La catedral de San Salvador desde La Tenderina |
Camino de Cerdeño |
Los peregrinos que, llegados al famoso cruce de Casquita en Villaviciosa, escogieron el camino que se dirige al interior para visitar la catedral de San Salvador, en Oviedo/Uviéu, la capital asturiana, subieron luego por el valle de Valdediós a La Campa y luego, por Sariegu y Siero. recorren luego el valle del Nora y para entrar en el concejo ovetense por Colloto/Cualloto y luego, atravesando el Polígono Industrial del Espíritu Santo, el Camino Norte sale a la carretera N-634 en Cerdeño, aproximándonos paso a paso al centro urbano de Oviedo/Uviéu, la capital astur
Cerdeño, antes una aldea del extrarradio literalmente absorbida ahora por la población. Ya en el año 1003 se nombra en un documentos a los molinos del río de Cerdeño en una donación al monasterio de San Vicente, pues Cerdeño perteneció a la Mitra hasta que fue comprado por la ciudad en el siglo XVI (Desamortización de Felipe II). Aquí, al salir a la carretera general tenemos de frente Casa Quique, bar y casa de comidas
Y a la derecha el hotel Las Lomas, también con restaurante
Seguimos por la acera en el margen derecho, viendo al fondo las naves de la zona industrial
A la izquierda algunas casas que fueron de labranza siguen marcando la impronta rural del lugar
Hay flechas amarillas indicando el itinerario
Suele haber mucho tráfico, no solo de coches, sino de autocares y camiones, por lo que hemos de ir con mucha atención, sobre todo en los accesos a las naves, si bien hay en este tramo un buen arcén
A la izquierda prados y grupos de casas
La parte rural de Cerdeño
Pastos y huertas...
Hórreos y frutales
Llegamos a la gasolinera de Cerdeño
Seguimos todo recto y de frente
Aún hay alguna casería de buenas vacas
A la izquierda la Sidrería Rellanos Casa Katy
Río canalizado entre las naves
A nuestra izquierda vemos la parrilla La Casona de Cerdeño
Ya casi en el casco urbano propiamente dicho
Bar El Capricho Andaluz
A la izquierda Casa Lucrecia
Cruce con la Carretera Abuli
Al fondo el Café Lucrecia
Llegamos a una rotonda en La Tenderina
Enfrente a lo lejos El Palais
Cruzamos la calle Siero
Pasamos frente la Urbanización Torretejera
Artístico parterre
Tomamos la calle de La Tenderina, prolongación de la N-634 entrando en la ciudad
Es una gran arteria comercial, con muchas tiendas y hostelería
El Palais
Vamos viendo perfectamente al fondo, asomando sobre los tejados, la silueta de la torre de la catedral de San Salvador, exponente del remate de sus obras en el siglo XVI sobre una anterior, románica, y esta a su vez sobre otra más antigua prerrománica, donde el monarca Alfonso II El Casto, quien estableció aquí su capital, tenía su palacio, de donde saldría a comprobar el descubrimiento anunciado del sepulcro de Santiago en Compostela, al otro extremo de sus dominios, estando aquí el origen de todos los caminos de peregrinación xacobeos
Allí podremos seguir por el Camino Norte para emprender el regreso a la costa por Llanera, Corvera y Avilés, o seguir el Camino Primitivo, el que supuestamente seguirían Alfonso II El Casto y los primeros peregrinos pues se basa en una antigua vía romana, acceso directo a Galicia. También llega desde el sur le Camino del Salvador, pues con el paso de los siglos, al desplazarse los más de los peregrinos por los caminos de la meseta, muchos eran los que acudían desde León para veneras las famosas reliquias aquí expuestas, las Reliquias de San Salvador depositadas en la Cámara Santa
Se sabe que toda esta zona era, como la totalidad de los alrededores de la ciudad vieja, tierra de celleros, verdadero cinturón de huertas que suministraban a su población. El documento más antiguo que menciona por su nombre a La Tenderina es del año 1681, referente al emplazamiento de varios guardias en los accesos a la ciudad para impedir que entrasen posibles apestados durante una epidemia, uno de ellos en unas casas aquí existentes, cuando esto era una aldea. En 1731 se dispuso un arreglo de esta calle por parte del Ayuntamiento y en 1782 habría una nueva obra mandada por el regidor perpetuo José Gabriel Fernández Cueto, quien haría los famosos Canapés de la Tenderina, grandes bancos de piedra desaparecidos tras las obras del último ensanche y que delimitaban la Tenderina Baja de la Alta
La Tenderina fue eminentemente rural hasta muy avanzado el siglo XIX. En el siglo XX con la industrialización se hicieron numerosas viviendas si bien padeció los estragos de la Guerra Civil, quedando en buena parte destruidas, dado que fue línea de frente durante el Cerco de Oviedo
La farolas jalonan este gran paseo. El ferrocarril, la carretera de Santander (N-634), acondicionada en 1975 y el crecimiento industrial a lo largo de este eje de comunicaciones favorecieron el crecimiento urbanístico de La Tenderina
Por lo común hay mucho tráfico y es una calle muy animada y bulliciosa. Al fondo, la torre catedralicia guía a los peregrinos hacia ella. La torre es la culminación de la construcción de la catedral, de estilo gótico flamígero, esto es, gótico tardío.
De la antigua catedral, la primigenia, de la que se conservan elementos, salió el rey asturiano Alfonso II El Casto a verificar el hallazgo del que se tiene por sepulcro del Apóstol Santiago en Compostela en alguna fecha de las primeras décadas del siglo IX, cuando Oviedo/Uviéu era también recién estrenada capital del Reino de Asturias. La ciudad y la catedral en sí misma constituían ya un gran centro de peregrinación para venerar las Reliquias, las cuales estuvieron un tiempo guardadas en las ermitas del cercano monte Monsacro, unos kilómetros más al sur
Las Reliquias llegaron a Asturias tras un periplo de años escapando de la invasión persa de Cosroes y luego de los árabes, desde Jerusalén al norte de África, Toledo, y posteriormente el Monsacro y aquí, en la naciente capital astur, fundada reinando Fruela I, padre de Alfonso II El Casto, por iniciativa de los monjes Máximo y Fromista, si bien parece ser sobre algún asentamiento anterior mucho más antiguo, pues en las inmediaciones se ha localizado castros astures y villas romanas
La Tenderina es uno de los barrios que más ha crecido en los últimos tiempos, con más de 13.000 habitantes. Se construyen nuevos edificios y aún tiene bastante posibilidad de expansión, si bien su plan especial tardó veinte años en aprobarse y aplicarse
Además de tráfico de vehículos hay un continuo tránsito de gentes, cada vez mayor según nos acercamos al centro de la ciudad
A la izquierda estaba el bar-café La Faba
Cruzamos la calle Río Eo
Bulevar comercial
Placa de la calle
Más farolas
Vares de yerba... una cosa que ya es difícil de ver en el campo asturiano desde que se empaca la hierba en tractores
También se las llama facines
Campo y ciudad
Sigue el bulevar. Árboles y paseo
Cruzamos la calle Río Nora
Anteriormente se había construido con este fin, entre 1943 y 1946, la colonia de Guillén Lafuerza, un poco más al norte, con doscientas viviendas, pero eran pocas, siendo esta de Ventanielles su continuación, asentada en terrenos que habían sido hasta entonces prados, maizales y arroyos, alguno de ellos de aguas fecales de la ciudad. Realmente era un terreno húmedo y fangoso donde se hundían las patas los animales, pero la necesidad de hacer casas era tan perentoria que se decidió hacerlas aquí, teniendo los vecinos primeros que usar madreñes para desplazarse a causa de los barrizales. Se expropiaron 157.000 m2 donde solo había un par de caserías y las ruinas de una vieja fábrica de tornillos. Mientras el barrio se acababa proliferaron chabolas que con el tiempo fueron desapareciendo, ya que los pisos iban entregándose según se acababan. En 1959 padeció graves inundaciones a causa de su situación en un fangal, circunstancia que se repitió en 1971. E 1963 se inauguró esta iglesia y en 1976 la construcción de la Autopista Y (A-66) separó Ventanielles de Guillén Lafuerza. Otro imprevisto fueron las grietas que obligaron al derribo de 362 pisos en 1998 y reconstruirlos después
La tragedia de la guerra y el asedio, cuando la ciudad entera fue frente bélico tantos meses, hizo mella en la población de la ciudad. El éxodo fue tan grande que de 42.000 habitantes pasó a los 9.000 y, cuando regresaron a casa, esta en muchos casos no existía, pues principalmente en los barrios exteriores la destrucción fue casi total. Ello, sumado a la gente que venía de los pueblos a buscar trabajo, ocasionó tal necesidad de vivienda que se construyó en esta zona pese a que en el Plan Gamazo, elaborado en la posguerra, no contemplaba hacerlo por los dichos inconvenientes y plantease más bien un uso industrial y, en todo caso, una proyección de ciudad-jardín de baja densidad con pequeñas casas y terrenos para autoconsumo de las clases más humildes, pensando en una ciudad-huerto que no se llevó a cabo pues los propietarios de los terrenos vieron más rentable hacer un populoso barrio edificado en altura y con manzanas cerradas. No obstante la recuperación poblacional fue lenta, pues hasta la década de 1950 no volvería a contabilizarse el número de habitantes que en 1930
Bancos en el bulevar
Más terrazas
Jardineras
Cruzamos la calle Río Piloña
Más prados a la izquierda
Terrazas y bares
Cruzamos la calle Río Nalón
Más solares a la izquierda
A lo lejos zona de Colonia Vetusta y Fozaneldi, donde estuvo antaño uno de los antiguos campos del Real Oviedo, el Vetusta
A lo lejos, las tantas veces nevadas cumbres del Aramo, o como más propiamente se dice por parte de pastores y vecinos, El Puertu l'Aramo, cordillera situada en el mismo centro y corazón de Asturias, sobre los concejos de Lena/L.lena, Riosa y Morcín al este y sobre los de Santo Adriano, Proaza y Quirós al oeste. Sus cumbres llegan a pasar de los 1.700 metros de altura, destacando El Gamoniteiru con 1.786, El Barriscal de 1.734, El Gamonal 1.712, El Picu Xistras con 1.775 y Penapodre de 1.631, así como Las Bizarreras de 1.626 y Pelitrón de 1.562. Entre sus alturas destaca también L'Angliru, a 1625 metros de altura, una collada entre los picachos que ocultan buena parte del año sus cimas entre nieves o a veces entre nieblas, no siendo extraño que no pocas veces se eleven más altos que las propias nubes. Es una braña o majada, territorio de pastos, desde hace milenios, ahora famosa a nivel internacional por ser culmen una de las míticas etapas de montaña de competiciones ciclistas como la Vuelta a España. Realmente, a pesar de la altitud y de lo abrupto, toda la serranía es terreno en el que la peña caliza gris comparte espacio con hermosas camperas verdes de grandes pastizales en sus majadas, mayadas o mayeos. Milenarias civilizaciones pastoriles dejaron patente su presencia desde la más remota noche de los tiempos con sus necrópolis funerarias y monumentos mágico-religiosos, ofrendas y quizás algunas tradiciones y reminiscencias legendarias que han llegado a nuestros días, empezando por buena parte de la misma toponimia
Hoy como ayer El Puertu l'Aramo es zona de ganados en verano, cuando la hierba surge tras irse el manto blanco de las nieves. Pastos y agua para abrevar dieron, incluso en nuestros días, ocasión a rencillas ganaderas en las que se involucran concejos enteros. No en vano parece ser que, por esta razón fue también desde épocas muy remotas una suerte de divisoria natural plasmada posteriormente en las divisiones administrativas o en las mismas isoglosas lingüísticas. Constituye a la vez una suerte de paso entre los valles centrales asturianos del Nalón y Caudal (antaño valle del Río Grande), con los valles del Trubia, al otro lado de estas montañas, así como, cuando el clima lo permite, entre la meseta y el centro de Asturias. Ancestrales rutas de pastoreo, pero también de arriería, trashumancia y peregrinación atraviesan el Aramo y no pocos santuarios parecen cristianizar cultos prerromanos muy anteriores, como es el caso de la Virgen del Alba en Quirós. Dentro de este bagaje entre natural y sagrado se atribuye al Aramo ser lingüísticamente un teónimo dedicado a la divinidad céltica gala Aramo-onis, así lo presenta el profesor Martín Sevilla Rodríguez en su obra Toponimia de Origen Indoeuropeo Prelatino en Asturias (Real Instituto de Estudios Asturianos, 1980). La Toponimia, no siempre ciencia exacta no obstante, le plantea otros posibles orígenes etimológicos, así el doctor Xulio Concepción en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana (KRK Ediciones 2001), sin desdeñar la opción anterior, propone su vinculación a la raíz del céltico ar-, ar-n con su variante ar-m, relacionado con valle y/o agua. En este caso conviene no olvidar que, aparte del agua para pueblos, villas y brañas circundantes, de aquí mana el agua que abastece a la ciudad de Oviedo/Uviéu a través del embalse de los Alfilorios. En lo concerniente a la historia se vincula al Aramo, junto con las aún más altas estribaciones de las Ubiñas al sur, y que podemos tal vez divisar muy en la distancia (en ese caso nos parecería una prolongación de la misma cordillera) con el no menos mítico Mons Vindius de la última resistencia astur contra las legiones romanas de Augusto en las campañas de conquista del 25 al 19 a.C. Mons Vindius o del monte blanco, o del dios Vindio, otro teónimo celta al que se le busca relación con el santuario mariano de Bendueños en Lena/L.lena. Si bien es cierto que la geografía y escenarios concretos de las guerras asturcántabras contra Roma están sujetos a numerosas interpretaciones y los nombres transmitidos por los cronistas clásicos abarcan en su ubicación, según el parecer de cada historiador, una amplia franja del noroeste peninsular, desde Peña Sagra y los Picos de Europa hasta las montañas del Bierzo, Ancares y los cordales astúricos
La catedral se ha perdido para nuestra vista, pero volveremos a tenerla enfrente dentro de poco
Prados allá la zona rural de La Tenderina
Casas que se extienden a lo largo de la calle Rayo, hacia el lugar de Mercadín
Allá en lo alto está la célebre Casa Quilo, bar fundado en 1934, el más antiguo de La Tenderina, donde se guarda la memoria de Manolín el Navetu, célebre personaje popular del barrio, tan querido que los chavales hicieron una colecta, allá por 1977, para encargar un cuadro con su figura, encargado al pintor Juan de Amandi, abonándole 26.750 pesetas
Primeramente se expuso en el bar Emilio, que era a donde él iba más, cerca de su casa en La Caleya del Cordero, actual calle Río Dobra, cuando este cerró pasó al Bar Civán y tras el final de este fue a Casa Quilo, dentro de una especie de contrato existente en el documento que registra la propiedad de la obra y que dice...
Calle la Quintana, del campo a la ciudad
Y esta es la calle Río Dobra, donde estuvieron la Caleya del Cordero, el bar Emilio y la que fue la casa de Manolín el Navetu
Cruzamos la calle hacia el Parque de La Tenderina
Allí está el Palacio de los Deportes de Oviedo, un vanguardista proyecto de Ildefonso Sánchez del Río Pisón inaugurado en 1975
Su techo tiene forma de caparazón de tortuga, algo inédito entonces pues fue la primera cúpula sin pilares del mundo. A lo lejos vemos algunas estribaciones del Naranco, el totémico monte al norte de la ciudad
Preciosos jardines
Zona de juegos
Bloques de pisos de diferentes épocas y estilos
A la izquierda discurre la Avenida Torrelavega, otro de los ejes del barrio, diseñada y abierta en la posguerra como vía-parque para las clases medias
Cruzando la calle Joaquí Blume tenemos a la derecha otra vista del Palacio de los Deportes
La ruta no tiene pérdida, es seguir siempre recto y de frente por La Tenderina
Llegamos a la estación de servicio, obra de Ignacio Álvarez Castelao
Tal y como habíamos dicho volvemos a ver asomando sobre los tejados la torre de la catedral
Ansiamos llegar pues al origen del Camino, de todos los caminos a Santiago, el de los primerísimos peregrinos
Seguimos hacia ella por esta explanada
Grandes manzanas de edificios de viviendas
Cruzamos la calle Río Caudal frente al Parque del Recreo
Más zona verde
Las características farolas...
Paso continuo de coches
Balcones que se asoman a la calle
Otra "gran manzana"
Más edificios de balcones...
La calle sigue un poco
Pero sigue recta adelante...
Ahora nos llamarán la atención, a la derecha, una sucesión de quintas con jardines, abandonadas y cubiertas de vegetación, existentes a la derecha de la calle: son los Chalets de la Fábrica de Armas de La Vega, doce viviendas en ocho edificios a manera de colonia de ciudad-jardín que se acabaron de construir en 1926 en el espacio de la antigua fábrica y La Tenderina
Fueron vivienda de trabajadores, jefes de fábrica, y sus familias pero con el tiempo fueron abandonándose, la fábrica se trasladó y hace años que no tienen vinculación con la misma, llegando la mayor parte a abandonarse y deshabitarse, si bien existen propuestas para acabar con esta situación de abandono
Ocupan una superficie de 11.000 m2 y aún vivían en un par de viviendas hasta hace poco. Se trataba de trabajadores que fueron trasladados a la Fábrica de Armas de Trubia, al oeste del concejo, pero que seguían residiendo aquí
Algunos jardines fueron de gran belleza, en algunos había árboles ornamentales, llamando la atención estas enormes palmeras
Se han convertido en una verdadera selva
Más palmeras y arbolado abandonado
Yedra y zarzales abundan por doquier
Testimonio de un antiguo esplendor...
Verjas oxidadas...
Presentan terrazas, balcones, buhardillas... y otros detalles arquitectónicos
Los muros de las fincas también de deterioran
Pasamos junto a ellos
Desde la acera de enfrente tenemos una perspectiva más amplia y completa de su estructura
La última vez que se limpió el terreno fue en el año 2012, cuando la empresa Santa Bárbara Sistemas lo desbrozó para ser entregado a su dueño, el Ministerio de Defensa
Varias son las propuestas existentes para aprovecharlos: viviendas sociales, residencias de artistas, equipamientos públicos... pero de momento así están
Vamos admirándolos todo el tiempo, según avanzamos por la acera...
Ya llegamos al último, viendo de frente El Campo de la Vega, por donde subiremos hacia la catedral
Símbolo de toda una historia...
Vayamos por la acera de la izquierda o la de la derecha hemos de cruzar la Ronda Sur
Más allá vemos la calle Azcárraga, la ruta al casco histórico, El Antiguo, y a la catedral
Estamos en la Plaza del Campo de la Vega, lindando al sur con el Campo de los Patos
Cruzamos la Ronda Sur
Esto es El Campo de la Vega, por donde tomaremos la calle Azcárraga.
Aquí a estos campos vino en 1773 el mercado de ganados que hasta entonces se celebraba en El Fontán, durando en el lugar hasta 1829 cuando se trasladó a Pumarín. Existió un mesón de hospedaje caminero muy afamado, la Casa la Goleta, o Goleta los Patos, en el actual número 44. Tanto desde el Campo de la Vega como desde el Campo de los Patos, podemos dirigirnos prontamente a la ya próxima catedral de San Salvador, atravesando el centro histórico
Según tomamos la calle veremos a lo lejos a nuestra derecha unos antiguos edificios fabriles
Se trata de la Fábrica de Armas Santa Bárbara. La histórica Fábrica de Armas de Oviedo se instaló aquí en 1857, viniendo de El Fontán, tras confiscarse el monasterio de Santa María de La Vega, que tuvo aquí su solar, convento de monjas benedictinas fundado en el año 1153 en terrenos propiedad de Alfonso VII El Emperador. Tras una larga vida monástica, las religiosas fueron trasladadas al monasterio de San Pelayo mientras los edificios monacales eran demolidos totalmente para la construcción de la nueva factoría de armamento, que llegó a tener una prestigiosa fábrica de aprendices. El motivo fue que la fabricación de armamento, distribuida entre la ciudad y Trubia, se concentrase para las armas portátiles en este nuevo emplazamiento de La Vega, lo que favorecería el crecimiento de la ciudad en esta dirección
Se conservaron eso sí diversos elementos medievales que pasaron a exponerse en el Museo Arqueológico, otros fueron reaprovechados con el tiempo, al consagrarse en las instalaciones fabriles una capilla dedicada a Santa Bárbara en 1926
Y así desde El Campo de la Vega subimos pòr la calle Azcárraga
Todo en cuesta hacia el casco histórico, el antiguo, la antigua ciudad "intramuros"
Es una calle un tanto estrecha y con bastante tráfico. Nunca nos despistemos y vayamos siempre por la acera
Hay diversos establecimientos comerciales y hostelería
Filas de viviendas de pisos
Garajes
Se trata de una de las antiguas entradas al centro de la ciudad
La cuesta se suaviza...
Y aquí, en el cruce con la calle Paraíso, también mientras subimos, veremos un buen lienzo de la antigua muralla medieval.
Ya en tiempos del monarca asturiano Alfonso II El Casto, quien hizo de Oviedo/Uviéu su capital a finales del siglo VIII, se levantó una muralla para protegerla. Pero siglos después Alfonso X El Sabio, rey de Castilla y León, ordenó construir una nueva en 1258, con un perímetro de 1.400 metros, altura de cuatro y grosor de más de dos. Aunque terminada a últimos de esa centuria o principios de la siguiente se sabe que aún en 1495 los Reyes Católicos concedieron tributos con el objeto de hacer torres y puertas
La muralla era, además de una defensa física, un símbolo de los fueros de la ciudad, garantizando su independencia frente a los poderes señoriales, no pocas veces hostiles, que imperaban en los territorios inmediatos. No obstante, al ir perdiendo su valor defensivo, sus muros fueron aprovechados para las construcciones de la creciente población que, a partir del siglo XVII, se iba extendiendo cada vez más fuera de su enclave intramuros medieval, no demasiado aún, al menos hasta la llegada del ferrocarril, por lo que la cerca llegó bastante intacta hasta mediado el siglo XIX, pero es entonces cuando, con el crecimiento de la ciudad, demográfico e industrial y la necesidad de comunicación fluida hacia la Estación del Norte, y en las demás direcciones, fue derribada en su mayor parte
Pero nosotros NO vamos hacia la muralla, seguiremos subiendo por la calle Azcárraga
Acabando la cuesta en la calle Jovellanos llegaremos al monasterio de San Pelayo, viendo a su izquierda el monumento en homenaje a este ilustrado y estadista asturiano, Gaspar Melchor de Jovellanos, a quien está dedicada esta vía. Nosotros, tras verlo, iremos a la izquierda, pasando frente al monasterio, por la calle San Vicente. Aquí estuvo en la antigua muralla o cerca la Puerta de la Noceda, por la que se sabe entraban los peregrinos procedentes de la costa, tal y como hacemos ahora nosotros, la cual fue demolida, dentro de las perspectivas urbanísticas de la época, entre 1850 y1855, pues confluirían en la zona las nuevas carreteras a Santander y a Gijón/Xixón
Juan de Villanueva, arquitecto del Museo del Prado fue el autor de su proyecto, hecho de la mano de Pruneda y Cañal, maestro de obras del Cabildo ovetense
El actual edificio del monasterio de San Pelayo, el nuevo ayuntamiento, y diversas casas se hicieron aprovechando las murallas ovetenses, las cuales siguieron derribándose hasta bien entrado el siglo XX, siendo declaradas en 1931 Monumento Histórico Artístico. Todavía en 1963 fue tirada la Torre de Gascona y las acciones efectivas en defensa de su integridad no comenzaron hasta 1977. Por aquí iremos siguiendo ruta hacia el antiguo monasterio de San Vicente, la Corrada del Obispo, el Tránsito de Santa Bárbara y la misma catedral...
La tragedia de la guerra y el asedio, cuando la ciudad entera fue frente bélico tantos meses, hizo mella en la población de la ciudad. El éxodo fue tan grande que de 42.000 habitantes pasó a los 9.000 y, cuando regresaron a casa, esta en muchos casos no existía, pues principalmente en los barrios exteriores la destrucción fue casi total. Ello, sumado a la gente que venía de los pueblos a buscar trabajo, ocasionó tal necesidad de vivienda que se construyó en esta zona pese a que en el Plan Gamazo, elaborado en la posguerra, no contemplaba hacerlo por los dichos inconvenientes y plantease más bien un uso industrial y, en todo caso, una proyección de ciudad-jardín de baja densidad con pequeñas casas y terrenos para autoconsumo de las clases más humildes, pensando en una ciudad-huerto que no se llevó a cabo pues los propietarios de los terrenos vieron más rentable hacer un populoso barrio edificado en altura y con manzanas cerradas. No obstante la recuperación poblacional fue lenta, pues hasta la década de 1950 no volvería a contabilizarse el número de habitantes que en 1930
Bancos en el bulevar
Más terrazas
Jardineras
Cruzamos la calle Río Piloña
Más prados a la izquierda
Terrazas y bares
Cruzamos la calle Río Nalón
A lo lejos zona de Colonia Vetusta y Fozaneldi, donde estuvo antaño uno de los antiguos campos del Real Oviedo, el Vetusta
A lo lejos, las tantas veces nevadas cumbres del Aramo, o como más propiamente se dice por parte de pastores y vecinos, El Puertu l'Aramo, cordillera situada en el mismo centro y corazón de Asturias, sobre los concejos de Lena/L.lena, Riosa y Morcín al este y sobre los de Santo Adriano, Proaza y Quirós al oeste. Sus cumbres llegan a pasar de los 1.700 metros de altura, destacando El Gamoniteiru con 1.786, El Barriscal de 1.734, El Gamonal 1.712, El Picu Xistras con 1.775 y Penapodre de 1.631, así como Las Bizarreras de 1.626 y Pelitrón de 1.562. Entre sus alturas destaca también L'Angliru, a 1625 metros de altura, una collada entre los picachos que ocultan buena parte del año sus cimas entre nieves o a veces entre nieblas, no siendo extraño que no pocas veces se eleven más altos que las propias nubes. Es una braña o majada, territorio de pastos, desde hace milenios, ahora famosa a nivel internacional por ser culmen una de las míticas etapas de montaña de competiciones ciclistas como la Vuelta a España. Realmente, a pesar de la altitud y de lo abrupto, toda la serranía es terreno en el que la peña caliza gris comparte espacio con hermosas camperas verdes de grandes pastizales en sus majadas, mayadas o mayeos. Milenarias civilizaciones pastoriles dejaron patente su presencia desde la más remota noche de los tiempos con sus necrópolis funerarias y monumentos mágico-religiosos, ofrendas y quizás algunas tradiciones y reminiscencias legendarias que han llegado a nuestros días, empezando por buena parte de la misma toponimia
Hoy como ayer El Puertu l'Aramo es zona de ganados en verano, cuando la hierba surge tras irse el manto blanco de las nieves. Pastos y agua para abrevar dieron, incluso en nuestros días, ocasión a rencillas ganaderas en las que se involucran concejos enteros. No en vano parece ser que, por esta razón fue también desde épocas muy remotas una suerte de divisoria natural plasmada posteriormente en las divisiones administrativas o en las mismas isoglosas lingüísticas. Constituye a la vez una suerte de paso entre los valles centrales asturianos del Nalón y Caudal (antaño valle del Río Grande), con los valles del Trubia, al otro lado de estas montañas, así como, cuando el clima lo permite, entre la meseta y el centro de Asturias. Ancestrales rutas de pastoreo, pero también de arriería, trashumancia y peregrinación atraviesan el Aramo y no pocos santuarios parecen cristianizar cultos prerromanos muy anteriores, como es el caso de la Virgen del Alba en Quirós. Dentro de este bagaje entre natural y sagrado se atribuye al Aramo ser lingüísticamente un teónimo dedicado a la divinidad céltica gala Aramo-onis, así lo presenta el profesor Martín Sevilla Rodríguez en su obra Toponimia de Origen Indoeuropeo Prelatino en Asturias (Real Instituto de Estudios Asturianos, 1980). La Toponimia, no siempre ciencia exacta no obstante, le plantea otros posibles orígenes etimológicos, así el doctor Xulio Concepción en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana (KRK Ediciones 2001), sin desdeñar la opción anterior, propone su vinculación a la raíz del céltico ar-, ar-n con su variante ar-m, relacionado con valle y/o agua. En este caso conviene no olvidar que, aparte del agua para pueblos, villas y brañas circundantes, de aquí mana el agua que abastece a la ciudad de Oviedo/Uviéu a través del embalse de los Alfilorios. En lo concerniente a la historia se vincula al Aramo, junto con las aún más altas estribaciones de las Ubiñas al sur, y que podemos tal vez divisar muy en la distancia (en ese caso nos parecería una prolongación de la misma cordillera) con el no menos mítico Mons Vindius de la última resistencia astur contra las legiones romanas de Augusto en las campañas de conquista del 25 al 19 a.C. Mons Vindius o del monte blanco, o del dios Vindio, otro teónimo celta al que se le busca relación con el santuario mariano de Bendueños en Lena/L.lena. Si bien es cierto que la geografía y escenarios concretos de las guerras asturcántabras contra Roma están sujetos a numerosas interpretaciones y los nombres transmitidos por los cronistas clásicos abarcan en su ubicación, según el parecer de cada historiador, una amplia franja del noroeste peninsular, desde Peña Sagra y los Picos de Europa hasta las montañas del Bierzo, Ancares y los cordales astúricos
La catedral se ha perdido para nuestra vista, pero volveremos a tenerla enfrente dentro de poco
Prados allá la zona rural de La Tenderina
Allá en lo alto está la célebre Casa Quilo, bar fundado en 1934, el más antiguo de La Tenderina, donde se guarda la memoria de Manolín el Navetu, célebre personaje popular del barrio, tan querido que los chavales hicieron una colecta, allá por 1977, para encargar un cuadro con su figura, encargado al pintor Juan de Amandi, abonándole 26.750 pesetas
Primeramente se expuso en el bar Emilio, que era a donde él iba más, cerca de su casa en La Caleya del Cordero, actual calle Río Dobra, cuando este cerró pasó al Bar Civán y tras el final de este fue a Casa Quilo, dentro de una especie de contrato existente en el documento que registra la propiedad de la obra y que dice...
"El cuadro ha sido pagado por los clientes del bar Emilio, y no puede venderse ni donarse, ni ser sacado del barrio. Debe exponerse en un sitio público y tras el cierre del establecimiento que lo tenga pasará al siguiente local en orden de antigüedad"
Calle la Quintana, del campo a la ciudad
Y esta es la calle Río Dobra, donde estuvieron la Caleya del Cordero, el bar Emilio y la que fue la casa de Manolín el Navetu
Cruzamos la calle hacia el Parque de La Tenderina
Allí está el Palacio de los Deportes de Oviedo, un vanguardista proyecto de Ildefonso Sánchez del Río Pisón inaugurado en 1975
Su techo tiene forma de caparazón de tortuga, algo inédito entonces pues fue la primera cúpula sin pilares del mundo. A lo lejos vemos algunas estribaciones del Naranco, el totémico monte al norte de la ciudad
Preciosos jardines
Zona de juegos
Bloques de pisos de diferentes épocas y estilos
Cruzando la calle Joaquí Blume tenemos a la derecha otra vista del Palacio de los Deportes
La ruta no tiene pérdida, es seguir siempre recto y de frente por La Tenderina
Llegamos a la estación de servicio, obra de Ignacio Álvarez Castelao
Tal y como habíamos dicho volvemos a ver asomando sobre los tejados la torre de la catedral
Ansiamos llegar pues al origen del Camino, de todos los caminos a Santiago, el de los primerísimos peregrinos
Seguimos hacia ella por esta explanada
Grandes manzanas de edificios de viviendas
Cruzamos la calle Río Caudal frente al Parque del Recreo
Más zona verde
Las características farolas...
Paso continuo de coches
Balcones que se asoman a la calle
Otra "gran manzana"
Más edificios de balcones...
La calle sigue un poco
Pero sigue recta adelante...
Ahora nos llamarán la atención, a la derecha, una sucesión de quintas con jardines, abandonadas y cubiertas de vegetación, existentes a la derecha de la calle: son los Chalets de la Fábrica de Armas de La Vega, doce viviendas en ocho edificios a manera de colonia de ciudad-jardín que se acabaron de construir en 1926 en el espacio de la antigua fábrica y La Tenderina
Fueron vivienda de trabajadores, jefes de fábrica, y sus familias pero con el tiempo fueron abandonándose, la fábrica se trasladó y hace años que no tienen vinculación con la misma, llegando la mayor parte a abandonarse y deshabitarse, si bien existen propuestas para acabar con esta situación de abandono
Ocupan una superficie de 11.000 m2 y aún vivían en un par de viviendas hasta hace poco. Se trataba de trabajadores que fueron trasladados a la Fábrica de Armas de Trubia, al oeste del concejo, pero que seguían residiendo aquí
Algunos jardines fueron de gran belleza, en algunos había árboles ornamentales, llamando la atención estas enormes palmeras
Se han convertido en una verdadera selva
Más palmeras y arbolado abandonado
Yedra y zarzales abundan por doquier
Testimonio de un antiguo esplendor...
Verjas oxidadas...
Presentan terrazas, balcones, buhardillas... y otros detalles arquitectónicos
Los muros de las fincas también de deterioran
Pasamos junto a ellos
Desde la acera de enfrente tenemos una perspectiva más amplia y completa de su estructura
La última vez que se limpió el terreno fue en el año 2012, cuando la empresa Santa Bárbara Sistemas lo desbrozó para ser entregado a su dueño, el Ministerio de Defensa
Varias son las propuestas existentes para aprovecharlos: viviendas sociales, residencias de artistas, equipamientos públicos... pero de momento así están
Vamos admirándolos todo el tiempo, según avanzamos por la acera...
Ya llegamos al último, viendo de frente El Campo de la Vega, por donde subiremos hacia la catedral
Símbolo de toda una historia...
Vayamos por la acera de la izquierda o la de la derecha hemos de cruzar la Ronda Sur
Más allá vemos la calle Azcárraga, la ruta al casco histórico, El Antiguo, y a la catedral
Estamos en la Plaza del Campo de la Vega, lindando al sur con el Campo de los Patos
Cruzamos la Ronda Sur
Esto es El Campo de la Vega, por donde tomaremos la calle Azcárraga.
Aquí a estos campos vino en 1773 el mercado de ganados que hasta entonces se celebraba en El Fontán, durando en el lugar hasta 1829 cuando se trasladó a Pumarín. Existió un mesón de hospedaje caminero muy afamado, la Casa la Goleta, o Goleta los Patos, en el actual número 44. Tanto desde el Campo de la Vega como desde el Campo de los Patos, podemos dirigirnos prontamente a la ya próxima catedral de San Salvador, atravesando el centro histórico
Según tomamos la calle veremos a lo lejos a nuestra derecha unos antiguos edificios fabriles
Se trata de la Fábrica de Armas Santa Bárbara. La histórica Fábrica de Armas de Oviedo se instaló aquí en 1857, viniendo de El Fontán, tras confiscarse el monasterio de Santa María de La Vega, que tuvo aquí su solar, convento de monjas benedictinas fundado en el año 1153 en terrenos propiedad de Alfonso VII El Emperador. Tras una larga vida monástica, las religiosas fueron trasladadas al monasterio de San Pelayo mientras los edificios monacales eran demolidos totalmente para la construcción de la nueva factoría de armamento, que llegó a tener una prestigiosa fábrica de aprendices. El motivo fue que la fabricación de armamento, distribuida entre la ciudad y Trubia, se concentrase para las armas portátiles en este nuevo emplazamiento de La Vega, lo que favorecería el crecimiento de la ciudad en esta dirección
Se conservaron eso sí diversos elementos medievales que pasaron a exponerse en el Museo Arqueológico, otros fueron reaprovechados con el tiempo, al consagrarse en las instalaciones fabriles una capilla dedicada a Santa Bárbara en 1926
Y así desde El Campo de la Vega subimos pòr la calle Azcárraga
Todo en cuesta hacia el casco histórico, el antiguo, la antigua ciudad "intramuros"
Es una calle un tanto estrecha y con bastante tráfico. Nunca nos despistemos y vayamos siempre por la acera
Hay diversos establecimientos comerciales y hostelería
Filas de viviendas de pisos
Garajes
Y aquí, en el cruce con la calle Paraíso, también mientras subimos, veremos un buen lienzo de la antigua muralla medieval.
Ya en tiempos del monarca asturiano Alfonso II El Casto, quien hizo de Oviedo/Uviéu su capital a finales del siglo VIII, se levantó una muralla para protegerla. Pero siglos después Alfonso X El Sabio, rey de Castilla y León, ordenó construir una nueva en 1258, con un perímetro de 1.400 metros, altura de cuatro y grosor de más de dos. Aunque terminada a últimos de esa centuria o principios de la siguiente se sabe que aún en 1495 los Reyes Católicos concedieron tributos con el objeto de hacer torres y puertas
La muralla era, además de una defensa física, un símbolo de los fueros de la ciudad, garantizando su independencia frente a los poderes señoriales, no pocas veces hostiles, que imperaban en los territorios inmediatos. No obstante, al ir perdiendo su valor defensivo, sus muros fueron aprovechados para las construcciones de la creciente población que, a partir del siglo XVII, se iba extendiendo cada vez más fuera de su enclave intramuros medieval, no demasiado aún, al menos hasta la llegada del ferrocarril, por lo que la cerca llegó bastante intacta hasta mediado el siglo XIX, pero es entonces cuando, con el crecimiento de la ciudad, demográfico e industrial y la necesidad de comunicación fluida hacia la Estación del Norte, y en las demás direcciones, fue derribada en su mayor parte
Pero nosotros NO vamos hacia la muralla, seguiremos subiendo por la calle Azcárraga
El actual edificio del monasterio de San Pelayo, el nuevo ayuntamiento, y diversas casas se hicieron aprovechando las murallas ovetenses, las cuales siguieron derribándose hasta bien entrado el siglo XX, siendo declaradas en 1931 Monumento Histórico Artístico. Todavía en 1963 fue tirada la Torre de Gascona y las acciones efectivas en defensa de su integridad no comenzaron hasta 1977. Por aquí iremos siguiendo ruta hacia el antiguo monasterio de San Vicente, la Corrada del Obispo, el Tránsito de Santa Bárbara y la misma catedral...
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