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lunes, 23 de mayo de 2016

"MONTE AREO, MONTE AROLO, TIERRA RICO Y XENTE BOBO": CAMPOS DE TÚMULOS EN EL PASO A CARREÑO (ASTURIAS)

El Monte Areo y su gran planicie

En el Camino Norte de Santiago subimos desde Puao al Monte Areo mientras vamos dejando atrás el concejo de Gijón/Xixon con la ciudad más populosa de Asturias. El paisaje urbano de la ciudad y el industrial del valle del río Aboño deja paso a las praderías y los bosques de eucaliptos que han sido tan intensamente plantados en la cima de la montaña, la cual es una extensa meseta atravesada por este nuestro Camino, el Camín Real, ya en términos del concejo de Carreño. La pista caminera es aquí ancha y no tiene mayormente pérdida. Es el Camín Real, antigua vía de comunicación anterior a las actuales carreteras y de origen sin duda varias veces milenario, pues se trata de una antiquísima senda que pasa cercana a importantes necrópolis megalíticas de milenios de antigüedad


La llana, a veces llanísima llanura del monte, que se extiende de norte a sur, ha llamado siempre la atención de las gentes, incluso en algún momento se planteó hacer aquí el Aeropuerto de Asturias. Mismamente llegó a decirse que esta planicie fue hecha artificialmente en tiempos desconocidos y remotos por desconocidas civilizaciones, anteriores tal vez a la de los túmulos, pero sin duda se trata de una formación natural de la rasa costera asturiana


Este tramo del Monte Areo, junto con el siguiente, por El Valle, en Carreño, constituye un hermoso marco natural y rural en la etapa de Gijón/Xixón a Avilés, muy marcada por los entornos urbanos e industriales entre las dos poblaciones


Hay bifurcaciones pero durante la mayor parte del trecho se sigue esta, la gran pista principal, inconfundible, senda ancha y terrera por donde muy ocasionalmente circula algún vehículo de los ganaderos que tienen aquí sus reses



Vacas lecheras, al fondo asoman las míticas cumbres de la Sierra del Aramo


Los mojones confirman siempre que vamos en buena dirección


La altura media de esta gran planicie no sobrepasa los 200 metros de altura pero es una referencia geográfica importante pues de aquí a Cabu Peñes, la punta septentrional de España, no hay mayores altitudes


Hay algunas pequeñas cuestas donde el camino serpentea un poco para ganar algo de altura


Esta es la señalización a alguno de los túmulos (más de 40), localizados en el monte


La pista caminera es de tierra y piedra menuda, zahorra o grijo


 Hay helechos y algo de arbolado autóctono



A nuestra derecha la rasa costera de Albandi, en Carreño, con sus caserías, quintanas, barrios y lugares desparramados por la campiña carreñina


Una leyenda dice que la iglesia de Albandi se construyó donde se paró el caballo blanco de Santiago tras desembarcar el Apóstol en la Playa de Xivares. Naturalmente la tradición no tiene el más mínimo viso de autenticidad y puede deberse a la necesidad de explicar el patronazgo del santuario, o bien trasciende una explicación legendaria a la llegada de los primeros evangelizadores cristianos por mar, tal y como venían viajeros y comerciantes y tal y como aconteció en otros lugares. Esta costa estaba vigilada por castros astures luego romanizados, más tarde por torreones y atalayas pues arenales y calas eran paso franco hacia el interior del país.


Sea como sea esto vincula una vez más el Camino y sus inmediaciones con la epopeya xacobea.


Hermoso paisaje costero...


Pasamos ahora entre unas fincas


Más terreno de pastizales


Vaques roxes... asturiana de los valles


Y eucaliptos...


Fincas y eucaliptos, la tónica del paisaje en el Monte Areo


Extensa meseta llana tradicionalmente aprovechada para usos ganaderos y agrícolas. Como en buena parte del noroeste el abandono de los usos agropecuarios favoreció la plantación masiva de especies arbóreas de crecimiento rápido


Ya los pobladores megalíticos de estos parajes se supone eran en gran medida básicamente pastoriles, por lo que la presencia del pastoreo se sume en los albores de la civilización


La pista es ancha en todo su trayecto, y suele haber mucha hojarasca, en este caso hoja caída de eucalipto


Hay también algunas manchas de arbolado autóctono, castaños, carbayos y diversos arbustos


Muria de piedras




En esta finca, a la izquierda, un terreno parcelado


Casetas de aperos...


Lo llanísimo del terreno favorece que se acumule el agua de las lluvias o la que brota de algunos manantiales


El intenso verdor y el cielo se reflejan en el agua...


Pasamos junto al seto y el portón


Las huertas...


Seguimos todo el seto...


Y llegados a este cruce de caminos iremos a la derecha


Enlazamos con otra pistas...


Y apenas dos pasos después de pasado el cruce un mojón nos indica abandonar la pista por un sendero a la izquierda


Aquí está el sendero que abandona la pista


El camino se estrecha entre los setos silvestres que lo separan de los prados contiguos


Bellísimo sendero, verdadero atajo entre los helechos y a la sombra de los eucaliptos


Tampoco hay pérdida, la ruta está bien trillada


Hojarasca bien pisada...


Paso entre los troncos de los árboles...


Los helechos crecen


Así es aquí el camino cuando limpian la helechal


Desde el Camino reconocemos la aldea de San Pablo, donde hubo una capilla de esta advocación y y un torrexón defensivo que guardaba estos caminos milenarios


San Pablo pertenece a la parroquia de Guimarán o Quimarán y está formado por las quintanas de Casa Azucena, Casa Regueral, Casa Pepe Juaca y Casa María Luisa


Seguimos avanzando


El Camino es hierba cuando salimos a otra encrucijada en medio del monte: de momento seguimos de frente


Pero enseguida enlazamos con otra de las pistas que recorren el Monte Areo


Al llegar a la pista el Camino sigue a la derecha pero, al otro lado de aquellos eucaliptos, hallaremos un paraje excepcional que podemos visitar: Les Güelgues de San Pablo, un campo de túmulos aquí existente, antiquísima necrópolis megalitica de milenios de antigüedad que demuestra el paso ancestral de gentes por estos parajes

VISITA AL CAMPO DE TÚMULOS DE LES GÜELGUES DE SAN PABLO:


Sin apartarnos excesivamente del Camino y si estamos bien de tiempo y fuerzas merece la pena que el peregrino amante de la historia de los lugares por los que pasa, así como de su impronta, dedique unos instantes a visitar estos monumentos funerarios neolíticos o de la Edad del Bronce


El campo de túmulos tiene el nombre de Les Güelgues de San Pablo. Güelga en este caso hace referencia a zona acuosa, sin duda del agua que como hemos visto forma fácilmente charcos en estos parajes. La advocación a San Pablo, como la aldea y capilla próximas, delata la cristianización de cultos cuyo origen se sume en la noche de los tiempos


Este es uno de los túmulos de Les Güelgues de San Pablo, que tras las campañas de excavaciones fue dejado con su dólmen o cámara funeraria a la vista. A su alrededor hay más, pero tapados, reconociéndose por su abultamiento en el terreno. Posiblemente todo el Monte Areo fue una verdadera montaña sagrada donde aquellas civilizaciones pastoriles del neolítico levantaron estos sepulcros para enterrar a sus difintos con las correspondientes ofrendas hace 4.000 ó 5.000 años


Un megalito es textualmente una piedra grande pues son estas grandes piedras el testimonio más abundante y evidente de aquellas enigmáticas culturas y es evidente que todo el Monte Areo estaba lleno de estas estructuras funerarias que, como verdaderas cámaras del tiempo, transmitieron la memoria de tan pretéritas civilizaciones.


El túmulo es básicamente esta cámara funeraria junto con el montículo de tierra y piedras que lo cubren y guardan. Pese a ello estos enterramientos fueron saqueados prácticamente desde su construcción por buscadores de tesoros pues sus hacedores dominaban ya el arte de la metalúrgia de metales como el bronce, el oro la plata y no eran extrañas las ofrendas hechas con esos materiales, aparte de otras que han llegado a nuestros días como hachas votivas de piedra pulimentada, puntas de lanza o flecha de piedra, etc. no descartándose que se metiesen también cosas más perecederas como flores, objetos de tela o madera, comida para el viaje al más allá, etc.


Los buscadores de tesoros o ayalgueros constituyeron un verdadero oficio que prácticamente ha llegado a nuestros días. Había incluso gacetillas que, cual mapas del tesoro, informaban de donde hallarlos. En muchos casos se trataba de ofrendas reales o de tesorillos guardados en tiempos de inestabilidad en cualquier recoveco del terreno.


Otras veces circulaban leyendas como la de los bolos de oro o la de la pita y los pitinos de oro (gallina y polluelos), les xanes o ninfas de las aguas guardianes de encantos y riquezas y, por supuesto, los túneles y puertas abiertos a otros mundos o, como diríamos actualmente, dimensiones.


En tiempos, hasta tiros de bueyes se emplearon para arrastrar las grandes estructuras que constituían la tapa de las cámaras sepulcrales de los túmulos, llamados mámulas o tetonas por su forma de mama, ya mencionados en sus escritos por el historiador candasín (de Candás, capital de este concejo de Carreño) Carlos González Posada en 1792....
"Hai asimismo en medio de sus llanuras todavía muchas Mammulas o Tetones que desechos manifestarían otros sepulcros"

Ilustrados del Siglo de las Luces como Jovellanos y Martínez Marina hasta investigadores más contemporáneos como Marino Busto tuvieron desde siempre especial atracción por estos mágicos lugares excavados con criterios científicos en los años 90 por un equipo de arqueólogos dirigidos por Miguel Ángel de Blas Cortina luego de la concentración parcelaria efectuada en este monte


En el interior de este, el mejor conservado, aparecieron diversas ofrendas


 Así nos informan los textos explicativos


Las placas nos informan de las características de estos túmulos y dólmenes


Les Güelgues de San Pablo es un lugar hermoso y tranquilo, donde podemos descansar mientras sentimos que el espíritu de la historia impregna estos enclaves de honda tradición mitológica


Otros de los túmulos, estos cubiertos. De las ofrendas depositadas en su interior y de las leyendas de tesoros escondidos (ayalgas) y sus buscadores (ayalgueros), existen dichos populares... "Monte Areo, Monte Arolo, tierra rico y xente bobo" referidas a la abundancia de tesoros bajo estas tierras y lo cerca de estarían al alcance de cualquiera


 Más placas y textos explicativos...


Los palos delimitan el espacio del túmulo
 

En el Monte Areo han sido localizados unos treinta túmulos cuyo origen data entre 5.000 y 3.000 años. Dos milenios de megalitismo


Un mapa nos informa

 
Aunque esta ruta tumular no sigue exactamente la del Camino de Santiago, el mapa nos sirve de referencia: nosotros iremos hacia El Valle






En este área recreativa de Les Güelgues de San Pablo los jardineros de las escuelas-taller hicieron este hermoso laberinto vegetal al lado de los túmulos

REGRESO AL CAMINO


Luego de nuestra cita con la historia regresamos  al cruce del que hemos salido y seguimos las flechas amarillas, retomando el Camino


Desde el cruce hay una pequeña bajada...


Más prados cerrados con alambrada


Y aquí vamos a dar precisamente a la pista por la que veníamos, enfrente de San Pablo


Al llegar a ella continuamos a la izquierda


A veces la proliferación de señales puede llevar a algún error: sigamos la de abajo, la que dice camino, la de arriba es una ruta por las necrópolis tumulares del monte


Tomamos así ahora esta cuesta...

A la derecha una nave ganadera...


A veces los caballos salen al camino...


Los dejamos atrás


Y bordeando todo el prado nos dirigimos a aquella eucaliptal


Tramo que parece de antiguo asfalto


Pero luego vuelve la pista terrera


Las flechas amarillas confirman nuestro periplo...


Pasamos junto a esta cancela...


Más caballos


Flor del tojo...


Y así seguimos caminando, siempre en dirección suroeste


 Pasamos junto a otra necrópolis tumular...


Túmulos a nuestra izquierda, menos señalizados y que de no ser por el cartel nos pasarían
desapercibidos


En las bifurcaciones siempre ha de haber un mojón, o al menos alguna flecha. El recorrido por el monte dura un buen trecho, si bien existió un desvío, no señalizado actualmente, que bajaba al barrio El Fondo, donde en la venerada capilla de Los Remedios de Guimarán, patrona de Carreño, donde se conoce del paso de peregrinos, pues había venta


Nosotros seguimos de frente


Trecho muy llano también este, donde el camino serpentea levemente, aunque predominan las rectas


Paso continuo de peregrinos, especialmente en verano y parte de la primavera y el verano



Andamos flanqueados por frondosas masas arbóreas...


Tojos o cotoyes y eucaliptos u ocalitos



Partes de este itinerario eran recorridas muchos días por las llamadas Muyeres de la Paxa, sardineras que con la cesta plana o paxa a la cabeza se dirigían caminando desde el puerto de Candás, capital de Carreño, a vender el pescado por las parroquias del interior del concejo, hacia Prendes y Guimarán, donde hacían un alto ante la capilla de los Remedios, llegando así, cada día, nada menos que al mismo mercado de El Fontán, en Oviedo/Uviéu (Asturias)


El topónimo Areo ha querido relacionarse además con las Aras Sextianas, monumento erigido por los romanos en las proximidades del castro astur de Noega, en la actual Campa Torres, para mayor gloria de Augusto en la última frontera de su Imperio, tras la conquista del territorio astur al acabar la guerra de los años 29-19 a. C.


Uno de estos tramos forma parte de las calzadas que, como el Camín Real de la Mesa, comunicaban la costa con la meseta por los puertos de montaña de la Cordillera Cantábrica, vías de comunicación basadas en pasos naturales existentes desde la más remota noche de los tiempos


Nuestro Camín Real llega así a un nuevo cruce


Y en este cruce vamos a la derecha


Por allí siguen los peregrinos


Altos setos


Y de nuevo fincas y prados, el paisaje se abre


Estamos en el lugar de Ramos, casería de la parroquia de El Valle, en Carreño


A la izquierda una finca de grandes invernaderos


A la derecha pradería y frutales


Los armazones de los invernaderos asoman sobre el seto


Llegamos así al final de estas fincas


En verano veremos maizales


Y otro cruce con señalización a los túmulos en el que hemos de prestar atención, yendo a la derecha


Veamos la flecha del letrero


Esta es la flecha a seguir


Bajamos un poco, junto a unas casas...



El firme a partir de aquí está asfaltado

Bajamos un poco junto a este portón


Y llegados a este cruce bajaremos a la izquierda


Es La Cuesta Ramos, bajada a Santolaya


La pista sigue asfaltada


Senda que nos lleva en descenso hasta el pueblo de Santolaya, cabeza de la parroquia de El Valle


Cuando dejamos atrás el arbolado vemos una extensa panorámica de buena parte del interior de Carreño, plagado de quintanas y algún palacio rural


Empezamos a ver Santolaya, cabeza de esta parroquia carreñina de El Valle. a lo lejos Logrezana o Llorgozana


El Camino, por La Maquila y Celleros, sigue al oeste rumbo a Avilés


Tal vez al lado del Camino, si no vamos muy rápido, podamos percatarnos de la bajada a La Fonte les Xanes, en El Pastu Torío. Existen numerosas referencias mitológicas a esta fuente y a sus ninfas o xanes, que aquí lavaban sus ropas


Se cuenta que antaño, las vecinas de El Valle, que subían a hacer la colada a esta fuente, dejaban la ropa al sereno, encontrándola al día siguiente seca y plegada por obra y gracia de les xanes, pese a que el suelo estuviese mojado por la rosada (rocío) o el orbayu (lluvia fina)


El Camino y la fuente están comunicados por estas escaleras


Luego de visitar la fuente, en un nuevo encuentro con la historia y la mitología, reanudados el descenso por La Cuesta Ramos


Según bajamos admiramos nuevas vistas de El Valle y las parroquias cercanas, con su caserío desparramado por las praderas


El Valle tradicionalmente se divide en El Valle Riba, con los barrios y lugares de Fancornio, Fuentefría, Maquila, Nozalín, Sopeña y Torre, y El Valle Baxu, con Cuetu, Llacín, La Mata, El Palacio, Ramos, Sierra, Vega, Xanes y Santolaya


Ya el mencionado historiador Carlos González Posada (1741-1835) alababa la fertilidad de esta tierra y la gran calidad de estos pastos, a los que atribuía la casta de los preciados caballos que aquí se criaban, altamente cotizados en ferias y mercados


En medio del valle de El Valle, valga la redundancia, está el palacio de los Díaz Caneja, sito en el barrio llamado precisamente El Palacio. Se supone es una construcción del siglo XVIII muy posiblemente edificada sobre otra anterior


Es también conocido actualmente como Casa Bárcena y se dice fue propiedad de la Condesa de Revillagigedo, donde ella se hospedaba cuando viajaba, recorriendo sus extensas posesiones, entre sus casas de Pravia y Gijón/Xixón. Se dice fue además "casa de pensión y caldera" pues ofrecía alojamiento y comida a viajeros, disponiendo de caballerizas. En la Guerra Civil fue cuartel republicano del cercano campo de aviación militar de El Valle en La Prairía, que aún se conserva parcialmente


Tras la contienda pasó a los Díaz Caneja y en 1947 los Suárez, sus antiguos caseros, que vivían en las cuadras. Su acceso principal está frente al viejo camino que procede de Guimarán, otra de las sendas seculares de viajeros, arrieros y peregrinos, entre Monte Areo y el valle de Carreño

El edificio que vemos en nuestros días, de dos pisos, tiene forma de U pero su disposición inicial era en  forma de L



La capilla está dedicada a Nuestra Señora del Carmen y en ese patio del palacio fue quemada su imagen en la guerra. En la actualidad las imágenes que alberga, una de San Antonio y otra de la Virgen, fueron traídas por el antiguo párroco de El Valle, Don Teodoro, quien vivió de posada en este palacio unos dos años. En la capilla se dieron misas en la posguerra y se celebraron ceremonias familiares hasta muy recientemente


El palacio dispone de cinco grandes habitaciones y un corredor o cuarto que comunica con la capilla. En nuestros días una de sus alas está deshabitada


En el centro del edificio está El Planchador, un torreón donde se planchaba la ropa de los señores. Hay además pozo de agua, antiguo secadero de tabaco, gallinero


Justo detrás y en este mismo barrio de El Palacio está Casa Cuervo, construida por José Cuervo Rivero en 1878, también con capilla particular, la cual imita a la del Carmen de los Díaz-Caneja. Se hizo para los varios sacerdotes y un canónigo que hubo en la familia


Algunos de estos palacios rurales de las estirpes carreñinas están relacionados por tradición, ellos y sus capillas, con las leyendas del Monte Areo, transmitidas de generación en generación por las gentes de estos pueblos, tal que esta...
"En tiempos de mucha antigüedad, al anochecer de un día de invierno apareció en la pobre casa del Fondo de Guimarán una pordiosera que imploraba que le diesen algo de cenar y cobijo para pasar la noche. 
El ama de la vivienda replicó a la andrajosa pedigüeña que nada podía darle, pues estaba casi tan pobre como ella. Entonces la mendiga, mirando hacia la cumbre del Areo, ensimismada y enigmática repitió por tres veces: Monte Areo Monte Areola tierra rica xente boba. 
La intrigada dueña de la casa le preguntó el significado de sus palabras a lo que la pordiosera respondió que en lo alto, si se cavaba un poco, aparecería un tesoro que enriquecería a quien lo encontrase. 
Dicho esto desapareció perdiéndose en el Areo. La campesina se lo comunicó a su marido y esa misma noche fue a cavar al lugar indicado, hallando, al poco de comenzar la faena, una gallina de oro con doce polluelos del mismo metal más otro fabuloso tesoro del que nunca se supo su valor. 
Cuenta la leyenda que en memoria del hallazgo se fundó, en la iglesia de Guimarán, la capilla del “Buen Suceso” por la noble familia Muñiz Carreño y en Candás la Ermita de los Doce anexa al Palacio de los Muñiz de cuyo altar se dice que figuraban los doce polluelos de oro hasta que fue destruida en el año 1936"

Justo a la derecha de El Palacio los lugares de Xanes, Llacín y El Fondo, en Guimarán


Más a lo lejos Sebades en Logrezana/Llorgozana y la loma de La Cortina


En Sabades vemos, justo encima de Casa Cuervo en la foto, el Palacio de los Carreño, que conserva elementos muy antiguos, de los siglos XII, XIII y XIV, así como una capilla particular dedicada a Nuestra Señora de la O. Tenía una antigua torre derribada por un rayo en el siglo XIX, lo que hace sospechar que la casona era en origen, como era común, una torre de vigilancia y control del territorio

De esta familia de los Carreño que tuvo aquí la cuna de su linaje nacieron personalidades como Don Álvaro de Carreño, guerrero que en tiempos de Alfonso II El Casto tomó Carrión de los Condes siguiendo un plan similar al del Caballo de Troya, también Don Fernando Carreño, constructor del castillo de La Mota en Medina del Campo, Don Juan Carreño Miranda, pintor en la corte de Carlos II, o Don Rodrigo de Carreño Tesorero General del Principado de Asturias

Decidieron los Carreño los destinos del concejo durante siglos, interviniendo activamente en la política española. Algunas de sus ramas son los Valdesoto en Siero o los Carriedo en Cantabria


Más a la derecha, en el barrio de La Rebollada en Guimarán, una quinta notable, la Quinta Clarín, donde residió durante sus estancias veraniegas el escritor Leopoldo Alas Clarín, autor de La Regenta, entre otras muchas obras, algunas de ellas, como Adiós Cordera, inspiradas en sus vivencias en Carreño


Construida sobre una antigua quintana, solar de los García-Alas, la casa fue ampliamente reformada por sus sucesores y otros propietarios


La quinta fue reedificada por su hijo Adolfo en 1911 sobre los cimientos del antiguo Palacio de los Alas, conserva su mansión de tres pisos, su casa central de dos plantas, la capilla de 1871 dedicada a la Purísima Concepción, conservada como en tiempos de Clarín, y el cenador-mirador, con su caseta encima a manera de belvedere de ladrillo, especie de invernadero con puerta y ventanas, donde Clarín se refugiaba pare escribir, leer y reflexionar


Al morir Adolfo su viuda lo vende por motivos económicos siendo adquirida por José Sanchez Cima. El actual hórreo es de 1975 sucede a una vieja panera que se derrumbó, la cual se sabe, por la puerta que se conserva, que fue reformada en 1868, cuando Clarín tenía 16 años


Más a la derecha más barrios de Guimarán


Muy a lo lejos El Turruxón de Prendes (en medio de la foto), torre medieval que domina estos lugares. Si bien su traza actual puede corresponder al siglo XIV se supone está hecha sobre un baluarte costero para defensa contra los vikingos. Con el paso del tiempo se transformó en un baluarte feudal de dominio territorial


Bajamos así a Santolaya, próximo hito del Camino en El Valle, Carreño...

                                       

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