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domingo, 6 de julio de 2014

ERA "LA CALLE MAYOR DEL CAMINO" EN MUROS DE NALÓN (ASTURIAS)Y LA COLONIA DE ARTISTAS DE LA PUMARIEGA: LA LUZ DE SOROLLA Y LA PARADA DE "EL PARADOR"

La Ría del Nalón y Muros desde el Palacio de la Magdalena

El paso de la Ría del Nalón constituía uno de los grandes desafíos de los peregrinos y viajeros de antaño, que recorrían el Camín Real de la Costa a lo largo de la cornisa cantábrica. El más largo y caudaloso de los ríos asturianos forma un estuario que había que cruzar en frágiles y zozobrantes barcazas de caro peaje, muy expuestas a las corrientes y atestadas. El trato con los barqueros se sabe documentalmente que era harto desagradable y el riesgo con las riadas especialmente peligroso. Para compensar, al otro lado del estuario, en la villa de Muros o Muros de Nalón, había algunas posadas y para los romeros un hospital de peregrinos, del que son sucesores los actuales albergues

Puente de la Portilla

Para evitar estos quebrantos y desmanes, se proyectó un primer puente, de piedra, ya en 1747, pero dado que su construcción perjudicaría los derechos de paso de las barquerías del Nalón, dado que además no sería de peaje, su construcción se retrasó enormemente, nada menos que hasta 1883, con la Carretera de la Costa, que sustituiría los viejos caminos reales, transformando toda la red viaria costera


El puente fue volado el 8 de septiembre de 1936 para impedir el paso de las columnas gallegas a Asturias durante la guerra civil, quedando aquí el Frente Norte paralizado todo un año, hasta octubre de 1937. Al año siguiente este puente sería reconstruido


Dada la desaparición de las barquerías, tanto aquí como, sobre todo, en El Castillo, paso fluvial directo y principal del camín real costero entre ambas orillas, los peregrinos de ahora emplean también el puente, con su estrecho y un tanto vertiginoso, aunque relativamente bien protegido paso peatonal hacia la acantilada ribera fluvial de El Cañón, donde entramos en este concejo de Muros


Esta gruesa barra que lo protege es una tubería de abastecimiento de agua que acaba nada más cruzar y llegar al otro lado


Y así lo indica la señalización del Consorcio


Aquí empieza una subida que, durante un primer trecho, no queda más remedio que seguir por el arcén
de la carretera N-632


No podemos decir que sea un mal arcén, pero el tráfico puede ser muy intenso y muy veloz en este tramo, por lo que los peregrinos prefieren tomar esta senda sobre la hierba pisada para iniciar la subida a la capital del concejo


Naturalmente, cuando ni se siegan, limpian ni desbrozan estas cunetas y veredas ese seguro paso se vuelve especialmente dificultoso y nos vemos obligados a caminar por el citado arcén en esta curva cerrada, lo cual tiene poco de seguro


Un cartel anuncia nuestra proximidad a Muros, llamado oficialmente de Nalón tras conjurar una disposición que podría restituirlo en el concejo de Pravia, del que se había independizado un par de décadas antes. De ahí viene que otra de las poblaciones del concejo, San Esteban, siga denominándose de Pravia en el cartel


Sin dejar de subir, poco a poco, continuamos carretera adelante ahora en un trayecto recto hasta el cruce con la carretera que va a San Esteban, situado unos metros más adelante


A partir de aquí sí que hemos de seguir por el arcén, cuidado con meter el pie o pisar siquiera el borde de la cuneta, puede ser resbaloso y la caída, sobre el asfalto, muy dolorosa (lo digo por experiencia)


Nosotros seguiríamos de frente por el arcén, pero no podemos dejar de informar que en San Esteban, a un par de kilómetros, hay un histórico puerto carbonero restaurado, junto con todas las grúas, drops y casas del muelle, disponiendo de albergue privado, no orientado específicamente a los peregrinos sino a los surferos, pero que los acepta muy gustosamente, el Carving Surf School


Dejamos pues la Carretera de San Esteban, la MU-1 a nuestra derecha, y seguimos subiendo


El cruce son una serie de isletas-glorietas que nos encontramos en plena curva y en medio de la cuesta, mucha atención a los vehículos. Si por alguna razón quisiésemos ir a San Esteban muchísimo cuidado al cruzar, tal vez sea un desvío más factible a los bicigrinos...


Efectivamente, no podemos decir que sea este trayecto por la carretera especialmente cómodo, ameno ni agradable, pero al menos no es muy largo...


Estamos en La Casilla, topónimo existente en muchos lugares, si bien con un diminutivo no muy frecuente por estos lares, se debe a que era el nombre administrativo de las casas de los peones camineros, donde guardaban sus herramientas y enseres, para el mantenimiento de las carreteras


Un poco más adelante, pasada La Casilla, vemos el camino que en fuerte rampa sube a Muros, pasando primeramente por Era y La Pumariega: es el que vamos a tomar nosotros, dejando la carretera


Estemos atentos también aquí, pues si los eucaliptos crecen es posible que no lo veamos en su frondosa umbría, si bien al llegar a él está bien señalizado



La Casilla fue, durante años, una explotación ganadera, pasamos primeramente junto a la nave y el silo



Seguidamente la casa, con una buena explanada delante de ella, a un nivel más bajo que la carretera, que sigue subiendo



Aquí la carretera parece estrecharse, pero ya nos queda menos para abandonarla


Mirando a la derecha las marismas de La Xunquera y El Picu, y más allá el pueblo de L'Arena/San Juan de la Arena, en la parte sotobarquense de la desembocadura del Nalón, histórico puerto de pescadores y villa angulera por excelencia 


Los tradicionales usos pesqueros ha cedido paso a los servicios y a la industria del turismo, con buena oferta hotelera y hostelera y rica gastronomía marinera. Las casas nos tapan la Playa los Quebrantos, que veremos algo mejor desde un poco más arriba. El actual muelle es eminentemente deportivo


Arriba son los altos de Ranón, la gran rasa costera donde se emplaza el Aeropuerto de Asturias, no en Ranón exactamente, sino en Anzu, parroquia de Santiagu'l Monte y concejo de Castrillón, cerca del que pasábamos en los tramos anteriores. Abajo en la ribera es El Picu, antiguo desguace de barcos


Como un buque fantasma, los restos de una embarcación señalan el lugar en el que estaba ese antiguo desguace, al lado del campo de fútbol del Atlético Arenesco, refundación del año 2010 del anterior Arenesco, refundación a su vez de 1998 de su antecesor de 1966: La Arena


Aunque no hay pérdida posible, las flechas amarillas confirman siempre que vamos en buena dirección y que no nos hemos pasado ningún desvío atrás


Aquí es donde dejamos la carretera para tomar el camino: tal vez sea el trazado original del camín real, por donde subían los peregrinos y viajeros de antaño desde la desaparecida barquería de El Forno, a donde llegaban las lanchas desde la de El Castillo. Leemos así en El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa:
"Una vez vadeado el Nalón, la barca de El Castillo fondeaba en el embarcadero de El Forno, ya en la orilla izquierda perteneciente al concejo de Muros. Desde aquí el Camino inicia un ascenso que culmina en Era, donde actúa de eje vertebrador de la localidad.

Aunque el Camino es practicable en todo el tramo, su ascenso desde el E. es algo problemático ya que comienza bajo el puente y llegar a él implica cierto riesgo, o bien un ir y volver innecesario. Por esto, la mejor opción, salvo que encontremos paso franco, la constituye el nuevo trazado de la N-632..."

Trazado de la N-632 que, insistimos, dejamos aquí, abandonando por fin el sufrido asfalto y tráfico. Esta es una foto del mismo lugar que la anterior pero cuando crecen los eucaliptos, lo cual sirve para darnos una idea de cómo puede cambiar el paisaje en pocos años

Y otra foto más, esta además con sombra y tanto el camino como las señales camineras en la penumbra, que casi no se ven. Atentos en estos casos siempre


Por eso hay cierta profusión de señales, placa con poste y seguidamente un mojón con la concha, para que no ofrezca dudas y de vea bien la senda jacobita


La subida nos aparta pues del asfalto pero se vuelve más empinada rampa arriba toda recta


Desde aquí vemos El Forno, donde estuvo el antiguo embarcadero existente en esta orilla


La carretera va quedando abajo, junto a El Hortón: empezamos a ver bastante bien la desembocadura del Nalón entre San Esteban y L'Arena


Todo ello es ahora espacio natural protegido, La Xunquera, juncos y plantas acuáticas propias de esta marisma que lucha por preservar su fauna y flora, aves migratorias, nutrias, peces...


El Hortón, al otro lado de la N-632, con más preciosas vistas de la boca de la ría


Los derechos de pesca, los derechos de paso y demás rentas, pasajes, privilegios y arriendos, fueron pasando por diferentes manos a lo largo de los siglos, monasterios como los de Cornellana y Lapedo (Belmonte) y diversa nobleza laica y sus cotos y señoríos. En la baja Edad Media, estando dentro del alfoz de Pravia, esos cotos, como el de Muros, germen del actual concejo, funcionaron en la práctica totalmente aparte hasta las reformas liberales del siglo XIX, que los incorporaron al concejo de Pravia no mucho antes de concederles la independencia concejil, no sin no pocos avatares en muchos casos


El Camino es ancho. Se sabe que en el Camín Real de la Costa se realizaron oportunas mejoras en el siglo XVIII para el paso de algunas líneas regulares de diligencias, como las carrilanas de cinco caballos, en todo su recorrido. Posiblemente sería la última gran intervención en la histórica senda antes que empezasen a trazarse las actuales carreteras


Las carreteras causaron que el camín antiguo cayese en desuso, salvo como vía pecuaria o de comunicación local, o directamente desapareciese. Por ello fue ardua la tarea de recuperarlo, al menos en los tramos conservados o los que más se pareciesen por proximidad


Este es el mismo lugar con "los ocalitos altos" como se suele decir


La caja caminera es profunda, parece ser es uno de los signos que delatan la antigüedad de cualquier vía histórica. Del origen del Camín Real de la Costa y sus ramales, pues hubo cambios, alternativas y opciones, se ha debatido y se debatirá. Básicamente, como otros caminos, serían pasos naturales existentes desde la actual composición orográfica de la franja costera, rutas de animales herbívoros seguidos de carnívoros, entre los que irán llegando aquellos primeros humanos cazadores y recolectores


Los pasos más empleados serían hechos caminos de solo pisarlos. Ya en el Neolítico se tienen nociones de trazado caminero aprovechándolos, así como en la Edad del Hierro, pero con la romanización las antiguas vías serán empedradas, eso cuando no se abrían nuevas calzadas. Ahí arranca el debate de una vía o itinerario Brigantim-Ossaron (A Coruña o Betanzos-Irún u Oyarzun), que podría haber sido el más inmediato precedente directo del Camino, que pasó a ser real, del reino, es decir público, en algún momento de la Edad Media con la creación de los reinos medievales


Son evidentemente conjeturas pero evidentemente estos caminos estuvieron vigentes hasta la construcción de las actuales carreteras, algunas en fechas extraordinariamente tardías, pudiendo decirse que estas al litoral occidental asturiano entre las dos últimas décadas del XIX y las dos primeras del XX. El ferrocarril llegaría más tarde aún, proyectado y aprobado en 1886, el Ferrol-Gijón no inauguró su primer tramo, Avilés-Pravia, hasta 1953, pero la línea no fue completamente acabada hasta 1972


En lo concerniente al paso de peregrinos, aparte de las fundaciones hospitalarias, se sabe de su paso gracias a los Libros de Difuntos. Los romeros no se registraban, como hacen ahora en los albergues, fondas, hoteles y pensiones, pero si fallecían se anotaban su nombre, apellidos y condición en las localidades donde su muerte ocurría, pues solía celebrarse en muchos casos alguna ceremonia especial para ellos por parte de alguna cofradía hospitalaria y/o parroquial. Se podían diferenciar de otros pobres y transeúntes cuando se añadían sus procedencias y frases muy repetidas como "falleció yendo en peregrinación a Santiago en Galicia" y similares, o se les nombraba directamente como "peregrino" y "romero"


Este tramo caminero por ejemplo parece ser siempre tuvo uso como acceso a las fincas y atajo de Era a la carretera y La Casilla, su buena caja, algo de empedrado y mantenimiento pudieron contribuir además también a mantenerlo más o menos expedito y por lo tanto fácil de localizar y recuperar. A pesar de su empinada cuesta es un muy agradable sendero al frescor del prado y la arboleda


En cuanto a relatos de los antiguos peregrinos que hayan recorrido esta ruta, de los que hemos hablado y hablaremos a lo largo de su recorrido, llama la atención que entre los primeros esté nada menos que todo un obispo armenio, Mártir o Martiros de Arzendjan, quien peregrino desde su tierra  entre 1489 y 1491


La dificultad de los pasos terrestres del Camino Norte, las montañas, profundos valles y estuarios que lo caracterizan, hicieron que los peregrinos buscasen otros caminos más al sur, por la meseta, o más al norte, por la mar. En 1502 el flamenco Antoine de Lalaing, junto con dos compatriotas, acompañantes de Felipe El Hermoso en su viaje a España, se separaron de la comitiva de su señor en Burgos para llegar antes a Santiago, tomando en León el Camino a Asturias, para ver las reliquias de la catedral ovetense de San Salvador, y de allí se dirigieron a Avilés para embarcarse rumbo A Coruña, pero los vientos contrarios les hicieron desistir


En otros casos, los caminos norteños, que se revela pudieron ser los primeros pues en los primerísimos siglos de las peregrinaciones nada había seguro para peregrinar mucho más allá de la Cordillera Cantábrica, fueron empleados como camino de vuelta. No pocos peregrinos, conocedores de la frase "quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al Señor", regresaban a casa por este actualmente llamado Camino Norte con la idea de venerar las reliquias ovetenses del Arca Santa, de las más importantes y antiguas de la cristiandad, siendo este por ejemplo el caso del picardo Guillaume Manier en 1726 


Acaba la cuesta, enlazamos con otro camino de tierra y salimos a la recta, llana, que entra en el pueblo de Era


Aquí volvemos al asfalto, pero es un muy agradable paseo que atravesará todo el pueblo, haciendo calle


Antes de las primeras casas, hay unos bancos para descansar tras la subida desde el puente, mientras admiramos el paisaje, viendo ya por ejemplo ante nosotros los edificios del centro de Muros, alrededor de La Plaza, entre ellos la iglesia, inconfundible con su torre-campanario. La población es mencionada en sus narraciones por los citados Antoine de Lalaing (que emprendió el camino terrestre al fracasar su singladura náutica) y Guillamue Manier


Desde aquí disfrutamos al norte de una maravillosa estampa de la desembocadura del Nalón, con San Esteban a la izquierda de la ría y L'Arena a la derecha. No son poblaciones que estén en el itinerario jacobeo señalizado, pero no es infrecuente que, dad su cercanía algunos peregrinos, sobre todo bicigrinos, los visiten. Allí, hasta la década de 1950, una lancha comunicaban directamente ambas localidades, en la actualidad se reclama una pasarela peatonal


De ambas poblaciones, especialmente de San Esteban que se ve ya desde el Monte la Granda, viniendo de Castrillón, hemos hablado ya en las entradas de blog dedicadas a los tramos anteriores del Camino. Aquí vemos la población en la que estuvo el gran poeta Rubén Darío, en la fonda El Brillante, que aún se conserva, durante sus estancias veraniegas, recomendado por Ramón Pérez de Ayala. Localizamos este texto de José Manuel Correa Torre que lo explica así:
"Rubén Darío (Félix Rubén García Sarmiento, 1867-1916), quien veraneaba cuando el Nalón estaba contaminado por el carbón y encontró inspiración, no obstante, para cantar a las aguas argentadas de San Esteban y La Arena y a su cielo de cobalto rejado de vellones, manchado de pincelazos de nieve.  
Quien está considerado como el padre del modernismo poético embarcaba al atardecer en La Arena vestido de frac y tras desembarcar en San Esteban se iba a tomar unas copas de ajenjo a “El Brillante”. Allí escribía en papeles que sacaba del bolso izquierdo de su chaqué y cuando los rellenaba de escritos los metía en el bolso derecho.  
Tras regresar a La Arena –su barquera se llamaba Raquel- festejaba su retorno con buen champagne francés con su amante Paca Sánchez del pozo –una campesina abulense analfabeta que había conocido en una de sus noches locas por la casa de Campo de Madrid- con quien después se bañaba desnudo en la playa de Los Quebrantos.

Bajo El Monte y L'Atalaya, promontorio del Espíritu Santo, San Esteban y todo el bajo Nalón cautivaron también al Premio Nobel de Literatura Seamus Heaney, tal y como escribe Alberto del Río Legaspi en su artículo, publicado en Los Episodios Avilesinos de El Comercio-La Voz de Avilés el 8-7-2018 :
"Veraneó durante casi treinta años en Salinas, en casa de su cuñada Anne Devlin profesora de inglés en la localidad veraniega. Seamus, que obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1995, quedó tan seducido que trasladó ese sentimiento a sus escritos. 
 La última vez que lo vi por Avilés, a primeros de abril de 2013, fue participando en un acto en el Niemeyer donde resaltó la importancia de Asturias en su obra. Hablando de su versión de ‘Beowulf’ (héroe de un poema épico en lengua anglosajona) manifestó que buena parte de la misma la había hecho aquí.        
En su tríptico divino, ‘Pequeñas cantigas de Asturias’ (también conocido como ‘Cantares de Asturias’) y siguiendo el relato de la aventura de Dante (infierno, purgatorio y cielo) Seamus sitúa el infierno en un paisaje de fundiciones y hornos siderúrgicos (made in Ensidesa), el purgatorio en Piedras Blancas y el paraíso en San Juan de la Arena. 
Manuscritos de esta obra poética regaló en 1996, al responsable del restaurante La Escollera frecuentado por el poeta irlandés cuando iba a La Arena. Todavía hoy se pueden ver enmarcados y colgados en el comedor del local hostelero, donde sí que copulan cuadros y paredes"

San Esteban iba a ser el gran puerto carbonero de Asturias, pero dejó como tal de serlo allá por 1980. Empezando el siglo XX, allá por 1904, la llegada del Ferrocarril Vasco-Asturiano impulsó esta salida comercial del carbón de las cuencas mineras, construyéndose el puerto en base a un proyecto de 1868 en base a otro anterior que había fracasado, a caballo entre los siglos XVIII y XIX, de traer el carbón en grandes barcazas, lo cual se volvió irrealizable

Buena parte, por no decir todos, los edificios de San Esteban están vinculados con este puerto que ya en 1207, según registra el historiador Luis Antonio Alías, aparece documentado como lugar de transacciones de cierta relevancia, castigado eso sí por ataques corsarios y las crecidas del río. En 1630 se registra la exportación de madera de roble nogal y castaño con destino a Sevilla principalmente

Aquel otrora importante puerto comercial y carbonero es ya solo recuerdo, sin embargo las grúas, los drops portuarios y buena parte de los edificios, sobre todo los del Paseo del Muelle y Plaza Altamira, han sido restaurados, ofreciendo un muy colorista y bello conjunto


Símbolo de aquellos tiempos es el dique exterior o malecón, así como el cargadero de carbones (a la derecha de la foto)


Además del cargadero, restaurado, otro buen ejemplo de la industria local, este en activo, es el del astillero existente en La Xunquera, cerca de estas marismas y del campo del fútbol del equipo Unión Deportiva San Esteban, refundado en 2016


El largo dique da vista a L'Arena o San Juan de la Arena, donde su histórico muelle pesquero ha pasado ser deportivo al transformarse la población en turística y residencial, dada la proximidad a Avilés y su área metropolitana e industrial


Entre las casas y el mar se extiende el gran campo dunar de La Playa los Quebrantos, que junto con su vecina Playa del Sablón o Playón de Bayas, concejo de Castrillón, conforma un único arenal de tres kilómetros de largo


Aquí también había carbón, el arrastrado por los lavaderos de los pozos mineros río abajo y que era aprovechado, sacándolo del fondo, por los llamados mineros del agua, trabajo de esfuerzo que forjó a los famosos Remeros del Nalón club fundado en 1949, con un gran palmarés de éxitos desde entonces 


En el puerto, aún con algunas lanchas pesqueras, tal vez destaque desde aquí un edificio, no por su tamaño sino por su intenso color azul, el de la rula o lonja de pescadores (en medio de la foto), ldel año 2017 y una de las más emblemáticas de Asturias, la cual puede visitarse


Las pesquerías fueron especializándose en la preciada angula, la cría de la anguila, antaño tan abundante que se daba de comer a las gallinas, a los cerdos y se empleaba como abono, pero que en nuestros días alcanza precios astronómicos. De su historia y presente hablamos también ampliamente en nuestro itinerario por El Castillo, un poco más al sur, paso del Camino a la antigua barquería. Todos los años se celebra aquí su sonado festival, el Festival de la Angula, en el mes de marzo, celebrado desde 1984



Sobre la población, en los altos de La Peña, en Ranón, un cierto corte o escarpe llamará nuestra atención: son las fortificaciones republicanas del Frente del Nalón, donde se paró durante todo un año la ofensiva de las columnas gallegas que avanzaban hacia el centro de Asturias


Hay toda una línea de fortines, a manera de búnkeres y construcciones de hormigón, que pueden verse parcialmente desde aquí, algunos han podido recuperarse. Como siguiendo los antiguos pasos del río, la línea defensiva llegaba a Peñaflor y, en previsión de una posible ruptura, se hizo otra más atrás, desde Santa María del Mar y La Lloba, en Castrillón, a la Sierra de Pulide



Si nos movemos un poco empezaremos a ver asomar, más allá de los acantilados, La Isla la Deva, la segunda isla en extensión del Cantábrico. Su nombre, similar al de numerosos topónimos europeos, hace referencia a la antigua diosa celta de la naturaleza, simbolizada principalmente en las aguas. Los peregrinos que realizaron el tramo gijonés del Camino Norte pasaron por una parroquia también llamada Deva, en el camino al camping municipal. Es el mismo origen que la Deba del País Vasco


En estos puertos, antes era costumbre decirles los críos "cuando preguntaban", que las niñas "venían de La Deva" mientras que los niños "venían de El Rebeón", peñasco del vecino concejo de Cudillero/Cuideiru, y eran traídos por los pescadores en sus lanchas, como cuando se dice que vienen de París 


Por citar topónimos idénticos, en Asturias están el río Deva en la frontera con Cantabria, La Peña o Isla La Deva casi enfrente de la desembocadura del Nalón, o también el río Deva que nace en el Monte Auseva en Covadonga, pero hay muchos más desde Europa hasta la India y entre ellos destacamos Deba en el País Vasco que también denomina a un río y a una villa, el Deventer en Holanda, la ciudad de Devon y Devonshire en Inglaterra, las Divonna de Francia, Diviciacos, famoso druida galo; el Dvina, río de Rusia y Letonia, la Diva de los persas y un larguísimo etc. que sería harto prolijo enumerar. También este culto a Deva parece estar muy emparentado con las creencias en los seres femeninos del agua y las cuevas que existen en la mitología de todas las culturas y que en Asturias están representados en las xanas que se aparecen en fuentes, ríos y lagos


Estos son los paisajes que encandilaron el corazón de tantísimos genios y creadores. Ya hemos hablado de los literatos Rubén Darío y Seamus Heaney, pero hay más, muchos más, toda una colonia de artistas...


Para conocerlos, vayamos a su encuentro, levantándonos de estos bancos y continuando ruta hacia Era y Muros...


El topónimo de Muros es elocuente, otra cosa es a qué muros y de qué construcciones o edificios se refiere. Se sostiene que son los cimientos de casas, catalogadas como romanas por Fortunato Selgas, así como tejas, vasijas y cerámicas. Otro precedente poblacional urbano podría ser sin duda el castro de El Campón, si bien no en este lugar sino unos pocos kilómetros más al norte, próximo a la Playa d'Aguilar. Toda esta zona podría ser el entorno portuario y fluvial de Flavionavia, capital de los astures pésicos que se ha identificado con Pravia, capital asturiana con Silo y Adosinda y luego cabeza de un extenso alfoz, germen de los actuales concejos


Muros aparece mencionada por su nombre por vez primera en uno de esos falsos documentos del año 905 en el Liber Testamentorumque nos obstante demuestran su existencia, con este nombre, en la alta Edad Media. Más tarde, en el 1152, un tal Martín Vermúdiz cede "in territorio de Muros" una heredad a los monjes belmontinos de Santa María de Lapedo, y en 1172, la abadesa del ovetense convento de San Pelayo, Aldonza Fernandi, cede en usufructo a un particular, Marín Iohannis, la iglesia de Santa María de Muros, manifestando que había sido fundada por ella y consagrada posteriormente junto con el obispo Martín


Avanzada la Edad Media, Muros entra dentro de la órbita de las posesiones de la Puebla de Pravia, fundada poco antes de 1240 por Fernando III, pero, sin saberse muy bien cuando ni porqué, aunque se sospecha que en tiempos de Enrique de Trastámara y como premio a fidelidades, pasa a los dominios de la casa de Miranda hacia 1431, no volviendo hasta 1827 a la jurisdicción praviana, 20 años antes de su independencia. Estos Miranda (luego Miranda-Valdecarzana) aparecen relacionados con el monasterio ovetense de benedictinas de San Pelayo, tal vez porque algunas mujeres de la estirpe fuesen monjas allí, cosa bastante usual en la nobleza de por entonces


Este coto sería entonces el primer precedente del futuro concejo fue la creación del Coto de Muros al final de la Edad Media, cedido en 1521 a Rodrigo de la Rúa, relacionado con la corte de Carlos V, al casarse con Gutierre González de Cienfuegos, época en la que se levantan las primeras casas de La Plaza. Dice así la Gran Enciclopedia Asturiana (tomo 10, voz Muros de Nalón):
"El año 1521 conoce como señor del Coto de Muros a Rodrigo de la Rúa, alto funcionario de la corte del emperador Carlos V, que adquirió este señorío por su enlace con María Ponce de Miranda, señora de la casa de Trasona, de Avilés. Le sucede Gutierre González de Cienfuegos, señor del concejo de Allande y corregidor de Medina del Campo, a quien se debe la construcción de la mayor parte de la casa-palacio de Valdecarzana, de la que hoy sólo queda en pie su magnífica torre" 

En La Plaza estuvo además el antiguo hospital de peregrinos, en concreto en el actual número 9, pues el edificio existió hasta 1929 y se conservan fotos, una de ellas puede verse en la página 179 de Muros de Nalón. El libro del concejo, de Xosé Nel Riesgo y Armando Grande Roca. Aparece por primera vez dentro de los bienes posesión del por entonces señor del coto, Don Diego Fernández de Muros, en 1631, tal y como se informa en el libro reseñado:
"En el inventario de los bienes de D. Diego, fechado el 28 de septiembre de 1631, figura entre sus posesiones: la casa carnicería de La Plaza; la capilla del Espíritu Santo, en estado de ruina, y pegado a ella la casa del ermitaño. Era dueño y patrono del Hospital de Peregrinos, sito en La Plaza, así como de la capilla de San Juan, en La Pumariega, ignorándose donde estuvo situada, Como tributo, sus vasallos debían entregarle una octava parte de los cereales y, además "y más le debe cada vasallo y vecino de dicha jurisdicción de tributo cada año dos carros de leña, media anega de erga, una carga de narvaso y dos dias de jornal"

En el siglo XVIII vuelve a aparecer el hospital en el Catastro de Ensenada, si bien extrañamente lo hace figurar cerca de la Playa d'Aguilar. De él aportan esta información los autores de El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa:
"La relación de este concejo con la ruta jacobea está verificada por la existencia en Muros de un hospital de acogida y asistencia de peregrinos y pobres transeúntes. Este establecimiento figura ya en 1631 en un apeo de las prerrogativas, bienes y derechos que le correspondían a Don Diego Fernández de Muros por ser propietario del citado coto. Se volverá a mencionar en las Respuestas Generales al Catastro del marqués de La Ensenada de 1751 en donde se dice que estaba en las inmediaciones de la playa, fuera pues de nuestro Camino. Para su instalación el marqués de Valdecarzana cedió una casa de su propiedad y unas tierras de medio día de bueyes cada una, siendo por entonces hospitalero Fernando Bermejo. A Pesar de su modestia este hospital, que se mantenía dela caridad y de las dádivas del señor marqués, aparece reflejado en el Mapa de Asturias que el erudito cartógrafo Tomás López publicó en 1772"

Por su parte en la Xacopedia leemos lo siguiente:
"Muros de Nalón conservaba, al menos hasta el año 1777, un hospital de peregrinos, ubicado en un paisaje paradisíaco a la vera de la ría del Nalón. El patrón y dueño de esta institución era el marqués de Valdecarzana, noble que erigió en la localidad un palacio plateresco del siglo XVI, del que hoy en día tan sólo se conserva la fachada"

El Camino en Era, como hemos dicho, se hace calle: las casas se extienden a ambos lados, todas con su terreno. Precisamente el topónimo Era hace referencia a antiguas tierras de labor


Los hórreos muestran la historia del pasado rural del lugar, cada vez más residencial, como es habitual en la costa y cercanía de villas y carreteras principales


Son principalmente casas unifamiliares, casi todas con su jardín o pequeño huerto, unas veces delante, otras a los lados, y otras detrás o todo alrededor de la vivienda


Unas son de construcción más o menos reciente, pero la mayoría tiene su solera y antigüedad, con las correspondientes rehabilitaciones y reformas


Hay también prados de siega y los cierres suelen ser setos o pequeños muros y tapias, formando todo Era un bello conjunto que se extiende linealmente a lo largo del Camino


A lo lejos veremos Somao,  pese a estar en el concejo de Pravia, un caso no infrecuente en Asturias A oeste divisamos el pueblo de Somao, ya en términos de Pravia, bajo las sierras de Monteagudo, El Picu Santa Catalina y La Peñona, atalayas sobre valle y costa.


Se trata de una de las grandes colonias indianas de los concejos del Bajo Nalón, con buenas muestras de llamativas casonas y palacios construidos por estos antiguos emigrantes, así como la iglesia y la escuela, fruto de sus donaciones


Sin duda entre todas ellas la que más destaca pues es la que más se ve desde lejos, es la Casa de La Torre, llamada así por su llamativa y picuda torre que de divisa desde muchos kilómetros a la redonda. Es del año 1912, con planos fechados en 1910, obra del arquitecto Manuel del Busto para el indiano de Somao Fermín Martínez García, emigrante a Cuba que con 18 años emigró a Cuba, empezando como contable para, cinco años más tarde, llegar a director general del almacén de coloniales de los indianos de Somao, en Caibarien. Así lo leemos en el excelente blog Casonas de Indianos, que dice también:
"D. Fermín se casó en primeras nupcias con una cubana con la que tuvo una hija llamada Rosita, ésta se casó con Santiago Martínez vecino de Pravia. Posteriormente D. Fermín se casó con Margarita Fernández con quien tuvo dos hijos Fermín y Antolín. 
D. Fermín le encargó al arquitecto Manuel del Busto Delgado el proyecto de esta casa, los planos están fechados en 1.910, terminándose la construcción en 1.912 en un estilo modernista tardío de inspiración vienesa. La casa se construyó como residencia de vacaciones ya que D. Fermín a su regreso de Cuba se instaló en Madrid dedicando a las inversiones bursátiles"

Era se extiende alargada y linealmente hasta el lugar de El Parador, ya prácticamente núcleo urbano de la villa de Muros de Nalón. De ese kilómetro caminaremos por este pueblo aproximadamente la mitad, pues antes habremos de cruzar la N-632 hacia el núcleo de La Pumariega, visitando el solar de la antigua colonia de aristas que allí existió avanzado el siglo XIX



No es Era pues pueblo exactamente pequeño del todo, pero más que concentrado en torno a un centro lo hace longitudinalmente a lo largo del camín, con unas 142 casas y en torno a los 250 habitantes 


Si bien los usos agropecuarios tradicionales han ido a menos algunas huertas y frutales se ven en torno a las viviendas del lugar


El centro de Muros siempre a la vista en este tramo. Su coto señorial, en manos de la Casa de Miranda, que pasarían a ser marqueses de Valdecarzana, es descrito en el Catastro de Ensenada, mediado el siglo XVIII, como de una extensión de 2.567 días de bueyes y legua y media de perímetro



Vivía por entonces en aquel coto 136 vecinos (familias) "incluidos 1 párroco, 1 excusador, 2 presbíteros, 36 viudas y 6 celibatas", nos dicen, basándose en datos de dicho catastro, el Gran Atlas del Principado de Asturias


En el año 1809, durante la invasión napoleónica, el mariscal Michel Ney ordenó el saqueo de la población como represalia por la resistencia encontrada en su avance. Dos años después, en 1811. los nuevos ideales liberales surgidos con el conflicto desatan una rebelión contra los Valdecarzana, señores del coto, con quienes ya pleiteaba desde tiempo atrás. Ello traería consigo la extinción del señorío en 1827, reintegrándose Muros en Pravia tras cuatro siglos de poder nobiliario


Pero las ideas liberales no se quedaron allí, en 1847 y en base al antiguo coto se crea el concejo independiente de Muros que, dos décadas después, en 1868, logra zafarse de una ordenanza gubernamental de integración de concejos pequeños en grandes que podría haber acabado con su independencia. El 27 de junio de 1916 y como manera de afianzar esta soberanía concejil, pasa a llamarse oficialmente por acuerdo plenario Muros de Nalón, evitando la coletilla que aparecía a veces, que añadía a su topónimo original, Muros, la frase de Pravia, como pasaba con Riberas y San Esteban, entre otros lugares del antiguo concejo y alfoz


En el cruce seguiremos de frente, pero mientras caminamos, miremos a la derecha



Concha y flechas amarillas remarcan la dirección a seguir en un cruce en el que a veces alguien se ha despistado y salido a la carretera prematuramente. Desde aquí vemos La Pumariega, con varios edificios notables...


Este que vemos en primer término es el chalet de Paulino Martínez López, construida en el año 1900, con hermosas galerías mirando al sur, siempre al sol. Es de planta rectangular con sótano, dos pisos y bajo cubierta, un estilo basado en catálogos o álbumes de diseños que alcanzaron gran popularidad entre los siglos XIX y XX tanto entre arquitectos como entre sus clientes. Un poco más atrás a la izquierdas, más viviendas de galerías, y aún más atrás, de intenso verde, Casa Teresa la Cubana, estilo ecléctico


Más a la izquierda, del año 1913, es la Casa de Ángel Fernández, proyecto de los arquitectos José y Frutos Iglesias, también basándose en aquellos catálogos de época. La fachada principal es la que mira al sur, con galerías y torre central de buhardillón acristalado. Abajo, gran zaguán


Pero si por algo se conoce a La Pumariega es por haber sido sede de la famosa Colonia Artística de Muros y Escuela Pictórica de La Pumariega, que aquí existió entre 1884 y 1890, la cual tuvo su origen esta colonia en la que fue residencia del pintor Tomás García Sampedro, que vemos un poco más a la izquierda aún y junto a la que pasaremos enseguida siguiendo el Camino


Tomás García Sampedro nació en Somao, llegando a ser buen artista pictórico y amigo y discípulo del maestro Casto Plasencia, con el que pasó aquí algunos veranos desde 1884, fundando una colonia de artistas con la ilusión de formar una escuela paisajista, a la que se unió un buen número de creadores. La muerte de Castro Plasencia en 1890 dio al traste con su proyecto de construir unas casas que fuesen la sede artística definitiva


Por su parte Tomás García Sampedro, después de una estancia en Roma, regresó aquí en 1892, donde instaló su pabellón-estudio. al que seguiría invitando a más artistas a La Pumariega durante los años siguientes, destacando entre ellos al célebre pintor Joaquín Sorolla, quien retomó la inspiración de aquellos genios del arte para recrearse y plasmar los paisajes del Bajo Nalón. Junto con él se acercaron al lugar los también pintores Cecilio Pla y Juan Antonio Benlliure


La colonia como tal tuvo pues una vida más bien corta, sin embargo la actividad pictórica y las reuniones de genios del pincel se prolongaron varios años más. Así habla de este periodo la Wikipedia:
"A partir del verano de 1884 y durante seis años se reunieron en los veranos de Muros, alumnos y amigos de Casto Plasencia y Tomás García Sampedro, desarrollando y difundiendo un estilo característico e incluso equiparable al de otras colonias de la época. Experiencias similares en la España de finales del siglo XIX fueron también: la escuela paisajística de Olot y el Círculo Artístico de Sant Lluc, en Cataluña; la llamada luego escuela del Bidasoa, en el País Vasco; o la de Alcalá de Guadaira, en Andalucía. 
En todas ellas, con mayor o menor voluntad y conciencia de grupo, se desarrollaron tímidas escuelas paisajistas, a imagen y semejanza de otras que en la época se estaban creando en Europa y América. Todas ellas seguían el ejemplo de la escuela de Barbizon, en los bosques de Fontainebleau próximos a París, cuna de la pintura impresionista y el plenairismo.nota 1​ En el caso concreto de la colonia de Muros, llegaría a realizarse un proyecto de construcción de un espacio físico para la colonia de artistas, autorizado por el ayuntamiento a comienzos de 1890 en la desembocadura del río Nalón. 
Los del Muros prolongaron el modelo francés, materializado en las obras de Jules BretonJules Bastien-Lepage o Jean-Francois Millet, mezclando paisaje y pintura de costumbres, y construyendo un capítulo más de la utopía del mundo rural y la dignificación del campesino. Conviene no olvidar que era, un vez más, la visión que los "señoritos", elevados a artistas pintores, proponían de un mundo que en la mayoría de los casos les era casi absolutamente ajeno. Y así, las sesiones de plenair se combinaban con excursiones de caza o pesca. El resultado, en lenguaje teórico convencional, era una simbiosis de romanticismo y pintura del realismo llevados al género del paisaje.

Y este sería su elenco de participantes, incluyendo alguna modelo de los pintores:
"Además de Casto Plasencia y Tomás García Sampedro -en sus papeles de maestro y anfitrión respectivamente-, fueron habituales: Francisco AlcántaraVicente BasTomás CampuzanoManuel DomínguezLhardyTomás Muñoz LucenaAlfredo PereaJosé RoblesLuis Romea, además de Ángel AndradeLuis BertodanoAntonio Cordero,Marcelina PoncelaRafael de la TorreAdolfo MarínAsterio Mañanós MartínezFernando Cabrera CantóEnrique Salazar y ZubíaMaximino Peña Muñoz,​ Heliodoro Guillén Pedemonti y Félix Granda y Buylla
Javier Barón, en su estudio de la colonia de Muros, refiere que incluso la vestimenta de sus miembros seguía el modelo galo: camisa de franelafaja de seda roja o blanca, cinturón de cuero, polainas o botas blancas y fieltro mou (sombrero flexible).​ Otra anécdota referida por Barón es que varios pintores compartiesen la misma modelo para sus composiciones; la más popular de ellas, protagonista de cuadros de Plasencia, Robles, Lhardy, Marín, Perea y Campuzano, falleció, siendo aún muy joven, en 1891.

No mucho después, ya desligado de la colonia y no como pintor, sino como poeta, ha querido verse la presencia de Rubén Darío durante tres veranos en varias poblaciones del Bajo Nalón como una continuidad artística-intelectual de la inspiración que daban estos paisajes. Diego Ribeira López escribe de ello en Nueva Colonia de Muros de Nalón:
"Entre 1905 y 1909, Darío veraneó en San Esteban de Pravia y San Juan de la Arena, y de su estancia en ambos pueblos dejan constancia tanto sus propios escritos como las crónicas que han sobrevivido al paso del tiempo. Sabemos, por ejemplo, que en San Esteban se alojó en la fonda “El Brillante” y que visitó con frecuencia la residencia de su amigo Rafael Altamira, con quien solía pasear hasta el mirador del “Espíritu Santo”, en Muros de Nalón. Las malas lenguas comentan que el poeta, en sus largas caminatas junto con su amigo, llegaba hasta la cumbre de “Monteagudo” y que allí, borracho, declamaba versos oscuros con la mirada puesta en la desembocadura del Nalón.
También sabemos que en San Juan de la Arena se hospedó en una de las casas del indiano Feliciano Menéndez, y que hasta allí viajaron a visitarle los noventayochistas Azorín y Pérez de Ayala
. “El mar -les dijo el poeta en cierta ocasión- llega algunas veces, cuando hay tormenta, hasta lamer los muros de esta casa. Las barcas de los pescadores saltan entonces entre olas inmensas, luchando por entrar, en tanto que aquí, en la orilla, las mujeres gritan y rezan angustiadas…”
Qué es verdad y qué leyenda en estas historias, nunca lo sabremos con suficiente certeza, y creo que tampoco hace falta. Lo importante es que uno de los más grandes poetas de la lengua española estuvo aquí, contemplando el Nalón, admirando el Cantábrico, caminando nuestros pueblos y montes..."


Muy interesante también en este aspecto es  el artículo Bajo Nalón, la Arcadia que no pudo ser, firmado por Ignacio Pulido en La Nueva España el 26-9-2009:
"El último tercio del siglo XIX y los albores del siglo XX fueron una época vivida con especial intensidad en el bajo Nalón. Sus bondades paisajísticas, aún vírgenes, propiciaron el asentamiento de una escuela pictórica en la que figuraron algunos de los pinceles más destacados en la España de aquel entonces. Años más tarde, a consecuencia de esta experiencia embrionaria, Sorolla y Rubén Darío visitarían la comarca y dejarían su impronta grabada en unos vecinos aún ajenos al envite industrial que cambiaría para siempre sus vidas.
Las riberas del Nalón supieron enamorar a Casto Plasencia, socio fundador y profesor del Círculo de Bellas Artes. En 1884, este alcarreño cambió el mundanal ruido de Madrid por los afables paisajes de Muros, pueblo donde vivía su amigo, el también artista Tomás García Sampedro. Alojado en la quinta murense de Gumersindo Rodríguez, Plasencia comenzó a impulsar, junto a José Robles, la creación de una colonia de pintores inspirada en la academia de Barbizon. 
El proyecto suponía un abandono del academicismo y una búsqueda de la inspiración en la naturaleza y el mundo rural. Durante varios estíos, pintores como Agustín Lhardy, Cecilio Pla o Alfredo Perea plasmaron sobre lienzo la realidad del bajo Nalón y de sus gentes. El influjo de los artistas plásticos trajo consigo a otros grandes creadores como los escritores Cañete y Vital Aza o el músico Emilio Arrieta. 
En 1890, la colonia gozaba de pleno apogeo. El Ayuntamiento de Muros llegó a aprobar la construcción de unas instalaciones para artistas en la desembocadura del Nalón, en la zona actualmente conocida como La Tronca. No obstante, la muerte repentina de Plasencia, acaecida el 18 de mayo de aquel mismo año, precipitaría la desaparición de la comunidad de pintores, que poco a poco se fue disolviendo"

Y así se acababa la incipiente y colonia artística, pero, como hemos dicho y prosigue Pulido, no la de la presencia de grandes pintores.

 "No obstante, el destino aún deparaba al bajo Nalón una segunda oportunidad. Apenas cuatro años después del Desastre del noventa y ocho, Sorolla recalaba en La Arena animado por Agustín Lhardy. Lo que en principio iba a ser una visita de dos o tres meses se tradujo en un idilio con el Cantábrico que se repetiría durante tres veranos más. Pertrechado con sus útiles y protegido por una boina, el maestro del luminismo se mimetizó entre los lugareños y recorrió la desembocadura del Nalón y sus aledaños reflejando con pinceladas sueltas y repletas de color la imprevisible luz asturiana, tan diferente de la de sus escenas levantinas. 

(...) La vida del valenciano transcurría junto a Sampedro entre paseos en barca por la ría, tardes de dominó en el casino de Muros y pitanzas en el Espíritu Santo"



Hórreo en Era: según avanzamos hacia el occidente veremos la mayor parte tienen bodega debajo, habitáculo que solía emplearse como almacén de aperos pero también como vivienda, cuadra, etc.


La larga calle se prolonga entre filas de casas como un gran paseo que llega hasta Muros


La vegetación cubre algunos tejados de viejas casas y cuadras


La calle es normalmente tranquila, sin tráfico, tan sólo el paso del coche de algún vecino, a caso a veces un tractor...


Los hórreos, sin su uso tradicional de granero desde que no se plantan cereales para hacer en casa pan o borona, siguen aún vario en pie, símbolo también del paso del tiempo y emblema de la historia y pasado rural de estos lugares



La calle es bastante ancha, se nota el paso del Camín Real de la Costa, que como dijimos, fue mejorado, al menos en bastantes tramos, en el siglo XVIII, con parada de diligencias en el cercano lugar de El Parador, que siguió prestando servicio, y sigue, al habilitarse la nueva carretera al puente. Es la actual Casa Zoilo, de la que hablaremos próximamente


Nuevos usos y funciones se imponen, como la de "dar posada al peregrino": aquí a la derecha por ejemplo está el albergue La Naranja Peregrina, en una casa rehabilitada con buen portalón


Abajo, una antigua muela del molino y una concha xacobea y caminera


En la fachada un escudo solariego


Es sin duda Era, por su forma y disposición, la gran calle mayor del Camino en el concejo de Muros. Tal vez algún tramo de estos sí fue ensanchado en su momento, como esta gran explanada, con aparcamientos


Un agradable paseo, cómodo, fácil y llano de caminar, siempre entre las casas


Hay también algún trecho de acera, como aquí a mano izquierda, junto a este portón


Todo recto, avanzamos por Era tan alegremente, cual avenida o bulevar


Una vieja panera, la evolución en tamaño del hórreo, esta con mandil o faldones, tablones que cierran lo que sería el corredor, aislándolo más de los vientos


Aquí la calle-camino se estrecha, pero en caso que pase un coche, ocasionalmente, hay sitio para caminar a los lados en fila india


La vecindad saca macetas con flores a la calle, embelleciendo el trayecto


La calle forma también un gran patio de vecindad, con tantísimas casas una seguida de otra... aunque ya no quedan aquellos chigres y tiendas que había antaño


Las fachadas que miran al sur son un buen lugar para colocar los tendales y poner la ropa a secar


Al lado de las casas, también algunas cocheras


Y a la derecha un gran caserón destaca en este tramo del camino


Tiene un grande y largo balcón-corredor a lo largo de la fachada este


Sus paredes son de mampostería, que se ha dejado a la vista. Los vanos de puertas y ventanas tienen hermosos dinteles de cantería


Precioso mirador abuhardillado arriba en lo alto


Seguidamente pasamos la Casa Mari Ángeles. Lejos quedan ya  laos tiempos de la casería, la huerta y el ganado, que aún en 1970, explicaba así la Gran Enciclopedia Asturiana:
"En lo económico la vida del concejo depende de la agricultura. Goza de justo renombre la extraordinaria calidad de sus patatas y habas; su ganadería, especialmente el vacuno, fue considerada todavía por los año veinte, como la mejor y de más calidad de la provincia. El porcino también gozó de justa fama, con la magnífica raza de York y sus cruces"

Y este es el panorama, ya drásticamente diferente, que dibuja la misma enciclopedia en su edición de 1996, con la emigración a los cercanos espacios urbanos e industriales de la comarca de Avilés: 

"Muros se ha visto afectado, en los últimos años, por movimientos migratorios de radio corto. La cercanía de los centros industriales y la creación y mantenimiento de cierta actividad industrial en la propia comarca evitó la emigración masiva a la que se vieron sometidas las alas asturianas. Los principales destinos fuera de la comarca son, en primer términos, los concejos vecinos de Avilés, Castrillón y Cudillero. y. en segundo lugar, Oviedo y Gijón"

Finca y panera en el jardín. Ya sin su función primigenia de graneros, algunos de estos elementos del patrimonio tradicional asturiano se mantienen como símbolos de la casa, a veces con otras funciones o como construcción ornamental, aunque hace años que no cuelgan del corredor las riestras de panoyas, las ristras de mazorcas, tan características de las fotos de los pueblos, aún hasta la década de 1970


La misma Enciclopedia Asturiana plasma que, a pesar del ocaso del mundo rural, la proximidad a las carreteras principales ha evitado que el abandono poblacional del concejo y sus pueblos fuese tan acusado como en otros lugares, aunque ya con población no campesina:
"... la cercanía y la mejora de infraestructuras de comunicación hace que el Bajo Nalón se convierta en una zona atractiva para los habitantes del área central. En consecuencia, se ha experimentado un notable incremento de viviendas fijas o secundarias de residentes habituales de las ciudades de dicha área"

Por eso, gracias a las buenas comunicaciones, la mayor parte de las casas se conservan, a veces como segunda residencia, como vivienda vacacional, o como casa permanente y principal, aunque ya no se trabaje en el lugar o en las inmediaciones


Otra cosa es que, dada la desaparición de la actividad campesina, la casa y sus dependencias se hayan transformado, las cuadras y los gallineros, corrales, almacenes, etc. se han integrado en la vivienda, siendo reformados y transformados, como también algunos hórreos, bellamente rehabilitados


Monte Agudo o Moteagudo, con sus 337 metros de altitud, domina la escena. Es una de las máximas altitudes del vecino concejo praviano y un gran mirador natural sobre el estuario del Nalón y esta franja de la costa centro-occidental asturiana 


Abajo, el Nalón, formando su ría, cuyos derechos de pesca y otros privilegios de pesca eran celosamente guardados por los frailes de los monasterios de Belmonte, Las Pelayas, y Cornellana, cuando ya las incursiones vikingas habrían dejado de remontar por ella sus drakkar río arriba para intentar adentrarse por el interior del país. Así, en 1160, los monjes belmontinos hacen constar documentalmente que los pescadores de San Esteban (San Setphano de Boca de Mar), les proveyeran de todo el pescado necesario para la Cuaresma


Aquellos bienes monacales, que habrían de integrarse en el alfoz de Pravia, no tardaron en ser parte del gran coto señorial de los Miranda-Valdecarzana, al que pertenecieron durante largos siglos, pues en 1431 Muros ya aparece en una partición de bienes de varios descendientes de Diego García de Miranda, si bien la mención expresa al coto no aparece hasta el documento fechado el 20 de marzo de 1521, en el que se menciona a "Que D. Rodrigo de la Rúa, contador de SS.MM. y del su consejo, era dueño con Alonso de las Alas, del coto de Muros"


Un ejemplo de vivienda reformada para el turismo rural: a nuestra izquierda El Mirador del Nalón


Un detalle en las macetas de la ventana...


Una pareja con el traje asturiano


Ahora la calle en Era hace un poco de curva para llegar a un muy importante cruce


Se trata de una bifurcación en la que el Camino como tal sigue a la derecha, al pie de aquel gran árbol...


Pero hemos de informar que justo a la izquierda, también al pie del árbol, está el Hostel Casa Carmina, donde también pernoctan muchos peregrinos


Una foto del mismo lugar a principios de la primavera, con el arbolón aún sin hojas, bajo el el el Camino Pasa a su derecha


El mojón que nos indica esta dirección es de los que también pueden estar ocultos por vegetación o umbría. Al lado una pequeña fuente de piedra con grifo


Y a la derecha, empezando a bajar, una vieja panera: aquí dejaremos Era para dirigirnos de nuevo a la N-632


Es la célebre subida de Muros, que durante años fue también uno de los hitos de la vieja carretera Ribadesella-Canero, cuyas continuas curvas, subidas y bajadas no habían hecho más que empezar


Es uno de esos tramos, con arcén pero complicados por el tráfico, similares a los que hemos dejado atrás viniendo del puente


Por suerte, solamente serán unos escasos metros, enseguida cruzaremos a la derecha y la dejaremos


Si bien con bastante buena visibilidad, cruzar la N-632 en curva, cuesta y tramo de tráfico abundante y veloz no está exento de su riesgo. Aparte de rogar atención al pasar estimamos se hace necesario colocar señales luminosas ante el creciente y continuo paso de peregrinos, a veces incluso en grupos más o menos grandes, que se forman muchas veces a la hora de salir de los albergues 


Al otro lado, donde hay también un buen arcén, veremos las señales correspondientes; placa y mojón, para continuar Camino


Pasamos así a La Pumariega, ya al pie mismo del centro urbano de Muros, el solar de la histórica colonia de artistas


Insistimos una vez más en lo de siempre: si la vegetación está un poco crecida, como apreciamos en esta foto, la señalización tiende a "camuflarse" entre hierbas, arbustos, setos y sus sombras


El camino como tal es un sendero de verde hierba entre árboles y matorral, pero bien ancho y trillado


Camino que se dirige primeramente a la que fue vivienda y taller del pintor Tomás García Sampedro, germen y origen de aquella Colonia Artística de Muros


Una gran palmera delata su origen indiano, si bien lo que primero vemos son los edificios de lo que debieron ser cuadras, cocheras o caballerizas...


Más allá lo que es propiamente la vivienda, y detrás más casas de La Pumariega


Según leemos en Muros de Nalón. El libro del concejo, es la casa de los herederos de Gurmesindo Rodríguez, ampliación de planta rectangular sobre otra más antigua, derivando en tres plantas con gran aprovechamiento del desván, de cubierta a cuatro aguas


Lo que más destaca es la fachada sur, con doble galería acristalada en los pisos primero y segundo y amplio buhardillón central en bajocubierta. En el piso bajo, que no vemos por el alto muro que cierra la quinta, hay un buen zaguán. En ese piso estaban el vestíbulo, la escalera, el comedor con salida al jardín y el despacho del pintor, En el primer piso se ubicaban los dormitorios, la cocina y un gran salón. En el segundo piso había alcobas y en el bajo cubierta estaban los cuartos de la servidumbre y espacios para almacén y secado


Hace años, se conservaban adentro notables pinturas al fresco, notable mobiliario de época y "una pinacoteca  compuesta por obras del propio García Sampedro, Casto Plasencia, Sorolla, Juan Robles, Alfredo Perca, Luis Romea, Cecilio Pla, Tomás Campuzano, Granda Buylla, J.A. Benlliure, Rafael Latorre, Muñoz Lucerna, Alcántara, Peña, Andrade y Bertodano. El estudio de Tomás García Sampedro, pabellón de madera de inspiración clásica, se desmontó en 1985"


Desde aquí vemos, mirando a Muros, los edificios a lo largo de la calle de Arango, por donde el Camino sube a La Plaza, el corazón de Muros. Destacan, en medio de la foto, otro de zagúán y grandes galerías en sus pisos superiores: Casa Carreño


La Pumariega tuvo que ser, según su nombre, tierra antes de manzanas que de pintores, pero los artistas siguen presentes en sus calles, o al menos sus obras


Fijémonos por ejemplo en las estatuas del edificio que tenemos a nuestra derecha


Merece la pena detenerse un instante a reparar en esta verdadera exposición escultórica al aire libre y en pleno camino, exponente de la continuidad de la colonia artística aquí existente antaño


El primero de la derecha parece sin duda Julio César por su altiva pose y gestos


Seguidamente un legionario romano, no cabe ninguna duda tampoco...


Su indumentaria le delata, casco, espada y escudo


La espada choca con el escudo, que muestra un águila bicéfala


Entre ambas estatuas un escudo solariego


A la izquierda del legionario está la puerta de la casa y más allá, también flanqueándola, otra estatua de inspiración clásica


Una figura femenina con ánfora, gesto animoso, en movimiento y sonriente


Estas representaciones de mujer con ánfora son muy usuales en el arte clásico, A su derecha, en la fachada, otro blasón


Nos recuerda al que vimos en uno de los albergues de Era


También en la fachada: azulejo representando un barco mallorquín, Correu de Mallorca


Al lado de la chica del ánfora, más bustos y esculturas


Busto femenino, mujer de pelo recogido y cara seria y pensativa, tal vez entristecida o ausente, mirada perdida hacia el suelo


Otra escultura, esta de una mujer desnuda, sin brazos, al estilo de las venus


Otro busto de mujer, este de espesa cabellera suelta, mirando de frente y no sabemos si con gesto serio o tímidamente alegre


Más pequeñas, pareja de figuras dieciochescas. Al final, el arte y los artistas siempre presentes en este rincón del Alto Nalón: La Pumariega


Frente a la casa de las estatuas hay una bifurcación: nosotros iremos a la izquierda


Una concha en azulejo, en este viejo muro de piedra, señala la dirección a tomar. La casa que tenemos enfrente dispone de un espléndido corredor, que vemos parcialmente, tapado por la tapia


Las razones por la que la concha es símbolo de los caminos de Santiago no están plenamente claras. Se sabe que a partir de cierto momento en la Edad Media se emplean como símbolo de los peregrinos jacobitas, independientemente de las rutas empeladas para llegar a Santiago. Se esgrimen diferentes razones, aunque no pocas puedan ser compatibles, el ser un símbolo pagano (también con varios significados) cristianizado, o representar haber llegado ciertamente a Santiago, cercana a las playas de la Costa da Morte, como la de Lagosteira en Fisterra, donde tanto abundan, o a la misma Fisterra, Muxía o Padrón, grandes centros de peregrinaciones en sí mismos, culminación de los rituales xacobeos


En contra de lo que se piensa ampliamente, la concha no es necesariamente en sí misma un símbolo direccional, otra cosa es que según su posición, cambiante, se interprete como tal. Señala dónde está el Camino pero no implícitamente la ruta a seguir. Eso ha de decirlo la flecha amarilla, como la que vemos también en el muro


Pasando al lado de la casa, con un pequeño soportal que más de una vez sirvió para cobijarse de un chaparrón a algún peregrino, empezamos la subida a La Plaza, en lo alto de Muros, villa a la que le dedicó sus Cantos Muradanos el poeta José Fernández-Quevedo y González-Llanos. Su extenso coto fue notablemente acrecentado por uno de sus señores, Gutierre González de Cienfuegos, sucesor de Rodrigo de la Rúa, quien lo había conseguido al casarse con María Ponce de Miranda, linaje posesor, bien por sus relaciones con Las Pelayas ovetenses, con intereses en la zona desde la Edad Media, o bien por premio a la fidelidad a los Trastámara o por ambos casos. Dice la Gran Enciclopedia Asturiana:
"acrecentó aún más el coto, con los señoríos de Ranón y La Arena , adquiridos por compra al monasterio de Cornellana"

Se debe a este señor la construcción de La Plaza, configurando la disposición de las casas en torno a la iglesia, que podríamos suponer se construyeron sobre otras anteriores, propias de una configuración poblacional preexistente, dado que la existencia de una iglesia es mucho más antigua y que hay hallazgos de cimientos de edificios romanos. La Plaza de Muros se hizo con la idea de albergar la celebración del mercado, concedido por Carlos V


El caserío de Muros se extendió hacia Era por El Parador, topónimo existente en otras poblaciones del Bajo Nalón y que hace referencia a mesones con parada de postas, a veces sucesores de antiguas ventas, donde paraban las diligencias de línea regular de los caminos reales, algunas como esta reaprovechadas con la nueva carretera


Por eso en El Parador se construyó la gasolinera, sucesora de aquellas viejas paradas de caballerías que fueron luego los primeros autocares de línea. Un poco más atrás también se hicieron, en la zona llana de la Avenida del Riego, varios bloques de pisos


También se conserva, naturalmente ampliado y reformado, el sucesor del edificio original del parador que dio nombre al lugar en la actual Casa Zoilo, restaurante que vemos parcialmente desde aquí (a la derecha de la foto). Cuando el concepto tradicional de parador como parada de viajeros evolucionó en España al de la red paradores nacionales como hoteles del Estado hechos en edificios históricos, surgieron problemas con esta denominación, que había pasado ya a la toponimia. La Wikipedia nos informa de ello:
"Parador es un establecimiento de hostelería similar a la posada.​ Del primitivo edificio «destinado a hospedar o albergar viajeros», evolucionó hacia un modelo mixto de hostal y mesón, con servicio de restaurante, bar, centro de convenciones y hospedaje. A partir del siglo xx pasó a denominar en España a una cadena de hoteles de lujo como atracción turística asociada casi siempre a edificios históricos de la ciudad, lugar o región en la que se crearon, y dependiente de organismos oficiales (...)

Nomenclatura histórica:
El término parador toma su origen de los establecimientos de descanso (como las sencillas «cauponae») que en el Imperio Romano de Augusto​ funcionaban como puntos de parada o pausa (parador) en el camino.​ En España​ el uso del término se mantiene en pleno siglo xx como puede leerse en el libro Viaje a la Alcarria del Nobel Camilo José Cela o, un siglo antes, en el Madrid en la mano, publicado en 1850 por Pedro Felipe Monlau, catalogado en el capítulo titulado Posadas, paradores y mesones.​ También utiliza el término parador el escritor británico nacido en MaltaGerald Brenan, en su libro autobiográfico Al sur de Granda relatando su estancia en España entre 1920 y 1943"

Cuesta arriba llegamos a la carretera MU-1, que comunica Muros con San Esteban



El Camino la cruza y continúa a la izquierda de esta casa, El Huerto, por el Camín de los Carbayones


Aquí sí que vamos a ver un hórreo como antiguamente, es decir, con las riestras de panoyas en el corredor, dadno vista al Camino y a los peregrinos que vienen de frente


El maíz, traído de América, pronto desplazó a los demás cereales panificables en grandes zonas de Asturias. Sus grandes cosechas propiciaron el uso de corredores en hórreos y casas para colgar sus mazorcas enristradas, que curadas, serán llevadas al molino para hacer la fariña, y luego con ella el pan de maíz, la boroña o borona, amasado y cocido en el horno de casa, una práctica que fue desapareciendo a lo largo del siglo XX con la mejora de las comunicaciones, que permitieron la llegada de pan a diario desde las tahonas, haciendo innecesarios estos trabajos. Los campesinos que quedaron se especializaron sobre todo en pastos para ganado de leche, suministro de los cada vez más grandes centros urbanos e industriales


Para el trabajo de recoger la cosecha y luego deshojar las mazorcas y atarlas se precisaba del trabajo comunal vecinal, que como tal se convertía en fiesta, la esfoyaza, esfoyón, esfoyeta... en la que participaban mujeres y hombres. Esta mezcla de sexos, sobre todo los muchos mozos y mozas que había, las connotaciones pícaras de este trabajo, las canciones, música, bailes y cantares que amenizaban la jornada hicieron que, al menos desde el siglo XVIII, se firmasen disposiciones evitando estas promiscuidades que, no obstante, parece no se les hacía demasiado caso, ni siquiera por los funcionarios en los que recaía guardar la moral, llegando a cantarse canciones que decían... 
El cantar de la panoya
ya no se puede cantar
porque dicen que echa multa
el guardia municipal

No solamente los corredores, también las colondras o tablas de la pared de hórreos y paneras se llenaban de panoyas enrristradas, y por supuesto el interior. Los hórreos nacieron como granero elevado pensado para que no entrasen los temidos roedores, y la panera fue su evolución en tamaño, aparecida en el siglo XVII, como granero para las grandes cosechas de maíz


Luego del hórreo llegamos a esta bifurcación, en la que continuaremos subiendo a la izquierda


Aquí hay otros dos hórreos, estos vacíos. Antaño se miraba la riqueza de las casas por cómo estaban de llenos de mazorcas, y también de otros productos como cebollas, fabas, calabazas, etc.


En este por ejemplo los pegollos o pilares han desaparecido en alguna reforma de la bodega. Al dejar de almacenarse grano y perder su función van perdiendo también alguno de sus componentes, cuando no el hórreo entero


Pasamos ahora detrás de unas casas continuando la cuesta, El Pozo. Estamos en zona de expansión urbana muradana. Es común ver grúas y actividad de empresas de construcción edificando nuevas viviendas. La zona va paso paso integrándose en lo urbano


Hay un poco de acera al lado de las citadas casas de la cuesta, aunque en verdad no suelen pasar coches a menudo en este tramo


Bifurcación y siempre de frente y hacia arriba


Aquí la calle tiene a estrecharse un poco, encajada entre el muro y el borde caminero de la izquierda



Seguidamente y en plena cuesta, una vieja casa arruinada antes de un nuevo cruce



Y en el cruce, al pie de las urbanizaciones, más de lo mismo, todo de frente y en recto


En esta rampa podremos caminar por esta ancha acera a la izquierda. En el entorno de estas nuevas urbanizaciones puede haber algo más de tráfico y coches


Estamos en un precioso mirador sobre El Parador y ante Monteagudo


Más allá, Era. A lo lejos en largo viaducto de la Autovía del Cantábrico salvando el Nalón y su valle



De esta manera, en este lugar acabaríamos un primer trecho de subida, al sur de El Cardosal


En esta bifurcación iremos a la izquierda, por la calle Arango. Atención porque en algún momento, no sabemos porqué realmente, ha pintado flechas indicando ir a la derecha


Placa de la calle: quedémonos con el nombre evitando equívocos


De nuevo, otra concha de vieira o venera (de la diosa Venus), símbolo del Camino y del peregrino, en estos términos las describe el Codex Calixtinus:
“unos mariscos en el mar próximo a Santiago, a los que el vulgo llama vieiras, que tienen dos corazas, una por cada lado, entre las cuales, como entre dos tejuelas, se oculta un molusco parecido a una ostra. Tales conchas están labradas como los dedos de la mano y las llaman los provenzales nidulas y los franceses crusillas, y al regresar los peregrinos del santuario de Santiago las prenden en las capas para gloria del Apóstol, y en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo. La especie de corazas con que el marisco se defiende, significan los dos preceptos de la caridad, con que quien debidamente los lleva debe defenderse, esto es: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo”.

El Camino hace ahora un poco de bajada. En principio habría de ser este el trazado correcto, o más aproximado, pues además de ir directamente a La Plaza, pasará primeramente por el antaño famoso Mesón de Muros, histórica fonda de viajeros


Estos altos muros señalan que aquí hubo en tiempos una buena quinta, ahora edificada. Como hemos dicho, la proximidad a la zona urbana-industrial de Avilés y comarca, las buenas comunicaciones y la cercanía a las playas, favorecen la construcción en Muros de Nalón



A nuestra izquierda el edificio de la Panadería de Muros


Más vistas de El Parador y Monteagudo. A la derecha y más lejos La Peñona (496 m) 



Más nuevas urbanizaciones en La Pumariega



La calle Arango también se estrecha aquí un poco entre la tapia de la izquierda y el alto muro de piedra de la derecha



Pasemos bien atentos al bordear esta casa


Bajamos ahora unos metros al pie de este edificio de pisos...


Y en este cruce hemos de ir a la derecha, empezando a subir ya otra vez


Enfrente están los apartamentos turísticos La Flor, con precios especiales para peregrinos


Desde el cruce veremos de nuevo a nuestra izquierda Casa Zoilo, en El Parador, uno de los restaurantes más antiguos de Asturias, con datos desde 1837. En Expreso, diario de viajes y turismo, se publica el artículo Tras las huellas de Sorolla en Asturias. de Pilar Alonso Canto y Mancio Bustaba Rapa, donde habla de las estancias de Sorolla en El Parador, así como de su historia:
"Joaquín Sorolla llegó a esta comarca animado por su amigo el pintor y cocinero Agustín Lhardy, en una segunda etapa de esplendor de ‘La Pumariega’, en la que también la frecuentaban Cecilio Plá y Juan Antonio Benlliure o el ya citado Rubén Darío. 
El punto de encuentro de referencia, para reuniones y comidas, tanto en la etapa de la Colonia Artística como en los primeros años del siglo XX, era El Parador, ya entonces conocido restaurante ubicado en un punto estratégico próximo a La Pumariega: el cruce de carreteras entre Muros de Nalón, San Esteban de Pravia y Soto del Barco.  
El tal restaurante no es otro que el actual Casa Zoilo, regentado por la familia Grana Alonso, a cuya cabeza están la ‘guisandera mayor’ Paloma Alonso Arribas y su hijo, cocinero titulado por la Escuela Superior de Hostelería de Santiago de Compostela, Zoilo Grana Alonso.
Estamos hablando del segundo restaurante más antiguo de Asturias e indagando en su historia hallamos un dato de conexión con la Colonia Artística: fue fundado en 1837 y en el último tercio del siglo XIX perteneció al matrimonio Menéndez Menéndez, Eulogio y Fulgencia, una de cuyas hijas, Engracia se casó con el pintor José Robles, cuyo chalet estaba al lado del restaurante (todavía está).
He aquí el nexo, probablemente decisivo, por el que los pintores frecuentaban el hostal El Parador. Se sabe que durante la guerra civil se llamaba ‘Casa Navarro’, cuyo dueño fue asesinado por no entregar un jamón requisado, y que fue después de la contienda cuando el matrimonio de Zoilo Alonso y Damiana Arribas, estupenda cocinera, dio inicio a la etapa que continúan todavía hoy sus hijas y nietos.
Para cerrar el círculo diremos que la ‘informadora’ que nos pone en la pista de esta historia, la citada Ángela Grana Alonso, nieta de Damiana, hija de Paloma, es la hermana del cocinero Zoilo"

Y Luis Antonio Alías, en el periódico El Comercio del 9-9-2016 le dedica este artículo y semblanza:

Casa Zoilo. Fue parador de diligencias y cuna del pixín alangostado; sigue siendo lo mejor del entorno emplatado 
Hay dos Zoilos: el primero refundó la vieja parada y fonda tras la Guerra Civil, el segundo su nieto lleva una década mimando la herencia; el primero fue mayordomo de nobles locales con mansión madrileña donde conoció a Damiana, la cocinera y luego esposa; el segundo posee títulos oficiales y prácticas al lado de maestros y una encantadora esposa y ayudanta del Pacífico Sur; el primero compró un parador caminero secular, el segundo recoge de su abuela, madre y tías un brillante faro de la cocina comarcal. 
Zoilo Alonso y muy especialmente Damiana Arribas, los abuelos, convirtieron en comedor de fama una venta caminera donde los viajeros podían reponerse antes o después que las Ballotas cerraran curvas sobre precipicios angostos; en aquel entonces los cuidados abarcaban, en establos contiguos, a caballos y diligencias proveyóndoles de heno, engrases y remaches; luego llegaron los automóviles 
En los años cuarenta comenzó la mencionada etapa fructífera de Zoilo y Damiana, pronto enriquecida con Paloma, Maricarmen y Teté, las tres hijas del matrimonio crecidas entre la escuela, las potas y las mesas: «Atendíamos gente de la mar y la huerta, ganaderos, comerciales, funcionarios, gobernadores civiles, ministros, primeras damas. Mi madre, mujer de bondad y carácter, nos enseñó que debíamos cocinar y atender sin distingos de ninguna clase» recuerdan Paloma y Teté. 
Ahora su hijo proyecta en el siglo XXI los valores cimentados desde el XVIII; alumno de Adriá sabe de inventos y osadías, pero respeta demasiado la línea heredada y prefiere añadir técnicas y coloraturas a lo ya acreditado: repollo rizado relleno, salpicón de bugre, croquetas de la abuela, almejas a la marinera y pescados la duda ofendería de la inmediata costa con el pixín de divisa, que el pixín amariscado dícese creación inmortal de Damiana, como las fabas con setas y pixín. 
Podremos saborear merluzas, virreyes o chopas, también lengua estofada, riñones, callos, manos de cerdo, que los Alonso Arribas miran al mar, trabajan la tierra y festejan la matanza. O la caza que comienza: jabalí, perdiz, venado y guisos en salsa y fabes de estas carnes salvajes y serenadas. 
Zoilo el joven y su mujer prosiguen fielmente con el Parador de Zoilo el viejo, Damiana, Paloma, Maricarmen y Teté, mientras una nueva generación, aún recién llegada para prever qué futuro elegirá, da alas a la imaginación: si el actual Parador contempló el paso del coche de caballos al coche de gasolina, tal vez siga ofreciendo pixín amariscado cuando pasemos del éste al aéreo

 Si deseásemos conocerlo, una pasarela comunica directamente con él, salvando la carretera


El Camino, por su parte, sube...


Mejor vayamos por aquí, que hay acerca, bien protegida por barandilla además, por algo será


Acera y concha indicadora. De sus más antiguas reminiscencias precristianas informa así la Xacopedia:
"En el Diccionario de los símbolos de Jean Chevalier, sobre Venus se dice que para los sumerios es la diosa que muestra el camino de las estrellas, diosa del amor y de la voluptuosidad, pero también de la guerra; hija de la Luna y hermana del Sol. Se muestra al amanecer y en el crepúsculo. Partiendo de esta concepción, desde muy antiguo era costumbre en determinadas zonas llevar sobre las ropas una concha de vieira, con finalidad protectora y de servicio. También los soldados cartagineses y romanos tenían esta costumbre. 
 Venus nace de la espuma, según consta en la Theogonia, con que hierve el mar en torno a los despojos de Urano, mutilado por Cronos. Aparece en el vaso de Olinto, surgiendo de las entreabiertas valvas de su concha, entre Hermes y Poseidón. Varrón relata la navegación de Venus, hija del Fuego y del Agua, en la venera, rumbo a Citerea.
Los defensores de la teoría esotérica en el Camino de Santiago creen en su significado sexual y en la posibilidad de que represente la “pata de oca” (Jakin era el “maestro Oca”). 
Originalmente, también la concha de vieira simboliza la fecundidad en el mundo pagano. Venus constituye el nacimiento tanto biológico como iniciático, la muerte de una vida y el renacimiento en otra distinta y mejor. La concha se une así al agua para el bautismo, símbolo purificador para los cristianos y de una joven vida, la vida en la fe"

Pasamos así junto a los apartamentos, siendo esta la última cuesta que nos aguarda antes de llegar a La Plaza


Y al fondo, divisamos ya los edificios del centro de Muros, 


A escasos metros del centro urbano reconocemos la gran galería de la casa solariega de los Arango, estirpe que da nombre a esta calle, así como, más lejos,  los miradores de Casa de María Paz Uría, al lado del antiguo Mesón de Muros, a la entrada de la población por este el viejo camino, el Camín Real de la Costa, que entra así en el corazón y origen de la villa de Muros de Nalón





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