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sábado, 9 de julio de 2016

SAN ROQUE'L PICU: UN CAMPO DE ROMERÍAS ANTE EL MAR. ENTRE LAS BALLOTAS Y LAS PALANCAS (ASTURIAS)

 

San Roque'l Picu y su campo

Situada en un magnífico campo de romerías de La Sierra las Palancas que da vista al mar, a 367 mettros de altitud, la ermita de San Roque'l Picu constituye un posible lugar de paso y auxilio para aquellos peregrinos que, abrumados por las fragosidades de la bella pero abrupta serranía, decidan, sobre todo si las circunstancias climatológicas no son buenas, bajar de nuevo a la marina para seguir por el Camino de las Ballotas, en la marina más occidental del concejo asturiano de Cudillero/Cuideiru antaño también temido por sus continuas subidas y bajadas pero situado a mucha menor altitud y de clima más suave, al lado del Mar Cantábrico 

Vista de la costa desde San Roque'l Picu hasta Cabu Vidíu

Y, sobre todo en nuestros días, mucho más poblado y comunicado, con numerosos pueblos, albergues y alojamientos, tiendas, bares y casas de comidas en lugares como Ballota, al pie de la ermita, Santa Marina, Castañeras o Novellana, próximos además a las impresionantes playas y acantilados de la zona y muy concurridos en temporada alta

Ballota y la bajada de Las Palancas por San Roque'l Picu

Por eso, si bien la Ruta de las Palancas o Camín de los vaqueiros es sumamente bella e inolvidable, algún peregrino fatigado, falto de agua o vitualla o, sobre todo, castigado por los elementos, las temidas nieblas, la lluvia, nieve o granizo, o simplemente porque ha cambiado de idea, tiene en este lugar un enclave intermedio por el que puede bajar desde las alturas de Las Palancas hasta Ballota por San Roque'l Picu, empleando para ello una cómoda carretera local en la que, además, va a disfrutar, si dichas circunstancias climáticas lo permiten, de unas impresionantes vistas de la franja costera de Las Ballotas, al occidente de Las Luiñas o L.luiñas, una de las partes de la antigua Pravia de Allende que constituyeron el concejo de Cudillero/Cuideiru cuando este se independizó definitivamente de Pravia en 1837 (ya había tenido momentáneamente ayuntamiento propio en los periodos constitucionales de 1812 y 1820)

Hórreo, campo y capilla de San Roque'l Picu

Es más, en algún momento esta bajada del Camino de las Palancas al de las Ballotas estuvo señalizado por particulares cuando el primero era aún menos frecuentado que ahora, e incluso en su comienzo, en Las Chabolas, al sur de Oviñana y nada más subir de Soto de Luiña, se había advertido con grandes letras que se trataba de un verdadero camino de montaña

La Sierra las Palancas con El Picu Paradiel.la el primero a la izquierda. Desde la bajada a San Roque

Además, cuando el peregrino que sube a Las Palancas da vista a su cumbre cimera, El Picu Paradiel.la (716 m), aún le aguarda una fuerte ascensión hasta casi su cima para luego bajar, casi a pico, ladera abajo en un prolongado descenso cerca de la braña de Busmarzu hasta el valle de San Playu o San Pelayo de Tehona para ganar la costa por Villademoros/Vil.lamouros, ya en Valdés. La belleza del recorrido de ese Camino, que es además el trazado oficial, va acompañada de su dureza, tanto física como el no haber casi población alguna en un muy largo trayecto montañero, sin posibilidad de albergue, comida o mismamente agua

La bajada a San Roque'l Picu desde Las Palancas acontece aquí, el Altu Cabornín (432 m), en esta encrucijada al final de un tramo de carretera local poco después de La Venta Nueva y La Venta Vieya, uno de los pocos enclaves poblados de todo el trayecto oficial del Camino de Santiago por la serranía, cuya cresta hace de frontera entre los concejos de Cudillero/Cuideiru a la derecha, y de Valdés a la izquierda



En este lugar el Camino de Santiago sigue de frente y continúa por la falda sur del Picu Paradiel.la (véase el mojón a la izquierda de la foto), pero aquellos peregrinos que, por los motivos que fueren, deseasen dejar la montaña y bajar al Camino de las Ballotas, el más costanero, han de seguir las señales viarias de la derecha, que indican Ballota y Ermita San Roque


Si nuestras condiciones físicas no son las más óptimas, si las condiciones climáticas no son buenas en la montaña, o si necesitamos alguna provisión, son algunas de las posibles razones para abandonar la ruta por estas hermosas aunque solitarias cresterías y bajar a los pueblos y caminos más cercanos a la carretera nacional (N-632) y al mar, más habitados y provistos. Fijémonos en las flechas amarillas pintadas en los soportes de las señales y otra, casi borrada, en el suelo



Esta vía local, pese a estar asfaltada, es además una delicia respecto a sus paisajes, con normalmente escaso tráfico, si bien las repoblaciones intensivas de pinos y ocalitos han mermado mucho buena parte de sus miradores naturales sobre el mar y la montaña


Tras una corta y pequeña cuesta desde el cruce el camino tiende a llanear por la falda NE del Picu Cabornín, cuya cima también marca la frontera entre concejos. En la Enciclopedia del paisaje de Asturias nos ofrecen de él esta excelente descripción:
"De 537 m de altura, se encuentra situado en la divisoria entre los concejos de Valdés, parroquia de Arcallana (Arcayana) y de Cudillero, parroquia de Ballota. En sus faldas nacen varios pequeños arroyos. Los materiales del sustrato pertenecen a la serie Los Cabos y están parcialmente recubiertos de derrubios de ladera"

La serie Los Cabos es una formación geológica conocida por este nombre dado que se haya presente en varios cabos de la costa asturiana, formando parte de la zona geológica Asturoccidental-leonesa, la cual data del periodo Cámbrico medio y transición con el Ordovícico, compuesta por pizarras, areniscas y cuarcitas, no siendo muy abundante en fósiles aunque se localizan en según que lugares trilobites, moluscos, equinodermos y braquiópodos. Fueron sus primeros estudiosos los geólogos Guillermo Schulz en 1858 y Charles Barrois en 1882


"La vegetación predominante es el monte bajo de tojal-brezal, además de plantaciones de pino y eucalipto", nos informa también la Enciclopedia del paisaje de Asturias, así como que hacia el suroeste, es decir, al otro lado del monte, está el túmulo megalítico de El Pocín


Cabornín es diminutivo de cabornu, que con diferentes variantes como caborniucaburnucagüernu, etc., designa a un tronco hueco, no sabemos si con intención metafórica debido a alguna característica orográfica del monte o simplemente aludiendo a sus viejas arboledas de castaños, carbayos y otras especies autóctonas, ahora barridas con la plantación forestal industrial


En la carretera son evidentes los trabajos de ensanche de la calzada, con este paredón de tierra a la izquierda



A nuestra derecha, El Picu los Uesos o Huesos (443 m), también señalando la frontera con Valdés, al norte de Arcayana, sobre el profundo valle de Las Fuentes de Cándano, que da sus aguas al río Cándano, que bajará después por Bosquerrubiu y Las Fontinas camino de su desembocadura en el mar


Mar y costa que ya vemos, magnífico, desde aquí, donde el Cándano recibe las aguas de los arroyos de El Carcabón y de La Cabrita antes de dar sus aguas al Cantábrica



La desembocadura la hace por El Castro, Castañeras, en la playa de La Ribera del Molín, una de las fantásticamente agrestes existentes costas de Las Ballotas


Desde Castañeras la ruta jacobita del Camino de las Ballotas baja al hondo surco del río Cándano al pie del barrio de La Calea Baxo, para luego subir seguidamente a Santa Marina


Asoman allí algunos de los famosos acantilados del Gavieiru o Gavieiro, la popularmente conocida como Playa del Silencio, al norte de Castañeras, accesible con un corto desvío desde el Camino, si bien bajando un importante desnivel para llegar a la orilla


Asoma, más a lo lejos, El Cabu Vidíu con su islote de El Chouzano enfrente, uno de los cabos más importantes de Asturias, desde el que se dice puede verse desde Estaca de Bares al Cabu Peñes


En la lejanía se reconoce muy bien su faro, encima de sus imponentes acantilados de una altura de 80 metros sobre las aguas, uno de sus grandes atractivos junto con La Iglesiona, imponente cavidad formada por la erosión, que puede visitarse por un camino que va por esos impresionantes cantiles


El Camino va bajando, suavemente ahora, al principio, por esta arbolada falda del Cabornín


Y este es El Picu l'Arquera o Esqueirubiu (474 m), a veces llamado San Roque, otra de nuestras referencias geográficas en la bajada a la ermita y de allí a Ballota


Aquí vemos mejor las honduras del río Cándano que se abre paso por la Sierra las Palancas por Las Fontinas y La Solana. Un poco a la derecha El Cabu o El Cou del Cabu (269 m), que da vista a Castañeras y Novellana


De la misma manera que el Camino baja de Castañeras al río Cándano para dirigirse a Santa Marina, también en el paso de Novellana a Castañeras hay que bajar al profundo barranco de otro río, El Prau Llagón, para seguidamente subir al segundo pueblo. Las Ballotas son una verdadera montaña rusa, con continuas bajadas y subidas como estas, un lugar, como otros del Camino de Santiago Norte, donde las montañas costeras se desparraman literalmente hacia el mar. Se trata de las Siete Ballotas, o valles profundos, tan temidas por los viajeros de la antigüedad, que hicieron célebre el dicho "Siete ballotas y un ballotín vaya'l demoniu qué mal camín"


El paso de Las Ballotas y el de toda la cornisa cantábrica en general, fue un problema que se prolongó incluso cuando llegaron las carreteras. Aquí las continuas, enrevesadas y muy peligrosas curvas de la carretera Ribadesella-Canero, luego N-632 eran un asunto temible en la conducción. Ahora la Autovía del Cantábrico supera estas inmensas hondonadas con una sucesión de viaductos, como este que vemos bajo Castañeras, el de Cándano


La Punta Nocedal y a su izquierda el rocoso islote de La Cogolla, en El Gavieiru, que será otra de nuestras referencias visuales según avancemos hacia el mar...


Una vista de este maravilloso paraje al sol de la mañana. Un poco más atrás un islote cónico y también rocoso forma parte de los peñascos llamados La Cagona, La Cagonina y La Percebera, cuyos nombres suelen intercambiarse y sitos frente a la ensenada de La Caladoria detrás de El Gavieiru


Novellana, que como Ballota, Castañeras, Santa Marina y Ballota, se asienta en las planicies de la rasa costera que se extienden entre el mar y la montaña, por un lado, y entre los surcos entre uno y otro río, del otro. El Camino de las Ballotas los atraviesa de este a oeste


Cabo Vidío o Cabu Vidíu al este, en lontananza, con su faro "este empezó a funcionar en 1950; su luz es de color blanco, se difunde con destellos cada 5 segundos y se puede observar a 25 millas", leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias. También consultamos la Wikipedia, que nos ofrece esta detallada descripción:
"Enclavado en el cabo se encuentra el último faro construido hasta la fecha en Asturias y uno de los más nuevos de España, ya que se construyó entre los años 1948 y 1950. Es un complejo formado por el faro y dos viviendas que sustituyó a la antigua señal de aviso. Está situado a 89 metros sobre el nivel del mar. La linterna está situada a 76 m sobre el nivel medio del mar y 10 m de altura respecto al cabo. La señal luminosa emite 4 destellos cada 20 segundos, con un alcance de 35,8 millas con buen tiempo y 16 millas con bruma. Hoy en día es automático y se acciona remotamente por técnicos de señales marítimas"
  
Los acantilados forman parte de las defensas naturales de lo que fue uno de los más grandes castros costeros asturianos, El Castrellón, bien estudiado por el arqueólogo Eduardo Pérez-Fernández, a la espera, como tantos otros, de las oportunas excavaciones, y del que nos dice en su web ArqueoAstur:
"No deja de ser curioso que un recinto fortificado como el Castrellón haya pasado inadvertido. Y más aún en un lugar tan emblemático y visitado de la costa asturiana como es el Cabu Vidíu, en el concejo de Cuideiru. Puede que el impresionante paisaje que se puede disfrutar cuando se avanza por la pequeña carretera que lleva al faro, haya desviado la atención, consiguiendo mantenerlo oculto a la vista de todos. Y eso que nos encontramos ante uno de los recintos fortificados más grandes del sector costero asturiano, que perfectamente podríamos equiparar con la Campa Torres en Xixón o los grandes castros del interfluvio Navia-Eo..."

Más al interior, La Sierra'l Pumar o de los Vientos marca la divisoria de los concejos de Pravia, Salas y Cudiller/Cuideiru. Algunas de sus cimas son los picos de Carceda (606 m), Llan de Cubel (674 m), La Gametosa (449 m), Andolinas (659 m)... los hemos visto siguiendo el Camino de las Ballotas, así como algunas de las brañas vaqueiras de los pastores nómadas del occidente astur que se extienden por sus laderas


Y una de sus más célebres brañas es la de Brañaseca, donde dice la leyenda que los vaqueiros, hartos de un cuélebre (serpiente alada de la mitología asturiana), al que habían de alimentar con una gran fogaza de pan de centeno y boroña (pan de maíz), para evitar que les devorase el ganado, un día le echaron a la cueva una gran piedra caliente para acabar con él, al grito de "abre la boca culebrón, que te va el boroñón"...


A lo lejos, el Alto de Santa Ana de Montarés (404 m), forma parte de toda esta prolongación de cadenas costeras se yerguen ante el mar, viéndose desde la lejanía. Se trata de un monte totémico con reminiscencias ancestrales, dedicado a la Madre de la Virgen María con un santuario milagrero que "compartía funciones piadosas con las de hospedería jacobea y cuadra de caballería", según el historiador Luis Antonio Alías y paraje de extraordinario sentimiento espiritual e histórico del que hablábamos abundantemente  cuando caminábamos a sus pies


Pinos y eucaliptos han sido plantados masivamente en la montaña. Aún así vemos perfectamente bien la ermita de Santa Ana de Montarés por su parte posterior. El culto se registra desde el siglo X y, como es común en estos santuarios antiguos y milagreros, abundan las leyendas y las tradiciones, la más conocida y que comparten numerosas capillas, la de la aparición de imagen tallada en el mar, la cual a la que se le construye una capilla en el valle, pero extrañamente los materiales desaparecen del lugar y aparecen, tras búsqueda siguiendo señales sobrenaturales, en lo alto de la montaña sagrada, pasando esto tantas veces como son necesarias hasta que se decide construir su ermita allí en lo alto


Las peregrinaciones a Santa Ana de Montarés, existentes desde tiempo inmemorial, pues estamos sin duda ante un lugar de culto prerromano cristianizado, se vieron notablemente incrementadas cuando el Papa Clemente XI concedió jubileo perpetuo el día de Santa Ana. El monte recuerda en su topónimo, y en parte también en su forma alargada y aplanada, al Monte Areo gijonés y carreñín. Se ha querido ver en ello unos posibles montes de las aras, las aras sestianas o monumentos de culto imperial romano, si bien nos adentramos ya en un terreno de meras elucubraciones. También se especula una relación con Ariu, topónimo existente en Los Picos de Europa, el cual podría dar el nombre de un antiguo posesor Arius, o con el indoeuropeo ar o ara, valle o río. Más apurada parece la explicación, ampliamente divulgada, que haya sido enclave del culto a un dios guerrero personificado en el griego Ares. Sea como sea hay quien dice que el lugar es "El Lourdes del Bajo Nalón" de la cantidad de gente que acude a su romería


Al sur, la Sierra los Baos o los Vayos, reconocible por su parque eólico. Ahí están el Picu la Sinxania, también llamado Xinxane o L'Altu Gamachal (724 m), y El Picu Gallo (631 m), en la Sierra de Pedro Cuero, cerca de la braña vaqueira de La Rondiella


Esa ladera norte presenta grandes praderías, son de otra braña, El Ribáu, que aparece en el censo de brañas vaqueiras valdesanas de 1974


Los vaqueiros de estas brañas altas de Las Ballotas, de la antigua Pravia de Allende y de sus vecinos de Salas y Valdés, acudían a la romería de San Roque'l Picu y otros santuarios por ellos especialmente venerados en lo alto de estas montañas donde tenían su hogar, venerados no solamente religiosamente sino también identitariamente, pues su modo de vida trashumante entre los pastos de la marina, de clima suave, y la de los puertos de la cordillera, a donde iban en verano, perfiló un sentimiento grupal fuertemente arraigado y por lo común enfrentado con sus vecinos los marnuetos, o habitantes de la marina, y xaldos de los pueblos del interior, del valle principalmente


Una línea de postes telefónicos de madera baliza este recorrido que, aunque ya no viésemos flechas amarillas, no ha de tener mayor posibilidad de pérdida, pues es todo seguir cuesta abajo con los dos hitos fundamentales de San Roque y de Ballota


Empieza ahora una buena rampa en descenso, la primera de una cuantas que nos iremos encontrando, algunas aún más pendientes, en lo que sí es verdad que será un prolongado, aunque bastante cómodo, descenso del monte a la marina


De nuevo ante nosotros el picudo monte de L'Arquera, un topónimo abundante en los montes y que se refiere a las antiguas arcas de los túmulos prehistóricos, neolíticos y megalíticos, con los que las más antiguas civilizaciones pastoriles que poblaron estas montañas, antecesores de los vaqueiros, nos transmitieron su legado en forma de estas grandes necrópolis que se extendían por doquier, a veces señalando lugares sacros, viejos caminos y divisorias ganaderas, sociales, grupales y territoriales, en las que en muchos casos siguen basándose las actuales fronteras de concejos y parroquias


Aquellas cámaras funerarias prehistóricas de 4.000-5.000 años de antigüedad donde enterraron a sus seres queridos fueron así durante milenios, referencias físicas, geográficas, históricas y hasta mitológicas, pobladas de seres y personajes míticos y fabulosos, guardianes de tesoros y de fantásticas galerías a un inframundo subterráneo


Fijémonos en el cortafuegos del pinar plantado en sus laderas, ya muy crecido. Estas explotaciones forestales intensivas hicieron desaparecer tristemente muchas de aquellas arcas que, como auténticas máquinas del tiempo, habían llegado casi hasta nuestros días, algunas saqueadas secularmente pero otra aún con enseres y ofrendas que nos han dado pistas y conocimiento sobre su vida y existencia


Una imagen de unos pocos años antes de este emblemático monte de L'Arquera, con los pinos aún no crecidos, como muestra de cómo puede cambiar el paisaje en relativamente poco tiempo


La fuerte bajada se suaviza en esta curva cerrada con guardarraíl, reparemos cómo crecen los toxos en la vereda, el monte bajo que caracteriza también el paisaje montesino del cordal


"El mar, colgado de las montañas" llama el periodista Antonio Alba a este paisaje desde la Sierra de las Palancas. A la derecha, El Picu Perina (444 m), sobre la también braña vaqueira de Resiellas, con cuyos vaqueiros hubo un grave enfrentamiento entre los siglos XVIII y XIX al crearse la nueva parroquia de Novellana, una entidad, la parroquia, que tanto en Asturias como en Galicia y otros lugares del mundo, trasciende la organización religiosa y es entidad administrativa civil


Si bien, el símbolo físico en ambos casos era la construcción de una nueva iglesia, la cual se empleaba para usos litúrgicos y laicos, como las reuniones vecinales dominicales o conceyu abiertu, a la salida de misa, el símbolo de pertenencia de los ritos, nacimiento-bautismo, romerías patronales, bodas, entierros, camposanto, lo que hacía que la creación de una nueva entidad parroquial abarcase no solamente asuntos espirituales sino también familiares, afectivos, sentimentales, y por supuesto económicos, pues habría que sufragar nuevo templo, párroco, fiestas propias, camposanto y posiblemente hasta maestro


En este caso la nueva iglesia sería la de la jacobita advocación de Santiago de Novellana, edificada tras la Real Orden del Superior Consejo de Cámara el 13 de octubre de 1787 por la que se aprobaba la creación de una vicaría fija en Novellana, a la que siguió cuatro años más tarde, el 28 de noviembre de 1791, la de una nueva parroquia, compuesta por los núcleos de Novellana, Castañeras y Resiellas, una decisión que, leyendo el libro Historia del valle de Las Luiñas de Cudillero en el Camino de Santiago, de Ángel Ardura Parrondo, no pareció entusiasmar de mano mucho a los vecinos, que ni ofrecen medios para construir un nuevo templo ni aportan para sus enseres y objetos litúrgicos. En marzo de aquel año, los estados noble y llano llegan a un acuerdo para edificar este nuevo templo, pero los vaqueiros recurren:
"En el acuerdo se reflejaba que los vaqueiros quedaban unidos a la iglesia de Novellana, debido a que así lo ordenaba el Sr. Provisor (por lo que aceptan su legitimidad de pertenecer a la parroquia), pero quedaban exonerados de la obligación de pechar en la construcción "... por cuanto quedan exonerados de fabricar iglesia y casa...". Por ello no participarían en la organización y construcción del templo"

El templo parece ser se construiría rápidamente tras el acuerdo de marzo (luego se supone llegarían ampliaciones y reformas, dado que la traza actual es del siglo XIX), pues el 4 de diciembre se oficia la primera misa, empleándose para ello los ornamentos de la iglesia de Soto, dado que el estado llano no los había aportado, tal y como se había comprometido. El nuevo mayordomo, Llano Ponte, sucesor de los de la antigua capilla, toma su cargo de administrador, que dura tradicionalmente un año. El 12 de enero de 1792 establece los tramos, costes y categorías de los espacios para las sepulturas


Todo el proceso de constitución y creación de la parroquia, así como la construcción de esta nueva iglesia, conllevó el litigio con los vaqueiros, del que llega a escribir el mismo ilustrado y prócer Gaspar Melchor de  Jovellanos en aquellos momentos:
"... acaba de establecerse parroquialidad separada con la advocación de Santiago, pero hay un pleito escandaloso con los vaqueros, a quienes no se les quiere dar la Sagrada Comunión sino a la puerta de la iglesia para toda concurrencia. Los plebeyos conforme con eso, pretenden lugar preferente a los vaqueros, y estos luchan por no ser menos que los plebeyos. ¡Cuándo querrá el cielo vengar la mayor parte del género humano de tan escandalosas y ridículas distinciones!

Me avergüenzo de vivir en un país que las ha criado y las fomenta, pero al cabo, la razón vengará algún día las injurias que hoy recibe la ignorancia..."

Años después, en 1820, se armó una gran pelea a  palos un domingo en el campo de la iglesia, logrando a partir de entonces los vaqueiros el derecho a entrar y ponerse donde quisieran, tal y como escribe el folklorista Aurelio del Llano en Bellezas de Asturias (1928)


Sigue el camino, bajando suavemente ahora, por la falda occidental de L'Arquera, también plantada completamente de pinares, antiguos pastos y bosquetes de arbolado autóctono que fueron abandonándose por causa del éxodo rural, el abandono del campo y, por ende, el final de la trashumancia y cierre de muchas caserías (ganaderías), aunque no todas


En la carretera, a la derecha hay un espacio empleado para dar vuelta los vehículos, a la izquierda la entrada a una finca


A nuestra izquierda, las laderas E y N del Picu Cabornín, al otro lado sigue el Camino de las Palancas o Camín de los Vaqueiros


Camino que luego sigue hacia El Picu Paradiel.la (716 m), que ya vemos en la distancia, al oeste


Fácil de identificar por ser el más alto, por su forma y por su antena con caseta en la cima, desde aquí llega a reconocerse el Camino de Santiago por su ladera norte, poco más abajo de la cima, que baja de izquierda a derecha hacia El Campu l'Árguma, dando vista al Picu las L.liebres (672 m)


La gran bajada por allí se efectúa a partir de esa parte de la sierra, por Cándano Blanco y sobre la braña de Busmarzu, la veremos mejor desde un poco más adelante, así como la rasa costera del vecino concejo de Valdés, donde se unen los caminos de Las Palancas y de Las Ballotas


Seguimos así andando carretera adelante por la falda de L'Arquera, donde viene ahora una sucesión de curvas, prácticamente en llano


La carretera, con más quitamiedos, zigzaguea siguiendo la sinuosidad de la ladera


La línea de postes siempre a nuestro lado, observemos como crecen los tojos en las veredas


Según bajamos mejora a occidente nuestro campo de visión de la la Sierra de Las Palancas, topónimo de origen prerromano, posiblemente incluso preindoeuropeo, que poco tiene que ver realmente con palancas en el sentido actual del término, sino de la raíz pal, con el significado de montaña o roca, presente también en los Alpes y los Pirineos


Vemos bien ahora, empezando por la izquierda, el Alto las Cogruzas (577 m), por donde sube, a su derecha el Camín de Las Palancas, en cuesta a La Paradiel.la ("l.l" igual en pronunciación a "ts", la 'che vaqueira'). Cogruzas parece una de tantas evoluciones de la raíza prerromana kor, roca, monte, elevación, saliente, como cogolla y derivados, topónimos usuales en las montañas..


Abajo hay una verdadera "sima" de prados y bosques que caen al estrecho y profundo valle del Regueiru'l Cabanón y sus afluentes como La Riega Seca, otro de los ríos que conforman al desembocar uno de los profundos barrancos de Las Ballotas. Todo este gran socavón monte abajo es como una cuña de Cudillero/Cuideiru que se adentra en el concejo de Valdés en este punto


Después del Alto las Cogruzas El Camín de las Palancas pues, sube directo hacia la cumbre del Picu Paradiel.la o Picu las Palancas por el Alto del Boláu o de Las Peñas del Bolado (634 m), Del picu dicen esto en la Enciclopedia del Paisaje de Asturias:
"Concejos de Valdés, parroquia de Muñás y Arcallana (Arcayana), y Cudillero, parroquia de Ballota, Paisaje Protegido de la Cuenca del Esva. Agudo pico de 716 m de altitud situado entre las brañas vaqueiras de Busmarzu, La Candanosa y Argumosín (Argumosu). Lo forman cuarcitas de la serie Los Cabos, cubiertas parcialmente por derrubios de ladera. El paisaje vegetal está compuesto por monte bajo de tojos y brezos, ladera abajo abundan los pinares. En la cumbre hay un vértice geodésico y una antena de telefonía. Acceso desde Mones por pista sin asfaltar. También llamado pico Palancas"


Ya hemos dicho que el Camino de Santiago, en vez de llegar a la cima, remarcada por esa alta antena con caseta, se dirige a la derecha por su ladera norte. Allí acaban las subidas pero aguardan unas buenas e impresionantes bajadas. El Picu Paradiel.la lleva en su nombre el haber sido un lugar de parada secular en los caminos de la trashumancia, aunque en documentación antigua parece un equivalente a braña, parada de ganado caballar, o incluso pared o pradería. El toponomista Xosé Lluis García Arias dice en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Aunque es posible que en algún caso se trate de lugares donde se hacía una parada o alto en el camino o donde había alguna venta o posada, lo cierto es que caben fundadas sospechas para admitir que en ocasiones se trata de auténticas paradas de sementales equinos. No ha de desdeñarse, por otra parte, que otras veces pueda tratarse de auténticas majadas pues con este sentido aparece la palabra en las Actas de la Junta del Principado 

En algún otro caso podemos estar ante verdaderos continua dores de PETRAM ‘piedra’ (EM), con incrementación sufijal, o de paraya o incluso de PRATA (plural de pratum) —> *PRATELLA > *Pradiella —> *Paradiella, o de PARIETEM ‘pared’"

Por su parte, el erudito maestro y montañero Julio Concepción Suárez, Xulio, nos dice, en su Diccionario geográfico de la montaña asturiana, que parada es una majada donde el ganado acostumbra a pernoctar durante su estancia veraniega en la braña, por lo que sería una "parada pequeña o buena", del latín paratam 


Y esta pues sería la "pequeña y buena parada" de Paradiel.la, donde pernoctaría el ganado de estas brañas, que pastaría libre por estos prados. Esta es la parte que, con niebla densa, se haría un tanto complicada al emprender la bajada


La senda montañera discurre por una campera de hierbas y piedras, pero con deficiente señalización a lo largo de un buen trecho, un par de postes y alguna flecha amarilla ya muy tenue pintada en las piedras del suelo o en las rocas, salvo que últimamente se haya mejorado


Seguidamente, El Campu l' Árguma (616 m) sería otra parada de los rebaños de las montañas y también de arrieros, peregrinos y vaqueiros junto al Picu las L.liebres (672 m), gran montaña calva a la derecha del Picu Paradiel.la y en la cual asoman varios afloramientos rocosos que son una referencia para los peregrinos que sigan el Camino de Santiago en esos sus primeros metros por la vertiente norteña de Las Palancas, ya en el concejo de Valdés



Árguma, otro topónimo común en la zona, es otro de los nombres del toxu o tojo tan abundante en estas montañas. Por ahí abajo nace en las profundidades el río Nalgón, uno de los que formarán el río Ricabu, que desemboca al pie de Ballota formando otra de las Siete Ballotas que son las grandes hondonadas a salvar subiendo y bajando por el Camino jacobita costero



Por la ladera del Picu las L.liebres el Camín de las Palancas baja a la derecha hacia el Picu la Braña (556 m), así llamado por estar sobre la valdesana braña vaqueira de Busmarzu. El Camino, verdadera senda de alta montaña, es sumamente pedregoso, con vegetación de monte bajo, cotolla y espineras, el árguma o los toxos



Reconocemos el Camino de Santiago por la muria de piedras de arriba del todo, sobre las cabañas de esa ladera, las situadas en lo más alto de la braña, donde nace el río Busmarzu, otro afluente del Ricabu. Estos ríos, más bien arroyos, o regatos (regueiros), son muy cortos y de escaso caudal, pero bajan por fuerte desnivel y cuando llueve mucho lo hacen en torrente, constituyendo, junto con el mar, el gran agente erosivo que moldea este litoral montañoso de Las Palancas y Las Ballotas, al oeste de Las Luiñas y paso a Valdés


Del Picu la Braña el Camino baja por la cresta de la montaña en dirección al monte La Bobia (494 m), que vemos a la derecha, un topónimo relacionado con el ganado bovino, tan característico de las brañas vaqueiras


Antes de llegar a él bajará por la otra vertiente, ya casi a pico, hasta el valle del Regueiru San Playu, desde donde ganará la costa por Vil.lamouros o Villademoros, al oeste de Cadavéu, concejo de Valdés 


Imaginémonos la dificultad de la vida en esas brañas, donde algunos prados parecen casi verticales, como estos de Busmarzu. En la propia página Los vaqueiros de alzada, hablan así de los habitantes de las brañas...
"Los vaqueiros de alzada de Asturias constituyen un grupo humano asturiano de profundas raíces y costumbres ancestrales cuyos orígenes aun son motivo de estudios. Los vaqueiros de alzada han sido y son los verdaderos guardianes del paraíso natural que es hoy Asturias. Su actividad ganadera y los amplios pastos por los que han transitado durante siglos en la trashumancia contribuyen a conservar intacta una naturaleza que hoy es el mayor patrimonio de los asturianos..."

En primer término es la braña de Risillinas o Resellinas, la única de la parroquia de Ballota y actualmente deshabitada. Esta sería la historia vaqueira resumida en esa misma página:
"La naturaleza y la vida de los vaqueiros se funden en una larga historia que ha marcado la forma de ser de estas gentes nobles, amantes de su libertad y laboriosas a lo largo de toda Asturias y especialmente en el occidente. Un colectivo que tiene por bandera la libertad dada su plena convivencia con la naturaleza lo que sin duda le granjeó conflictos y discriminaciones sufridas desde la edad media, bien por la falta de pago en los diezmos o por el carácter trashumante de los vaqueiros. 
Gaspar Melchor de Jovellanos definió a los habitantes de las brañas como “vaqueiros” porque vivían de la cría de ganado vacuno, y “de alzada” porque su asiento no es fijo, sino que “alzan” su morada y residencia para emigrar anualmente, al llegar la primavera, con sus familias y ganados a los altos pastos. Los vaqueiros rigen su vida y costumbres en una mágica comunión con la naturaleza. Para el mes de mayo las familias subían con el ganado hasta las montañas del interior en busca de frescos prados para regresar de cara al invierno a las brañas más próximas a la costa donde las comunidades vaqueiras desarrollaban sus actividades. Hay dos fechas que marcan el inicio y fin de la alzada: San Miguel de Mayo y San Miguel de Septiembre. 
Llegada esta fecha los vaqueiros regresan de las altas montañas del interior a las zonas bajas junto a la costa. La revolución de los transportes ha afectado, lógicamente, a este viaje entre las brañas, que ahora se hace con medios motorizados, subiendo y bajando el ganado y los enseres con camiones, en vez de formar esas procesiones en las que antaño las familias enteras con sus enseres practicaban la trashumancia"

Entendemos que El Camín de las Palancas que fuese este también tradicionalmente llamado El Camín de los Vaqueiros, ya que comunica todas estas brañas de las cimas de la sierra. Un buen momento pues si duda para cantar alguna canción de las brañas, una vaqueirada de aquellas que cantaban los brañeiros vaqueiros camino de sus cabañas:
Cuando voy pa la braña nun llevo pena
porque llevo patatas para la cena

Adiós amante, adiós, adiós,
adiós amante que yo me voy

Dicen que no me quieres porque soy pobre
también es pobre la cigüeña y vive en la torre

A la derecha y en el concejo de Valdés El Picu la Sieche o Las Cugol.las, con sus 441 metros de altitud. Por sus faldas se extiende la braña de Gallinero o Gal.lineiru (Gallinero de Arcallana en algunos mapas) a lo largo de todo el Monte de Tablizu hacia Los Ganzos
 Más quiero ser de la braña
ya que me chamen vaqueiru
que nun ser de la marina
ya me chamen sardineiru
Eran algunas de las canciones que se oirían en tiempos por estos andurriales
Mocines de la braña
¿quién vos mantiene?
los arrieros del puertu
que van y vienen
Tengo los güeyos hinchaos
de mirare a la montaña
por ver si veo venire
al mió amor de la braña

Abajo, El Regueiru'l Cabanón, junto con el del Nalgón y el de Busmarzu, forman al unirse y antes de desembocar en el Mar Cantábrico, el mencionado río Ricabu, haciendo de frontera en la costa entre Valdés y Cudillero/Cuideiru. El estudioso Bernardo Acevedo y Huelves en su obra Los vaqueiros de alzada en Asturias, da un dato muy importante: dice que en todas las brañas existía el cargo de celador de la caridad, el cual se ejercía por turno entre todos los brañeiros, siendo su función la de socorrer a todos los pobres y transeúntes que pasaran por la braña, ofreciéndoles cama y comida para que siguiesen viaje. Muy posiblemente entre esos socorridos habría peregrinos de los que transitaban por caminos como estos...


En la actualidad en las brañas apenas se practica la trashumancia, y la que hay se realiza ya con camiones de ganado. Estos cambios de las brañas hasta la actualidad lo plasma muy bien Tomás Ramón Herrero Tejedor en Vaqueiros de Alzada: trashumantes singulares, trabajo publicado en Vías pecuarios: caminos antiguos con diferentes historias:
"...es preciso señalar que la tendencia a la uniformidad se ha dejado sentir, especialmente desde los años sesenta. Sobre todo cuando desciende la trashumancia y paralelamente se produce una mayor dedicación agrícola de los vaqueiros y ganadera de los xaldos. En este proceso de uniformidad han tenido una gran influencia los centros comerciales y las aldeas sin brañas 
De todas formas todo esto que se puede considerar como positivo, no soluciona los principales problemas de las brañas: minifundismo, poca mecanización, malas comunicaciones, si bien es cierto, en los años ochenta y noventa del siglo pasado, se les instaló la luz, agua y teléfono a la mayoría de las brañas, o al menos a las más significativas, aún así, las brañas pertenecen al mundo rural asturiano más marginado y acaparador de pobreza. Quizás con los nuevos planes de desarrollo rural se está mejorando bastante. 
El vaqueiro es un pequeño campesino de las montañas que carece de la extensión mínima rentable de tierra.
Algunos problemas se ven mitigados con las cooperativas que concentran a personas de aldeas y brañas, vende abonos, piensos, aperos de labranza, insecticidas, etc. 
La comercialización de la leche y la apertura de pistas por las que recogen dicho producto ha incrementado el nivel de vida de las brañas, así el vaqueiro va comprando prados, tierras, se mecaniza, etc. 
La educación ha sido un problema grave debido a lo ya mencionado, sobre todo al aislamiento, hoy las nuevas técnicas y medios audiovisuales han ayudado a la inserción y como en todas las partes a la uniformidad cultural que a veces no se sabe si es mejor o peor que el analfabetismo en dicha materia. 
Hay y persisten diferencias según concejos o zonas comparativamente hablando, pero la mejora y el avance son innegables. 
Una cuestión aún hoy arraigada en las brañas, es la del curanderismo, para los vaqueiros existen males que se sanan sin necesidad de visitar al médico y si al “entendido” o curandero. Estos brañeros poseen el don de la curación mediante ciertas prácticas transmitidas celosamente de padres a hijos, en males relacionados con el crecimiento de los niños, partos difíciles y enfermedades del ganado"

Al oeste empezamos a ver ahora una buena parte de la franja costera del concejo de Valdés y aún más allá, hasta Burela y el litoral de A Mariña, en Galicia


En primer lugar, a la derecha de la foto, destaca Cabo Busto o El Cabu Bustu, impresionante promontorio que como una cuña se adentra en el Cantábrico en la parroquia valdesana de Caneiru, sobresaliendo unos dos kilómetros de la línea de costa y con unos acantilados de entre 60 y 70 metros de altura sobre el nivel del mar


Más abajo y más cerca es Cadavéu y, a continuación, Villademoros/Vil.lamouros, donde se unen El Camín de las Palancas y El Camín de Las Ballotas. Esos prados llanos que hay justamente encima son Los Campos y El Cuernu, al norte de los pueblos de Quintana y San Cristuébanu o San Cristóbal, acceso  a las playas de Los Molinos y Perceberos, también llamada La Estaca y Porceberas. Poco después destacan los prominentes acantilados de Santana, Santa Ana o Penafrente, al norte de Queirúas, pueblos todos que nos iremos encontrando en nuestro camino a Luarca/L.luarca, capital de Valdés


Luego, y en dirección a la punta del Cabo Busto, van La Punta la Osa, La Punta Corbeiriños y La Punta Arenosa, que guardan las agrestes playas de Ferreiru o Lloréu, Punxéu, Val.linas y Serrón, existiendo enfrente de todas bastantes peñas rocosas a manera de islotes, que se meten hacia el mar, destacando la del Serrón. Son todas muy agrestes y de escasa concurrencia aparte de algunos pescadores por sus dificultades de acceso


En la planicie del cabo las praderas conforman la vegetación prominente en el cabo dado el secular aprovechamiento agroganadero por parte de los vecinos del pueblo de Bustu. Esta parte, en el extremo norte del promontorio, está El Pozu l'Agüera, zona húmeda lacustre acondicionada como estación de recalada de aves migratorias


Queirúas, con alguno de sus barrios, como La Zapatería, recuerdo de sus artesanos zapateros, y Bustu o Busto, en la rasa llana del cabo de este nombre. Más a lo lejos sobresalen sobre las aguas La Punta'l Fornu, en Outur u Otur, en Valdés y La Punta la Romanela en Vigo (Navia), con sus islotes perceberos por excelencia. En la distancia puede reconocerse perfectamente Burela, en A Mariña lucense, importante puerto de pesca del Cantábrico, eminentemente bonitero



En días claros puede llegar a verse Estaca de Bares, el límite occidental del Mar Cantábrico hacia la inmensidad del Atlántico del que forma parte. Dicen poéticamente de él en la web de la Xunta de Galicia:
"Está 400 km más al norte que Nueva York, pero por este lado del Atlántico pasa la cálida corriente del Golfo. Así que estas aguas no se congelan... pero viven en constante agitación, porque en Estaca de Bares el mar es el hijo del viento."


Continuamos por la carretera a lo largo de esta falda oeste de L'Arquera, aún en llano pero que pronto comenzará la formidable bajada a San Roque. Un quitamiedos a la izquierda señala el límite con el frondoso precipicio plantado de pinares


Justo antes de dicha bajada, si la vegetación nos lo permite, contemplaremos más paisajes costeros a nuestra izquierda


El Picu La Sieche o Las Cugol.las y El Monte Tablizu con la braña de Gal.lineiru sobre el profundo barranco cuarcítico de La Muezca, labrado por la unión de los ríos Busmarzú y Nalgón al Cabanón cerca ya de la desembocadura del río Ricabu al que dan sus aguas. A la derecha y un poco más abajo, asoman las casas de Tablizu, otro enclave muy importante del Camín de las Ballotas


A Tablizu sube, aunque sin llegar a la carretera, dicho Camino desde La Playa Ricabu, desembocadura del río del mismo nombre y paso del concejo de Cudillero/Cuideiru al concejo de Valdés tras bajar desde Ballota. Esta aldea de Tablizu, si bien perteneciente a la valdesana parroquia de Arcayana o Arcallana, estuvo más vinculada a la de Ballota y por lo tanto al territorio de Las Luiñas. Mismamente en 1786 el arcediano de Ribadeo, don Ramón de Miranda y Sierra, les eximió de ir a misa a la parroquial de Arcayana dada la distancia (2.275 varas) que les separaba de ellas, haciendo las veces de la misma la capilla de La Fabariega


Destacan los acantilados de La Punta del Cuernu, que guardan La Ribeirona, en Cadavéu, antigua ensenada ballenera y actualmente una de las playas más concurridas del occidente asturiano.  A la izquierda de la foto asoman las casas de Ribón, donde sale a la carretera N-632 el Camín de Las Ballotas, procedente de Tablizu. Allí estaría la última de las ballotas, con la bajada al río Ribón y posterior subida a Cadavéu. Sin embargo este barranco se salva actualmente no bajando al río, como los anteriores, sino siguiendo dicha carretera


En Tablizu hubo una venta caminera, propiedad del matrimonio formado por Juan García y su mujer Josefa Rico, donde se dice paró en septiembre 1815 el séquito que transportaba a su villa de Gijón/Xixón los restos del ilustrado prócer Gaspar Melchor de Jovellanos, trayéndolos por el viejo camino costanero desde Veiga (Puerto de Vega), en Navia, donde falleció cuatro años antes, tras desembarcar en ese puerto cuando regresaba penosamente por mar a Asturias en plena francesada


En cuanto a La Punta'l Cuernu, decir que es una de las al menos tres puntas marítimas con la misma denominación en el concejo de Valdés, todas por su forma de cuerno. De ella nos dicen en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Se trata de uno de los puntos donde mejor se puede apreciar la evolución de los acantilados occidentales. Desde él se ven las verticales e inestables capas de pizarra y de cuarcita que están siendo socavadas y arrasadas por la acción del oleaje marino; también se aprecia la formación de una nueva plataforma de abrasión marina, al pie de los acantilados y la gran red de fracturas de roca. Difíciles accesos desde Cadavéu."

Efectivamente, La Punta'l Cuernu forma una pared vertical de muy complicado paso desde el cadavedano Campu la Garita, antiguo campo de vigilancia de los atalayeros del que fue el mencionado puerto ballenero cadavedano de La Ribeirona, donde hay una bella planicie y campo de renombradas romerías


Es la capilla de La Regalina con sus hórreos. En 1931, el sacerdote y poeta Fernán Coronas, El Padre Galo, instauró la romería de la Virgen de la Riégala, La Regalina, patrona de la parroquia, recuperando una venerada tradición romera patronal que había caído casi en el olvido. A partir de entonces esa romería, en un marco natural impresionante, se ha mantenido y consolidado como una de las más importantes de Asturias


En nuestra entrada de blog titulada La Regalina: campo de romerías y atalaya del Mar Cantábrico le dedicamos un apartado especial pues es uno de esos lugares que merece la pena conocer y acercarse allí desde el Camino, pues aunque no pasa por él sí lo hace relativamente cerca, por los barrios de Cadavéu en torno a la carretera, donde hay además albergues de peregrinos


El Campu la Garita o La Garita empezó a ser más conocido como Campu la Regalina, o sencillamente La Regalina, por la capilla allí construida para esta Virgen (año 1931 o 1932), que se hizo centro de importantes peregrinaciones, dado que el lugar es además, insistimos de una suprema belleza. Una de las cosas que no deberíamos perdernos...


En medio del mar, La Furada, otro de los muchos islotes rocosos existentes en la costa entre Vidíu y Bustu, Entrecabos. Su nombre significa horadada y hace referencia a los efectos en ella de la erosión marina. Ella misma es un testigo de hasta donde llegaba el acantilado hace miles o millones de años


Situada ante las playas de Churín (al otro lado de La Regalina cantil abajo), Los Castros y Funtaniel.la, afloran a su alrededor varias rocas más a manera de islotes aislados

 
El acceso a La Regalina desde Cadavéu se realiza desde Cadavéu por el barrio de Miares a través del Camín del Padre Galo, al que se le ha dado este nombre en homenaje a este sacerdote y gran escritor intelectual de las letras asturianas que fomentó la faliel.la o variante local del asturiano occidental y el castellano, pero que además, fruto de su conocimientos y viajes, empleaba latín, italiano, francés, gallego y occitano para sus obras. En la actualidad un premio de poesía lleva su nombre


Entre Cabo Vidío y Cabo Busto, la costa de Entrecabos, han ocurrido varios naufragios, si bien no todos bien explicados, lo que dio pábulo de siempre a numerosas leyendas, desde un Triángulo de las Bermudas local a bases de submarinos alemanes, pasando por temas de accidentes provocados, intrigas empresariales y de seguros y todo lo más novelesco, y por ello sumamente novelesco y atrayente, que podamos figurarnos


Y en la rasa litoral, Cadavedo o Cadavéu es el pueblo donde el Camín de Las Ballotas gana las llanuras costeras de concejo de Valdés, dejando atrás su sinuosa orografía. Es cabeza de la parroquia valdesana de este nombre, a la que también pertenece la aldea de Villademoros o Vil.lamouros, justo al este, donde se unen este Camino de Las Palancas con el de las Ballotas. Hay además albergues, el público, el Albergue de Cadavedo y la Casa de Peregrinos de Covi y Peter, así como el camping La Regalina y otros alojamientos, algunos especializados en peregrinos


En Cadavéu hay mucho y bueno que ver, además de recorrer el trazado del Camino por el barrio de Los Campos, visitando la casa del sacerdote-poeta Fernán Coronas, es recomendable acercarnos a la playa de La Ribeirona, extasiarnos con las vistas de la costa de Entrecabos en el emblemático campo de La Regalina, del que acabamos de hablar, o acercarnos a La Torre Vieya, entre otras muchas cosas...


La Torre Vieya es una torre medieval, situada en el pueblo de Vil.lamouros o Villademoros, que pertenece a la parroquia de Cadavedo/Cadavéu. Allí, muy cerca de la confluencia de los caminos de Las Ballotas y de Las Palancas se divisa esta torre de planta cuadrada que también podemos reconocer desde aquí, a la izquierda de la foto, un poco encima de las demás casas del pueblo, formando un conjunto con la casona que tiene al lado, actualmente hotel rural


Desde La Torre Vieya puede accederse, por la llanura de la rasa costanera, a las playas de Campiechos o Campiel.los y de Quintana, dando vista al Cabu Bustu y acantilados de Penafronte
 

En el cabo se han descubierto asentamientos humanos prehistóricos de notable importancia y antigüedad, en concreto del Paleolítico Inferior, excavado en sucesivas campañas y datado entre finales del Achelense o en la transición del Musteriense, periodos vinculados a los míticos neandertales en estos yacimientos datados en unos 100.000 años de antigüedad


Al otro lado del cabo y pueblo de Busto se sitúa el histórico paso del Esva, que los peregrinos de antiguamente cruzaban en barca. En esa zona, Caneiru o Canero, donde ahora se unen las carreteras N-632 y N-634, anteriormente se unían otros sendos viejos caminos, este de la costa con otro procedente del interior, vía La Espina (Camino Primitivo), Brieves y Trevías, que también fue ruta de peregrinaciones. Si tenemos oportunidad, no dejemos de acercarnos allí a la Playa de Cueva o L'Arena


Más allá de Queirúas son los campos de Barcia, no llegamos a ver Luarca/L.luarca, capital del concejo, pues es una de esas villas costeras asentada en la ladera que cae al mar aunque sí, solo un punto en el horizonte, la torre campanario de su ermita de la Blanca


Un poco más al interior y al oeste reconocemos el Picu Faru (251 m), cuyo topónimo hace referencia a faro, pues en tiempos ancestrales en esas montañas se prendían hogueras para guiar a los navegantes, o bien simplemente estas alturas eran en sí mismas una referencia geográfica que los orientaba, bien por su forma o por alguna característica peculiar, por ejemplo peñas o rocas, sobre todo si son de color claro, como sería este el caso, cuarcitas blancas


El paso a Navia se hace por el pasillo natural de La Barraca, encima de Otur/Outur, entre El Picu Faru y El Picu L'Infernón (331 m) a su izquierda, tránsito a Barayo, al sur de la famosa playa de este nombre y ruta a Villapedre y la villa de Navia, capital del concejo y paso de la ría homónima, ya a un paso de Galicia


Galicia que como hemos dicho ya vemos desde aquí, A  Mariña, la costa de Lugo, remarcada sobre todo por su cadena montañosa costera, de Ribadeo a Barreiros, Foz, Burela, Cervo, Xove, Viveiro y Vicedo


Destacan desde aquí en lontananza especialmente las poblaciones costeras de la franja que va de Fazouro a Fondo de Nois, A Ribela y Burela, paso de la ruta xacobea del Camiño do Mar, que desde Ribadeo va hacia San Andrés de Teixido (a donde se dice "vai de morto quen non foi de vivo") para enlazar luego con el Camino Inglés en Ferrol


De A Mariña destacan sobre todo los edificios de Burela pese a su lejanía, importante villa pesquera que se constituyó en concello independiente en 1994, desgajándose de Cervo, el mismo año en el que fue la base de la flota bonitera española durante la llamada Guerra del Bonito


La verdad que es una preciosa estampa del verde de la braña y el azul del mar, simbolizando dos paisajes y dos modos de vida que se unen. De los brañeiros seguimos leyendo en su página Los vaqueiros de alzada:
"Entre 8 a 6 meses al año, la familia vaqueira está en las brañas de arriba en las montañas, y el resto en las de abajo, junto a la costa, con períodos transitorios en que la familia se divide. El viaje hacia arriba es feliz, frente a la tristeza del regreso. La subida es una gran algarabía, casi una romería: la gente canta, las vacas llevan las correas y hebillas más lustrosas y hacen sonar las lluecas (cencerros) lo más alto posible, para ir anunciando su paso a la alegría de los vaqueiros. 
El ansia por encaminarse a los puertos de las montañas de Somiedo es general, lejos de la codicia de la nobleza, de la discriminación de la iglesia y la incomprensión de los xaldos. Los vaqueiros de alzada ocupan desde el otoño a la primavera los pastos bajos con sus ganados, para subir a las montañas altas en primavera. 
Era una forma de vida claramente trashumante, totalmente distinta a la de la población sedentaria que vivía cerca de ellos en la costa, muy apegada al terruño"

Y por estos cordales costeros continuamos nuestro trayecto hacia Ballota, enlazando el Camín de las Palancas con el Camín de las Ballotas a través de esta carretera local que es un verdadero mirador hacia las costas del occidente astur y la mariña galaica


Buena bajada en rampa recta y directa por la falda noroeste de L'Arquera


El Cantábrico siempre a la vista, mar litoral del Atlántico que baña todo el norte de España y el extremo suroeste de Francia, llamado por los romanos Cantabricu OceanusBritannicus Oceanus y Gallicus Oceanus. Su parte más oriental es llamada en España Golfo de Vizcaya pero en otros lugares da en denominarse así a todo este mar


A la derecha, bajo la desbrozada pared terrosa resultado del ensanche caminero, un canalillo de aguas sobrantes encauza el agua de lluvia para evitar baje en torrente por la carretera en días de lluvia. A la izquierda sigue la pista de postes telefónicos


Este es el mismo lugar unos pocos años antes con los pinos no tan crecidos, viéndose ya desde aquí la ermita de San Roque'l Picu. 


Con unos prismáticos o un zoom podremos contemplar de cerca el lugar, con la capilla y, en primer plano, el hórreo allí instalado, al lado del que se pone el bar el día de la fiesta de San Roque'l Picu, que se celebra a mediados de agosto. Existen varios casos de hórreos en campos de romerías en esta zona. No dejemos de ver, por ejemplo, el de La Regalina. Suelen ser alguna donación u ofrenda de fieles, romeros, etc.


Pinos y más pinos. Se trata siempre de plantaciones repobladas, si bien existe debate sobre lo que queda o podría quedar de pinos autóctonos en Asturias, cuya memoria ha quedado plasmada en la toponimia. Del foro de MeteoAsturias.com sacamos esta información:
"Parece ser que el Pino Silvestre era muy habitual en Asturias y en toda la Cordillera Cantábrica después de la última Glaciación, y aun abundante hace 2000 años con la entrada de los Romanos (los estudios polínicos y de turberas lo confirman). El calentamiento climático, los incendios, alguna posible enfermedad.... mermaría estas poblaciones hasta prácticamente eliminarlo, aunque disponemos de alguna joya del pasado como el bosque de Lillo. La disminución de estos bosques Boreales en Asturias estaría muy relacionado con la disminución de la población de Urogallos ya que tuvieron que cambiar sus hábitos alimenticios.
De este modo, la Cordillera Cantábrica es hoy una gran cadena montañosa 'sin prácticamente pinares naturales', con algunas 'reliquias muy localizadas puntualmente' como el pinar de Lillo, en la provincia de León. 
Lejos de esta ubicación, en la zona occidental de la cordillera, estos científicos encontraron en 2005 restos de un bosque fósil, un hallazgo que permitió 'comprobar que su extinción se produjo hace menos de 2.000 años, una cifra muy reciente en la escala temporal paleobotánica'. 
Según los resultados del estudio, se produjo un decaimiento de los pinares montanos o silvestres a lo largo de los últimos 10.000 años en las zonas más oceánicas de la Cordillera Cantábrica y se conservaron mejor en 'zonas con peor valor de explotación para el uso del hombre', refugiadas de los fuegos y con una orografía que favorece la discontinuidad y reduce la vulnerabilidad de esas formaciones."

La carretera, en continuo descenso, llega a un cruce, al fondo se ven unas señales de tráfico, es la entrada al campo de la ermita de San Roque'l Picu


Estimamos pues que será nuestro siguiente lugar de parada en este nuestro periplo costero de la montaña al litoral de Las Ballotas


El cruce es por otra parte un buen lugar para detenernos un momento si así lo reclaman nuestras articulaciones en esta fatigosa rampa descendente que ya no ofrecerá más tregua que en el solar de la ermita


Pasando el cruce sigue pues la cuesta abajo sin cesar ya, aparte de nuestra visita al santuario, hasta la entrada al pueblo de Ballota


Las citadas señales de tráfico serán nuestra referencia para percatarnos de nuestra proximidad a San Roque'l Picu según apuramos el paso hacia esta curva


La visibilidad es bastante buena y descubrimos además que desde el campo de la romería hay una vista abierta, clara y diáfana de la costa, sin demasiadas repoblaciones enfrente que nos impidan la vista de la franja marítima de Las Ballotas y Las Luiñas


Extrememos no obstante la atención pues la primera señal advierte de un estrechamiento de la calzada justo a la entrada de la ermita, donde sí hay una curva muy cerrada a la izquierda, esta sin visibilidad


Y así llegamos a San Roque'l Picu y su alegre prau de la fiesta. De aquí hacia abajo es más posible que nos encontremos algo de tránsito de vehículos, pues no es poca la gente que sube a contemplar la costa desde este mirador, sobre todo días festivos, claros y con buen tiempo, multiplicándose en verano


Del Prau San Roque, atalaya del mar en esta parte del monte que lleva su advocación, así como de esta su venerada capilla, nos informan en la página Vive Cudillero, donde hablan así de este emblemático lugar: 
"A las afueras de la localidad de Ballota podemos visitar la ermita de San Roque, la cual se encuentra en lo alto del monte que lleva el mismo nombre. Se trata de un lugar desde el que se tienen unas excepcionales vistas, aunque no debemos dejar de visitar el interior de esta construcción. 
Las últimas remodelaciones de la ermita fueron entre los siglos XIX y XX pero puede que su antigüedad sea mayor. A pesar de no ser una edificación grande, en su interior podemos encontrar mucha tranquilidad y una talla de San Roque en una vitrina. 
Es paso del Camino de Santiago, por lo que además de hacer una ruta natural también nos encontraremos en un paso histórico que se lleva recorriendo desde hace siglos, aumentando el valor de una visita como estas. 
Todos los años en el mes de agosto se celebra una romería tradicional asturiana en el Pico San Roque. Una excelente oportunidad para poder conocer parte del legado etnográfico de esta zona. Si de etnografía hablamos, hay que recordar que próximo a la ermita puede verse un típico hórreo asturiano. 
Desde este lugar se pueden obtener fantásticas vistas como las del Cabo Busto al oeste o todo el concejo de Cudillero al este y en los días de buena visibilidad se alcanza hasta el Cabo Peñas, convirtiendo a este pico en una atalaya natural de visita obligada, donde poder disfrutar de gran parte del Paisaje Protegido de la Costa Occidental Asturiana"

A la izquierda de la capilla sí hay algo más de monte que nos quita panorámica hacia occidente, pero ese magnífico campo visual al oeste lo acabamos de disfrutar desde un poco más arriba, y volveremos a divisarlo al bajar a Ballota


Esta magnífica campera, rellano en la falda del Monte o Alto San Roque, estribaciones septentrionales de L'Arquera, es un gran balcón sobre la mar océana, del que nos dicen así en Monte a monte:
"Situada en el occidente asturiano, la ermita de San Roque es un estupendo lugar para acercarse a la comarca vaqueira o disfrutar de una parte del Camino de Santiago. 
Para quiénes gusten de una jornada tranquila, de buenas vistas hacia la costa, comida campestre y paseo por lo montes que circundan la costa asturiana, visitar la ermita de San Roque es una inmejorable opción."

Estimamos buena idea pues detener nuestra bajada unos instantes y, a la vez que visitamos este extraordinario paraje, descansamos nuestras articulaciones de un trayecto verdaderamente rompepiernas, todo hay que decirlo


El campo, animadísimo en su romería, relativamente concurrido algunos días de verano, es tranquilo y apacible la mayor parte del año, si bien, incluso por semana, no deja de tener la visita de quienes suben desde Ballota en su vehículo a conocer este enclave, a veces de manera programada y otras sobre la marcha, al ver en la autopista o en la carretera las señales que advierten del acceso a este maravilloso enclave


Entre los llegados cotidianamente a San Roque'l Picu figura siempre algún caminante, montañero, senderista o peregrino. La veneración por San Roque se extendió por toda la cristiandad  desde la baja Edad Media a la Moderna, vinculada fundamentalmente por dos motivos, las peregrinaciones y la peste, pues el santo había sido peregrino, a Roma, y apestado al detener su peregrinación para atender a estos enfermos


Fueron peregrinos francos sin duda los que trajeron su culto por las diferentes rutas de romería a Santiago en Galicia desde su Montpellier natal, santo occitano (San Ròc) cuya cuna familiar pertenecía por entonces (se supone nació entre los siglos XIII a XIV) a la Corona de Aragón. Fue canonizado en 1998 y se celebra su fiesta el 16 de agosto, tal y como se hace, por citar un ejemplo, en otro campo de romerías muy caminero, el San Roque de Tineo/Tinéu, unos kilómetros más al sur, en el Camino Primitivo


Pero en San Roque'l Picu, como suele ocurrir ahora en muchos pueblos con esta advocación, se pospone al siguiente fin de semana, tanto para favorecer la afluencia a la romería en festivo como no coincidir con infinidad de fiestas por toda Asturias con San Roque como patrón u otros santos en torno la Virgen de Agosto, el día 15, la más multitudinaria la de Begoña en Gijón/Xixón, ahora a un paso desde la apertura de la Autovía del Cantábrico, que ha facilitado mucho el llegar aquí tanto desde el centro de Asturias como de todo el occidente asturiano y Galicia


La capilla y el hórreo, conjunto entrañable en este prado alegre de la romería. Esta es parte de una crónica de la fiesta de San Roque'l Picu, firmada por quien llegaría a ser Cronista Oficial de Salas, José de Arango, en La Nueva España del 24-8-2010, titulada Ballota pinta San Roque (se acababa de pintar la ermita), que nos permite hacernos una idea de su celebración:
"En Ballota se celebró San Roque días atrás, en esa balconada frente al mar que forma la pradera en la que está enclavada la ermita así como en el mismo pueblo, en un cómodo y bien comunicado escenario junto a las escuelas. Y arriba, para que no faltase nada, el santuario estuvo blanco, reluciente, recién pintado, con algunos espacios que se acotaron con cuerdas y estacas, reservados para familias enteras de romeros que subieron de merienda el domingo. En materia de hostelería estuvo de guardia todo el fin de semana, el sábado en el pueblo y en el santuario el domingo, Vicente el de La Rondiella, en cuyo chiringuito no faltó nada de lo necesario para dar de beber al sediento y aplacar el hambre del peregrino."

De todas formas no es fácil, pese a la cercanía a Ballota, organizar fiesta "arriba y abajo a la vez", prosigue en su descripción romera José de Arango, incidiendo además en el estado tanto de la carretera como del Camino de Santiago por entonces:
"Pero Vicente y su equipo tuvieron que trabajar a toda marcha durante la madrugada del sábado, para, una vez que se marcharon a descansar los últimos parroquianos, subir el chigre hasta San Roque y prepararlo todo para la jornada grande del domingo.

La comisión organizadora de las fiestas de San Roque en Ballota trajo nada menos que tres orquestas gallegas: «Cachito», «Jalea Real» y «Fénix». Y hubo bolos en la especialidad batiente y se jugaron diversas rayas, esto es, puntuación individual y el que más bolos pasó por encima de la marca predeterminada pues se llevó el dinero aportado por todos. En los actos religiosos destacó la misa solemne en honor de San Roque el sábado, a las nueve de la noche, una vez que se bajó el santo desde la ermita hasta la iglesia parroquial, para, a continuación, proceder al reparto del bollo preñao con la consiguiente verbena con la música gallega de «Cachito» y «Fénix». El domingo, tanto la misa como la fiesta, fueron en la capilla y en el campo de San Roque, que estuvo bien acondicionado y limpio.

Para el San Roque de este año ya no hay tiempo, pero sí estaría muy bien, de cara al próximo verano, que se acondicionase la carretera que sube desde la general hasta la ermita de San Roque, donde las lluvias invernales -y sobre todo las de junio- arrancaron el pavimento en algunos tramos.

Y me cuentan a pie de ermita que lo más urgente a efectos turísticos en el concejo de Cudillero es que se limpie el Camino de Santiago a su paso por el concejo en tramos que está invadido por la maleza. Pero de esto habrá que ocuparse en otra ocasión. Ahora ya ha sido la fiesta. Arriba está San Roque recién pintado. Y hasta con espacios de pradera reservados. Por algo será."

Este es el cartel de fiestas del año 2023, muestra de los problemas que acarrea organizar una romería la tenemos en la propia página de la Comisión de Fiestas el 20 de septiembre siguiente, justo un mes después, cuyos miembros manifiestan lo siguiente:
"Con mucha pena y dolor, tenemos que comunicar, que debido a motivos personales nos es imposible seguir organizando las fiestas de San Roque.

Animamos a que no se pierdan, y alguien continúe con ellas. Es una pena, ya que son fechas de encuentros y de momentos donde las familias se juntas y todos disfrutamos.

Muchas gracias a todos, por la ayuda y por permitirnos participar en esto.

Un saludo, María, Ángela y Carlos."

Días más tarde otro anuncio, continuidad del anterior, aboga por encontrar a alguien que se haga cargo de asumir la puesta en marcha de la siguiente edición del festejo:
"Os informamos que el MIÉRCOLES 4 de Octubre de 18:00 a 19:00 estaremos en Casa Fernando para informar del estado actual cuentas de la comisión de festejos y asesorar a alguien que pueda estar interesada en coger el mando. "

Dispone la capilla de un pórtico o cabildo muy acogedor que puede ser una bendición para refugiarse los peregrinos que hayan tenido que bajar del Altu Cabornín y dejar el Camín de las Palancas por fenómenos atmosféricos adversos


Detrás de ella y del hórreo, un monte de ocalitos, pinos y algunos árboles y arbustos autóctonos. Antaño desde este promontorio la vista debía ser magnífica también al occidente, sin embargo es también una buena pantalla vegetal contra los temidos vientos polares y sus tempestades, que se las ve venir, procedentes de Galicia, desde horas antes, como aconteció en este día que vinimos


A finales del verano y empezando el otoño crece en el Prau San Roque la planta llamada significativa y popularmente espantavaqueiros, en el centro de Asturias espantavaqueros y en otros lugares despachapastoresquitameriendas y un sinfín de nombres para el Colchicum autumnale o azafrán falso 


Nombres todos ellos basados en la misma premisa, la llegada de la estación fría que espanta a ganaderos trashumantes y pastores de los puertos de la cordillera y los trae al más suave clima de la marina, hábitat de los marnuetos o mariñanes pobladores de la ribera del mar, y a los valles del interior, sobre los pueblos de los xaldos o aldeanos de la zona 


Y a demás de a ellos... a los demás, pues ya no veremos, o mucho más escasamente, a las familias comer al aire libre en este apacible rincón (está prohibido hacer fuego) donde la montaña y la costa asturiana son una misma cosa



Costa que nos disponemos a contemplar desde aquí, paisaje marino que es, junto con la devocional espiritualidad para los creyentes y la romería para los romeros, el gran aliciente para subir aquí, en cualquier ocasión además, pero máxime en días muy claros, como son, precisamente, los del principio del otoño, muy limpios de nieblas y brumas cuando son soleados


De paso, reparamos en los gruesos muros de la ermita, con ventanucos pequeños, en forma de aspillera horizontal, mirando a sur y norte, y un verdadero paredón en la parte más expuesta a los vientos del noroeste, sobre la que se emplaza la pequeña aunque robusta espadaña del campanario, rematada en cruz


El este, domina en todo momento la escena El Cabu Vidíu en lontananza con los diferentes barrios de la parroquia de Ouviñana u Oviñana en su planicie o llanura litoral


Pero mucho más lejos aún, asomando como un gran espolón más allá de los cordales costeros del Picu Sabina (391 m) y brañas de Resiellas, se llega a reconocer en la distancia El Cabu Peñes, en el concejo de Gozón, que ha sido una referencia visual y geográfica para los peregrinos de Santiago del Norte en su deambular costanero desde la misma salida de Avilés


El Cabu Peñes es la punta más septentrional de Asturias, situado en términos de la parroquia gozoniega de Viodo y recibe este nombre por las numerosas peñas, algunas verdaderas islas, situadas frente a sus imponentes acantilados cuarcíticos que reflejan la luz del sol a partir del medio día, haciéndolo especialmente visible conforme avanza la tarde con su intenso color que tiene del crema claro al anaranjado según avanza la jornada


Los acantilados son muy visibles además por su considerable altura, que llega a los 110 metros sobre el mar, mientras la longitud del cabo es de casi 20 kilómetros mar adentro abarcando una gran superficie en forma de triángulo entre las rías de Avilés al oeste y de Aboño al este, espacio que abarca los concejos de Gozón y Carreño. En La Gaviera, sobre la punta del cabo, se distingue también desde muy lejos El Faru Peñes, con su enorme edificio y sus antenas, siendo el de mayor alcance de Asturias "y que desde 1929 es luz y guía de marinos", resaltan en la Enciclopedia del paisaje de Asturias. Aunque su origen está en una torre-vigía de 1852, leemos en la web de la Autoridad Portuaria de Gijón:
"Construido junto a la primitiva torre de vigía en 1852 se encendió el faro con un aparato de primer orden que daba luz con eclipses de 30 en 30 segundos y tenía un alcance de 23 millas. La lámpara inicial de aceite se sustituyó en 1913 por una de incandescencia de petróleo.

En 1929 se inauguró una torre 10 m más alta dotada de una instalación de vapor de petróleo que permitía dar una apariencia de grupos de tres destellos y un alcance de 35 millas náuticas con lo que se consiguió dar una mayor definición de la característica (la foto muestra el edificio nuevo que se estaba levantando y el primitivo faro). En 1946 se electrificó y en 1951 se instaló una sirena, sustituida en 1977. En 1956 se instaló un radiofaro, renovado en 1978."

Y entre las peñas que le dieron nombre destaca La Erbosa, llamada así por ser una verdadera isla con prado de hierba incluido. Está situada a cierta distancia al noroeste de El Capillón en Peñes, siendo la segunda más grande de Asturias tras la de La Deva, en Castrillón. Llegó a albergar una colonia de conejos, desaparecida trágicamente al ser convertida años atrás en blanco de tiro artillero durante un tiempo


A su alrededor hay peñascos más pequeños y bajíos, El Bravu, El Molín, El Pegollín, y Saldaña, con La Punta la Sierra a occidente y los de Concagáu, El Ballenín y La Ballena en fila hacia Peñes, enfrente de cuyo cantil se halla El Sabín, otro peñón-islote, este a solo 10 m de tierra y con acceso en bajamares


También a Resiellas puede bajarse, en ese caso camino de Novellana, los peregrinos que decidan por algún motivo dejar El Camín de las Palancas para bajar a la costa, tomando para ello otra carretera o vía local desde La Venta Nueva, que comunica al otro lado, al sur, con Arcayana


No es nada infrecuente que, a lo largo del transcurrir del día, el tiempo cambie, y lo que es una soleada mañana levante nieblas o traiga nubes según avanza el día, o al revés, pero en el primer caso el tránsito por Las Palancas se hace más penoso, nada recomendable a partir del Altu Cabornín (donde empezamos a bajar a Ballota, al principio de este artículo) y hasta peligroso según se sube al Picu Paradiel.la y se baja después, por lo que no dudamos en, si la cosa no se ve clara, cambiar de ruta en alguna de estas dos posiblidades


Oviñana al fondo, Valdréu en medio y Albuerne abajo son parroquias de Las Luiñas que formaron parte de la de San Martín o Samartín "cabeza de todas Las L.luiñas" como cantaba José María Peláez Prieto, Peltó, uno de los naturales de esta tierra más conocido y más querido de Asturias, al que queremos desde aquí honrar modestamente su memoria


En la rasa de Vidío, uno de los barrios de Oviñana/Ouviñana es Samaria, el más cercano a la punta del cabo, nombre bíblico que ha dado lugar desde siempre sobre el origen de sus habitantes. Es posible se trate de uno de tantos caprichos de la etimología toponímica en base a la evolución de palabras que dan en otras que no tienen que ver lo que parece, pero tampoco son imposibles otras posibilidades 


Y es que no son inhabituales las leyendas, aunque puede que algunas relativamente recientes, sobre el origen vikingo, irlandés, normando o bretón (o de otros lugares), de algunos habitantes de este litoral, empezando por los mismos pixuetos de Cudillero/Cuideiru, la villa capital del concejo. Entrando en elucubraciones, la más posible sería la bretona, pues la antigua diócesis britona empezaba en la misma Ría de Navia


Como contraste, ha pasado desapercibido, como denunciaba el arqueólogo Eduardo Pérez-Fernández, el gran castro de El Castrellón que sería el antecedente poblacional más inmediato de estos lugares, junto con multitud de castros costeros que controlarían multitud de lo que fueron infinidad de puertos naturales y ensenadas de abrigo, comunicación de los caminos marítimos y terrestres en sus múltiples confluencias de esta costa indómita


Costa indómita por sus grandes frentes acantilados que hacen difícil bajar a la mayoría de sus playas, si bien no pocas hoy en día bastante accesibles, aunque no siempre para el tráfico rodado. Ahí tenemos por ejemplo las de La Cueva y Doria o Peñadoria, separadas por La Punta los Altares y con el peñón-islote del Horreón de la Cueva (parte inferior derecha de la foto, que se alza hasta los 20 metros sobre el mar. Especial atención merece allí un lugar, El Sablón, gran mirador sobre la costa, para 


Seguidamente a Peñadoira ya vemos las impresionantes rampas al pie del faro por donde se baja a La Iglesiona y El Chouzano, este de 52 metros por encima de las aguas. Muy bien se describe este inolvidable lugar en el gran blog de viajes Viajo a mi bola y luego lo cuento:
"Vidío es el segundo punto más septentrional de Asturias. Desde él se ve Peñas, el extremo norte de Asturias, y se alcanza, en días claros, hasta Estaca de Bares: el choque del Cantábrico con el Atlántico, ya en la provincia gallega de A Coruña. 
En días más nublados, la vista no alcanza tanto, pero sí se vislumbran todos los entrantes y salientes de la costa pixueta y, a occidente, clarísimamente, el cabo Busto, casi un gemelo en roquedo y morfología. (...) 
La costa de Cudillero es una de las más espectaculares de Asturias por sus paisajes y pueblos, sus acantilados a pico y sus playas estriadas de rocas que ni el viento ni el agua han podido ablandar aún. 
El cabo Vidío es la máxima expresión de estos bocados de mar que moldearon la geología a su antojo durante millones de años. A izquierda y derecha del faro, el concejo de Cudillero se recorta en entrantes y salientes que enmarcan un buen puñado de playas vírgenes. En la ruta del faro veremos muchas de ellas desde lo alto del acantilado contra el que rompe la pleamar. 
En la cara occidental, más expuesta al oleaje y las corrientes oceánicas, se abre primero Peñadoira y después Cueva. Ambas de arena y cantos rodados, con empinados accesos y poco espacio durante la pleamar. 
La erosión no ha podido aún con algunas estrías que emergen de entre la arena como estacas gigantes clavadas en el fondo del mar por algún titán enfurecido. 
El extremo de cabo Vidío se rompe bruscamente y aún se alarga hacia el mar con un islote. Es el islote de Chouzano. Entre los acantilados del cabo y los del islote llaman la atención dos puertas en estes, como dos ojos, donde las olas atruenan. El islote parece haber sido pisado por un gigante en su lado izquierdo, que quedó casi hundido en el mar. 
Es, en sí mismo, una banqueta, un tobogán para que se diviertan las sirenas cuando nadie las mira. Una tumbona, si le da el sol, sobre la cual disfrutar de toda la costa pixueta y más allá. 
El faro es una construcción maciza y rotunda, amurallada, que data de 1950. No es muy alto, no lo necesita. Por su elevación sobre los acantilados, los haces de luz de su potente linterna pueden verse a 25 millas marinas."

Y así se explaya la autora del blog, que firma con el seudónimo laurifog, al llegar al final de este mágico finisterre local:
"Bajo el faro, el mayor secreto del cabo Vidío: la Iglesiona. No, no es una construcción medieval: se trata de una enorme cueva semisubmarina, de acceso complicado y, aun así, solo en plena bajamar. Es una gran caverna, una sala diáfana culminada con un techo rocoso que asemeja una cúpula, y con un suelo de pequeñas estalagmitas que le procuran una mayor grandiosidad."

Laurifof dedica especial atención a la ruta de los miradores existente sobre estos acantilados de ensueño, con sus bancos dispuestos a poniente en este lado occidental, sobre todo el de El Sablón, sobre otra playa, la de Vivigo, también de Ouviñana:
"No me canso de visitarlos y de verlos: solitarios bancos al borde del mar con el atractivo título de «banco más bonito del mundo». Cada rincón tiene uno. Y, por suerte, se está convirtiendo en una agradable moda que se coloquen cada vez más en balcones naturales estratégicos. 
Está instaurado como «banco más bonito del mundo» el de los acantilados de Loiba. Se merece una mención especial. Pero desde que descubrí el mirador del Sablón, al menos en mi opinión, ya no puedo sostenerle el título. Las vistas hacia la concha que forma la playa de Vallina y hacia cabo Busto quitan el aliento. 
Tienen también en común Peñadoira y Cueva sus estratégicos bancos. Si normalmente lo difícil de una playa es obtener su perspectiva, en estas es mucho más trabajoso acceder a su arena gravillosa que a una increíble postal. Podría decirse que son playas de invierno, de entretiempo, bancos y miradores al borde del acantilado para deleitarse con tímidos rayos de sol sobre el agua, con sorprendentes vetas turquesas entre el cobalto predominante. 
El mirador sobre la playa de Peñadoira, con amplio aparcamiento, asemeja un área recreativa. Siguiendo el último tramo antes de llegar al faro, entre Peñadoira y el extremo de cabo Vidío, encontraremos bancos desperdigados, otro lugar para aparcar ya muy cerca del faro y un barco pesquero restaurado y ofrecido como estatua al horizonte. 
Son todos ellos bancos con encanto, bancos para atardeceres mágicos. Porque aquí, en este lado occidental de Vidío, nos golpea sin piedad el sol del atardecer para recortar las sierras costeras antes de morir en el agua y para, si jugamos con las luces, pintar el mar de plata o de oro. 
Pero no, no vamos a llegar al faro aún, porque desde Cueva debemos alejarnos un poco para perdernos en el fin del mundo: el mirador del Sablón. 
No me canso de visitarlos y de verlos: solitarios bancos al borde del mar con el atractivo título de «banco más bonito del mundo». Cada rincón tiene uno. Y, por suerte, se está convirtiendo en una agradable moda que se coloquen cada vez más en balcones naturales estratégicos. 
Está instaurado como «banco más bonito del mundo» el de los acantilados de Loiba. Se merece una mención especial. Pero desde que descubrí el mirador del Sablón, al menos en mi opinión, ya no puedo sostenerle el título. Las vistas hacia la concha que forma la playa de Vallina y hacia cabo Busto quitan el aliento."

Al, fondo, en la rasa del cabo, Vivigo o Vivíu, uno de los barrios de Ouviñana y acceso a La Playa Vallinas o del Gallo, cuyo camino podemos reconocer bajando al arenal a la izquierda. Otros de los barrios son Rieguabaxu y Rieguarriba, si bien a nivel popular todo es conocido mayormente con el nombre de la parroquia. Más abajo y más cerca es Albuerne y en primer término en la parte inferior de la foto, Novellana, por ambos pasa, procedente de Soto de Luiña, El Camín de las Ballotas


Entre Albuerne y Novellana se produce la primera gran bajada con posterior subida de Las Ballotas, la del río Llendebarcas o Lindebarcas, que nace en El Pedrico, en La Sierra Troncéu, por donde sube desde Las Chabolas El Camín de las Palancas


El río Llendebarcas, que a veces se ha escrito Lindasbarcas, hace referencia a llende (linde, límite), en este caso entre la parroquia de Soto y la de Novellana, así como a barcas, muy posiblemente algún embarcadero en su desembocadura en El Rabillín, entre las playas de Gancéu o Albuerne y Salencia. Nada más pasar el río, todo lo que se ha bajado, toca seguidamente subirlo. Ángel Ardura Parrondo, que hace una relación de varios caminos entre Asturias y Galicia, dice de este:
"La comunicación de Las Luiñas con el occidente era todavía peor, sobre todo, el tramo desde Soto de Luiña a Canero. George Borrow en su libro La Biblia en España lo cita como camino de mucha dificultad, incluso para las caballerías, sobre todo, en el término de Las Ballotas. Con este término se denominaba a las quebradas continuas que de forma periódica están configurando la geografía del camino... "

En algún lugar a la entrada de Novellana llamado Sorribos hubo una capilla con advocación a Santiago el Mayor, precedente de la actual iglesia. En pesquisas del párroco de Soto en 1781 los vecinos preguntados también desconocían quienes pudieron haber sido los patronos, "que no tenían bienes ni cargas y solamente había que dar al párroco 12 reales en concepto de limosna para que diese una misa cantada el día de patrón y otra rezada", según datos de Ardura Parrondo; Diez años después Novellana se escindía como parroquia aparte



Y entre Novellana y Castañeras otra ballota con su hondonada. Afirma Parrondo en su obra sobre las peregrinaciones en Las Luiñas que las peregrinaciones hicieron mejorar las comunicaciones de estos pueblos y parroquias:
"Además de fueron creando manifestaciones consetudinarias y tradicionales, característica del campo asturiano, que tenían por objeto mejorar y mantener estos caminos; así por ejemplo tenemos las sextaferias, muy utilizadas en el occidente asturiano, que consistían en la formación de un cuerpo de trabajo con herramientas aportadas por los vecinos, que de forma periódica se convocaba para la reparación de los caminos, así como para realizar aquellas otras obras necesarias para el interés común"


El Camín de las Ballotas entra en Castañeras por el lugar de La Barrera y seguidamente atraviesa el pueblo por la carretera N-632


Desde Castañeras se extiende hasta el mar la gran pradería de Los Valles, que llega hasta el acantilado de El Gavieiru o playa del Silencio



Destacan en el mar los peligrosos bajos de Los Negros, llamados así por su color oscuro, peñas que afloran en el mar y forman a su alrededor una blanca superficie de espuma al batir contra ellas el oleaje


Están al este de La Playa Vallinas y se adentran 500 metros en el Cantábrico desde la playa de su nombre, La Playa los Negros. Son verdaderos escollos para la navegación que han provocado diversos naufragios


El 7 de julio de 1990 el periodista Ángel Fidalgo publica en La Nueva España un amplio reportaje sobre los pescadores de estos pueblos titulado Albuerne y Valdredo, en Cudillero, marineros con historia y sin puerto, en el que da cuenta de estos desastres en el apartado Una historia de rescates:
"Cuando llega la niebla y la sirena del faro de Vidio empieza a sonar, Lucas Suárez Busto, de Valdredo, se acuerda de los tres barcos naufragados en el bajo de «Los Negros», y en el rescate de sus tripulaciones. Estos recuerdos afloran más todavía cuando saca la vieja medalla con la que la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos premió «la abnegación y el heroísmo», según reza en una inscripción, a este viejo pescador de 84 años que a los 8 ya salía a la mar. En total fueron 31 los marineros que pudo rescatar de «Los Negros». «Me acuerdo como si fuera hoy. El “Tedin” era un viejo velero que navegaba cargado de madera entre Galicia y el Musel, pero con la niebla ya se sabe, perdió el rumbo y embarrancó donde todos». Aunque fue en 1941, Lucas Suárez lo cuenta como si hubiera pasado ayer. «Estábamos echando la partida, sería sobre las diez y media de la noche, cuando entró un vecino de aquí, de Valdredo, diciendo que en la mar se oían voces».  
No lo pensaron dos veces y varios pescadores, con Lucas al frente, bajaron corriendo más de dos kilómetros por un estrecho camino hasta llegar al lugar donde guardaban los botes de pesca, junto con los de Albuerne. «Nos acercamos al barco en los botes y embarcamos a todos los tripulantes del velero que poco después se incendió».  
Tres años más tarde el pesquero de Cudillero «Elisita» se hundía en el mismo lugar que lo había hecho el velero y también por culpa de la niebla. «Fue el 18 de agosto y encontramos a todos los tripulantes subidos a una roca, No hubo muertos».

Otra tragedia es la que cuenta en No llegaron a "Santa Ana", acontecida el 25 de julio de 1955 con el pesquero María Luisa en estos mismos bajos:
«Iban todos los marineros muy contentos, no sólo por llegar a tierra, sino por la fiesta de Santa Ana que se celebraba al día siguiente». Le comentaron a Lucas después del naufragio que pensaban ir todos, «pero fue la niebla otra vez la que hizo que se metieran en “Los Negros”. Sentimos los pitidos que daba continuamente el pesquero, pero antes de llegar al acantilado dejaron de sonar». 
Una vez más tiraron una lancha al agua, «y con mucho cuidado, ya que por la niebla no se veía nada, fuimos siguiendo las voces hasta que los encontramos en un peñón». Cuando llegaron a tierra se dieron cuenta que faltaban dos pescadores. uno de ellos hijo de un superviviente. «Al día siguiente se levantó mala mar y arrastró a la orilla a los dos cadáveres».  
Para Lucas Suárez Busto, que durante muchos años fue el hombre más fuerte de toda la zona, en estos tres naufragios hizo sencillamente, lo que tenía que hacer, igual que todos los que le acompañaron. «No podíamos dejarlos morir, eso era lo único que nos importaba»

Tal es el temido bajo de Los Negros que una de sus rocas es llamada incluso Las Difuntas, de ellas y del porqué de su nombre, se habla dentro del reportaje en relación con las historias de estos pescadores:
"Todos los días que no hay mala mar -calculan en esta parte de la costa asturiana y siendo optimistas que no son más de 200 al año- los pescadores de Oviñana, Vaidredo y Albuerne arrastran hasta el mar sus embarcaciones, que permanecen varadas en tierra. No tienen otra opción por la falta de un puerto en toda la zona. 
Los pocos marineros que quedan en los dos últimos pueblos.se ven obligados también a descender unos tres kilómetros por una pista forestal que los conduce finalmente a la zona conocida como El Carrero. Camino que fue acondicionado recientemente y que, de momento, coima las aspiraciones inmediatas de los pescadores de estos dos pueblos.  
Al final de una cuesta muy inclinada y que baja directamente hasta el pedrero, descansan cinco pequeños botes que nunca conocieron la seguridad de un puerto de abrigo, al igual que los pescadores que los tripulan y que día a día sacan al mar sus frutos. Estos hombres, unos ocho, son únicos en el colectivo de pescadores asturianos. Viven y trabajan al oeste del cabo de Vidio, en unas condiciones difíciles de imaginar en las puertas del siglo XXI. La audacia y el gobierno cotidiano del bote entre las peligrosas rocas se confunden todos los días del año.  
Si el estado de la mar lo permite, después de arrastrar sus pequeñas embarcaciones hasta el agua, se ven obligados a navegar por un laberinto de rocas que forman los temidos bajos conocidos con el nombre de «Los Negros», donde muchos barcos naufragaron en medio de la niebla. Una de estas rocas es conocida con el nombre de «Las Difuntas». Cuenta la leyenda que en el siglo pasado, nadie sabe en qué año, unas jóvenes fueron a bañarse en esta zona y murieron ahogadas. Historia que se mezcla con otra de piratas y violaciones, tal vez la más verosímil."


Una buena imagen de los acantilados de El Gavieiru en la Punta Nocedal, al norte de Castañeras, si bien su playa o ribera no la llegamos a ver por poco. A la izquierda La Cogolla con los islotes de La Sarna y La Sarnina, así como detrás La Percebera con La Cagona y La Cagonina. En primer término, Santa Marina, el siguiente pueblo del Camín de las Ballotas, donde vemos la carretera N-632 en la parte inferior derecha, donde está la Pensión Bar Gayo, muy empleada por los peregrinos de esa ruta. Gayo, apellido vaqueiro procedente de Malleza en Salas, es el de su propietaria Charo Gayo, junto con su marido Raúl Prada. Dispone de pensión, situada un poco más adelante. Está situado frente a la parada de la línea y cerca de otro de los accesos a Gueirúa


El río Cándano forma entre Castañeras y Santa Marina la correspondiente ballota entre ambas poblaciones, con descenso al profundo y estrecho valle e inmediata ascensión por selvática cuesta hacia Santa Marina


El Camín de las Ballotas sale del boscaje y llega a Santa Marina por los campos de Las Terronas, donde gana la carretera, la cual puede evitar unos metros tomando el ramal a  Casa Servando, que fue célebre marinero y mariscador, y Celsa, donde se cruza con el camino que va a la Playa Gueirúa, o más correctamente Ribera Gueirúa, empleando la denominación popular local, pues son playas de pedreros o xorragales, cuando hay arena es sable


Luego se vuelve a la carretera por la Casa del Molinero, a la izquierda de la foto, por donde se va a la Pensión Prada, en la parte inferior izquierda de la fotografía, construida en 1920 para vivienda del emigrante a Cuba Ángel González, quien hizo fortuna en hostelería. Se casó con una sobrina mucho más joven que él, Ángela. Explotaron una casería de vacas y gallinas y pensaban tener numerosa descendencia, de ahí el tamaño de la casa y sus muchas habitaciones. Pero al final no llegaron a ser padres y fue heredada por sus sobrinos, quienes la vendieron, aprovechándose su gran número de cuartos para las habitaciones de la actual pensión


Según la tradición existente, Santa Marina fueron en origen tres pueblos: el de Cándano, al principio, más abajo, La Regueirina y seguidamente el de Santa Marina propiamente dicho, cuya capilla, mencionada en el siglo XVII y que dio nombra el pueblo, estaba anteriormente en el solar de un antiguo castro situado en las inmediaciones, aunque un tanto alejada, por lo que fue trasladada de lugar y traída más cerca de las casas. Este dato hace pensar en la cristianización de algún nemeton o santuario prerromano vinculado al castro, cuya existencia avala el antiguo poblamiento de estos lugares


Como dato curioso podemos decir que en 1722 el Visitador de la diócesis se quejaba que los vecinos venían todos a misa a esta capilla y no iban a la parroquial de Ballota, a la que pertenecían, con el subsiguiente perjuicio para sus cofradías, que precisaban de las limosnas. También advierte de su estado de deterioro, conminando a los vecinos a que la reparasen, cosa que no se debió de hacer pues en 1756 su vuelve a manifestar esta necesidad de adecentamiento, , llegando a amenazarse a los patronos a no celebrar más actos litúrgicos en ella si no se reparaba, según conocemos de datos del libro Ardura Parrondo


Camino de Cándano a La Regueirina está El Parque, precioso espacio verde a la derecha de la carretera, donde suelen hacer parada a descansar los romeros jacobitas (y a sacar el bocadillo). En Vive Cudillero nos presentan así Santa Marina...
"Santa Marina es una pequeña localidad perteneciente a la parroquia de Ballota. A pesar de su tamaño, es una delicia pasear por sus caminos y disfrutar del ambiente rural y natural que se respira en la zona. Es un lugar para desconectar del día a día, sobre todo para aquellas personas que sean más urbanitas y quieran pasar unos días alejados de sus rutinas diarias. Cuenta con varias opciones de alojamiento y de restauración, lo que permitirá conocer más sobre parte de la cultura gastronómica, donde predominan platos de todas clases como carnes, pescados y mariscos y diferentes productos de huerta. Santa Marina no es muy grande, pero permite ser punto de partida de muchas rutas que te permitirán descubrir muchos de los encantos de la zona, como por ejemplo la playa de Gueirua entre otros"

Y esta es una imagen frecuente, con niebla, que es cuando se dice, "Las Ballotas afumadas tempestad a la mar vaga", según el refranero popular, es decir, con Las Ballotas "ahumadas" (neblinosas), se anuncia tempestad y mar vaga (vagamar mar vaga, 'temporal', 'marejada fuerte', 'gran tempestad en el mar', 'oleaje', 'temporal de fuera que levanta grandes olas', son sus acepciones en el Diccionario General de la Lengua Asturiana)


La primera vez que se menciona a Santa Marina por su nombre (Sanctam Marinam) es en el año 1158, dentro de los límites de una donación de tierras de realengo (Novellana) al monasterio belmontín de Santa María de Lapedo. Este y otros conventos, así como la propia mitra ovetense, tuvieron fuertes intereses y posesiones en el Cuarto de las Luiñas, pero fueron perdiéndonos dentro de un proceso que explica de esta manera Ángel Ardura Parrondo en su libro sobre el Camino de Santiago a su paso por este lugar:
"Como sabemos, en los siglos IX al XIII aproximadamente, la Iglesia a través del Cabildo de  la Catedral y de los monasterios principalmente, irían recibiendo la titularidad de las tierras mediante donaciones de la Corona y la alta nobleza. Se hicieron dueños de grandes extensiones muy poco pobladas por lo general, y bien de forma directas o indirecta para las muy alejadas, fueron trabajándolas y creando pequeñas células poblacionales polarizadas a los centros eclesiásticos convertidos en parroquias

Cuando el crecimiento demográfico incrementa el número de campesinos que demandan nuevas tierras, algunos vecinos pertenecientes a las grandes familias se convierten en intermediarios de las mismas, aforándolas o arrendándolas directamente a los monasterios y distribuyéndolas entre los nuevos pecheros. Bien con buenas o no tan buenas artes, de las que tenemos muestra por los numerosos contenciones entre señores y monasterios, estos irán perdiendo el control de sus propiedades por la fragmentación y distancia a que se encontraban, a pesar de las pesquisas que realizaban tratando de controlar y comprobar sus apeos, La Iglesia va perdiendo su titularidad y van surgiendo algunas familias que se convierten en los nuevos grandes propietarios"

En el caso de esta parroquia de Ballota, D. Álvaro Díez Inclán, dueño de la casa de los Inclán de Pravia y descendiente de la estripe de los Arango, llegarían a ser los dueños de dos tercios de sus "tierras, prados , montes, abrevaderos, árboles frutales  y no frutales...", además de la mitad de lo mismo en Novellana (cedieron el terreno para la iglesia),  Por su parte el marqués de Valdecárzana, dueño del coto de Muros, tenía la otra mitad


Estos eran los que pasaron a ser grandes propietarios, pero había otros, los hacendados que solían tener varias  porciones, no muy grandes y casi siempre separadas unas de otras. Al ser varias podían percibir las suficientes rentas por ellas y suelen aparecer en los registros como fundadores de capellanías. Sigue diciendo Ardura Parrondo:
"Los pequeños propietarios campesinos que trabajaban las tierras, disponían de muy pocas en propiedad y su sometimiento a los grandes señores provenía muchas veces dela necesidad de que les concedieran nuevas tierras para poder alimentar a una familia creciente. Hasta el siglo XIX y en gran parte del XX no podrán acceder a su titularidad"

Otras tierras eran las comunales, que solían ser bravas e incultas, de poco rendimiento, que si se ponían en producción solo era a base de grandes esfuerzos y tiempo. De todas maneras durante el siglo XVIII monasterios y cabildo catedralicio seguían siendo dueños de grandes extensiones en Las Luiñas:
"En los libros de Rentas se recogía en 1752 que el monasterio de Cornellana tenía en propiedad dos partes de tres y el dominio de las tres del término manso y bravo de Santa Mº de Ballota, que tenía 1.034 días de bueyes y 7 "dozavos y medio" sin incluir los árboles dispersos, terreno de casa, hórreos, extensiones de caminos y ríos de las que le correspondían dos terceras partes y los árboles. Percibía de todos los vecinos 20 maravedís anuales en razón de Foro Perpetuo. Le pertenecía igualmente las dos partes dela braña de Resillinas; pertenecía a D. Álvaro de Inclán que percibía anualmente de Luis Cándano una fanega de pan y, y de Nicolás de Cándano, 15 reales por lo mismo que el monasterio de Cornellana"

No sabemos tampoco a ciencia cierta por dónde iría el camín real a su paso por Santa Marina. Es posible que cerca del castro y emplazamiento de la antigua capilla. Lo cierto es que, como siempre pasa, tras la construcción de la carretera el eje poblacional se traslada a esta,, que es por donde va ahora el Camino de Santiago (no oficial) por Las Ballotas, pasando las casas de La Tienda, Las Palmeras (también indiana), El Zarrón y Casa Ricardo, donde se vuelve a bajar a una ballota más, la del río San Roque


Como suele decirse, "Santa Marina llega hasta Portugal", y lo cierto es que es verdad, pues Portugal es como se llama uno de sus barrios, sin que sepamos la razón del topónimo


Menos mal, pues, "que nos queda Portugal", como quedan estos barrios a poniente de Santa Marina a los peregrinos del Camín de las Ballotas, cercanos a sumirse en una más de ellas, otra de estas ballotas o simas fluviales, duras  pero a la vez maravillosamente agrestes 


Es un contraste, arriba, bellos prados idílicos donde las labores agropecuarias tradicionales conviven en gran simbiosis, con los nuevos, o no tan nuevos, usos residenciales y turísticos, circunstancia común a casi todas las áreas rurales en la actualidad, especialmente las situadas en primera línea de costa


Y abajo, los verdes prados ceden paso a las profundas riegas de esta ballota, valle profundo del río San Roque, plagado de ocalitos en la actualidad, que separa Santa Marina de Ballota, la cabeza de la parroquia a la que pertenece, cuyos primeros barrios divisamos a la izquierda, estos ya prácticamente a nuestros pies


Río de San Roque que, como su nombre indica, nace aquí mismo, al pie de estos cumales de San Roque'l Picu, "discurriendo por el paraje de Las Ferreras antes de unirse con las aguas del arroyo de Ballota, del río Pasconeiros, y del arroyo de Santa Marina, desembocando en la ribera del Agua Dulce", tal cual lo dicen en la Enciclopedia del paisaje de Asturias


Y en medio, la desembocadura del río San Roque o río L'Agua. El Camino pasa unos metros más al sur, bajando de Santa Marina por La Cruz. Por ahí abajo baja también, desde su nacimiento en las faldas de L'Arquera, el río Pasconeiros, que corre a unirse al de San Roque y otros, los de Santa Marina y Ballota, antes de desembocar en la cercana costa en Aguaduz (Agua Dulce)


Pasconeiros, es terreno de pascones, esto es, pastos precisamente, si bien en concreto alude a los de mala calidad a causa de la orografía, como es esta de Las Ballotas. Los peregrinos pasan también El Regueriu la Ponte por un viejo puente de piedra, entre maleza, que puede ser medieval, luego el San Roque, vadeándolo a pie, y empieza a subir a Ballota o Val.louta


Sienra, Aguaduz, son las playas, pedregosas más que arenosas, situada en ese sector de costa al oeste de Santa Marina. Ahí están más de esos temibles bajos, como la Isla la Zarza, un peñón que aflora unos 8 metros sobre el mar


Y tras salir de la selva el Camino gana de nuevo otra llanura costanera al llegar a Ballota por Las Ferreras, al este de la población. Es cierto que, no pocos peregrinos emplean la carretera N-632 para ir de un pueblo a otro, carretera ahora sin tráfico apenas, pero es a base de pisar kilómetros y kilómetros de asfalto en un monótono trayecto entre ocalitos, pues dicha carretera realiza largas curvas siguiendo la orografía de estas laderas, multiplicando enormemente la distancia entre un pueblo y otro


"El llugarín de Ballota desde fuera paréz villa, tién un clavel a la entrada y una rosa a la salida", cuenta el dicho popular. Sus casas formando calles y barrios, algunas de aire indiano, sobre todo en la carretera, bastantes de ellas de piso o pisos latos, y su disposición en esta ballota que le da nombre, si bien es una configuración muy parecida a la de Santa Marina o Novellana, sí que le da un aspecto de villa y de ahí las canciones alusivas al lugar


Aunque algunas casas son de construcción reciente o bastante contemporánea, quedan, más o menos  conservadas, algunas casonas y caserías de notable antigüedad, de los tiempos en los que el camín real de Las Ballotas, alternando con el de Las Palancas, eran las principales vías de comunicación


En el Diccionario Geográfico de Asturias leemos que existen dos opiniones respecto al significado de la palabra Ballota. Una que procede de Valle Alto (antaño se escribía Vallota); y la segunda porque "es por donde pasa el camino real de la costa, tiene seis o siete ballotas o quebradas, que forman los riachuelos que bajan a de la Sierra", o así escribía Juan Antonio Banzes y Valdés en 1806. Por su parte García Arias lo explica en un vallem altam (valle alto)


Un resumen de lo que es este camino por Las Luiñas a Las Ballotas lo hallamos en Wikiloc (sin firma), y nos agrada compartirlo, pues expresa muy bien su dureza y orografía, así como sus alicientes:
"... las ballotas: las boscosas laderas, pasando por diferentes pueblos donde pernoctar o suministrarse y cercano a muchas playas. En aquellos tramos en los que se separa de la nacional (antes y después de los pueblos), aunque naturales y muy hermosos, sí mostraran en determinados lugares la antaño célebre fragosidad del camino de Las Ballotas, pues pese a estar prácticamente en línea de costa recordarán una ruta de montaña con sus subidas, bajadas y bosques casi selváticos. Su principal inconveniente serán esas continuas subidas y bajadas a los estrechos valles (vallotas, de ahí el nombre) formados por los numerosos ríos y arroyos que, nacidos en la sierra costera, desembocan en el mar.

La etapa es hermosa por el escenario recorrido, no obstante, es dura por el continuo sube/baja de los siete valles divididos por ríos con laderas muy pronunciadas. Nos gustó y cansó hasta llegar a la aldea de nombre Ballota y nos alojamos en Casa Fernando III que nos dio de cenar copiosamente para reponer fuerzas y descansar adecuadamente..."

A partir de los años 1960, con la mejora notable de las comunicaciones y el abandono de la actividad campesina tradicional, muchas casas fueron profundamente reformadas al haber cambiado los hábitos y trabajos del mundo rural, que además en buena medida se fue transformando en turístico y residencial en estas costas, pero aún se ven varias naves de grandes explotaciones ganaderas


Una de ellas está allí precisamente, la vemos en medio de la foto, con los campos de la rasa que se extienden hacia los acantilados de Sienra, Los Castros y Cabrilleras, de unos 70 metros sobre el mar, acceso difícil a más playas silvestres solo frecuentadas, y no mucho últimamente, por algunos pescadores de caña


La nave es una muy buena referencia además para identificar, enfrente, la iglesia parroquial de Santa María de Ballota, cuya fábrica actual es del siglo XVIII, pues se acometió su obra en 1789, y alberga en su interior, además de un notable retablo mayor, dos cuadros del insigne pintor Dionisio Fierros, nacido en este pueblo el 5 de mayo de 1827 titulados la Purísima Concepción y San Juan Bautista Bautismo de Cristo


Refleja el templo muy bien el esquema constructivo de las iglesia rurales dieciochescas en un momento en el que se planteó reformar muchos templos medievales por diversos motivos, uno que no todos se conservaban bien precisamente, otro el aumento de la población, uno más, los cambios en la liturgia y disposiciones tales como los cementerios exteriores, evitando las inhumaciones en el interior de la iglesia por consideraciones higiénico-sanitarias


El Camino de Santiago (Camín de las Ballotas), pasa muy cerca, por las casas de la parte inferior de la foto, saliendo a la carretera


Es a lo largo de la carretera y en sus ramales inmediatos o caminos adyacentes que con ella se cruzan, donde se concentra actualmente la mayor parte de la población, de ella escribe el historiador Luis Antonio Alías en El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios:
"De Novellana a Ballota hay 11 km. de curvas y contracurvas, que tienen por protagonistas las colinas denominadas "Ballotas". Hoy suponen un cuello de botella para los automovilistas -el ferrocarril de vía estrecha salva desniveles mediante impresionantes viaductos- y ayer supusieron un tramo difícil y áspero del camino"

En el momento de escribir esas líneas, allá por 1992, no estaba hecha la Autovía del Cantábrico (A-8) y esta seguía siendo la principal vía de comunicación costera con Galicia (La N-634 viene del interior con características más o menos similares -La Cabruñana, La Espina, Trevías, etc.- y esta enlaza con ella en Canero/Caneiru)


Los peregrinos atraviesan pues la mayor parte de Ballota, como lo hicieron en Novellana, Castañeras y Santa Marina, siguiendo la carretera hasta llegar a un grupo de casas casi ya al final del pueblo, donde está Casa Fernando, parada y fonda del Camino


 Casa Fernando fue fundada en 1945 como bar-tienda y peluquería por el matrimonio de Fernando Alonso, quien ejercía de barbero, y su esposa Leonor, negocio continuado por sus hijos Fernando y Luis Carlos, siendo reformado en 1984 por Fernando y Josefina Sierra, ampliándose a hotel (este y el que vimos poco antes), restaurante, cafetería y terraza


Tras el fallecimiento de Josefina en el año 2012 y la inminente jubilación de su esposo Fernando es su hijo Miguel Ángel Alonso, quien se decide con su mujer Beatriz Tenreiro, de continuar la saga hostelera y hotelera pero un grave accidente se lo impide, siendo cerrado el negocio hasta que ambos salen de una larga convalecencia, siendo reabierto por ellos, Miguel y Beatriz, el 1 de mayo del año 2013. Son estas pues las tres generaciones de Casa Fernando de Ballota


Enfrente de Casa Fernando, Villa Conchita, llamada así en honor a Concha (Concepción), esposa del donostiarra Jesús Suárez, dueño de una naviera, quien compró esta casa que había sido edificada en 1910 para vivienda de Jesús Fierros, emigrante a Cuba


A la izquierda de Casa Fernando está el cruce con la carretera a San Roque, que es donde nosotros enlazaremos con el Camino de Santiago por Las Ballotas, camino que sigue por la carretera cuesta abajo hacia las inmediaciones de La Playa Ricabu, desembocadura del río homónimo, donde nos aguarda otra ballota más para ascender a Tablizu, ya en Valdes, pues el río marca la frontera de concejos


Un paraíso azul y verde también lleno de historia. Por aquí estaba al parecer el famoso Puente que TiemblaLe Pont qui Tremble, para pasar el río. Era una pasarela de madera que a nadie dejaba impertérrito, la cual temblaba peligrosamente sobre el barranco, ya que carecía de pivotes, y ante la que se encomendaban viajeros y peregrinos antes de cruzar


Vista la costa, nos acercamos a la ermita de San Roque, su fábrica actual, como ya hemos dicho, es de entre los siglos XIX y XX pero de origen anterior. Su estructura es de capilla única de planta cuadrada y de ella nos cuentan en el magnífico blog ¿Y si Descubrimos Asturias? otros detalles de su estructura constructiva:
"Tanto los muros norte como sur se abren con pequeñas ventanas (una a cada lado) de sección apaisada con gran derrame y pronunciado alfeizar para evitar la entrada de agua en el interior, puesto que la capilla está situada en una desprotegida azotada por el viento y la lluvia."

El pórtico precede la entrada al interior, está hecho con la prolongación de los muros laterales a manera de antas o contravientos con su frontis cerrado por un muro bajo donde dos columnas de madera sostienen la viga que hace de soporte de la cubierta


Un buen lugar pues para ponerse a techo si nos sorprende uno de esas temibles tempestades de Las Palancas a Las Ballotas, Aunque la ermita esté cerrada, desde la puerta puede verse el interior


La verja de la puerta y las ventanas laterales proporcionan buena luz natural. El suelo es de pavimento cerámico colocado en la segunda mitad del siglo XX. Vemos arriba la cubierta a dos aguas aunque realmente es de tres contando con la del pórtico, inclinada al este


 "Forma parte del grupo de capillas y ermitas populares de escaso valor artístico aunque de estimable valor etnográfico tradicional" , dicen también en el blog antes mencionado. En la cabecera hay un banco corrido sobre el que está colocado el retablo con la imagen de San Roque 


Ahí vemos el santo con su hábito peregrino, mostrando las llagas de su enfermedad y con el perro que se las cura lamiéndoselas en lo que constituye su iconografía habitual


A los lados, otras imágenes religiosas más pequeñas, cuadros piadosos en la pared, cruces y otros objetos vinculados a la espiritualidad del lugar y/o con la liturgia


El retablo es nuevo, este es el que había años atrás, que se describía como "de factura muy tosca con puerta de vidrio y cubierta prísmica rematada con un sol realizado en el siglo XIX"


Recorremos El Prau San Roque para dirigirnos al hórreo, otro elemento significativo del lugar


Hórreo de cubierta de tejas sostenidas con piedras sobre ellas a la manera tradicional "para que no se las lleve el viento" y cubierta piramidal a cuatro aguas rematada en moñu y Sus cuatro pegollos son de madera y se sostienen, elevados, sobre sendos pilares de piedra


En el solorru, es decir, el espacio debajo del hórreo, otro refugio ante posibles inclemencias del tiempo


Y al sur, Las Palancas, cuyas cimas ya vamos dejando atrás, queremos traer aquí lo que decimos al comienzo de nuestra entrada dedicada al Camino de la Sierra de las Palancas o Camín de los Vaqueiros: una ruta de montaña y brañas en la costa del occidente asturiano:
"Una vez dejado atrás Soto de Luiña/Soutu L.luiña, en la histórica tierra de Las Luiñas, en el concejo asturiano de Cudillero/Cuideiru, el Camino Norte de Santiago llega subiendo a Las Chabolas, donde enlaza con la carretera N-632. Allí, justo donde se acaba la cuesta y arranca un tramo llano, hay una bifurcación muy importante, pues el camino se va a dividir en dos: 
-Uno es el Camín de Las Ballotas, el más próximo al mar, pues es el antiguo Camín Real de la Costa. No está en este momento considerado camino oficial pese a que su trazado ha sido recuperado y señalizado por Pepe, el hospitalero de Soto de Luiña, pintándolo con flechas amarillas. Tiene numerosas bajadas y subidas a los numerosos barrancos, profundos valles formados por los ríos que, naciendo en la sierra, se precipitan sobre el Cantábrico en fuerte desnivel. las ballotas, vachotas o val.loutas. Otros peregrinos optan por seguir la citada N-632, ahora casi sin tráfico desde la apertura de la Autovía del Cantábrico, si bien es todo asfalto y hace enormes curvas y rodeos

-El otro sería el Camín de Las Palancas o de la Sierra de Las Palancas, la cordillera litoral que evita estas sinuosidades costeras, si bien es también de importante dureza al subir a lo alto de sus cumbres. Existe debate sobre cual de los dos sería el más empleado y que solo uno sea considerado oficial. Por lo general se acepta que el principal, el camín real, sería el de Las Ballotas, máxime cuando fue acondicionado en el siglo XVIII para el paso regular de carrilanas, carruajes de cinco caballos, pero no pocas veces se hacía impracticable a causa de inundaciones y riadas, por lo que se empleaba del de Las Palancas, que aunque asciende mucho deja abajo esos frecuentes problemas" 

En contra de lo que aparece en algunas guías y foros, este Camín de Las Palancas o Camín de los Vaqueiros, no es ni mucho menos impracticable, tiene algún tramo malo al iniciar el descenso final pero se pasa perfectamente: su principal problema, aparte de la dureza con continuas subidas y una gran bajada como remate, es que es extremadamente solitario y además hasta hace poco su señalización era bastante deficiente, aunque últimamente se ha repuesto y asimismo se han limpiado varios tramos que sí eran intransitables, si bien el balizamiento de un gasoducto ofrecía para ellos un paso alternativo

 Estas razones nos obligan a recomendarla únicamente a peregrinos que, con planos y guías, tengan también buen sentido de la orientación y excelente forma física, no en el significado exactamente del gimnasio, sino que estén acostumbrados a travesías montañeras


Vemos desde aquí, por la misma cresta de la Sierra, la subida al Altu las Cogruzas, a la izquierda de Paradiel.la, por el Outar de las Muyeres (mal escrito "Obtar" en algunas publicaciones), El Pocín y El Pozón 


Popularmente ese paraje es también conocido como El Tarambicu, variante de tarabica o tarabilla, trozo de madera que cierra una puerta o una portilla, cosa que aquí abundaría y abunda, en los cierres de estos pastos fronterizos:
"En los mapas y guías este lugar aparece denominado como Obtar de las Mujeres, el segundo término es una evidente castellanización de muyeres, que puede referirse literalmente a mujeres o a piedras mullares (blandas). Más extraño es el término obtar, pues no parece propio de la lingüística local de la zona, lo que nos hace pensar si no será una transcripción errónea mil veces repetida, pues hemos encontrado también la forma Outar, con el significado de lugar elevado, otero-oteral, que revela ser más lógica"

Y El Picu Paradiel.la dominando la escena. Multitud de caminos recorren sus faldas, comunicando aquellas antiguas brañas de sus laderas, algunas hoy día, como hemos visto, deshabitadas


Del hórreo regresamos a la ermita, volviendo a fijarnos en el grosor de sus muros y especialmente en el de la cabecera:
"El muro de cabecera es ciego y se eleva por encima de la cubierta mostrando acusadas caídas rematándose en el centro con una espadaña de único vano, coronada con frontón triangular de tipología popular.
La cubierta es a tres aguas apoyada sobre estructura de madera y se protege al exterior con tejas de tipo árabe dispuestas a canal y cobija. Los muros están levantados en mampostería enlucida y pintada sin emplearse sillería en ninguna parte de su construcción."

Y de la capilla volvemos a la vía local asfaltada que hemos tomado en el Altu Cabornín para bajar a Ballota



Saliendo del Prau San Roque tenemos esta curva, muy cerrada, a la izquierda, sin visibilidad. Aunque el tráfico es por lo común sumamente escaso andemos muy atentos


A partir de aquí se van a suceder una serie de buenas rampas en bajada directa y zigzagueando, perdiendo altura muy rápidamente, lo que será un buen trabajo de piernas


La línea de postes telefónicos sigue jalonando el itinerario por la carretera. Al fondo asoman los cantiles de La Punta'l Cuernu


Vemos nuevamente La Furada y su peligrosa serie de escollos rocosos, Más abajo asoman un poco Las Chugaronas o L.lugaronas, a medio kilómetro de distancia de la costa y también testimonio del antiguo y desaparecido acantilado en retroceso, del que permanecen retazos más duros como testigos del antiguo frente del cantil. Aunque parecen en la distancia ser uno solo, son en realidad cuatro peñascos o islotes, lugar de paso y poso de aves marinas. Estas rocas y los bajos o bajíos marinos fueron de siempre un peligro para la navegación, como ya hemos comentado


Arriba ha quedado El Prau San Roque y su capilla de San Roque'l Picu



Crecen las árgumas y helechales a sus pies, en la ladera entre en campo de la ermita y la carretera



Más abajo nos encontramos una vez más con las extensas plantaciones de pinos repoblados para la producción industrial



La señalética viaria advierte de otra curva muy cerrada, ahora a la derecha. Además de automóviles y furgonetas de reparto es común el paso de tractores, camiones de los madereros, transportes de ganado y demás maquinaria agrícola


Tampoco hay aquí visibilidad y se necesita atención al bajar no venga subiendo alguno de estos vehículos


Es realmente un giro completo de 360 grados, la carretera serpentea en rápido descenso 


El pertinente guardarraíl quitamiedos al borde del precipicio, donde crecen tupidos arbustos formando un frondoso seto natural



Más árgumas y pinares que se extienden al fondo por toda esta falda norte de las montañas, hacia los montes de El Contu, Ventana, Las Fontinas y Los Pasconeiros


Otra señal anunciando la siguiente curva , ahora a la izquierda y siempre cuesta abajo


Y otro giro total, ahora toca a la izquierda


A la derecha, el pertinente quitamiedos bordea esta revuelta tan pronunciada


A la altura de aquellos pinos, otra curva más, si embargo esta más suave


Al llegar a ella nos percatamos que esta es con diferencia la rampa descendente más larga de todas, buena parte de ella a la sombra de los pinos


Abajo, asoman los tejados de las primeras casas de Ballota


En la distancia, el extremo de La Punta'l Cuernu con La Furada a lo lejos


A nuestro lado, entre los arbustos, uno especialmente llamativo y vistoso


El acebo, acebucarrascu o xardón, (Ilex aquifolium)con sus brillantísimas hojas verdes, resalta en estas veredas de la bajada a Ballota


Y sus tan llamativos y coloristas frutos rojos


Su verde, más intenso por el haz, más claro por el envés, otra de sus características a la vista


Monte abajo, volvemos a ver la iglesia de Santa María y las llanadas de la rasa costera de Ballota en La Sienra


El camino a la Playa Cabrilleras, a su izquierda, entre las casas, la primera, de llamativo color azul, Casa Robustiano o de Luis y Pacho


Esta iglesia tenía, desde muy antiguo, una capilla anexa cuyo fundador sabemos que fue D. Julián García, párroco de la parroquia, citado documentalmente como tal en 1643


Ya en 1721, por referencias de Visitador, se hizo palpable la necesidad de una reforma integral den santuario. Cuando en 1789 se emprendió la esperada obra se trajo piedra de las canteras de Samartín (San Martín de Luiña), salvo una partida procedente de Avilés que vino transportada por caballerías, al igual que la madera de los bosques valdesanos de Trevías, según datos de Ángel Ardura Parrondo:
"Se construyó la capilla mayor, los colaterales y la sacristía, se cerraron los arcos, se levantaron las paredes, se terminó la bóveda de crucería, se retejó el pórtico, se construyó la cubierta y el campanario y se preparó la tribuna."

Según bajamos, descubrimos todo un acebal bajo los pinos...


Hermosura natural en la bajada de Las Palancas a Las Ballotas, excelente bienvenida 


No nos cansamos de admirar esta belleza otoñal, que es cuando maduran estos frutos, venenosos para consumo humano pero vital para el sustento de muchos animales, que incluso buscan cobijo bajo sus hojas, perennes. Estos frutos pueden verse hasta finales del invierno, por eso son símbolo de la Navidad, aunque ahora está prohibido arrancar acebos y sus ramas


Como belleza es esta otra vista de Ballota desde el camino, en medio de los campos y con el mar al fondo, melodía de tierra y mar. Abajo, la Autovía del Cantábrico (A-8), bajo la que pasaremos antes de entrar en el pueblo


La subida desde el río San Roque y las primeras casas del Camín de Las Ballotas, a la derecha, las que se encuentra el peregrino de ese camino tras pasar junto a La Fuente la Peral


La mayor parte del tiempo desde un camino, el de Las Palancas, se ve el otro, el de Las Ballotas, y viceversa, o por lo menos por donde pasa. Según parece, el camín real costero propiamente dicho sería el de abajo, en de Las Ballotas pero se vería muy afectado por riadas, argayos, derrumbes, etc. en esta sinuosa y abrupta geografía costera, por lo que se tendería a emplear el de la montaña como alternativa, a veces incluso más concurrida, Las Palancas o Camín de los Vaqueiros


Se sabe que en el siglo XVIII al de Las Ballotas se le hizo una buena reforma que permitió el paso de carruajes de líneas, las carrilanas de ocho caballos, por lo que sería el más usado hasta la construcción de la carretera, la cual también llegó a ser apodada La Torturadora por su "infame recorrido" según algunas crónicas. El paso de Las Ballotas fue pues un quebradero de cabeza, temible, hasta etapas históricas relativamente aún muy recientes


El que la alternativa fuese un camino por altas brañas y puertos da que pensar en las enormes dificultades de tránsito en siglos pasados. Hay datos de peregrinos como Antoine de Lalaing en 1502, cuyo plan inicial era esquivar este recorrido costero yendo en barco desde Avilés a A Coruña, pero los vientos contrarios impidieron esa travesía marítima y tomó el Camín de Las Ballotas


El Camín de las Ballotas tal y como está señalizado actualmente llega a la carretera unos pocos metros al sur de la iglesia parroquial de Santa María (arriba), entre las casas de La Clínica, esta grande azul que vemos en medio de la foto y, detrás de ella y un poco a su izquierda, Casa María Facundo, que tien tiempos tuvo tienda, de marcado estilo indiano ambas



La Clínica fue  construida en 1902 para José López Fierros, emigrante a Cuba que trabajó en Farmacia, empezando de pinche y luego estudió la especialidad llegando a abrir la suya propia. Regresó a Asturias tras un revés económico e hizo esta casa a primeros del siglo XX, hecha por un maestro de obras, sin intervención de arquitecto alguno


José se casó por entonces con Pilar Fierros, teniendo con ella dos hijos, José y Pilar (nombres de los padres). Abrió farmacia en Ballota, pero al no reconocérsele en España el título hubo de contratar a uno titulado. Falleció con 50 años, cuando su hijo, el también llamado José, estudiaba Medicina, pero la penuria económica tras la muerte de su padre, y el no querer ser una carga para su madre y hermana, le hizo emigrar también a Cuba, donde empezó a trabajar en mercería de día, y de noche ayudando como enfermero en la Quinta Covadonga, en la sociedad de salud fundada por los asturianos emigrantes


No pasaron muchos años sin que fuese reclamado por su familia, por lo que regresó a España, acabó la carrera rápidamente y ejerció de médico en la antigua Guinea Española, donde estuvo nueve años hasta que por fin pudo tomarse unas vacaciones y aprovechar para visitar su tierra en el verano de 1936, sorprendiéndole aquí la guerra por lo que no pudo volver. Entonces, ayudado por sus tres hijos, fundó aquí su clínica, donde posteriormente residiría su hija Teresa. En la actualidad en La Clínica hay alojamientos


De la iglesia sabemos, por información que aporta el historiador Antonio Juan de Bances y Valdés, que aún en 1804, antes de las desamortizaciones acaecidas avanzada esa centuria del s. XIX, estaba dentro del ámbito del antaño poderoso monasterio de San Salvador de Cornellana (que muchos peregrinos conocerán por estar al paso del Camino Primitivo), según nos informa, una vez más, Ardura Alonso:
"Juan Antonio Bances recoge algunos datos de interés sobre este curato. Dice que era concurso general, de manera que era concurso general, de manera que podían ser aspirantes cualquier sacerdote fuera o no de la comarca y que la presentación del mismo durante los cuatro primeros meses a cargo del Real Monasterio de los monjes Benitos de San Salvador de Cornellana y los ocho restantes del Real Patronato de S.M."

Antes, en la relación parroquial del obispo Gutierre de Toledo en su Libro Becerro de la catedral ovetense de San Salvador, se sabe que en 1389 esta presentación estaba únicamente representada por el abad de dicho monasterio:
"... en 1804, vemos que es compartida con el Patronato Real. El regalismo monárquico había tomado o recuperado parte de este privilegio, pero no hemos encontrado documentación que nos aclarar esta modificación.

Los diezmos, sin embargo, continuaba disfrutándolos el párroco exclusivamente y, por tanto, no tendría la fábrica de la iglesia ningún ingreso salvo las aportaciones voluntarias de los feligreses, a diferencia de las parroquias de San Martín y de Soto de Luiña, que sí lo mantendrían. Cuando por razón de una necesidad era impredecible realizar un gasto, éste era soportado por todos los vecinos. Esta situación se alteraría a partir de 1787 en que se reflejan como cargos del Mayordomo "los derechos de la iglesia", cuyo importe anual variaba entre los 250 y los 400 reales, permitiéndoles disponer de un pequeño fondo para las cuentualidades"

Justo donde el Camino de Santiago llega a la carretera esta hace una curva a la izquierda, pasando al lado de la Casa del Maestro y dirigiéndose a Casa Mino (izquierda de la foto)


A la izquierda de Casa Mino y a esta parte de la carretera una casa con torre cuadrada a su izquierda es Villa Mercedes, ahora conocida también como Casa Arsenio El Farmacéutico 


Fue construida en 1930 con motivo de la boda de Arsenio Peláez, hijo de Constantino Peláez y Venancia Martínez, quienes tenían una casa aquí anterior a esta, con Mercedes González, cuyo hermano Gabino costeó la casa, pues disponía de cierta fortuna al haber trabajado en Inglaterra, Alemania y Francia


No es por ello consideraba plenamente casa indiana, al ser costeada por un emigrante, pero no de indias, sino de Europa. De todas maneras, en el blog Casonas de Indianos se dice que "Parece ser que Arsenio sí estuvo en Argentina, pero más que ganando dinero gastándolo". Seguidamente y a su izquierda una casona del llamado estilo Vidíu que tanto vemos por aquí (cuerpo de planta cuadrada y piso alto estilo torre anexo a otro de planta cuadrada o rectangular de piso bajo), con los vanos preciosamente adintelados, La Catalina. Enfrente de ella y al otro lado de la calzada es la Casa la Niña, del año 1893.


A su izquierda una casa de aquellos años, en concreto de dos antes, de 1891, por aquel entonces se estaba trazando esta Carretera de la Costa o Ribadesella-Canero, que luego recibiría la denominación de N-632 y N-632a. Enfrente, esta vivienda roja, que fue Casa Adelina, es ahora el Hotel Fernando III, que forma parte de la historia de la celebérrima Casa Fernando, una verdadera institución en Ballota


Después va El Tesolindo, donde hay una fuente y se llega la Casa del Médico, donde vivió José López Fierros, el médico de La Clínica, que vimos antes hace un momento. Residió aquí al casarse con Pilar, hija de Francisco Álvarez Riestra, que fue quien hizo esa casa alta que luce un espléndido color blanco


Francisco fue emigrante a Cuba de muy joven (12 años), llamado allí por unos tíos que habían emigrando antes que él y estaban ya afincados. Allí estudió comercio con los jesuitas y llegó a administrador de una empresa azucarera, además de, pese a su cojera a causa de un accidente de infancia, teniente de guerrilla. A su regreso, cuando tenía 36 años, Francisco mandó hacer esta quinta, antes de casarse con María Martínez Martínez y tuvo tres hijos, Julia, Teresa y Pilar, esta última fue la que se casó con el médico José López Fierros, de La Clínica, y de ahí viene que sea conocida como la Casa del Médico. Destacan en ella su altura y sus detalles arquitectónicos, como este balcón-galería acristalado



Una canción o poema de Ballota, recogida por Luciano Castañón en su Diccionario Geográfico Popular de Asturias dice así:
El llugarín de Ballota
ye pequeñu pero llargu
aunque nun tien pesetes
tien muchachas de garbo.

En el pueblín de Ballota 
yo me quisiera casar,
en el pico o en el fondo,
o en el medio del lugar

Ciertamente y como en Santa Marina es incierto precisar un centro de población propiamente dicho, sino más bien un gran eje principal a lo largo de la carretera, a cuyos lados se fueron construyendo las casas también principales, desplazando al viejo camín real, con el que no obstante podría coincidir en algún tramo


Desde esta cuesta abarcamos con la vista la zona de Entrecabos en su totalidad, con el Cabo Vidío o El Cabu Vidíu al este, su límite oriental...


Y Cabo Busto o El Cabu Busto al oeste, en el extremo occidental, ya bien adentrado en términos de Valdés


Y en primer término, Tablizu, concejo de Valdés, pero que en lo eclesiástico pertenece a la cudillerense parroquia de Ballota, una peculiaridad bastante común en Asturias. Nos lo explica también Ángel Ardura Parrondo:
"La parroquia la constituyen los lugares de: Ballota; Santa Marina, a veces citado como Cándano, Ventana, a la que Bances cita como Benta y la braña de Resillinas, que en 1804 tenía cinco vecinos y que actualmente no tiene ninguno. Tablizo, lugar próximo a Ballota, pertenece a otro concejo, del de Valdés, pero se integró en esta parroquia como consecuencia de la excesiva distancia que se encontraba de la anterior, de Arcallana. Así, por mandato del Arcediano de Ribadeo, D. Ramón de Miranda y Sierra, en 1786 autorizó a estos vecinos la exención de oír misa, por ser la distancia a su templo de 2.275 varas y superar las que el Sínodo había prevenido en el capítulo 13, en la constitución de Celebración Missarum.

A finales del siglo XIX, en 1894, se segregaría definitivamente, integrándose en la de Ballota según cuadro sipnótico dado en Arcallana el 29 de junio. Con esta incorporación la parroquia de Ballota quedaba formada por 309 vecinos, teniendo que asignársele un coadjutor para auxiliar del párroco"

El Camín de las Ballotas llega a Tablizu por el barrio o lugar de La Cartería, a la derecha de la foto, cuyo nombre no tiene más misterio y es absolutamente claro: hubo una parada y puesto del correo, algo totalmente relacionado con el Camín Real de la Costa y su importancia



No sabemos si aquella cartería estaría allí o en las inmediaciones, pero donde hay correo hay parada de postas. El carruaje de la carrilana de cuatro caballos había de parar y cambiar de caballería tras las duras subidas y bajadas de cada ballota o vallota


Hubo además en Tablizu una capilla dedicada a San Bartolomé, de las que nos ofrece algún apunte el referido Ardura Parrondo en su libro de Las Luiñas, que ya en 1786, cuando el Visitador de la diócesis. D. Sancho Inclán Arango, la vio, denunció su situación de franco deterioro, amenazando con suspender el culto en ella y retirar sus imágenes. Los vecinos la repararon pero, paradoja, fueron advertidos después por no haber solicitado autorización al Tribunal Eclesiástico


Y mirando al este, a Santa Marina y el grandioso espolón del Cabu Vidíu, no nos resistimos a compartir el hallazgo de su castro de El Castrellón por parte del citado arqueólogo Eduardo Pérez Fernández, que plasmó en su también mencionado blog ArqueoAstur dentro del capítulo titulado Arqueología desde el sillón:
"Todo ha cambiado en la arqueología con la aparición de las nuevas tecnologías de Información Geográfica (TIC). Cualquier arqueólogo, desde el sillón de su casa, puede hacer uso de las tecnologías LiDAR y SIG y obtener plantas topográficas lo suficientemente fiables para interpretar tanto restos arqueológicos conocidos previamente como incluso descubrir otros inéditos. Algo impensable años atrás.
Y así sucedió con el Castrellón. Fue durante el pasado invierno, aquí en Escocia, que es donde resido, mientas descansaba en casa después de una dura semana de trabajo. El hecho es que como nunca he dejado de añorar mi tierra, cuando tengo tiempo me da por pasarme las horas entretenido buscando nuevos yacimientos. 
Y aquel frio día de enero estaba buscando en la costa del concejo de Cuideiru, más concretamente el espacio que media entre dos yacimientos ya conocidos previamente, La Garita de Ouviñana y La Garita de Val.louta. Tras visualizar un Modelo Digital del Terreno (DTM) unas estructuras lineales llamaron mi atención justo en el Cabo Vidio. 
Eran unas grandes zanjas que cortaban la base de la península de acantilado a acantilado, similares a los fosos documentados en muchos castros costeros. «Esto me  suena a algo conocido» pensé. Así que me lancé nerviosamente a revisar toda la cartografía a mi alcance y la información catastral online a la búsqueda de algún topónimo del tipo «castro» o «castiello». Tan solo encontré uno, en las abruptas calas al SE del cabo, que recibían el revelador nombre de Castrellón. Sin embargo, no era suficiente, necesitaba recabar más información. 
En este caso fueron las series fotográficas aéreas que ofrece el CNIG. ¡Aquellas trincheras estaban ahí, por lo menos, desde los años 40 del siglo pasado! ¿Cómo podía ser posible? Aunque todo empezaba a tener sentido, aún necesitaba la prueba definitiva. La herramienta Street View del visor de Google Earth me mostró, sin duda, que allí, en El Cabu Vidíu, había claros indicios de la existencia de un aparato defensivo desconocido. 
¿Un recinto fortificado inédito de grandes dimensiones en Asturies y, además, en un lugar tan emblemático como era el Cabu Vidíu? Eso no pasaba todos los días. Ya no había marcha atrás, tenía que comprobar in situ que aquello era lo que yo pensaba. Y ya sabéis… antes de esta maldita pandemia, viajar era lo más fácil del mundo. 

Visitando un enclave único 

Era ya febrero, apenas unos días después, cuando el avión procedente de Edimburgo aterrizó por la mañana en el pequeño aeropuerto de Santander. Allí recogí el coche que había alquilado y me dirigí hacia Asturies, al encuentro de mi socio Félix Marcos, que ya estaba al tanto de mi llegada. En pocas horas y tras realizar una rápida visita el Castiel.lo Veneiro en el concejo de Tineo, ya nos encontrábamos en la costa pixueta. Atrás habían quedado las casas de Ouviñana y una estrecha carreterita entre verdes prados nos llevaba hacia el Cabu Vidíu. 
Vigilados por las curiosas miradas de las gaviotas, que volaban haciendo círculos sobre nuestras cabezas, aparcamos justo en una pequeña área habilitada para ello. Desde allí, al fondo, podíamos divisar la alargada silueta del faro en el extremo terminal de la península y a poniente la pintoresca costa pixueta con sus entrantes y salientes. Mientras nos dirigíamos andando hacia el cabo, empezamos a tener el presentimiento de que nos acercábamos a algo extraordinario. 
A nuestra derecha una amplia vaguada y sobre ésta un potente terraplén que a modo de barrera cortaba el paso a la península. Parecían los restos de un talud y un gran foso, ambos muy afectados por las obras de la carretera del faro. Conseguimos acceder al foso, andando por él hasta su extremo en los acantilados orientales pero la abundante vegetación nos impedía reconocer más estructuras. 

Pese a todo pudimos reconocer un sistema de defensas compuesto por un conjunto de dos fosos y un parapeto intermedio que cortaban el itsmo. Exactamente lo mismo que había visualizado días atrás gracias al modelo digital del terreno. Al igual que en otros ejemplos conocidos de castros costeros, la finalidad de aquellas obras monumentales era la de proteger y evitar el acceso al recinto principal. Ya no había ninguna duda. Ante nosotros teníamos un recinto fortificado inédito. 

Las defensas ocultas 

Igualmente, conseguimos entrar a valorar el estado de conservación del conjunto. Saltaba a la vista que la zona peor conservada era la occidental. Aquí, las obras de la carretera que llevaba al faro habían rellenado casi completamente los fosos y se había llevado por delante una gran parte del talud. Pese a todo, aún confiábamos en encontrar los vestigios de los antiguos fosos tallados en los farallones cuarcíticos. 

Éstos los pudimos reconocer bajo nuestros pies, las huellas de hasta tres fosos tallados en la cuarcita. Habían sido completamente colmatados por el relleno de la carretera y entre ellos, emergían a modo de testigos cuarcíticos dos parapetos intermedios. 

Ahora sí. Estábamos ante uno de los recintos fortificados más grandes de la costa asturiana. Ahora solo quedaba preparar su ficha y entragarla lo antes posible en Cultura, para su futura inclusión en el IPCA y garantizar su preservación. 

Un futuro incierto 

Dos días después dimos aviso de su existencia en las oficinas de la Consejería de Educación, Ciencias y Deportes del Principáu d’Asturies. A partir de aquí, solo nos queda esperar su pronta incorporación al Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA). Nosotros, durante este tiempo, nos centraremos en preparar una publicación sobre éste y otros yacimientos inéditos que hemos identificado. 

Mientras tanto, que sigan las olas golpeando a los pies del Cabu Vidíu y que desde su privilegiado emplazamiento los asturianos continúen disfrutando de uno de los paisajes costeros más impresionantes del cantábrico, que El Castrellón, continúe durmiendo en paz hasta que descubramos sus secretos."

Y aquí tenemos cada vez más cerca la hondonada del río Ricabu, la ballota o valle profundo que, como las demás, están densamente arbolados, aunque hoy en día mayormente plantaciones de ocalitos. Escribía refiriéndose a esta abrupta orografía, el juez, regidor e historiador Antonio Juan de Banzes y Valdés en 1806.
"Por donde pasa el Camino Real de la Costa, tiene ahora seis o siete vallotas o quebradas, que forman los riachuelos que bajan de la sierra"

Una gran obra geográfica e histórica, el Gran Atlas del Principado de Asturias, nos explica así el abrupto trazado de este histórico Camino:
"Este sector del litoral se hallaba además jalonado por la llamada ruta de la costa, una de las variantes asturianas de la peregrinación jacobea. Desde Muros el caminante se dirigía hacia el oeste, dejando a un lado la escotadura del puerto de Cudillero, donde, al menos en el siglo XVIII, existía un hospital. También se sabe, por tradición, que había un centro asistencial en Candalina, a los pies del venerado santuario de Santa Ana de Montarés. Seguía la ruta hacia Las LuiñasEn Soto aún se levanta el edificio moderno que sirvió de hospital a los romeros. A partir de allí el camino, ya de por sí difícil, se torna especialmente tortuoso debido a la sucesión de continuos barrancos que desde la cercana montaña descienden al mar, Son parajes conocidos como las siete ballotas, que aún en el siglo XIX impresionaron al viajero George Borrow -don Jorgito el inglés-"

Dentro del debate abierto sobre cuál sería el camino más antiguo, empleado, transitado, etc. si el de Las Palancas o este, al menos por los peregrinos, leemos en el libro El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, de varios autores coordinados por la catedrática María Josefa Sanz Fuentes:
"Cabe preguntarse además, por qué un camino que, desde los más de 300 km que nos separan del río Deva, intenta evitar en la medida de los posible los obstáculos topográficos que salen a su paso, va a introducirse de lleno en uno de los paisajes de orografía más difícil de nuestra región para el caminante.

Posiblemente nos encontremos ante un caso de modificación de itinerario como consecuencia dela instalación de poblamiento en la franja más costera y la necesidad de unir los núcleos de Valdredo, Albuerne, Novellana, Castañeras, Santa Marina, Ballota y ya en Valdés, Tablizo, Ribón y Cadavedo, lo que haría que con el tiempo se fuese abandonando el primitivo trazado.

Por último no hay que olvidar que las referencias al paso de Las Ballotas son bastante tardías, así Montigny lo hace al filo del siglo XVI y Borrow en el XIX"


Y aquí tenemos nuevamente y más a la vista el cruce por el que saldremos a la N-632a bordeando Ballota por el oeste, a la izquierda de Casa Fernando y justo antes de comenzar la bajada a Riocabu


Son las casas del barrio L'Espín, al que llegaremos después de pasar bajo la Autovía del Cantábrico y cruzar sus rotondas de enlace con esta carretera a San Roque'l Picu


En el cruce, pasada Casa Honorinda, está exactamente en el km 147 de dicha carretera, ya saliendo del pueblo, donde enlazaremos con el Camín de Las Ballotas


Según seguimos bajando nos percatamos de la enorme profundidad de la gran quebrada formada por esta ballota que da nombre al pueblo y a toda esta zona, separando Ballota de Tablizu



Si El Camín de las Ballotas era de dificultoso paso no le iba atrás tampoco el de Las Palancas, llamado también Camín de los Vaqueiros, dado que se trataría en origen de un camino que comunicaría las brañas vaqueiras de los pastores trashumantes de las montañas. No en vano el relato del abogado, periodista y escritor Juan de Llano Ponte, tan preocupado siempre por las comunicaciones que fue llamado Juan de las Carreteras, escribía de ese trayecto mediado el siglo XIX:
 "... hay una subida bastante penosa, donde no se hallará ningún abrigo,  onde no se podrá avivar el paso, y donde como es natural a tan grande altura, los vientos son feroces."


No fue hasta la inauguración de la Autovía del Cantábrico cuando se salvaron Las Ballotas "por arriba", es decir, por una sucesión de viaductos que salvaban esta serie ásperas pendientes que mortificó a los automovilistas de La Torturadora (N-632) como antes amargó el paso de los arrieros, peregrinos, vaqueiros y demás viajeros de los caminos reales costero y montañero



Dichos viaductos son verdaderos portentos de la ingeniería, especialmente este que empezamos a ver aquí abajo, el bautizado con el nombre de Pintor Dionisio Fierros, en honor del famoso pintor nacido en Ballota



La caja de la autovía, a la izquierda de Tablizu. El tramo Ballota-Cadavéu se abrió al tráfico el 4 de julio de 2007, el de Novellana-Ballota el 6 de febrero de 2008 y el de Las Dueñas-Novellana el 3 de abril de 2009 con lo que se completaba el tránsito de la A-8 de Las Luiñas y Las Ballotas



Varios puentes comunican los pueblos de la costa con las brañas de las montañas, siguiendo el trazado de los antiguos caminos que fueron cortados al hacerse la gran trinchera de la autovía por la zona de Los Ganzos



Más arriba a la izquierda es La Sierra Concelleros, Conciyeru o Concieiru, donde está El Picu Picaratín (411 m), solar de la capilla de San Antonio, paso del Camín Real de Madrid, que se dirige hacia el sur, y que a causa de ser acceso al venerado santuario es también llamado el Camín de Misa. En la lejanía es el Monte Cabornu, paso de Valdés a Navia, donde destacan el Altu l'Aristaca (498 m) y El Picu Cabornu (436 m), entre este y, a su derecha, el ya mencionado de L'Infernón  (332 m), en El Monte Pegueiru


A la derecha, otra vista de Ballota, con el barrio de El Campu en primer término. La carretera a San Roque bordeando la población nos lleva a recordar otro cantar:
El pueblín de Ballota
quien lu pudiera rodear,
con una cadena de oro
pa que nadie pudiera entrar

Allí está la escuela, el Colegio de Educación Primaria Ballota


De frente de nuevo El Picu Las Cugol.las con La Bobia a su izquierda y más lejos, paso del Camín de las Palancas o de los Vaqueiros



A la derecha Tablizu, paso del Camín de Las Ballotas entrando en el concejo de Valdés



El la carretera, los barrios de La Fabariega y El Palacio, poco más arriba El Picu la Villa, la parte más alta, a lo lejos Cadavéu, donde el Camino de Santiago, deja definitivamente los complicados pasos de Las Ballotas y Las Palancas para alcanzar las planicies de la rasa costera valdesana, si bien también con los subeybaja del río Esva en Canero/Caneiru y del río Negro en la villa de Luarca/L.luarca


En la carretera, en Tablizu, una casa indiana, más arriba quintanas con huertas, prados donde pastan los caballos y hórreos y cuadras de cubierta de l.lousa, de pizarra



Más a la derecha, La Caleabaxo. El Camino de Santiago, recalcamos, no llega a la carretera sino que continúa de frente, hacia Ribón por El Pasadín, al oeste del pueblo, con bajada y posterior subida al borde de los acantilados de La Playa Tablizu o L'Abiera, paso del río Yegüas, Vabliz, Hiegüas o también Busmarzu, pues nace en las inmediaciones de la braña de este nombre:



Curva cerrada ahora a la derecha con las cimas de Las Palancas ya a lo lejos y los profundos cursos de los ríos que nacen en sus laderas a sus pies



Los Cortes de Nalgón (388 m) entre el río Nalgón a la izquierda y el Busmarzu a la derecha, formando  impresionantes foces o desfiladeros


La Muezca, bajo Las Cugol.las y la braña de Gal.lineiru o Gallinero de Arcallana


Y ahora a nuestra izquierda, el antes citado  Viaducto Pintor Dionisio Fierros de la Autovía del Cantábrico, galardonado incluso por prestigiosos premios de arquitectura, como el Puente de Alcántara. Este es su facha técnica, de la página de Atlantis:
"El origen de éste moderno puente está en la anterior construcción llamada Arco de la Regenta (Premio Internacional Puente de Alcántara) de 1995. Sobre él se hizo la ampliación con losas de hormigón y acero que hoy podemos ver, y así poder ser aprovechado para la Autopista del Cantábrico (A-8). Pasó de tener una anchura de 12 m. a 22 m. Tiene 194 m. de luz y 50,37 m. de flecha. 
Debe su nombre al magistral pintor asturiano Dionisio Fierros Álvarez (nació en Ballota en 1827 y falleció en Madrid en 1894). 
Entre las empresas más destacadas que participaron en la ejecución de la obra están: FerrovialCementos Tudela VeguínTableros y PuentesIPP..."

Su antecesor fue, ya cerca de La Playa Ricabu, unos metros más al norte, un puente de piedra construido hacia el 1700 cuando el Camín Real se acondicionó para el paso de carruajes, que podremos ver pues sobre él pasa el Camino de Santiago


Antes aún que él estaba aquel temido y endeble entablado del Puente que Tiembla, una ondulante pasarela sobre el abismo que muchos preferían esperar a ver cruzar al otro lado a los que venían detrás, a ver si el puente aguantaba. Esto se hizo tan popular que pasó a las canciones peregrinas populares de toda Europa, como la impresa en Valenciennes en 1616: 
Quand nous viensme au pont qui tremble,
 nous etions bien trente ensemble, 
tan de walons qu'allemande. 
Et nous disions, si'l vous semble
Compagnon marchez devant
Podríamos traducirlo como: 
Cuando vimos el puente que tiembla
éramos al menos treinta
tanto valones como alemanes.
Y dijimos si os parece
Compañeros pasad delante

Cierto es, no obstante, que antes que los viaductos de la autovía estaban los del ferrocarril, más pequeños y que pasan desapercibidos hoy en día, pero del que el correspondiente a esta hondísima depresión se encuentra un poco más al sur, en un corto tramo entre los túneles perforados para él en Las Palancas


Este sobre el río Riocabu, con sus 52 metros de altura máxima, se convirtió en el más alto del total de 27 que se hicieron en la línea ferroviaria Ferrol-Gijón, que proyectada y aprobada en 1886, no estaría acabada hasta 1972 por numerosas vicisitudes, empezando porque las primeras obras no empezaron hasta 1921


Este puente en concreto fue inaugurado, con su correspondiente apeadero de Ballota (extraordinariamente alejado del pueblo, como era común en este ferrocarril) el 30 de julio de 1972 con la apertura del tramo Luarca-Pravia de esta línea gestionada por FEVE y que en la actualidad forma parte de Renfe Cercanías


Viene ahora para nosotros un tramo bastante recto, siempre cuesta abajo, con Ballota justo enfrente de nosotros. A la izquierda, dando vista a la quebrada de La Playa Ricabu, el barrio de Rapa, sobre aquel que fue el mítico paso del río Ricabu en el puente de los temblores. No sabiéndose quién temblaba más, si el puente mismo o quienes se veían en el brete de cruzarlo 


Así en 1502, uno de los primeros testimonios escritos del paso por este puente, que debería existir desde mucho tiempo más atrás, sería el del muy distinguido regio peregrino Antoine de Lalaing, señor de Montigny, que acompañando a Felipe el Hermoso en su viaje a España, se separó del séquito real en Burgos con otros dos caballeros, Carlos de Lannoy y Antonio de Quiévranis, con la idea de ir a Santiago vía Burgos, León y Oviedo/Uviéu, donde visitaron las Reliquias del Salvador, haciendo caso al antiguo dicho de "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al Señor", del que existen algunas variantes


Para salvar las montañas tanto costeras como interiores, desde la capital asturiana decidieron ir a Avilés para embarcarse rumbo al puerto de A Coruña y seguir ruta de allí a Santiago. pero en el puerto avilesino los vientos no eran favorables, y sin ganas de esperar, emprendieron con sus caballerías este itinerario por el camín real costanero, causándoles especial sensación el paso por Las Luiñas y Las Ballotas, con estos sus estrechos valles, auténticos barrancos de los ríos que nacen en las cercanas montañas y labran un profundo surco para desembocar en el mar, con sus continuas subidas y bajadas. Así, el 28 de febrero de 1502, pasando por aquí, Lalaing plasma sus impresiones de esta manera:
"el lunes pasaron siete montañas, llamadas las Siete Hermanas, y luego pasaron el río de las Cabras, que es la peor, y pasaron el puente que tiembla, porque se tiende sobre un abismo en el que no se pueden asentar pilotes"

Está Lalaing describiendo uno de aquellos peligrosos pasos, de los que debían existir no pocos, que más que puentes eran unas oscilantes pasarelas de madera y cuerdas que se bamboleaban al paso de las gentes


Otro viajero, Antoine Jouvin, cita también en 1612 un puente temblón, el cual sitúa en Luarca/L.luarca, la capital de este concejo de Valdés al que vamos a entrar pasado el puente: 
"... hondonada en torno a un río no muy caudaloso que se cruza por un puente que tiembla al pasar. Este lugar es muy conocido por todos los peregrinos y viajeros. El puente no es muy sólido y está construido con madera. El fondo del río es de cantos rodados. El paso es peligroso porque con él el paso se bambolea, sobre todo cuando llega a sus pilotes la subida y bajada de la marea"

No sabemos si Jouvin confundiría la ubicación del Puente que Tiembla en su relato, o es que, como sería lógico, hubiese varios hechos así. Ciertamente el que él cita informa que tiene pilotes, no así el de Lalaing de más de un siglo atrás, puede que porque sean dos diferentes, o una de tantas reconstrucciones tras años de uso y crecidas


Las infraestructuras, hoy en día, afortunadamente, han cambiado. Si bien se ha cobrado su tributo en el paisaje con sus trincheras y viaductos sobre valles y playas, la Autovía del Cantábrico soluciona en parte el quebradero de cabeza que fueron las comunicaciones costeras por este litoral "desde que el mundo es mundo", como se suele decir. Pero decimos en parte porque tiene su propio talón de Aquiles, no aquí en la costa sino cuando en Galicia se adentra por el interior rumbo a A Coruña, Santiago, Portugal... el Alto da Xesta y sus nieblas, entre Mondoñedo y Abadín, pero de ello ya tocará hablar oportunamente en las correspondientes, entradas de blog


Llega en este momento otra rampa en fuerte descenso en la que pasamos al pie del depósito de agua de Ballota


Lo vemos arriba, casi tapado por los arbustos, cercado por un vallado


Pasando a sus pies, baja un pequeño reguero de agua y hay, en la ladera, una piscina o balsa también vallada, son los metros finales ya de esta larga bajada desde el Altu Cabornín


Y es que nada más pasar la siguiente revuelta por fin termina este tan prolongado descenso de Las Palancas a Las Ballotas y empezamos a caminar en llano al llegar a los enlaces de la Autovía del Cantábrico (A-8)


Llano que se agradece al llegar aquí, pero hay que estar muy atentos, pues no queda otra que pasar esta glorieta del enlace, con bastante paso de vehículos, seguir bajo el puente de la autovía, y pasar al otro lado, donde hay otra rotonda


Hay en ocasiones bastante trasiego de vehículos y habremos de cruzar o sortear estas plazoletas como buenamente podamos, pues aunque son enlace con la ermita y la montaña desde el pueblo una cosa es segura, no han pensado en los peatones al diseñarlas ni han previsto ninguna vía alternativa para ellos


No hay tampoco mayor problema de orientación en este lugar, seguimos la señal de tráfico que nos indica el paso bajo el puente hacia Ballota y la N-632a


Hay un estrecho arcén a ambos lados, vayamos siempre muy atentos, especialmente aquí, bajo el puente, en la umbría. No dudemos en ponernos nuestros chalecos reflectantes para mayor seguridad


Aquí, otra de las flechas amarillas que en su momento se pintaron desde el Altu Cabornín, desde donde venimos


Y aquí la segunda glorieta del enlace: vayamos hacia la izquierda


Tomemos aquella casa como referencia, muchísimo cuidado y máxima atención en todo momento, pues no hay vereda peatonal en ningún momento


Y aquí tomaremos esta carretera a la izquierda, la que nos llevará a la N-632a cerca de Casa Fernando


De frente a nosotros Casa Luisa, nos dicen que antaño el camino a San Roque'l Picu partía de aquí


Más atrás, el Colegio de Ballota, que hace un momento veíamos desde arriba


Es esta ahora la carretera de acceso a la ermita, pero también y principalmente de acceso a Ballota desde la A-8, o de incorporación desde Ballota a la misma, pero al menos aquí tenemos un buen arcén


A la izquierda hay un área de descanso, donde paran muchos camioneros, autocaravanas y automovilistas en general


Es el barrio de La Cuesta, donde está la Bolera de Ballota, de bolos asturianos modalidad de batiente


Y a nuestra derecha El Campu, la gran llanura actualmente aprovechada para pastos y cultivo de maíz como planta forrajera, antiguamente para esta y otras plantas pero como cereal panificable, que se molía en los molinos de las simas de Las Ballotas


Las casas se extienden a lo largo de los caminos y hacia la carretera, dejando en medio una gran campera de tierra fértil. Ballota fue escogido en 1960 el Pueblo más bonito de Asturias, galardón existente en aquellos tiempos y que en 1962 recayó en sus vecinos de Novellana 


En la actualidad existe el del Pueblo Ejemplar, que otorga la Fundación Princesa de Asturias, que en 1992 ganaron también sus vecinos de Novellana, junto con los de Soto de Luiña, tal y como presentaron en su candidatura


"La actividad económica principal es la agricultura y la ganadería, especialmente la producción de leche y carne, complementándose con el turismo, sector en auge", decía allá por 1998 el Diccionario Geográfico de Asturias. En la actualidad tal vez el turismo, de playa, montaña, residencial, fin de semana, gastronómico, cultural... en el que incluiríamos el paso de peregrinos (que no es, insistimos tantas veces, un turismo al "uso" por mucho que se le quiera encajar en él), tal vez haya desplazado al sector primario


En 1901, el popular farmacéutico y periodista Agustín Bravo Fernández de la Muria decía de Ballota que "comprende varios caseríos con un total de 300 vecinos. Tiene siete montes y uno más pequeño que se llama las siete Ballotas y el Ballotín. En uno de ellos existen las ruinad de un antiguo castillo"


Conviene decir que, en ocasiones, como el número de habitantes, se dan los datos del pueblo y en otras los de la parroquia entera, que comprende, recordamos, al importante núcleo de Santa Marina, a cuyo castro, solar de su antigua capilla como hemos dicho, tal vez se refiera Agustín Bravo como castillo, como es usual en la tradición y la toponimia, lo que no excluye que pueda existir otro en Ballota


La Sierra las Palancas vista desde La Cuesta, referencia geográfica y visual para los peregrinos de ambos caminos. Aún a riesgo de ser reiterativos, estimamos adecuado advertir que,  si se anda mal de tiempo y fuerzas, si nosotros o alguno de nuestros acompañantes no está en las más óptimas condiciones, o por supuesto si las circunstancias meteorológicas son adversas, sobre todo si hace viento, lluvia o niebla, tal vez mejor hacer el más transitado y habitado Camín de las Ballotas, pues hallaremos varios pueblos, con bares, casas de comidas y alojamientos


Es también camino duro, pero con lugares donde descansar y avituallarse, pues otro importante hándicap del Camín de Las Palancas es que, a lo largo de unas seis o siete horas de camino, apenas hallaremos parajes poblados, solo alguna casa o braña cercana y la vivienda que fue una antigua venta, esta hacia la mitad del trayecto. Como contrapartida esta alternativa ofrece un paisaje de magnífico encanto natural, una verdadera ruta de montaña al borde del mar, con unas increíbles vistas de buena parte de la costa centro-occidental asturiana y de las sierras y cordilleras interiores, asiento de las brañas vaqueiras de los míticos ganaderos trashumantes del occidente astur


En el peor de los casos, por Las Ballotas puede seguirse por la carretera, algo de lo que en principio no somos muy partidarios, pero que hacen muchos peregrinos que no desean adentrarse en las antaño casi infranqueables ballotas de este trayecto



Tienen los historiadores la idea que la ruta costera, como tantas otras, se base en vías romanas, que la la vez aprovechaban sendas ya existentes en lo que es el pasillo natural de la franja costanera, el cual se complicaba en lugares como estos de las vallotas o en el cruce de las rías:
"Uno de los mayores inconvenientes con los que se encuentra el viajero en esta ruta de la costa es la orografía, ya que el relieve es acusado y de ahí su nombre de Orla Montañosa Cantábrica. Los cursos de los ríos van a desembocar al mar a través de estas montañas, creando importantes hondonadas que obligan a rodearlas impidiendo un itinerario lineal y constante, como presenta el Camino Francés en la meseta castellana. De la misma forma que fue un inconveniente en la Edad Media lo fue anteriormente para los romanos, y por ello se explica, como apunta J. Uría, que crearan vías secundarias de comunicación con estos territorios del norte a través de calzadas que siguen la dirección de los meridianos, a partir de las vías denominadas Burdigala y Astúrica"


A nuestra derecha, al otro lado de este prado, un elemento sumamente interesante del patrimonio etnográfico de Ballota, una casa como las que antes serían las del pueblo en su mayoría


Es, aunque arruinada, una de las casas campesinas tradicionales propias de esta franja costera, cuya tipología podemos observar aún intacta, la del llamado estilo Cabu Vidíu, que viene a ser una evolución local de la casa terrena asturiana, cuya base constructiva es rectangular de un solo piso, pero que evoluciona en altura, forma, tamaño y anchura, acogiendo bajo el mismo techo la cuadra, la vivienda y el pajar, siendo predominante en Asturias hasta el siglo XVIII. A ella le dedican un apartado especial Ástur Paredes Adolfo García Martínez en su libro La casa tradicional asturiana, en el que entre otras cosas dicen:
"La casa terrena era propia de las familias más modestas, por lo general colonos con poca o ninguna tierra en propiedad que llevaban una casería en arriendo. Si bien plante aun grado de evolución al separar cuadra y vivienda, el tipo denota arcaísmo y enlaza con la familia de casa campesinas que de origen, cuando menos medieval, han subsistido en algunos lugares de Europa hasta bien entrado el siglo XX: las long-houses (casas largas)

Su reducida economía condiciona el proceso de edificación, predominando la autoconstrucción y la ayuda mutua entre vecinos, limitando al máximo la intervención de personal especializado y favoreciendo el uso de materiales del entorno..."

Este es un extracto del apartado dedicado a la casa terrena en su origen, pero como hemos dicho evolucionó, y una de estas transformaciones es la de este estilo Cabu Vidíu, que básicamente son dos cuerpos adosados, uno con piso de cubierta a dos aguas, por lo general dedicado a cocina, y un cuerpo alto de planta cuadrada con cubierta piramidal a cuatro aguas y dos alturas: abajo la cuadra y arriba la vivienda
"Centrada en el sector oriental del territorio conocido como Entrecabos (Cabos Bustu-Vidíu), perteneciente a los concejos de Cuideiru y Valdés, y en el ámbito de la casa terrena descrita anteriormente, se produce una evolución de la misma de gran singularidad que, a pesar de la transformación que en los últimos años está sufriendo la rasa costera centrooccidental, sigue estando muy presente. Por la homogeneidad de su diseño y su reiteración en el paisaje constituye un verdadero símbolo de la arquitectura popular de la comarca. Esta casa fue denominada como tipo Vidíu por Benjamín Menéndez (La Marina Occidental Asturiana, 1993)

Supone la evolución en altura de la casa terrena y su lectura de planta responde, no sólo exactamente a la de esta, sino que participa, además, de sus desarrollos ulteriores..."

La carretera hace ahora la curva a la derecha que veíamos antes desde la cuesta antes del tramo recto que nos lleva al cruce con la general, la antigua Torturadora...


Y al final de la curva divisamos ya Casa Honorinda, con su hórreo y otro bello caserón a su derecha, con hórreo también, testimonio de la antigua cultura cerealística de estos lugares


Otro estilo de casas tradicionales, más grandes, tipo casona o de casería grande, abundantes en Entrecabos


La gran llanura de Ballota, que termina, como las de los demás pueblos de la zona, abruptamente en hondos barrancos, como el que empieza a nuestra izquierda cayendo hacia la gran tajada del río Ricabu en su ya próxima desembocadura en la playa homónima, en cuyas inmediaciones está la Cueva los Xentiles, los gentiles, otra de las denominaciones de los antiguos pobladores de este territorio

 
Llegamos a la recta, a lo lejos a la derecha la Casa del Médico nos sirve como referencia para hacernos una idea de por donde va la N-632a, verdadera avenida urbana que atraviesa Ballota, en ese tramo


Por suerte para el caminante, sigue el arcén, con su canalillo de aguas sobrantes en la cuneta, a su derecha. Procuremos no poner el pie en él pues puede estar resbaloso y una caída ahí es harto dolorosa, lo decimos por experiencia


Casa Honorinda a nuestra derecha, otra de nuestras referencias camineras que, como hitos de la ruta, van jalonando nuestro trayecto


Pasamos la entrada a la casa, al fondo la señal de Ceda el paso señala nuestra cercanía al cruce


A la derecha, Ballota Artehotel, otro de los alojamientos existentes en el pueblo, que multiplica su población todos los años con la llegada de los veraneantes


Y más allá, el grupo de viviendas de la carretera en torno a Casa Fernando, parada y fonda digna de ver y conocer por su historia y relación con el pueblo, el concejo, la comarca y el Camino


Una pequeña curva, en una zona bastante despejada y con buena visibilidad y ya estamos a una zancada del cruce


El horizonte marino siempre ante nosotros en todo momento desde la misma bajada desde el Altu Cabornín


La Casa del Médico y Casa Fernando, ya mencionado también en 1998 como "hotel-restaurante, de solera, de acreditado prestigio y buen yantar" por el Diccionario Geográfico de Asturias


A lo lejos, La Sierra Troncéu, por donde va hacia La Venta Nueva y La Venta Vieya El Camín de las Palancas, antes de llegar al Altu Cabornín. Troncéu o Troncedo es el nombre de una población cercana, el topónimo está emparentado con troncos, según nos dice Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana el porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Del lat. TRŠUNCUM ‘tronco de árbol’  se sigue ast. troncu, tronca ‘tronco viejo, hueco o podrido por dentro’. Tal vez de la contemplación del troncu talado haya surgido la expresión tar como un troncu o bien tar atroncáu ‘estar durmiendo profundamente"

A  la izquierda El Picu Sabina (391 m), a la derecha El Cerru Perina (443 m), en El Camín de Las Palancas, que para nosotros ya ha quedado atrás


La braña de Resiellas, con las casas esparcidas por sus laderas, los vaqueiros de Resiellas son los que hubieron de pelear para no ser excluidos de sentarse donde hubiesen menester en la iglesia de Novellana, que por entonces implicaba no solamente aspectos religiosos sino que era un símbolo de igualdad social en el ámbito de la parroquia de Novellana. El hábitat de las brañas es muy disperso, se aprovechan al máximo los terrenos para pastos y las casas están a cierta lejanía unos de otras, si bien en ocasiones forman Algún pequeño grupo. Así leemos en la muy recomendable página Vaqueiros de Alzada:
"Las brañas están ubicadas en las laderas de los valles y suelen estar rodeadas de campos ricos en pastos y abundantes recursos acuíferos, donde el ganado se alimenta en semilibertad. Aunque la compleja tipología de las brañas se ve influida por las distintas evoluciones de estas rudimentarias construcciones a lo largo de la historia y por las variaciones en el tamaño, estas se pueden clasificar básicamente en dos tipos. Las habitadas durante los meses de verano y las de invierno. 
Cercadas en algunos casos por muros de piedra, estas propiedades albergan en su interior unas de las construcciones más interesantes y arcaicas de toda la Península Ibérica. Además, hay una característica muy común, las brañas están situadas en zonas con grandes pendientes y desniveles en un principio por su carácter defensivo evitando así las constantes invasiones que sufrían las poblaciones de la costa. Esto influye también en el modo de vida, aprovechándose los terrenos principalmente para el pasto del ganado y de forma secundaria para la agricultura. La altura y las características de los suelos marcan el modo de vida aislados del resto de poblaciones en la costa y dedicándose en exclusiva a la ganadería y el comercio de mercancías con León. 
las zonas altas es mas difícil dedicarse a cultivar, porque las condiciones no son las mas idóneas. Por eso los vaqueiros siempre se dedicaron a la cría de ganado como actividad principal para poder subsistir. Hay algo muy común dentro de las brañas, y es el cuidado y el abonado de los prados, que hacia que estos obtuvieran un rendimiento mucho mayor del que se le podía esperar"

Nos cruzamos con la N-632a, aquí empalma nuestro camino con el de Las Ballotas, que sigue a la izquierda, hacia Ricabu y El Puente que Tiembla, con posterior subida a Tablizu, en las ya muy cercanas tierras valdesanas y sus excelsas marinas glosadas por Fernán Coronas, El Padre Galo...














































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