber Testamentorum de la catedral ovetense de San Salvador, fechado en el año 921 pero que se supone una interpolación del siglo XII hecha con objeto de demostrar el territorio de la diócesis y su antigüedad frente a otras. Una obra en la que se presentaban documentalmente pruebas de la cesión a la Iglesia asturiana de extensos bienes por parte de antiguos reyes y reinas, en este caso Ordoño II, obra del Obispo Pelayo, algo parecido a lo que hoy conocemos como inmatriculaciones, es decir, el lugar existía, y desde muy antiguo, otra cosa que el documento que se presenta como tal no lo sea tanto


La iglesia constituiría, aquí o en otro sitio, el símbolo de la unidad del territorio, o parte de él, de la antigua Leduas, luego Leces o, palatizado, Lleces, aún después de la unificación con Melorda, perviviendo en la actual parroquia. Aquí se reuniría la vecindad de todos los pueblos que la componían (San Pedru se constituiría como parroquia aparte hasta 1892) para, con ocasión de la misa dominical, tratar de los asuntos del común, dar noticias, exponer cosas y tomar decisiones, de ahí la construcción de esos cabildos, al exterior, que fueron también las primeras escuelas. Este sería el origen, por ejemplo, del Hogar Parroquial, en el que llegó a haber hasta cine, el de la primera televisión


En la parroquia se bautizaba a los recién nacidos, la Confirmación más tarde los confirmaba como miembros autónomos de la sociedad en presentación pública, las romerías, patronales, sacramentales, de santos venerados en el lugar, y otras, eran el despertar a la edad adulta, los mozos y las mozas que se juntan y cortejan. Luego, el matrimonio proclama la unión de una nueva pareja y se celebra, públicamente, también en la iglesia, como el bautismo de los hijos y, más tarde, el funeral y el entierro constituyen la despedida. Por eso la entidad y la identidad parroquial tienen en Asturias, como en otros lugares del mundo, trascendencia a lo religioso y constituyen instituciones civiles más o menos reconocidas, al igual que sus pueblos, con sus alcaldes pedáneos (pedanía) y alcaldes de barrio que, según el caso que estipule cada concejo desde su Ayuntamiento, pueden ser sustituidos directamente por las asociaciones vecinales o no, o ser designados desde el consistorio o elegidos por los vecinos, incluyendo la celebración de elecciones


Vista a nuestra izquierda, al este, hacia la Llana, poco más abajo a la izquierda nace La Riega Abéu. Esta hondonada, parte del "cinturón alomado que la circunda", sería parte de la defensa natural de la enigmática fortificación, más visible en este sector occidental como en el meridional, el que mira a la carretera, leemos en ArqueoAstur:
"Estaba complementado por un monumental aparato defensivo en el frente NW de la collada de acceso conformado por una serie de parapetos y fosos de gran tamaño que fueron completamente arrasados debido a la construcción de un depósito de agua, quedando de éstos solo una gran vaguada de 35 metros de ancho.
Su último elemento defensivo es un parapeto térreo de unos 8 metros de altura, en la actualidad coronado por árboles, y que a modo de barrera en este sector cortaba el acceso a lo largo de unos 80 metros, con orientación NW-SE. 
La ausencia de intervenciones arqueológicas en el lugar, el hecho de no apreciarse restos arqueológicos en superficie y la dificultad de interpretar las estructuras defensivas actuales, complican decantarse por enmarque cronológico concreto para el yacimiento. 
Con mucha prudencia podemos relacionar La Llana con algunos de los restos arqueológicos localizados en su cercanía, como la necrópolis romana del Forniellu o los fragmentos cerámicos de la Edad del Hierro hallados en la Cueva del Cierrón, pero solo como indicadores de un poblamiento en su entorno bastante antiguo.  

La mayoría de sus elementos defensivos has sido alterados mediante arrasamientos y colmataciones, sobre todo en su frente SW donde un depósito de agua ha destruido completamente su potente aparato defensivo. Su estado de conservación en muy malo."


Sus antiguos pobladores tenían una muy buena vista de este sector de costa, desde el valle del Ríu San Pedru hasta Pría, en Llanes. De frente, a la izquierda, el Monte Corberu o L'Atalaya, donde está localizado otro posible castro o muy antigua estructura defensiva, afectada por la instalación de antenas, de la que también disponemos precisa información en Arqueoastur:
"Los restos defensivos que se conservan y que rodean el recinto están formados por un talud regular en anchura y altura y una plataforma superior que debían rodear toda la cima, conservándose solamente un tramo de 138 metros en el frente occidental. Esta línea defensiva arranca en los acantilados septentrionales y discurre a lo largo de la cima, abrazando el flanco W y desapareciendo en la ladera SW por a un gran desprendimiento natural del terreno. Ladera abajo se observa bastante material arqueológico, como pellas de arcilla rubefactada. 
Su continuidad por el sector meridional es mas complicado de interpretar al haber sido afectado por la caja de un camino y por las explanaciones realizadas para levantar una antena de telecomunicaciones en el extremo SE. Es precisamente en este sector donde se aprecian los restos de una pequeña atalaya o bastión presuntamente medieval que se ciñe a los acantilados orientales."

A la derecha L'Espinu, encima de la villa de Ribadesella/Ribeseya, en lo alto de La Cuesta, donde han sido también hallados señales de muy antiguos asentamientos. Leemos en la página del Ayuntamiento de Ribadesella/Ribeseya, apartado de Historia:
"Antes de ser conquistada por Augusto en el año 19 a. C., el río Sella era la frontera natural entre las tribus cántabras y astures, que fueron las últimas de la Península en caer en manos de Roma. En el siglo I a. C. Estrabón menciona el río Saelia, Sella, y escribe que los habitantes de Ribadesella eran los salaenos, un grupo de la subtribu cántabra de los Orgenomescos, y sus poblados eran Octaviolca y Noega, llamado Noega Ucesia por Ptolomeo. Tras la derrota asturcántabra, Ribadesella quedó dentro de la provincia Tarraconense, aunque el Sella siguió siendo frontera, pues quedó como línea de separación entre los "conventus" Asturum y Cluniensis. De la época romana se conservan en el Museo Arqueológico de Asturias dos estelas funerarias antropomorfas halladas en El Forniellu.

Las primeras escrituras medievales sobre Ribadesella se remontan al año 834, un documento de donación a la iglesia de propiedades en Torre Felgarias (Torre), Calabriezes (Calabrez) y Tezánicos (Tezangos). La villa aún no existía y la población altomedieval residía seguramente en las laderas de la Cuesta y del Cuetu de San Juan. Los documentos de donación a la iglesia abundan algo más en los siglos X, XI y XII, y en ellos se mencionan muchas aldeas, fincas, cotos, molinos, salinas y pesquerías en el Sella. La iglesia, fortalecida, comienza a construir a principios del siglo XIII los templos románicos de San Esteban de Leces, San Salvador de Moru y Santa María de Xuncu. La monarquía castellano-leonesa también quiere fortalecer sus dominios y, con la guerra de reconquista ya lejos, va creando núcleos de protección real, dotándolos de fueros, leyes, mercado y gobierno. Aunque la carta-puebla se ha perdido, el concejo de Ribadesella fue creado oficialmente en 1270 por Alfonso X El Sabio, que ordenó reunir los territorios de Melorda y Leduas (Meluerda y Leces) y formar un solo alfoz que abarcara ambas márgenes del Sella, una unidad que se ha mantenido hasta hoy."

Encima de L'Espinu el camino que viene de El Pedralín y Arvidel,con su inhóspita y casi inaccesible playa acantilada. Ni la villa de Ribadesella/Ribeseya ni sus recedentes la puebla de Santa María Magalena del Puerto ni el Portus anterior tuvieron jamás murallas, por lo que la defensa del enclave y su estratégico puerto se basaba en la propia orografía del terreno, pues tanto el Monte Corberu como La Cuesta ofrecían una muralla natural de protección, reforzada con una serie de recintos fortificados que existieron desde época prerromana, romana y medieval hasta casi nuestros días


Más allá se reconocen perfectamente bien los acantilados de L'Infiernu, zona de Palu Verde, y al fondo los de Pría, con la Punta Aguamía, Mía, L'Aguadamía o Guadamía (topónimo siempre dado a controversia), donde en días de temporal marítimo veremos sus fantásticos bufones de La Bramadoria escupir formidables chorros de agua mientras las enormes olas baten con fiereza la pared caliza del cantil


A poco que nos movamos divisamos asimismo la desembocadura del Sella, entre La Punta L'Arenal, en
Santa Marina (a la derecha de la foto) y La Punta'l Caballu, que no llegamos a ver pero sí el promontorio de Guía, sobre ella, en el extremo del Monte Corberu. Bajo él está el Paseo de la Grúa, llamado así por la antigua grúa eléctrica que existió en El Muelle, esa parte del puerto, dedicada al tráfico de minerales, la última actividad comercial el que fue uno de los enclaves portuarios más importantes de Asturias durante siglos


Al finalizar la actividad portuaria de El Muelle en los años 1970 se habilitó este paseo y se puso una barandilla en su borde. Más antiguamente a la grúa fue el camino de sirga, desde donde las yuntas de bueyes ayudaban, remolcando desde tierra con fuertes sogas o sirgas, a los grandes veleros bergantines de carga y pasaje en la complicada maniobra de salida de puerto. Luego una trainera los relevaba en La Punta'l Caballu, sacando al velero fuera de la concha, donde desplegaba velas y se dirigía a ultramar. Con la sustitución de la vela por el vapor esta operación dejó de realizarse


Reconocemos perfectamente la capilla de Guía o de La Guía, hecha en el siglo XVI a la vez que se fortificaba ese cerro y se instalaban esas baterías, sustituyendo a un fuerte anterior, llamado el torrejon de los Tiros en la documentación de época, situado en la misma Punta'l Caballu, antes del Castillo, el cual fue definitivamente abandonado en el siglo XVIII. La ermita fue construida por el Gremio de Mareantes y su advocación, similar a otros santuarios existentes en los caminos del mar y de la tierra, está vinculada a la buena orientación y referencia para los marineros, que viéndola reconocían perfectamente el rumbo para entrar a puerto



Siguiendo, camino, pasamos junto al cementerio. La importancia social de la parroquia va más allá de la muerte, pues es el lugar donde, independientemente de las creencias, se recuerda a los antepasados, mucho tiempo incluso después de su fallecimiento, incluso por parte de descendientes que no llegaron a conocerlos en vida. Hoy en día además, la conmemoración de Difuntos, constituye motivo de reunión de vecinos y ex-vecinos que ya no viven aquí pero siguen acudiendo a su solar familiar, con el que siguen guardando nexos, aún incluso cuando ya no quede en el pueblo ningún familiar directo. Lo mismo pasa con motivo de las fiestas y demás celebraciones


Aunque, desde los profundos cambios sociales, económicos y de costumbres de la posguerra española y mundial, incluyendo el éxodo rural y una nueva relación con lo espiritual, esta relación del individuo con su parroquia (del latín parrochia procedente del griego paroikía, -cerca de la vivienda-) tiende a ser menos importante, más en el caso de los nuevos residentes, no tan involucrados en la misma muchas veces, esta dista aún mucho de desaparecer o se ha transformado. Esto es especialmente patente en San Esteban y sus barrios, especialmente compenetrados en sus fiestas, organizadas por sus asociaciones vecinales y auspiciadas por los alcaldes del lugar, al igual que las sextaferias o sestaferies (trabajo comunal de arreglo de caminos, el sexto día -feria-, el sábado), restauración de fuentes, etc., o ser piña en iniciativas como por ejemplo arreglar el reloj de la iglesia, por ejemplo, como leemos apropósito en esta interesante noticia de Juan García para El Comercio publicada el 30-9-2012 con motivo de otra fiesta popular, esta otoñal, el magüestu de castañes:
"En la madrugada del pasado domingo se completaba el cambio horario habitual en esta época del año. Un hecho que forma parte del plan de ahorro energético pero que, un año más, no fue posible en el reloj de la iglesia de San Esteban de Leces. Su mecanismo lleva más de veinte años parado y ahora sus vecinos se han marcado en reto de reactivarlo. Así lo plantearon durante el 'magüestu' popular celebrado el sábado y al que asistieron alrededor de 120 conciudadanos de todas las edades. El motivo de su inacción tiene una explicación. «Al tratase de un reloj de gran envergadura y carecer de esfera nunca llegó a funcionar bien porque el viento ralentizaba el movimiento de sus minuteros», aseguró José María González Varas 'Chichi', alcalde de barrio de Abeu.

El majestuoso reloj, con manecillas de 70 centímetros de longitud, funcionó con continuos retrasos durante una década y dejó de hacerlo hace más de dos. «Queremos crear una comisión y ponernos de acuerdo con el párroco para, entre todos, sacarlo adelante y ponerlo de nuevo en marcha», aseguró 'Chichi'. El mecanismo está, aparentemente impecable. Las agujas se propulsaban gracias a un pequeño motor eléctrico, «que con alguna mínima reparación seguro que funciona». Ahora bien, el cuadrante deberá cubrirse con una esfera.

Al final, los soportales de la iglesia de San Esteban de Leces, sirvieron de cobijo durante la gélida tarde de sábado en la que ni el calor de las castañas fue capaz de caldear el ambiente. Un templo que antaño acogió el primer cine-club del concejo y que hoy en día también se utiliza para este tipo de celebraciones. Los vecinos de Abeu y de la parroquia de Leces evidenciaron una vez más su absoluta armonía a la hora de organizar eventos y todos contribuyeron con sus aportaciones. Unos llevaron postres (arroz con leche o tartas de manzana) otros tortillas y uno concretamente alrededor de 50 kilos de setas silvestres de gran porte que Fernando Martínez preparó a la plancha para cuantos quisiera probarlas.

Tan abundante ágape se regó con sidra del duernu mientras se estudiaban las zonas a limpiar en la siguiente sextaferia. Y es que los vecinos de Abeu se siguen reuniendo todos los sábado para limpiar caminos, fuentes y abrevaderos."

Antaño, la construcción de estas magnas escuelas, capaces de albergar a la nutrida colonia de escolinos de los aún muy habitados núcleos rurales, fueron también una aspiración vecinal en la que participaban especialmente los indianos de ultramar. En ella, de 1888 insistimos, lo que la hace la más antigua del concejo. La conversión de su antigua cochera (pues era también casa de los maestros) en sede vecinal, es también producto de las aspiraciones de los parroquianos, sólo que 130 años después, tal como leemos en Cope Ribadesella y El Comercio del 9-5-2018:
"La antigua cochera del maestro de San Esteban de Leces va camino de un uso mucho más social. El Ayuntamiento de Ribadesella se la ha cedido a la Asociación de Vecinos La Almadera para que la convierta en su sede. Dicho y hecho. Los trabajos de limpieza, acondicionamiento y rehabilitación del viejo cobertizo han comenzado. Según explicó el presidente, José María González Varas ‘Chichi’, lo siguiente será cambiar el portón de entrada, “que está muy deteriorado, porque es de madera y nunca se ha cambiado desde su construcción en el año 1959”

La sede vecinal luce su sombre en el frontal entre dos trisqueles, detalle que nos recuerda que la parroquia, aunque aparecida documentalmente en la Edad Media en documentos, precisamente, como el citado Liber Testamentorum, estos se basan en el altomedieval Parroquial Suevo, que se nos ha transmitido de esta manera, pero a la vez, esta procede de agrupaciones suprafamiliares romanas (gens, gentilitates, etc.), y estas a su vez de otras prerromanas, muy posiblemente vinculadas a los castros (castella), como sería aquí el caso del de La Llana


Sabemos por la noticia de Cope Ribadesella que esta cochera fue hecha por dos antiguos maestros adosada al muro exterior que cierra el jardín situado en la parte posterior de la escuela, edificada mucho tiempo antes que ellos ejerciesen, el matrimonio de profesores compuesto por Don Antonio y Doña Carmela. Para ella hicieron esta entrada por el camino de La Cuestona y aquí guardaron el primer coche Seat 600 que circuló por la parroquia. Más tarde, otra maestra, Faluchi, que vino de Zamora, la empleó con el mismo fin para su coche. Con el cierre de la escuela en 1973, pasó a ser el almacén de fontanería de Luis Eduardo Valle, que se trasladó en 1999 cuando se hizo de la escuela el flamante albergue de peregrinos

Es digno de mención que, a pesar del tiempo transcurrido desde 1973, cuando los alumnos fueron trasladados a la concentración escolar en la villa, siguen reuniéndose con entusiasmo y camaradería muchos niños y niñas entonces, con visita y toto de rigor ante la fachada principal y posterior comida de fraternidad. Seguimos en la misma noticia de Cope...

"Sesenta años después, en cuanto La Almadera acondicione el local, se convertirá en la sede social de un colectivo vecinal que ha concentrado el interés de 68 socios residentes en San Esteban de Leces y Abeu. Teniendo en cuenta la despoblación reinante en estos pueblos, a Chichi le parece “una hazaña haber llegado a esa cifra”. El presidente y alcalde de barrio de Abeu se hubiera contentado con menos, pero al final reunió a un buen número de socios que ya trabajan en la organización de sus tradicionales fiestas, ferias y eventos gastronómicos"

Lo más inmediato, el 10º Encuentro de Antiguos Alumnos de la Escuela de San Esteban de Leces. Comenzará a las once y media de la mañana con la misa dominical. A continuación, foto oficial frente al edificio y comida de hermandad en el restaurante El Prau de Tereñes. Esperan alrededor de treinta alumnos que, entre plato y plato, rememorarán recuerdos y vivencias de infancia en unos años de escuela que para ‘Chichi’ fueron “muy agradables, aunque cada uno cuenta la feria según le fue en ella”

Pensando, muy posiblemente en los peregrinos que lleguen tan sedientos que no puedan aguantar más, ni llegar a la puerta del albergue para saciar su sed, o que este esté aún cerrado, en 2022 se habilitó, a este lado del muro de la antigua cochera, La Fuente la Cuesta, con su llamativo remate y frontal triangular, basado en algunas antiguas estructuras de estas construcciones. y, dentro del mismo el nombre en dos colores y debajo el año de construcción, dispone de caño con pulsador y sumidero, todo sobre un escalón y entre dos pequeñas columnas de planta cuadrada

Al final de La Cuestona llegamos ahora, con la gran explanada enfrenten de la escuela, asfaltada, donde se celebran también fiestas populares y arrancan los caminos a Abéu y El Forniellu desde la carretera N-632. En este lugar se celebra la Feria del Rosario, feria ganadera que fue de las mejores del concejo y que ahora es otro entrañable motivo de reunión y comida de confraternización, si bien siguen viéndose buenos ejemplares de ganado caballar, yeguas, ponis y caballos. Participan especialmente los vecinos de San Esteban y de Abéu que, tras la misa, y en largas mesas extendidas ante al escuela, extienden a los comensales sus mejores viandas caseras entre las que no faltan el bollu preñáu y la botella de vino, además de tortillas, bollas, etc.etc.etc., hay asimismo concurso de brisca y carrera de cintas a caballo en el Prau Llerón

También es el lugar en el que, a la tarde de la Fiesta'l Pez, los pescadores y sus amigos y familias se toman los excelentes productos caseros en mesas bien dispuestas y mejor guarnecidas, a la que siguen un animado baile y verbena

Fijémonos en el almacén de bombonas de butano en medio de la explanada, al fondo una barandilla separa esta verdadera plaza arbolada de la N-632, situada a un nivel un poco más bajo. Al fondo, los montes que hacen frontera al sur con la vecina parroquia de Moru, donde asoma, un poco más allá y más alta, la silueta de La Peñe Pagadín (419 m)

A  la izquierda, el campu la iglesia, con un arbolado, en el que se plantó el sagrado texu de reminiscencias ancestrales que proporciona buen frescor cuando se celebra la sacramental, a principios de agosto, justo después del multitudinario Descenso Internacional del Sella, esta es su crónica del año 2019, en Cope Ribadesella del 5 de agosto:

"Concluida la Fiesta de les Piragües, celebrada en la capital del concejo durante cinco días con sus respectivas noches, Ribadesella se va de romería de prau por la zona rural del concejo. Los primeros en abrir ese calendario festivo fueron los vecinos de Abéu y San Esteban de Leces que, el domingo, celebraron la fiesta de La Sacramental con una comida campestre y record de recaudación en la subasta del ramu. La celebración comenzó a las once y media con la misa dominical y continuó con la procesión, el reparto del bollu preñau entre los socios y la mencionada subasta, dirigida por Moisés Varas Díaz, que logró recaudar 420 euros para cubrir los gastos de la Asociación de Vecinos La Almadera."

A nuestra derecha doblamos la esquina y admiramos la magnífica y enorme fachada principal de esta antigua escuela y hoy en día no menos magnífico albergue de peregrinos. Frente a él pasa la carretera local, camino asfaltado, asfalcáu, que va a El Forniellu, pasando entre este edificio y el del hermoso caserón que vemos al fondo

En la escuela funcionó durante unos años un teleclub, reminiscencia del gran impacto que provocó aquella primera retransmisión televisiva de marzo de 1960, a la que siguió la llegada masiva de gentes a presenciar el partido Madrid-Barcelona poco después, a los que hubo que alojar donde se pudo, incluyendo estos mismos locales. A la izquierda, una baranda de madera separa el camino a El Forniellu de lo que es propiamente la explanada de las celebraciones

Las escuelas tuvieron aulas de niños y niñas, celebrándose el primer encuentro de antiguos alumnos en el año 2010. Además de Antonio y Carmela aquí dieron clases otros maestros como Ramón Cerra, el de Castaño, acudiendo incluso los escolinos de Tereñes, aunque dada su lejanía de este, el centro de la parroquia, llegaron a contar con su escuela propia, por lo que aquí venían, hasta el final de las clases en 1973, los del propio San Esteban, Abéu, Bones y San Pedru


Entre los maestros que recuerdan las últimas generaciones de alumnos destaca fundamentalmente el recitado Antonio García del Valle, Don Antonio, tal es así que el corresponsal de La Nueva España P. Martínez le dedica el título de su artículo, Leces añora a don Antonio, del 10-5-2016, con motivo del correspondiente encuentro anual de antiguos alumnos y alumnas:
"Los veintiséis que acudieron a esta séptima reunión fueron, además, alumnos del mismo maestro, "don Antonio", casado con Carmela y natural de Tornín (Cangas de Onís). "Estuvo 24 años en San Esteban de Leces y era el mejor profesor que pasó por aquí en la historia, se implicó muchísimo con los chicos", rememora José María González, más conocido en la zona como "Chichi".
García del Valle no sólo se afanaba en que sus alumnos aprendieran en el horario normal de la escuela, sino que a quienes por trabajar no podían ir les daba clases particulares gratuitas por las noches hasta los 16 años. No costaban nada para quienes les correspondía la escuela de San Esteban, pero quienes llegaban desde escuelas "con menos envergadura" como las de Torre, Vega y Tereñes, sí pagaban por aquellas clases particulares. "Chichi" fue uno de los alumnos nocturnos de don Antonio, que le ayudó a obtener el certificado escolar cuando tenía tan sólo 11 años y quería dejar la escuela para ponerse a trabajar. Quería comprarse una bicicleta, algo que no consiguió hasta los 14, pero después continuó yendo un tiempo a aquellas clases que por el invierno empezaban sobre las siete de la tarde, cuando ya había oscurecido. "Era muy generoso y se implicaba mucho con los críos. Incluso después de terminar la edad escolar hacía un seguimiento de ellos, en una palabra se molestaba", describe "Chichi", al tiempo que alaba la implicación del matrimonio "en la labor social del pueblo" al participar en las primeras comuniones, haciendo chocolatadas para todos e incluso haciendo de padrinos de varios vecinos, tanto recién nacidos como recién casados. Antonio y Carmela ya han fallecido, pero continuarán vivos muchos años más en la memoria de los alumnos del primero."

 El albergue es de propiedad municipal y fue rehabilitado en 2013, siendo además desde 2019 sede de la Asociación de Peregrinos de los Caminos del Norte (APECAN) de Ribadesella, en un espacio cedido por el Ayuntamiento a esta entidad, fundada dos años antes y que celebra, en este mismo campo de romerías, la fiesta de Santiago. Esta es su noticia en Cope Ribadesella el 26-7-2022: 

"La Asociación de Peregrinos de los Caminos del Norte de Ribadesella-Caravia (APECAN) recuperaba este lunes la celebración en honor a Santiago Apostol con una pequeña fiesta en San Esteban de Leces en la que participaron los mas de 40 peregrinos que esa noche se alojaron en el albergue. En representación municipal asistieron el alcalde, Ramón Canal y la concejala de servicios sociales, Belén Fernández y también se unieron algunos vecinos de la parroquia de Leces.

El párroco, José Ramón Fernández Abad, ofició la misa previa a la procesión. En esta, los ciriales fueron portados por tres mujeres peregrinas y el santo por otros cuatro hombres peregrinos. Entre ellos, españoles, franceses, austriacos, alemanes e italianos, muchos de ellos llegaron a Ribadesella en bicicleta, porque cada vez son mas los que hace el camino a pedales. “Estuvimos hablando con uno que había completado la etapa entre Santillana del Mar y Ribadesella, hasta que ya no pudo mas con la pretensión de llegar a Santiago durante el fin de semana”, afirmó Marilar González Bulnes, presidenta de APECAN.

La fiesta concluyó con un pincheo ofrecido por la asociación a base de borona preñada, “explicando su significado” y otras elaboraciones típicas de cualquier espicha: tortillas, croquetas, quesos y demás. La jornada estuvo amenizada por la gaita y el tambor aportados para la ocasión por dos miembros de la Banda Gaites Ribeseya, José Angel Valle y Alvaro Cueto."

El albergue ha ido reformándose, rehabilitándose e incluso ampliándose desde su apertura en 1999. Si bien no somos entusiastas de los siempre triunfalistas campeonatos de cifras, tan queridos y proclamados a nivel institucional pero que hacen a veces parecer el Camino de Santiago un itinerario turístico más a ofertar como un pack de agencia de viajes, más que como un itinerario histórico, espiritual (independientemente de creencias mismamente) y cultural, es imprescindible decir que esto es resultado de un considerable aumento de la demanda de este albergue a lo largo de los años


Por eso compartimos, abundando en ello, este artículo de Juan García para El Comercio al respecto de una de la de las ampliaciones (7-2-2019) en el que se dan algunos de los datos que nos permiten conocer el incremento de peregrinos por el Camino Norte:
"El albergue de peregrinos de San Esteban de Leces, en Ribadesella, estrenará un nuevo dormitorio a lo largo de este año. El Ayuntamiento trabaja desde hace semanas en la transformación de la antigua vivienda del maestro en una nueva estancia diáfana que permitirá aumentar su capacidad por encima del medio centenar de plazas. Desde el año 2010, tras la anterior ampliación, viene ofertando 38 plazas y a partir de la Semana Santa de 2019 pasará a disponer de 54 camas. La nueva estancia se ha dotado con dos nuevos baños-vestuarios y solo tiene pendiente la renovación de la instalación eléctrica.

Esta nueva ampliación servirá para cubrir la importante demanda existente en temporada alta. En el mes de agosto rozó el 85% de ocupación, registrando jornadas de lleno absoluto en las que no se pudo dar alojamiento a todos los caminantes que lo pretendieron. Según explicó el secretario de la Asociación de Peregrinos de los Caminos del Norte (Apecan), Alejandro Barrero, la instalación aumentó de nueve a trece el número de pernoctaciones diarias durante todo el año 2018. Así, la cifra total fue de 3.618 pernoctaciones.

El aumento de usuarios en el albergue municipal de Ribadesella es progresivo año tras año a pesar de que en el concejo han surgido otros alojamientos similares de titularidad privada. Es el caso de la posada Reposo del Andayón, ubicada en Cuerres, por la que pasaron 1.539 caminantes. «Esto nos viene a confirmar que el número de peregrinos que el año pasado atravesaron el concejo fue superior a los siete mil, porque a estos datos habría que añadir los que se alojan en hoteles o en el albergue juvenil Roberto Frassinelli», afirmó Alejandro Barrero.

El aumento de usuarios en el albergue municipal de Ribadesella es progresivo año tras año a pesar de que en el concejo han surgido otros alojamientos similares de titularidad privada. Es el caso de la posada Reposo del Andayón, ubicada en Cuerres, por la que pasaron 1.539 caminantes. «Esto nos viene a confirmar que el número de peregrinos que el año pasado atravesaron el concejo fue superior a los siete mil, porque a estos datos habría que añadir los que se alojan en hoteles o en el albergue juvenil Roberto Frassinelli», afirmó Alejandro Barrero.

La Asociación de Peregrinos de los Caminos del Norte agradeció asimismo el trabajo realizado por la nueva hospitalera, Yolanda Seral, durante este último ejercicio. Seral sustituyó el pasado año a quien ocupase el cargo durante años, Dolores Martínez, 'Loli' 

(...) en el pasado mes de mayo se logró aumentar en un centenar el número de pernoctaciones, rondando las cuatrocientas. Lo mismo ocurrió en octubre que, con un aumento similar, se situó en torno a las trescientas acogidas. También el repunte del peregrino extranjero se está dejando notar en San Esteban de Leces, que recibió a usuarios de 64 países distintos, desde alemanas a franceses, italianos, estadounidenses e incluso uzbekos y hongkoneses."

No deja de contrastar la intensa labor que se desarrolla en San Esteban, tanto vecinal como asociativa, con la situación actual del pueblo, donde no quedan ninguno de sus cuatro chigres-tienda (bar y tienda de ultramarinos) ni su antaño renombrado baile, habiendo desaparecido también la industria del Llagar de Ramiro y su hermano. El paso de la carretera por el mismo pueblo favorecía el trasiego de gentes pero la localidad ha ido despoblándose


El contraste, la animación que se vive en el albergue según va avanzando el día y en el transcurso de la tarde van llegando los romeros, "lugar de encuentro de peregrinos internacionales", como bien titula el escritor Pablo Antón Marín Estrada en su artículo del lugar para su serie A un paso del Camín, también en El Comercio (21-8-2022) y plasma muy gratamente el ambiente de convivencia que es una de las características de estos refugios camineros, sucesores de los antiguos hospitales de peregrinos, en los que los jacobitas, todos de muy distintas procedencias intercambian sus impresiones y celebran la entrañable cena comunitaria: 
"A un paso del Camín, concretamente en un desvío de la vía jacobea histórica que corre paralela a la costa de Ribadesella, San Esteban de Leces muestra al peregrino actual dos testigos de piedra del tiempo de las grandes romerías medievales a Santiago: el torreón de los Ruiz de Junco y los vestigios románicos de la iglesia parroquial. Al su lado, en las antiguas escuelas, se ubica el albergue municipal. Con 64 plazas, es uno de los más espaciosos y animados de los que se va a encontrar el caminante por Asturias. «Aquí todo el mundo es bienvenido, la única norma es el respeto a los demás», afirman los encargados de atenderlo, Yolanda Seral y Pablo Cappagli. 
(...) los extranjeros son mayoría entre quienes pernoctan en el albergue municipal, asegura su responsable Cappagli. Lo hemos podido comprobar de primera mano y, ya viniendo hacia San Esteban, nos cruzábamos con el húngaro Gergely Szabo, ataviado con sombrero de ala ancha y bastón coronado por una rama de palma: «Sigo una promesa religiosa por mi familia», desvelaba. Más adelante, avanzaban Nadine Vermeulen de Holanda, la suiza Katja Daegluy y el irlandés Patrick Fagan: «Venimos desde Llanes y nos conocimos en el camino», afirmaba la primera. Sentado en una de las mesas de las antiguas escuelas de Leces, el milanés Giussepe Pinto relataba su trayecto desde Santander: «Ya conocía Asturias porque mi novia hizo en Oviedo su Erasmus y estuve visitándola. Me gustaría llegar a Santiago, pero tengo una pequeña lesión en un tobillo y no sé si tendré que dejarlo para otra ocasión. De momento me siento afortunado de tener sitio en este albergue para pasar la noche», confesaba. 
Pedaleando en su bicicleta llega al albergue el israelí Mijail Alexander. Comenzó el Camino en el País Vasco y elogia la belleza del entorno costero cantábrico: «Soy judío y mis motivos para ir a Compostela no son religiosos, aunque la experiencia de viajar en solitario tiene mucho de espiritual. Tampoco me fijo etapas ni metas, voy sin prisa, disfrutando del paisaje y de la gente que me voy encontrando», explica. A media tarde, el goteo de nuevos peregrinos es constante. Un grupo de chicas celebra la llegada a su meta del día. Myriam, alemana, las francesas Ingrid y Karina, y Susana, de Lleida. 
La catalana revela que no se conocían antes de salir esa mañana desde Llanes y que, independientemente de la razón por la que cada una ha iniciado la ruta jacobea, las une «el reto de gestionar tus propias fuerzas y compartir la vivencia con otras personas». 
En el prau del jardín del albergue otros romeros descansan y conversan en inglés como lengua franca. Un aviso pintado con tiza anuncia en el interior la hora de salida del alojamiento a las ocho de la mañana. Les aguardan los últimos trechos riosellanos bordeando la marina de Vega y la capilla de la Magdalena, antes de cruzar el río Acebo para llegar a Berbes. El sol que ahora les arropa marca al otro lado de la costa el rumbo que seguirán cuando vuelva a salir para acompañarles de nuevo a un paso del camín a Santiago."

Una bicicleta en el piso superior, donde estaban las casas de los maestros, es un detalle hacia los numerosos bicigrinos que, junto con los andariegos, recorren esta ruta y se hospedan en este hospitalario albergue regentado por los hospitaleros Yolanda y Pablo, a quienes, en una entrevista concedida a la revista Plaza Nueva (nº 50) de la Asociación de Amigos de Ribadesella, inciden en estos agradables momentos de hermandad peregrina que aquí se respiran, contando cómo no, algunas anécdotas, la mayoría agradables pero alguna no, y es que el Camino es como la vida misma, vale asimismo como ejemplo de cómo es la vida de los hospitaleros en munchos albergues:
"Las tardes-noches en el jardín del albergue suelen reunirse peregrinos en torno a la cena, intercambiando opiniones, historias, vivencias y experiencias. Es la parte más enriquecedora para nosotros. Muchos peregrinos abren su corazón y cuentan los motivos por los que han emprendido el Camino: la soledad, la pérdida de un ser querido, los sentimientos religiosos, por turismo, el haber superado alguna enfermedad, el reto personal y físico… Muchas veces nosotros mismos hacemos de psicoanalistas, de reparadores de almas afligidas (...)  
Por el albergue han pasado todo tipo de peregrinos. Un chino pasó toda la tarde jugando a las cartas con nuestro hijo Benjamín, que tiene 8 años. Se le veía muy feliz y al despedirse le dio 200 euros. En otra ocasión una señora inglesa, que ejercía un alto cargo en una empresa constructora (quería hacer el Camino en albergues así que, para tranquilidad de sus hijos, llegó acompañada por un mayordomo) se portó fenomenal con nosotros; fue muy generosa (...) 
Los problemas más serios suelen estar relacionados con los robos: de secadores o planchas del pelo, de alimentos, etc. No faltan aquellos que encargan cenas de pizzas, platos de pasta, hamburguesas y bebidas, e intentan irse sin pagar. En cierta ocasión un grupo de 25 peregrinos solicitaron cruasanes para el desayuno y cuando llegaron a desayunar, los cruasanes habían desaparecido; cuatro peregrinos madrugadores madrileños se los habían llevado. Fueron alcanzados, pero estos hurtos menores no tienen consecuencias. Más graves son algunos comportamientos incívicos, aunque en realidad solo ocurrió una vez. Un peregrino destrozó el mobiliario, las lámparas, la vajilla, los vasos, con el peligro que ello representó, pues los vidrios rotos estaban en el acceso a las duchas. Incidentes de este tipo solemos comunicarlos a la Guardia Civil, con quien tenemos una fluida relación."

Detrás de la escuela tenemos una estupenda vista de los barrios más meridionales de Abéu, bajo los que pasa el Camín Real en dirección a Vega, Berbes y Caravia


Ahí, en medio de la foto, entre los árboles, está el cruce de El Caneyón con El Camín del Pueblu, que enlaza todos los barrios de Abéu. A su izquierda el Camín Real sube un poco, al pie de la finca del Palacio de los Argüelles, en lo más alto, rodeado de árboles, del que apenas vemos el tejado


La finca del palacio, densamente arbolada, llega a las casas de La Rocina y La Cuesta la Rocina. Más allá están La Quintana, El Cuetu, El Mansu, La Viña y L'Armadera. La Venta del Manso, un mesón caminero, aparece citado en este lugar por el geógrafo Tomás López en 1772


Vemos un peregrino, o peregrina, caminar bajo el Palacio de los Argüelles, del año 1691, el cual fue traído piedra a piedra desde Prau, en Caravia, a causa de problemas del terreno por culpa de la actividad minera. No lo vemos pero tiene una capilla anexa a la que se une por medio de una sucesión de arcos de medio punto


Uno de los miembros de esta familia fue Agustín Argüelles, llamado El Divino por su oratoria, no en vano fue abogado, político y diplomático de larga trayectoria, traductor de inglés en 1800 en el Ministerio de Exteriores y luego en el de Hacienda, siendo enviado a Inglaterra por Godoy, donde permaneció varios años, llegando a acompañar a los representantes asturianos enviados a ese país para recabar su apoyo durante la francesada. Diputado por Asturias, en las Cortes de Cádiz participó en la redacción de la Constitución de 1812, lo que le valió el exilio a la vuelta del absolutismo de Fernando VII tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis que acabó con el Trienio Liberal


Exiliado en Londres, fue bibliotecario de Lord Holland, hombre de letras, político e hispanista con quien había trabado amistad durante su estancia en Inglaterra años atrás. Allí escribiría su obra Examen histórico de la reforma constitucional en España, que saldría publicado en la capital inglesa en 1835, un año después de su regreso del exilio, cuando los renovados aires liberales fueron propicios para volver al terrenos político, participando de nuevo en la redacción de otra constitución, la de 1837, y siendo de nuevo por Asturias. Perdió las lecciones en las Cortes Generales frente a Baldomero Espartero para ser regente de España durante la minoría de edad de Isabel II, este en cambio le nombró su preceptor hasta que, llegada la mayoría de edad de la reina, dejó sus funciones, volviendo a ser diputado, ahora por Madrid, en 1844, año en que murió en su casa madrileña de un ataque de apoplejía. El Ayuntamiento de Madrid dedicó su nombre a un nuevo barrio, Argüelles, construido entre 1856 y 1884 en la Montaña del Príncipe Pío


El Camín Real baja valle abajo, por las vegas de Llames y pasando cerca de Barréu para llegar a Vega entre el monte La Cruz (171 m), a la derecha, y El Calerón (126 m), a la izquierda


Es la zona ya cercana a las explotaciones de espato-flúor o fluorita existentes entre las parroquias riosellanas de San Esteban y Berbes y el vecino concejo de Caravia, minas que empezaron a trabajar en 1931 y que continuaron en activo tras la Guerra Civil. Mineral empleado como fundente endurecedor del acero, su importancia estratégica hizo que fuese vendido tanto a los aliados como a los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Empezaron su declive en la década de 1980 y en la actualidad solamente está en funcionamiento la de Mina Ana, el Lavadero de Minersa, en Torre



Antes de esta escuela de 1888 hubo otra, mencionada en el Diccionario de Madoz unos años antes, a mediados de esa misma centuria, donde cuenta también de la iglesia y de la casa del párroco:
«Hay escuela de primeras letras frecuentada por unos 100 niños de ambos sexos, cuyo maestro está dotado con 2.200 reales anuales; y para surtido de los vecinos distintas fuentes de aguas gruesas. La iglesia parroquial, de la que es aneja la de Linares, se halla servida por un cura de primer ascenso y patronato laical; el párroco reside en el lugar de Abeo, el cual existe sobre una colina a 600 varas del mar y a las vistas de Ribadesella».

En San Esteban, los vecinos celebran asimismo el tradicional amagüestu de castañas con la llegada del otoño, resultando otro momento de reunión en el que además se degusta otro producto de temporada, las setas, acompañado de sidra dulce para beber y de postre el tradicional arroz con leche. Suele ser a finales de octubre, por lo que si el tiempo acompaña se realiza también al exterior, sino en el cabildo de la iglesia, a la que ahora nos dirigimos


Van llegando los peregrinos. Si bien en una zona turística con abundantes alojamientos desde el comienzo del veraneo riosellano con la Marquesa de Argüelles y otros pioneros a principios del siglo XX, durante los primeros años a partir de la primera señalización del Camino Norte con motivo de aquel renombrado Xacobeo'93, no había albergue dedicado a los peregrinos en importantes y largos trayectos, uno de ellos este, si bien podía optarse por el Roberto Frassinelli, albergue juvenil sito en la misma primera línea de playa del Arenal de Santa Marina, que aún hoy día, aunque más destinado a turistas y veraneantes, lo acoge con gusto. No obstante hemos de tener en cuenta que la idiosincrasia de estos albergues de otro tipo hace que suela haber otras costumbres, horarios, normas, etc.


En la actualidad, como hemos visto, han abierto algunos albergues y refugios privados más enfocados a los peregrinos en otros puntos del itinerario por el concejo. Además, otro tipo de alojamientos, especialmente pensiones y hoteles, pero también campings y casas rurales, aunque tampoco destinadas en exclusiva a peregrinos, les ofrecen a estos ciertas ventajas y ofertas al presentar su credencial. En este sentido los campings, si bien sólo salvo excepciones abren en temporada alta, fueron una socorrida alternativa para muchos peregrinos cuando apenas había albergues, ni públicos ni privados, en el Camino Norte, hoy en día y aún con su proliferación es normal se alojen en ellos los peregres, máxime si estos llevan sus minitiendas de campaña o si el camping se las ofrece, u otros hospedajes estilo por ejemplo los bungalows


Enfrente de la escuela, en el cruce del camino a Abéu (La Cuestona), con el de El Forniellu, donde se guardan las bombonas de butano, está uno de esos artísticos monolitos que suele haber en los pueblos riosellanos con elementos característicos de su paisaje y patrimonio


Está orientado a los vehículos que entran desde la carretera N-632. Se trata de uno de los llamados paneles o letreros turísticos existentes en casi todas las aldeas del concejo, la mayor parte instalados en el año 2013 y otros, como este, al año siguiente. Consisten en unos llamativos y coloristas cuadros hechos de cerámica y colocados dentro de un gran marco de piedra o ladrillo, siempre con la intención de resaltar algún aspecto principal de cada lugar, historia, paisaje, naturaleza, etnografía, arte o patrimonio.


En el caso de San Esteban reconocemos tres motivos, dos de ellos en grande: a la derecha la historia del antigua Leduas que se unió en 1270 a Melorda para fundar el alfoz o demarcación del actual concejo y a la izquierda la Torre de los Ruiz de Junco, al otro lado de la carretera


Se plasman en detalla sus piedras de sillería, los vanos adintelados, el escudo y hasta la mata de arbolado existente en su entorno


Abajo, al pie de la torre, en un pequeño recuadro, hay un tercer motivo, que no ha de pasarnos desapercibido. Debajo leemos: 
"Comida de los trabajadores del llagar LA COVADIELLA en los años 50"

Y aquí tenemos esta magnífica estampa en homenaje a todos ellos y ellas, esencia de la cultura sidrera asturiana


Cruzamos la calle y nos encaminamos al campo de la iglesia, cuyo texu, al que ya nos hemos referido al llegar, está recogido y catalogado en la página de Amigos del Texu, la cual dice así del árbol y su entorno en la ficha del Tejo de San Esteban:
"Leces es una parroquia del concejo de Ribadesella, de una belleza especial con una economía netamente agrícola y complementando los ingresos con actividades como la cantería en lugares distantes de allí, aunque en los últimos años el peso del turismo es determinante. San Esteban es una entidad singular de esta parroquia con la categoría de Lugar ubicada a unos 5 kilómetros de la capital del concejo y con 22 habitantes según el nomenclátor de sadei para 2011.

La iglesia de San Esteban de Leces es un antiguo templo románico reconstruido después de la guerra civil (1958), está ubicada en un alto con hermosas vistas. Muy cerca, en unas antiguas escuelas se encuentra el albergue de Leces. Hay bastante terreno que se encuentra bien cuidado y en entre otros árboles se halla un tejo de no muchos años como así lo indica el perímetro del pie, que es de 80 centímetros y unos 4 metros de alto; su estado es bueno, aunque tiene una rama seca en la copa y no tiene corra ni está asfaltado cerca, así que tiene todas las posibilidades de un futuro estupendo"

Como dice el escritor y cronista José Ignacio Gracia Noriega en su página de artículos sobre Asturias Entre el mar y las montañas y en el titulado San Esteban de Leces:
 "La iglesia destaca sobre el caserío, al lado de la carretera y está bien cuidada y arreglada, aunque con muestras muy claras de haber pasado por sucesivas y definitivas reformas"

 Aquellas reformas ya habrían transformado considerablemente la obra original románica, especialmente en elementos como la espadaña del campanario, elementos que solían añadirse en el siglo XVIII según disposiciones litúrgicas, pero tras la tremenda destrucción de la Guerra Civil se hizo obligado a una total reconstrucción en la posguerra, según unas fuente en 1953, según otras en 1958

En la página el Camino de Santiago por Asturias se nos informa que su fecha de construcción es el año 1259 y también describe la historia de un posible traslado de este u otro templo precedente desde El Forniellu. Según podríamos elucubrar en base a las investigaciones sobre la cristianización de Asturias, esta parece originarse en comunidades bien comunicadas, zonas de trasiego de gentes de diferentes procedencias por las que llegaría el cristianismo como otros cultos orientales (mitraismo), al principio entre personas de cierta relevancia social, como podrían ser las de las estelas allí localizadas, y por lo tanto con tiempo de plantearse cuestiones espirituales de trascendencia, las cuales serían las primeras en enterarse de la existencia de esta religión, sin duda por entonces con parámetros diferentes a los actuales, los primeros en asimilarla y los primeros en divulgarla, gracias al trato con otras venidas de fuera, muy posiblemente comercial pero que pasarían a lo privado, de  amistad o afectivo, o al menos de la suficiente confianza para hablar de estos temas

Otra posibilidad sería la de la conversión más o menos directa al decretarse la libertad de cultos en el Imperio Romano o, más aún, cuando esta pasó a ser su religión oficial. Una cosa sí es segura, cuando se hicieron las estelas, invocando a los Dioses Manes, aún no lo eran, pero la trascendencia e importancia que parece haber tenido esa comunidad de El Forniellu, y que luego la parroquia mantenga el nombre, evolucionado, de aquel extenso territorio altomedieval de Letuas o Leduas, que podría haber tenido por tanto aquí su centro, da que pensar en una continuidad histórica a la que no es ajena, ni mucho menos, el posible castro de La Llana, al lado mismo de esta iglesia 


Iglesia alguna de cuyas reformas se han hecho en tiempos bastantes más recientes que las reconstrucciones de posguerra, se trata del llamativo dibujo geométrico en forma de rombos realizado en este frontal o frontispicio de la portada oeste y principal del templo, una obra del artista Fernando Ordóñez, Piti, del que veremos otras de sus creaciones, unos hermosos trampantojos, en las calles de Vega. De este trabajo en San Esteban, que imita los bloques de mármol la fachada gótica del Palacio Ducal de Venecia, habla Juan García en El Comercio una vez finalizada esta composición, el 28 de octubre de 2016, Devoción altruista en Leces
"La iglesia parroquial de San Esteban de Leces, en el concejo de Ribadesella, no para experimentar cambios. El último es quizás el más llamativo ya que afecta al frontispicio del templo, a la parte encalada de la edificación. Sus blancas e inmaculadas paredes han sido sustituidas por un entramado de líneas geométricas que engrandece aún más su esbelta arquitectura. El trabajo fue realizado de forma altruista por un vecino de Vega aficionado a la pintura decorativa y al trampantojo. «Se trata de Ordóñez, diseñador y promotor de una obra artística que ejecutó a lo largo del pasado verano, entre los meses de agosto y septiembre. Una labor que requirió de gran simetría para encajar el dibujo sin romper la armonía de todos los huecos de la fachada», destacó José María González Varas, 'Chichi', alcalde de barrio de Abéu. Sin embargo, a pesar de esa perfección artística, la obra pictórica no es del gusto de todos. Unos vecinos la ensalzan y otros la critican."

Lo cierto es que los cuadrados, rombos y demás ornamentos, más si como estos son en constante repetición, no son ajenos ni mucho menos al arte religioso, y en concreto, cristiano, de todos los tiempos, transmitiendo sensaciones de continuidad, movimiento, infinito... y por lo tanto de eternidad. Otra cosa ya es el gusto y preferencias estéticas de cada uno


Pocos años antes los vecinos habían pavimentado este espacio ante la iglesia, que muestra un largo banco corrido bajo esta fachada, la cual tiene continuidad en el murete de la derecha, sobre la carretera, pensado para sentarse la gente que acude a las fiestas, misas, bodas y otros actos litúrgicos o simplemente para reunirse en este lugar. A la vez que se procedía a esta pavimentación se acondicionó la entrada al antiguo cine parroquial, a la izquierda, siempre con la esperanza que se pueda recuperar ese histórico espacio, pionero de la televisión en Asturias, sigue diciendo Juan García:
"La recuperación del cine club propiamente dicho «son palabras mayores», dijo González Varas. Los vecinos de la parroquia de Leces estarían encantados con que esa sala recuperase la actividad social que tuvo entre los años 1940 y 1967. Saben que es difícil, pero sueñan con que algún día pueda hacerse, para recobrar la proyección de películas y las representaciones teatrales. El cine-teatro de San Esteban lo había fundado en el ala izquierda del templo el que fuera párroco Manuel Alvarez Miranda."

Antes aún, entre finales de 2012 y principios de 2013, el maestro relojero Luis Miguel García arregló por fin el complicado mecanismo del reloj de la fachada tras veinte años parado, lo que desató tanta euforia que los vecinos acudieron a tomarse las uvas en este lugar en la Nochevieja siguiente, paso al Año Nuevo de 2014


Al sur de la iglesia, al otro lado de la carretera, se extiende una llanura hacia Los Cofiños, del latín cofinium, límite, confín, tal vez referido a fincas o otras aún más antiguas divisorias de las gens astur-cántabras en este territorio en torno al Sella, como es el caso del no muy lejano Cofiñu, en Parres


Cofiñu está al suroeste de aquí, en la ladera sur del Sueve, cuyos picos no vemos en este momento, tapados, como es muy habitual, por un manto de nubes. Sí vemos su prolongación más oriental, El Fitu, serranía más baja que señala la frontera con Caravia, con las muy picudas y fáciles de reconocer cimas gemelas de La Gobia (538 m) y Bustronci (534 m). Más abajo el Corquiéu (300 m), del que tomó su nombre el grupo de folk riosellano fundado por el muy recordado músico riosellano David Mateos, Puru


Mas cerca y sobre los árboles asoman los tejados de Bones, otro pueblo de esta parroquia de San Esteban, donde nació en 1804 Francisco Pérez del Valle, escultor de cámara de Isabel II. Sus padres se dedicaban a trabajar una muy humilde casería y estaba encaminado a ser pastor. No se sabe cómo tuvo su primera vocación escultórica pero aparece matriculado, con 23 años, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde consigue en 1832 una beca y seis años más tarde es académico  numerario por sus magníficas obras, ocupando posteriormente nuevos cargos artísticos y docentes en dicha Academia, consiguiendo sucesivos premios y solicitando, en 1843, ser nombrado escultor honorario de cámara, título que le fue concedido el 17 de febrero del año siguiente, esculpiendo a la reina y a su marido y asumiendo numerosos, a la vez que seguía participando exitosamente en exposiciones y ejerciendo de profesor de diferentes especialidades en San Fernando, donde llegó a ser en 1844 director honorario. En 1858 y hasta 1866 fue segundo escultor de Cámara. Falleció en Madrid en 1884


Más a lo lejos, otras cimas de El Fitu, la de su mismo nombre o Peña Poares (629 m) y La Cruz de Llanes (598 m). Aún más en la distancia, a la izquierda de la foto, son las estribaciones del Sueve que caen, hacia el sur, al valle del Piloña, otro paso natural, este por el interior, entre el oriente y centro de Asturias, ruta directa hacia Oviedo/Uviéu, por donde discurrían otras sendas jacobitas y de peregrinación a Covadonga y Santo Toribio, señalizadas como el Camín de los Santurarios


Más cerca y sobre los Cofiños el Picu Cabalgadoriu (446 m) y El Felguerosu (338 m), la más septentrionales de Les Corones o Peñes les Corones, donde a sus pies y a ambos lados, el Ríu L'Acevu a su izquierda, y el Castañar a su derecha, forman sendos valles que son sendos pasos naturales existentes hacia el citado valle del Piloña. El segundo da sus aguas al primero entre los pueblos de Torre y Barréu (junto a Mina Ana) antes de su desembocadura en La Playa Vega, donde lo cruzaremos por un puente


Y tras los eucaliptales (ocalitales) de La Teyera y La Maeya, esta es La Peñe Pagadín (419 m), no muy alta pero que es una referencia visual importante, que veíamos ya desde la bajada de la iglesia de San Pedro de Pría, en Llanes, y por lo tanto de la que hemos hablado abundantemente a lo largo de las entradas de blog dedicadas a ese tramo de camino, dada su trascendencia geográfica y naturalista, con su gruta de Cueva Rosa, refugio de numerosas especies de murciélagos, insectos (alguno único del lugar) y hallazgos prehistóricos del paleolítico (culturas solutrense y magdaleniense)


Más a la izquierda asoma un poco la pica de La Peruyalina (495 m), frontera con el concejo de Parres y en el Monte Moru, sobre la parroquia riosellana de este nombre, parajes de los que escribe en sus andanzas y pesquisas el ilustrado Jovellanos, a raíz de su visita en septiembre de 1790:
«La Cruz de Argueda, perteneciente a la parroquia de Moro; súmese las aguas en el fondo por una cueva, y van a salir a un río; hay por allí muchos cráteres; en el fondo de uno, junto a Collía, la confluencia de las aguas se rembalsa; forma laguna y luego se va sumiendo poco a poco; las cimas del contorno todas de pizarra dura, parece que siguen en línea circular y como que señalan un grandísimo cráter. Los montes altos más distantes son formados por capas verticales».

De la barandilla, volvemos a la iglesia, pasando de su artístico frontispicio a su anexo hogar parroquial, donde el párroco Don Manuel Álvarez Miranda auspicio la construcción de un cine que ha pasado a los anales de la televisión en Asturias


Y es que se conserva tal cual debió ser, al menos la fachada, cuando el radio técnico Ángel Díaz, Angelín el de les Radios, logró captar, aquel 24 de marzo de 1960 y vía repetidor Sollube de Bermeo, las primeras señales de televisión que se veían en Asturias. Al año siguiente lo hará en la capital del concejo, para lo que tendrá que construir él mismo, su propio repetidor. Así nos lo cuenta Juan José Pérez Valle en la revista Plaza Nueva nº 50 de la Asociación de Amigos de Ribadesella:
"El radiotécnico Ángel Díaz consigue que las imágenes de televisión sean captadas en la capital municipal, gracias a la construcción por él mismo de un repetidor que eliminaba la zona de sombra en que quedaba sumida la villa, comenzando a verse desde entonces cada vez más antenas en los tejados, y no solamente en la capital municipal; también en Berbes, Linares, El Carmen, San Esteban…"

Según datos de El cine en Asturias el hogar parroquial fue inaugurado en los años 1940 "según fuentes orales", lo que quiere decir que la iglesia, antes de la restauración fechada en 1953 ó 1958, ya estaría operativa desde el momento en el que se le añade un nuevo inmueble y de estas características.En cine-hogar habría de datar de 1954, según leemos textualmente:
"Un BOE de 1954 refleja la solicitud por parte del mismo cura párroco la instalación de una industria de proyecciones cinematográficas compuesta por un proyector sonoro de 35 mm y los correspondientes accesorios, con un aforo de 150 localidades. Y el BOPO del 7 de abril de 1954 le autoriza a establecer un cine, con las características antedichas"

Aún no hemos visto los elementos románicos conservados de la fábrica original de la iglesia medieval, concentrados en el ábside. Para ello habremos de ir a la parte posterior, recurriendo el muro norte de la iglesia, que al ser el más umbrío y expuesto no suele ser el más llamativo


Como en otros muchos casos ante el muro norte, a veces unido a él y a veces separado, como es este el caso, está el cementerio. Desde tiempos de Carlos III y por cuestiones higiénico sanitarias (la terrible epidemia de Pasajes) se prohibió enterrar dentro de las iglesias, pero la costumbre estaba tan arraigada que esta pervivió mucho tiempo más, pues popularmente se tenía gran estima a enterrar en el interior o en su entorno más inmediato, en camposantoen sagrado, por lo que fue adaptándose paulatinamente a lo largo de ese siglo y del XIX


Antes del muro del cementerio hay aquí un buen mirador también sobre Abéu, y el mar


A la izquierda La Riega Abéu y La Llana, abajo El Cantarillón y la finca El Anzor, por donde sube El Caneyón desde San Pedru, hasta el cruce con El Camín del Pueblu y el de La Cuestona, por donde hemos venido. A lo lejos el Mar Cantábrico, con los campos llanos de La Iyera y El Cantu la Braña, sobre los acantilados de Abéu y Tereñes, cuyas paredes y pedrales jurásicas muestran las huellas de los grandes saurios en lo que es el comienzo de la famosa Costa de los Dinosaurios, que llega hasta Villaviciosa


En medio del cruce está el panel turístico dedicado a Abéu, que visitábamos en el episodio dedicado a la subida desde San Pedru y, justo encima de él, el cruce de La Rocina, con alguno de los demás barrios de Abéu, El Cuetu, La Quintana, etc. extendidos hasta los pastos del Cantu la Braña


A la izquierda del cruce, y paralela al Camín Real, que pasa más abajo, La Cuesta la Rocina, que sube al Palacio de los Argüelles, cuyo tejado volvemos a ver entre los árboles


Identificamos un poco de las fachadas sur y oeste y reconocemos al menos cuatro chimeneas y dos buhardillas


Un poco más allá hay un camino que, cercano a los acantilados de El Rostru y La Punta los Carreros baja, dando un cierto rodeo, a Vega, por los altos de La Cruz, Campellina y el lugar de Mortera, siendo frecuentado por pescadores, senderistas, paseantes y montañeros, pues forma parte de rutas costeras


Sabemos que en San Esteban se enterraron, no en este cementerio sin duda, sino en el camposanto anterior, dos peregrinos franceses, uno en 1742 y otro en 1764. Por aquel entonces se sabe el Hospital de San Roque, para pobres y peregrinos, existente en la villa, estaba ya en decadencia. En 1746, por ejemplo, el visitador o delegado episcopal había protestado enérgicamente porque en su capilla se celebraban los conceyos o juntas vecinales, precedente del actual Ayuntamiento, llegando a amenazar con la demolición del santuario


Al fondo, un murete o muria de piedra separa el prado de la parte posterior de la iglesia de las casas de la carretera, sobre La Raposera. Ese campo es estupendo para admirar el ábside con sus elementos medievales


Entrada al cementerio, con gran frontón triangular rematando la estructura que cobija el protón. Justo sobre la puerta una inscripción. Al fondo la capilla, de arco de medio punto, tejado a dos aguas y espadaña, cuya parte posterior veíamos desde La Cuestona


La inscripción, con una frase que puede localizarse en más cementerios, dice así:

BEATI MOTUI, QUI IN DOMINO MORIUNTUR

                                                   "Apoc = XIV ="

Se traduce "Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor", y como se señala más abajo es del Apocalipsis de San Juan, capítulo 14 versículo 13:
Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”.
Fijémonos igualmente en la forma antigua de hacer el guion, con el signo igual (=) y la de cerrar la comilla, poniéndola abajo, a continuación de la última letra. Una fórmula que se mantiene en algunos idiomas


Bordeando la sacristía pasamos pues al campo del ábside. A lo lejos se reconoce La Peñe les Pandes con la Sierra la Cueva Negra que se extiende desde Nueva y Pría en Llanes hasta Lloviu, al lado del Sella


Tras la sacristía está el muro sur del ábside, alto y cuadrado, que cobija al altar, a la derecha es el óculo que da luz al interior 


Estos canecillos en el saliente del tejado son los que muestran diversos motivos tallados dentro del gusto románico en el que se construyó esta iglesia, la cual estaría vinculada en su iconografía a la cercana de Santa María de Xuncu o Junco y a la más alejada de Santa María de Villamayor, en el valle del Piloña. Por lo que habría una misma inspiración, motivos, ideas e incluso mismos talleres de constructores y escultores


Es significativo que la mayor parte aparecen esculpidos con el llamativo motivo de lo que parecen ser peces con corona. Fijémonos también en la dificultad de unir a veces lo estético y lo práctico, el arte, la historia y... los canalones


En el muy recomendable libro El románico en Asturias, de la gran erudita y especialista Mª Soledad Álvarez Martínez, aparecen citados como "reptiles de cuerpos serpenteantes" y en la Gran Enciclopedia Asturiana (tomo 19 voz Leces), se dice que "Los canecillos recogen motivos de cabeza de reptil"


Sin embargo, si acercamos el zoom descubrimos que tienen cola y aletas pisciformes, en lo que parecen ser salmones o más aún anguilas coronadas. Pero lo más chocante es la cabeza, pues presenta frente y un hocico con nariz, como un perro o un lobo, algo no frecuente en los peces, y menos en los citados. Donde termina la boca aparece el ojo


Remotamente podría la cabeza recordarnos a un delfín, pues no se aprecia branquia, pero nos fijamos que tiene escamas, un delfín no, ni ningún mamífero marino. Más sorprendente aún es la cabeza, se nota es algo puesto sobre ella, no una aleta, un tocado en forma de casco o, mucho más evidente, una corona de tres picos. Es algo sin duda relacionado con la realeza, el mando y la autoridad, que se sabe empezó a usarse para identificar como tal a quien la portaba


A la derecha otros capiteles son lisos o con figuras de animales, aves y cuadrúpedos, una iconografía bastante usual en el románico, cuyo simbolismo está sujeto muchas veces a diversas interpretaciones. Realizado en un momento en el que la inmensa mayoría de la población no sabía leer (tampoco se consideraba aún indispensable, más bien cosa de escribanos y sacerdotes), las imágenes transmitían dogmas, doctrina, ideología, ideas y mensajes, a veces incluso con más de un significado superpuesto
 

El mismo símbolo, idéntico y serpentiforme o, para nosotros, pisciforme se repite dos veces en este muro, y una tercera en la esquina con el muro oriental del ábside. En medio, otro canecillo en forma de rollos es un motivo decorativo pero también tendría un significado en origen. A veces aparecen figuras humanas en actitud de llevarlos a la espalda, no es este el caso, y se asocian entonces a la pesada carga del creyente, llevando una vida según los preceptos cristianaos para la salvación, o más la del  religioso, en la ardua labor de divulgar la fe y cuidar sus votos


La figura del pez no es ni mucho menos extraña en sí misma en el arte y símbolos religiosos, desde muy antiguo se ha identificado con la divinidad, algo que fue adoptado por el cristianismo, hasta tal punto que es el mismo acrónimo de Jesús, Iesous Christos Theo Uios Soter, aunque no representado con esta llamativa forma serpenteante a manera de S. Sin embargo sí podría representar esa identificación con Cristo "la corona de la vida, que ha prometido Dios a quien le ama", que es además una de las Epístolas de Santiago, atribuidas al Apóstol, lo que entraría entonces en relación directa con el Camino


La del pez coronado es realmente una figura especialmente llamativa, es un evidente símbolo cristiano con posibles reminiscencias paganas, desde la antigua Mesopotamia hasta el citado símbolo de Cristo, además presente en su milagro de la multiplicación de los panes y los peces, algo que tampoco habríamos de olvidar y que tendremos presente ante la multiplicación de este vez que hemos visto, y que veremos, en este ábside


El ábside no es el original, es parte de la reconstrucción efectuada tras su destrucción en la guerra en la que se reaprovecharon estos canecillos y la ventana, también románica, de esta iglesia cuya construcción original Mª Soledad Álvarez Martínez la enmarca dentro de las del Camino de Santiago de la Costa, que alcanza mayor difusión a partir del siglo XIII, centuria precisamente en la que se erigió el templo original, tal vez sustituyendo a otro anterior cristianizando el enclave sagrado precristiano de El Forniellu y el mismo castro de La Llana, del que existe la leyenda de que hubo en el lugar "un campamento moro", referido moro al significado tradicional de antiguo o no cristiano, que aparece en la mitología de todo espacio arqueológico, casi siempre vinculado a tesoros escondidos o ayalgas, guardados por las encantadas moras y saqueados desde antiguo por los ayalgueros, sus buscadores


Vamos entonces a seguir la línea de canecillos, ahora a partir del de la esquina. A su izquierda uno en forma de quilla y otro más alisado


Luego ya empiezan a verse en los siguientes otras figuras, algunas más interpretables, otras más enigmáticas. En la foto destaca a la izquierda la que parece la cabeza de un oso y, a su izquierda, cómo no, otra vez el mismo pez que los anteriores


Y a su izquierda... otra vez el mismo pez, empieza de verdad la multiplicación, como si hubiesen hecho un molde o plantilla. Tampoco es muy común tanta repetición en un elemento tan en detalle y complicado, y prácticamente copias exactas unos de otros. En cuanto al oso, extraemos parte de la explicación de su alegoría en el Blog de románico. Diccionario de símbolos:
"Para los celtas, el oso es el emblema de la casta guerrera y del poder temporal y, por lo tanto, se opone al jabalí, símbolo a su vez de la casta sacerdotal, aunque ciertamente éste fue empleado como insignia militar, como ya vimos, por su agresividad. (...)
En general, en el occidente cristiano, el oso es descrito como animal telúrico y lunar, pues pasa el invierno en una cueva de la que no sale hasta la primavera. Se considera que es un animal primitivo de fuerza y violencia descontrolada y símbolo de la crueldad y bestialidad. A pesar de ello podía ser domesticado con relativa facilidad y engañado con miel o, a veces, con el señuelo de la música, según las creencias populares en la mayor parte de Europa, todo lo cual viene a ser corroborado por el hecho documentado de su participación, junto a titiriteros y acróbatas ambulantes, en ferias de villas y pueblos para diversión de la plebe. Esto dio lugar a un patrón iconográfico de mayor trascendencia que la simple representación costumbrista. Lo mismo podríamos decir de las escenas de caza en las que participa el animal como representante del Mal que es aprisionado o cazado por las fuerzas del Bien"

Luego del oso y el pez coronado a su izquierda, otro canecillo en quilla, otro pez con corona, un lobo, un pez más, otra quilla, otro pez, un personaje antropomorfo, otro pez igual a los demás y otro personaje, antes de la esquina. Volvemos a insistir en la abundancia piscícola de esta iglesia, lo que incluso nos lleva a pensar en el antiguo Gremio de Navegantes y Mareantes u Honorable Gremio del Mar y Puerto de Ribadesella, tan vinculado al Camino con su servicio de barquerías cruzando la ría, ya que si bien se funda en el siglo XVI, parece hubo de tener su base en algún tipo de organización anterior, dado que el puerto también estuvo aforado en pesca y comercio al ser parte fundacional de la misma puebla. Es más, las pesquerías fluviales, sobre todo de salmones, mantuvieron el gremio vivo hasta 1884, mucho después que desapareciesen las ballenas de estas costas, en el siglo XVII, fundamento de sus rentas e ingresos


En cuanto al león entre nuestras reales anguilas, se identifica bien por sus picudas orejas. Muestra sus fauces abiertas e ira en los ojos, transmitiendo amenaza y desafío. En origen el lobo tuvo en muchas culturas, como las clásicas, connotaciones positivas relacionadas con lo hiperbóreo, el sol y los dioses solares (Apolo), lo que el cristianismo en principio trasladó a Jesucristo. De manera similar para los celtas era el acompañante de los difuntos a las regiones luminosas, existiendo la invocación "déjate conducir por él pues conoce el orden de los bosques y los caminos despejados que conducen al paraíso", lo que le vincularía también a la tradición caminera, existiendo la metáfora que devora al creyente y lo transforma en su interior, impregnándole de sus cualidades solares, devolviéndolo después a una nueva vida, como hace Cristo en su amor, o hace el Camino tras la transformación vital de una peregrinación

Sin embargo aquí estamos ante lo que prevaleció en la tradición cristiana de negativo en esta especie, en contraposición con el Buen Pastor, y aunque el mismo San Francisco llegó a plantear una tregua con los hermanos lobos en sus ataques al ganado, esas connotaciones terribles, que ya arrancan con los lupanares romanos y siguen con la pagana reina Lupa de la tradición xacobea hasta llegar a la fiereza plasmada en este canecillo y en los bestiarios medievales que recogemos en el citado Blog de Románico:
«…por los mordiscos que inflingen a los hombres y a los animales: Degüella todo lo que se le presenta con una rapacidad sin igual…, por lo que es comparado con las cortesanas, a quienes se les llama lobas porque devoran los bienes de los amantes …Pare sus cachorros en mayo, cuando truena, lo que significa que el diablo fue precipitado desde el cielo por su primer acto de soberbia…»

Engaña a los perros que cuidan los rediles ladrando para que éstos contesten y averiguar de esa forma el lugar donde se encuentra el rebaño. Se acerca caminando silencioso contra el viento para no ser detectado por su fuerte olor, «…que es lo mismo que hace el demonio, que merodea con engaños alrededor de la iglesia de Cristo en espera de poder dar caza al pecador descarriado…»

«…Sus ojos brillan en la noche de la misma manera que las obras del demonio brillan para los necios e incautos y persigue a los que se alejan de él gracias a sus buenas obras, como le sucedió al santo Job, a quien arrebató todos sus bienes, incluso a sus hijos e hijas, con el único propósito de alejarle de Dios Nuestro Señor…»

Si un lobo ve primero al hombre, le priva de su fuerza y de la capacidad de gritar para dar aviso de su presencia. Lo que se debe hacer entonces, según los bestiarios es «…quitarse los vestidos, pisarlos y golpear dos piedras una contra otra, lo cual hace perder al lobo su fuerza. Porque el lobo es el demonio, los vestidos son los pecados y las piedras que suenan la palabra de los apóstoles y los santos, los cuales ahuyentan con su sonido al maligno…»


Pero volvemos a nuestros pececitos: a continuación otros dos y quilla en medio. El pez en sí mismo ya hemos dicho que tiene una relación con lo divino desde la prehistoria, mismamente aparece pintado en las pinturas rupestres de las cercanas cuevas de Tito Bustilo (La Cerezal, El Pozu'l Ramu). San Pedro es pescador y de pescador de peces pasa a ser pescador de hombres. Los mamíferos acuáticos como los abundantes delfines eran también tenidos por peces, de ahí que pudiese ser que se les representase con escamas, pues el escultor buscaría más el simbolismo que un realismo que tal vez ni siquiera conocía, sino que se guiaría por otros modelos, dibujos, bestiarios...


Una figura humana, muy gastada, pero que parece llevar capa o hábito sigue al siguiente pez y da paso a otro, siempre con su corona y siempre en la misma posición y análoga estructura de cola, aletas, escamas...


La corona es un símbolo que se mantiene en la heráldica y en todo tipo de simbolismo, sin embargo, buscando en los apellidos de la zona, máxime los de nobles o hidalgos que pudiesen haber patrocinado la construcción del templo, de momento nada hemos podido descubrir similar a esto. Además, por lo general esos escudos aparecen enteros y más bien en momentos posteriores. En vez de corona solían poner un yelmo o celada


A la izquierda otra figura antropomorfa muy erosionada y en la esquina con la pared su el tan repetido pez con corona una vez más. El personaje intermedio también lleva capa, sayo o hábito y muestra unos grandes ojos. Recordemos de nuevo que se buscaba más captar la atención que mostrar imágenes realistas en estas llamadas "Biblias de piedra" por la investigadora Minerva Sáez Rodríguez:
"Esta escultura llamada “iconográfica” suele plantear serias dudas a los investigadores sobre quiénes eran sus destinatarios. Si iba dirigida al pueblo llano, sí que podría tener en muchos casos una finalidad didáctica o pedagógica (...)  como instructores de los rudos e iletrados fieles en las verdades de la religión cristiana y en la existencia de una realidad superior. Es, en definitiva, la consideración de los templos románicos como “Biblias de piedra” o como vehículo para enseñar la religión, lo cual no se puede aplicar a todos los casos, ya que los feligreses no solían tener la suficiente formación intelectual como para entender algunos mensajes, que a veces reflejaban preocupaciones teológicas no recogidas en las Sagradas Escrituras sino fruto de una elaboración individualizada para un lugar y una situación histórica concretos. Consecuentemente, es lógico pensar que muy a menudo el pueblo supuestamente indocto tuvo que necesitar de las explicaciones de los sacerdotes para comprender esta escultura, que se situaría en templos parroquiales y en catedrales. Por el contrario, si se orientaba exclusivamente hacia el clérigo, estaría elaborada por un experto teólogo y su fin sería intelectual y simbólico, con niveles superiores de lectura no accesibles a los simples creyentes. A veces, por ejemplo, se intentaba a través de ella, enseñar un nuevo dogma o combatir una herejía. En estos casos la temática es difícil de descifrar pues no se hizo con fin docente para un amplio auditorio, sino para la intelección de la minoría de los eclesiásticos o simplemente para Dios..."

Nos detenemos ahora ante la ventana románica, un tanto descontextualizada quizás, a la vez que los canecillos, en un nuevo gran ábside, similar a un torreón, que se levantó no con la idea de imitar al anterior semicircular y seguramente más bajo, similar al de Santa María de Xuncu, sino de albergar en su interior un gran altar y magno retablo barroco


La ventana es de arco de medio punto, liso y si decoración. Esta se centra más abajo, en los capiteles que los sostienen sobre sendas columnas cilíndricas, los fustes


Abajo, la basa o base, presenta esquemáticas filigranas decorativas


Los capiteles representan dos palomas, símbolo por antonomasia de las almas, afrontadas por el pico y la cabeza. Si bien es uno de los temas más reiterados del arte románico tiene, como todos diferentes interpretaciones, como la de las almas de los justos alimentándose de la gracia, metáfora de la inmortalidad del alma. Otros ven una alegoría de la simetría o elementos de contraposición. En este caso es una de las similitudes más evidentes con su hermana de Santa María de Xuncu. Volvemos al Blog de Románico:
"Las palomas representan a las almas nobles en el brillo plateado de su plumaje. Son conocidas sus muchas virtudes y para alimentarse hacen acopio de tantos granos de trigo como el justo de ejemplos en los que mirarse para llevar a cabo buenas acciones.

Los ojos de la paloma son la memoria y la inteligencia. Con uno se lamenta del pasado y con el otro hace planes para el porvenir. Al contrario que el pueblo elegido en Egipto que, desagradecido, olvidó la misericordia de Dios al salvarles de la servidumbre del faraón.

Sus alas son el amor a Dios y al prójimo. Con una se compadece de sus hermanos y con la otra se complace en Cristo"

Vamos a observar ahora la columna derecha, casi idéntica a la izquierda, también aquí se percibe la simetría...

De nuevo en el capitel la escena de las palomas afrontadas. Como en el anterior, se distinguen perfectamente las partes del cuerpo de ambas aves...

"La paloma no tiene ira, se complace en la paz, vuela en grupo porque le gusta la vida de comunidad, no vive de rapiñas, elige los mejores granos para alimentarse, es decir, únicamente de la palabra de Dios, no come carroñas, es decir, no cae en el pecado de la concupiscencia, se esconde en los ríos cuando siente la presencia del azor, es decir, se refugia en la lectura de las Sagradas Escrituras que la defienden contra el maligno. Como la paloma, el cristiano que se reviste de estas virtudes es como si tuviera las alas de la contemplación para ascender hacia el cielo…"

Detalle de la basa...

Mari Cruz Morales y Emilio Casares, en si pionera obra divulgativa de las excelencias de esta corriente artística en los diferentes concejos asturianos, El Románico en Asturias. Zona Oriental, dicen de esta iglesia lo siguiente:

«La iglesia, de la que sólo se conservan la ventana del ábside, algunos canecillos y pocos elementos más en el interior, fue incendiada y reconstruida después de 1936, por lo que no queda apenas nada de su estructura primitiva. Parece que tenía una gran relación con la cercana iglesia de Junco, tanto en su planta de nave única rectangular y ábside semicircular como en lo que podemos hoy ver de decoración escultórica».

A la izquierda, la carretera N-632, la antigua Ribadesella-Canero o Carretera de la Costa, que sustituyó al antiguo Camín Real y en la actualidad esta ha sido sustituida por la Autovía del Cantábrico como la principal vía de comunicación principal en este tramo de costa. Aún así sigue teniendo un importante nivel de tráfico, sobre todo en verano y muchos fines de semana

Ahí tenemos la Torre de Lleces, de San Esteban o de los Ruiz de Junco, con su clásica estampa al lado de una quintana tradicional asturiana que en su momento debió tener hórreo o manera. En la parte más pegada a la carretera estuvo uno de los desaparecidos chigres-tienda del pueblo

Los Ruiz de Junco eran uno de los linajes de la nobleza local riosellana que en la baja Edad Media ejercieron su poder desde estas sus torres. Finalizado el periodo plenamente feudal con los cambios socioeconómicos del siglo XVI, el carácter bélico de estas construcciones perdió su razón de ser y se reformaron en casonas de la estirpe, transformándose en palacios rurales, menos fríos y sobros y más habitables, con más grandes vanos (ventanas) y añadidos, como este cuerpo a su izquierda de dos plantas y a dos aguas con cortafuegos en el piso alto que tuvo en sus buenos tiempos un largo corredor que miraba al sol de la mañana desde el amanecer hasta el mediodía. En sus antiguas huertas o jardines una palmera guarda la memoria de algún indiano de antaño

Dado que hay un importante desnivel entre el campo del ábside y la carretera y no hay buena manera de bajar salvo arriesgando el tipo, vamos a volver sobre nuestros pasos para verla mejor, así como los canecillos de la fachada sur de esta iglesia y su pórtico sobre columnas

Pasando de nuevo junto al cine-hogar parroquial y dando vista al Texu de San Esteban y el albergue, nos dirigimos a la N-632 yendo a la izquierda. Dice Gracia Noriega en su artículo dedicado a este pueblo...

"Iglesias y escuelas parece ser que son las características más evidentes del concejo de Ribadesella; en esta parroquia de San Esteban, todos los lugares y aldeas tenían ermita particular, según el benemérito Pascual Madoz, salvo Abeo, que compensaba por ser la residencia del cura. Y las escuelas, al lado de la iglesia..."

Y en la carretera, tomamos como referencia la iglesia y la casa de gran tejado a dos aguas estilo asturiano que era la de la antigua tienda mixta que da paso al campo de la torre

La verdad es que no hay mucho margen, vayamos con mucha atención y cuidado, apenas una estrecha vereda que ni se puede llamar cuneta a ambos lados de la calzada, y no siempre

Efectivamente, el lado sur del templo tiene el pórtico o cabildo abierto, a una agua o vertiente, sostenido sobre columnas, mientras que la oeste está cerrada e integrada en el espacio interior del edificio

Aunque el templo actual es relativamente grande y alto, da que pensar en su elevación sobre la carretera y en relación a las casas, pareciendo estar construido sobre un pequeño promontorio que la separó de la torre, cuya ubicación al lado de la iglesia no es casual. Recordamos que aquí se celebraban los conceyos o juntas vecinales, además sin duda ejercerían algún patrocinio sobre la iglesia, como solía ocurrir como norma general, con lugares preminentes tanto en la liturgia como en las sepulturas del interior

Numerosas ventanas, de arco de medio punto, arrojan abundante luz natural dentro del santuario. La verdad que el pórtico sur es largo y amplio, encajado entre la parte cerrada del oeste y otra de las capillas laterales. Lástima que esté poco aprovechado dada la dificultad de acceder a él sorteando el tráfico de la carretera

Una escalera doble con barandilla, un tanto destartalada, salva esta diferencia de nivel entre la calzada y el suelo del pórtico. Desde aquí podremos reconocer ya los canecillos de esta parte del ábside

A simple vista es casi imposible reconocer mínimamente bien sus detalles, por lo que para ello habremos de echar mano nuevamente del zoom. Además suelen estar oscurecidos por la sombra del alero del tejado que sujetan, lo que dificulta más su análisis

Los dos primeros a la izquierda son aparentemente de tema naturalista, sobre todo el segundo, con una muy interesante composición: un árbol delgado y de grandes hojas. A su derecha no veo bien si hay otra hoja o es otro motivo, talvez una persona que alza su brazo como queriendo coger un fruto. Las interpretaciones de esta simbología pueden ser infinitas, en base al Árbol de la Vida, de la Sabiduría, el Paraíso.... o la parra, árbol de uvas para el vino


Le sigue un canecillo en forma de quilla, otro roto del que sólo queda una porción, otro en quilla y el de la derecha es otra fiera



Por su forma, cabeza, hocico, boca, orejas y hasta gesto más desafiante y burlesco que amenazante si nos antoja un zorro, en postura de tensión, como a punto de echar a correr tras haber hecho alguna de las suyas. Vemos si nos da en algo la razón nuestro socorrido diccionario de simbolismo románico:
"Es el símbolo de la astucia por excelencia aunque, en honor a la verdad, siempre la astucia de signo negativo.

Para los celtas el zorro es el vehículo psicopompo o conductor del alma del difunto hacia el mundo de las sombras. Hay muchas leyendas referidas al zorro en este sentido. Una de las más interesantes, por su conclusión moral, es la de un joven que parte en busca de una medicina para curar a su padre que está muy enfermo. Sin embargo gasta todo su dinero en enterrar a una persona muerta, desconocida para él, simplemente por motivos humanitarios. Al poco tiempo del entierro se cruza en su camino un zorro blanco que le ayuda a conseguir el remedio para su padre y luego desaparece.

En la Biblia las referencias no son demasiado buenas para la zorra. El salmo de David «Cuando estaba en el desierto de Judá» (63, 10-11) dice: «…Mas los que tratan de perder mi alma / caigan en las honduras de la tierra. / ¡Sean pasados por el filo de la espada / sirvan de presa a los zorros!»

Y en el Cantar de los Cantares (2, 15): «…Cazadnos las raposas, / las pequeñas raposas / que devastan las viñas, / pues nuestras viñas están en flor…» En este caso las viñas son la imagen de las jóvenes que quieren verse libres de pretendientes indeseables, es decir, las raposas a las que más tarde el cristianismo comparó con los herejes."


La gran estructura de la capilla lateral, que prácticamente llega a los canecillos en altura, dificulta también enormemente su visión desde la calle. Para hacer una foto entera de frente del costado sur de la iglesia hemos tenido que meternos casi hasta la torre...


Hasta donde podemos llegar esta es la porción de aleros que podemos ver ahora...


En estos de la esquina de la nave antes del ábside vemos, de izquierda a derecha un canecillo de los de quilla, otro de los de rollos, uno liso y en la misma esquina otro animal a conjeturar, pero por su cabeza, boca y morros parece un rumiante, aunque podría ser otra cosa


Y esta es la fila que nos queda, hay otros tres de la reina anguila entre ellos. Vamos a pasar revista...


El primero a la izquierda del supuesto rumiante parece liso o aquillado, el siguiente, ya en la pared del ábside, es una forma, aparentemente en bola o esfera, que no reconocemos nada bien. Pasado el canalón, de nuevo "nuestro canecillo amigo"...


El mismo pez o cuerpo serpenteante y su corona. Al lado, canecillo en quilla, otro modelo que se repite continuamente pero que en principio es mucho más fácil de realizar


Dadas las relaciones inter-atlánticas atestiguadas desde la prehistoria y más en un puerto como el de Ribadesella/Ribeseya, que comerciaba desde tiempos inmemoriales con todo el orbe conocido y pescaba hasta el gran sol, los mares de Irlanda, no nos resistimos a pensar en la famosa leyenda del Salmón de la Sabiduría. Compartimos directamente su resumen de Wikipedia:
"El Salmón de la Sabiduría o Salmón del Conocimiento (bradán feasa en gaélico) es una criatura que encontramos en el Ciclo feniano, perteneciente a la mitología irlandesa; aparece en Las hazañas infantiles de Fionn, que reúne las primeras aventuras de Fionn Mac Cumhaill.

De acuerdo a la narración, se trataba de un salmón ordinario que comió las nueve avellanas que cayeron en la Fuente de la Sabiduría desde nueve avellanos que la rodeaban. De la Fuente de la Sabiduría manaban aguas que originaban cinco ríos, entre ellos los ríos Boyne y Shannon. Al comer las avellanas, el salmón obtuvo todo el conocimiento del mundo. Además, la primera persona que comiese de su carne ganaría, a su vez, el conocimiento total.

El poeta Finn Eces o Finnegas se pasó siete años intentando pescar el salmón. Cuando finalmente lo capturó ordenó a su aprendiz, Fionn, que se lo preparara. Mientras lo hacía, Fionn se quemó el dedo pulgar con la grasa caliente que saltaba del salmón, y para calmar el dolor se introdujo el dedo en la boca.

Cuando le llevó la comida a Finnegas, esté descubrió en la mirada del chico un brillo que no había visto antes. Cuando Finegas le pregunta, Fionn niega haber comido del pescado, pero, bajo presión, admite haber probado su grasa por accidente. Fue esta increíble sabiduría y conocimiento obtenido del Salmón de la Sabiduría lo que permitió a Fionn convertirse en el jefe de los Fianna, los famosos héroes de la mitología irlandesa."

El acto de pescar y cocinar el pescado en la leyenda nos recuerda un poco a la Fiesta'l Pez que celebran estos pueblos de la parroquia en verano. Aquí llega otro, de los de hocico y corona, que alternan con otros canecillos. De los historiados es el único que se repite y mucho. A la derecha de este aparece uno con otra forma que no sabemos interpretar


Este otro, a la derecha del siguiente pescado coronado, creemos que sí, dos flores de cuatro pétalos, muy posible el símbolo de los cuatro evangelios. Las sagas del ciclo artúrico que se divulgaron por toda Europa en la Edad Media hablan también del Rey Pescador, el último de los guardianes del Santo Grial. La leyenda une tradiciones cristianas como el Grial, la sangre de Cristo, y el símbolo cristiano de Jesús, con las precristianas como la del Salmón de la Sabiduría recién citada, las cuales parecen plasmar, de manera épica y caballeresca, el proceso de cristianización de las costumbres y las religiones de Europa occidental


El de la esquina derecha, que vimos anteriormente, es también otro de esos idénticos peces coronados


Reparamos ahora también en los poderosos contrafuertes que sostienen tan poderosa estructura en esta imponente y robusta cabecera 


De frente aún se ven, borrosas, las letras BAR en la primera casa a la izquierda según emprendemos el regreso hacia la escuela: comprobemos cómo se estrecha en este punto crítico. Imaginemos cómo era esto hace años cuando todo el tráfico costero pasaba por aquí, incluyendo el pesado y los tractores


Ya que estamos aquí vamos a aprovechar para subir a conocer este bello y precioso gran pórtico orientado al sur, que recibe pues luz solar todo el día, pero que a la vez su buena cubierta de proporciona sombra cuando castiga el sol y refugio para la lluvia


Mucho cuidado en los peldaños, se ve que no suele ser muy visitado y la hierba crece en las juntas de los escalones


Tampoco se nos ocurra apoyarnos en la oxidada y endeble barandilla o en lo que queda de ella...


Desde aquí tenemos una muy buena vista de la Torre de los Ruiz de Junco y su corrada o espacio delantero, cerrado en ángulo recto con las casas de la derecha, también con una bella corralada vegetal muy florida y una de ellas con balcón-corredor


La Torre es de planta cuadrada y tres pisos de alzado. La parte más antigua, del siglo XIV, está en la parte de atrás y muy deteriorada, advertía ya hace tiempo el gran erudito del patrimonio asturiano Magín Berenguer. Esta zona frontal que mira al norte, siempre en sombra pues, respondería más a modelos del XV, insistimos, seriamente reformados. La construcción es de sillarejo menos la enmarcación de los vanos y los remates de las esquinas, hechos de sillería. La puerta principal, la más grande, es de mediados del siglo XVI


Tras la fundación de la puebla riosellana, Santa María Magdalena del Puerto, en 1270, libre y aforada directamente por el rey, que sería entonces como decir el Estado, la nobleza ansió siempre incorporarla a sus dominios, de buen o por la fuerza, como sucedió en las demás polas asturianas. La debilidad de sucesivos monarcas castellanos durante casi dos siglos de guerras civiles hizo que estas fuesen otorgadas a la alta nobleza en pago a sus fidelidades


Desde ellas y otros extensos dominios asturianos, segundones al trono castellano, desde Enrique de Trastámara, ahijado de magnate Rodrigo Álvarez de las Asturias, y herederos de estas tierras como condes de Noreña, emprendieron sus operaciones militares para hacerse con el trono. La situación acabó con el exilio del último de ellos, Alfonso Enríquez, tras varios asedios en su baluarte gijonés. Ribadesella/Ribeseya volvía a ser territorio realengo y libre de la órbita señorial, pero duró poco, llegaron los Quiñones y, aunque tal y como se les dio tal como se les quitó, pleitearon por recuperar la plaza hasta muy entrado el siglo XVI


Y entonces, llegó el momento de esta nobleza local, que desde sus frías torres y casonas hidalgas bajó a establecerse en la villa y ejercer influencia directa en la toma de decisiones, llegando a copar todos los cargos de representación concejil y dominarla en la práctica. Si bien hubo disposiciones para enmendarlo, de diferentes maneras la situación se prolongó hasta las reformas liberales del siglo XIX y aún más allá. Leemos en Asturias concejo a concejo (tomo 4) del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA): 
"Concejo de Realengo, formaban su gobierno la Justicia, Regimiento y demás oficiales menores del concejo, cargos públicos, que eran elegidos anualmente por el vecindario.

Este gobierno local verá, sin embargo, ampliamente recortadas su autonomía y facultades de decisión por la continua injerencia y mediatización que ejercían las familias notables del concejo en el libre nombramiento de los concejiles. Esta intervención nobiliaria hay que situarla en el contexto de la lucha que, en los campos económico y político, enfrentará a los Ruiz de Junco y los Cutre. La razón es bien clara, bajo el control efectivo del poder a nivel local y, por consiguiente, de las ordenanzas concejiles, subyacían importantes intereses económicos, como son el disfrute en total impunidad delos bienes propios y comunales o el control de la propia hacienda concejil y del encabezamiento de los impuestos; ejercicio del poder que se traducía, además, a escala del gobierno regional, en el monopolio de los procuradores que se enviaban a la Junta General del Principado.

Esta situación culminará en 1563, momento en que se llega a la patrimonialización de las regidurías, entre otros oficios, en manos de algunas familias poderosas que proceden a su compra. Su dominio del gobierno local sería desde entonces total hasta la redención por los vecinos, en 1673, de dichos cargos."

Y he aquí, muy borroso, el escudo de los Ruiz de Junco, señores de la torre, uno de sus más destacados miembros fue Gonzalo Ruiz de Junco, de la citada Torre de San Esteban de Lleces, casado con María González de Oviedo, mayordomo de los Reyes Católicos y, antes que ellos, de Enrique IV. Tiempo después podemos citar a José Ruiz de Junco y Bernaldo de Quirós (1685-1774), fundador de las primeras escuelas de San Esteban, las anteriores a las de 1888, Regidor Perpetuo y Alférez Mayor de Colunga y Regidor Perpetuo de Oviedo


Sobre la ascensión de los Ruiz de Junco, Junco, Cutre, Ardines, Prieto y otras familias de la pequeña nobleza rural asturiana en general y riosellana en particular, María de los Ángeles Faya Díaz, de la  Universidad de Oviedo, publica en Nobleza y mundo rural del oriente de Asturias en la Edad Moderna:
"La nobleza asturiana del Antiguo Régimen posee amplios patrimonios rústicos; es el principal grupo detentador de bienes y rentas agrarias, dada la escasa burguesía y la relativa debilidad de la propiedad eclesiástica. Es, por tanto, el grupo dominante de la sociedad; esta preeminencia económica es la base de su superioridad social y política. Pero la condición nobiliaria incluye situaciones muy distintas, tanto desde un punto de vista jurídico como económico. En el siglo XVI no existe una nobleza titulada, aunque algunas casas logran un título a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Las actuaciones de los Reyes Católicos trajeron un reajuste nobiliario y los Quiñones fueron apartados de Asturias. Viejos linajes de segunda categoría, que habían prosperado como encomenderos de las instituciones eclesiásticas o a través de sus servicios a los reyes, se van a afirmar en la sociedad del Principado. Durante este reinado se redefinen las relaciones entre nobleza y monarquía y se produce una cierta pacificación social, disminuyendo la opresión y violencia nobiliaria sobre el campesinado."

Al sur, más allá del Monte Moru y la Sierra Escapa, las impresionantes moles de caliza gris de La Peñe. Peña Santa o La Peñe Santa, otros dicen El Cornión, el macizo occidental de los Picos de Europa, con su cimas, varias sobrepasando ampliamente los 2.000 metros de altitud, santuario de los dioses de piedra que se alza omnipresente sobre el Alto Sella, las citadas rutas a Covadonga y Santo Toribio de Liébana


Son las Rupes Europae, las Rocas de Europa, que dijo a mediados del siglo XVI el historiador y humanista siciliano Lucio Marineo Sículo, al ser las primeras que verían desde alta mar los navegantes venidos de las inmensidades del Atlántico y de las que el gran montañero José Ramón Lueje escribiría al comienzo de su libro, Los Picos de Europa, lo siguiente:
"Por los confines de las provincias norteñas de Asturias, Santander y León, álzanse mayestáticos hacia el infinito los llamados Picos de Europa, sistema de soberanas montañas que si dentro de la orografía peninsular se pueden ver aventajadas por las de los Pirineos y las de la Penibética, ni por estas ni por ninguna otras, lo están en la fuerza de su formación, en la bravura de sus líneas, en la variedad de sus aconteceres, ni en su única y suprema belleza"

Los Junco y los Ruiz de Junco tenían tanta vinculación familiar como estrechas relaciones las tierras de su abolengo, si bien, como linajes locales, tienen un dominio prácticamente sólo dentro de los términos de este concejo, basándose sus rentas en tierras y ganados, continúa exponiendo en su estudio Faya Díaz:
"Los linajes locales tienen un dominio menor, generalmente centrado en un concejo, y un patrimonio más reducido (básicamente tierras y algunos ganados). Los Junco, tanto los de la casa de San Esteban de Leces como los de Sebreño tienen su solar y su patrimonio centrado en Ribadesella. Entre los diversos miembros de estas casas se reparten la propiedad de gran parte de este concejo. A través del apeo que en 1590 hizo de sus bienes Rodrigo de Junco (casa de Sebreño), gobernador de la Florida, sabemos que su dominio estaba centrado en el término de Junco, a ambos lados del río Sella. Por él nos consta poseía tres casas, cuatro hórreos, 145 días de bueyes, diecisiete castañedos, numerosos nogales y pomares, siendo además heredero junto con otros Junco de parte de los bravos de la parroquia de Junco y de las mudas y nidos de halcones y azores de los montes del concejo; igualmente poseía una parte en la renta de la barca del río y de los pozos del mismo y la presentación de la iglesia de Santa María de Junco. En cuanto a los bienes de Juan Ruiz de Junco y su mujer María de Junco, centrados en Sebreño, fueron apreciados en la partición de bienes realizada en 1639 en 2.345 ducados; incluyen 173 d. b. de tierras y 45 cabezas de ganado"

Repasando la historia y el paisaje, recorremos este soberbio y amplio cabildo, con banco corrido de piedra a lo largo del muro derecho y cerrado al otro extremo el acceso al que fue el pórtico norte por puerta de arco de medio punto...


Desde este extremo occidental del pórtico o cabildo sí que reconocemos bien ahora el Sueve en lontananza. Mucho hemos hablado y hablaremos de esa mítica montaña cuando caminemos a sus pies por los concejos de Colunga y Caravia, y aún antes, como ya hicimos hasta ahora y aún después, pues llegará a divisarse, ya volviendo la vista atrás, en algunas rasas y alturas de la costa occidental asturiana


Siempre hay que citar al Picu Pienzu, su máxima altura con 1.161 metros sobre el nivel del mar, del que también se dice y recalca que es unas mayores diferencias de altitud entre mares y cumbres de todo el mundo. Madoz lo cita ya en Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar  su  al informar sobre esta parroquia de San Esteban:
 «la cruza el arroyo llamado la Torre, que nace en los montes de Sueve y después de atravesar la feligresía de Moro, penetra en el mar junto al pueblo de Vega: tiene dos puentes, uno de sillería en dicho lugar de Vega y otro muy notable por ser un arco de peñaviva de más de 40 pies de elevación, 50 de luz y 20 de ancho, pasando por encima de un camino. El terreno es arenisco y flojo, no tiene montes considerables y abunda en bosques de robles pertenecientes a particulares; encontrándose también bastantes castaños y prados naturales con buenos pastos»

Y es que, en cuanto pasamos el Sella, en el antiguo Letuas, nos vamos adentrando en el entorno geográfico y cultural de tan totémica cumbre que se alza entre el mar por un lado y el gran valle del río Piloña por el otro, si bien también a este y oeste domina la escena en un amplísimo territorio, tanto, que hay quien dice que, en días claros, se domina un paisaje que "abarca de Cantabria a Galicia con Asturias por el medio"...¿será verdad?


Su orientación es este oeste, y desde El Fitu, aquí a sus pies, a La Llama, al otro lado del puertu, la distancia es de unos doce kilómetros de largo. Luego, del Pienzu a la La Espasa, la gran playa de Caravia, al norte a su derecha, son 5.100 metros, mientras a su izquierda, hasta el río Piloña en Sevares, hay 7.500 metros, una formación montañosa verdaderamente formidable contando que se yergue prácticamente en la misma costa


Algo más pequeño que el Pienzu pero facilísimo de reconocer, al estar separado de sus hermanos mayores, es el Picu Babú (929 m), también conocido como Los Cuervos y Los Foyos, Su gran apariencia cónica le da también un aspecto peculiar muy característico. No nos extrañan sus referencias legendarias de lugar de prodigios, como las antiguas ascensiones desde Caravia para "ver bailar el sol" o desde Borines, al otro lado, para tirarse sobre la rosada (rocío de la mañana), ambas en la mágica alborada de San Xuan


Las alturas en torno al Pienzu por su parte parecen un poco solapadas por su grandeza y no siempre se las identifica con la misma seguridad que al Babú. Cabría mencionar al Sellón (1030 m), Les Duernes (1.059 m) o La Govieta (1044 m), muy frecuentadas por pastores y montañeros pues hay, aparte de peñas, muy buenos pastos y majadas


Desde la distancia, llega a verse la Cruz de Pienzu, la primera la instalaron en 1914 los hermanos Victorero Lucio de Llastres, en acción de gracias por haber escapado de la Revolución Mexicana. Era de madera y fue repuesta varias veces, hasta que en 1954 se instaló, con gran despliegue de fuerza y coordinación, una metálica sufragada también por los mismos hermanos


Poco más cerca y más abajo del Pienzu,  El Cuetu les Duernes (1.059 m), que cierra por el sur la majada del mismo nombre, braña pastoril que quizás le haya dado el topónimo, referido a hondonadas y que por extensión de aplica a recipientes de piedra o madera para diferentes usos domésticos. Seguidamente va La Gobieta (1.044 m), de gobia o bobia, pasto de ganado bovino, en principio reservado a los muy preciados bueyes de labor pero que luego se extendió al vacuno en general


El murallón es La Paré de la Múa, de muda, cambio del ganado de una braña a la otra, que cae sobre las majadas de pastos de altura de Merguyines o Mergullines y El Bustacu, antiguas majadas, regadas por la riega de La Corteguera, en el camino del Mirador del Fitu al Sueve, desde donde suele acometerse su ascensión por la mayor parte de los montañeros, ya que viene a ser el mejor camino


Más allá del Bustacu está Peña Corvera (963 m), con El Colláu Beluenzu a su derecha, puerta del Pienzu. Un poco más abajo y más cerca El Cantu la Teya (729 m), por donde se sube desde La Cruz de Llames (El Mirador del Fitu) al Pienzu, desde la carretera AS-260, a unos 598 metros de altura, de la que dice el cantar:
Carretera la del Fitu
cuando yo te paseaba
tola noche llovía
pero yo nun me moyaba

En lontananza El Picu Tiegu (845 m), con sus laderas del Pasadoriu, otra de las rutas de subida al Sueve, esta desde el sur, por Robléu en Piloña o por Cofiñu y Villar de la Cuesta, en Parres, muy cerca ya del extremo más occidental del Sueve, el valle del Ríu Borines


Y ya, escaleras abajo, volvemos a la carretera, hemos conocido, entre esta y la anterior entrada de blog, dedica a San Pedru y Abéu estos tres pueblos en los que el caminante se encuentra culminando un hito más al dejar ya atrás el Sella y encaminarse al centro de Asturias con el Sueve como gran referencia geográfica, como antes lo fueron el Mofrechu, La Peñe les Pandes, el Cuera, La Borbolla... además de multitud de playas, cabos y ensenadas, pueblos y villas de la Asturias Oriental


Y también aquí, hemos conocido un lugar excepcional, las antiguas Escuelas de San Esteban y su memoria, guardada por tantos vecinos que vivieron en ella el primer aprendizaje de su infancia. Ahora un albergue de peregrinos que ha marcado y marca la historia y el devenir del Camino de Santiago del Norte, desde el que podemos conocer la iglesia, la torre, divisar las montañas, el mar...


Precisamente, tomando a la derecha la carretera de Abéu, volveremos a pasar delante de las antiguas escuelas, aún a tiempo de compartir recuerdos de quienes conocieron a aquellos escolares y sus maestros, como el escritor riosellano y prestigioso cronista Toni Silva, cuando el 30-4-2010 escribe en La Nueva España con motivo del primer "encuentro escolar" de los muchos que se celebrarían:
"Mis recuerdos personales están unidos a San Esteban de Leces, mi cabecera parroquial, donde fui objeto de los ritos iniciáticos de la infancia. Y no sólo me refiero al bautismo y la cosa eclesiástica, sino a mis primeras vivencias del cine y el teatro, con mi madre, en el «salón hogar parroquial», que aún existe al lado de la iglesia y que podría ser rehabilitado como archivo parroquial, ahora que la casa rectoral ha sido enajenada por el Obispado. Ese salón fue también el primer lugar de la comarca donde se captó, a principios de 1960, la señal de televisión. El televisor pasó después a la sala de juegos de la escuela, un espacio trasero y común a las aulas -separadas, pues era una escuela grande- de niños y niñas, reconvertida hoy en albergue de peregrinos. Las viviendas del maestro y la maestra estaban en el piso de arriba, y en la parte de atrás había un huerto, todo un lujo. Delante de la escuela había -y hay- una pequeña explanada en la que los muchachos jugaban al balón y también se celebraban las romerías y la feria anual de ganados, hoy desaparecida.

Yo no asistí a esa magnífica escuela rural, sino a la mucho más modesta de Torre, aunque sí me tocó acudir dos veces a las clases particulares de San Esteban, dado el prestigio de su mayor categoría y de sus maestros. No me tocó el mítico D. Antonio, casado con la también maestra D.ª Carmela, sino dos «Ramones» posteriores, uno bastante severo y otro («el de Castaño»), padre de un actual amigo mío, el campeón piragüista Monchu Cerra. Recuerdo que el interior del aula estaba decorado con preciosas pinturas en las que se databa, con ingenuidad escolar, la historia del mundo.

El encuentro de los ex alumnos, organizado por José M.ª González Varas («Chichi», el restaurador de motos antiguas), prevé una reunión esa mañana frente a la escuela para reactivar vivencias y recordar a los desaparecidos, tanto a los maestros como a compañeros como José Pin, Gildo (fallecido en accidente un día de Piraguas), o Miguel Cordero, fallecido trágicamente en Venezuela. Allí se juntarán de nuevo los «muchachos» de San Esteban, Abéu, San Pedru o Bones, compartirán recuerdos e irán después a un restaurante de la villa, pues en San Esteban ya no queda ningún bar abierto de los dos que había cuando eran más jóvenes. Que lo pasen muy bien."

Marcharemos unos peregrinos pero llegarán otros, conformando la gran cadena humana del Camino de Santiago, en una permanente continuidad vital con su constante trasiego de gentes que comparten sus vivencia al calor de las reconstituyentes, alimenticia y anímicamente, cenas comunitarias, siempre dadas a compartir...


Vivencias de los vecinos, que se vuelcan con el Camino, y aquí tenemos la Fuente la Cuesta: otra de las obras de caridad "dar de beber al sediento", que se hace aquí patente


Vecinos que ahora tienen aquí su sede y local social, en la cochera de aquellos pioneros de la automoción vía Seat 600. ¡Quién les iba a decir que San Esteban iba a ser famoso por la mucha gente que llegaría a hospedarse aquí, andando, y no en coche!


Pues de esta manera tomamos otra vez La Cuestona, pero bajando, con Abéu justo de frente, glosado así por Gracia Noriega:
"Un camino vecinal al Norte de Leces conduce a Abeo, donde hay una casa desde cuya galería se pueden ver simultáneamente el mar y los Picos de Europa: que es desde aquí desde el único lugar de Ribadesella desde donde se contemplan gracias, sin duda, a alguna extraña vaguada y a la relativa altura de la aldea, ya señalada por el excelente Madoz."

El camino de La Cuestona serpentea, hace una ese, como las anguilas coronadas del ábside de la iglesia


Verde paisaje de la campiña, pero no siempre fue así, la especialización ganadera transformó en pastos grandes tierra de cultivo. A mediados del siglo XIX se plantaba trigo, escanda, maíz, fabes, patatas, se recogían castañas, se plantaban pumares de buena manzana para sidra asturiana, había nueces, peras "y otras frutas"...


Y sí, había ganado, pero no grandes rebaños de vacuno, menos pero más variado, había vacas, si, pero también ganado caballar, como el de las renombradas ferias, así como lanar y cabrío


Se cazaban liebres y perdices y abajo en los ríos, se pescaban truchas, al igual que se iba a mariscar al pedral. Y en cuanto al terreno, Madoz contaba así:
"El terreno es arenisco y flojo, no tiene montes considerables y abunda en bosques de robles pertenecientes a particulares; encontrándose también bastantes castaños y prados naturales con buenos pastos»

Las castañas, que tantas hambres mitigaron, también a los peregrinos, pues para el derecho consuetudinario las que caían a los caminos eran de quienes las cogiesen. No olvidemos que, hasta la expansión del cultivo de la patata de América, y les fabes de la misma procedencia, los potajes, el pote, eran de castañas


Y ahora a nuestra izquierda, las inmediaciones de El Forniellu, donde los Dioses Manes, emparentados con los Lares Viales, y ambos a su vez protectores de los caminos, como estos que estamos recorriendo en este apasionante periplo por las costas asturianas del Camino de Santiago del Norte


Bucólica estampa de las vacas pastando en los prados bajo aquella antigua empresa manzanera cuyas ruinas  conjuran el paso del tiempo. Más allá los montes, hoy cubiertos de eucaliptos, de aquellas preciadas minas de florita que guardan aún increíbles secretos de su antaño estratégico y vital comercio


Manes y Viales, los caminos y, sobre todo sus encrucijadas, como a la que nos acercamos, de vuelta, pues es de donde hemos salido para subir a San Esteban. Leemos en la página de la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes, este extracto del trabajo Culto a los caminos, cruces y fronteras: dioses protectores, de Marta Plaza Beltrán:
"El pueblo celta ha creído en los cruces de caminos como lugares vinculados a la muerte y la oscuridad; eran contemplados como puntos de comercio entre el demonio y las almas que vagaban por allí. Este hecho motivó la presencia de algunas divinidades en los caminos y encrucijadas, a las que se ofrecían piedras al mismo tiempo que oraciones. La acumulación de las mismas en un punto fijo originó la posterior erección de elementos indicativos del lugar, como pilastras, bustos o cruceros. Las divinidades a las que se rendía culto y heredadas de la mitología indoeuropea, serán asimiladas por los romanos y surgirán, como veremos más adelante, las aras votivas o los edículos destinados a honrar a los Lares Viales y Compilares."

Ahí tenemos los blancos edificios, estilo casetas, de los depósitos de agua, por donde va el Camín Real, en una última cuesta, antes de comenzar la larga bajada que nos llevará a Vega


A la derecha El Caneyón, de frente El Camín del Pueblu: el cruce, el espacio mágico de la encrucijada. Seguimos con Plaza Beltrán:
"Martín de Braga, encargado de cristianizar en el siglo VI la zona noroeste de la península, nos habla de la costumbre que tenían los pueblos de estas regiones de arrojar piedras en unos puntos determinados de los caminos, según anotamos al hablar de los amilladoiros, como ofrenda al dios Mercurio o encender luminarias en las encrucijadas contra el demonio:
"Nam ad petras et ad arbores et ad fontes ed per triuia cereolum incendere, quid est aliud nisi cultura vulcanalia, et Kalendarum observare, mensas ornare, et fundere in foco super truncum fruget, et vinum, et panem in fontem mittere"

Delante de nosotros el panel turístico de Abéu, a la izquierda, en el cruce, nuestro destino, seguir por el Camín Real, dando vista a El Forniellu, hito del Camino y de la historia en esta la Costa de los Dinosaurios...





































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