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domingo, 24 de abril de 2016

LA VILLA, LA POLA DE MALIAYO (1) EL PARQUE BALLINA Y EL AYUNTAMIENTO: ANTIGUO ARRABAL DEL MERCÁU VIEYU (VILLAVICIOSA, ASTURIAS)

 

Este es el Ayuntamiento de Villaviciosa, edificio construido aquí entre 1902 y 1906, en el antiguo arrabal del Mercáu Vieyu, que por entonces había pasado a ser la Plaza de Pidal, trasladado de su sede anterior en la calle Sol, dentro que lo que fue el recinto amurallado por la desaparecida cerca que rodeaba La Villa, la antigua Pola de Maliayo. Más antiguamente y según costumbre, el lugar de reunión del concejo vecinal había sido el pórtico de la iglesia parroquial de Santa María del Conceyu, de ahí su nombre, también dentro del recinto de aquella antigua puebla medieval fundada en 1270 por Alfonso X El Sabio, a la que el antiguo Camín Rial, procedente de Colunga, llegaba aquí, un espacio por entonces muy diferente, viniendo de Les Caleyes (siguiendo la ribera de La Ría) por la actual calle Cervantes (izquierda de la foto), que es por donde está señalizado actualmente el Camino de Santiago

Calle Cervantes, con el Ayuntamiento al fondo. A la derecha el ensanche

Era este el Camino principal seguido por los viajeros, arrieros, peregrinos y demás transeúntes de antaño para entrar en la villa por el este, totalmente urbanizado en la actualidad, por donde se trazó a partir de mediados del siglo XIX la nueva carretera de Colunga, en este tramo sobre el Camín Rial, y a cuya derecha se hizo posteriormente uno de los dos ensanches villaviciosinos, hacia donde creció La Villa fuera de su núcleo originario intramuros, al que se entraba por la Puerta del Mercáu Vieyu, una de la cuatro de la antigua muralla. Esta ancha acera, L'Acerona, forma parte de las reformas urbanísticas de la década de 1920, al igual que el Parque Ballina, hecho en lo que eran las plazas de Libertad y Padilla, antes plazuelas de Peón y Balbín

En el campo preexistente, con sus hórreos y paneras, se celebraba el mercado, trasladado a este lugar desde el que se celebraba desde la Edad Media en El Cruceru, la histórica plaza del mercado en el centro de la vieja pola, que se hizo pequeño al aumentar gentes y transacciones. Posteriormente también será trasladado de aquí al otro extremo de La Villa, al arrabal de Fuera'l Cañu, al otro lado de la puerta de este nombre de la antigua muralla, situada al sur

Estos terrenos pasaron a ser de La Villa en 1892, justo una década antes de iniciarse las obras del Ayuntamiento, al ir creciendo hacia fuera con dos ensanches, a cada lado de la actual plaza, la  viaja pola intramuros. Hasta entonces pertenecían a la parroquia de San Vicenti la Palma, que fue extinguida, pasando una parte a incorporarse a La Villa, como se conoce de siempre a Villaviciosa capital, diferenciándola del concejo, y otra a la vecina parroquia de Fuentes

Aquí las conchas y flechas amarillas nos indican seguir por L'Acerona hacia la Plaza del Ayuntamiento, sin embargo nosotros vamos a proponer dirigirnos a ella recorriendo este emblemático parque villaviciosino, donde también estuvieron la Casa del Arcediano y el Palacio de Caveda, que fueron demolidas. La primera ya había sido adquirida por un particular, Bernardo Corripio, para edificar, mientras en el palacio estaban por entonces las oficinas de Correos

El Parque Ballina se extiende pues detrás del edificio del Ayuntamiento de Villaviciosa, que vemos al fondo entre los árboles. El arquitecto Juan José Pedrayes Obaya nos dice en su libro Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, que la primera propuesta para construir un "parque de invierno" en lo que ya era el nuevo centro de La Villa, fuera ya de aquella de su núcleo medieval, aparece en el año 1922 en el semanario Pan y Paz, proponiendo para hacerlo una financiación mixta, mediante suscripción popular, aportación municipal y contribución de los propietarios de la obra, además, para evitar las reticencias de los herederos del erudito José Caveda a demoler su palacio familiar este semanario propuso dedicarle un busto en este nuevo espacio verde

A la derecha, como hemos dicho, se edificó uno de los dos ensanches villaviciosinos a partir de esta carretera y se su paralela por el oeste, la calle de la Magdalena, abierta a partir del solar de la arruinada capilla de esta advocación, donde se inauguró en 1911 el Ateneo Obrero. Todo comenzó con la compra por parte de varios vecinos, y posterior parcelación y edificación, del llamado en los documentos "Prado de Balbín" en 1885, naciendo un nuevo barrio, Robledo, apellido de la familia promotora, de casas urbanas y dos fábricas, la Sierra Mecánica de Sacramento Cangas y la fábrica de sidra La Tierrina

En esta parte que mira a la antigua carretera de Colunga estaban las casas de los propietarios de dichas casas obreras, aún queda alguna aunque en buena parte han sido sustituidas por edificios de pisos construidos a partir de los años 1970. En ensanche ya había quedado configurado urbanísticamente en 1897, si bien en 1900 Sacramento Cangas representó a los vecinos en una queja para que el Ayuntamiento aplanase y acondicionase sus calles (la de la Magdalena y dos transversales), incorporándolas de manera efectiva a la red viaria de la nueva población que crecía por esa parte, cosa que el consistorio realizó al año siguiente

En el parque, pasamos ahora al lado de la escultura "Exaltación de la Manzana", un gran sombrero del que salen enormes manzanas, obra de Eduardo Úrculo. Es un homenaje a José Cardín Fernández, presidente que fue precisamente de Valle, Ballina y Fernández, empresa fabricante de Sidra El Gaitero, auténtica institución villaviciosina y asturiana

José Cardín era sobrino de Obdulio Fernández Pando, quien se puso exitosamente al frente de la fábrica en 1895, cuando dos de los fundadores, Eladio del Valle y Ángel Fernández abandonan la sociedad y le transfieren sus derechos. En la actualidad la Fundación José Cardín mantiene vivos su memoria y legado

Los Fernández de Villaviciosa eran una familia de emigrantes y emprendedores. Precisamente en 1928 los hermanos Bernardo, Luis y Norberto de la Ballina Fernández tuvieron la iniciativa de construir este parque, cuyo proyecto llevaba unos años paralizado, contándose para ello también con la cesión de los terrenos detrás del llamado Ferial, a principios de esa década. Bernardo, alcalde de Villaviciosa, fue un gran transformador de villa y concejo. De él escribe también Pedrayes Obaya:
"La dictadura de Primo de Rivera, tan aplaudida en sus primeros años en toda España (y por supuesto en nuestra villa), sirvió aquí para llevar a la alcaldía a un hombre vinculado a "El Gaitero" -Bernardo de la Ballina- que unía a su prestigio personal e inteligencia, el apoyo de los emigrantes americanos. El pueblo cansado del anterior sistema caciquil, acogió con agrado este cambio que además fue plasmándose en hechos concretos: traída de aguas, escuelas, parques, mejoras..., elementos ciudadanos que hoy son definidores, en gran medida, de la imagen urbana de Villaviciosa"

En 1924 la construcción de este parque se había estancado, si bien en 1925 el Ayuntamiento compró a Bernardo Corripio la antigua Casa del Arcediano antes mencionada, "según precio a convenir y conseguir de un banco una cantidad de 60.000 pesetas al 5 ó 6 por ciento de interés", dice Pedrayes Obaya:
"Sólo el banco Gijonés de Crédito facilitaría la cantidad aunque las condiciones no son aceptadas por el Ayuntamiento, por lo que antes estas dificultades la Corporación desiste de llevar a cabo el proyecto, oficiando a D. Bernardo Corripio para que continuase las obras de construcción de su edificio"

Con el patrocinio de los hermanos de la Ballina Fernández que desatascaron el proyecto, se encarga a Arturo del Fresno, fotógrafo y profesor de dibujo en el Ateneo Obrero, realizar un boceto del trazado del parque, que incluía este paseo lateral de la calle Cervantes, de 7 metros de ancho, ensanchándose al otro lado con el camino del Mal Tiempu y 109 metros de largo, que pasaría a ser conocido como L'Acerona, llegando hasta la Plaza de Pidal, actualmente del Ayuntamiento y popularmente del Güevu

Al parque se accede fácilmente desde L'Acerona, por varias entradas de pocos peldaños. Su superficie sería de 3.738 m² y el mercado de ganados, que estaría detrás, sería ampliado de 6.390 m² a 7.661


Varios paseos interiores lo recorren, nosotros optamos aquí tomar el de la izquierda para ver dos elementos notables, la pérgola y el estanque, desde donde pasaremos al Ayuntamiento y su plaza


La Ruta de la Manzana y la Sidra recorre el parque dentro de un circuito por el casco urbano de La Villa. Al fondo vemos la pérgola, que en un principio, cuando las obras del parque arrancaron en el otoño de 1928, se acordó hacer un banco en el que se colocase una placa en honor de los benefactores que posibilitaron su construcción, un acuerdo de la Comisión Permanente que, en otra reunión, decidió sustituirlo por dicha pérgola


En su libro sobre el urbanismo de Villaviciosa a lo largo de su historia, Pedrayes Obaya llama la atención por la carencia de un kiosko de la música, ya solicitado en los primeros trámites y reiterado en 1926, pero parece que el parque no disponía de demasiado espacio para él, o bien la existencia en La Villa de un kiosko móvil desde principios de siglo solventaría esa cuestión


Acercándonos al busto del pintor Guillermo Simón vemos, más allá de la pérgola, los edificios del otro extremo de la Plaza del Ayuntamiento. Por allí bajaría en tiempos la llamada Riega del Mal Tiempu, por esta parte llamada del Pedregal, pues nace en la fuente de este nombre. Se dice se llamaba así porque solamente llevaba agua cuando llovía, pero de todas formas sería la suficiente para hacer funcionar un molino, El Molín del Mal Tiempu, tirado en 1869 cuando ya llevaba tiempo en estado de ruina. La riega, ahora canalizada y subterránea, pasa al lado del edificio consistorial y desemboca en La Ría en El Salín


Más allá de busto vemos el Centro de Salud de Villaviciosa, bajo las boscosas faldas del Monte Agüelle, estribaciones del Monte Cubera, símbolo natural y totémico de Villaviciosa


Detrás, zona de juegos del parque infantil y  casas de la calle Manuel Álvarez Miranda. El escultor Manuel Cuadra es el autor de este busto dedicado a pintor villaviciosino Guillermo Simón Sánchezartista vocacional y autodidacta nacido en Villaviciosa en 1917 y fallecido en 1981


Pintor "prolífico a la hora de recoger los múltiples y ricos matices del paisaje del Principado", como escribía la periodista Mariola Menéndez en su artículo para La Nueva España del 25-7-2011, titulado Treinta años sin el "pintor de lo asturiano", en el que repasa su biografía:
"Él mismo acostumbraba a decir, según recogen las crónicas de la época, que fue la naturaleza la que le enseñó todo lo que sabía, su única maestra. Se guió de su intuición y se dejó asesorar por algunos libros.
Su hijo Fernando Simón apunta que su padre «inició su carrera artística a los 14 años, después de conseguir el primer premio escolar regional con un dibujo de un cuadro llamado "Esfoyaza"». La reproducción en óleo de esta obra le hizo merecedor del galardón de otro certamen regional. En 1960, sus pinturas volvían a ser distinguidas y llegaba al Centro Asturiano de Madrid. 
Fueron múltiples los premios, reconocimientos y elogios que cosechó en su trayectoria. Fernando Simón resalta que parte de su triunfo se debió a su esposa, Maruja Rodríguez. Ella, además de encargarse de la prole, llevaba las riendas de la agencia funeraria que regentaba la familia y por la que no sentía demasiada predilección el artista, más aficionado a sus lienzos. Su hijo recuerda que solía decir que se movía entre la vida, que era la pintura, y la muerte, su empresa mortuoria. También tuvo un comercio de molduras y materiales artísticos en Villaviciosa."

Su gran obsesión se dice fue la de captar la luz de Asturias y sus infinitas variaciones a lo largo de un mismo día, según los condicionantes meteorológicos, que le dan una gran variedad cromática, la cual le apasionaba. Sintió, como el también gran pintor Humberto Alonso, gran predilección por La Ría, pero recorrió toda Asturias, del mar a la montaña, buscando inspiración para sus cuadros:
"Quienes le conocieron también destacan su «extraordinaria calidad humana» y estaba preocupado siempre por mantener el contacto con la calle. Éste fue el motivo que le llevó a arriesgar y plantarse con su obra, rompiendo esquemas, en la plaza de la Escandalera de Oviedo en 1961, hecho que recogía LA NUEVA ESPAÑA el pasado 11 de junio en su apartado de «Hemeroteca». De él se destacaba su apariencia bohemia y su iniciativa tuvo un gran éxito y repercusión.

El artista sí pudo ser profeta en su tierra, ya que en mayo de 2007 Villaviciosa nombraba una de sus avenidas «Pintor Guillermo Simón». El reconocimiento se completaba con un busto en su honor en la plaza de Obdulio Fernández, a los pies del emblemático teatro Riera de la localidad. La escultura fue trasladada al parque de la Ballina por el anterior alcalde, Manuel Busto, sin demasiada conformidad por parte de la familia."

Cuando falleció, el 25 de julio de 1981, estaba en plena madurez artística y era denominado pintor de lo asturiano por los críticos y periodistas:
"La de Simón era una pintura sencilla y espontánea, que se inspiraba en la belleza que el paisaje asturiano le regalaba y con la que preñaba sus pinceles y lienzos. Aseguraba que su arte era la mejor forma de amar y conocer su tierra, porque su cometido no era otro que el de representar su realidad. Su mayor pasión era cogerse su equipo y salir a pintar, afición que han heredado tres de sus nietos: Guillermo y Noé Simón y Alejandro Rodríguez Simón."

Y, cerca ya del antiguo cauce de La Riega del Mal Tiempu, la pérgola, proyecto encargado por la comisión para la construcción del parque al arquitecto Mariano Marín de la Viña, realizado luego por la Casa Gargallo e inaugurada con motivo de las fiestas del portal de 1929, poco después de la recepción de las obras por parte del alcalde Bernardo Corripio, sustituyendo este a Bernardo de la Ballina, gran promotor de los cambios urbanísticos de la época, que fallecía pocos días después


Y esta es la placa honorífica en favor de los benefactores que hicieron posible este parque


Enfrente, y mirando a la fachada posterior del edificio del Ayuntamiento de Villaviciosa, fuente con estanque, donde los azulejos cerámicos con filigranas son el material predominante, como en la pérgola


Más atrás de la pérgola, el antiguo mercado de ganados fue ampliado y se le dotó de un laboratorio municipal al mismo tiempo que se construía el parque, proyecto también de Mariano Marín, arquitecto asesor del concejo


En medio de la fuente, sobre una roca, la escultura de un niño jugando con una anguila, de cuya boca mana el agua


En el año 2016 una anguila precisamente fue noticia al comerse un patito del estanque de los patos, sito unos metros más allá. Así lo contaba La Nueva España, a fecha 26 de mayo:
"La pata y los patitos del parque de La Ballina, en Villaviciosa, que el fin de semana habían sido la atracción de los niños maliayeses y que habían desaparecido después de que el sábado una anguila se comiese a uno de los polluelos, han sido hallados

Visto el peligro que suponía quedarse en el estanque, la familia se ha trasladado a la ría, para lo cual tuvo que recorrer una gran distancia"

Parece todo una reminiscencia de cuando La Riega del Mal Tiempu pasaba por aquí, con toda su fauna fluvial y piscícola. Ese arroyuelo tuvo en tiempos sus importancia en Villaviciosa, ya que en su desembocadura fue empleado por los artesanos curtidores para pelar y limpiar los pellejos del ganado, pasando allí por eso a ser llamado El Pelambre, como se conoció luego a toda una zona de La Villa, hacia donde creció en las primeras décadas del siglo XXI, construyéndose otro gran parque


Antes de que discurriese subterránea la riega era pasada sobre un puente para entrar o salir de La Villa por la parte de la Puerta del Mercáu Vieyu. Cuando se soterró, no todos estuvieron de acuerdo pues Plácido Jove y Hevia, desde 1879 Vizconde de Campo Grande, llegó a escribir:
 "Pude observar que las deliciosas huertas estaban muy mermadas por las carreteras anchas que habían invadido el pueblo, y que padecían al mismo tiempo alguna sed, porque se había querido esconder el arroyo llevándole por un subterráneo y él, enojado, no se prestaba al riesgo (...)"

Hoy en esa antigua ribera de La Riega del Mal Tiempu, o por aquí Riega del Pedregal, se encuentra ese otro estanque, el de los patos del episodio de la angula y la familia de coríos, con árboles, plantas acuáticas y casetas para los animales. Al fondo, la casa de la Sidrería El Benditu, al lado del camino que sube a El Pedregal, donde nace la riega, así como a San Vicenti, la cabeza de la parroquia de la que fue hasta 1902 la parroquia de San Vicenti la Palma. En esta sidrería, de Emilio Álvarez Piniella, el historiador y experto gastrónomo Luis Antonio Alías ensalza la labor de su yerno, el chef Fernando Rodríguez Onchadiano, y así lo refleja en la sección gastronómica Yantar del periódico El Comercio en artículo publicado el 18-4-2018 dedicado al Mar Amé, otro establecimiento que abrió Fernando en Rodiles, también concejo de Villaviciosa:
Fernando posee rodajes que le acreditan en guisos de mercado a fuego lento, e hizo previamente del Benditu de Villaviciosa una sidrería de vanguardia. Antes de seguir informemos de que Fernando llegó a nuestra región de su Bilbao natal, por aventura, con dieciocho años, y también que, sin antecedentes, un día decidió convertirse en cocinero: «La vocación apareció de pronto, por enlace de casualidades, y una vez llegó creció y persistió guiando cada uno de mis pasos profesionales», explica. 
Unos pasos que ya forman camino largo, con etapas dignas de mención: carrera en la escuela de hostelería ovetense y prácticas con la indiscutible crème de la crème asturiana: Nacho Manzano, Gonzalo Pañeda, Pedro Morán, Isaac Loya, Alejandro Urrutia o Nieves García. 
«Cuando acababa de lograr una estancia junto a Pedro Subijana, me surgió la aventura chigrera del Benditu. Y la preferí. Necesitaba independizarme para preparar platos que me sedujeran y sedujeran a otros», comenta. 
Allí le conocimos. Se enfrentó a un local muy antiguo, entre los más de la capital maliaya, llamado al completo El Benditu se va de Pesca, y reunió a jóvenes y menos jóvenes después de acometer un remocicado general. 
Aparte de potes, planchas y parrillas, había demanda de sopa de oricios (y ahí sigue con manzana, torreznitos ibéricos, yema cuajada en soja y salicornia en tempura, puro pecado contra el sexto), de fritos de bacalao en tempura de ajos tiernos, de bocartes rellenos de gamonéu, de pitu con kikos y tomate al curry, de puerros fritos con salsa de soja y copos de bonito, de lomo de cabrito del Sueve a baja temperatura en crema de ahumado de Pría, de pixín relleno de centollo o –deslumbrante pincho que ganó el primer concurso del concejo– de pixín relleno de centollo con crema de huevo líquido y ensalada líquida de la huerta. 
Al tiempo, Emilio, su suegro, conocido diseñador de joyas y orfebre, disponía del actual edificio que construyeran sus padres Marcelino y Amelia ('Mar Amé') y convirtieran en restaurante. Retirados ellos, pasó por sucesivas manos, tuvo altos y bajos, quedó de pub cervecero (La Burla) y vivió momentos reposados y momentos canallas: su recuerdo entre sesenteros moteros y alternativos que aún hoy escuchan a Barón Rojo mientras dan un paseo con los nietos."

A la derecha de El Benditu, en los bajos del edificio del otro lado de la histórica calle del Mercado, está El  Furacu, otra sidrería glosada por Alías en su sección en Yantar para El Comercio y a fecha 23-9-2021, de la que extraemos estas suculentas partes:
"Cándido, el padre de Vicente Cambiella, lo abrió en la calle El Mercado hace noventa y un años, sin llegar a bautizarlo. Un chigre popular en el centro de la Villa no lo necesitaba: le bastaba el Ca Vicente. Pero 'Caballito', bohemio pintor de brocha gorda, le puso 'El Furacu', ya que tenía más parroquia que espacio. Por eso en 1947, viendo que el negocio marchaba a fuerza de honradez y potes suculentos y asequibles -con amigos pescadores y agricultores tiempos tan difíciles se salvaban- adquirió una cuadra y sus huertas donde ahora, frente a los jardines del ayuntamiento. Pagó 125.000 pesetas, una fortuna, y pensó por nombres en La Asturiana o La cuadra de Vicente, pero nadie abandonó lo de El Furacu. Y de oficioso pasó a oficial.
Vicente sustituyó a Cándido por ley de vida en 1979, y retomando empujes, edificó sobre los viejos cimientos un edificio nuevo con pensión en los pisos superiores, mientras el patio posterior, donde tantos, tantas veces, remojamos sardinas con culinos, agrupaba ochotes felices. Al comenzar los ochenta entró de ayudante Nare, muy jovencín, y desde el 2001, jubilado Vicente, el más orgulloso continuador de la historia. Una historia que Aurora, la cocinera, lleva escribiendo treinta años con plancha, horno, cazuela, ajada y salsinas, sus cambiantes y adecuados marcos para besugos, panchinos, barbadas, xulies, chopas, chipirones, parrochines, bocartes, y lo que mar y costa entreguen cotidianamente, de llámpares y andariques a merluzas y lubinas. Y sin olvidar potes, vacuno o gochín.
Nare recibe, atiende y nos traza la crónica de un Furacu que gana día a día, recto hacia el centenario, espacio y profundidad."

Calle abajo y pegada a El Furacu tenemos también la sidrería de Casa Mery, también protagonista en El Comercio de uno de los tan magníficos artículos de Luis Antonio Alías:
"El Xeitosa, que naciera churrería y chocolatería, y después lugar de comidas y encuentros, la tuvo siete años de alumna aventajada, y cuando por razones románticas cambió para Villaviciosa, gerenciaba, cocteleaba, escanciaba y servía con gracia y dominio. Allí la conocimos, en su primera Casa Mery. A su lado sigue Loli, cocinera fiel ahora reforzada por Patricia: Loli ejerce de veterana en todo el repertorio chigrero clásico, Patricia prefiere el papel de joven innovadora, perfecta concordancia. Y como también cuenta con Jose, su pareja, y Javier, otro activo en sala, los culinos se escancian ligera y acertadamente mientras saboreamos vieiras, zamburiñas o navajas con sus golpes de aceite y ajo mientras los jugos nos templan el paladar.
Destacadas en moluscos, no pierden honra ni puntos con el calamar a la plancha, ni con el cachopo tradicional o el de setas rellenas de marisco, ni mucho menos con el jabalí guisado o con la tortilla de bonito y el filete ruso. 
«Quiero recordar a la anterior propietaria, Ángeles Meana, desgraciadamente ya fallecida, una amiga extraordinaria en afectos y enseñanzas», subraya Mery Meana, un apellido de unión y continuidad sin lazos familiares a través de la sidrería que llevaba tal nombre. Cosas del destino."

Un apartado especial dedica Luis Antonio Alías al entorno más inmediato, el Parque Ballina:
"Casa Mery, alineada con otras importantes referencias de la hostelería local, mira para este pequeño y delicioso parque. El Camino de Santiago lo bordea del otro lado, y el peregrino sabrá aprovechar la sombra de sus grandes árboles, el frescor de su estanque, la original escultura del sombrero y las manzanas de Úrculo o la belleza decimonónica del noble edificio del Ayuntamiento."

Y, por supuesto, más allá, la Sidrería El Congreso o El Congreso de Benjamín, que en 2014 celebró por todo lo alto sus cien años de existencia y a su dueño, Benjamín Meana, se le hacía un homenaje dos años después, fundamento de esta entrevista, publicada el 21-11-2016, asimismo en el periódico El Comercio, y titulada Más de 30 años detrás de la barra:
"Estudió Ingeniería técnica industrial, pero Benjamín Meana siempre tuvo claro que su lugar estaba detrás de la barra de la sidrería El Congreso. Ahí ha pasado los mejores momentos de su vida profesional. La Asociación de Comerciantes de Villaviciosa ha querido así reconocer sus más de treinta años de trayectoria en el mundo de la hostelería, aunque este maliayés lleve ya dos años de jubilación. «No me lo esperaba, pero estoy muy agradecido», asegura.

Su abuelo dio vida a la sidrería en 1914. Su intención era marcharse a Cuba, pero el inicio de la guerra en aquel país lo llevó a buscarse su futuro en Villaviciosa. En ese momento el nombre de la sidrería era Casa Benjamín, donde se «se reunía mucha gente distinta y se hablaba de todo. Un día, alguien dijo que aquello parecía el Congreso y así se quedó», recuerda Meana.

Fue ya en 1983, cuando tomó el relevo de su padre. «Tras acabar la carrera me salió un trabajo en Venezuela. Cuando mis padres vieron que podía irme me dejaron estar al frente de la sidrería», relata.

Desde entonces su vida giró en torno a la barra de ese local que tantos momentos inolvidables le ha dado. «Mi vida era esto. Estar en contacto con la gente. Fui muy feliz aquí», asegura.

Con los años, El Congreso se convirtió en un punto de encuentro para los habitantes de la capital maliayesa. Su éxito fue tal que llegaron a crear su propia fiesta: la de la resaca.

Su hija, ahora al frente

No sólo eso, sino que incluso José Luis Rodríguez Zapatero llegó a comer en la sidrería cuando era presidente del Gobierno nacional. «Era su primera visita a Villaviciosa. Un amigo mío que era concejal en León lo conocía y, después de un encuentro en Gijón, lo trajo a comer aquí. Es un hombre muy normal», recuerda.

Meana pasó muchas horas detrás de la barra, aunque siempre encontró un hueco para escaparse a la playa de Rodiles donde disfrutaba de un paseo y un chapuzón, una cita a la que no falta desde que tenía treinta años: «Se lo recomiendo a todo el mundo», dice.

Ahora es su hija Carolina la que está al frente del establecimiento hostelero maliayo, mientras Benjamín ocupa el resto de las tardes dando clases de matemáticas a su nieto"


Bordeando el estanque, nos dirigimos ahora al Ayuntamiento y su plaza, su construcción en la entonces plaza de Pidal, recién incorporada a La Villa, consolidó el nuevo centro urbano fuera ya, recalcamos, del recinto amurallado


Realmente, aunque la antigua casa consistorial seguía en la calle Sol, a donde se había ido a la vez desde el cabildo de la iglesia parroquial de Santa María del Conceyu (su primera sede) en 1550, las reuniones del Ayuntamiento se habían desplazado, antes de 1845, al de aquella recién desamortizado convento de San Juan de Capistrano, sito en las afueras, con mayor espacio, pero se vio incapaz de mantenerlo, por lo que intentó vender para ello partes y materiales del mismo, siéndole denegado. De este estado de cosas explica en su obra Pedrayes Obaya:
"El Ayuntamiento se traslada al convento antes de 1845 y continúa destinándolo a usos variados. En 1850 consigue la plena propiedad, excepto la iglesia, aunque pronto el consistorio se ve incapaz de mantener un edificio de tal dimensión e inicia en 1853 las gestiones para obtener fondos para lograr su mantenimiento. Se pretendía la venta de algunas partes o piezas del mismo que no fueran precisas, para destinarlas a algunos servicios y no estuvieran comprendidas en aquellas reservadas por el Estado para alfolíes y otros usos. La venta sólo incluía los materiales que se obtendrían de la demolición ya que el solar no sería vendido. (...)

Esta gestión no debió de dar sus frutos o fue desechada por el Gobernador. Poco después la Municipalidad acuerda exponer a la Reina, vía Obispado, una solicitud para restaurar el Seminario de Predicadores. La petición surge tras unas misiones de dos padres franciscanos; grande debió ser su impacto en el pueblo o muy apurado estaba el consistorio en cuestiones económicas para renunciar a un edificio que estaba solucionando las carencias de equipamientos públicos de la villa"


En este cúmulo de circunstancias el edificio del Ayuntamiento en la calle Sol no fue abandonado, incluso se acometieron obras en él como la colocación, por entonces tan en boga en las consistoriales, de un reloj de sol que diese la hora a la población, muy necesario, eso sí, en una época en la que su uso no estaba tan extendido y por supuesto ni se habían inventado los de pulsera. Además, dada la lejanía del convento del centro urbano el edificio se volvió a usar para las reuniones ordinarias de la Corporación


Hacia 1860 se planteó por primera vez hacer un nuevo Ayuntamiento aquí, los grandes espacios, entonces en el extrarradio, del Mercáu Vieyu, dado el elevado coste de la restauración de la torre del reloj de la casa de la calle Sol, que tras 11 años en pie (instalado en 1849), ya estaba dando problemas, decidiendo al final demolerla, por lo que tuvo muy corta duración


Sin embargo, el asunto de la sede consistorial siguió como estaba, solamente se pretendió del ingeniero provincial que hiciese diseños de varios edificios públicos, uno el de un nuevo Ayuntamiento, pero sin precisar su ubicación, pues podrían ser lugares tan dispares como la Plaza de Balbín o el Hospital Sancti Spiritus, que albergó durante siglos pobres y peregrinos, y al que se planteó asimismo por entonces buscarle acomodo en las dependencias de San Juan de Capistrano, tal y como dice Obaya:
"En 1854 la Corporación ya cita al convento como posible destino del traslado del antiguo Hospìtal del Sancti Spíritu, que por aquel entonces llevaba una vida mortecina y era incapaz de cumplir su misión"

En 1887 se encarga un nuevo proyecto de casa consistorial al arquitecto Ignacio Velasco, pero habrá de esperarse a 1902 para llevarlo a cabo por falta de financiación, siendo entonces cuando se recurre al arquitecto villaviciosino Antonio Suardíaz Valdés la reforma pertinente del ya viejo proyecto. Este su por fin elegido y concretado emplazamiento era El Prau Casa Fernández, terrenos que estaban urbanizándose con vistas a hacer el mercado de ganados


La obras estuvieron a cargo de Manuel de la Ballina Montoto, según Pedrayes Obaya que la importancia dada a su construcción llegó a ser tal que el alcalde llegó a imponerse a la idea de varios concejales, que pretendieron aplazar la subasta de las obras en beneficio de la construcción de un ferrocarril de Sariegu a Villaviciosa, que nunca se llegó a realizar:
"Esto nos muestra la prioridad dada a la renovación urbana de la villa, incluso frente a la mayor aspiración que tenía en esos años el concejo: la construcción de un ferrocarril que lo conectase directamente con las cuencas mineras"

En este momento de nuestro recorrido por el Parque Ballina en dirección al Ayuntamiento estimamos importante hacer un inciso, ya que al pasar ante la fachada de El Congreso de Benjamín, sita a nuestra izquierda, queremos añadir que este dispone de albergue-hostel, muy empleado por peregrinos y veraneantes. En 1928 además, año de inauguración de este parque, se publicaba el libro Villaviciosa y su progreso, dedicado a ensalzar el concejo, su paisaje, paisanaje y todo su potencial. Sus autores, Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, dedican esta semblanza a El Congreso y a su fundador, mencionando primeramente a su antigua bolera, sin nombrarla:
"Era una necesidad en Villaviciosa disponer de un establecimiento de recreo, donde, a la par de saborear el rico zumo de la manzana, pudiera solazarse con el cultivo de los típicos y honestos juegos tradicionales y físicos que despiertan, entre los jugadores de destreza y habilidad, entusiasmos y vítores.

Benjamín Meana resolvió la necesidad y en plena Villa, frente a las Casas Consistoriales, estableció su negocio en buenas condiciones de gusto, higiene y pulcritud. En su establecimiento "El Congreso" es donde los bebedores encuentran sidra excelente y pura; en sus espléndidos comedores, las ponderadas meriendas y sabrosísimas comidas, con su departamento de toda clases de bebidas de las mejores marcas españolas.

"El Congreso" es en su tipo la casa predilecta, tanto por sus existencia como por su servicio esmerado y atrayente. Benjamín Meana ha hecho de su casa el centro de reunión más selecto de la Villa y viene, con gran acierto, sustituyendo la acción de un Casino, por lo placentero de su situación, las condiciones sus locales y lo bien presentado y servido de su negocio.

En "El Congreso" es donde el público tiene en todo momento selectas meriendas, no sólo para amigos, sino también para homenajes, bodas, etc.; los días de mercado sus comedores son invadidos por el público, porque este sabe que su mesa es la más abundante y nutrida y su precio económico. "El Congreso" es el establecimiento tipo medio entre el chigre tradicional y típico y el moderno y refinado restorán, con la doble ventaja de campos y jardines, alegría y gusto.

Si orgulloso puede estar Benjamín Meana con su negocio, Villaviciosa no lo está menos, pudiendo presentar un establecimiento como "El Congreso" que es uno de los mejores de la provincia."

Favoreció grandemente la ubicación aquí del Ayuntamiento el que no se hiciesen las casas de Eusebia Flórez Solares, cuya construcción fue solicitada en 1865 por su apoderado, presentando los preceptivos planos, sabiéndose se le dieron instrucciones para mejorar el proyecto


Se trataba de una línea de casas se iban a extender entre la carretera de Colunga (calle de Cervantes) al Camín del Mal Tiempu (calle del Mercado), pero se desconoce porqué las obras nunca se llevaron a cabo, habrían formado parte tal vez de un tercer ensanche de la antigua población, que añadir al de la calle Magdalena, a partir de la carretera de Colunga, a la derecha, y el del Prau del Cañu, a la izquierda del Camín del Mal Tiempu


Para construir el Ayuntamiento se procedió a vender el edificio del antiguo hospital de peregrinos Sancti Spíritus a la vez que el del antiguo consistorio de la calle Sol, incluyéndose ya ambos en el presupuesto de 1906, año en el que finalizaron las obras 


En el interior se hizo sitio también para el Juzgado de distrito, su estructura arquitectónica es ecléctica, une diferentes estilos y soluciones, de planta cuadrada y dos niveles de altura separados por una cornisa intermedia


En 2006, cuando se celebraron sus cien años de existencia, David Artime, corresponsal en Villaviciosa de El Comercio, publica, a fecha 11 de agosto, el artículo Cien años ante el Güevu, título relativo a la plaza que se extiende enfrente, parte del antiguo arrabal del Mercáu Vieyu:
"«Fíjate, la obra de este edificio costó 165.000 pesetas». El alcalde de Villaviciosa, Asensio Martínez Cobián, repasaba ayer éste y otros datos curiosos recogidos en el libro 'Centenario de la Casa Consistorial 1906-2006', que el gobierno municipal presentará el sábado, 19 de agosto, durante los actos del centenario del Ayuntamiento. 
Ayer, el regidor local recibió uno de los primeros ejemplares -se editarán 2.000- de este documento que recoge todos aquellos datos que se han recopilado sobre el edificio, desde la culminación de sus obras de construcción en 1906. Cuatro años antes, las dependencias municipales se encontraban en la calle del Sol, en el edificio que hoy ocupa el café de su mismo nombre. Fue en 1902 cuando el primer alcalde del siglo XX de Villaviciosa, Pedro Pidal Arroyo, encargó la construcción del mismo al arquitecto Ignacio Velasco, quien realizó una reforma de un proyecto anterior elaborado por otro arquitecto, Antonio Suardíaz Valdés, a finales del siglo XIX. 
El resultado de los trabajos, presupuestados en 88.942 pesetas, pero cuyo coste final ascendió a 165.000, fue el edificio que hoy ocupa la plaza del Güevu. El inmueble, a pesar de las reformas a las que fue sometido -la última en 1984-, sigue presentando la misma estructura básica que en el momento de su inauguración. Buen ejemplo es el salón de plenos. Una fotografía de 1911 lo muestra tal y como está actualmente, con la única diferencia de que la mesa del alcalde estaba colocada en lado opuesto al que ocupa hoy. Por lo demás, la estancia sigue siendo la misma. Hasta las sillas de los ediles son iguales. 
Éste es sólo de los detalles que recoge el libro. En sus páginas se incluye desde el expediente de construcción de la Casa Consistorial hasta su adjudicación y posterior publicación en el Boletín Oficial de Oviedo -actual Boletín Oficial del Principado (BOPA)- y la Gaceta de Madrid -ahora Boletín Oficial del Estado (BOE)-. (...) 
El trabajo no especifica si en los debates presupuestarios de antaño había la misma polémica que en los actuales, pero si detalla una lista con todos los presupuestos municipales de los siglos XX y XXI. En 1901 fue de 178.673 pesetas, y en 2006 ascendió a 1.586.275 pesetas. 
Datos, anécdotas y recopilaciones fotográficas que recogen visitas oficiales a Villaviciosa, como la que realizó Alfonso XIII, en 1918 o Felipe de Borbón, en 1991. Un libro que también permite conocer algo más de la plaza del Güevu, de las diversas corporaciones, de personajes célebres de la Villa, o de la participación del municipio en 1996 en el Gran Prix de TVE. 
En su elaboración participaron, además del mencionado Buznego, Etelvino González, Senén Ribero, Juan Basilio González, Pilar Suárez, Fernando Fernández Sánchez y la Consejería de Cultura, con una colaboración especial sobre el archivo histórico. 
Son los viejos recuerdos de un Ayuntamiento por el que no parecen pasar los años."

Otra construcción estuvo a punto de venir aquí, a algún lugar del antiguo Mercáu Vieyu entre la Plaza, el Ayuntamiento y el Parque Vallina, se trata de una propuesta del mismo consistorio, que como vimos aún no tenía claro donde erigir su nuevo edificio, para traer aquí un mercado cubierto cuyos planos habría de redactar, dentro de los mencionados encargos de edificios públicos para Villaviciosa, el ingeniero provincial


Ese mercado de abastos, la Plaza Cubierta, se haría posteriormente en el ensanche del Prau del Cañu o de Fuera'l Cañu entre 1901 y 1904, casi al mismo tiempo por tanto que el Ayuntamiento y, como este, constituiría un hito de la arquitectura y el urbanismo de la época


Y esta es la magnífica galería soportalada de la planta baja del Ayuntamiento. Al otro lado, la calle Cervantes, la carretera de Colunga, que avanzaba también paulatinamente desde que el mismo Ayuntamiento acometiese los primeros trabajos en 1854 y en 1873 el Estado se incautase de lo construido, prolongándose las obras bastantes años más, pues aún en 1882 estaba en marcha el proceso de expropiaciones


Cinco grandes arcos de medio punto forman estos soportales del Ayuntamiento, siguiendo un esquema constructivo muy similar a la de muchos ayuntamientos asturianos de entresiglos (XIX al XX). Las consistoriales porticadas son en realidad una característica muy propia de la arquitectura isabelina, que inspiró edificios como este


Aquí vemos cómo, con la construcción del Ayuntamiento en la antigua Plaza de Pidal, se estructura el centro urbano de Villaviciosa tal y como hoy lo conocemos, articulando los dos ensanches Villaviciosinos a partir del lugar donde estaría, al fondo en su vértice occidental, la Puerta del Mercáu Vieyu en la vieja muralla, desde donde, en este sector, se expandiría la población fuera de dicha cerca medieval


Esa puerta era secundaria en relación con la Puerta'l Cañu, al sur, y la del Puerta del Puente, acceso al Puente Buetes o Güetes, al oeste, sobre La Ría. Posteriormente la llamada Calle Nueva comunicaría la antigua población intramuros con esta zona, el Mercáu Vieyu


¿Cuándo se formó, extramuros, un arrabal, basado posiblemente en una actividad comercial (mercado), en este lugar?, es posible que muy pronto. Pedrayes Obaya, citando a otro gran medievalista, Juan Uría Ríu, comenta que ya en la baja Edad Media, para evitar sisas y tributos de la población intramuros, hay señales de ello:
"Uría Ríu nos da noticia de una queja del Concejo de Villaviciosa elevada ante el Consejo Real, donde protesta porque algunas personas para defraudar el pago de alcabalas se iban a poner "tiendas de paños y sedas, y tabernas y otras cosas y mercadurías para venderlas fuera de la villa", solicitando penas para aquellos que tuviesen tiendas en un cuarto de legua alrededor de la villa. Este caso indica claramente el desarrollo de los arrabales villaviciosinos por esas fechas y su relación con el desenvolvimiento del comercio"

Observamos desde la barandilla el gran triángulo de la plaza a partir del cual se extienden, a cada lado, los dos ensanches villaviciosinos. No obstante, su antigua forma, no triangular sino ovalada hizo que fuese llamada popularmente siempre Plaza del Güevu, un nombre que se deseó oficializar tras pasar por el del Generalísimo, si bien, no sin cierta polémica, se optó por el uso oficial de Plaza del Ayuntamiento, como leemos en el diario digital VillaviciosaHermosa de fecha 29-10-2008:
"En relación a la denominada Plaza Generalísimo, como ya se comentó, se mantuvo un amplio debate, con propuestas de muy variado sentido realizadas por todos los miembros, y con la intención de utilizar un sistema que fuera de la mayor objetividad posible, cuestión bastante difícil puesto que con un número amplio de representantes era lógico que existieran diferentes posturas, al igual que puede pasar en toda la población de Villaviciosa, lo cual debería dar lugar a buscar el mayor consenso posible. En este sentido se realizó una primera aproximación de los posibles nombres produciendo el primer debate las propuestas de denominación de Ayuntamiento, Conceyu, España, Güevu, Manzana, Mercáu Vieyu, Villa o Villaviciosa. 
En una segunda fase se avanza en el debate de elegir una propuesta entre los nombres de Ayuntamiento, Mercáu Vieyu, Güevu y España y es el día 27 de febrero de 2008 cuando se toma la decisión definitiva de la Comisión y se produce un descarte por eliminación tras sucesivos debates y votaciones en las cuales quedan descartados sucesivamente los nombres de España, Mercáu Vieyu y Ayuntamiento para acabar llegando al acuerdo consensual de la elección del nombre de Plaza del Güevu. 
Es de destacar que todos los nombres aportados llevaron consigo la debida argumentación y fundamentación por parte de los miembros de la comisión y su correspondiente debate, teniendo todos ellos argumentos a favor y en contra y adoptándose una decisión consensuada y, sino unánime, ampliamente mayoritaria. Los argumentos que se utilizaron para adoptar dicho acuerdo fueron los siguientes: -El Güevu es en la actualidad el nombre popular por antonomasia de la citada plaza. -Este nombre se puede considerar –después de medio siglo- un nombre tradicional –junto a Mercáu Vieyu, con menos uso actualmente-, lo que supone un dato importante, ya que en los puntos aprobados por la comisión como criterios a tener en cuenta figuraba dar prioridad a las denominaciones tradicionales allí donde existieran, como es el caso. -No es un nombre vulgar porque es utilizado por villaviciosinos de todas las condiciones sociales y niveles culturales. Tanto por los vecinos de la capital del concejo como los de la aldea. -No es un caso extraño, pues en otros pueblos y ciudades españolas figura ese nombre en sus respectivos callejeros. También en otros países, destacando por su popularidad el caso de Nápoles. -No es un término despectivo ni vulgar, ni la palabra ni sus múltiples significados lo son. -Hay personas de distintas tendencias políticas y formas de pensar que han defendido este nombre públicamente. -Además del popular, hay también un uso administrativo u ‘oficial’, al ser utilizado oralmente por las autoridades locales en comisiones y plenos, por figurar en numerosa documentación municipal, y en todo tipo de carteles y convocatorias de ferias, actos y eventos de diversa índole que se celebran en esta plaza, destacando los propios de las Fiestas del Portal. -Existe una encuesta realizada por la Federación Vecinal según la cual el 84% de las personas preguntadas prefieren este nombre sobre cualquier otro. -Excluido el resto de nombres, se valoró el aspecto del uso popular, la tradición y la personalidad del nombre, frente al caso Plaza del Ayuntamiento, su competidor en la última fase, más ‘gris’, y con nulo arraigo social. -Los nombres no afectan solamente a los vecinos de las calles o plazas que en ellas viven, sino al conjunto de los ciudadanos. 
Por otra parte debe mencionarse que a partir del momento de la decisión surge la polémica sobre el nombre adecuado, como es lógico porque es imposible adoptar una decisión unánimemente aceptada por toda la población de Villaviciosa, ante lo cual, se acordó invitar a dos representantes de los proponentes del nombre de Plaza del Ayuntamiento, asistiendo en su nombre Orfelina Pando Pedrayes y Amparo Alonso Hevia, que trasladaron las siguientes opiniones a la Comisión, favorables a su propuesta, en sesión celebrada con fecha 2 de abril de 2008: a) Todos los comercios defienden su propuesta b) No se tuvo en cuenta la opinión de la Asociación de Comerciantes (ACOSEVI), ni se incluyó en la Comisión. c) Recogieron 200 firmas a favor de esta opción d) La comisión solo pone nombres en asturiano y debería ponerse otros tan fáciles y claros como el de Ayuntamiento. e) Güevu no es digno además de que supone el hazmerreír no solo por lo que supondrá para las direcciones postales sino también por los motes para las personas que viven en la zona. f) La propuesta que debe hacer la comisión debe basarse en dos nombres. g) La propuesta de Ayuntamiento era la defendida por el fallecido Presidente, Aurelio Hevia Carmona, y en su honor también debería tenerse en cuenta. La Comisión, ante estas propuestas, respondió en dicha sesión con estos argumentos: a) La Comisión fue nombrada por el Pleno y su misión es proponer al mismo los nombres, reivindicando su carácter vinculante pero siendo el propio Pleno el que tendrá que tomar la decisión y asumir las responsabilidades que pudieran corresponderle por ello. b) La inclusión de la Asociación de Comerciantes en la Comisión tampoco fue solicitada hasta que habían pasado dos meses del trabajo y se adoptó la decisión de nombrar a la Plaza del Güevu. c) Sentido Común recogió 1400 firmas a favor de Plaza España y la Federación de AAVV hizo una encuesta en la cual salió un 84% el nombre de Güevu por lo cual no es cuestión de estadísticas ni de quien recoge más firmas d) La comisión no solo pone nombres en asturiano, habiéndose ya acordado en aquel momento Caveda y Nava, Agua o Avenida de España por ejemplo. e) Güevu puede ser tan digno como cualquier otro nombre porque debemos defender lo nuestro. f) La propuesta de la Comisión nunca fue la de dos nombres y nunca se pidió a la misma que lo hiciera sino que solo existieron referencias externas a la Comisión en declaraciones realizadas a los medios de comunicación. g) Aurelio Hevia defendía Ayuntamiento pero también asumía los acuerdos de la comisión como propios y así lo hizo con el acuerdo de la denominación de Güevu. Por todo ello, se ratificó el acuerdo por unanimidad de proponer la denominación de Plaza del Güevu, en dicha sesión de fecha 2 de abril de 2008. 
Por otra parte debe mencionarse que durante el trabajo sobre dicha denominación surgió la propuesta de estudiar si se mantenía el nombre de la plaza a las calles adyacentes, como ocurre en la actualidad, o denominarlas con otro distinto sin que ello suponga hacerle perder la importancia y la representatividad a la misma con propuestas como Cervantes, Poeta Ángel González, Manzana de Sidra o Mercáu Vieyu. Tras diferentes debates y aportaciones sobre la posibilidad de redenominar a las calles colaterales a la plaza central integrantes de la misma, se aprobó seguir nombrando a todo el ámbito de la plaza actual existente con una única denominación"

Si bien como vemos, en un primer momento se decide llamarla Plaza del Güevu oficialmente (denominación que impera en la práctica popularmente), se pasa después a llamarla Plaza del Ayuntamiento a nivel institucional, y así lo recoge la corresponsal Mariola Menéndez para La Nueva España con el artículo Contentos con la Plaza del Ayuntamiento, publicado el 31-10-2008:
"Los vecinos de Villaviciosa están satisfechos con la decisión adoptada por el Pleno municipal el pasado miércoles: la plaza del Generalísimo pasará a llamarse del Ayuntamiento. De esta manera se pone fin a la polémica vecinal suscitada por la propuesta municipal para denominarla plaza de El Güevu, nombre por el que se la conoce coloquialmente, tras la retirada del callejero de los nombres preconstitucionales. 
El origen de la polémica se remonta a la retirada de las placas de las calles con nombres franquistas. El Consistorio promovió entonces la creación de una comisión que tenía el cometido de revisar el callejero maliayés. Una de las propuestas más controvertidas fue la de que la antigua plaza del Generalísimo, un emblemático espacio público de Villaviciosa, adoptase el nombre de El Güevu, por el que se la conoce popularmente por la forma ovalada que anteriormente tenía. Pero esta denominación, a pesar de ser la más utilizada por los vecinos, fue rechazada por la mayoría de ellos. Por eso el gobierno no le dio luz verde. Incluso los comerciantes y vecinos de la zona empapelaron sus cristales apoyando el nombre de plaza del Ayuntamiento. Su petición, finalmente, ha sido escuchada. 
Un par de vecinas, que charlaban ayer en las inmediaciones de la citada ágora y que prefieren mantener el anonimato, declaran que les parece «estupendo» el nombre elegido. «El Güevu se lo pusimos los ciudadanos, pero lo normal era que fuera plaza del Ayuntamiento». A lo que la otra puntualiza: «El Güevu suena hasta chabacanucu». 
Un poco más allá, en la calle Cervantes, casi a la altura de la citada plaza, se reúne cada día un grupo de jubilados para hablar de diversos temas. Uno de los que les ha ocupado en más de una ocasión ha sido la denominación de la plaza del Ayuntamiento. Alfonso Palenzuela considera que el nombre adoptado es «como tiene que ser. Lo considero muy acertado porque nadie puede darse por aludido». A lo que Germán Oriyés añade: «me parece muy bien porque es la plaza de todos y ese nombre no molesta a nadie y no lo andamos cambiado todos los días». Otro de estos jubilados, Guillermo de Vita Onís, comparte las opiniones de sus amigos. «Me parece bien, es lo mejor que pudieron hacer». Quien no parece estar tan de acuerdo es Guillermo Trevín: «El Güevu me gusta más. Ayuntamiento no me gusta». Pero la impresión general es que los ciudadanos «quedamos muy tranquilos con este nombre; nunca fue El Güevu, sólo que nos dio por llamarla así», matiza Palenzuela."

A la derecha, enlazamos de nuevo con L'Acerona y lo que es propiamente el camino señalizado. La calle Cervantes forma parte de la histórica Carretera Ribadesella-Canero, abierta en el último tercio del siglo XIX para mejora de las comunicaciones costeras y la cual era la continuación de aquella Carretera de Colunga que el Ayuntamiento había comenzado a trazar, siguiendo un recorrido muy diferente al del antiguo Camín Rial, a partir de aquí


La urbanización de los terrenos de ese ensanche de la derecha, hacia la calle Magdalena y adyacentes, parte de la compra del documentalmente denominado "Prado de Balbín" en 1885 por parte de varios vecinos, completándose rápidamente pues ya en 1901 el Ayuntamiento, tras la petición de varios residentes, acondiciona su viario y le coloca aceras, instalándose mientras tanto dos nuevas industrias, la de la Sierra Mecánica de Sacramento Cangas en 1897 y la fábrica de sidra La Tierrina en 1900


Mirando a esta calle, una verdadera avenida y arteria de La Villa, estarían las casas de los propietarios (de las que aún queda alguna en pie), mientras que de ellas hacia atrás, hacia la de la Magdalena, se formaría un gran barrio obrero, el de Robledo, llamado así por el apellido de la familia promotora, desaparecido prácticamente, al igual que muchas casas de esta calle Cervantes, sustituidas por edificios de pisos a partir de la década de 1970


La Plaza es el magnífico escenario de las grandes romerías de Villaviciosa: las fiestas del Portal, una advocación y veneración traída por los franciscanos que se asentaron en Villaviciosa tardíamente, a finales del siglo XVII. En esta plaza se celebran en la actualidad otras fiestas, ferias, conciertos y exposiciones, siendo un gran espacio de relación social


Bajamos las escaleras desde los soportales del Ayuntamiento, todo el entorno más inmediato es un gran entramado comercial y hostelero, tiendas, cafés, bares, confiterías y por supuesto las tan renombradas sidrerías de la Comarca de la Sidra, pues estamos en tierras de la capital manzanera por excelencia. El Camino sigue de frente, al fondo, hacia la calle Valle, Ballina y Fernández


El Mercáu Vieyu que aquí se celebraba fue nuevo cuando, a través precisamente de la Calle Nueva, se unía con el antiguo mercado primigenio de la calle Sol (ampliada después a la plazuela del Cruceru) en este lugar por entonces más desahogado en la salida a Colunga por el Camín Rial, cruzado por la Riega del Pedregal o del Mal Tiempu (luego del Pelambre). Luego de aquí se trasladaría a su vez al otro lado de La Villa, dice Pedrayes Obaya:
"Dadas las malas condiciones de este arrabal, los mercados se trasladaron a otro arrabal histórico, Fuera'l Cañu -emplazado en la salida hacia el interior de la región-, en él tuvieron lugar las ferias y los miércoles el "mercáu los gochos". Aunque no tenemos noticias documentales opinamos que estos dos arrabales ya tendrían un cierto desarrollo en la segunda mitad del siglo XV"

Por su parte la antigua muralla fue desapareciendo al hacerlo su razón de ser. Su mantenimiento era costoso, así en 1483 Isabel de Castilla concede un tributo o sisa "de posada, Peso e medida" para su conservación, así como para calzadas, caminos y caños de los abrevaderos


La muralla, o cerca, como comúnmente aparece registrada, deja de ser defensiva para empezar a ser un límite de fiscalidad urbana. En el siglo XIX el concejo renuncia a su propiedad y, como era usual en estos casos, pasa a ser en la práctica una cantera pública, lo que ocasiona su pronta desaparición


Gracias a la descripción del erudito Francisco de Paula Caveda y al descubrimiento de algunas porciones en tiempos recientes, sabemos su forma, extensión y medidas, con una altura de 5,5 metros, más 1,12 de las almenas y una anchura de 2 metros. Estaba hecha en parte de cantería y en parte de mampostería de piedra caliza y mortero de cal



Y ahora, saliendo a la plaza y mirando atrás, contemplamos toda la fachada principal de las consistoriales villaviciosinas, con sus cinco arcos porticados en la planta baja y sus correspondientes cinco huecos alargados y adintelados en el piso alto o noble, el central con balcón volado y los demás con balcón sencillo y balaustrada de piedra


Según leemos en el Gran Atlas del Principado de Asturias"En planta se registra un ligero movimiento en virtud del cual los dos paños extremos se retranquean levemente con respecto a los tres centrales, que compartimentados por cuatro pilastras, parecen querer sobresalir como antecuerpo"


El balcón central se remata con un frontón partido en cuyo tímpano aparece el escudo de Villaviciosa, y arriba remata esta fachada el artístico reloj con su torre y campana: "En eje con el lienzo central, corona el edificio un reloj-campanario".


Y en la balconada el año de inauguración, 1906


En torno a esta plaza, abren sus tiendas numerosas tiendas y comercios, además de una, ya hemos visto, variada oferta hostelera. Aunque no vamos a hacer una guía comercial sí estimamos de interés reseñar algún negocio señero y veterano. Por ejemplo, aquí a la derecha, en la calle Cervantes, estuvo la prestigiosa Confitería San Francisco, y a la izquierda, en la esquina de la calle de la plaza con la calle Balbín Busto (la que va al Mercado de Abastos), los Helados los Valencianos


En esta misma calle y a la altura del Ayuntamiento, mirando a la plaza la Pastelería José


Y la Confitería Colón, otra dulce referencia de Villaviciosa, tanto es así que uno de sus pasteles fue la imagen del cupón de la once del 18-11-2017, así daba la noticia el diario El Comercio el día anterior:
"Uno de los postres de la confitería Colón, ubicada en la plaza del Ayuntamiento de Villaviciosa, será mañana, lunes, la imagen del cupón de la ONCE. El pastel, elaborado con turrón de sidra y manzana, es una de las mejores representaciones de los productos de la Comarca de la Sidra al aunar lo más característico de la zona. Se trata de uno de los establecimientos más conocidos de este sector y han llegado a llamarlos de eventos tan importantes como el Tour de Francia o los premios Princesa de Asturias.

Esta no será la primera vez que el concejo sea protagonista de uno de estos boletos. El pasado mes de abril, la entidad eligió una imagen de la plaza del Ayuntamiento con motivo de la serie 'Mi pueblo' dedicada a localidades singulares. El cupón diario ofrece, por 1,5 euros, 55 premios de 35.000 euros a las cinco cifras"

Aquí se hizo la mejor casadiella del mundo del año 2020, y así proclamaba la noticia el Emisora Cope a fecha 1 de febrero:
"La casadiella es un típico postre asturiano que se elabora con motivo de las fiestas de carnaval junto a los frixuelos (crepes). Está elaborada a base de masa frita y en su interior tiene un relleno hecho a base de nuez, anís y avellana. La cofradía de los Nabos de Morcín ha celebrado el XI Concurso mundial de casadielles y la Confitería Colón de Villaviciosa se ha impuesto con la mejor elaboración, realizada por el obrador y gerente Manuel Ángel Sánchez.
Para Manuel Ángel no hay muchos secretos en la elaboración de una buena casadiella: "Es el típico postre de toda la vida en Asturias. Hay que hacer una buena masa, conseguir el punto perfecto de fritura y luego la clave está en la nuez. Procuramos tener la mejor nuez de Asturias, a poder ser la que recogemos de los bosques del concejo de Villaviciosa. Es muy importante el fruto, la materia prima, y luego la mezcla con anís. Le añadimos un poco de avellana y se hace un relleno que le da un sabor muy especial", afirma Manuel Ángel Sánchez. 
Una bomba energética 
El gerente de la Confitería Colón, Manuel Ángel Sánchez, recuerda los tiempos en los que suministraba cajas de casadiellas a los masajistas de los equipos ciclistas que pasaban por Asturias: "¡Muchas casadiellas se comieron en el Tour de Francia! Los auxiliares las ponían en las bolsas de avituallamiento. Marcelino Torrontegui y Cristian Alonso las llevaban para sus equipos. El último equipo al que las llevó Cristian fue al Sky. Ahí Chechu Rubiera, como buen asturiano, fue el que ayudó a difundir la fama de las casadiellas en el pelotón". Aunque "ahora la casadiella ya no está tan presente en la dieta del ciclista de élite porque hay mucho control sobre la dieta y les dan las barritas y otros productos", lamenta Sánchez.. 
Homenaje a la manzana 
Villaviciosa está considerada la "Capital de la Manzana" y en la Confitería Colón han hecho otro tipo de casadiellas que mezclan la nuez, la avellana y la manzana para completar su relleno. Es su pequeño homenaje al fruto que da fama a la localidad y al concejo. Otro de sus postres más conocidos son las manzanitas de mazapán. Sus cajas decoradas en el escaparate son uno de los elementos más llamativos de esta pequeña confitería familiar que forma parte del paisaje característico de la Plaza del Ayuntamiento conocida también como "la Plaza del huevu"

Durante siglos, los terrenos del arrabal del Mercáu Vieyu pertenecieron al común, con un buen conjunto de hórreos y paneras donde la vecindad de La Villa tenía sus graneros y despensas. En 1803 muchos propietarios de los mismos solicitaron acceder a la propiedad de sus terrenos respectivos con la idea de construir casas. Cuenta Pedrayes Obaya que el Concejo o Ayuntamiento hizo caso a sus pretensiones y nombró una comisión para que decidiese en la cuestión y de paso redactase las correspondientes escrituras de venta oportunas:
"De todas formas las ventas de terrenos para edificar casas sólo se concedían en aquellos lugares donde los hórreos estaban incluidos dentro de las dos alineaciones de casas ya construidas y que convergían en la Puerta de la muralla. El carácter fronterizo entre el fin del Antiguo Régimen y el comienzo de la etapa liberal se observa cuando en una fecha tan tardía como 1807 hay una solicitud para colocar una panera en El Pelambre, detrás de la muralla y enfrente de la quadriella del solicitante, parcela colindante por su lado principal con la calle del Sol

Entre 1803 y 1813 fueron sustituidos por edificios tres paneras y un hórreo, todos ellos situados en la alineación oriental colindante con el Camino Real hacia Colunga. El levantamiento de las paneras continuó en años posteriores, cuidando el Ayuntamiento de reflejar claramente sus propiedad del terreno e incluso planteando el cobro de un alquiler por su uso.

De los 23 hórreos y paneras señalados por el catastro de Ensenada  en 1751 en el Mercáu Vieyu, Coello en su plano de 1853-54 sólo dibuja 13, los que nos indica que su traslado comenzó a principios de siglo y fue desarrollado continuadamente durante cincuenta años"

El Mercáu Vieyu empezó a transformarse de arrabal a plaza al trasladarse los 12 hórreos 11 paneras citados en dicho Catastro de Ensenada, operación realizada antes ya de 1850, año en el que el Gobernador de la provincia mandó retirar 10 hórreos que estaban tras las casas de este arrabal del Mercáu Vieyu, en El Pelambre:
"Algunos de los propietarios de estos hórreos se resistieron a su transporte, intentando acreditar su propiedad sobre los terrenos en que se levantaban, lo que alarmó al Ayuntamiento, ya que el resto de los propietarios de los hórreos y paneras trasladados en El Pelambre, y anteriormente en el Mercáu Vieyu, solicitaron un indemnización o el derecho de volver a colocarlos,. Sin embargo los propietarios hicieron caso omiso a todos los apremios del Ayuntamiento, y en 1867 aún no los habían retirado, aunque la falta de acuerdos referentes a esta cuestión a partir de esa fecha parece indicar que fueron levantados ese año"

Además de la retirada paulatina de los hórreos, en 1850 el Gobernador de la Provincia mandó demoler los corredores volados de dos casas del Mercáu Vieyu al Norte del arrabal, la idea era dar una imagen netamente urbana diferenciándola de la arquitectura rural de los alrededores


 Asimismo, en ciertas reformas solicitadas por propietarios, estos han de ajustarse a este criterio urbanístico. Más tarde el Ayuntamiento decidirá colocar canalones en las casas alineadas respecto a la carretera de Colunga y son declaradas en ruina algunas viviendas


Es entonces, año 1865, cuando se realiza aquella solicitud de construir un frente de casas por el apoderado de Eusebia Flórez Solares en el prado de esta vecina, algo que hubiese trastocado la posterior evolución urbana del lugar. El Ayuntamiento le señala la falta de zócalo y esquinales de sillería en el proyecto, obligándole a corregirlo, pero las casas no se harán. Ocuparían como hemos dicho antes el solar donde luego se construiría esta nueva consistorial:
"La línea de casas tendría una longitud de 32,76 metros y dejaría dos bocacalles de 13,72 metros, una sería la Carretera de Colunga y otra al comienzo del camino del Mal Tiempu. No sabemos porqué motivo las obras no dieron comienzo

En definitiva, en el ámbito del Mercáu Vieyu continuó en estos años la evolución que lo llevó de ser un arrabal histórico a lograr la centralidad urbana y representativa a finalews de siglo, articulando la formación de un pequeño ensanche burgués y el barrio obrero de la calle de La Magdalena, llegando a su culminación (...) con la construcción del Ayuntamiento"

El siguiente paso fue, siendo alcalde Antonio Cavanilles, la expropiación de una de las casas aquí situadas, la Casa Fernández, propiedad de herederos del linaje de los Solares, para hacer un mercado de ganados, lo que unido a la pavimentación y ajardinamiento de la explanada conformó la que vendría a ser la plaza mayor de Villaviciosa. Es posible que, quitados hórreos y paneras, el lugar efectivamente haya sido utilizado como mercado ganadero, viéndose la necesidad de ampliar y acondicionar la plaza, cosa de la que haría el oportuno proyecto el Maestro de Obras en 1881, dando seguidamente comienzo el expediente de expropiación, acabando las obras en 1883 tras la construcción de un cauce con el que se cubriría definitivamente La Riega del Mal Tiempu y otros regatos:


La superficie del mercado mercado ocupaba la actual totalidad del Parque Ballina (aproximadamente 11.700 m²). Un sencillo cierre era su único ornamento y en el lado este estaba adosado el bebederu o abrevadero donde fue colocado un caño con cabeza de toro como símbolo del mercado de ganados. Se acabó con las humedades de les riegues (El Molín del Mal Tiempu llevaba demolido ya desde 1869) y un antiguo lavadero vecinal, el de La Fontanina, "quizás construido por el maestro Muñiz, fue derruido y trasladado enfrente de la casa de Mal Tiempu; y viejos edificios fueron sustituidos".


La parte central fue ajardinada, con alineaciones de acacias a los lados de la plaza que se prolongarían por la carretera de Colunga (calle de Cervantes), con bancos de madera y jardín central con magnolios y delimitado por poyos de piedra terminaron por transformar completamente el viejo arrabal del Mercáu Vieyu, culminando con la construcción del Ayuntamiento primero y del Parque Ballina después:
"Con la construcción del nuevo Ayuntamiento en la Plaza de Pidal, entre 1902 y 1906, se consolidó el nuevo centro urbano. La plaza, monumentalizada por la disposición del edificio, articula los dos ensanches villaviciosinos y se erige en la tardía plaza mayor, protagonista de la nueva vida ciudadana, culminando así el proceso comenzado a mediados de siglo con el desmontajes de los hórreos que ocupaban este espacio"

Otra antigua referencia de esta plaza y aledaños fue el Salón Alonso, fundado por Manuel Alonso Ortiz en 1914 para proyectar películas de cine, donde también había representaciones teatrales, el cual fue reformado por su dueño y en 1924 se reinauguró como Teatro Alonso. Fue destruido en la Guerra Civil. En 1921 también abrió el Hotel Comercio, ocupando el lugar de unas pequeñas viviendas propiedad de los Cavanilles-Peón, falleciendo poco después su promotor, Cesáreo Monestina


Y ya al final de la Plaza del Ayuntamiento o Plaza del Güevu tomaremos la que fue la calle Nueva, la que antaño comunicaba este arrabal del Mercáu Vieyu con la población intramuros, la construida sobre aquellas primeras quadriellas o parcelas alineadas trazadas tras la fundación de la Pola de Maliayo por Alfonso X El Sabio en 1270, tomando el camino hacia el antiguo Ayuntamiento de la calle Sol, los palacios de El Ancho y la iglesia de Santa María del Conceyu, el primer lugar de reunión vecinal concejil de los habitantes de la vieja puebla





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