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martes, 11 de marzo de 2014

SAN SALVADOR DE LOURENZÁ Y EL VENERADO SEPULCRO DEL CONDE SANTO (LUGO, GALICIA) LA PREMONICIÓN BARROCA DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE FERNANDO CASAS NOVOA


Antiguo monasterio de San Salvador de Lourenzá: al fondo la iglesia es actualmente la parroquial de Santa María, a la izquierda, en antiguas dependencias monacales, está la Casa do Concello

Este el el antiguo monasterio de San Salvador de Lourenzá, cuya antigua casa abacial, a la izquierda, es la Casa do Concello de Lourenzá y su iglesia, a la derecha, es la parroquial de Santa María de Valdeflores. El monasterio fue fundado en el año 969 por Osorio Gutiérrez, el Conde Santo, sobre otro anterior fundado por su padre Gutiérre Osóriz, miembro de un muy importante linaje emparentado con reyes de Asturias, León y Galicia y cuyos miembros ocuparon importantes cargos en los reinos cristianos del noroeste peninsular. Ante él llegan los peregrinos que, recorriendo el Camino de Santiago del Norte, atraviesan Vilanova de Lourenzá por la histórica Rúa Realactualmente rúa Avelino Montero Villegas


La traza que llegó a nosotros del antiguo monasterio, desamortizado en 1835, es barroca, fruto de las profundas reformas y ampliaciones acometidas ya desde que en el siglo XVI pasó a depender de la Congregación Benedictina de Valladolid, las cuales harían desparecer prácticamente todo vestigio prerrománico, románico o gótico de las etapas anteriores, incluyendo las fundacionales de los tiempos del Conde Santo


Pero un elemento fundamental sí se ha conservado y se encuentra en su interior, el venerado sepulcro del Conde Santo, el que según la leyenda traería él mismo desde Tierra Santa, a donde peregrinó en la vejez, al verlo esculpir a unos tallistas y comprarlo


Surgiría entonces una tradición también notablemente común a las de las barcas de piedra de la historia xacobea, pues se diría que el sarcófago con sus restos vino flotando por el mar desde Palestina, lo que lo relaciona de modo patente con la creencia de que el cuerpo de Santiago mismo fue traído, según la piadosa tradición jacobita, en una barca de piedra desde aquellos Santos Lugares, así como antes y en vida la Virgen se le apareció en Muxía en una barca de piedra para alentarle en su evangelización de la Gallaecia. Leemos en la página de A Mariña Lucense:
"Osorio Rodríguez en la vejez viajó a Tierra Santa, donde se dice que adquirió un sarcófago de mármol, de arte paleocristiano. La leyenda cuenta que lo dejó en el mar y arribó en la costa norte de Lugo.  A su muerte,  el Conde  fue enterrado en él, dejando un pequeño agujero en la parte inferior.  El sarcófago se encuentra en la Capilla de Nuestra Señora de Valdeflores, en la Iglesia de Santa María del monasterio. Lo visitan los peregrinos con la tradición de introducir el dedo en el agujero y pedir un deseo al Santo."

Pero la mayor vinculación con Santiago de Compostela sea esta espectacular fachada barroca de la hoy iglesia parroquial de Santa María de Valdeflores, que empezó a construirse en el año 1735 bajo el abad Osorio Araújo, quien ya en 1730 había manifestado la necesidad de construir un nuevo templo. En ella se diseñaron unas líneas maestras, artísticas y arquitectónicas, que después se expresarían en la fachada barroca de la catedral de Santiago. Como dato curioso a destacar, fijémonos en la torre de la derecha, que quedó si terminar, algo relativamente común en no pocos templos barrocos y góticos


En un principio se siguió el proyecto encargado al famoso arquitecto Juan Vázquez de Samos, quien era fraile benedictino en la Real Abadía de Samos pero, requerido por este su convento para hacer su nueva iglesia, a posteriori ese proyecto primigenio se alteraría por la mano de Fernando de Casas Novoa, gran maestro que ya había trabajado en la catedral de Lugo y en varios santuarios gallegos y que fue llamado por el mismo Juan Vázquez al verse obligado a dejar su labor, haciéndose cargo del proyecto y obra de la fachada y de la dirección de la labor en la nave del templo hasta el crucero


Fernando de Casas Novoa alcanzaría poco después, en 1740, su obra cumbre con su trabajo en la fachada barroca de la catedral de Santiago que mira a la Praza do Obradoiro, siendo pues esta de San Salvador de Lourenzá una antecesora inmediata, verdadera premonición de las líneas directrices que el mismo maestro ejecutaría en la Ciudad del Apóstol, donde también había intervenido en el monasterio de San Martiño Pinario, al lado de la misma catedral, realizando su llamativa portada principal, claustro y sacristía, trabajando además en el Colegio de las Huérfanas y en la iglesia del convento de Belvís, también en Santiago


En carta de 1730 del citado abad Araújo este manifestaba que la iglesia medieval preexistente era de los tiempos de la fundación del cenobio por el Conde Santo, sin embargo todo parece indicar que aquel templo original, que seguiría las premisas prerrománicas del Arte Asturiano, como era usual en Galicia por entonces, ya habría sido transformado en época románica, tardorrománica y gótica y que dispondría de una torre, la cual habría sido mencionada en 1712 durante unas obras en la fachada del monasterio acometidas por el arquitecto José Martínez Zeliz, gran introductor del barroco en Galicia. De toda aquella fase medieval y alto medieval únicamente se dice conservarse un arca del siglo IX y una lauda del siglo XII, si bien, según Románico Digital, pueden rastrearse diversos elementos en las cercanas capillas de Santa Cruz (imagen románica de Santa María) y de la Piedadad (púlpito de piedra), o incluso un capitel haciendo de soporte en el Muíño dos Frades, el molino que hacía la molienda para el pan del convento


El material de construcción de la nueva gran iglesia barroca era granito procedente de las canteras de Burela, en la cercana costa de A Mariña lucense. Los datos los sabemos gracias al manuscrito de un monje aquí residente, fray Benito Ponte, quien relató todo el proceso


Lo cierto es que las grandes columnas nos recuerdan a las de San Martiño Pinario de Santiago, y las figuras de la fachada y diversas estructuras, detalles, composiciones y filigranas a lo que posteriormente se haría en la catedral compostelana


Al lado y detrás de la iglesia se sitúan las demás dependencias monacales, hechas anteriormente y en diferentes fases, como la Cámara Abacial, casa o palacio del abad, que vemos a la izquierda


Se hizo entre los años 1648 y 1650 con Francisco López Rosillo como principal maestro, disponiéndose en ángulo recto con la iglesia ante esta plaza, actual Praza do Conde Santo. Antes aún Juan de Villanueva estuvo a cargo del claustro mayor y el maestro de obras Fray Benito Escobar llamó al cantero escultor Domingo de Castro para diversas intervenciones en un espacio conocido entonces como El Mirador que en nuestros días no se sabe exactamente donde estaba


Con la Desamortización de Mendizábal, los monjes son desalojados y el monasterio queda abandonado, la iglesia pasa a parroquial bajo la advocación de Santa María de Valdeflores y se desmonta su gran biblioteca, sufriendo además posteriormente un incendio en 1878. Aún así se conservan de ella unos 4.000 volúmenes en el Museo de Arte Sacro aquí existente


Cuando, décadas después de la desamortización eclesiástica que, el 18 de octubre de 1835 desalojó a los frailes y suprimió el monasterio, vuelve la vida monástica al lugar con los monjes de Samos en 1910 y la creación del priorato independiente, esta terminará abruptamente para, entre el curso 1942-1943 y 1970 dar paso al Seminario Menor dependiente de Mondoñedo:
"...en 1942 con la supresión de los prioratos independientes y su anexión a Samos, la comunidad de Lorenzana descontenta con la decisión, optó por dispersarse. A partir de entonces el obispado de Mondoñedo instaló en él el Seminario Menor diocesano, donde permaneció hasta 1970. Hoy día sus dependencias están ocupadas por el ayuntamiento y su iglesia es la parroquial de la localidad"

En ese año, la propiedad de estas estancias pasa a ser municipal y, mientras la iglesia sigue siendo parroquial, en la antigua Cámara Abacial se establece  la Casa do Concello o Ayuntamiento. El conjunto fue declarado monumento histórico artístico en 1974. Atrás está la Oficina de Turismo (con el Centro de Interpretación da Faba de Lourenzá) que organiza visitas guiadas al convento, que además unos voluntarios abren determinados días, dentro de sus posibilidades, fuera del horario litúrgico


La Casa do Concello de Lourenzá. Es de grandes ventanas en el piso bajo y balcones con barandillas de hierro. Así explica esta monumental fachada la Wikipedia:
"A lo largo del ala de la fachada se abre una serie de ventanas separadas por pilastras adosadas que refuerzan el muro, rematadas por pináculos con forma de obelisco. En el interior del edificio se conserva la escalera que daba acceso desde la portería a la cámara abacial, biblioteca y otras dependencias."

Llama poderosamente la atención su portada barroca con columnas, balcón de hierro forjado y frontón...



Arriba, el blasón del conde Osorio representa a su sepulcro, el que se dice vino de Jerusalén por mar, como las barcas de piedra de la tradición jacobita


Sobre él dos lobos vinculados con este legendario pasaje


En la Praza do Conde Santo, O Cantón, La Fonte do Adro (fuente del atrio) fue construida tras la desamortización del monasterio, cuando al parecer se cortó el suministro de agua al convento y se hizo necesario reponerlo para consumo de la población en este lugar, a donde la gente acudía con jarras y calderos hasta que se dispuso de agua corriente en las casas


 Procedía el agua del manantial de A Fervedoira y sus dos caños, de los que manaba abundante agua, están conectados en al actualidad a la red general. La fuente está hecha en pedra de cadeirado o de sillería


En una pequeña porción de césped, delante de la Casa do Concello, casi en la misma esquina con la iglesia, hay un busto y una placa 


Monumento dedicado a Don Francisco Fernández del Riego, Don Paco, escritor intelectual y político, aquí nacido el 7 de enero de 1913, una de las más prominentes figuras surgidas en torno al Grupo Nós, contemporáneo de las Irmandades da Fala, miembro del Seminario de Estudios Gallegos, del Partido Galeguista, y del consejo gallego de Galeuzca en 1934


En 1950, junto con Ramón Piñeiro y Jaime de Isla Couto, fue uno de los impulsores de la creación de la Editorial Galaxia para liderar el proceso de recuperación cultural de la posguerra, surgiendo de ella en 1963 la revista Grial, que codirigió y en la que escribió asiduamente. En 1960 ingresó en la Real Academia Galega (que llegaría a presidir en 1997) con el discurso Un país y una cultura. La idea de Galicia en nuestros escritores. Falleció en Vigo el 26 de noviembre de 2010. Daniel Salgado, periodista, escribía dos días después su necrológica en El País:
"La cicatriz de la Guerra Civil marcó la historia del galleguismo republicano a lo largo del siglo XX. El parteaguas de 1936 no solo desarticuló su incipiente organización política, el Partido Galeguista, sino que dividió el movimiento entre interior y exterior. Fue Francisco Fernández del Riego, el intelectual fallecido el viernes a los 97 años, el encargado de comenzar a reconstruir los puentes y suturar heridas desde la clandestinidad. En 1946 inicia su relación epistolar con el pintor Luis Seoane, exiliado en Buenos Aires y airado izquierdista. Será el primer contacto establecido desde el país con el éxodo republicano.
Pero Fernández del Riego no solo dedicó su vida a la reorganización de la cultura gallega en circunstancias de oprobio político. Perteneciente a la brillante generación de galleguistas que se hicieron adultos en plena Segunda República, había nacido en Vilanova de Lourenzá, en A Mariña lucense, en enero de 1913. Vivió en primera persona todos los hitos del movimiento nacionalista y lo hizo al principio en política -militó en las Mocidades Galeguistas y en la Federación Universitaria Escolar mientras estudiaba Derecho en Santiago- y más tarde, superviviente a la masacre franquista, en lo cultural. "Es la piedra angular del nacionalismo cultural y político del siglo XX, no se me ocurre otra", declaró el presidente de la Real Academia Galega, el escritor Xosé Luís Méndez Ferrín, tras conocer la muerte del que fue su antecesor al frente de la institución 
Del Riego participó en la fundación de la Editorial Galaxia, que en 1950 abre canales de expresión para un segundo resurgimiento de la literatura gallega. Y aunque la renuncia de sus promotores al activismo político volvió a dividir al antifranquismo galleguista de la época, Fernández del Riego nunca rompió los lazos. Sensibilidad notoriamente progresista, los jóvenes nacionalistas organizados a partir de los sesenta en partidos marxistas o inequívocamente de izquierdas respetaron a Don Paco. En las páginas de Grial, la revista que ayudó a fundar en 1963, codirigió junto a Ramón Piñeiro y que hoy continúa publicándose, dejó espacio para los literatos y pensadores que comenzaban a revolucionar las letras bajo la dictadura. 
También de esas décadas, en la que ejerce de corresponsal de Galicia Emigrante y publica, a cara descubierta o bajo el ya célebre seudónimo de Salvador Lorenzana, en toda cuanta publicación editan los gallegos a uno y otro lado del océano, data su ingreso en la Real Academia Galega 
"Entonces dirigió una operación para revitalizarla, cosa que consiguió", relata Méndez Ferrín, antes de hacer memoria de la llegada de Del Riego a la presidencia de la institución, ya en 1997 y hasta 2001: "Acabó con una cierta apatía en la Academia; yo, como presidente, querría ser continuador de Del Riego". Sus estudios sobre la literatura del país fueron referenciales durante años. La Escolma de poesía galega que publicó en 1957 recuperó para los lectores de Galicia la obra poética de los escritores exiliados y redactó una citada Historia. En 1991 y en 2004 dio a la imprenta volúmenes de memorias -O río do tempo y Camiño andado- y recopiló en numerosas ocasiones sus intervenciones en la prensa, en la que fue, de largo, el intelectual más activo de su generación. 
En los últimos tiempos dirigió la biblioteca de la Fundación Penzol, situada en Vigo y que solo abandonó en enero de este año, y recibió la Medalla Castelao de la Xunta. Le dolía que el cansancio de su vista no le permitía ya leer. Murió a media tarde del viernes en su domicilio de Vigo"

Y el 6 de diciembre de ese año 2010, pocos días después de su muerte, aparece publicada esta semblanza en el viguense Centro Cultural Coia
"Ya descansa en paz Paco de su dilatada vida. En su última entrevista el 17 de Mayo dijo: ” Soy un hombre cansado y quisiera irme sin hacer ruido”. Nació en 1913 por lo tanto tuvo en su dilatada vida una constante actividad literaria, una lucha constante por Galicia y sobre todo por divulgar su lengua y su cultura.

Era licenciado en derecho, pero su verdadera pasión fueron siempre las letras. Personalidad destacada en el nacimiento de la editorial galaxia, miembro de la academia gallega donde hizo una gran labor.

Llegó a Vigo en 1939, llegó solo con una maleta llena de libros, esos compañeros que lo acompañaron toda su vida. En aquellos primeros años cuarenta alternaba su trabajo en el bufete de la Ronda, que tenía Valentín Paz Andrade con las tareas de redactor de la revista pesquera “Industrias pesqueras” y las de profesor de literatura y filosofía en el colegio Mezquita y más tarde en otros colegios de nuestra ciudad, participaba en las tertulias y también en comidas sobrias con Maside en días de restricciones y plato único en el bar mundial de la calle Velázquez Moreno. Tendría mucho que contar para relatar sus actividades en nuestra ciudad como también con los contactos que mantenía con América, que visitó varias veces, siempre con el afán de divulgar nuestra cultura. Su carácter según sus amigos era apacible y sereno, metódico en sus costumbres, cariñoso y afable. Yo coincidí varias veces con él en la farmacia que tenía su hermano en la calle del Príncipe, me gustaba ir allí pues nada más entrar como estuviera él (el hermano) siempre me decía alguna cosa bonita, yo vergonzosa que era me ruborizaba pero me gustaba y luego cuando me iba me regalaba unos caramelos y yo salía tan contenta.

Que sirvan estas humildes letras como homenaje a este hombre que tanto luchó por Galicia y que el señor lo tenga en cuenta como nosotros los gallegos en nuestros recuerdos y oraciones"

La placa presenta un escrito suyo dedicado a Lourenzá dentro de la Ruta Cultural Literaria del Concello por lugares significativos de la vida de Francisco...
"Nunca se esvaíu en min a lembranza desas tres parroquias que se reparten o fermoso val lourentino. Levan, como ben sabedes, nomes doutros tantos, San Xorxe, Santo Tomé, San Adrián. Conforman todas tres una bisbarra celmosa, fina, verde, case podería decir paradisíaca. No panorama que abranque, latexa toda a dozura agraria da paisaxe valeca. As Arboredas, casas de labor, os relanzos do ríl, as frescas ringleiras, os airosos ameneiros e bidueiros que siguen os regueiros"

Forma parte de la Ruta Cultural Literaria dedicada a este escritor a quien se le dedicó el Día das Letras Galegas del año 2023, trayecto con el que hemos coincidido tras pasar A Ponte da Pedra y tomar la Rúa Real, conociendo su casa natal en la Praza de Linares Rivas, aprovechando para conocer más de su biografía, obra y legado


En esta fachada-retablo, admiramos esta impresionante composición de columnas, bolas, escudos, orlas, filigranas, elementos geométricos e imágenes religiosas maravillosamente esculpidas en espléndidas y grandes esculturas


Vamos a empezar de abajo arriba, primeramente por las de los lados de la puerta


A la izquierda de la portada San Benito, fundador de la Orden Benedictina a la que pertenecían los monjes del convento, representado habitualmente con el libro de la Regla de San Benito, fundamento de la monástica medieval


Santa Escolástica, a la derecha, hermana melliza de San Benito de Nursia, abadesa del convento de Piumarola, por ella fundada, al lado del fundado por su hermano, Montecassino


Encima de la puerta, la Virgen de la Asunción, que debemos recordar es la advocación de la vecina ciudad de Mondoñedo, capital de A Mariña y que antes lo fue de una de las antiguas siete provincias del Reino de Galicia, suprimido en 1833 con las reformas liberales, poco antes por tanto de la desamortización de esta abadía


Vemos le falta parte del brazo derecho, Bajo ella querubines y la leyenda TOTA PVLCRA ES MARIA


Más arriba San SalvadorSalvator Mundi, advocación del antiguo monasterio. Se le representa con el gesto de bendecir y la bola del mundo en la mano. La bendición con dos dedos representa la dúplice naturaleza de Cristo, humana y divina


La advocación a San Salvador puede guardar relación con la catedral ovetense de esta advocación, gran centro de peregrinación de donde partió el primer Camino de Santiago en tiempos de Alfonso II El Casto y cuya Cámara Santa alberga algunas de las reliquias más importantes de la cristiandad, entre ellas del propio Cristo, de ahí su dedicación salvadorana, destacando el Santo Sudario, popularmente El Pañolón, vinculado con la Sábana Santa de Turín


Cuando los caminos norteños fueron relegados a ramales secundarios frente a los mesetarios según se iba asegurando el territorio de los reinos cristianos más allá de la Cordillera Cantábrica, muchos peregrinos continuaron yendo a San Salvador de Oviedo/Uviéu al ir a Santiago, fundamento de los caminos llamados actualmente Norte, Primitivo, Salvador, Ruta de las Reliquias. etc., otros lo hacían a la vuelta, haciendo caso a aquella máxima medieval, de origen franco (centroeuropeo en general) que dice, con diversas variantes parecidas:
Quien va a Santiago
y no al Salvador
visita al criado
y olvida al Señor


A los lados columnas soberbiamente trabajadas y sendos escudos


Escudo de la derecha, con los símbolos del Reino y, en medio, los del Conde Santo, un arca con crismón, que se dice vino de Jerusalén navegando sobre las aguas y es donde está enterrado, así como dos lobos sobre ella


Escudo de la derecha, donde se ven símbolos episcopales como la mitra y el báculo


Encima, gran ventana y más columnas rematadas en frontón semicircular


Y llegamos así a las imágenes de la parte superior, en una hornacina la imagen del mítico fundador de este monasterio en la Edad Media, el Conde Santo, Osorio Gutiérrez, vestido de palmero, esto es, peregrino a Jerusalén. En la cúspide una estatua de la Fe


El Conde Santo tiene una biografía legendaria, así el genealogista Luis de Salazar y Castro, dentro del esquema de valores de su época, se le quiso hacer descendiente de un Don Osorio que batallaría con Don Pelayo, y de otro Osorio Gutiérrez presente en la no menos legendaria Batalla de Clavijo en tiempos de Ramiro I, y que llegaría a ser canónigo de León en 844. Más verosimilitud tiene el dato que le busca parentesco del noble galaico Hermenegildo Gutiérrez, conde de Oporto y reconquistador de Coimbra, mayordomo real de Alfonso III El Magno


Y así Osorio Gutiérrez, primo y cuñado del rey Ordoño IV, y por lo tanto vinculado a la política de su tiempo, participaría en la Batalla de Simancas (año 939), regresando tras ella de Tierra de Campos a hacerse cargo de estas tierras heredadas de su padre Gutiérre Osóriz, y de su tío Nuño Osóriz, extensas posesiones en la comarca de Mondoñedo, siendo ya titulado conde en documentos del años 942 y que fundaría un primer monasterio, existente al menos desde 947, destruido por los normandos y reconstruido y refundado por Osorio, si bien la estructura actual de la construcción es muy posterior, netamente barroca


Invirtió buena parte de su fortuna en ayudar a los monasterios de los que era patrono y, al enviudar, ya mayor, patrocina este de San Salvador según escritura del 17 de junio de 969, otorgándole además 33 camas, 12 para los pobres, y donde él mismo entra como fraile de la Regla de San Benito, bajo la autoridad el abad Munio, quien ejercerá como tal hasta el año 1015. Poco después peregrina a Tierra Santa y permanece como ermitaño casi un año en un lugar cercano al Santo Sepulcro. Esta piadosa actitud de abandonar sus riquezas para retirarse a la vida contemplativa le hacen valedor de su sobrenombre de el Conde Santo


A su regreso al monasterio fallece al poco tiempo y otro de sus biógrafos, Mauro de Villarroel, afirma que en el momento de su muerte repicaron las campanas por sí solas con tañido alegre a la hora de maitines, oyéndose cánticos celestiales. Su cuerpo descansa en una capilla de este monasterio, la de Miraflores, en el no menos legendario sepulcro que se dice trajo él mismo de Palestina. La erudita especialista Silvia Martínez Couce, de la Facultade de Humanidades de Ferrol, nos ofrece un completo estudio biográfico del fundador en Aproximación al patrimonio artístico y etnográfico relacionado con la figura del Conde Santo:
"El Conde Santo, a pesar de situarse a menudo en el ámbito de lo legendario, es un personaje histórico perfectamente ubicado en una época y un espacio. Podemos aventurar como fecha aproximada de su nacimiento el año 914; sin embargo, aunque ya hay documentos que lo citan en el 941, la única datación que conocemos con exactitud es la del testamento, firmado el 17 de junio del 969.

 Se llamaba Osorio Gutiérrez y era Conde de Campos y de Galicia, hijo de D. Gutierre Osorio y na Aldonza o Ildonza y, por tanto, nieto de Osorio Gutierre (tío del Rey Ordoño IV de León) y primo hermano de San Rosendo.

Nada se sabe acerca de la infancia del Conde Santo. 

Conocemos su matrimonio con Da Urraca Núñez, hija de D. Nuño Osorio, y que tuvo descendencia, aunque no podemos asegurar cuál fue el número de hijos; según Sandoval, fueron tres; según Genealogía, fueron sólo dos, condes ambos. La versión del pueblo laurentino y la leyenda cuentan que el Conde Santo tuvo dos hijos, llamados Lorenzo y Ana, y que la conjunción de sus nombres dio lugar a Lorenzana o Lourenzá, nombre con que se conoce al municipio, a las parroquias del valle (S.Adriano de Lourenzá, Sto. Tomé de Lourenzá y S. Jorge de Lourenzá) y a la villa (Vilanova de Lourenzá). Este hecho nos muestra ya la influencia e importancia del Conde Santo en esta comarca. 

Osorio Gutiérrez, además de letrado y astrólogo, fue un gran guerrero que luchó al servicio de Dios, y de los reyes, en tierra de moros, y que por ello obtuvo grandes haciendas en el Obispado de Mondoñedo, sumadas a los condados y señoríos que heredó a la muerte de su padre. Al fallecer su esposa, el Conde Osorio, que era muy devoto, decidió fundar un monasterio de monjes en Vilanova, el Monasterio de San Salvador de Lourenzá.

En él hallamos un temprano ejemplo de conciencia patrimonial, ya que el Conde Santo encarga al Obispo de Mondoñedo la preservación y conservación del monasterio. Tras abandonar la caballería seglar, le pidió al Abad del Monasterio el hábito de la Orden y fue un gran monje. Realizaba los oficios más humildes y servía a la comunidad y a los pobres, era caritativo y un gran consejero. 

En su vejez peregrinó a Jerusalén, partiendo de A Coruña junto con seis hombres más. Durante su peregrinación a Tierra Santa adquirió el sarcófago, en Jafa, a cambio de 500 siclos de oro. Después lo arrojó al mar y siguió su camino a Jerusalén. Cuando llegó al Monte de los Olivos, Dios le reveló la llegada del sepulcro al Obispado de Mondoñedo. Se cree que arribó al puerto de Morás, entre Burela y Vivero, y que el Obispo, viéndolo y gustándole, quiso cogerlo; pero, quizá por milagrería, no pudo. Cuando el Conde Santo regresó de su peregrinar, fue a buscar el sepulcro a Morás y lo trasladó a Vilanova sin problemas.

Así dice la leyenda, aunque cabe la posibilidad de que el Conde Osorio hubiese adquirido el sarcófago a su regreso de Tierra Santa, en algún otro viaje hacia Marsella y Burdeos, donde lo compraría y enviaría a Vilanova bordeando el Cantábrico. Esta segunda opción es la que barajan autores como Chamoso Lamas, H. Schlunk o Manuel Sotomayor que afirman que el "transporte do sartego dende Xafa é certamente falso". Sin embargo, y teniendo en cuenta el objeto de la comunicación, en el presente estudio valoraremos tanto, o más, la verdad de la leyenda que la verdad de la historia, ya que estamos tratando de ver la influencia del Conde Santo en la cultura y tradición oral del pueblo laurentino y, por tanto, en la creencia popular. Así, no tendremos tan en cuenta cómo llegó el sarcófago a Vilanova, sino cómo la gente cree que lo hizo. (...)

Continuando con la vida del Conde Santo, una vez en el Monasterio, éste se enteró de que su hijo había dicho a los monjes que, tras morir su padre, recobraría todos los bienes que éste había cedido al Monasterio. Así que pidió a Dios que, si era cierto que su hijo iba a hacer semejante cosa, muriese antes que él. Y así fue. Entonces, el Conde Santo ordenó que lo enterrasen en su sepulcro. Al fallecer el Conde Santo también se introdujo su cuerpo en el sarcófago y mucho tiempo después, en el 1546, sus huesos, antes esparcidos en la piedra de la sepultura, fueron colocados en una caja de madera de sándalo. De esta intervención se conserva un acta en pergamino, exhibida en una vitrina en el Museo de Arte Sacro del Monasterio de San Salvador. 

Cuando se abrió el sepulcro, el 8 de junio de 1968, se encontraron todos los huesos del Conde Santo y también los de su hijo. En la actualidad, los restos de sus descendientes y de su hermana se encuentran en unas urnas en la misma capilla en donde se encuentra el sepulcro del Conde Osorio".

La trascendencia del Conde Santo, historia y leyenda, es tan absolutamente esencial en Vilanova de Lourenzá que ha pasado, mismamente, a la toponimia de la población, sigue diciendo Martínez Couce:
"La importancia de este personaje en Lourenzá es evidente ya en la propia toponimia, al atribuirle el origen del nombre a su descendencia, pero también al reparar en que los alrededores del Monasterio se denominan Plaza del Conde Santo, Patio del Conde Santo, Pozo del Conde Santo, etc. Dentro del Monasterio encontramos también alusiones y representaciones del Conde Santo o su familia, como, por ejemplo, un lienzo que se exhibe en el Museo de Arte Sacro del Monasterio. Este lienzo toma como modelo un grabado de Tomasini del siglo XVII. En él se representa la Orden benedictina simbolizada por una barca, en cuya popa aparece San Benito exhortando a sus hijos para que se iniciasen en la conquista espiritual del mundo. La figura del Conde Santo aparece en la proa, con la bandera de cruzado en una mano y con una espada en la otra, blandiéndola, cortando el viento, como preparado para la batalla. Se trata, en definitiva, de la nave benedictina del Monasterio de Lourenzá triunfando sobre la herejía. 
Continuando con la influencia que tuvo y tiene en la actualidad la figura del Conde Santo, debemos terminar haciendo mención a una de las celebraciones más destacadas de la zona: la fiesta del Conde Santo. Ésta comienza el último sábado de agosto y dura todo el fm de semana. Ambos días comienzan con una misa tradicional a la que acuden peregrinos, romeros, devotos y gentes cercanas que desean celebrar el día del Santo. Al finalizar la misa del sábado, los asistentes se dirigen a la capilla en la que está enterrado el Conde Santo y hacen cola para llegar junto al sarcófago e introducir un dedo por su parte inferior, intentando tocar la caja de sándalo en la que están recogidos sus restos, porque se dice que, si la tocas, puedes pedirle un deseo al Santo. Muchas personas del pueblo, que desconocen la existencia de la caja de madera, afirman haber tocado los huesos del Conde Santo. Otros dicen que son tres los deseos que se te cumplen, o que se te otorga la gracia de Dios. 
Esto lo único que nos viene a demostrar es la vigencia que tiene, todavía hoy, más de un milenio después, la figura de Don Osorio Gutiérrez, más conocido como Conde Santo, en la cultura popular de la comarca; y, asimismo, su importante papel dentro del patrimonio cultural de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol".

Nos queda por referirnos a la estatua de la Fe, que aparece representada con ojos vendados y portando una gran cruz y un cáliz


A la izquierda, el reloj de la única torre rematada y acabada será sufragado a primeros del siglo XX por los emigrantes de Lourenzá a Cuba. Esta torre fue rehabilitada entre los años 2022 y 2023 y durante las obras se apreció un notable deterioro de la cruz de hierro que la remata, la cual fue también restaurada. Así dio la noticia la Archidiócesis Mondoñedo-Ferrol por entonces (7-8-2023):
"La instalación de andamios en la fachada de la iglesia parroquial de Santa María de Vilanova de Lourenzá (para la ejecución de los trabajos de restauración acometidos hace unos meses por la Consellería de Cultura) permitió observar un importante deterioro de la cruz de hierro que remata el cuerpo superior de la torre de la iglesia. 
 Dada la altura a la que se halla este elemento, unos 35 metros, se contrató una auto-grúa con cesta para poder ser observada por los servicios técnicos del obispado, concluyendo que existía un riesgo cierto de caída de la cruz, que presentaba un nivel de oxidación extremo, y también de desprendimiento de pedazos del remate de piedra. Por ello se procedió en un primer momento a la retirada urgente de dicha pieza. En un segundo momento, bajo la dirección facultativa de José María Alonso y con la preceptiva autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio, se procedió a la reproducción exacta de los elementos pétreos y metálicos del remate de imposible recuperación y a su colocación. Además, se aprovechó la intervención para la reparación y puesta en funcionamiento del pararrayos, así como para realizar una limpieza y recintado de juntas de los sillares de la cúpula de la torre. 
Las actuaciones llevadas a cabo han supuesto un importe de 33.370,99 euros, asumidos íntegramente por el obispado de Mondoñedo-Ferrol."

Fernando de Casas Novoa, el gran artífice de esta maravilla barroca, falleció el 25 de noviembre de 1750, muy poco antes de ser culminada su mencionada obra magistral en la catedral de Santiago de Compostela


Nada parece quedar, salvo la memoria en forma de viejos legajos, del hospital de peregrinos del monasterio, fundado muy posiblemente a la vez que él, si bien los libros de fábrica conservados van de 1602 a 1720, aunque se tiene constatada de forma documentalmente demostrada la presencia de peregrinos en esta villa desde el siglo XII. Asimismo en el Archivo Municipal aparecen expedientes del mismo entre 1852 y 1864 cuando, como en otros casos como el de Ribadeo, pasa a ser Hospital de Caridad


Se sabe por inventario había en el hospital cinco alcobas y siete camas, tallas religiosas entre las que destacan una de Santiago Apóstol y otra de Santa Catalina. El pueblo escogía un mayordomo que llevase sus cuentas, si bien durante los tres siglos que existen referencias al respecto no parece hayan sido ninguno muy diligente. El hospital dejará de cumplir su función en 1864 si bien su edificio se mantendría en pie hasta su demolición en 1915


Pasando adentro, continúa la misma percepción de majestuosidad artística y arquitectónica que nos maravilló en el exterior, mientras admiramos esta estructura de planta latina con tres naves. Avanzamos hacia el altar mayor bajo este arco carpanel


Fernando de Casas Novoa dirigió aquí también las obras de las naves hasta el crucero. Esta nave central es muy ancha y luminosa


El retablo mayor es neoclásico, obra de Ventura Rodríguez, gran maestro arquitecto del barroco final y del neoclasicismo. Vemos bien su base o banco, su estructura de un solo cuerpo y tres calles separadas por dos columnas a derecha e izquierda. En la imagen central está el titular, el Salvador o, más correctamente, San Salvador, con las imágenes de San Pedro y San Pablo a sus lados


Y arriba, Dios Padre rodeado de ángeles. Este retablo fue pintado y dorado por Juan Bernardo del Río en 1789. Las figuras son obra del escultor José Ferreiro


Sobre el crucero, ilumina el interior la impresionante cúpula sobre pechinas y gran bóveda del cimborrio, un elemento que asombra tanto desde el interior como desde el exterior, compitiendo en altura con la torre de la fachada


Las pechinas son los cuatro triángulos curvos que se emplean para sostener la cúpula, de base circular al ser semiesférica, sobre los cuatro arcos del crucero


Vamos a ir hacia el altar recorriendo las capillas de la nave lateral derecha, la del lado de la epístola. La comunicación hacia ella desde la nave central se realiza por estos enormes arcos de medio punto


Esta es la primera a nuestra derecha


Cerrada por una verja, no tiene retablo y en ella está la pila bautismal. Fijémonos a la izquierda en la pila del agua bendita


Una ventana da luz a la estancia con iluminación natural


En la pared, un cuadro plasma la escena de Jesús siendo bautizado por San Juan en el río Jordán. En el cielo, el Espíritu Santo arroja un chorro de luz sobre la cabeza de Cristo


Seguidamente sí tenemos un retablo y altar


Es un magnífico y brillante retablo casi monocromático, todo él dorado salvo un par de imágenes


En él reconocemos a la que sin duda debe ser la Dolorosa, en una talla de vestir sobre pedestal bajo arco de medio punto sostenido por columnas salomónicas rococó con su clásica forma retorcida. Muy importante para conocer su contexto artístico esta explicación de la Wikipedia:
"La arquitectura rococó es aquella que surgió y se desarrolló durante el siglo xviii en París, entre las décadas de 1730 y 1760, como reacción en contra de la grandeza, la simetría y las estrictas regulaciones del Barroco. Mantenía el empleo de adornos, pero incorporaba una decoración profusa con la inclusión de volutas y formas de hojas de acanto y con motivos más jocosos y formas orgánicas asimétricas. Utilizaba tonalidades claras, curvas y revestimientos de pan de oro, dando lugar a un estilo más elegante y más complejo que el barroco. Uno de sus rasgos más característicos es la variación arquitectónica entre el exterior y el interior de los edificios.

La palabra rococó procede del término francés “rocalla”, que denota el trabajo realizado en piedra y hace referencia a la cubierta de conchas empleada para decorar grutas artificiales. Originariamente, era entendido como un término despectivo, y no fue hasta mediados del siglo xix cuando se aceptó y asimiló socialmente."

Las capillas forman grandes huecos en la pared de arcos de medio punto que corresponden con los que separan las naves laterales de la central


Y aquí sí que tenemos un gran retablo barroco con abundantísima imaginería


Hasta ocho imágenes, siete de ellas en hornacinas separadas sobre columnas, salvo la que está en la cúspide o ático. Enfrente, un altar de piedra


En el primer cuerpo, cuatro tallas, vamos a intentar discernir a quien pertenecen


San Sebastián o Sebastián de Milán, atado y martirizado a flechazos, que es como suele representarse en su iconografía


A su derecha Santa Lucía con los ojos en el plato, que es también como se reconoce la identidad de su escultura


San José con el Niño Jesús, caminando de la mano, figura en el centro, por eso se le conoce a este como el retablo de San José


Podría ser Santa Filomena, con ancla y palma


El primer cuerpo está separado del segundo por una franja con querubines y en medio dos ángeles sosteniendo una corona. Aquí vemos tres imágenes


Sobre uno de los querubines un santo con un cáliz podría ser San Lorenzo, guardián de los tesoros de la iglesia y que según la tradición traería el Santo Grial a España. No olvidemos que está representado en el escudo de Galicia. Fijémonos en una cara angelical a su derecha, en la pared del retablo


En medio, sobre los ángeles con la corona, debe ser la Virgen María en actitud orante, tal vez la Asunción


A su izquierda podría ser San Pedro, pues parece portar unas llaves en la mano


Y en el ático o remate otra imagen mariana, más pequeña que las anteriores


La Virgen María con el Niño, desde aquí parece representada con semblante de tristeza


En nuestro deambular por la nave de la epístola llegamos a otra de las capillas, también con su altar y retablo 


Un maravilloso retablo barroco con tres grandes tallas abajo y en el ático otra imagen mariana rodeada de ángeles


Es una Virgen negra, en concreto Nuestra Señora de Montserrat, la Moreneta, patrona de Cataluña


Fijémonos en los detalles: a sus pies dos ángeles sierran con una sierra la montaña de Montserrat, monte serrado, que tiene su nombre debido a su peculiar orografía y característicos peñascos


La Moreneta y el Niño están coronados. Sobre la corona de la Virgen aparece el Espíritu Santo, a los lados sendos ángeles y en torno a todo varios querubines. Arriba una imagen de Dios Pater en actitud de bendecir


Abajo, la imagen del medio es Santa Gertrudis, por eso a este retablo se le suele llamar de Santa Gertrudis


Es en concreto Santa Gertrudis Magna o de Helfta, abadía en Sajonia-Anhalt, Alemania, donde ingresó a muy temprana edad y donde escribiría una importantísima obra mística de la que únicamente se han conservado tres libros. Aquí se la representa como monja de hábito negro benedictina. Se la identifica por un corazón en el pecho en referencia a una frase de sus escritos, "Me encontraréis en el corazón de Gertrudis". Aunque en su iconografía suele llevar, como aquí, báculo de abadesa, nunca lo fue


Báculo, junto con libro y también hábito negro cisterciense, es lo que porta la figura situada a su derecha. El libro suele identificar a los doctores de la Iglesia


Muy similar la talla colocada a su derecha en este retablo. El libro también identifica a los evangelistas pero sin duda estamos ante las imágenes de doctores de la orden benedictina cisterciense


Cristo crucificado y altar litúrgico  en la nave central, justo antes del crucero, donde se unen estas naves y la transversal que forma la cruz de las iglesias y templos de planta de cruz latina. Este es el sueño hecho realidad del obispo Osorio Araújo cuando escribía amargamente en 1730, ansiando por esta nueva y grandiosa iglesia, lo siguiente de la situación de la anterior:
"... la Capilla maior es de cortissima capacidad, con muy poca o ninguna en el presbiterio, y ni aún la precisa y necessaria para Altares colaterales; el cruzero notablemente feo y desacermodado; y todo este con el restante cuerpo de dicha Iglesia, cubierto el techo de tabla solamente  y a teja vana; porque los Arcos y paredes de sus Naves tampoco son suficientes para bóbeda"

Y aquí una talla en madera, monocroma, de Santiago Peregrino, con su hábito y bordón


Y ahora de nuevo en la nave de la epístola, y también por un arco de medio punto, pasamos a este brazo de la nave transversal que forma dicho crucero


Aquí es donde se coloca el Belén al llegar la Navidad, que luego continúa un tiempo puesto una vez pasada esta


Aquí hay un retablo mariano rematado en arco de medio punto sostenido sobre sendas columnas


La Virgen con el Niño en las nubes con tres angelitos a sus pies. Arriba, una orla circular sostenida por dos ángeles


El escapulario y la corona identifican claramente a la Virgen del Carmen


Y desde aquí, un arco de medio punto más da acceso a una de las capillas de la cabecera


También en la pared una ventana, todas las de este lado dan al sur, a la Praza do Conde Santo


La bóveda es de arista o crucería y aquí hay un retablo neoclásico


Arriba, un frontón triangular con un motivo vegetal en medio y abajo una franja de querubines. Encima, una orla circular emite rayos dorados con cuatro ángeles dentro y, en medio, lo que parece el Niño Jesús. A la derecha un ángel porta una mitra y a la izquierda otro un báculo, símbolos episcopales


El frontón está sostenido por cuatro columnas jónicas y, entre ellas, vemos la imagen de San Benito. Otras dos figuras a los lados portan como él báculo en la mano izquierda y, a sus pies, aparece la mitra


San Benito de Nursia, fundador de la Orden de San Benito, a la que pertenecían los monjes del monasterio, con el hábito negro propio de los benedictinos


Hábito negro es el que lleva también la figura de la derecha del retablo


El hábito blanco es el característico de los cistercienses, reformadores de dicha orden benedictina. Esta imagen lleva, como San Benito, un libro en la mano derecha


Al lado del retablo, una imagen de vestir con cordón nazareno


Pasamos ahora a la capilla mayor y al ya referido retablo mayor, que pasaremos a ver en detalle


Las grandes y gruesas columnas nos recuerdan la monumentalidad de las de la portada. Observemos también estos espléndidos púlpitos


Admiramos esta maravilla en la que se unieron la maestría y buen hacer de Ventura Rodríguez, José Ferreiro y Juan Bernardo del Río


Arriba la parte superior presenta bóveda de cañón, en base a arco semicircular


La forma del retablo se basa en dicha bóveda en la parte superior, llenando todo el espacio. A los lados dos ventanas dan luz a la imagen de Dios Padre entre los ángeles. Bajo el frontón triangular un friso conforma una franja de ángeles querubines



Tras la cabeza, el triángulo simboliza a la Santísima Trinidad y, tras las imágenes, una banda de cuadrados dorados tallados encierra cada uno una alegoría floral. Dentro del frontón


Más abajo, las columnas que sostienen el frontón son estriadas y rematan en capiteles corintios


En medio, se representa la escena, narrada en los evangelios según San Mateo, San Marcos y San Lucas, la aparición de Cristo Salvador o San Salvador, el patrón a los apóstoles en el Monte de la Transfiguración, el Monte Tabor


Con Jesús están Moisés (a la izquierda) y el profeta Elías a la derecha


Los discípulos son San Pedro, en medio, su hermano Juan a la derecha y a su izquierda Santiago. El Padre Pawel Rytel-Andrianik explica su significado en polskiFR:
"Los discípulos vieron junto a Jesús a dos importantes figuras del Antiguo Testamento: Moisés y Elías. El acontecimiento tuvo lugar poco antes de la muerte de Jesús, tras la cual muchos se apartaron de Él. En este contexto, la transfiguración de Jesús en presencia de estas dos personas tiene un profundo significado. 
Palabras clave 
«Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.» 
Cada sábado se leía en las sinagogas una sección de la Torá, los cinco primeros libros de la Biblia, también conocida como la Ley de Moisés, y un fragmento de uno de los Libros de los Profetas (la llamada Haftará). Se trataba estas lecturas como un anuncio de la venida del Mesías, que se basa en la Torá y los Profetas. 
Moisés representa la Torá y Elías es un profeta. Juntos, Moisés y Elías dan testimonio pleno de que el Mesías esperado, sobre el que se lee cada sábado en las sinagogas, es Jesucristo. Además, el testimonio de dos personas también era muy importante en los tribunales. Se necesitaba relatos de dos testigos para establecer la verdad. Moisés y Elías son tales testigos en el acontecimiento de la transfiguración de Jesús. 
Durante su transfiguración, Jesús reforzó la creencia de sus discípulos de que él era el Mesías esperado. Y todo ello para que no dudaran de él durante su pasión y muerte en la cruz. 
«Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.» 
Quizá la Transfiguración de Jesús tuvo lugar en otoño, cuando se celebra la Fiesta de los Tabernáculos, en recuerdo de la morada en tabernáculos de los israelitas durante su travesía por el desierto hacia la Tierra Prometida. Los creyentes judíos construyen entonces cabañas o tabernáculos para celebrar durante siete días la salida de Egipto del pueblo elegido. Quizá por eso Pedro pensó en levantar chozas."

Vamos a detenernos ahora en las esculturas a los lados del retablo


A la izquierda San Pedro, siempre reconocible por llevar las llaves del cielo


Y a la derecha San Pablo con su espada, cuyo original fue venerada reliquia. En una columna escrita para ACIPrensa el arzobispo de Los Ángeles José Horacio Gómez, comentaba la explicación dada por el papa Benedicto XVI a esta simbología:
“Las ‘llaves‘ de San Pedro son un signo de que Jesús le dio a su iglesia la autoridad de perdonar pecados y de abrir las puertas del cielo. Esas llaves son también un signo de que por el espíritu y la gracia de Dios, los Obispos de la Iglesia y el Papa pueden ‘atar y desatar’ para hacer decisiones en la Tierra que son ‘válidas a los ojo de Dios'”. 
“San Pablo normalmente es representado con una espada. Este es un símbolo de cómo fue martirizado. Pero es más que eso. El Papa habló sobre como la espada simboliza la Palabra de Dios y la fidelidad de Pablo a la ‘misión de Evangelización’ de la Iglesia”.


En cuanto a los púlpitos se sospecha pueden sustituir a otro u otros anteriores románico-góticos, uno de los cuales pudo haber sido llevado a la capilla de Nosa Señora da Gracia, que dependió de este monasterio, a la salida de la población, cerca del Camino y del albergue público de peregrinos, según podemos leer en Románico Digital


Seguidamente y detrás de la mesa del altar vamos a observar el banco o base del retablo. En medio hay una imagen de la Asunción en un mini retablo de frontón triangular con dos columnas


A la derecha, dentro de un gran círculo, una figura religiosa porta un libro y una cruz, lo que la hace ser alegoría de algún doctor de la Iglesia y miembro de una orden


A la izquierda una figura femenina con el Santo Grial y la ostia consagrada (Santísimo Sacramento), tal y como aparece en el escudo de Galicia pues se recoge en la leyenda griálica de O Cebreiro. No sería impensable que tanto esta imagen como la anterior muestren iconografía relativa a la lucha contra la herejía


Una de las visitas guiadas al monasterio que se realizan a través de la Oficina de Turismo de Lourenzá, sita detrás de la Casa do Concello y también en antiguas estancias monacales en la parte posterior de la cámara abacial, que visitaremos luego, cuando demos la vuelta alrededor del monasterio por el exterior


Arriba, la cúpula, sostenida sobre cuatro monumentales columnas, nos transmite impresionantes sensaciones de inmensidad... así nos explica el Glosario de la Historia del Arte del Grupo Camaleón su significado y acepciones:
"Cuerpo cilíndrico u octogonal que sirve de base a la cúpula. No es un elemento exclusivo de la Arquitectura religiosa, aunque es en los templos donde se alcanza su máxima utilización. En efecto, en las iglesias de planta en forma de cruz, bien sea latina o bien griega, se produce un espacio de encuentro entre la nave principal y la que la corta ortogonalmente o transepto que recibe el nombre de crucero. Es habitual que este ámbito se cubra mediante una cúpula elevada sobre un cimborrio. Según que la anchura del transepto sea o no igual a la de la nave, el crucero es un cuadrado perfecto o un rectángulo; en todo caso, sus cuatro lados van constituidos por sendos arcos torales sobre los que se alza el cimborrio. Toda vez que éste es de planta circular u octogonal, mientras que el crucero es un cuadrilátero, para realizar el debido asiento se disponen en los cuatro vértices de éste último otras tantas piezas estructurales abovedadas, ya sea en forma de triángulos esféricos, en cuyo caso se denominan pechinas, o de voladizos fuera del muro, en el que se designan como trompas. El cimborrio suele ir calado por huecos o lucernarios que alivian su pesantez y propician la iluminación superior.

Cuerpo saliente que se alza sobre el crucero de un templo para iluminar el interior

Construcción elevada sobre el crucero de las iglesias, habitualmente tiene forma de torre de planta cuadrada u octagonal y sirve para acoger una bóveda o cúpula e iluminar el interior del edificio"

La cúpula, del latino cupella y del griego kupellón, pequeña taza, con su  El Diccion Arte nos dice de este elemento, llamándola también media naranja:
"Bóveda semiesférica que cubre un espacio generalmente cuadrado. La transición del espacio cuadrado al circular generalmente se realiza mediante pechinas o mediante trompas, a las que se incorpora un tambor, más una linterna en la cúspide. Son fecuentes en Roma y se retomarán con el Renacimiento. Aunque existen en el románico y el gótico, no son tan abundantes y generalmente de escaso tamaño"

La verdad es que estamos pues ante un ejemplo práctico de la "cuadratura del círculo" o de la "cuadratura de la esfera", viendo con todo detalle cómo pasar de un espacio cuadrado a otro redondo aprovechando los recursos arquitectónicos de la Antigüedad


No deja de ser, evidentemente también, una inspiración magnífica basada en la Bóveda Celeste o Esfera Celeste, la esfera ideal, sin radio definido, concéntrica a la esfera terrestre, dentro de los simbolismos religiosos y arquitectónicos del arte con sus alegorías de proporción, movimiento, permanencia, eternidad, equilibrio...


La cúpula se sostiene con una estructura magnífica en forma de casetones, 24 en total, una solución que podremos ver también en otros santuarios gallegos de la época


Arriba, la linterna, octogonal, da luz al crucero y su cubierta redonda presenta forma de estrella de ocho puntas


Arriba en la clave nos parece reconocer trata de otro de los elementos restaurados entre los años 2022 y 2023


La verdad es que se trata de una iglesia muy bien iluminada con luz natural con numerosos vanos, grandes ventanales que dejan pasar abundante luz del exterior


Esta es una hermosa vista de la nave mayor desde el altar, con los arcos carpanel a la entrada, bajo los que acabamos de pasar, las naves laterales de los lados de la epístola y del evangelio, otro púlpito y, arriba la bóveda de cañón, de cuatro tramos que se prolongan hasta la capilla mayor, como hemos visto


Esta nave central dispone de un gran luneto o luneta a cada lado que dan más luz al interior del templo y, sobre los laterales, se abren tribunas con balcones sobre la nave central y el crucero que se cubren con bóvedas de arista de mampostería de esquisto


Ya que miramos a las alturas admiremos también los órganos gemelos barrocos de la iglesia, que merecen también sin ninguna duda nuestra atención, pues fueron construidos entre 1762 y 1765 por organeiros gallegos


 Se dice además que son los únicos de toda Galicia que conservan casi todos sus elementos originales 


En el año 2017 se celebró, dentro de las rondas por el paisaje organístico gallego de Espazos Sonoros un concierto itinerante por los órganos de los templos de Vilalba, Mondoñedo y Lourenzá .Así publicaba el programa de estos conciertos Cultura de Galicia
"A lo largo del trayecto, se encontrarán ejemplares de órganos diferentes en cuanto a estilo y época en diverso estado de conservación. La primera parada será en el órgano de la iglesia parroquial de Santa María de Vilalba, un interesante órgano romántico de 1914, de la casa Alberdi. La segunda parada será en la catedral de Mondoñedo para apreciar los dos impresionantes órganos barrocos; hace falta señalar que uno de ellos se sigue empleando en la liturgia de la iglesia, aunque muy modificado en cuanto a su mecanismo, ya que fue electrificado. 
La tercera y la última parada tendrá lugar en la iglesia del antiguo monasterio de San Salvador de Lourenzá, donde se encuentran dos de los más interesantes órganos del paisaje organística gallega, los dos únicos órganos gemelos gallegos que conservan casi todo su material original y que fueron construidos entre 1762 y 1765 por organeiros gallegos"


Vueltos de nuevo frente al altar mayor, vamos ahora hacia la capilla lateral izquierda. Es factible que esta cabecera tripartita del templo sea sucesora de un triple ábside semicircular románico


En la actualidad todo se basa arquitectónica en los parámetros del arte barroco de Fernando de Casas Novoa quien modeló la idea original de Juan Vázquez de Samos


En la pared lateral tenemos un arco ciego de medio punto entre columnas y bajo un frontón triangular liso y sin filigranas y, en la pared frontal, un retablo más


El retablo sigue el esquema de las cuatro columnas y frontón triangular que impera en esta parroquial de Santa María de Valdeflores


El retablo sigue también aquí la forma de la bóveda, en lo alto presenta un sol o estrella entre ángeles, alegoría de la divinidad. Abajo, en medio, otra imagen mariana, tal vez también la Asunción. Destacan aquí las cortinillas sagradas o velum 'velo', destinadas a dar mayor misterio a la devoción, el velum templi, del que nos explican en Calenda. El calendario de ciencias sociales y humanidades lo siguiente:
"La velación u ocultación de lo sagrado ha sido una constante en el culto cristiano. Con poderosos precedentes en el templo de Jerusalén y en el paganismo, es una realidad que tendemos a asociar al cristianismo oriental y sus iconostasios, pero que también fue practicada por la iglesia latina. Esta actitud ritual, que se mantuvo durante toda la Edad Media y aún después, se materializaba en el empleo de velos y cortinas suspendidos de las pérgolas o vigas que segregaban el presbiterio del resto de la nave, o mediante los tetravela que corrían por los rieles de los baldaquinos que cubrían los altares. (...) singulares obras dentro del contexto de la funcionalidad cultual con que fueron concebidas, donde además ejercían como vectores de transformación efímera en la apariencia visual de los templos.
La velación u ocultación de lo sagrado ha sido una constante en el culto cristiano desde sus orígenes tardoantiguos. Con poderosos precedentes en el templo de Jerusalén, y también en el paganismo, es una realidad que tendemos a asociar al cristianismo oriental y sus iconostasios, pero que también fue practicada por la Iglesia Latina, en cuyas primeras basílicas ya se limitaba y dosificaba la visión del altar del sacrificio eucarístico. Esta actitud ritual, que se mantuvo durante toda la Edad Media y aún después, se materializaba en el empleo de velos y cortinas suspendidos de las pérgolas o vigas que segregaban el presbiterio del resto de la nave, o mediante los tetravela que corrían por los rieles de los baldaquinos que cubrían los altares. 
Guillermo Durando, en el siglo XIII, describe pormenorizadamente los usos ya entonces consolidados, como el del gran velum templi de origen galicano, pieza que durante siglos se mantendría en la cuaresma como vestigio vivo de esta práctica litúrgica y de la que aún perviven ejemplares de notable antigüedad e incluso la memoria de su uso. 
Íntimamente relacionado con todo ello, la veneración a las imágenes sagradas también se vería afectada por este deseo de preservación, de lo que dan buena muestra los tabernáculos medievales y retablos abrideros, que participan tanto del mero deseo de protección física de las pinturas y esculturas que contienen, como de un afán de gradualidad en la visión del misterio de lo sagrado que las propias imágenes encarnan. En España, el extraordinario desarrollo del retablo exigió para su ocultación soluciones de gran audacia y vistosidad, como las enormes puertas de algunos ejemplares aragoneses o las sargas tejidas que desplegadas suponen una suerte de griséceo trampantojo de la propia obra que ocultan. También las reliquias, los vasos sagrados e incluso la propia Hostia consagrada han sido objeto de mostración y ocultación ritualmente regulada, dependiendo de las fiestas del año litúrgico o del momento concreto de la ceremonia sagrada que se desarrollase en la iglesia. Para satisfacer esta necesidad de preservación visual fueron creados durante la Edad Media los armarios relicarios, las cortinillas de los expositores y sagrarios o los velos de cáliz, entre otras piezas mobiliarias que han conocido también reformulaciones formales y ornamentales durante el Renacimiento, el Barroco y aún después".

A la derecha, una buena talla barroca, todas son policromadas pero no siempre estamos seguros de saber a quién corresponde cada una. Esta es una santa en actitud mística o de pasión, con mano derecha en el pecho y la izquierda abierta con el brazo extendido hacia abajo, como recibiendo la gracia


A la izquierda del retablo un santo, este con la mano izquierda en el pecho y con la derecha sosteniendo un cayado, lo que podría revelar su carácter de peregrino según la simbología religiosa cristiana


Y en el arco de la pared lateral, la del lado norte, una imagen de la Virgen de Fátima, con el cielo pintado detrás


La corona representa su coronación por el cardenal Masella, legado pontificio de Pío XII, en 1946


Continuamos ahora por las capillas del lado del evangelio


Retablo con la imagen del Sagrado Corazón, que revela ya un cierto aire neoclasicista


Columnas rococó y arriba frontón triangular partido


La imagen representa al Sagrado Corazón de Jesús con su mano izquierda señalando el pecho con el dedo índice y bendiciendo con la derecha


De nuevo miramos arriba para maravillarnos con la majestuosidad de la cúpula sobre el crucero


Las capillas del lado de la epístola, que acabamos de recorrer, arriba las tribunas de balcones de hierro forjado, la bóveda de cañón sobre la nave central y uno de los órganos


Arriba las bóvedas de arista, todo un compendio de arte y arquitectura barrocas de Fernando Casas Novoa...


Desde el retablo del Sagrado Corazón proseguimos nuestro deambular por la nave del evangelio, en dirección a la entrada del templo



A la derecha, es el acceso al Museo de Arte Sacro, que visitaremos inmediatamente, pues antes veremos las demás capillas y retablos de este lado


Estos siguientes retablos parecen los más tardíos del conjunto, muy posiblemente del siglo XIX


Este ocupa toda la pared ciega del arco correspondiente y muestra una muy variada imaginería en hornacinas en forma de arcos románicos con motivos en zigzag sostenidos por columnas con capiteles de gusto vegetal, denotándose el gusto historicista


Arriba, preside el retablo la hornacina e imagen más grande, la de la Inmaculada Concepción


A su izquierda, la Sagrada Familia, María, José y el Niño Jesús


San Antonio de Padua a la derecha, reconocible por llevar al Niño Jesús en brazos. Abajo, nube de plata, ángeles y querubines


Abajo a la izquierda, bajo la Sagrada Familia, una talla con hábito dominico, tal vez Santo Domingo de Guzmán


A la derecha un Cristo Crucificado


San Roque y su hábito peregrino, pues fue romeiro a Roma. No puede faltar el perro que lame sus llagas, el perro de San Roque, en concreto un bulbo de peste, enfermedad contra la que luchó este santo, cuyo culto se extendió durante las terribles plagas de este mal


No se conoce muy bien su biografía, nacería en Montpellier, pero las fechas varían entre 1295, 1348 y 1350. Quedaría huérfano bastante joven, algunos dicen su padre sería Jean Roch de L Croix, gobernador de la población. Vendió entonces sus posesiones, dio el dinero a los pobres y fue en peregrinación a Roma, recorriendo pues Italia, donde atendería a enfermos de la terrible epidemia de peste que por entonces se desencadenaban, encargándose además de darles sepultura, cosa que nadie se atrevía por miedo al contagio, cosa que la final le ocurrió en Piacenza, llenándose su cuerpo de manchas y úlceras


No queriendo ser una carga se arrastró saliendo de la ciudad hacia un bosque, para morir allí. Un perro lo descubrió y cada día acudía llevándole un pan que sacaba de la cocina de su amo, esto pasó varios días hasta que el amo siguió al perro y vio al santo, haciéndose cargo de él y logrando su curación. San Roque volvió a sus funciones  y prestó sus servicios curativos a personas y también a animales. Se dice que regresando a su casa, pasando por zonas de guerra, fue encarcelado pues se le tuvo por espía, falleciendo en prisión. Otra versión afirma que fue encerrado por su tío


El siguiente retablo que vamos a ver, el de Cristo Crucificado, ocupa también toda la forma del arco de la pared


En torno a la imagen central de Jesús en la Cruz hay diversos cuadros e imágenes religiosas


Arriba un monje con hábito benedictino clava la espada y la lanza en un dragón que simboliza al mal


Un retrato de una santa  con hábito de monja entre filigranas vegetales


Similar al anterior, el retrato de un santo


Posiblemente, Santa Teresa de Jesús


El Ecce Homo


Cuadros e imágenes piadosas


Personaje con hábito papal con un cuchillo clavado en el cuello. En esa pequeña hornacina en el pecho habrían estado las reliquias de este papa mártir


Otra hornacina similar en el bajorrelieve de esta santa


Cuadro de la Virgen y el Niño, ambos coronados


Debajo, otro personaje religioso, este con hábito episcopal


El hábito de obispo se reconoce especialmente por su mitra. Está en postura de dar la bendición y cuenta también con ese pequeño estuche para las reliquias


Este retablo está sobre uno de los órganos de la iglesia


De frente, el otro órgano, sobre la capilla correspondiente del lado de la epístola. Estos son los célebres órganos gemelos de Vilanova de Lourenzá, a los que el periodista Héctor J. Porto dedica el artículo Os milagres dos órganos barrocos xemelgos de Lourenzá, publicado en La Voz de Galicia el 7-10-2017:
"É unha historia de varios séculos. Tamén é a vida do Camiño de Santiago do Norte que vén lixeiro desde Ribadeo. É unha historia que reverdecerá hoxe na igrexa de San Salvador do municipio lucense de Lourenzá, onde se poderán escoitar os seus dous órganos barrocos xemelgos, os únicos en Galicia que conservan case todo o material orixinal de cando foron construídos, alá polos anos que van de 1762 a 1765. Este milagre xacobeo -que non se daba desde hai moito tempo- ocorrerá esta tarde (ás 17.30 horas) e ten detrás un promotor moi particular, Pablo Seoane (1968), pianista e compositor ferrolán de grande inquedanza creativa que navega preferentemente polos mares procelosos do jazz e a música clásica contemporánea. 
Seducido pola nobreza, potencia e riqueza dos instrumentos que custodia o templo -inserto no mosteiro bieito de Vilanova de Lourenzá-, Seoane deseñou un delicado tapiz sonoro pensado especialmente para estes dous órganos en caixas xemelgas, obra do artífice compostelán Alberto de la Peña e «unha auténtica alfaia do patrimonio cultural galego lamentablemente descoñecida», apunta o intérprete. Tanto se pegou a escrita á natureza da máquina, que o músico fixo un fondo estudo da súa forma, estrutura e estado real, de modo que ata contemplou a peculiar circunstancia de que un dos órganos está restaurado -«daquela maneira»- e o outro permanece parcialmente avariado, e «case soa asmático». Así, coas súas eivas, como se se tratase dun instrumento preparado, Seoane compuxo unha partitura que explota as posibilidades máis previsibles da unidade que está en boas condicións e as limitacións da que segue pendente de amañar. En realidade, o compositor non considera esas limitacións como tales, senón que as toma como inesperadas posibilidades en canto a «timbres e calidade de son únicos que só poden saír de aquí». Así, recoñece que a partitura se aproveita dese punto de aleatoriedade que sofre o instrumento ao estar derramado. 
Concibida para a décima edición do ciclo Espazos Sonoros, que conxuga con moito tino música e patrimonio e está organizado pola Consellería de CulturaParábase -articulada en sete partes- alude no seu título á pasaxe da comedia grega na que o autor falaba aos espectadores a través do coro, mentres os actores se ausentaban da escena, o drama quedaba en suspenso e o coro convertíase nun espello do público. «Os gregos inventan isto para dicir cousas que non dirían doutra forma», anota Seoane, que engade que este espírito especular, tan moderno, «preside o diálogo entre instrumentos irmáns» que el compuxo. (...) 
Pablo Seoane leva un ano indo a Lourenzá a pulir a partitura traballando sobre os propios instrumentos, abusando, chancea, da paciencia de don Xosé, o párroco. Foi nas primeiras visitas cando descubriu que a avaría dunha das máquinas xemelgas lle confería ao conxunto «unha riqueza de sonoridades paradoxalmente maior». Na interpretación de Parábase encargarase do órgano en bo estado (chamado da Epístola, polo papel que asumía na liturxia) e do estragado (do Evanxeo) dará boa conta Saúl Puga; ambos terán asistentes que lles axudarán cos rexistros, esas pezas como botóns de madeira que obturan ou liberan os tubos. Explica Seoane que na música convencional (Bach, por exemplo) os rexistros se dispoñían previamente nunha colocación que quedaba fixa na interpretación, pero na creación contemporánea -a partir de compositores como o sueco Bengt Hambraeus ou o húngaro György Ligeti- manipúlanse para modificar a estabilidade tímbrica durante a interpretación e privilexiar a presenza de texturas microtonais".

Y llegamos ya a la gran puerta barroca que da acceso a la capilla de Nuestra Señora de Valdeflores, donde está el sepulcro del Conde Santo


Sobre ella, en una hornacina, otra imagen de San Benito de Nursia, fundador de la Orden de San Benito a la que se acogieron tantísimos monasterios medievales europeos, a la que pertenecieron cluniacenses y cistercienses bajo el lema fundamental del Ora et labora


Antes de entrar a dicha capilla vamos a acercarnos a ver el último retablo del lado del evangelio, diferente sustancialmente a todos los demás


La Virgen de la Cueva, que es adorada por una mujer que se postra ante ella de rodillas en el interior de una gruta. Arriba árboles y escudo, abajo banco o base de filigranas con dos querubines


Ahora, que acaban de abrirnos la puerta, sí vamos a entrar en la capilla de Nuestra Señora de Valdeflores


Observamos su estructura de arcos y bóvedas de arista nada más entrar, se trata de una capilla dieciochesca construida con las profundas reformas constructivas barrocas de esa centuria


Al fondo, más allá de retablo de Nuestra Señora de Valdeflores, se encuentra el venerado sepulcro del Conde Santo Osorio Gutiérrez, pero también encontraremos otros tesoros del arte y de la historia, como esta pila bautismal


A la derecha un calvario, de madera, de extraordinaria factura. Bajo Cristo Crucificado están San Juan y la Virgen María, imagen mariana por tanto vinculada a la advocación de esta capilla


Fijémonos también en los arcos carpaneles de los tramos de la nave de esta capilla de planta rectangular. También a la derecha, un retablo de dos columnas corintias que sostienen un frontón semicircular


Arriba, dos ángeles sostienen una orla alegórica, vamos a acercarnos a ver la escena que se nos muestra


Nos parece reconocer la Anunciación de Nuestra Señora, por la que el ángel Gabriel anuncia a María que va a ser la madre de Jesús, otra representación por tanto de la vinculación mariana de este santuario


La luz entra, desde la Praza do Conde Santo, por óculos y ventanas


A la izquierda, San José con el Niño y, poco más allá un púlpito al que se sube desde el altar por un pasillo-escalera


Nuestra Señora de Valdeflores en su magnífico retablo de seis columnas y bellamente rematado con un muy artístico frontón que combina diversos elementos


La imagen de la Virgen está sobre pedestal, sostiene al Niño y a sus pies varios ángeles se mueven en torno a una nube blanca. Detrás, una aureola resalta la escultura


Y aquí llegamos a la cripta, cerrada por verja de hierro forjado, donde se guarda el sepulcro del Conde Santo que hizo de Vilanova de Lourenzá un importante centro de peregrinación desde el medievo, atribuyéndose a Osorio Gutiérrez la resurrección de al menos cuatro muertos (en algunos textos peregrinos) y la curación de innumerables enfermos. Por ello, y pese a no estar canonizado, se le llama Conde Santo y se le considera autor de muchos milagros que llegan hasta su misma muerte, según escribía el erudito sacerdote Diego Torres de Villarroel
"Al instante sonaron las campanas por sí solas y con un tañido alegre; y a la hora de maitines se oyeron voces celestiales que entonaban salmos de júbilo"

Su sepulcro es  realmente un objeto bastante extraño, hecho en mármol de un color raro entre jaspe blanco y cárdeno vetado de azul. Una gran cenefa de ondas todo alrededor es su decoración, con un crismón en medio del frontal. Según unas fuentes viene de oriente y según otras de Aquitania, a veces se dice hecho en el siglo XI y otras en el VI. Está sostenido sobre dos columnas y la piedra, al ser rallada, desprende un olor característico. Leemos al respecto de él en Wikipedia:

" Por el frontal y por los costados tiene una decoración geométrica muy sencilla y en el centro se ve labrado un crismón. Se apoya sobre unas robustas columnas cuadradas y muy decoradas. Se cree que vino de Oriente y alrededor de esta procedencia se desarrolló una leyenda muy parecida a la traslación del cuerpo de Santiago Apóstol a las costas gallegas. La inventio dice que el sarcófago lo compró el conde Osorio en su peregrinar a Tierra Santa y lo hizo depositar sobre las aguas del mar; de esta manera llegó a la costa.

Los peregrinos que acudían al monasterio imploraban protección al conde santo, aun después de haber muerto. Rezaban una oración ante el sepulcro al tiempo que introducían los dedos por dos orificios de la parte inferior, hasta tocar la caja de madera donde descansaba el cuerpo. Las gentes de estas tierras consideraban al conde su señor y protector, tanto en la vida como en la muerte".


Su tapa cincelada en forma de escamas y, sobre todo estas formas ondulantes que transmiten sensaciones de movimiento han llamado la atención de eruditos e investigadores como la especialista Dolores González de la Peña, Adregoto Galíndez, Licenciada en Literatura Hispánica, escribe de él en su excelente blog Arquetoponimia:
"El sepulcro del Conde Santo, Osorio Gutiérrez (siglo X), que se conserva en una capilla de la Iglesia del Monasterio de San Salvador de Lourenzá, es un excepcional sarcófago tardorromano del siglo V decorado con motivos en SSS. Estamos ante la reutilización de una pieza de factura local, o tal vez importada del sur de Francia, donde era más abundante este tipo de motivos funerarios denominados desde la antigüedad strigiles, según se cree, por su parecido con el útil de higiene personal que, a modo de rascador, se empleaba tras el  baño para restregar la piel, arrastrar la suciedad y el sudor, y eliminar el vello corporal. 
De esta forma, podría parecer que el nombre que recibe el tipo de sarcófago con strigiles se debe únicamente a la similitud formal entre las SSS y el implemento higiénico, sin que haya habido intención de representar realmente una decoración a base de rascadores cutáneos. Pero ya adelantamos aquí que sí la hubo, y que lo que se representa son strigiles auténticos, por lo que huelgan otras interpretaciones de estas ondas sinuosas como meramente decorativas, o como representaciones del agua (Elizabeth L. Fischer: "Streams of Living Water. The Strigil Motif on Late Antique Sarcophagi Reused in Medieval Southern France"). 
Plinio en su Historia Natural apuntó que en las piedras de los sarcófagos se representaba el calzado, la vestimenta, el espejo y el estrígil del difunto, y esta costumbre está reflejada en la antigüedad prerromana en las estelas del suroeste peninsular, en las que se grababa el ajuar funerario del difunto con su espejo, y se depositaban objetos de pizarra similares a los estrígiles en el interior de los dólmenes (conocidos como "báculos"). Asimismo, el ortostato de cabecera del dolmen de la Table des Marchands podría ser un precedente de la decoración funeraria romana a base de strigiles. 
(...) para preparar el viaje al Otro Mundo había que lavarse bien, en cuerpo y alma; y nada mejor que el rascador cutáneo para simbolizar la limpieza del difunto, su estado de santidad. 
Existen una leyenda y un ritual en torno al sepulcro de Osorio Gutiérrez. La leyenda refiere su llegada por mar, flotando en las aguas como el sepulcro del apóstol Santiago. Está representada en el escudo de Lourenzá, y hemos podido capturar la imagen en algún cuadro antiguo que se conserva en el museo. 
Por su parte, el ritual que se realizaba en el mismo sepulcro no consiste en tocarlo con un dedo, sino en introducir el dedo por el agujero que existe en su parte inferior, con la intención de poder tocar las reliquias del cuerpo santo; entonces se cumplirá un deseo."

Su característico brillo se debe al roce continuo de la gente con su ropa y manos durante siglos. Fijémonos en el crismón situado en el centro, superposición de las dos primeras letras del nombre de Cristo en griego, ji (X) y ro (P), símbolo pues del Salvador y emblema de victoria física (incluyendo batallas) y espiritual como triunfo de la fe y triunfo sobre la muerte, siendo común que esté relacionado con elementos funerarios


A la muerte del Conde Santo, esta su tumba fue lugar de peregrinación, pues se le consideraba realmente un santo y se le atribuían curaciones de enfermos y varias resurrecciones. Tal era la cantidad de romeros que con el tiempo se proclamaría su fiesta el último domingo de agosto, celebrándose sonada romería


Dos agujeros en la parte de abajo servían para que devotos y peregrinos metiesen dos dedos y tocasen la madera del ataúd, rito de protección al amparo del Conde Santo, al que también la vecindad tenía por su guardián espiritual en la vida y en la muerte. Relacionado con ello hemos de decir que este lugar es un verdadero  mausoleo donde se han enterrado también miembros de familias principales de Lourenzá, tal y como vemos en algunas inscripciones


De estos linajes, emparentados con el santo, escribe, basándose como no puede ser de otra manera, de historia y leyenda a un tiempo, el comunicador Antonio Lage-Seara en Los Lorenzana: un conde santo, el mito del apóstol y poder en México, Guatelamala o Panamá, que publica en Mundicamino el 4-6-2023:
"Los Lorenzana son actores directos de la cimentación de Santiago como bandera de la Cristiandad. Sus ancestros son el germen hermano de los Condados de Portucale y Galliciae. Se mezclarán con monarcas. Levantarán un reputado recinto monacal. Darán un salto Atlántico con un Capitán General de Panamá, Guatemala o un Arzobispo de México. En San Diego (California) una misión lleva el nombre de Apolinaria Lorenzana (1800) o en El Salvador existe un San Vicente de Austria y Lorenzana (1625).
Rebrotó la fuerza, al nacer una figura influyente del XX, Don Paco del Riego (1913-2010), castiñeiro centenario de boa cerna, erudito elefantino, transformador de su tierra, Galicia, La historia marcó su genio, admirado usaría el seudónimo Salvador Lorenzana. Su iris azul grabó una estampa laurentina, que rememoró en su obra Lourenzá.

Cuentan que el Lorenzana proviene de Lorenzo Guitirrez de Osorio, "De un Lorenzo y una Ana, descienden los Lorenzana", reza un dicho acuñado en el XVI por Fray Anasthasio de Lobera, escritor de "Historia... ciudad y Iglesia de León, "Crónica de los Linajes de Galicia". 

Lorenzo fue un héroe en la Batalla de Clavijo (844). Hijo de Gutierez Osoro, Conde del Bierzo, primo de Alfonso II de Asturias, primer peregrino, a la tumba de Santiago. La relación de Compostela y Lorenzana es antigua, reza la leyenda  que en esta batalla derrotaron al ejército musulmán al aparecerse el Apóstol subido a un caballo blanco. El Santiago y cierra España, empezó a ser pronunciado en la Reconquista, Santiago Matamoros se convertiría en estandarte de la expansión hispana. La historiografía también imputa esta consigna a las Navas de Tolosa (1212).

A Lorenzo igualmente le atribuyen haber paralizando el avance vikingo en la Batalla de Clunia, Cruña (Coruña) según la Crónica Rotense. En el 844 un centenar de naves, dakkars, llegaron a la costa Cantábrica,tras una tempestad. Primero arribaron en Gijón, después al Faro Brigamtium donde fueron mermaras a la mitad, de aquí a Lisboa y Cádiz, hasta adentrarse en el Guadalquivir, en el río Abderramán II los acorrala y aniquila totalmente.

Por estas hazañas bélicas le donan las tierras del Vallle Villanueva, en mindunieto, que heredarían gradualmente sus descendientes, Osorio Guiterrez, Gutier Ororiz y el VI Conde, el Conde Santo.

Osorio Guitierrez, Comites o Comes de Lorenzana, será conocido popularmente como Conde Santo, en virtud de los milagros que se le atribuyen. Tras una peregrinación a Tierra Santa, decidió construir un lugar sacro en el valle, fundando un monasterio en 969, aunque autores lo posponen al último cuarto del siglo X, Su féretro reposa en el cenobio, visitado y venerado hace más de un milenio.

El Conde Santo, pertenecía a una de las familias nobles más importantes del norte peninsular, los Guitierrez, sinónimo de dominio. Sus padres eran primos entre sí, Aldonza Menéndez y Guitierre Osóriz, tuvieron además a Adosinda Guiterres que se casó con Ramiro II de León. Sus abuelos eran hermanos. El materno, Mendo Gutierrez, Come de Portucale (Porto), el paterno Osorio Gutierez, Come de Gallaeciae (Galicia). Sobrino del Obispo de Santiago Gudesindo Gutierres. Emparentaron con Ordoño II Rey de Galicia, carnal de los monarcas García I de León y Fruela II de Asturias. De estos antepasados Osorio descienden los primeros condes de Lemos.

El devenir de los años erigió y enriqueció al monasterio de Lourenzá. A su alrededor se formaron familias dependientes, mayorazgos, y relaciones con la administración de sus bienes. Existen documentos de cesión y gestión de tierras. En 1248 entregan a Juan Rodríguez, Martín García, Pedro Pérez y Pedro Pelagii el monte y heredad de Santa Eulalia de Corquido. En 1251, Celeiro de Mariñaos a Juan Rodríguez, Fernando Iohannis, Juan Martínez, Juan Dedo y a sus mujeres.. En 1257 conceden a 10 pobladores la heredad de Villar de Choy. En 1289 dan para repoblar, a 15 hombres de San Salvador de Lourenzá, el monte de San Pedro de Munfrugil.

Hacia 1400 legan a perpetuidad a Ruy Conde, notario morador en Vilamaior, y a Ruy Sánchez, el lugar de Montouto de Cadavedo para construir tres casas. De nuevo aforan a perpetuidad en 1447 a Fernán Pernas y Teresa Alfonso las plazas de Vicos, Muras, Braña, y los muradales de San Cosme. En 1472 entregan a Mayor de Lorenzana casas y viñas en Sabadelle, Chantada, Ribeira Sacra.

A su vez reciben donaciones y prebendas, por ejemplo el Rey Fernado II de León dona en 1180 la feligresía de San Jorge y Gómez, Conde de Trastámara, en 1201 la iglesia de Santo Tomé.

Su impronta e influencia, se denota por la posesión de joyas y reliquias, como un gran osario santoral, amén que grandes arquitectos intervinieron en su levantamiento. En 1735 pondría su pegada Fernando de Casas Novoa, reconstruyendo una fachada barroca, banco de pruebas para su hermana mayor, la Catedral de Santiago de Compostela. Ni nuevo, ni extraño, son dos refugios religiosos que caminan de la mano.

Se esfumará el Osorio, algunos descendientes emplearán el término Lorenzana, en relación a su procedencia familiar y terrenal. Migraron a León con la Corte del Rey Ramiro, cuñado del Conde Santo.

Con el tiempo aparecen Ruy Pérez de Lorenzana, que tendría a Suero de Lorenzana y este a Lope Rodríguez de Lorenzana, ligarían con los Quiñones. En el XV andaban por León Gonzalo Rodríguez de Lorenzana, Diego de Lorenzana, Rodrigo de Lorenzana con varios pleitos por alborotos, robo de caballos, escrituras etc... En XVI, Rodrigo y Pedro de Lorenzana.

Al descubrirse del nuevo continente, resurgen, embarcándose en nuevos cargos y aventuras, que les reportan riquezas. Reciben títulos, en 1543 nombran caballero de la orden de San Juan de Jerusalén a Alonso de Lorenzana Rabanal Quiñones y Valderas. Rematan poseyendo el Marquesado de Lorenzana en 1642. A las posesiones del Señorío de Lorenzana, suman una Casa blasonada en la calle Serranos de León -con leones sedentes, símbolo de su servicio al Rey- o un Palacio, hoy sede de la Real Academia de Extremadura.

El gran saldo de la saga a América, lo realiza Álvaro Quiñones Osorio (1575-1642), Señor de la Villa de Lorenzana, primer Marqués de Lorenzana, título que no disfrutó en vida. Antes de cruzar el Atlántico, sirvió con las armas, en Portugal, Italia, Argel,  Alaraches. Por sus virtudes, representa a Felipe IV como Capitán General de Panamá y Presidente de su Real Audiencia desde 1628, allí tuvo problemas con la pérdida de su nave, también con los esclavos que se le escapaban y revelaban. En 1633 recibe una nueva misión, la de Capitán General de Guatemala, donde prohíbe el trabajo con tinta añil a los indígenas o instaura un abogado de los pobres, siempre con buenas intenciones pero desoído por el monarca. Tras una vida azarosa, fina con 67 años en el Océano Pacifico mientras navegaba al Perú.

La huella de la familia quedará ligada a Guatemala. Nicolás Antonio de Lorenzana será corregidor de Chiquimula en 1697, ciudad pegada a El Salvador, que tiene medio millón de habitantes. El apellido está presente hasta nuestros días, lo porta conocidos capos de la droga.

Los Lorenzana igualmente irán a Bolivia, citan a varios en los archivos. Por ejemplo Antonio de Lorenzana, licenciado, era relator de la Audiencia de La Plata o el Capitán Juan Vuelta Lorenzana hacia 1637, Corregidor de la provincia de Yamparáez, Por entonces muchos leoneses, la tenían una estrecha relación con la explotación del metal precioso como los Neyra, entroncados con ellos.

Presentes hasta en el caribe, en Puerto Rico ejerció de Gobernador Juan Robles Lorenzana, por lo visto con mala mano, como indica un informe sobre sus excesos (1676 -1684).

El acuñador y capataz de la Casa de la Moneda en México era Onofre de Lorenzana. Allí alguien va a sobresalir de esta familia. Uno de los Lorenzanas más famosos es Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón (1722-1804), Arzobispo de México (1766 -1772) y Gran Inquisidor de España (1794-1797). Coetáneo de varias personalidades que imponen la ilustración. Por su vivo intelecto lo tildan como "gran mecenas del siglo de las luces". Su etapa mexicana fue reformista y crítica, recopiló documentación antigua relativa a la presencia hispana y escribió Historia de Nueva España (México, 1770) .Trabó trato con transformadores sociales, en su juventud, con el asturiano Campomanes, Ministro de Hacienda, y en la etapa americana con José Bernardo de Gálvez por entonces visitador en Nueva España, será uno de los principales apoyos de la independencia de Estados Unidos de América. A su vuelta en 1772, la experiencia lo llevo a ser Arzobispo de Toledo, auctoritas de la Sede Primada, donde apoyó investigaciones históricas, científicas y obras sociales. Su tesón lo alza a ser nombrado por Pío VI, Cardenal en 1789. En 1797 viaja de enviado a Roma, y se establece como uno de los principales apoyos del Santo Padre, tras su muerte organiza el Cónclave y otra vez se convierte mano derecha del saliente Pío VII. En Roma Lorenzana siguió su efervescente actividad, radicaba en la sede de la religiosidad, algo innato en el gen Lorenzana, con Santos y Santiagos en su haber.

Más cercanos al XX, el nombre inspira figuras de las letras como la escritora canguesa Sarah Lorenzana (1878-1960).

Sempiterno, San Salvador de Vilanova de Lourenzá, de escudo con vieiras peregrinas, báculo y velo abacial, concentra clan, monasterio y milagros de un santo sartego. ¡Orgullo de Lorenzo y Ana, los Lorenzanas!"


A la derecha del sepulcro, en la pared dorada, reconocemos de nuevo el escudo de Osorio Gutiérrez, el arca y los lobos, un personaje histórico a la vez que legendario, también biografiado por Silvia Martínez Couce, de la Facultade de Humanidades de Ferrol en su Aproximación al patrimonio artístico y etnográfico relacionado con la figura del Conde Santo:
"El Conde Santo, a pesar de situarse a menudo en el ámbito de lo legendario, es un personaje histórico perfectamente ubicado en una época y un espacio. Podemos aventurar como fecha aproximada de su nacimiento el año 914; sin embargo, aunque ya hay documentos que lo citan en el 941, la única datación que conocemos con exactitud es la del testamento, firmado el 17 de junio del 969. 

Se llamaba Osorio Gutiérrez y era Conde de Campos y de Galicia, hijo de D. Gutierre Osorio y Dª Aldonza o Ildonza y, por tanto, nieto de Osorio Gutierre (tío del Rey Ordoño IV de León) y primo hermano de San Rosendo. 

Nada se sabe acerca de la infancia del Conde Santo"

Entre las leyendas del Conde Santo y de su estirpe se encuentra la de que el nombre de este concello de Lourenzá se debe al nombre de sus hijos, si bien filológicamente parece venir de un antiguo Laurentius o posesor de época romana o altomedieval, dueño de estos lugares:
"Conocemos su matrimonio con Dª Urraca Núñez, hija de D. Nuño Osorio, y que tuvo descendencia, aunque no podemos asegurar cuál fue el número de hijos; según Sandoval, fueron tres; según Genealogía, fueron sólo dos, condes ambos. La versión del pueblo laurentino y la leyenda cuentan que el Conde Santo tuvo dos hijos, llamados Lorenzo y Ana, y que la conjunción de sus nombres dio lugar a Lorenzana o Lourenzá, nombre con que se conoce al municipio, a las parroquias del valle (S.Adriano de Lourenzá, Sto. Tomé de Lourenzá y S.Jorge de Lourenzá) y a la villa (Vilanova de Lourenzá). Este hecho nos muestra ya la influencia e importancia del Conde Santo en esta comarca."

La impronta del Conde Santo marcó pues la impronta de Lourenzá y buena parte de esta zona de A Mariña lucense desde la lejana Edad Media, tal y como lo hizo, un poco más al norte el no menos legendario San GonzaloO Bispo Santo, así llamado pese a no estar tampoco canonizado y al que se le atribuyen milagros tales como destruir una flota normanda con sus oraciones o hacer brotar agua del suelo allí donde arrojaba su alpargata, así como prodigiosas sanaciones. Pero sigamos con el relato que de Osorio Gutiérrez, su herencia laurentina, su fundación monástica al quedar viudo y la historia de esta su tumba nos hace Silvia Martínez Couce:
"Osorio Gutiérrez, además de letrado y astrólogo, fue un gran guerrero que luchó al servicio de Dios, y de los reyes, en tierra de moros, y que por ello obtuvo grandes haciendas en el Obispado de Mondoñedo, sumadas a los condados y señoríos que heredó a la muerte de su padre.

Al fallecer su esposa, el Conde Osorio, que era muy devoto, decidió fundar un monasterio de monjes en Vilanova, el Monasterio de San Salvador de Lourenzá, En él hallamos un temprano ejemplo de conciencia patrimonial, ya que el Conde Santo encarga al Obispo de Mondoñedo la preservación y conservación del monasterio. 

Tras abandonar la caballería seglar, le pidió al Abad del Monasterio el hábito de la Orden y fue un gran monje. Realizaba los oficios más humildes y servía a la comunidad y a los pobres, era caritativo y un gran consejero. 


En su vejez peregrinó a Jerusalén, partiendo de A Coruña junto con seis hombres más. Durante su peregrinación a Tierra Santa adquirió el sarcófago, en Jafa, a cambio de 500 siclos de oro. Después lo arrojó al mar y siguió su camino a Jerusalén. Cuando llegó al Monte de los Olivos, Dios le reveló la llegada del sepulcro al Obispado de Mondoñedo. 

Se cree que arribó al puerto de Morás, entre Burela y Vivero, y que el Obispo, viéndolo y gustándole, quiso cogerlo; pero, quizá por milagrería, no pudo. Cuando el Conde Santo regresó de su peregrinar, fue a buscar el sepulcro a Morás y lo trasladó a Vilanova sin problemas.

Así dice la leyenda, aunque cabe la posibilidad de que el Conde Osorio hubiese adquirido el sarcófago a su regreso de Tierra Santa, en algún otro viaje hacia Marsella y Burdeos, donde lo compraría y enviaría a Vilanova bordeando el Cantábrico. Esta segunda opción es la que barajan autores como Chamoso Lamas, H. Schlunk o Manuel Sotomayor que afirman que el "transporte do sartego dende Xafa é certamente falso", Sin embargo, y teniendo en cuenta el objeto de la comunicación, en el presente estudio valoraremos tanto, o más, la verdad de la leyenda que la verdad de la historia, ya que estamos tratando de ver la influencia del Conde Santo en la cultura y tradición oral del pueblo laurentino y, por tanto, en la creencia popular. Así, no tendremos tan en cuenta cómo llegó el sarcófago a Vilanova, sino cómo la gente cree que lo hizo." 

Relacionado con el fundador, otro lugar milagroso dentro del monasterio es, en el claustro menor, el Pozo do Santo, de aguas tenidas por curativas y milagrosas, que eran llevadas por los peregrinos en recipientes. Esto se debe a que este sepulcro estuvo antes, al parecer, en uno de los dos claustros con los que contaba el monasterio ya en la Edad Media (fase románica). Es por lo tanto, reiteramos una vez más, difícil separar la leyenda de la realidad en este relato, sin embargo, los estudiosos como Couce lo interpretan sabiamente, señalando la comunicaciones marítimas atlánticas como fundamento de la presencia aquí de este sepulcro, que describe minuciosamente, incluyendo su decoración:
"Abandonando la cuestión de cómo llegó a Vilanova; una vez en el Monasterio, hallamos el sepulcro del Conde Santo al fondo de la Capilla de Valdeflores, a la que se accede por la iglesia. Se trata del único sarcófago paleocristino que se conserva completo actualmente en Galicia. Fue realizado en el siglo VI, muy anteriormente a su llegada a Vilanova, por artesanos de talleres aquitanos. 

Dejando a un margen lo que narra la leyenda, la presencia de esta pieza en Lourenzá demuestra la existencia de unas relaciones culturales y comerciales bastante intensas entre la costa gallega y la de Burdeos. 

El propio material evidencia que el sarcófago es una pieza de importación, ya que en Galicia se carecía del mármol gris azulado en el que está labrado, que lo diferencia de los relieves funerarios de Temes. 

Se trata de una pieza que mide 2 metros en la base y 2' 13 metros en lo largo de la tapa; tiene un ancho de 0'80 metros; una altura máxima en la cumbre de la vertiente de 1 '40 metros; y pesa más de 2.000 kilos. Destaca su sencillez ornamental, aunque en el frente del sarcófago es significativa la decoración de estrígilos, en forma de yugo o de 3, dispuestos a ambos lados del crismón, lo que lo relaciona con un fragmento de un sarcófago hallado en Ampurias. El motivo central es el crismón, como tema cristiano, que se encuentra dentro de un cordado triple o de una triple corona de laurel. En las cuatro esquinas del sarcófago aparece unas columnas, con un marcado éntasis en el fuste y con alargados capiteles de decoración corintia. En la cabecera y en los pies encontramos la misma ornamentación a base de estrígil os en forma de 3 a cada banda del motivo central, que es una rosa sexifolia inscrita en un círculo con el borde rehundido. La parte trasera, ya pensada para estar oculta, carece de ornamentación, al igual que la inferior. La tapa es de cuatro vertientes, rematada por un estrecho canal rehundido en los bordes. Los cambios de plano de las vertientes están cubiertos por una decoración de cordón o soga. La ornamentación de la tapa se basa en una imitación de un tejadillo de losetas redondeadas, imbricadas unas en otras, o de escamas recortadas y suavemente superpuestas de forma escalonada. Además, en la vertiente de la cabecera y· en la de los pies aparece, en la parte superior, una rosa sexifolia, aunque diferente a la que encontrábamos en los laterales inferiores del sarcófago. Precisamente, es esta decoración de rosas y la forma de flanquear el sarcófago con las columnillas, caracterizadas por el marcado éntasis del fuste, lo que evidencia su origen aquitano y su datación del siglo VI".

Las circunstancias de la muerte del Conde Santo han pasado también a la leyenda pues se dice que vino a ser por designio propio tras enterarse de los planes de su hijo para con sus donaciones a este monasterio. El sarcófago fue abierto posteriormente de manera oficial dos veces, una a mediados del siglo XVI y otra en 1968, apareciendo en el interior sus restos y los de su hijo:
"Continuando con la vida del Conde Santo, una vez en el Monasterio, éste se enteró de que su hijo había dicho a los monjes que, tras morir su padre, recobraría todos los bienes que éste había cedido al Monasterio. Así que pidió a Dios que, si era cierto que su hijo iba a hacer semejante cosa, muriese antes que él. Y así fue. Entonces, el Conde Santo ordenó que lo enterrasen en su sepulcro. Al fallecer el Conde Santo también se introdujo su cuerpo en el sarcófago y mucho tiempo después, en el 1546, sus huesos, antes esparcidos en la piedra de la sepultura, fueron colocados en una caja de madera de sándalo. De esta intervención se conserva un acta en pergamino, exhibida en una vitrina en el Museo de Arte Sacro del Monasterio de San Salvador. 

Cuando se abrió el sepulcro, el 8 de junio de 1968, se encontraron todos los huesos del Conde Santo y también los de su hijo. En la actualidad, los restos de sus descendientes y de su hermana se encuentran en unas urnas en la misma capilla en donde se encuentra el sepulcro del Conde Osorio. 

La importancia de este personaje en Lourenzá es evidente ya en la propia toponimia, al atribuirle el origen del nombre a su descendencia, pero también al reparar en que los alrededores del Monasterio se denominan Plaza del Conde Santo, Patio del Conde Santo, Pozo del Conde Santo, etc. Dentro del Monasterio encontramos también alusiones y representaciones del Conde Santo o su familia, como, por ejemplo, un lienzo que se exhibe en el Museo de Arte Sacro del Monasterio. Este lienzo toma como modelo un grabado de Tomasini del siglo XVII. En él se representa la Orden benedictina simbolizada por una barca, en cuya popa aparece San Benito exhortando a sus hijos para que se iniciasen en la conquista espiritual del mundo. La figura del Conde Santo aparece en la proa, con la bandera de cruzado en una mano y con una espada en la otra, blandiéndola, cortando el viento, como preparado para la batalla. Se trata, en definitiva, de la nave benedictina del Monasterio de Lourenzá triunfando sobre la herejía".

Dada su gran veneración y, como si de otro santo oficial más se tratara, se estableció un día fijo para festejarlo con multitudinaria romería dada la enorme afluencia de los devotos del Conde Santo, el último sábado de agosto. Durante esa jornada los peregrinos hacen cola en esta capilla para acercarse a su sepulcro y realizar el ritual pertinente:
"Continuando con la influencia que tuvo y tiene en la actualidad la figura del Conde Santo, debemos terminar haciendo mención a una de las celebraciones más destacadas de la zona: la fiesta del Conde Santo. Ésta comienza el último sábado de agosto y dura todo el fin de semana. Ambos días comienzan con una misa tradicional a la que acuden peregrinos, romeros, devotos y gentes cercanas que desean celebrar el día del Santo. Al finalizar la misa del sábado, los asistentes se dirigen a la capilla en la que está enterrado el Conde Santo y hacen cola para llegar junto al sarcófago e introducir un dedo por su parte inferior, intentando tocar la caja de sándalo en la que están recogidos sus restos, porque se dice que, si la tocas, puedes pedirle un deseo al Santo. Muchas personas del pueblo, que desconocen la existencia de la caja de madera, afirman haber tocado los huesos del Conde Santo. Otros dicen que son tres los deseos que se te cumplen, o que se te otorga la gracia de Dios

Esto lo único que nos viene a demostrar es la vigencia que tiene, todavía hoy, más de un milenio después, la figura de Don Osorio Gutiérrez, más conocido como Conde Santo, en la cultura popular de la comarca; y, asimismo, su importante papel dentro del patrimonio cultural de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol". 

Salimos de la capilla de Nuestra Señora de Valdeflores y recorremos las naves del templo, volviendo sobre nuestros pasos y dirigiéndonos al Museo de Arte Sacro, sita también su entrada, por la que hemos pasado, en este lado del evangelio, a la izquierda de la capilla mayor


Este museo, de titularidad eclesiástica, fue fundado en 1964 en lo que fue la antigua biblioteca monacal, la cual pereció en 1878, más de cuatro décadas después de la desamortización que declaró extinguido el convento, pese a lo que aún se conservan unos 4.000 volúmenes


El museo, que fue remodelándose desde su fundación hasta nuestros días, cuenta con varias salas y además con la capilla de Nuestra Señora de Valbanera, una de las hechas con las reformas barrocas del convento


Entre sus tesoros históricos y artísticos podremos destacar las pinturas de los milagros del Conde Santo, realizadas en tabla, la sala de la biblioteca del antiguo convento, esculturas de los siglos XVII-XVIII y elementos de orfebrería litúrgica, tallas y esculturas


Entre ellos, el monumental relicario de la sacristía llamará especialmente nuestra atención, sobre todo si, como ahora, lo vemos abierto


La excelencia de estas obras y la abundancia de reliquias demuestra la tremenda importancia e influencia del monasterio, casi como si desease, si no competir sí afianzarse, frente a la muy cercana sede episcopal mindoniense, capital religiosa pero también administrativa de las tierras de A Mariña y de una de las antiguas siete provincias gallegas


Fuentes y pilas de agua. El cenobio disponía de su propia red de abastecimiento


El agua manaba de la boca de este rostro por un caño, en nuestros días sustituido por un grifo que sigue dando servicio pues en este rincón se guardan los enseres de limpieza de estas estancias


Personajes históricos, reyes y reinas que favorecieron al convento, filigranas decorativas y caras y elementos alegóricos


Una pareja regia, rey y reina, con un libro cada uno en la mano izquierda y una palma en la derecha


Una talla de Santa María en una gran hornacina en este maravilloso retablo. Columnas rococó y frontal triangular abierto


Mobiliario de época y algunos de los libros de la histórica biblioteca monacal


En la pared de enfrente, otro soberbio conjunto policromado


Más personajes y filigranas decorativas con una excelente y muy llamativa policromía


Predominan los elementos y detalles de temática vegetal y naturalista, incluyendo los racimos de frutos, recurso decorativo que tenía también su simbología como emblema de unidad y comunidad entre los creyentes


Libros de cantos religiosos de los monjes


Orfebrería y objetos litúrgicos


Más volúmenes relacionados con el canto y el culto


Uno de ellos cerrado para que podamos apreciar sus viejas y raídas tapas


Y al fondo, el gran retablo relicario del siglo XVII, hecho en piedra y madera por algún maestro de la época. Se atribuye por lo general en las guías al artista y pintor compostelano Francisco de Andrade pero otros esgrimen que podría haber sido el pintor mindoniense Juan Baamonde


Arriba, las pinturas se muestran en cuadros que siguen la forma triangular de las pechinas de la bóveda de la capilla


Bóveda majestuosa pero lisa, sin casetones como los que sí tenía la monumental que vimos sobre el crucero


La pintura blanca resalta la luminosidad de la luz natural exterior que su linterna, en la cúspide, da al interior


Linterna cilíndrica que tiende a hexagonal, de seis lados y, en ellos, una ventana en cada uno. Luego, cuando demos la vuelta alrededor del convento, la veremos desde el exterior


Distribución de los cuadros respecto a la bóveda



Cuadros piadosos a los lados del relicario. Aquí este con sus puertas cerradas


El relicario abierto mostrando toda su magnificencia. A los lados, en las tablas, abades y abadesas con el hábito benedictino


Cada figura es un santo, y dentro se guarda la reliquia correspondiente. Pueden contarse hasta 28, pero dejemos que nos cuenten sus maravillas en el artículo que a él le dedica El Progreso del 15-4-2023 y titulado El tesoro de Lourenzá:
"Es el gran relicario, el más rico y bello que se conserva en la región gallega". Con esta cita de 1968 de Manuel Chamoso Lamas define el investigador del instituto de estudios gallegos Padre Sarmiento, Carlos González Paz, el relicario que alberga el monasterio de San Salvador de Lourenzá, una pieza extraordinaria que apenas se conoce y que es, en palabras de González Paz, "un tesouro patrimonial de incalculable valor".  
Datado en la segunda mitad del siglo XVII, "de factura e gusto barroco", la mayoría de los estudiosos aseguran que su autor es desconocido y aquellos que apuestan por uno se lo atribuyen al escultor mindoniense Juan Baamonde. "Documentado só se conserva o contrato para o pintado e o dourado do relicario asinado o 27 de decembro de 1669 entre o abade Anselmo Pérez e o artista e pintor compostelán Francisco de Andrade", explica González Paz, que cita como curiosidad que recibió 500 ducados de salario. Con esa fecha de referencia y teniendo en cuenta que se sabe que en 1664 trabajaba en la sacristía del monasterio Juan Baamande, algunos autores apuestan por su autoría.  
Fuera quien fuera el autor, el relicario, de madera policromada, cuenta con seis pisos y cinco calles que incluyen un total de 28 celdas separadas por columnas salomónicas, que están decoradas con hojas de vid, posiblemente haciendo alusión a las vides que en aquella época había en el valle laurentino, como matiza en este sentido, Remedios Gallo, de la asociación Patrimonio Laurentino. Cada celda contiene el busto de una santa, un santo o un mártir (estos últimos identificados con una hoja de palma) de la orden benedictina, a la que correspondía la comunidad monástica de Lourenzá desde el siglo XII. "En realidade, cada figura é un relicario que supostamente contería unha reliquia da santa ou santo cuxo nome ap arece na basa da estatuiña", explica González Paz, que subraya que la más importante es la que aparece en la parte superior y corresponde a San Benito de Nursia, fundador de la orden de San Benito. Además tiene una cerradura tipo armario con dos puertas decoradas. 
Sobre las reliquias que se guardan en Lourenzá, González Paz defiende que fue la comunidad benedictina de Lourenzá quien formó el relicario. "As reliquias podían estar xa no mosteiro, tendo en conta que todos os altares tiñan que ter reliquias na mesa do altar para que pudiera ser consagrada, polo que pode ser que xa estiveran no mosteiro ou tamén que se compraran, xa que era habitual que as comunidades monásticas, as sedes episcopais ou as igrexas se fixeran con estas pezas, que se podían adquirir en feiras, e as meteran nos relicarios porque era unha cuestión de fe", asegura. "Naquel momento non importaba tanto o tipo de óso que era senón o que significaba e a xente acudía a estes reliciarios a rogar milagres ou sanacións para que os sanots actuaran de avogados frente á divinidade", añade.  
Y es que en la Edad Media era muy habitual el mercado de reliquias y también durante la Edad Moderna. "No século XVII encheuse o mercado con reliquias procedentes dos antigos países católicos que pasaron a ser luteranos, calvinistas u anglicanos, xa que unha das prácticas do catolicismo que critica Lutero son precisamente as reliquias e as peregrinacións", indica el investigador.  
Sobre este relicario la información es muy poca, algo que González Paz explica por las vicisitudes del monasterio tras la desamortización. "Lourenzá pasou moito tempo esquecida e o seu mosteiro, dende a desamortización, quedou moito tempo abandonado e a comunidade monástica non se volveu a restaurar", explica el investigador, que atribuye también a esta falta de actividad religiosa el hecho de que Lourenzá no fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2015 cuando lo fue el Camino Norte. "Sobrado dos Monxes si foi declarado porque é o que orixinalmente  era, é dicir, naceu como mosteiro e siguen sendo un mosteiro cunha comunidade monástica, Lourenzá naceu como mosteiro e agora é museo de arte sacro, pero non ten a esencia da finalidade primitiva", dijo.  
González Paz insiste en la riqueza patrimonial del relicario laurentino, y asegura que hay uno muy parecido en la iglesia de los jesuitas de Roma. "Seguramente hai máis relicarios semellantes, pero despois de coñecer o de Lourenzá chamoume a atención este de Roma porque a diferenza é que este é de madeira policromada e o de alá é de mármore e este ten pechadura tipo armario e aquel no, pero a esencia é a mesma".  
Desde la asociación Patrimonio Laurentino reclaman una reparación urgente del relicario por su extraordinario valor, ya que está muy afectado por la carcoma".

Aquí tenemos uno de los escasos elementos que han llegado a nosotros del antiguo monasterio medieval que desapareció al hacerse el barroco, una lápida sepulcral de forma levemente trapezoidal con franjas cinceladas con motivos vegetales y, en medio, una inscripción en letra mayúscula carolina que dice, que nos informa, en verso, que es la tumba del conde Gutier Osorio, uno de los descendientes del Conde Santo, diciéndonos incluso la fecha de su fallecimiento:
+ COMES HIC MAGN(v)S GVTER PVLCRE VOCAT(v)S BONIS VERO PLEN(v)S EXTITIL SEMPER AMENVS ERA VI DENA VIIA P(o)S(t) M ET CM OBIIT NVP(er) VIO ID(v)S S(ep)T(em)B(ri)S


“Aquí (yace) el gran conde llamado hermosamente Gutier; vivió repleto de bienes y siempre alegre; falleció en la era 1168 [año 1130], el día 6 de los idus de septiembre [8 de septiembre]”

De la biografía de Gutier Osorio nos informa detalladamente la ya referida página Románico Digital en su estudio sobre los elementos medievales conservados en este convento o sus inmediaciones:
"Se trata del conde Gutier Osorio, un personaje de bastante importancia en la Galicia del primer tercio del siglo XII. El conde debió de tener una estrecha relación con la comunidad de Lourenzá ya que su nombre aparece en diversas ocasiones en la documentación relacionada con el cenobio, que recibió, incluso tras su muerte, donaciones por parte de su viuda doña Toda y su hijo Vela Gutiérrez. Su condición de protector o benefactor de la comunidad aparece también confirmada por su enterramiento dentro de los muros del monasterio, posiblemente en el claustro donde compartiría espacio con el sepulcro del Conde Santo. 

El otro dato que aporta la lápida de don Gutier es la fecha de su muerte, el año 1130, que permite datar su realización en los años inmediatamente posteriores. En las dos bandas esculturadas encontramos la misma composición con un león que vuelve la cabeza hacia la grupa y un tallo ondulante del que nacen palmetas, pero en las que el escultor ha buscado la variación en los detalles para evitar la monotonía que podría haber supuesto la repetición especular de la misma plantilla. Es una escultura de perfiles redondeados y formas carnosas pero que no se recrea en los detalles preciosistas de los animales o del tallo vegetal y que testimonia la actividad artística en el monasterio en el segundo tercio del siglo XII.

El otro dato que aporta la lápida de don Gutier es la fecha de su muerte, el año 1130, que permite datar su realización en los años inmediatamente posteriores. En las dos bandas esculturadas encontramos la misma composición con un león que vuelve la cabeza hacia la grupa y un tallo ondulante del que nacen palmetas, pero en las que el escultor ha buscado la variación en los detalles para evitar la monotonía que podría haber supuesto la repetición especular de la misma plantilla. Es una escultura de perfiles redondeados y formas carnosas pero que no se recrea en los detalles preciosistas de los animales o del tallo vegetal y que testimonia la actividad artística en el monasterio en el segundo tercio del siglo XII

Estos escasos testimonios románicos, si bien no nos permiten hacernos una idea demasiado concreta de la configuración del desaparecido monasterio medieval de Vilanova de Lourenzá, sí dejan traslucir que se debía de tratar de una construcción de cierta importancia. Una nueva iglesia románica de importantes dimensiones, a juzgar por la envergadura del rosetón conservado, debió de sustituir a la antigua iglesia prerrománica de la época de Osorio Gutiérrez. El estilo tanto del rosetón como de los capiteles encontrados permitiría situar esta reconstrucción en la primera mitad del siglo XIII, en directa relación con los obradores de Meira y de la Catedral de Mondoñedo".

Y este es retablo de la capilla de Valbanera o Valvanera, de columnas rococó con capiteles que sostienen arcos de medio punto, todo él de manera y que cubre justamente este espacio con su altar, en el que vemos piezas de orfebrería


Nosa Señora de Valbanera con el Niño, ambos coronados. La Virgen sedente (sentada) y el Niño bendiciendo con la mano derecha



Muebles y enseres de gran interés, incluyendo un arca lacada japonesa del arte Nambam datada en el primer cuarto del siglo XVII. Se supone que formarían parte de la colección de reliquias, guardadas en sus artísticas cajas, que la marquesa del Villar, Antonia de Córdoba, siguiendo una costumbre de las mujeres de nobleza de la época gustaba de tener entre sus pertenencias. Más tarde, el fraile fray Mauro Villarroel, la donaría al monasterio dentro de un conjunto de unas 25 en el año 1632


Como hemos dicho, ya desde época medieval el monasterio de San Salvador de Lourenzá tenía dos claustros románicos que fueron barroquizados, como todo el conjunto, a partir de la obras acometidas entre los siglos XVII y, sobre todo, XVIII, que transformaron totalmente los edificios monacales haciendo desaparecer de ellos toda traza medieval salvo muy contados detalles y piezas, como alguna de las que acabamos de ver. El claustro mayor, que por su tamaño llega a ser escenario de conciertos y actividades, y el claustro menor, en el que se encuentra el Pozo do Santo, el de sus aguas milagrosas y curativas que bebían los peregrinos y se llevaban con ellos en recipientes. Esta es una noticia de La Voz de Galicia publicada el 23-8-2023 en relación a cenas-baile y eventos musicales aquí celebrados y en el entorno del monasterio antes y durante la fiesta del Conde Santo:
"La asociación Conde Santo, con la colaboración del Concello de Lourenzá, organiza para el próximo viernes, día 25, la gran cena-baile de la Lenda do Conde. Comenzará a partir de las 22 horas en el claustro del monasterio de San Salvador. 
Se servirá un completo menú a base de caldo, codillo, postre, vinos (Rioja crianza, Mencía, Albariño, Godello), café y chupito. Los tickets pueden comprarse en los bares del municipio: a 12 euros para niños de 5 a 10 años de edad y a 23 euros para adultos. 
Ese mismo día habrá animaciones medievales (El niño del lápiz), una discoteca móvil y sonará la música de Toxo Guayaba, que patrocina Patrimonio Laurentino. 
El viernes arrancarán las tradicionales Festas do Conde Santo, que continuarán el sábado con la sesión vermú a cargo de La Favorita, que repetirá con Ritmo Bakano en la verbena. 
El domingo, la sesión vermú correrá a cargo de Mar de Arousa, que volverá a subirse al escenario por la noche con Cinema. El lunes 28 será el último día de las fiestas laurentinas, con sesión vermú a cargo del Dúo Epo-K".

Tras visitar la iglesia y otras dependencias del antiguo monasterio de San Salvador de Lourenzá volvemos a salir al exterior por la portada por la que hemos entrado, saliendo de nuevo a la Praza do Conde Santo


Nos disponemos ahora a dar la vuelta alrededor del antiguo convento y su iglesia, empezando por esta su fachada sur, contemplando sus dos torres, la acabada y la inacabada, así como la cúpula


Y, sobre ella, su linterna octogonal con sus ventanas, rematada en cruz de hierro


Seguimos en la Praza do Conde Santo, donde hay fuente ornamental, bancos, árboles y quiosco de la música, un elemento que se hizo popular desde finales del siglo XIX


Solían ser sufragados por los vecinos o por los mismos concellos para dar acomodo a las bandas de música y las orquestas, que amenizaban el paseo a los concurrentes, organizándose fiestas y bailes


La fuente tiene un pequeño estanque hecho de piedra que imita las formas de la naturaleza, sobre el que caen pequeños chorros de agua en une bella composición


Algunos de estos chorritos salen de la escultura de esta gran rana pintada de verde, a la que el ex-alcalde de Lourenzá Vidal Martínez Sierra-López le dedica el artículo La fuente de la rana laurentina, publicado el 2-12-2014 tras una de sus restauraciones, explicando toda la historia que hay detrás:
"La fuente de la rana ha sufrido recientemente labores de repintado y conservación, que de manera periódica vienen llevándose a cabo con el fin de preservar la buena imagen del modesto monumento.
El gigantesco batracio se ha convertido con el paso del tiempo, en un referente de la vida social de los Laurentinos, no habiendo niño en Lourenzá que no tenga su foto a lomos del anfibio, ni celebración deportiva que no termine enfriando en sus aguas, el fervor de la victoria. 
Pero que sabemos realmente de su historia: Quien fue su autor?, Cuando se hizo?, estas y otras preguntas deberían poder ser respondidas, sin dudarlo, por las gentes de un pueblo que ha echo de ella uno de sus símbolos más queridos, y con este fin ,el de dar a conocer sus orígenes en unos casos, y el de refrescar la memoria en otros, es por lo que, he decidido dedicarle este artículo. 
Y para ello, debemos remontarnos a los tiempos de la Guerra Civil Española, y mientras por el frente se desangraba nuestro país, en la retaguardia algunos, se esforzaban en aparentar una normalidad que trataba de ocultar, las tragedias familiares que día si y día también, estaban provocando con sus venganzas consentidas los represores franquistas. 
Y en este contexto debemos situar la solicitud de servicios, de un humilde maestro nacional, originario de San Pedro de Muras, que ejercía su magisterio en una pequeña escuela rural de la parroquia de San Xurxo, en el lugar de Mazúa, para la realización del diseño y construcción de una fuente ornamental, que embelleciera los jardines de la plaza del Conde Santo, anteriormente conocida por la del ” Redondel”. 
Me estoy refiriendo a Guillermo Cisneros Fernández, que vino a Lourenzá acompañado de su esposa Aurora López González, también maestra, aunque ella en la Cazolga, y que establecieron su vivienda en la casa conocida como ” el chalet”, propiedad de Avelino “el Maiceiro”. 
Aún hoy es recordado por los mayores del lugar, no tanto por su labor de maestro como por su bonhomía y capacidad de liderazgo, siendo un referente parroquial en aquellos duros años. 
En consonancia con la tendencia dominante en su gremio, era políticamente hablando Republicano y de Izquierdas, encajando perfectamente con la vecindario de San Xurxo, dado que la corriente política dominante en la parroquia caminaba en la misma dirección. 
Su mujer no era menos Roja que el, y le apoyaba incondicionalmente allá donde iban, refiriéndose algunos a su persona con el mote de ” la Pasionaria”. 
Los lunes viajaba en caballo hasta la Cazolga, para regresar el fin de semana junto a su marido. 
Durante un cierto tiempo, su camino fue coincidente con el de Julia Minguillón, que por aquellas datas estaba pintando en Villapol, la que sería su obra mas afamada “A escola de Doloriñas”; apenas cruzaban unas palabras de cortesía, ya que era por todos conocida su incompatibilidad política, evitándose mutuamente. 
D. Guillermo dominaba el dibujo y la pintura, y por ello debió recibir el encargo anteriormente mencionado, que tenía un doble fin, el ya mencionado de ornato, y el más deleznable, el de sometimiento y humillación del modesto profesor, ante el poder imperante de los falangistas gobernantes. 
Y para dejar patente su intención, le obligaron a dotar a la referida fuente, del escudo de la falange, que debería de figurar en un lugar preferente. 
El maestro supo adaptarse como nadie a la nueva situación, pura cuestión de supervivencia, y haciendo de tripas corazón, cumplió como nadie con el pedido. 
No obstante, aun hay quien recuerda la pícara sonrisa que asomaba en su rostro, cada vez que recordaba la pequeña maldad que había logrado colarles, al haber colocado el escudo de Galicia en el frente de la fuente, dejando para el yugo y las flechas el fondo del estanque. 
La huella artística de D. Guillermo también podemos encontrarla en las pinturas de la iglesia de San Xurxo, ya que fue suya la obra de repintado del altar y de algunos santos, así como, la creación de una serie de ángeles. 
Desgraciadamente apenas disfrutó de sus obras unos pocos años, ya que, enfermó gravemente de cáncer pulmonar (Sarcoma), que acabó con su vida el 15 de Diciembre de 1943, a la corta edad de 38 años. 
Fue enterrado en San Xurso, sin dejar descendencia. 
Su mujer, 3 años más joven que él, reinicio una nueva relación en Arzúa, donde se fue a vivir, y por fin, tuvo la descendencia que con tantas ansias buscó con Guillermo y que nunca tuvo, lo que le llevó a aguantar con resignación las burlas de su suegra en relación con su ingravidez. 
Las carencias que trajo consigo el largo período de posguerra, hizo que el mantenimiento de la fuente dejase mucho que desear, cayendo prácticamente en el abandono; y no fue hasta la década de los 80 que se le prestó atención de nuevo, a petición de Pepe dos relojeros, quien dirigiéndose a la por aquel entonces Teniente de Alcalde Fe Rodríguez Rocha, le pidió su arreglo, ofreciéndose él a renovar la instalación del agua. 
La única condición que puso Fe, fue le sustitución del yugo y las flechas por el escudo del Concello, ese al que recientemente acabamos de degradar a simple sello, tras cientos de años de historia, para deshonra de nuestro pasado. 
El diseño del escudo del estanque fue obra de Paulino Pintor, y las piedras calcáreas que rodean el estanque, procedentes de la ya desaparecida “Cova do Encanto”, fueron aportadas por José Yañez, Isidro de Xaniolas y la misma Fe, haya por el año 1983. 
Así permaneció, salvo algún que otro repintado, hasta el año 2005, que con motivo de la remodelación integral de la plaza del Conde Santo, doté el proyecto de una partida específica para la restauración y mejora de la fuente, aportándole entre otras cosas el alumbrado artístico que ahora tiene. 
La rana de Lourenzá se ha ganado un lugar en nuestro corazón, y es labor de todos el dignificar su historia, como referente popular que es de nuestro pueblo."

En Vilanova de Lourenzá tenían fama los conciertos que en este quiosco de la música realizaba la Banda do Val (banda del valle, o Val de Lourenzá), desaparecida en la década de 1950, así como las orquestas que tocaban en las fiestas del Conde Santo a finales de agosto


No siempre esta estructura fue así, antiguamente el quiosco de la música era una simple plataforma octogonal a la que se subía por una escalinata. No estaba cubierta ni existe constancia que lo hubiese estado en algún momento, pero sí estaba rodeada por un barandilla de hierro forjado con artísticas ornamentaciones. Una farola, en el centro, alumbraba las veladas nocturnas


En el año 2006 fue totalmente reformado, remodelado y ampliado dentro de las obras de acondicionamiento de los jardines de la alameda. Más adelante tuvo otras restauraciones que le dieron el aspecto que vemos en la actualidad, tal que esta de la que se da cuenta en la web del Concello de Lourenzá:
"El Ayuntamiento de Lourenzá arregló el antiguo quiosco de la música, que está situado en la praza do Conde Santo. Lo anunció hoy la alcaldesa, Rocío López. 
La regidora municipal explicó que "las obras consistieron en sustituir los lienzos de la baranda del quiosco, que antiguamente eran de metacrilato y la mayoría de ellos estaban rotos y en gran estado de deterioro, por otros más seguros y de mayor duración. La situación en la que se encontraba el quiosco suponía un grave peligro para los usuarios de este espacio público, en su mayoría niños que acuden habitualmente a las instalaciones del parque. De este modo se mejoró la seguridad y el atractivo del entorno en el que se enclava y consigo la de la calidad de los recursos turísticos del ayuntamiento". 
Rocío López añadió que "estas obras se enmarcan dentro de la línea de subvenciones a ayuntamientos destinadas a financiar obras de mejora y señalización de los recursos turísticos en medio rural, cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) en el marco del Programa de desarrollo rural de Galicia 2014-2020".

Aquí además se instala el belén navideño y, por supuesto, sigue siendo el escenario de las bandas de música. También se celebran las fiestas y el Festival de la Faba de Lourenzá, que ensalza este magnífico producto agrícola que lleva el nombre del concello y del que podemos leer esta noticia de la periodista Silvia Dorrego para El Progreso publicada el 24-9-2010 que nos servirá para hacernos una idea de sus contenidos:
"El conselleiro do Medio Rural, Samuel Juárez Casado, será el encargado de inaugurar la décima edición de la Festa da Faba de Lourenzá el sábado, día 2, a las 13.00 horas en el Cantón. Posteriormente recorrerá las casetas de los fabeiros.

Las actividades comienzan ya el viernes con una conferencia sobre ‘Estratexias para unha producción sostible da Faba’, en la casa de la cultura a cargo de Miguel Fueyo, que será además quien lea el pregón, acto previsto para el sábado a las 12.30 horas en el mismo lugar. 

El grueso del programa empieza el sábado a las 11.30 horas con la apertura de la feria y exposición, en el claustro del monasterio de San Salvador, de las casetas dos fabeiros, en el Cantón y del Centro de Interpretación da Faba, así como de distintas exposiciones. Por la mañana habrá actuaciones musicales y artesanos harán una demostración de trabajos en madera y piedra. 

A partir de la una y media comenzará la degustación de fabas en una carpa instalada en la Praza do Conde Santo y a las dos será la tradicional comida de la tercera edad. A las cuatro será la primera carrera popular Val das Fabas y a las seis actuará un grupo del conservatorio de Viveiro. Los últimos actos de esta jornada son el reconocimiento de los 20 años de la fiesta y la verbena nocturna. 

El domingo a primera hora abrirá el mercado de faba de venta al por mayor y habrá de nuevo actuaciones musicales. A la una empezará la comida popular con menús a base de fabas, a la que seguirá la sesión vermú en la Praza do Conde Santo. Por la tarde habrá actividades para los niños . Después, concierto de Luar na lubre a las ocho, y verbena".



Detrás del quiosco de la música se ha instalado un parque infantil de juegos. La Banda de Música de Lourenzá, formada en la primavera de 2020 en plena pandemia del covid, actúa aquí muchas veces, participando en eventos tales como el Día das Letras Galegas, en mayo, amenizando recitales poéticos


Según recorremos O Cantón no dejamos de admirar la impresionante estructura de la iglesia de Santa María de Valdeflores, con sus altísimos y gruesos muros, torres y contrafuertes que la hacen similar a un castillo o fortaleza


El prestigio de esta abadía fue tal que en 1642 el rey Felipe IV nombró Marqués de Lorenzana a Alfonso de Quiñones y Osorio, del poderoso linaje de los Quiñones, de raíz leonesa y asentado en Galicia y Asturias desde la baja Edad Media, en agradecimiento a los servicios prestados desde que a temprana edad tomó la carrera de armas, sirviendo en Portugal, Italia, Argel y las Américas


Este "señor de la casa y villa de Lorenzana", por entonces Gobernador y Capitán General de Panamá y Guatemala no pudo no obstante disfrutar de este título pues falleció ese mismo año en un naufragio en el Pacífico. Esta es su biografía en la Real Academia de la Historia:
"Quiñones y Osorio, Álvaro. Marqués de Lorenzana (I). León, 1575 – Océano Pacífico, 1642. Caballero de la Orden de Santiago, consejero de Hacienda, gobernador y capitán general de Panamá y Guatemala. 
Hijo de Diego Pérez de Quiñones, natural de León, y de Francisca Osorio, natural de Ponferrada. 
Señor de la casa y villa de Lorenzana, en sus primeros años se dedicó a la carrera de las armas y sirvió en el Reino de Portugal y estados de Italia y luego asistió a su costa a las jornadas de Argel y Alarache y ya siendo capitán de Infantería asistió a las Cortes (1617) como diputado por la ciudad de León y una vez acabadas se le hizo merced de una plaza en la Contaduría Mayor de Cuentas, plaza en la que se mantuvo hasta la reformación del Consejo de Hacienda (21 de enero de 1626) y como compensación por ella poco tiempo después se le concedieron honores del Consejo de Hacienda (26 de septiembre de 1627). Años antes se le había hecho merced de un hábito de la Orden de Santiago (1609) y del título de gentilhombre de boca de Felipe IV. 
Fue nombrado gobernador y capitán general de Panamá y presidente de su Real Audiencia (9 de abril de 1628), concediéndosele licencia pocos días después (27 de abril de 1628) para embarcar rumbo a su destino en compañía de sus criados, al que arribó en el año siguiente, manteniéndose en estos empleos durante un lustro, en el cual experimentó una serie de necesidades económicas debido a la pérdida de la Almiranta (1631) a las diligencias que debió ejecutar para cobrar el donativo y a su constante preocupación por las correrías de los cimarrones. Al cabo de cinco años fue promovido al Gobierno y Capitanía General de Guatemala y presidencia de su Real Audiencia (14 de abril de 1633) para reemplazar a Diego de Acuña, ascenso del que tuvo noticia en Panamá en la segunda mitad de aquel año (14 de agosto de 1633). 
Durante su estancia en Guatemala prohibió que los indios fueran destinados al trabajo en los obrajes de tinta añil (26 de junio de 1636) y dispuso la creación de un abogado de pobres para sus pleitos, pagado de sus comunidades, medida ésta que fue desaprobada por el Monarca (3 de septiembre de 1639) y propuso también que se consumieran los oficios de escribanos y alguaciles en los pueblos de indios (1639) y, además, pareciera haberse aficionado a la astrología judiciaria solicitando las predicciones diarias al mercedario fray Nicolás de Alarcón. Fue nombrado para sucederle en el gobierno de Guatemala el licenciado Diego de Avendaño (17 de septiembre de 1640) y Quiñones y Osorio dejó la ciudad en 1642, el mismo año en el que se le concedió el título de marqués de Lorenzana (24 de junio de 1642), del que casi no llegaría a disfrutar debido a su muerte en el océano en viaje a Perú. 
Contrajo primer matrimonio con Francisca de Castro y Neyra, natural de la ciudad de León, hija de Arias Fernández de Castro y de Águeda de Neyra, ambos naturales de León. De esta unión nacieron Andrés, muerto en la juventud, e Isabel de Quiñones Osorio, natural de León, que contrajo matrimonio con José de Neyra y Espinar, natural de la villa de Benavides en Astorga, familiar del Santo Oficio de la Inquisición en el lugar de San Esteban del Molar (1629), padres que fueron de Álvaro de Quiñones y Neyra, natural de Cigales en Valladolid, caballero de la Orden de Santiago (1648) y IV marqués de Lorenzana, casado con María Becerro Melena, natural de Toro, hija de Diego Becerro, caballero de la Orden de Calatrava, y de Beatriz Melena, natural de Toro. 
Contrajo segundo matrimonio, bajo capitulaciones matrimoniales celebradas en la ciudad de Santiago de Guatemala (29 de agosto de 1635), con Juana de Salazar y Zúñiga, hija legítima del capitán Ordoño de Salazar y de Victorina de Salinas y Zúñiga, vecinos de la ciudad de Panamá, quien le aportó una dote de 50.000 pesos de a ocho reales."


La secular emigración gallega a América está también presente en la arquitectura indiana de la población. Al otro lado de la plaza, en el Paseo de Oia, vemos la Quinta de Miguelito, del año 1925, con las palmeras que simbolizan su origen indiano


Palmeras, pero no americanas sino canarias, y de las que se dice son de las más altas de Galicia, son las que vemos detrás de la Casa de Oia o de Pedro Óya, construida en el siglo XIX sobre un palacio anterior, del siglo XVII, mandando hacer por el obispo de Mondoñedo


Es de planta rectangular y está hecho en sillería de granito y cubierta de pizarra a cuatro aguas


Los bajos lucen cinco puertas de arco de medio punto y, en la primera planta, otros tantos balcones salientes hechos de forja. Hay también dos escudos solariegos


Escudo de la izquierda


Y escudo de la derecha



Artístico portón de acceso a la casa, cuyas palmeras fueron plantadas durante la reforma integral de la posesión en el siglo XIX


Es de arco de medio punto y tras él se extiende la gran finca del palacio, cerrada por altos muros hasta la Rúa das Plazas


Luego sigue otra casa de época dentro de las posesiones palaciales, esta con bajos comerciales, donde estuvo la tienda de Almacenes Hermida, importante industria del mueble cuya fábrica se encontraba en la misma población. Veíamos sus naves y edificios según bajábamos del Monte Calvario y Santa Cruz viniendo de Ribadeo por San Xusto de Cabarcos


"Almacenes Hermida, la Casa Blanca del Mueble", empresa fundada en 1964 por Ángel Hermida Seivane, quien no obstante ya llevaba tiempo con un negocio de carpintería. De la empresa, su historia y vicisitudes, incluyendo la crisis del sector, hablábamos ampliamente dando vista a sus naves en la citada bajada al valle por Santa Cruz


De frente la que debió ser la antigua casa del abad, justo detrás de la iglesia, por lo que quizás hubiese sido también residencia de algún párroco


En lo más alto de su fachada hay un elemento muy importante que no debe pasarnos desapercibido, el escudo del Conde Santo, emblema monástico presente en todo aquello vinculado al cenobio


El escudo del arca, esta con sus filigranas ondulantes, de escamas y el crismón, navegando sobre el mar con dos lobos, uno sobre otro, encima. A los lados dos torres y cuatro banderines y arriba, entre ellos y la corona una fecha muy significativa, la del año 1730


Es el año en el que el abad Osorio Araújo lamentaba por escrito en una carta la situación en la que se encontraba la iglesia vieja y plasmaba la necesidad de construir este nuevo gran santuario barroco que la sustituyese


Aquí aconteció un suceso relacionado con dos personajes de las fiestas del Conde Santo, Os Cocos, dos muñecos gigantes que participan en el desfile que recorre las plazas y rúas de Vilanova de Lourenzá, glosados en sus obras por Don Paco (Francisco Fernández del Riego). En el año 1962 se decidió sustituir los viejos muñecos por otros nuevos, por lo que se decidió que había que deshacerse de los primeros quemándolos aquí en la antigua lareira de la casa, organizándose un incendio que mantuvo en vilo a la población

Os Cocos. Foto: Turismo Lourenzá

En el año 2023, con motivo de los preparativos de la celebración del 60 aniversario de los nuevos gigantes, la periodista María Cuadrado publica en La Voz de Galicia esta noticia en la que repasa su historia, publicada en la edición del 29 de junio de dicho año:
"No hay fiesta del Conde Santo de Lourenzá sin el baile de los actuales Cocos, que este sábado serán los protagonistas por su 60º. aniversario y porque se desvelará la nueva vestimenta que lucirán. Realmente, las figuras actuales, obra de Jesús Dorrego «Campón», cumplirán 61 años en agosto, coincidiendo con la próxima edición de las fiestas patronales del pueblo natal del autor Francisco Fernández del Riego, pero en este primero de julio recibirán un homenaje público que permitirá repasar su papel en la historia local, avanza Reme Gallo, colaboradora junto a Cristina Iglesia Docampo de la comisión de fiestas integrada por Manuel Goás, Noé Recalde, Iván Recalde, Roi Rodríguez, Óscar González y Francisco López.
El multiusos Ponte de Cuñas acogerá una cena en la que se revelará la gran sorpresa: los nuevos trajes de los Cocos. El acto cobra especial relevancia ya que las prendas han sido elegidas por votación popular. Los promotores convocaron un concurso y dieron tres opciones para que los vecinos —incluso participaron algunos de concellos vecinos— eligieran las telas. Pudieron opinar en el Concello, en los comercios, en la biblioteca e incluso online. «Tivemos moita participación», puntualiza Reme Gallo. 
Se sabe que la confección ha corrido a cargo del sastre ya jubilado Paco «O Chinolo», quien ya les hizo otros trajes y a quien la comisión le está muy agradecida por su gran y desinteresado trabajo. Hubo que emplear muchas horas «polas medidas inmensas». 
Gallo recuerda que los Cocos se exhiben desde 2005 en una vitrina acristalada ubicada en la entrada del Ayuntamiento e incluso hay algún retrato de los mismos en domicilios privados, como el que tiene el doctor en Bellas Artes Juan Pablo Fernández Fernández. Salen cinco veces durante las fiestas, desde el sábado a mediodía al lunes, y de forma excepcional también lo hicieron por un gran triunfo del Athletic Lourenzá (del que tienen camiseta). 
Las piezas actuales se elaboraron en 1962, se estrenaron en las fiestas de aquel año y costaron 2.500 pesetas aportadas por las comisiones, rememora. 
Además de ser una atracción son una figura relevante, con arraigo en la localidad, donde protagonizaron el libro «Os Cocos de Lourenzá», de 2007. Aunque ahora se festeja el 60º. aniversario de las figuras actuales, los Cocos en Vilanova gozan de gran tradición, como repasa Reme Gallo, quien recuerda que al propio Don Paco le encantaban los Cocos, por los que como cualquier laurentino sentía orgullo y en una de sus publicaciones hizo referencia a que los primeros datan de principios del siglo XX «e foran feitos polo médico Francisco Ron Colmenero». 
Entre las anécdotas —recuerda— en los años 40 la Coca, que la portaba el vecino Constante de Froilán, tropezó y acabó en el gallinero de Freire. Asimismo, también por esa década, había unos Cocos con un aspecto «esquelético» que no le gustaban a los vecinos; los vendieron al Concello de Foz y se hicieron otros. 
Recuerda que años más tarde, en 1962, por las fiestas de San Marcial, decidieron quemar las cabezas de los Cocos de entonces y se reunieron en la antigua casa del abad, donde se llevaron un buen susto tras meter la del Coco en la lareira: «Á voz de ‘Arde Roque’ case arde o Concello. Deixaron a cabeza da Coca para outro sitio». En 2007 también fueron invitados a participar en Ribadeo en una concentración de Cocos, junto con los llevadores Ché y Miro. «Os brazos articúlanse nos hombros e gozan de liberdade para bailar. Eran a atracción e os nenos bailaban con eles en Ribadeo», recuerda Reme, protagonista de aquel momento. 
A la cena de este sábado, cuya recaudación será para las fiestas, también acudirán los Cocos, con los llevadores Roi y Zaro."

De la Praza do Cantón o del Conde Santo pasamos a la intersección de la rúa del Secretario Luis Iglesias (derecha) con la rúa Muíño do Frade (izquierda), que es por donde vamos a continuar


Esta rúa recibe este nombre porque se dirige al antiguo muíño (molino) del monasterio, de ahí que sea do Frade (frater, hermano, fraile). Allí se molería el grano para los monjes de San Salvador de Lourenzá y su servidumbre e invitados


Se sabe que los antiguos monasterios recibían de continuo, lo mismo que peregrinos de toda condición, pero principalmente pobres, además de vagabundos y enfermos (recordemos que aquí, por ejemplo tuvieron hospital-alberguería) visitas de gentes principales con su séquito, obispos, abades, señores, cortesanos, aristócratas, etc., a los que convenía agasajar grandemente, puesto que dicha gratitud sería devuelta, o eso se esperaba, en forma de dádivas, concesiones, testamentos, regalos, disposiciones, otorgamientos, aportaciones económicas o cualquier otro tipo de óbolo similar


Por ello las mesas habían de estar bien guarnecidas con los mejores productos de la zona, a veces aportados en condición de rentas por los colonos arrendatarios de tierras monásticas y a veces producidos directamente en las huertas del convento y/o elaborados en él, para lo que, entre otras cosas, había de disponerse de un molino propio y cercano para uso de la abadía


Recorremos así la muy sobria fachada oriental, con entradas, abajo, a diversas dependencias que, al otro lado, darían acceso al claustro mayor


Arriba estarían las habitaciones o celdas de los monjes. Recordemos que, tras la desamortización de 1835, el monasterio volvería a tener vida monacal entre 1910 y 1942, siendo posteriormente seminario hasta 1970, por lo que gran parte de estas estancias habrían estado en uso hasta entonces


Almacenes, servicio, cuadras y otras instalaciones estarían también en estos bajos, así como en casas o edificios situados al otro lado de la rúa


La llamativa forma de esta puerta parece revelar que en algún momento se vio la necesidad de aumentar su altura para meter y sacar alguna pieza grande, por lo que se intervino en su dintel


La pared está hecha de mampostería salvo los dinteles y pilares de los vanos, al menos en su mayor parte 



Las ventanas inferiores están cerradas con barrotes de hierro forjado


A la derecha las grandes vegas del Rego Baos, Rego dos Baos, Vaos o Rego do Batán, afluente del Masma, donde se plata la preciada Faba de Lourenzá y antaño estarían las huertas del monasterio


En nuestros días vemos, en medio de la llanura, la nave de Viveros Cabaleiros, dedicada al jardín y plantas ornamentales, fundada en 1941. Esta es su historia, extraída de su blog:
"Viveros Cabaleiros es una empresa, que con carácter familiar, se dedica al cultivo de plantas ornamentales desde 1941. En un principio, fue Juan Rodríguez quien empezó a cultivar algunas variedades de planta de un modo totalmente artesanal. Con el paso de los años, es su hijo, Donato Rodríguez quien toma el relevo al frente del vivero, incrementando aun más en cantidad y en variedad el cultivo de planta. Donato va realizando nuevas mejoras en el vivero, adquiere más superficie de cultivo, e introduce nuevas variedades de plantas, tales como Aesculus Hippocastanum y Chamaerops Excelsa. En la actualidad la resposable por el vivero es Lara Rodriguez Gasalla. Viveros Cabaleiros tiene una superficie de cultivo de 38 hectáreas. En las que encontramos distintas variedades de Tilia, Aesculus, Fraxinus, Sorbus, Acer, Liriodendro, Liquidambar, Ligustrum, Bétulas, y lo que es el cultivo estrella, Chamaerops Excelsa en tamaño de plantel hasta una altura total de 4 metros. La distintas variedades de arbolado son suministrados a raíz desnuda o cepellón durante el descanso invernal y en container el resto del año."

Arriba en lo alto, encima del río, vemos el Campo de Fútbol Santa Cruz con la capilla de esta advocación (a la izquierda, entre los arbustos), por donde hemos bajado a Lourenzá desde el Monte Calvario por el barrio de A Telleira


La altura de estas puertas respecto al suelo delata algún uso agrícola de estas dependencias, por lo que suponemos serían almacenes, bodegas, pajares...


Y al fondo se encuentra el Muíño do Frade que da nombre a esta calle, pero nosotros no vamos a él, sino que en esta esquina continuaremos a la izquierda, pasando bajo este formidable Torreón dos Frades, actualmente centro sociocultural con bar-cafetería en la planta baja 


Al lado del Muíño do Frade, que actualmente da nombre a una casa de turismo rural, está la piscina municipal. Detrás, al otro lado del río, el barrio de Escourido con uno de los caminos a Santa Cruz y A Telleira. En el molino, reaprovechado como soporte de una losa de piedra que hace de pasarela sobre el canal molinero, está uno de los capiteles que Románico Digital identifica con la desaparecida estructura medieval del monasterio


Más a la derecha está la veterana Panadería Otero, famosa por su buen pan y maravillosas empanadas, pasteles y otros productos y especialidades que elabora desde hace ya unas cuantas décadas


Frente a nosotros los edificios, uno de ellos de soportales, de la calle dedicada al escritor Fernández del Riego, cuya ruta literaria recorre la población. Aquí, en la esquina del bar, dejamos esta rúa Muíño do Frade y vamos a la izquierda


Del Muíño do Frade al Torreón dos Frades, entrada al centro sociocultural. Las ventanas del pisos superior son de arco de medio punto


A la izquierda, la terraza del Café-Bar O Torreón y, enfrente, la antigua chimenea de las cocinas del monasterio, separada del resto del edificio, tal vez por evitar el riesgo de incendio, suceso harto frecuente en casas y conventos, por lo que hornos y fuegos gustaban a veces de llevarse al exterior


El mismo monasterio de San Salvador de Lourenzá tuvo un pavoroso incendio en 1878, si bien ya llevaba más de cuatro décadas amortizado. Es posible que antaño hubiese alguna estructura más alrededor


Las chimeneas eran forzosamente grande, además de la comunidad de monjes se hacía la comida de ayudantes, servidumbre, trabajadores de las casi permanentes obras del monasterio, visitas y sus séquitos y también, es posible, a no ser que tuviesen su propia lareira en el desaparecido hospital monacal, las de pobres y peregrinos


Habrían pues de tener una formidable despensa pero, sino para los pobres, peregrinos y frailes, además de cantidad habían de esmerarse en la calidad de sus productos y cocina para las visitas de obispos y señores, por lo que no es casual que en los monasterios se elaborasen las mejores recetas, muchas de ellas transmitidas hasta nuestros días, se experimentasen nuevos procesos de elaboración y cocinado, o incluso se creasen nuevas comidas y especialidades, algunos de los más conocidos, los dulces y tartas, pero hay otras muchas cosas


La bodegas conventuales habrían de tener los mejores vinos y saber como elaborarlos, conservarlos y hasta servirlos, y quien dice vino dice sidra, cerveza, aguardiente y demás bebidas espirituosas. Procedimientos de maduración y conservación de quesos, carnes y demás especialidades surgían en estos monasterios o en torno a ellos, pues era además una forma de pagar las rentas sus arrendatarios



Recorremos así el largo costado norte del monasterio, el más umbrío y húmedo, donde hay numerosos vanos al exterior, ventanas arriba y abajo (estas más grandes) y algunas puertas. También algún contrafuerte manteniendo la estructura



Muchas dependencias de estos conventos una vez desamortizados tuvieron diferentes usos, ya hemos hablado de la Casa do Concello o de la Oficina de Turismo, pero también podríamos recordar las antiguas escuelas públicas


Don Paco recordaba especialmente la escuela en la que estudió en su infancia, donde le dieron clases Doña Estrella y Don Maximino, y así escribe de ellos:



Este texto se encuentra en una placa de la cercana calle dedicada a este autor, que antes citábamos al dejar la rúa del Muíño do Frade


Y esta es una vista del viejo monasterio desde dicha calle, con el Torreón dos Frades y la antigua chimenea a la izquierda y al fondo la iglesia. Entre esta pared septentrional y el santuario se encuentran los dos claustros, el mayor y el del Conde Santo. Unos postes delimitan la finca del convento, ahora hay un terreno de juego con porterías, antaño sin duda habría más huertas


Existen en marcha proyectos tendentes a la restauración y recuperación de las zonas, muy extensas, que no han podido aún ser rehabilitadas, esperemos sean realidad en un futuro próximo


Por este portón salimos del campo del monasterio y pasamos a la Praza César Chavarría Pacio, dedicada a este estudioso del cenobio y de la vida del Conde Santo



Aquí está el Espazo Lúdico Don Paco: O Pícaro Argalleiro, donde se inauguró una exposición de juguetes con motivo de las jornadas en torno al Día das Letras Galegas del 17 de mayo de 2023, dedicado en esa edición a este prolífico autor. Se trata de juguetes que formaron parte de la infancia del escritor. Así daba la noticia el periódico digital Galiciaxa el 22-4-2023:
"A exposición Don Paco, o pícaro argalleiro, inaugúrase hoxe sábado ás 11.30 horas, nas instalacións do Mosteiro de San Salvador de Vilanova de Lourenzá. 
Trátase da primeira ocasión na que, dentro da programación de actividades dun Día das Letras se inclúe unha exposición que reúne os xogos e xoguetes que formaron parte da vida do autor homenaxeado. 
A exposición recolle, previo estudo da obra de Francisco Fernández del Riego, os xogos e xoguetes citados por el como parte da súa crianza. Foron Xosé López e Xosé Manuel García, responsables do museo O recuncho das argalladas, radicado no Pazo de Tovar, na mesma Lourenzá, as persoas que decidiron acometer este ambicioso, e sobre todo orixinal, proxecto. 
As persoas promotoras son recoñecidas en Galicia e fóra das súas fronteiras como dous dos principais estudosos, na actualidade, sobre o xoguete tradicional. A información que reflicten os paneis que conforman a exposición foi recompilada, como dicimos, previa consulta da obra do autor, pero todo parte dos “prólogos” que don Paco escribiu para dous dos libros con autoría de Xosé López e Xosé Manuel García: Os Xoguetes esquecidos, vol. I e II. 
O Observatorio do Patrimonio Lúdico Galego non pode facer outra cousa que saudar a iniciativa e agardar que perdure no tempo, en futuros Días das Letras, porque hai unha realidade evidente: calquera autor, calquera autora homenaxeada, terá xogado de neno/a e mesmo de adulto/a. Tendo en conta que o xogo axuda a conformar a personalidade, a sermos persoas, estudar e sacar á luz os xogos e xoguetes que formaron parte do autor/a axudará a entender mellor a súa vida e a súa obra. 
A inauguración estará presidida por autoridades políticas e literarias, e a ela convidamos sinceramente a cidadanía que queira renderlle homenaxe a don Paco, o pícaro argalleiro."

Naturalmente, buscamos el significado de argalleiro y qué mejor para ello que el diccionario de la Real Academia Galega:
"Adxetivo

1 Que manipula algo por diversión.

É argalleira, sempre busca que facer.

Que inventa mentiras.

Ás persoas argalleiras acaba un por non facerlles caso.

CONFRÓNTESE mentireiro

3 Que anda con bromas para divertirse ou rirse da xente e que está sempre disposto a improvisar diversións e organizar festas.

Unha persoa alegre e argalleira.

Que fai cousas sen valor ou utilidade ou que as fai mal.

Non se dedica a nada serio, é un pouco argalleiro.

SINÓNIMO trapalleiro

5 Que implica diversión.

O argalleiro troular dos mozos".

Llegamos ya a otra de las esquinas del monasterio, en la que iremos a la izquierda


Y esta es la fachada, o una de las fachadas, que mira al oeste, a la que le da más plenamente el sol de la tarde. Tiene un par de balcones de forja y cinco farolas isabelinas de pared. En la web PARES (Portal del Archivos Españoles) podremos encontrar abundantes documentos antiguos referidos a este monasterio



Al fondo, vemos otra de las fachadas que miran al norte, con la linterna de la bóveda de la capilla de Nosa Señora de Valvanera, que antes veíamos desde el interior


Allí el óculo es, para Románico Digital, un elemento que formaría parte del monasterio medieval:
"El testimonio material más importante que demostraría la existencia de una iglesia románica de una cierta relevancia es el rosetón románico que hoy podemos ver reutilizado en la caja de la escalera de la antigua cámara abacial y que hoy da acceso a las dependencias municipales. Una vez más, la documentación generada por la reforma barroca nos da una valiosa información sobre su origen. En el citado contrato con José Martínez Zeliz se especifica, de hecho, que “es condición que dicho Maestro ha de sacar a su costa el espejo que está sobre el arco de la Capilla mayor y le ha de limpiar y poner sobre la puerta del Norte en el alto que corresponde para que de luz a la escalera y media Naranja y si se quebrare alguna pieza la ha de hacer a su quenta”. El texto además de dejar intuir que los mojes ya tenían prevista la construcción de una nueva iglesia de la que, por lo tanto, se podían “expoliar” materiales, nos informa de la situación del rosetón (espejo) sobre el ábside. Esta situación hace pensar en una cabecera a dos alturas con un tramo recto de la misma envergadura que el crucero y en el que se encontraría este rosetón, y un ábside consecuentemente más bajo. La iglesia laurentina seguiría, de ese modo, una tipología bastante extendida en la arquitectura eclesial románica y que podemos ver, en la iglesia del monasterio de Santa María de Meira, si bien en este caso es una ventana la que se abre en este tramo recto".

Románico Digital nos dice que, aunque han desaparecido algunas de sus características románicas, conserva su estructura medieval:
"A pesar de haber perdido la tracería, el rosetón todavía conserva la totalidad de su perímetro. Tanto al exterior como al interior se repite la misma composición. Un grueso baquetón seguido de un listel liso da paso a la chambrana externa en la que las molduras son sustituidas por unas estilizadas hojas dispuestas de forma radial, agrupadas de tres en tres y que se hacen más gruesas progresivamente hacia el exterior. Es la misma disposición que encontramos en el rosetón de la fachada principal de la vecina Catedral de Mondoñedo consagrada en el año 1246 y escultóricamente muy relacionada con la iglesia cisterciense de Santa María de Meira (1185-1225)."

Y a la derecha, también en lo que fueron dependencias conventuales, las caballerizas, detrás de la Casa do Concello, está la Oficina de Turismo, donde además de información sobre Lourenzá, el Camino y A Mariña, podremos visitar el Centro de Interpretación da Faba de Lourenzá, una de cuyas estancias es el pasadizo por el que se dice salían los monjes en momentos de apuro, pues desde sus primeros tiempos fue objeto de apetencias nobiliarias y serias disputas que llegaron al asalto armado:
"Desde fecha temprana el monasterio fue objeto de las apetencias de los nobles, de la realeza y el obispado de Mondoñedo. En 1066 tuvo lugar el primer pleito con Ermesenda Núñez, parienta del conde Osorio, que reclamaba la mitad de los bienes que éste había donado para la fundación. Para predisponer al rey a su causa doña Ermesenda disponía que su muerte esos bienes pasaran a la corona. Alfonso VI, una vez en posesión de esos bienes, dio una parte de ellos al obispo de Mondoñedo. Ante la queja del monasterio intervino el arzobispo de Toledo, quien ordenó devolverle sus bienes, pero esta no tuvo lugar hasta el reinado de doña Urraca y gracias a la intervención del Rodrigo Vélaz, nieto de Osorio Gutiérrez. Los desmanes de los poderosos fueron notables, como el protagonizado por Ruy Gómez Bolaño y sus familiares, los cuales entraron con gente armada en monasterio robando muchos documentos para que no pudiesen reclamar las posesiones que al mismo tiempo les quitaban."

























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