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jueves, 4 de septiembre de 2014

RIBADEO Y LA RUTA MARÍTIMA: O CARGADOIRO: EL FORTE DE SAN DAMIÁN Y LA ILLA PANCHA, PARAÍSO DEL MAR (GALICIA)

O Cargadoiro y O Forte de San Damián desde A Ponte dos Santos
Llegando a la Estrada do Faro: a la derecha camino al centro de Ribadeo, a la izquierda al albergue y a Illa Pancha

Pasando de Asturias a Galicia por A Ponte dos Santos, bien por la Variante de Tapia o bien por Figueras/As Figueiras, nos encontramos con una disyuntiva ya llegados a tierras gallegas ribadenses: por un lado, llegados a la Estrada do Faro, en este cruce a la derecha, pasando bajo el puente que acabamos de cruzar, iremos hacia el centro urbano de Ribadeo, por donde continúa la ruta oficial del Camino Norte. Por otro, yendo a la izquierda, tomaremos el rumbo del albergue público de peregrinos, situado a escasos metros y, algo más allá, puede visitarse un antiguo cargadero de mineral recuperado, un fuerte y, por supuesto, el mágico paraje de Illa Pancha, en la boca de la ría, que es lo que vamos a hacer en esta ocasión

Estrada do Faro a la izquierda, hacia el albergue

Además, siguiendo la llamada Ruta do Cantábrico puede seguirse hacia el puerto de pescadores de Rinlo y Augas Santas, la impresionante playa más conocida como As Catedrais/Las Catedrales. También, si se desea y siguiendo en gran parte esta ruta, recorrer todas las playas del concello de Barreiros hasta la Ría de Foz y seguir luego a San Martiño de Mondoñedo, antiguo centro de peregrinaciones en la que se considera la catedral más antigua de España. Desde allí puede continuarse hacia el Mondoñedo actual, tomando rumbo sur, enlazando con el Camino Norte oficial que sigue por Ribadeo hacia Vilanova de Lourenzá, o el, también oficial, Camino Norte histórico, que llega a Mondoñedo por Vegadeo/A Veiga, Abres, Trabada y O Val de Lourenzá


Diversas entidades promocionan ruta hacia As Catedrais, San Martiño de Mondoñedo y Mondoñedo, llamada generalmente Variante Marítima, la cual comenzaría precisamente aquí, camino del albergue, por la Estrada do Faro, rumbo a Illa Pancha


Si se vienen realizando anteriores etapas del Camino Norte podremos alojarnos en el albergue público de peregrinos, cuya entrada asoma ya al fondo. También por supùesto merece la pena recorrer el casco urbano de Ribadeo, donde existen buena hostelería y alojamientos, además de un muy interesante e importante patrimonio


A la izquierda aceras, y chalets con terreno


Seguimos todo recto


Y aquí a la derecha, donde comienza un hermoso paseo enlosado ya nos encontramos con el Albergue de Peregrinos de Ribadeo, en medio de una pradería sobre los acantilados que caen al estuario


Este albergue se encuentra a relativa distancia del centro urbano pero a cambio está próximo al Camino, así como al Puerto de Porcillán, en un rincón apartado y de notable belleza y con un entorno privilegiado, que mira a los acantilados de Arnao, en el asturiano concejo de Castropol, al otro lado de la boca de la Ría de Ribadeo o Ría del Eo, una doble denominación que, cíclicamente, es motivo de polémicas que, al igual que se encienden, se apagan tras una serie de artículos en prensa pensados para todos los gustos


Incluso en los mapas del Instituto Geográfico Nacional se mantienen los dos nombres, si bien oficialmente, reiteramos no sin debate, a veces apasionado, se decidió que fuese  Ría de Ribadeo, llegando a ser nombrado por el entonces rey Juan Carlos I primer Marqués de la Ría de Ribadeo al ex-presidente del gobierno español Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo


Desde el camino al albergue admiramos toda la estructura de A Ponte dos Santos, de la que tantísimo hemos hablado en las entradas correspondientes a los anteriores tramos camineros, portentosa obra de ingeniería que permitió la comunicación directa entre ambas márgenes del estuario, que antes, por carretera, habían de hacer un notable rodeo por Vegadeo/A Veiga, unos kilómetros más al sur


A Ponte dos Santos, que no de Todos los Santos, como alguna vez se ve escrito, fue inaugurado en 1987 y ensanchada once años después para el trayecto de la Autovía del Cantábrico (A-8), cuando se le hizo un paso peatonal a ambos lados. Hasta entonces no estaba permitido oficialmente el paso de viandantes


También había, por supuesto, servicio regular de lancheiros o barqueiros entre Ribadeo y los puertos asturianos de Figueras/As Figueiras (en la foto) y Castropol, y sigue en parte habiéndolos, si bien ahora más como recurso turístico que como necesidad de comunicación marítima

En nuestros días son viajes que recorren la ría, sobre todo en verano y que que han de concertarse. Son singladuras muy seguras en buenas embarcaciones de recreo pero que, antaño, siglos atrás, eran naves más bien peligrosas y zozobrantes


En Figueras/As Figueiras, vemos el puerto deportivo, que fue un importante muelle de pescadores, sucesor de la playa a la que antes los marinos metían sus lanchas, de altura y de bajura, así como los famosos  los Astilleros Gondán, fundados  en 1925 por Francisco Díaz Martínez, hijo de  Francisco Díaz Fernández, de la cercana aldea de Berbeso, descendiente de una saga de carpinteros de ribera, quien ya construía embarcaciones de pesca a finales del siglo XIX, comenzando en 1969 a producir barcos de casco de acero, llegando a exportar fuera de España a partir de 1978

En 1995 se realizan profundas reformas tecnológicas para la moderna construcción naval y en el año 2009 se empiezan a hacer también embarcaciones de fibra de vidrio. En total más de 300 buques han salido fabricados de estos astilleros a lo largo de su historia

Destaca sobre el puerto el Palacio de Donlebún o de los Condes de Trénor, dominando puerto, ría y población con sus muros y almenas, cuya parte más antigua es una torre del siglo XVI que guardaba el estuario como vigía y defensa, conservándose un par de cañones. De esa torre original partieron dos alas, también almenadas, en una primera ampliación. En el siglo XIX fue totalmente renovado el conjunto y en 1931 de cerró todo con una cerca, siendo restaurado a finales del siglo XX. Uno de los antiguos señores, Sancho Pardo Donlebún, participó en la expedición de la Armada Invencible


Un poco más al sur, en A Lieira, se sabe se fabricaron barcos para esa Armada Invencible en su fracasada invasión de Inglaterra en 1588



Tanto Figueras/As Figuerias, como Castropol, capital del concejo asturiano de este nombre, 1u3 vemos un poco más allá, dispusieron de hospitales de peregrinos y pobres, muchos de ellos esperando embarcar para pasar a Ribadeo por su histórico Puerto de Porcillán, que vemos aquí abajo, habiendo tambièn en Ribadeo, cómo no, hospitales para estos romeiros e incluso otro de malatos o leprosos

Otros peregrinos iban por tierra, algo más allá, hacia Lantoira y Seares, llegando a Vegadeo/A Veiga para, luego de subir a los montes de Sela de Murias, bajar a Abres, donde la ría es mucho más estrecha, pasando a Galicia por el viejo Puente de A Ponte Vella, sustituido en la actualidad por otro. Es el llamado Camino Histórico del Norte y se dice que puede ser anterior incluso a la existencia de estas villas ribereñas, o cuando estas eran solo castros y puertos naturales



En Porcillán el Camino Norte en Galicia tiene su señalización oficial, esto es, la que sigue lo más aproximadamente el itinerario histórico, ya que obviamente A Ponte dos Santos no existía y su paso está jalonado como camino complementario. Desde el puerto, viajeros y peregrinos subían por la Rúa Maior, donde la antigua aduana o Alfándega Vella fue construida en 1726 como casona señorial de Carlos Acevedo Pardo. El incremento de la actividad portuaria y económica de Ribadeo en esa centuria y la siguiente, con su puerto abierto al tráfico internacional hasta con América, fue la razón para crear aquí la aduana, con almacenes y dependencias de los oficiales que, por dibujos de época, estaba sobre la misma orilla de la ría, que aquí tenía fondeadero y refugio natural

El actual puerto se construyó entre 1884 y 1888. Antes, durante siglos, los barcos fondeaban en el estuario y la mercancía se cargaba y descargaba en barcazas en la desaparecida Rampa de Porcillán, zona donde estuvo la primera Casa do Concello



Una de las características fotos paisajísticas del estuario es la torre de la iglesia de Santiago de Castropol, añadida al templo original en el siglo XIX, con una advocación plenamente jacobita y en el que se encuentra, en su estructura barroca, la Puerta Francisca, relacionada con las peregrinaciones, la de los peregrinos francos, procedentes de Europa, que sin duda entrarían por aquí al interior, directamente desde el Camino, para venerar al patrón del templo, Santiago Apóstol

Un poco más a la derecha hay otro gran edificio, el monumental casino-teatro en el que fue el Campo do Tablado, actual Parque de Loriente, obra de mediados del XIX y ampliada una planta superior a principios del XX por Juan Miguel de la Guardia. Se trata de un ejemplo de arquitectura ecléctica e historicista basada en el barroco francés. Restaurado a principios de los años 90 del siglo XX es en la actualidad casa de cultura


Tanto desde su campo sobre desde su mirador, en la parte superior del edificio del albergue, podremos disfrutar de estos paisajes


Y admirar este inolvidable estuario, cuya singladura era, reiteramos, especialmente temida por los viajeros de antaño, pues los precios de los barqueros, o sobre todo las condiciones de sus barcas siglos atrás, no eran de lo más aconsejable y, en esta ría, cuya travesía duraba de treinta a cincuenta minutos, el peligro era patente. Así el primero de marzo de 1502, según escribe Antoine de Lalaing, quien acompañando a Felipe el Hermoso en su viaje, se desplaza con otros caballeros a Santiago por esta costa, donde en esta ria se encontraron con...

"otro brazo de mar, el más grande y más peligroso de los tres, donde estuvieron en peligro, porque había tormenta y durmieron en Ribadeo, a nueve leguas de Navia"



El paso a Porcillán nos parece hoy en día seguro y fácil además de encantador, pero nada más lejos de lo que sentían quienes se aventuraban por estas aguas, como escribe el peregrino y sastre picardo de Charlepont Guillaume Manier, quien peregrinó a Santiago en 1726, quien lo recuerda como "uno de los sitios más peligrosos y temibles de toda España". Relatando además sus temores cuando la lancha, amenazada por mar tormentosa, era"como si fuera una pluma, como si bajase a un precipicio (...) que os causa miedos espantables que crees en todo momento que habeis perecido" 

En 1797 el viajero italiano Luigi Salandra, vio como su caballo se asustó en la barca y tiraba parte del equipaje que llevaba en la grupa, una maleta con ropa, mapas, reloj y brújula. Se trataba de una lancha de pesca pues al parecer no había de otra clase más óptima para el pasaje en ninguna de las dos márgenes de la ría, mostrándose un tanto escandalizado al relatar que
 "como no existe muelle, es necesario escorar las embarcaciones para que desciendan pasajeros y animales. Para ello las mujeres que ayudan a la descarga se montan sobre el carel de la lancha y así muestran sus pantorrillas y muslos (hasta más allá de lo que permite la decencia)" 
Actualmente, recalcamos también puede revivirse la experiencia de surcar el estuario de una ribera a otra concertando los servicios de embarcaciones de pasajes, si bien con más garantías de seguridad que aquellas peripecias y epopeyas que se padecían antaño


Desde el mirador, a la izquierda, tenemos otro excelente paisaje a la izquierda, al norte-nordeste, de la boca del estuario


Allí está A Punta da Cruz, el extremo más noroccidental de Asturias, donde estuvo uno de los fortines de la ribera asturiana, que disparaban fuego cruzado con las baterías de la parte gallega contra los navíos enemigos. En el lugar luego se instaló un pequeño faro


El fuerte de la ribera gallega era el Forte de San Damián, parte de cuya estructura vemos asomar a la izquierda, sobre los arbustos de este parque marítimo. A la derecha las recuperadas intalaciones de O Cargadoiro, que seguidamente también vamos a visitar


La rasa marina es cultivable, existen huertos y prados de pasto, una senda costera la recorre


El faro es propiamente una baliza, una base prismática sobre la que se asienta una estructura cilíndrica que emite luz roja en la oscuridad


Como hemos dicho, si desde el albergue regresamos al puente y nos dirigimos al casco urbano de Ribadeo, podremos continuar con el recorrido oficial del Camino Norte hacia Vilanova de Lourenzá y Mondoñedo, pero de unos años acá existe un llamado Camino del Mar, no oficializado pero parcialmente señalizado, que recorre la costa cantábrica gallega y, al mismo tiempo, una Variante Marítima para ir a Mondoñedo que propone ser considerada, sino ruta xacobea oficial, sí al menos ruta cultural o alternativa, al estilo de la Vía Künig que enlaza Camino Francés y Camino Primitivo por la ciudad de Lugo. De ella nos vamos a ocupar en esta y otras entradas de este blog


Para ello hemos de seguir, recordamos el itinerario de la senda costera, señalizada como Ruta do Cantábrico que se dirige a Illa Pancha y de allí, bien por la misma senda, o atajando un poco por el interior, continuar al puerto de pescadores de Rinlo, luego hacia a Augas Santas o Praia das Catedrais y, posteriormente, por las playas del concello de Barrerios llegar a la ría de Foz y girar hacia el sur, rumbo a San Martiño de Mondoñedo y de allí a la misma Mondoñedo


Avanzamos pues, siguiendo esta variante marítima en sus primerísimos metros, por la estrada do Faro


El camino es aquí un buen paseo, podemos seguirlo de frente o, siguiendo las indicaciones, tomar este ramal a la derecha que nos lleva, bajando suavemente, a O Cargadoiro, que es lo que vamos a hacer nosotros


Es además lo que nos indican las señales del Camino Natural da Ruta do Cantábrico, balizada con distancias en ambas direcciones


Una placa nos informa de la historia del lugar


Una bella estampa con texto y dibujos pintada en azulejos de cerámica


Vemos aquí las instalaciones conservadas y restauradas de O Cargadoiro, con lo que es a la derecha, o fue, propiamente el muelle de carga, y a la izquierda las tolvas de piedra donde llegaba el ferrocarril minero


Acercándonos al viejo cargadero restaurado tenemos una magnífica vista de la bocana del estuario, con toda la línea de costa acantilada desde A Punta da Cruz a la Ponte dos Santos, en la orilla asturiana


Todo su entorno forma parte de este gran parque ribereño que merece la pena conocer y descubrir, el Parque do Cargadoiro


Destaca desde aquí su estructura de altos pilares de piedra sobre las aguas, con gran armazón de madera por donde se transportaba el mineral, era el llamado Puerto Estrecho


A la derecha otro vistazo a la Ponte dos Santos y As Figueiras


La historia de O Cargadoiro comienza en el año 1902 la empresa Chavarri Petrement y Cia empezó a construir este muelle-cargadero del hierro que se sacaba de las minas de Vilaoudriz, en A Pontenova, traído hasta aquí en ferrocarril minero


El ferrocarril se inauguró en 1903 y a partir de 1905 fue aprovechado también como transporte de pasajeros. Tenía un trayecto de 34 kilómetros y su primer idea arranca en 1897, cuando el empresario vasco Julio Lazúrtegui visita la comarca con la idea de explotar estas minas de hierro, trabajadas desde tiempo inmemorial, y que en aquel momento explotaba la sociedad de Sucesores de J.B. Rochet


 Así en el 1900 constituye la Sociedad Minera de Villaodrid (SMV), participada por la sociedad primero mencionada, así como otros destacados inversores. En 1901, por Real Orden, se aprueba el proyecto ferroviario, aunque con un cambio posterior, aumentar a un metro el ancho de la vía para enlazar con el que sería el Ferrocarril Ferrol-Gijón así como poder prolongar la línea a Lugo y Villafranca del Bierzo, un plan que se vio viable en los primeros años de despegue de la empresa. Luego, con la I Guerra Mundial y el peligro para la navegación marítima, el tren minero, cuyo producto llegaba a Ribadeo para embarcar, vivió una época de decadencia en la que se fue abandonando aquel pensamiento de enlazar con esas otras vías



Al acabar el conflicto mundial hubo un nuevo renacimiento ferroviario que duró poco, pues enseguida se suprimirían ciertos servicios, ya que no terminaba de recuperarse la demanda de hierro a nivel internacional, aunque un aumento de las tarifas alivió momentáneamente la situación, al igual que una ayuda estatal para las líneas férreas en crisis


Existió la oportunidad, desaprovechada, de adaptarse a las necesidades de la industria forestal que llevaba madera a Asturias, aunque la empresa poco hizo salvo seguir empleando sus estructuras ya existentes sin hacer cambios para cargar esta mercancía tan valiosa para entibar ( asegurar con troncos las galerías subterráneas) de las entonces abundantes y prósperas minas asturianas, las cuales además ofrecían incentivos y sueldos mucho más altos a los trabajadores ferroviarios. Además de todo ello se hacía sentir la competencia del camión, al ir mejorándose el trazado de las carreteras.



Aquí hay una placa de la Ruta do Cantábrico


Está dedicada a la avifauna, con un mapa de la ría


Nos dirigimos a la larga pasarela de O Cargadoiro mientras seguimos recordando su historia...


Otra oportunidad perdida para este muelle fue, ya en los años 30, el ofrecimiento, nunca aceptado por el Estado, de emplear este ferrocarril como tramo del de Gijón-Ribadeo, incluyendo la estación ribadense. Nada de ello culminó y cuando estalló la guerra civil la vía llegó a tener una actividad relativamente importante, pero para transporte de productos alimenticios del campo. Aún así su estado era tan calamitoso que padeció el hundimiento del túnel número doce en diciembre de 1937, no recuperándose el tráfico hasta marzo de 1938



Mientras, los gigantes alemanes del acero, la empresa Krupp, se harían cargo de la explotación del hierro, pero prohibiría el transporte de pasajeros y el circular a más de 20 kilómetros por hora dado el desastroso estado del trazado


Pocos meses después de acabada la guerra y dado el estado de saturación de los almacenes de Ribadeo, donde no podía embarcarse la mercancía, se produce un parón de tráfico ferroviario que duró 199 días. En 1942 vuelve a autorizarse el transporte de viajeros, pero los reveses económicos eran continuos y las cantidades de mineral llevadas eran casi simbólicas cuando no nulas. Ya en 1952 el Estado quiso rescindir la concesión ferroviaria, pero no habría de ser hasta 1964 cuando la propia compañía dejase de explotar el ferrocarril, iniciándose los trámites oficiales para su desmantelamiento en 1965



Pasado el tiempo una parte del trayecto, entre San Tirso de Abres (Asturias) y A Pontenova (Galicia), se transformó en vía verde peatonal y cicloturista, y otra, este cargadero, fue recuperado. Al principio se eliminaron sus estructuras metálicas pues amenazaban con venirse abajo, constituyendo un peligro, y posteriormente se reconstruyeron imitando a las originales. Todo ello es un excelente parque-mirador al lado del también histórico Forte San Damián, donde se emplazaban antiguamente las baterías de defensa costera de la ría y a escasos metros del albergue de peregrinos, atalaya sobre A Ponte dos Santos y la boca del estuario.


O Cargadoiro es en nuestros días una magnífica atalaya sobre la ría, admirando al sur el puerto de Porcillán, en Ribadeo, actual muelle deportivo pero que era la antigua ensenada portuaria de la histórica población, a donde llegaban las embarcaciones con mercancías, viajeros y peregrinos, desde la ribera asturiana, que vemos en lontananza

A la entrada de Porcillán estuvo una de las puertas de la muralla medieval de Ribadeo, llamada de Santo Domingo porque la tradición decía que aquí embarcó este santo a la guerra contra los albigenses (cátaros) proclamada por el Papa Inocencio III


Avanzamos así hasta el extremo de O Cargadoiro, viendo de frente los acantilados de la orilla asturiana: A Atalaya y Arroxo



Más allá Arnao, donde hay una bella playa y ensenada, cerrada al norte por A Punta Llan. Más al interior, en As Pedreiras, está el Aeroclub Arnao


Y en el extremo A Punta da Cruz



A Punta da Cruz y su baliza blanca que destaca en el horizonte marino


Abajo a nuestros pies la Praia do Cargadoiro y enfrente el Forte de San Damián, también recuperado...


Y así llegamos al final de O Cargadoiro, ante A Punta del Boi y A Atalaya, donde está el Área Recreativa de A Ponte dos Santos



Tras conocer el muelle de O Cargadoiro regresaremos al Camino: podemos seguir a la derecha, directamente hacia el Forte de San Damián, o de frente, hacia las tolvas, que es lo que vamos a hacer nosotros



Unas sendas enlosadas se dirigen a las bocas de la estructura



Carriles y huecos de viejos transportes en vagoneta.. Nos metemos por uno de ellos



Gruesos muros de piedra y, al fondo, unas escaleras


Subimos las escaleras y llegamos a este grandioso reloj de sol, construido al recuperarse el lugar


Lo mejor será subir de nuevo arriba, a la Estrada do Faro, para contemplarlo en toda su inmensidad


El reloj de sol tal y como se ve desde la carretera, enorme, de unos 20 metros de diámetro, enlosado a manera de mosaico, las losas de pizarra marcan las horas, numeradas con números romanos de 5 de la mañana a las seis de la tarde


En medio está el gnomon o estructura que con su sombra marca las horas


El gnomon parece además indicarnos  la dirección al Forte de San Damián


Bordeando el Parque de O Cargadoiro seguimos contemplando sus antiguas construcciones ferroviarias e industriales


Y seguimos hacia el fuerte, a escasos metros


La carretera realiza una curva a la altura de esta casa


Y luego una recta


Aquí, como anteriormente, podemos optar por seguir de frente o ir a la derecha a visitar el fuerte


Por supuesto nosotros nos dirigimos a la derecha al fuerte...


Primeramente un panel informativo con más historia de O Cargadoiro


A la derecha sube el camino que viene directamente del muelle-mirador. A la izquierda ya vemos el Forte de San Damián


Placa con la historia del fuerte


También de azulejo, con texto y dibujo, en un monolito


Al final del camino, en bajada, reconocemos los muros del Forte de San Damián, las antiguas fortificaciones marítimas contra corsarios y flotas enemigas


Un pequeño monolito nos recuerda que este parque está dedicado al escritor Xavier R. Baixeras, nacido en Tarragona en 1945, donde su abuelo paterno, gallego de Nois (Foz), estaba destinado como militar, siendo su madre catalana y su padre secretario de la administración local en A Pobra do Caramiñal (A Coruña), residiendo luego esta familia en Ribadeo donde Xavier realizó los estudios primarios. Su padre fue nombrado secretario de la Diputación Provincial de Segovia en 1957 por lo que se trasladaron allí, estudiando en esa ciudad bachillerato y luego siguiendo su formación en la Universidad de Valladolid con estudios de Filología románica

Retomó en Madrid contacto con Galicia con el tambièn escritor Xosé Ramón Fernández-Oxea, director por entonces de las clases de la delegación de la Unesco, además de con el pintor e ilustrador Reimundo Patiño Mancebo, volviendo en 1970 a Galicia y dando clases en el Instituto Ramón Puga de A Coruña. Luego, aprobando oposiciones, estuvo tres años en Palma de Mallorca, retornando a Galicia, en concreto a Vigo, en 1977, donde entró en contacto con poetas y artistas de la Movida Viguesa, de los que fue amigo, como Xosé María Álvarez Caccamo, Fernán Vello o Ramiro Fonte.

Escribe desde los años 80 poesía, ensayo y diccionarios en gallego, catalán, portugués y español. Luego de un periodo en Salvador de Bahía ha vuelto una vez más a Galicia, en Vigo


En lazan los caminos....


Y seguimos hacia el fuerte. Desde tiempo inmemorial, milenios incluso, la protección de la ría, verdadero acceso directo por mar al interior del país, se basaba en castros que dieron nombre a poblaciones enteras (Castropol), las cuales guardaban los numerosos puertos interiores, todos embarcaderos naturales, existentes en el estuario. A los castros, desde tiempos de Roma a la Edad Media, les sucedieron torres y atalayas fortificadas


A partir del siglo XVI, los cambios en las condiciones técnicas y defensivas con la implantación definitiva del uso de la pólvora y cañones, hicieron transformar la estrategia existente y se erigieron nuevas fortalezas con baterías en las mismas bocas de estas rías. Este es el caso de la llamada Torre Nova, antecedente del actual Forte de San Damián, datada en 1624 y armada con doce cañones


Cañones que, como hemos dicho, disparaban fuego cruzado con las baterías de la ribera asturiana contra todo tipo de amenaza


Allí tenemos una muy buena vista del área recreativa y de descanso existente en el arranque de A Ponte dos Santos al norte de Figueras/As Figueiras. Quienes pasan actualmente la vereda peatonal de ese lado del puente suele ser quienes hacen la llamada Variante de Tapia, viniendo de la Playa de Penarronda por Villadún. La vereda del otro lado suele ser la que siguen quienes llegan de Tol por Barres y la parte alta de Figueras/As Figueiras, donde está la ermita de A Atalaya o de San Román, una de las que dieron nombre a este puente, A Ponte dos Santos, que no "de Todos los Santos" como a veces aún se ve escrito, junto con la de San Miguel, sobre el puerto de Porcillán en Ribadeo


La ermita se reconoce, al otro lado de la autovía del puente, por su grande y llamativa torre-mirador almenada, la Torre de O'Connor, siendo obra todo ello de 1842 a expensas del Gremio de Mareantes de Figueras/As Figuerias y reconstruida en 1901 por doña Socorro S. de García

A su izquierda hay otra torre, que forma parte de una estructura de piedra que fue punto de información turística en esa puerta de Asturias. Al transformarse la carretera en autovía y desaparecer la posibilidad de entrar a él directamente, la estructura fue abandonada

En la ermita de San Román se venera también a la Virgen del Carmen, de honda tradición marinera, y al Cristo del Buen Viaje, devoción viajera y peregrina


Hay buena romería el día de San Román, se disfruta de unas excelentes vistas sobre la ría, y la capilla presenta una . Aún existían señales en la pared de los disparos de la guerra civil


Los pescadores de Figueras/As Figueiras, os pixotos, se acogen a la protección de esta santuario al volver de faenar recitando...
"Santo Cristo da Atalaya
danos o ventiño en popa
que somos os das Figueiras,
traemos la vela rota"

A Atalaya se extiende por esa rasa costera sobre los acantilados, con prados, pinares y vegetación marítima



Allí están A Punta de Arroxo y el Castelo de Arroxo, solar de otro fuerte, de los siglos XVII y XVIII, prácticamente desaparecido, de los que establecían el fuego defensivo cruzado con el de San Damián. Parte de sus viejos cañones acabaron en el mar, siendo alguno recuperado y expuesto en el puerto de Figueras/As Figueiras


Más a la izquierda vemos la Playa de Arnao, una de las más bellas y agrestes de esta ría, 400 metros de arenal que, en marea alta, casi desaparecen. Allí estuvo, en la Guerra Civil, el campo de concentración para presos republicanos, llamado Campo de Arnao, el cual pasó por dos fases, una eminentemente bélica, para prisioneros de guerra, que comenzó poco antes de la caída del Frente Norte, en agosto de 1937, y otra posterior para familiares y colaboradores de la guerrilla antifranquista, cuando la mayor parte de los internados fueron mujeres y niños, la cual duró hasta febrero de 1943



Las condiciones del campo fueron especialmente terribles, los mismos soldados del bando franquista, como Arturo Pin, dieron espantados noticia de ello: "había un médico sin apenas instrumental que poco podía hacer. Pensaban que si enfermaban lo mejor sería dejarlos morir. Así habría sitio para menos rojos"



Con motivo de una visita de profesores de las universidades de Bucarest, Barcelona y Santiago de Compostela, dentro del Observatorio Europeo de Memorias, en el periódico La Voz de Galicia fecha 21-11-2018 el corresponsal José Alonso escribe así de él en su artículo El campo de concentración de Arnao, el paraíso que fue un infierno:
"Allí donde el Eo pierde su nombre diluido en el Cantábrico, con Illa Pancha a un lado y Punta da Cruz al otro, en la orilla asturiana, en Castropol, se encuentra uno de los lugares más hermosos de la ría ribadense, Arnao, un privilegio escasamente frecuentado durante buena parte del año, con sus caminos de tierra y su área recreativa, con la margen ribadense de la ría extendiéndose a un lado, Tapia al otro y el horizonte al frente. Es un paraíso que durante un tiempo fue un infierno. Como en todo, el tiempo ha hecho su trabajo, y hoy en día cuesta pensar que allí se levantó un campo de concentración, que allí estuvo el jergón del sufrimiento y penar de miles de personas. Pero así fue

Tres barracones para 300 prisioneros

En el campo de concentración de prisioneros de guerra de Arnao las fuerzas de guarnición desempeñaban también las labores de vigilancia y defensa de la costa en un lugar estratégico como era la ría. Para albergar a los prisioneros se construyeron tres barracones de madera para unas 300 personas. En su interior tenían literas de tres pisos, a cien personas cada galpón. Se dice que en este lugar penaron miles de personas entre 1938 y 1943, en especial mujeres y niños

Un monolito

 Los testimonios escritos hablan de mucha gente muerta en Arnao, de frío, enfermedad... Se relatan dramas estremecedores, hoy cubiertos por un manto de silencio. Queda el monolito erigido con motivo del centenario de la agrupación socialista de Castropol..."

Conociendo paso a paso toda la intrahistoria de la ría, sus pueblos, playas y lugares, llegamos ya al Forte de San Damián, con sus gruesos muros en los que se ven las aspilleras para disparo



Pasamos junto al foso, bastante hondo, al pie de estos muros, defensa contra asaltos terrestres



Los continuos ataques corsarios y las guerras endémicas con Inglaterra, Holanda, Francia... provocaron a partir del siglo XVI una mayor fortificación de la antigua muralla de Ribadeo, erigiendo en ella nuevas torres y baluartes, pero también en el exterior, como en este preciso lugar, donde se construyó la citada Torre Nova, antecedente del actual fuerte



Fuerte al que pasamos por este puente sobre el foso, que llega al acantilado, defensa natural desde el mar



Este Forte de San Damián, construido en el siglo XVII por el marqués de Cerralbo, estirpe de gobernadores y capitanes militares, con título y marquesado concidos ya en 1533 por Carlos I de España




A nuestra derecha el foso, acabando en el acantilado



Desde el puente nos dirigimos a la entrada, contemplando toda esta parte de la fortificación, la que mira al estuario


Tal y como hemos dicho el fuerte cruzaba fuegos con las baterías de costa de la vertiente asturiana para impedir el paso de naves enemigas


El Forte de San Damián acabó siendo destruido por los ingleses en 1719 cuando ocuparon momentáneamente gran parte de la ría, incluyendo sus poblaciones, tomadas al asalto


Reconstruido en 1774 fue vuelto a asaltar en 1809 durante la francesada o invasión napoleónica, resultando muy dañado al volar el polvorín



La vigilancia estaba a cargo de los propios vecinos de Ribadeo, con un vigilante y dos subalternos. En caso de ataque se organizaba una milicia local. Con el paso del tiempo, al perder su utilidad defensiva, pasó al Concello



Actualmente, restaurado y recuperado, es sala de exposiciones, conservándose la muralla, tronera, foso y contrafuertes



Como nota curiosa podemos decir que se conserva una embarcación de salvamento de náufragos, el Fernando Villamil, que fue arrestada, esto es, castigada con no volver a salir al mar, porque en su primera singladura murieron ahogados varios marineros, en el año 2019. Pertenecía  a la Sociedad Española de Náufragos de Ribadeo, que existió entre 1880 y 1971


Tras visitar el fuerte regresamos al camino, poniendo rumbo ya a Illa Pancha


Vamos a seguir la línea del foso del fuerte, bordeándolo y yendo ahora a la izquierda



Aquí están las marcas camineras de la Ruta do Cantábrico


Y caminamos por este sendero paralelo a la profunda zanja


Llegamos a la esquina norte del baluarte



Y dejamos atrás toda su muralla


Y caminamos al borde, cubierto de vegetación, del mismo acantilado


Ahí está A Punta do Castelo y a lo lejos nueva panorámica de A Punta da Cruz, A Punta Llan, El Caleiro, campos de As Pedreiras, Arnao... de cuyo campo de concentración recoge numerosos testimonios el muy recomendable Blog de Acebedo, tal que este, entre otros muchos, extraídos de artículos de prensa:
"Allí metían a los que venían en los barcos». Efectivamente, el historiador Marcelino Laruelo detalla en su libro «La libertad es un bien muy preciado» cómo, con la rendición de Asturias en 1937 y ante el aumento de prisioneros, «los que fueron capturados por la Armada nacionalista en la mar, a bordo de los mercantes y pesqueros en los que trataban de alcanzar la costa atlántica francesa, se les condujo convoyados hasta Ribadeo. Allí, a unos se les desembarcó para internarlos en los campos de concentración de Figueras y Ribadeo"

 Otro trágico episodio histórico sucedió en 1597, cuando se hundió en esta ría el famoso Galeón de Ribadeo, el San Giacomo di Galizia, buque almirante de la armada de la República de Ragusa (Dubrovik), aliada de España, a la que Felipe II había ordenado un nuevo intento de asalto de Inglaterra casi diez años después del desastre de la Armada Invencible, tras el ataque inglés a Cádiz de 1596


Esta flora salió desde A Coruña y Ferrol con destino a desembarcar en Falmouth, Cornualles, pero hubieron de desistir a causa de un temporal, regresando desperdigados y recalando cada barco en diferentes puertos del norte de la Península Ibérica, como fue el caso de este galeón, con 34 metros de eslora, una capacidad de carga de 1.200 toneladas, tripulación de un centenar de hombres y capacidad de traslado de 300 soldados de tropa, que se encontró con tres barcos enemigos, dos flamencos y uno inglés, con los que combatió, corriendo a refugiarse a esta ría, quedando varado en ella y hundièndose, por razones concretas que se desconocen, el 13 de noviembre de aquel año, pudiendo salvarse tropa y tripulación desembarcando en Ribadeo con ayuda de la población, llegando a rescatarse también la artillería, pertrechos, arboladura, un tesoro de 91.000 ducados, e incluso parte de la madera, lo que posibilitó que su armador, Giacomo di Polo, solicitase con ello construir otro buque. Sus restos fueron localizados y fotografiados cuatro siglos y pico después



El capitán, Jacobe Joan de Polo, escribió a Felipe II achacando lo sucedido al "mal gobierno de sus mandaderos". El barco apareció en unas obras de dragado en 2011 y desde entonces es objeto de estudios y excavaciones arqueológicas. Se trataba de uno de los barcos más grandes de aquella época


El San Giacomo di Galizia había sido construido en los astilleros de Castellamare de Stabia en Nápoles, siendo entregado a Ragusa, república rodeada por el Imperio Otomano que, a cambio de la protección de la corona española, proporcionaba barcos y marinos muy ponderados


Un muy buen artículo de su historia lo tenemos en el blog Céltica, El San Giacomo di Galizia. Historia del galeón hundido en la ría del Eo en 1597, firmado por su Redacción, que queremos recomendar y del que extraemos el siguiente texto:
"... Todo comienza en 1590 en los astilleros de Castellammare de Stabia (Nápoles), cuando se produce la entrega del San Giacomo di Galizia (Santiago de Galicia) por encargo del armador Ragusano D. Pedro de Ivella. El Imperio español controlaba el Mediterráneo y desde Nápoles mantenía relaciones de colaboración con la República de Ragusa (Dubrovnik) que estaba rodeada por el imperio otomano y que, a cambio de protección,  proveía de navíos (con muy buena reputación) y hombres a los ejércitos de Felipe II 
Sabemos que fué construido allí y que fué el San Giacomo por su madera. En 2015 a través del proyecto ForSeaDiscovery, a iniciativa del CSIC, se estudiaron los orígenes y movimientos comerciales de la madera de las flotas españolas entre 1492 y 1894. Uno de los pecios seleccionados fué el de Ribadeo. El equipo de expertos desplazado a la ría determinó que la madera procedía de los alrededores del Vesubio, y que por tanto había sido construído en los astilleros de Nápoles. También determinaron que sólo podría tratarse del San Giacomo, y desde allí trazaron la historia de su construcción. 
El conflicto 
En 1596 Inglaterra saquea Cádiz lo que hizo a Felipe II tomar en consideración la necesidad de defender las costas españolas y además vengar la ofensa de los ingleses atacándoles en su territorio. 
Tras un corto periodo dedicado al transporte de mercancías, el san Giacomo pasó a Cádiz donde fué sometido a las pruebas militares para convertirlo en una nave de combate. La calidad de los navíos construídos en Nápoles le dió la posibilidad de ser señalada como la nave almirante del escuadrón Ragusano que partió de La Coruña y Ferrol al mando de Juan del Águila y Martin de Padilla con destino a Fallmouth (Cornualles) en 1597 
Eran 108 naves mas las que se fueran incorporando desde otros puertos. En total 136 navios, 24 carabelas, 8634 soldados y 4000 marineros, además de 300 caballos según el recuento del Adelantado de Castilla. En esa flota iban dos tercios de Infantería, el de Nápoles y el de Lombardía en la que se llamó Escuadra de Andalucía, compuesta de 32 navíos. Posiblemente el San Giacomo pertenecía a ella. 
Junto a esa flota iba otra destinada a Bretaña (1000 hombres), destinada al puerto de Blavet, que estuvo bajo dominio español entre 1590 y 1598, y que finalmente no combatió. 
El 17 de octubre de 1597, tres días después de salir de puerto llegan al Canal de la Mancha, sin encontrar a la flota inglesa que estaba persiguiendo a la española en las rutas de retorno de las colonias para saquearlas. Sin embargo, una vez más, un intenso temporal en la zona dispersa la flota aunque no hubo que lamentar las desgracias de la ocasión anterior (1596) frente a las costas de Irlanda, e incluso llegan a desembarcar en las proximidades de Fallmouth  400 soldados de élite que se atrincheraron esperando a que llegaran refuerzos para iniciar la invasión de Londres. En total eran 7 barcos y era ya Noviembre. 
Tras dos días les hicieron embarcar de nuevo y poner rumbo a España ya que era imposible reagrupar las naves de la flota. 
El naufragio 
En el camino de regreso el San Giacomo tuvo mala suerte y se cruzó con tres navíos con los que entró en combate, uno inglés y dos holandeses y parece que quedó bastante tocado, lo suficiente para no poder alcanzar La Coruña y optar por refugiarse en la Ría del Eo (junto a dos urcas) donde no pudo ni llegar a puerto y quedó hundido en el fondo de arena el 13 de noviembre. 
Al ser una zona tranquila se pudo salvar a la tripulación y rescatar el tesoro de 91000 ducados que portaba, así como la artillería. Su capitán Jacobe Joan de Polo, escribiría una carta al propio Felipe II explicándole lo sucedido y achacándolo al “mal gobierno de sus mandaderos”. 
El San Giacomo quedó poco a poco en el olvido, hasta que en 2011 una operación de dragado de la ría descubrió los restos que hoy se estudian..."

Y ahora vemos, en medio de la ría, entre Illa Pancha y A Punta de Cruz, otra baliza, la del bajo Carraias, una zona especialmente peligrosa para la navegación


Al oeste, a nuestra izquierda, la llana rasa costera de A Mariña ofrece unas estupendas vistas de la parroquia de Vilaselán, también de este concello de Ribadeo



En concreto barrios como A Torre y A Senra, ejemplo de transformación de espacio agrario en zona residencial



En la lejanía, el Monte Mondigo con sus 569 metros es el más alto del concello de Ribadeo. Por sus cercanías pasa el camino oficial hacia el Val de Cabarcos (Barreiros), Vilanova de Lourenzá y Mondoñedo. Son los cordales costeros que separan la franja costera de los valles interiores de esta comarca de A Mariña



 Y esta es la iglesia parroquial de Santa María de Vilaselán, del siglo XVIII


Y la senda enlaza nuevamente con la Estrada do Faro, la carretera a Illa Pancha, de la que ya no nos apartaremos hasta llegar allí


El paseo se prolonga todo en llano, siempre a la vista del mar y de la ría


A nuestra derecha el muro norte del Forte de San Damián, el que mira a la desembocadura


El camino no tiene pérdida, continúa todo recto adelante por esta acera, llegando a unos eucaliptos


A su sombra, hay bancos para sentarse


La acera es ancha y el trayecto es uno de los más hermosos paseos que nos podamos imaginar


A nuestra derecha cabos y ensenadas


Veleros en la ría, ante Arroxo y Arnao


El recorrido, desde A Ponte dos Santos hasta Illa Pancha, es de un par de kilómetros, pero resulta recomendable hacerlo, como todos los caminos intensos, sin prisa, disfrutando de cada paso que damos...


Un itinerario cómodo y muy fácil de caminar, donde es usual encontrarnos con numerosos paseantes


Impresionantes vistas al estuario desde esta accidentada costa de entrantes y salientes


Cruce y a la derecha, siempre por la carretera, la Estrada do Faro


Curva a la derecha


Rocas, o penedos de caprichosas formas geológicas, según llegamos a As Carraias


Este en forma de puente. Fijémonos en las numerosas embarcaciones deportivas que surcan las aguas y también en las cuevas naturales de aquellos acantilados


Y así, paso a paso, vamos acercándonos a la boca de la ría...


Otra vista de nuestra pena furada


Encantos marinos donde Asturias y Galicia se dan un abrazo...


Al otro lado más panorámicas de Arnao



El mismo lugar al amanecer, cuando se ponen en pie y arrancan camino muchos peregrinos


 Desde As Carraias, Arroxo, A Atalaya y A Ponte dos Santos


Aquí de nuevo A Punta do Castelo


Ya ante la anchísima bocana del gran estuario, el de los galaicos egobarros, antiguos pobladores de este litoral en torno al Eo



Los bajos de As Carraias


Ya estamos casi a la altura de la Punta da Cruz


Salen embarcaciones al mar abierto, el Cantábrico, mar litoral del gran Océano Atlántico, fue llamado así por los romanos en referencia a uno de los pueblos que se asomaban a sus aguas, el Cantabricus Oceanus ya aparece así mencionado en el siglo I d. C. si bien en citas más antiguas aparece como Gallicus Oceanus y Brittanicus Oceanus


Si bien catalogado por los romanos como mare tenebrosum, al igual que todo el Atlántico, desde bastantes siglos antes de la conquista romana se sabe de intensas relaciones comerciales, e incluso sociales con migraciones de pueblos enteros, entre las comunidades asentadas en todo su litoral, especialmente entre las Islas Británicas y el Noroeste de la Península Ibérica, precedente sin duda de las actuales relaciones del llamado Arco Atlántico


Tras la caída de Roma no se sabe a ciencia cierta si los puertos siguieron activos aunque es más que probable que sí existiese navegación de cabotaje, esto es, de cabo en cabo, sin alejarse de la costa. Sin embargo el final de la pax romana hizo que algunos pueblos navegantes, como los hérulos, germanos procedentes de Escandinavia, asolasen estas costas, verdaderos antecesores de lo que siglos después serían las invasiones vikingas, especialmente virulentas en Galicia durante siglos


Vista atrás...


Vista adelante


Ya de frente la gran línea azur del horizonte cantábrico


Sigue el suelo enlosado...


En medio de la bocana, la ya mencionada baliza de As Carraias



Y la gran ensenada de Arnao


Luego de la siguiente curva ya empezamos a ver Illa Pancha, el extremo nororiental de Galicia


Illa Pancha es fácilmente reconocible por su faro, o mejor dicho, sus faros


En primer término, una explanada es utilizada como aparcamiento ante estos faros


En primer término es el faro antiguo, de mediados del siglo XIX, Más atrás, aunque desde aquí parece el mismo edificio, es el actual, de forma cilíndrica, situado unos metros más atrás, en la misma isla


Toda la costa de este sector es abrupta y acantilada pero con buen promontorio verde en la bocana del estuario, isla en la que construyó el emblemático faro, luz del puerto de Ribadeo


A nuestra derecha las instalaciones de envasado de gas de Repsol


Pasamos así junto a la mencionada explanada-parking


Y vemos cada vez más cerca los faros, asentados en lo alto de la isla


En 1857 se licitaron las obras del faro con su presupuesto de 47.513, 86 reales. Una real orden del 29 de noviembre de 1859 estipulaba fuese encendido el 30 del mes siguiente, diciembre, con una luz que se divisaría a 8 millas. Funcionaba primeramente con gas, luego pasaría a ser eléctrico


Llegamos a un cruce y seguimos de frente, directos a Illa Pancha


Con estupendas vistas ya de mar abierto...


Ahora ya vemos mejor la isla


Illa Pancha está comunicada a tierra por un puente de hormigón, que sustituye a uno de madera mucho más antiguo. A la izquierda está el promontorio de A Pancha, con vértice geodésico y mirador, a unos 26 metros sobre el nivel del mar


En su cara exterior hay unos bajíos, O Panchorro, paraíso de los surferos...


Aquí abajo tenemos ahora la Pena dos Apóstolos. Hemos buscado si el topónimo tendría algo que ver con leyendas jacobitas, llegada de evangelizadores, tradiciones marinas y similares, pero de momento no hemos encontrado nada


A partir de aquí ya nos damos cuenta claramente de que el faro son dos, de fábrica muy diferente


Aquel primer faro, en la actualidad habilitado como hotel, era y es un edificio de planta cuadrada  en cuyo centro se levantaba una torre también cuadrada con balcón de hierro forjado y torreón octogonal


El torreón soportaba una linterna hexagonal de cristales planos, estando el foco luminoso a poco menos de 9 metros del suelo y a 24 del agua. En 1980 se construyó el nuevo faro, de forma cilíndrica, a unos metros más allá e inaugurado en 1983


Justo antes de Illa Pancha una pequeña ensenada es el llamado Porto do Conxo, sin duda un embarcadero natural de pescadores de bajura


En determinadas épocas del año el campo del faro y su entorno se torna colorado por el efecto de una planta invasora, el diente de león, introducido por los antiguos fareros del lugar


La carretera realiza una curva siguiendo la sinuosidad de la línea de costa


Y nos ofrece nuevas e inolvidables vistas de Illa Pancha


Nos acercamos al promontorio ante el faro, desapareciendo la isla a nuestra vista momentáneamente


Pequeñas calas al pie del camino...



Tal que una pequeña playa de regodones y cantos rodados...


Aunque la isla desaparece a nuestra vista los dos faros siguen siendo nuestra referencia visual


Vemos también la carretera que sube hacia ellos desde el puente


El paso por el puente, eso sí, está cortado, empleado únicamente como servicio al faro y al hotel


O Miradoiro da Illa Pancha, con su llamativa estructura, también nos sirve de referencia visual


Forma parte, junto con el de O Cargadoiro, capilla de San Miguel (sobre Porcillán) y otros de la llamada Ruta de los Miradores de Ribadeo


Su hechura tiene forma de faro y desde él se divisa un gran paisaje de buena parte de la costa cantábrica entre Asturias y Galicia


Desde esta curva vuelve a aparecer a nuestra vista parte de la isla...


Pero el puente está tapado a nuestros ojos. Lo veremos desde arriba prontamente


Tras pasar la curva y caminando este tramo en dirección oeste vemos las naves frigoríficas de Aromar, empresa fundada en 1980 para almacenaje de productos frescos y congelados


Su situación, posición y tamaño las hace también un gran referente visual desde muchos kilómetros a la redonda y bastantes millas marinas mar adentro


Frente a ellas hay un cruce: el Camino, la Ruta do Cantábrico, sigue a la izquierda, pero no sin antes, naturalmente, visitar Illa Pancha


Y por ello, tomamos primeramente la dirección al mirador y al faro


Así nos lo señalan estos indicadores


A 300 metros de Illa Pancha, a 9,2 de Rinlo y a 17, 2 de As Catedrais por esta senda costera


Aquí,al final de la Estrada do Faro, zona de aparcamientos


Seguimos todo recto, en suave ascenso


Césped y más suelo enlosado...


En lo alto otra pequeña explanada y más aparcamientos


El camino, ya peatonal, sigue a la izquierda hacia O Miradoiro y el vértice geodésico. Al fondo a la derecha asoma de nuevo el faro antiguo


Y abajo a la derecha queda la carretera que va hacia la isla


A la izquierda el vértice geodésico


Estamos en lo más alto del promontorio


A nuestros pies Illa Pancha


Un muy romántico mirador sobre la mar océana...


Enfrente Illa Pancha con sus dos faros, el antiguo, a la derecha, actual hotel como hemos dicho, y el nuevo, inaugurado oficialmente el 1 de octubre de 1983


Es una torre cilíndrica de hormigón de 3 metros de diámetro y 12.70 de alto, pintada con franjas blancas y negras. Su luz tiene un alcance de 21 millas náuticas


El foco está a 13 metros del suelo y a 28 sobre el mar, siendo algo más alto que el anterior



Al anochecer empieza a emitir los primeros destellos...


En 1993 se instala un sistema eléctrico de reserva con baterías para suministro de corriente en caso de fallo en la red, siendo además monitorizado para ser supervisado desde un puesto de control en Ferrol



En un principio en el antiguo faro se instalaron dos grupos electrógenos de emergencia y una vivienda para el técnico que estaba a su cargo



 El viejo puente de madera fue sustituido por el actual, de hormigón, reforzado en 2004



En 2002 se actúa para recuperar todo el entorno del viejo faro y en 2006 se sustituye en el nuevo el equipo de reflectores del nuevo por una linterna de óptica giratoria con paneles Fresnel y cambiador de lámpara principal y otra de reserva de 70W


El proceso para hacer del viejo un hotel comenzó en 2014, no sin oposición vecinal


Vamos a mirar ahora al este, toda la boca del gran estuario


Primeramente A Punta da Cruz pero, más allá, en Asturias, otros cabos se adentran más en el mar


A Punta da Romela, con las islas de este nombre, rocas en medio del mar. A lo lejos Tapia de Casariego, por donde viene la llamada Variante de Tapia en el Camino Norte, sin duda la que trae el mayor número de peregrinos


El precedente de la actual villa de Tapia es el castro de El Toxal, uno de tantísimos castros costeros existentes en esta franja del litoral, no pocos vinculados a vetas auríferas que también explotarían, a su llegada, los romanos. su puerto natural


En el extremo de Tapia destaca su faro, inaugurado en 1859 con ampliaciones en 1922 y 1962, en la Illa de Tapia, isla enfrente del puerto, unida a tierra por un malecón y a la que se añadió un buen dique de abrigo, ante el islote de El Hórreo, que vemos más a la izquierda


A la derecha hay un promontorio, Os Cañóis, donde en 1780 se emplazaron piezas de artillería para la defensa de puerto y plaza



En la alta Edad Media se documentan los monasterios de San Esteban y San Martín de Mántaras, fundamento de dos jurisdicciones parroquiales que en el siglo XIII empezarían a llamarse Tapia, topónimo relacionado con el "Puerto de las Tapias", denominación antigua basada en los cerramientos que protegían las fincas del salitre y la arena


En relación con las peregrinaciones no hemos de olvidarnos del extinguido Hospital de Peregrinos de San Esteban de Tapia, con casa de planta alta y huerto, una cama para romeros y otra para sacerdotes mas una caldera de cobre en la que se hacía la comida. Su mantenimiento se basaba en cuatro chupines de pan, un ducado, un ferrado de trigo y limosnas de los feligreses. Era propiedad del vecindario y su usufructuario, Juan Fernández de Salave, había de dar posada a los peregrinos que lo solicitasen. En nuestros días sus sucesor es el actual Albergue de Tapia


Tapia de independizó de Castropol en 1863 merced a la influencia de Fernando Fernández-Casariego, marqués de Casariego desde esa fecha. Por su parte, San Esteban y San Martín de Mántaras fueron unificadas definitivamente treinta años más tarde, en 1892, haciéndose entonces un nuevo templo de estilo neogótico, cuya torre-campanario podemos divisar, cuyas obras empezaron en 1896 impulsadas por Fernando Pérez-Casariego con fondos propios, aportaciones populares y del obispado


Un poco más acá de Tapia está la Punta A Reburdia, entre las playas de Os Campos y A Palomba, llamada por los marineros Punta del Zarredo, existiendo una zona de bajos marinos muy percebeira. El verde promontorio fue edificado densamente para viviendas vacacionales con el llamado Plan Entreplayas a partir de 1969

Son las de Tapia las playas del Home Marín, mito común a muchos lugares de la costa cantábrica, el hombre-pez o humano-anfibio de los océanos, presentado siempre de forma monstruosa, habitante de las cuevas de los acantilados y los arenales, sátiro y malicioso, con el que antaño se metia miedo a los niños para que no se acercasen al arenal cuando subía la marea.

La Variante de Tapia se dirige aquí por Villamil, Playa Penarronda y Villadún, si bien hay una senda costera que, si bien dando más rodeo, recorrer todo el litoral costero y los acantilados de esa parte asturiana de la ría


Esa senda bordea el Aeroclub Arnao y pasa junto a otra de las balizas del estuario, en la zona de El Caleiro, Un poco más al interior Serantes, donde hubo hospital de peregrinos


Al pie de las montañas costeras van los caminos jacobitas del interior, uno hacia Figueras/As Figueiras, otro hacia Castropol, y un tercero a Vegado/A Veiga, el que pasaba a Galicia por Abres y Trabada


Otra vista de la Playa de Arnao


La baliza de As Carraias



Arroxo y A Atalaya. A lo lejos A Piñeira, en el camino a Casropol y el Alto de San Marco, bajo el que pasa el que se dirige a Vegadeo/A Veiga. Todo un abanico de históricas sendas que se abren para cruzar esta ría por diferentes lugares


Máss cerca, A Pena dos Apóstolos, por donde hemos venido


Y ahora vamos a mirar de Illa Pancha al oeste


El vértice geodésico nos sirve de referencia una vez más. Muy cerca vemos la Praia de Rocas Brancas, donde desemboca el Rego de Vilaselán, que nace en As Fontes do Lobo, en los montes costeros



Cierran la playa al oeste los acantilados de A Pasada da Insua, A Punta Niño do Corvo y O Penedo da Insua. En ese promontorio está el paraje de Os Castros hay otro castro galaico, el de As Grobas, junto al que pasa el camino y podremos visitar recorriendo su sistema defensivo de fosos


Mirando hacia esa playa y ensenada, con los cordales costeros al sur, vamos de vuelta a la carretera atravesando esta gran campera


Cruzamos el sendero que se dirige a Rocas Brancas y seguimos de frente prado adelante en dirección sur


Vamos a ir hacia las naves frigoríficas de Aromar, de las que hablábamos antes


Paisaje de azul y verde...


La senda costera nos lleva ahora a la izquierda, bordeando los acantilados


Podemos atajar por aquí...


Área recreativa con bancos y mesas de hormigón


Las gentes toman el sol en la fresca campiña...


Y salimos de nuevo a los aparcamientos por donde subíamos a O Miradoiro


Salimos al cruce de la Estrada do Faro o Carretera del Faro


Y en él tomamos a la derecha la carretera local LU-140


Portón de acceso a la finca de las naves frigoríficas y señales de la Ruta do Cantábrico


Subimos levemente junto a ellas


A lo lejos, al sur, reconocemos los barrios de Vilaselán y en la distancia, aún más allá, la línea de edificios del casco urbano de Ribadeo


La zona de expansión urbana de la población, con grandes bloques de pisos...


Más cerca, algunos barrios de Vilaselán: O Espín, A Senra, A Igrexa, O Outeiro...


Sobre los edificios de la zona urbana, destaca, a la izquierda, una construcción muy especial


Es la cúpula de la Torre dos Moreno, en O Cantón, construida en 1911 donde estaba la vieja muralla de la villa, donde estaba precisamente la Porta da Vila, paso al campo de este nombre, gran plaza en torno a edificios y antiguos monasterios, entrada y salida de la población, por donde sigue, hacia San Lázaro, solar de la antigua malatería de leprosos, y Ove, el trazado oficial del Camino Norte


Dejamos así la gran finca de las naves frigoríficas


Y continuamos en dirección sur, como volviendo, aparentemente solo, a Ribadeo


Inmensa y llanísima pradería de Campo Redondo



Campiña que se extiende hacia las casas de A Torre, en Vilaselán, un lugar, como Ove, en este mismo concello de Ribadeo, y otros de los costa cantábrica, donde existieron molinos de viento para aprovechar los fuertes aires mariñeiros 



Por allí, a lo lejos, vemos el arranque gallego de A Ponte dos Santos



Son las arboledas entre O Cargadoiro y el Forte de San Damián, por donde pasa la Estrada do Faro



Es el camino que hemos seguido para ir a Illa Pancha


Justo de frente a nosotros As Casasa de Abaixo


En el cruce seguimos de frente por la carretera LU-140


Una larga recta por la rasa costera ribadense


Otro cruce y de frente también


Fijémonos en la casa labrega a nuestra izquierda


Tiene en torno a ella y sus dependencias un alto muro, que sin duda la guardaba y guarda en esta gran llanura, expuesta a los cuatro vientos


Fijémonos ahora en el cabazo, el hórreo típico de esta zona de Galicia, con sus picos en el techo


Y también un depósito de agua, a manera de aljibe para la lluvia, en su tejado de pizarra


Pasamos delante pues de la casa...


Bordeamos la finca en esta curva


Y mucha atención pues en este cruce dejamos la carretera LU-140 y tomamos el ramal que baja a la derecha


Enfrente, estas señales nos lo indican


Ruta a Rinlo y Praia As Catedrais


El poste de la Ruta do Cantábrico nos lo confirma


Bajamos así al Rego de Vilaselán


Este es el puente sobre el rego


Un pequeño arroyo que corre a desembocar en la Praia de Rocas Brancas


Luego volvemos a subir


O Espín, cruce de caminos: seguimos de frente toda la recta


Paisajes del agro gallego en una zona ya eminentemente rural y ganadera


Un poco más de cuesta...


Como alguien dijo, "estos caminos no son tan llanos cuando se hacen andando"


A nuestra derecha las instalaciones de la Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Ribadeo


A la izquierda otro antiguo caserío de O Espín


Aquí el cabazo, de tejado de pizarra, está adosado a la casa, de tejado de teja


Vallado de la depuradora...


Salimos a los prados de la mariña


Otra pequeña cuesta


Maizal en verano...


Pinares...


Encrucijada: nosotros siempre recto


A la izquierda otro de los postes señalizadores de la Ruta do Cantábrico, que estamos siguiendo


Y más allá el castro As Grobas, cuyo topónimo está vinculado a la palabra gallega que designa a las fosas, esto es sus antiguos fosos defensivos, que vemos desde aquí, milenario poblado fortificado galaico en estas costas plagadas de numerosos puertos naturales desde tiempo inmemorial, desde donde se comerciaba con todo el orbe atlántico. A su lado sigue la ruta a Rinlo...


























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