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miércoles, 26 de octubre de 2016

LA SENDA COSTERA EN LLANES (ASTURIAS) 1: DE BUELNA A PENDUELES POR LAS PLAYAS DE ARENILLAS Y EL CASTIELLU

 

Playa de Arenillas (Buelna), en la Senda Costera de Llanes

Esta es la Playa Arenillas en Buelna, pueblo llanisco de la parroquia de Pendueles, también llamada aquí El Sable, una de las que recorre la Senda Costera de Asturias (GR 204) a su paso por el concejo de Llanes, la cual forma parte del Sendero Europeo E-9, una ruta que escogen muchos peregrinos como alternativa al Camino de Santiago, al menos en su trazado entre Santiuste y la villa de Llanes capital del concejo

Señalización del GR y E-9 en Buelna

Hay varias razones para hacerlo, una es la de acercarse a la bella costa llanisca y sus preciosos arenales, muy concurridos en verano y bastante visitados, aunque no sea por bañarse ni tomar el sol, el resto del año, sobre todo los fines de semana, por gente atraída por su encanto simpar y sus fenómenos costeros en días de galerna y temporal

La senda costera entre Buelna y Pendueles

Pero ello tiene que ver con otra razón tanto o más poderosa, y es que el trayecto del Camino de Santiago, el antiguo Camín Real de la Costa, en la parte oriental del concejo de Llanes ha quedado en largos trechos solapado por la N-634, especialmente en el extenso tramo entre Santiuste (recién entrados en Llanes) y Buelna, pero luego también en varios más, aunque más cortos. La senda costera, aunque en principio es más larga que el Camino pues no busca necesariamente el itinerario más corto sino recorrer los preciosos recovecos, entrantes y salientes del litoral, nos evita el sufrido asfalto de la carretera y por supuesto, el tráfico, muchas veces muy intenso y realmente veloz

La senda costera y el mar

Aunque no somos partidarios de dejar el Camino de Santiago para hacer otras rutas alternativas, pues este es el recorrido histórico, o lo más parecido, según los tramos, de las viejas sendas jacobitas del norte, y que fueron las vías de comunicación principal terrestre hasta la construcción de las primeras carreteras y del ferrocarril (siglos XIX y XX), entendemos que, además de cada quien puede y debe hacer libremente lo que le plazca, hay causas justificadas para hacerlo en casos concretos como los que pasamos a relatar

El bufón de Santiuste 

Uno de esos motivos lo tenemos en la citada entrada en el concejo de Llanes, por Santiuste, ahí hasta Buelna el Camino de Santiago, por el arcén de la N-634 es anodino, penoso y a pesar de su anchura, peligroso, dada la intensidad y velocidad de los numerosos vehículos que circulan. Ahí planteamos, casi ineludiblemente, cruzar carretera (hay bastante visibilidad) y ferrocarril para tomar el sendero alternativo, no demasiado señalizado pero que, tomando como referencia la línea de costa no tiene mayor pérdida, hacia Buelna, es ligeramente más largo que ir por la general pero que nos va a permitir conocer, dentro de las maravillas de este litoral, el bufón o bramadoriu de Santiuste (uno de los fenómenos costeros reseñados) y el monumento natural que es la playa interior de Gulpiyuri, ya a escasa distancia del pueblo


Llegando a Pendueles desde Buelna por la senda costera

Desde Buelna al siguiente pueblo, Pendueles, hay un primer tramo, pero ya no muy largo, por carretera, no obstante volveremos a encontrar otro considerable de Pendueles a Vidiago, hasta con glorietas de enlace a la Autovía del Cantábrico. Más adelante y aunque hay bellísimos trayectos por Vidiago, con posible visita al totémico ídolo megalítico de Peña Tú, cercano al Camino, otro pesado trayecto carretera general adelante por La Venta'l Pumar y a continuación otro en San Roque l'Acebal, hace que no pocos peregrinos escoja la senda costera y a ella, como al camino oficial, le dedicamos su correspondiente serie de entradas de blog

Iglesia de Pendueles, vista desde la senda costera poco antes de su unión (momentánea) con el Camino

Nosotros también entraremos en Pendueles, cabeza de la parroquia, sito a unos 2 kilómetros de aquí por la senda costera, pero por este camino litoral, es más, incluso coincidiremos unos metros con el Camino de Santiago en el centro de la población, antes de volver a separarnos de él prontamente

Buelna y la N-634 (Camino de Santiago), la senda costera pasa detrás de las casas, más cerca del mar

La senda costera apenas entra en Buelna, pues sigue entre el pueblo y los acantilados, hacia la playa, pero dado que en el pueblo hay bares y alojamientos, entre ellos el albergue Santa Marina, planteamos un pequeño recorrido para conocerlo, pues hay en él elementos etnográficos, artísticos, arquitectónicos, históricos y paisajísticos dignos de descubrir en un buen paseo, a ello le dedicamos la entrada de blog correspondiente


Uno de estos elementos es la Casa Conceyu, en medio de la localidad, con torre-campanario, aunque no es una capilla, para llamar al conceyu o reunión vecinal que trata asuntos del común, es de origen medieval y se conserva el bajorrelieve de un guerrero

Esta Casa Conceyu de Buelna va a ser para nosotros la referencia para elegir entre el Camino de Santiago y la senda costera: si prefiriésemos continuar por el Camino de Santiago iríamos a la izquierda y saldríamos a la carretera, pues hay otro trayecto de unos 800 m por la N-634 hasta tomar el ramal que entra en Pendueles, la cabeza de la parroquia, en el lugar de Las Rozas

Pero si queremos ir por la  Senda Costera de Asturias (GR-204) iremos a la derecha, que es lo que vamos a hacer nosotros

Seguidamente, y caminando entre las casas de Buelna, en gran parte hoy día segundas residencias y viviendas vacacionales, llegamos a otro cruce, en él iremos también a la derecha

Y a la derecha, el camino baja suavemente entre estas matas de hortensias

El camino baja recto entre más casas con terreno, cerrado este por tapias, viejos muros de piedra o setos naturales. Al fondo, la antigua casa rectoral, con su capilla

 Algunas viviendas se han hecho sobre las grandes peñas de los abundantes afloramientos rocosos de la rasa costera. A la izquierda, una barandilla de madera nos separa de una pequeña hondonada donde se han habilitado juegos infantiles

El suelo es de hormigón y el camino es aquí una vieja calleja, un tanto estrecha para los vehículos, pero perfecta para el paseo


Hermoso acebo de brillantes hojas de color verde intenso entre las que destacan sus vistosos frutos rojos

Llegamos ahora a una explanada adoquinada, donde hay un cruce, y en él seguiremos a la izquierda

Y continúa el camino avanzando hacia el mar, es posible encontremos alguna flecha amarilla con la palabra COSTA indicándonos la ruta a la senda costanera

Y en este poste, a la derecha del camino, reconocemos las indicaciones del GR y E-9 con la dirección a Pendueles

El Mar Cantábrico enfrente nuestro, con los campos de La Llosa ante nosotros, por donde viene la senda costera desde Santiuste

Es además el trayecto a La Playa Cobijeru y La Cueva las Raíces, que si hemos venido por ahí desde Santiuste, eludiendo la carretera, hemos tenido la oportunidad de conocer

Con sus 56 kilómetros, la costa de Llanes es la más extensa de los 21 concejos costeros asturianos, y abarca un 11% del litoral de Asturias. De ella dicen en el libro de Llanes y Ribadedeva de la serie Asturias concejo a concejo del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA):

"La disposición este-oeste del relieve y la ausencia de cursos fluviales importantes provoca que este tramo de la costa asturiana carezca de importantes accidentes, presentando un aspecto rectilíneo y masivo. Pese a ello, la acción erosiva marina conjuga una serie de pequeñas formas que lo convierten en una constante sorpresa para el visitante. En ella aparecen acantilados verticales, depresiones cársticas capturadas por el mar que penetra a través de estrechas bocas formando en su interior pequeñas ensenadas y playas, islotes o castros que el mar, en su incansable labor, ha conseguido arrancar del continente"

El resultado es esta orografía costera que vamos a conocer en esta senda que discurre cerca del mar, a veces al lado mismo de sus arenales o del borde de sus acantilados, con numerosas playas, más de cuarenta en todo el concejo, "la mayoría de pequeñas dimensiones -apenas diez superan los 200 metros de longitud- tan bellas como frágiles"

Sendos muros separan el camino de las fincas, este de la derecha cubierto por un precioso manto vegetal de hiedra en el que crecen flores de intenso azul y malva

Y aquí pasamos el puente-pasarela sobre la trinchera del ferrocarril de vía estrecha, las antiguas vías enlazaron de los Ferrocarriles del Cantábrico y de los Económicos de Asturias enlazaron en Llanes el 20 de julio de 1905, que fue cuando se inauguró este tramo, Llanes-Cabezón de la Sal, uniendo Oviedo/Uviéu con Santander

En aquel momento, cuando el ferrocarril parecía imponerse a las aún también nacientes carreteras como principal comunicación terrestre, esta apertura al tráfico ferroviario fue toda una fiesta, institucional en Llanes y popular en todas la villas y pueblos al paso del tren inaugural

A mano derecha vemos la senda costera. Aquellos peregrinos que vengan de Santiuste por Cobijeru pueden seguirla directamente sin llegar a la carretera si no deseasen entrar en Buelna

Aquí, cruzado el puente, enlazaríamos pues con la senda costera propiamente dicha y seguiríamos a la izquierda

La senda costera no es un itinerario histórico y es más larga, sobre todo si se sigue enteramente hasta Llanes, pero la ventaja que tiene sobre el trayecto oficial es que nos libra del asfalto en casi todo su recorrido y nos permite visitar un hermosísimo tramo de la marina llanisca, de los más bellos, agrestes y emblemáticos de la cornisa cantábrica

Aquí, un banco de cemento nos proporciona asiento si deseamos detenernos un momento para descansar, ajustar la mochila, atarnos una bota, sacar el bocadillo o, simplemente, admirar el paisaje

Paisaje de bosquetes de arbustos y árboles autóctonos formando matas, algún eucalipto, y prados que acaban en el canto del cantil, fácil de reconocer por el clarísimo color calizo de la roca madre que aflora en el margen del precipicio

Es la ensenada de Buelna, donde el acantilado forma un entrante del mar en forma de concha que guarda la playa, hacia la que nos encaminamos

Desde aquí, delante de esta casa, continuamos ruta hacia Arenillas, a poco más de 300 metros de aquí

A lo lejos vemos ya Pendueles, que es el siguiente hito poblacional de la senda costera, situado en el altozano de La Rasa

Esta senda costera entra en Pendueles por las casas de abajo a la izquierda y se une al Camino de Santiago en La Bolera, el centro del pueblo, al lado del Palacio del Conde del Valle de Pendueles, que es la casona que vemos arriba a la izquierda, de torre cuadrada. Seguidamente se separan, el Camino de Santiago sigue a Vidiago mientras la senda se dirige a La Playa Bretones

El antiguo Valle de Pendueles, al que pertenece Buelna, había sido una de las partes de la medieval Tierra de Aguilar, precedente del actual concejo de Llanes. El valle en Llanes, además de un concepto geográfico, viene a definir un territorio formado por varias parroquias (entidad administrativa civil en Asturias, además de eclesiástica) vinculadas social e históricamente. Nos lo explican los autores de la obra Asturias concejo a concejo. Llanes y Ribadedeva, del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA):

"Por encima de la casería y de la aldea se encuentra un marco de identificación superior, la parroquia, que es una institución infraconcejil de larga tradición histórica. Es el marco de relaciones sociales a través de la misa dominical, bautizos, matrimonios, entierros y de las asambleas vecinales. Estas asambleas, llamadas juntas o concejos abiertos, se celebran "a campana tañida" en el atrio de la iglesia a la sombra de un árbol centenario (tejo, roble, encina) o en la casa concejo, lugar erigido a tal efecto. Se regían por las ordenanzas parroquiales, normas consetudinarias aprobadas por los vecinos. La junta ejercía el triple poder (legislativo, ejecutivo y judicial) con facultades sobre todo lo que afectaba al interés de la comunidad.

En el espacio llanisco aún podemos encontrar otro nivel de identificación infraconcejil, al igual que ocurre en Cantabria, el valle. A este respecto hemos de señalar que también había concejos de valle para tratar de asuntos relacionados sobre todo por los problemas ocasionados por los pastos comunales"

Y este valle de Pendueles es un de lo seis que componen el concejo de Llanes, junto con los de San Xurde, Posada, Miyares o Mijares, Ardisana y San Xurde o San Jorge

Y la localidad de Pendueles, cabeza de la parroquia y del valle, nos orienta al oeste como buena referencia geográfica y visual, situado en un altozano desde el que se domina todo el territorio

Sigue habiendo notable actividad agropecuaria, además de huertas hay buenas vaquerías. Las reses pacen en los prados de pasto y siega

Un muro separa el camino, que hace una curva cerrada a la derecha, de una finca. Al fondo, a la derecha de Pendueles asoma la clara roca caliza de los acantilados de La Playa Castiellu, accesible desde la senda

Siguiendo la bajada hasta Arenillas divisamos ya La Punta Buelna, que la cierra por el norte

Entre la playa y la punta hay una pequeña ensenada, Entremares, con arenal en marea baja que da forma a una diminuta pero encantadora y recóndita playa

La playa está justo ahí abajo, pero no la veremos hasta que bajemos un poco más, a la derecha, el lugar de Canales, en uno de los entrantes del acantilado

Ante nosotros La Talaya o L'Atalaya, promontorio sobre La Punta Buelna, la senda costera pasa al lado tras subir desde la playa

Preciosa vista de los acantilados de Canales. Vemos en ellos dos franjas en su pared rocosa, una más clara y más seca y otra más oscura y mojada, a donde llegan a batir las olas del mar

Más oscuro aún es el llancar o espacio sumergido en pleamar que queda al descubierto en bajamares. Tiene un color morado muy intenso, arribada de ocle o algas marinas y criadero natural de mariscos. Existe además una travesía percebera

En las galerna invernales, es espectacular la bravura del mar en los acantilados de la ensenada. La erosión kárstica que provoca en la roca caliza forma oquedades, simas, hondonadas y por supuesto los bufones o bramadorios, de donde salen aire y agua a presión. El más cercano es el complejo de bufones de Cobijeru, pero el más espectacular en este sector de costa es el ya referido de Santiuste. Más al oeste y en esta misma senda costera nos encontraremos con los de Arenillas, pero no este Arenillas de Buelna sino el de Vidiago, que inspiró una poesía a él dedicada por el poeta y dramaturgo romántico José Zorrilla en El Cantar de Romero

Los prados y el mar constituirán la característica predominante en el paisaje a lo largo de buena parte de la senda, tranquilo y calmado en verano, empieza a agitarse con las mareonas o fuertes marejadas del otoño


La senda se hace pista de grava o zahorra y sigue un tramo llano en esta curva a la izquierda para llegar a la playa


A nuestra izquierda y paralela a la costa, La Sierra Plana de la Borbolla, una de las características serranías llanas, es decir, amesetadas, paralelas a la costa, que dieron nombre a Llanes. Esta parte es El Llanu Buelna, cuya cota máxima es de 223 m


A los pies de la sierra, Soborribas y Las Rozas, entre Buelna y Pendueles, por donde van la carretera y el ferrocarril


Y ya tenemos a la vista la clarísima arena de Arenillas, La Playa Buelna o El Sable, que destaca en medio del verde


Está muy recogida en esta bien resguardada cala, casi es una piscina natural, "Pequeña playa de arena blanquecina y forma irregular", leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias  


Llama la atención el picacho que, como una punta de lanza, se yergue en medio del mar, frente al arenal, El Picón, un islote vertical en medio de la boca de la ensenada


Y es que, tal y como también leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias, "La peculiaridad de esta playa (conocida en lengua vernácula también como El Sable) es la presencia en el mar, a unas decenas de metros del término de su arena, de El Picón, una roca ligeramente inclinada hacia el este de unos 9 m de altura y muy erosionada en su base"


Efectivamente, por su forma, de estrecho cuello en su base y forma puntiaguda, parece una punta de lanza o flecha, tremendamente llamativa

Cerca de la cima de este pináculo calcáreo crecen un par de pequeñas matas de hierba

Pero es en marea baja cuando más llega a asombrar su muy caprichosa forma esculpida a lo largo de los siglos por la erosión marina, con su base a manera de peana, inconfundible

Aquí vemos las olas modelando su forma, machacona e ininterrumpidamente, una y otra vez, como la mano de un artesano de la naturaleza

Arenillas en bajamares, la arena se deja ver hasta muy cerca, pero El Picón siempre se encuentra rodeado por el mar. En el blog simplementeasturias se asegura existe esta tradición:

"El Picón que además tiene su propia leyenda. Según cuenta la leyenda el Peñasco mágico de la playa de Buelna “Picón”… concede deseos de fertilidad y felicidad durante las noches de luna llena."

Como vemos, el tamaño de la playa varía sustancialmente entre pleamares y bajamares, una diferencia muy acusada en el Mar Cantábrico que suele asombrar a quien esté acostumbrado a las mareas, casi imperceptibles, de otras latitudes como el Mediterráneo

En las guías al uso se le da una longitud de 50 metros y una anchura de 20, pero eso, recalcamos, puede variar totalmente según la hora del día a la que vengamos y más aún según la temporada, pues hay días de diferencia de nivel de las aguas excepcionalmente acusada entre pleamar y bajamar, no siempre es igual

Sus acantilados no son especialmente altos ni verticales pero sí de muy acusada pendiente, frecuentados por pescadores, la playa "se constituyó a base de formaciones calizas erosionadas que dieron lugar a una sucesión de depresiones, con las que contrasta un espectacular pináculo calcáreo en su salida al mar. Nota la asistencia masiva de quienes escogen la población rural de Buelna para el veraneo", leemos en Vivir Asturias

En el apartado que dedica el periódico El Comercio a las playas de Asturias, dentro de la sección de las playas de Llanes, se adjunta buena información tanto del arenal como de sus inmediaciones, incluyendo el pueblo de Buelna y Cobijeru:

"En el extremo más oriental del concejo de Llanes, al pie de la sierra de la Borbolla y a 1 km de Pendueles y 14 de Llanes, se encuentra el pueblo de Buelna, que conserva el palacio que perteneció al conde del Valle de Pendueles (siglo XVIII, con reformas posteriores), y la casa Conceyu, con torre-campanario medieval. El lugar cuenta también con una capilla de ánimas, una bolera y diversos servicios turísticos. Es digna de observar la gran emergencia de agua de mar tierra adentro del bufón de Buelna. 
Entre la playa de Buelna se localizan las de Cobijero y Entremares, y en la primera de ellas se conserva un curioso molino de marea. 
El complejo geológico de Cobijero (o Cobijeru), situado en las cercanías de Buelna, y que incluye la playa de Las Acacias y la cueva de Cobijero, posee gran interés científico y paisajístico, por lo que ha sido incluido como monumento natural dentro del paisaje protegido. La cueva de Cobijero comunica el litoral con el interior y posee una amplia galería de bellas formaciones rocosas típicas de este tipo de sistemas. La playa de Las Acacias, situada frente al islote de Santiuste, es un bello enclave comunicado con el mar mediante dos pasos subterráneos y que recibe aguas continentales de un arroyo que desemboca en el lugar. 
Información turística 
Fiestas: En Buelna, la Concepción (8 de diciembre).ç 
Gastronomía: pescados y mariscos de la zona, además de los excelentes quesos (como el de Vidiago) de la zona oriental asturiana. 
Playas próximas: Pendueles o Castiello (Castiellu), Entremares, Buelna o Las Arenillas, Cobijero (Cobiheru), La Acacia o Las Gaviotas o La Jorconera. 
Oficina de turismo: Alfonso IX, La Torre. Llanes. Tel.: 985 400164 
Actividades: Esta playa es óptima para el baño y la práctica de la pesca deportiva."

Mientras, en playas.es nos aportan la siguiente información, confirmando y complementando las anteriores:

"Cala natural con forma de canal muy frecuentada por familias. Tiene un paisaje cuajado de formas kársticas, destacando un pináculo calcáreo denominado "El Picón". Agradable entorno, muy frecuentado sobre todo por familias. No dispone de equipamientos. "


Esta pista de acceso forma una media luna siguiendo la forma de concha de la playa, que cuenta con su muro de contención, de piedra, y un par de rampas de acceso. Esta es una foto ya casi en otoño, cuando aún apenas han cambiando de color las hojas de los árboles pero ya se han ido los veraneantes.. En temporada alta se llena de gente desde primeras horas de la mañana si hace sol


Una baranda de madera separa la senda del borde del muro, conformando un pequeño pero muy coqueto paseo marítimo


Según avanzamos contemplamos Arenillas desde otros ángulos, abundando en su aspecto de piscina natural, por lo que como ya se ha dicho, es especialmente apreciada por familias con niños pequeños


En el borde del prado sobre el pedral distinguimos bien dos de los más de mil mojones instalados por Demarcación de costas, no sin polémica por su impacto visual en la costa oriental asturiana delimitando las "zonas de Dominio Público Marítimo Terrestre", es decir, diferenciado terrenos públicos de privados

Aquí tenemos una foto del arenal cuando empieza a bajar la marea. La parte oscura de la playa es la mojada, en la parte de la orilla que llegan a mojar las olas

El mismo lugar en bajamar, sigue siendo perceptible la parte de arena cubierta en marea alta y la que no por la diferencia de color

A lo lejos los acantilados de Canales, más allá está el bufón de Cobijeru y el cantil del Saltu'l Caballu


En verano se restringe el paso de vehículos pero aún así la playa hemos de decir que puede llegar a masificarse algunas veces. En esta foto sin embargo la vemos casi solitaria


Según avanzamos, la senda empieza a subir, al principio casi imperceptiblemente, y pasa frente a la entrada a una finca

Aquí, frente al otro acceso a la playa, un peregrino ha hecho un alto para recolocar lo que guarda en la mochila y reajustársela

Bajamar en Arenillas, "Buelna es una playa que pasa de 50 a 1.000 metros en función de las mareas y que está formada por arena blanca y fina y rocas", apuntan acertadamente en Turismo Asturias, añadiendo que "Es una cala natural de gran belleza, con forma de canal caprichosa, que en bajamar impide ver el mar desde el fondo de la arena.(...) El arenal es muy familiar y con un baño seguro"


Seguidamente, ya se hace más perceptible la cuesta y que comenzamos a subir poco a poco...


Antes de dejar la playa la contemplamos desde aquí en toda su extensión. A la derecha vemos el camino por el que hemos bajado desde Buelna

Aunque conocida popularmente como La Playa Buelna en la zona se la conoce como El Sable, que en asturiano es sinónimo de arena y playa, y también se le llama Playa Arenillas o Las Arenillas, si bien en este caso su coincidencia con otros topónimos cercanos, como el famoso Arenillas de Vidiago, por cuyo bufón también pasaremos si seguimos la senda costera, hace que pueda llevar a confusión


Llegamos al final del paseo de la playa y en una curva a la izquierda la cuesta se hace más perceptible


Altas matas de arbustos al comienzo de esta subida a La Talaya. La senda es ancha, está muy bien perfilada y no ofrece riesgo de equivocación o pérdida


En la senda, una imagen aún habitual en invierno, el ocle o algas de arribada se recoge en la playa, apilándose en esta vereda, luego se carga en tractor para abonar con él los campos. A lo lejos destaca la casona urbana de Camplengo, en la N-634, por donde va a Pendueles el Camino de Santiago. A su derecha, Las Rozas, donde el Camino de Santiago deja la carretera N-634 para dirigirse a Pendueles por Verines 


Acometemos pues este repecho que sube directo a La Talaya o L'Atalaya, no es muy largo y se sube bastante bien y sin problema aparte del esfuerzo necesario, que tampoco es poco para el peregrino que lleve ya unos cuantos kilómetros a sus espaldas...


A la derecha, el suelo rocoso anuncia el borde del acantilado de Entremares


Entremares es un pequeño arenal que queda a la superficie al bajar la marea, encantador y agreste paraje descrito así en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Reducida cala con arena en marea baja, situada al sureste de L'Atalaya y al norte de Arenillas, está cercana a Cebias y al picu la Mujer. Se llega fácilmente a ella desde el pueblo de Buelna, a cuyo noroeste se encuentra"

De frente una hermosa vista hacia la ensenada de Buelna, con los acantilados de Cobijeru y El Saltu'l Caballu. En la lejanía El Picu Santiuste (142 m), también llamado El Covarríu lo La Vaca, cerca del que hemos pasado al entrar en Llanes desde La Franca (Ribadedeva)


Delante de Cobijeru, un castru, que es como se llama en Llanes y otros lugares a estos islotes acantilados inaccesibles rodeados de mar, se dice que por su semejanza a una fortificación o castro y con su misma base etimológica. Más atrás, por aquellas suaves colinas, viene de Santiuste el camino costero alternativo al Camino de Santiago por el horrible arcén de la N-634


Ambos caminos se separan pasada La Venta Santiuste, al pie del pico de este nombre. Un poco a la derecha vemos la Casa del Pintor, por donde pasaba el Camino Real de la Costa que desapareció al hacerse la carretera. Si bien se ha recuperado un corto tramo del mismo junto a las ruinas de un oratorio de ánimas


A la derecha asoma el tejado de la Casa del Pintor, referencia usada en las guías dentro de las descripciones de la ruta xacobea, esta por ejemplo la de la página institucional del Principado de Asturias:
"El trazado costero penetra en Asturias por el puente interprovincial sobre el Deva para llegar a Bustio, y seguir en fuerte pendiente por la Cuesta del Canto, que salva el desnivel existente entre Bustio y Colombres. 
Se atraviesa Colombres y se toma el camino que con dirección noreste desciende a la fuente de Las Concharascas y desemboca en El Bao. Se enlaza con la N-634 hasta La Franca donde se inicia el descenso hacia el puente del Campo por la carretera local de Los Cándanos. 
Tras cruzar el río Cabra se sube hasta las proximidades de Santiuste, donde se alcanza la N-634 que hay que seguir unos 150 metros hasta de desviarse a la iz-quierda por una pequeña pista hacia la Casa del Pintor. 
A unos 30 metros al oeste de ésta se retoma el trazado antiguo que discurre entre muros por el pie del monte de la Sierra Plana de la Borbolla hasta entroncar de nuevo con la carretera nacional que conducirá a Buelna."

No obstante y aunque entendemos que el Camino de Santiago oficial ha de ajustarse, preceptivamente, al trayecto histórico o a aquel más aproximado, aquí sí que preferimos emplear sin ninguna duda, reafirmamos una vez más, la senda litoral, de gran belleza y sin asfalto ni tráfico, que llega a Buelna por Cobijeru



Magnífica vista de las estribaciones más orientales de la Sierra Plana de la Borbolla. A sus pies y en foto a la derecha, vemos alguna se las casas de Buelna, donde también podemos optar por escoger entre el Camino de Santiago o esta Senda Costera de Asturias, como hemos dicho al empezar esta entrada de blog


En medio vemos la casa por la que salimos de Buelna para bajar a Arenillas. Poco más arriba es la casona de la antigua rectoral, entre las dos pasa la caja del ferrocarril, sobre la que hemos pasado por un puente. A la izquierda, más separada de las otras, la casa desde la que se puede entrar en Buelna llegando de Cobijeru o pasar de largo al seguir la senda costera


De la entrada que Wikipedia dedica a estas playas de Buelna esta es la explicación que nos ofrece de esta cala de Entremares:
"La playa Entremares, situada al oeste de la playa de Buelna, es de reducidas dimensiones y presenta una forma alargada en vertical sobre el horizonte. Se la califica como cala, tratándose realmente de una especie de recoveco de la costa con un lecho de fina y blanca arena poco frecuentada y carente de cualquier tipo de servicio. Desaparece durante la pleamar."

Una vista de Entremares en invierno, con la mar bravía, es un espectáculo imponente al que acude mucha gente, no tanta como los bañistas del verano pero sí muy numerosa, especialmente los días festivos

El castru luce formidable entre la bruma formada por el salitre en suspensión en el aire, resultado de los continuos golpes de mar. Se eleva sobre las aguas unos 14 metros

Mirando atrás, al sur, Buelna y La Sierra Plana de la Borbolla, con El Picu Tresgrandas de 226 metros de altitud

Son perfectamente visibles las "cicatrices" causadas por los desmontes de la Autovía del Cantábrico


Al pie de la corona de L'Atalaya la senda hace un giro completo a la izquierda y recupera el rumbo oeste hacia Pendueles. Aquí hubo un recinto fortificado, incluido en el Catálogo de castillos y fortificaciones medievales y modernas en Asturias (Proyecto Castella) de Patricia Suárez Manjón y Avelino Gutiérrez González


Estos altozanos fueron antaño lugares prominentes para otear el mar, la llegada de galernas, de buques, de las lanchas de pescadores, o de ballenas. Aunque ni en Pendueles ni en Buelna había puerto sí fue importante desde muy antiguo el de Llanes que, lo mismo que tenía sus atalayas de observación en la misma villa, dispondría de otros puestos de observación en la costa


Una gran hondonada del terreno forma parte de los fenómenos de la erosión kárstica en la orografía costera. El mar machaca con su oleaje la pared del acantilado, perforando con el transcurrir del tiempo oquedades en las partes más blandas de la roca, a veces profundas grutas y galerías. Con el tiempo el techo se desploma y se forman estas oquedades, a veces con salida al mar y a veces, sobre todo si se van colmatando, grandes pozos, unos visibles, e incluso con arena en su interior, otros ocultos o semiocultos si la vegetación prende en ellos profusamente, como es este el caso


Sigue en ligera cuesta la senda costera entre los prados cercanos al acantilado, que ahora no vemos pero que está al otro lado de las peñas a nuestra derecha


En relación a estas atalayas marinas hay que recordar que, además del de Llanes, el también muy cercano puerto de Bustio, en la Ría de Tinamayor, tiene secular tradición marinera y pesquera. Asimismo el arenal de La Franca fue denunciado en el siglo XVI por ser empleado como puerto clandestino por el que entraban mercancías en desembarcos "francos de alcabala", esto es, libres de impuestos, de ahí el nombre de La Franca


Por su parte, La Sierra Plana de la Borbolla se extiende al sur, paralela al mar, por toda la zona oriental del concejo de Llanes. Fue poblada desde la más remota antigüedad y en su cima se han hallado testimonios de la cultura asturiense, de hace entre 9.000 y 4.500 años, y de la Edad del Bronce, en concreto campos de túmulos o enterramientos megalíticos de unos tres milenios de historia


Precisamente bajo la sierra reconocemos una casa grande cuyo color claro destaca en la ladera, la Casona de Verines, en el barrio de este nombre de la parroquia de Pendueles y muy cerca de la estación de ferrocarril


Una palmera delata su impronta indiana, el Camino de Santiago, que ha dejado la carretera N-634 en Las Rozas, pasa a sus pies. Allí reconocemos la Casona de Verines con su palmera, construida en 1920 para el indiano Ricardo Ortiz, miembro de una familia de emigrantes que hicieron fortuna con iniciativas agrícolas en Matamoros (México) y Brownsville (Texas) siendo su maestro de obras Manuel Posada Noriega. Hablaremos más de ella cuando la tengamos más cerca, pues es en nuestros días un gran centro cultural en el que se celebran anualmente los famosos Encuentros Literarios de Verines, además de cursos de verano y otras actividades


Llamarán nuestra atención, al oeste, los grandiosos picachos calizos de la Sierra de Cuera, de la que muy ampliamente hablaremos en el discurrir de nuestro camino por Llanes, ocupa una gran extensión que se extiende por buena parte de la franja sur de este concejo y por su vecino costero de Ribadedeva y sus también vecinos de Peñamellera y Cabrales, al otro lado del cordal


Su máxima cota son los 1.315 m de altura de La Cabeza Turbina. Más a su derecha otros buenos peñones son los de Los Resquilones o La Peñe Llabres, cuya cota más sobresaliente sería La Cabeza los Resquilones (669 m), otra gran referencia geográfica según caminemos hacia el oeste


Al ir avanzando descubrimos ya entre los árboles la torre del campanario de la iglesia de San Acisclo de Pendueles, por donde va el Camino de Santiago hacia el barrio de La Bolera, donde, recordamos, nos reuniremos con él durante un breve trecho


Caminamos casi en llano por la zona de Turiadas, entre Buelna y Pendueles, en Asturias concejo a concejo describen así este pasillo litoral entre las montañas y el mar del oriente de Llanes:
"La rasa, hasta la desembocadura del río Purón, es una estrecha franja escalonada que se ensancha a medida que la Sierra Plana de la Borbolla se separa del mar. Cuetos y depresiones cerradas se suceden sin solución de continuidad."

Buena pradería verde en terrenos aprovechados secularmente como pastos y tierra de cultivo


Más a la derecha, los afloramientos rocosos impidieron demasiado la roturación pero el terreno se aprovechaba como pasto hasta el mismo borde del acantilado, además de para rozu, plantas silvestres estilo tojos y helechos con los que se mullía la cama del ganado


El campo asturiano, como todos los del norte, con sus reconversiones, se especializó durante décadas en la producción de leche y carne para la grande y creciente demanda de los centros urbanos y áreas industriales, dejando de lado otros cultivos, especialmente los cerealísticos para la elaboración del pan, que fueron esenciales durante milenios, ahora prácticamente desaparecidos a no ser el maíz, pero como planta forrajera más que para destinarlo al consumo humano, como antaño


La Asturiana de los Valles o vaca roxa, entre otras denominaciones, raza de vacuno autóctono. Las pequeñas caserías de consumo familiar también han desaparecido al dejar de ser rentables, únicamente se han mantenido grandes explotaciones por parte de los pocos ganaderos que han quedado tras el éxodo rural y el abandono del campo


Bajo nosotros Vega, hermosa pradería al sur del bosque autóctono que se extiende bajo Camplengo, Las Rozas y Soborribas, al pie de El Llanu Buelna


A nuestra izquierda, una de las grandes piedras que jalonan el trayecto de la senda costera confirman que vamos en buena dirección


Aunque no haya cruces ni mayores posibilidades de pérdida la existencia de señales de confirmación cada cierto trecho siempre tranquiliza al senderista ante la posibilidad de haberse despistado y dejado atrás algún desvío que le hubiese pasado desapercibido


Llaneando por la campiña, la senda costera nos ofrece un paisaje muy rural, el itinerario está muy bien perfilado en esta pista de zahorra


Esta zona es llamada La Yegüera y tal vez haga referencia a las yeguas y por extensión al ganado caballar que antaño era imprescindible para las labores agrarias y cotidianas, incluyendo subir a los terrenos comunales de la sierra y otros desplazamientos


De todas maneras, lo hemos visto también escrito como La Llegüera, con lo que en ese caso podría tener otro significado etimológico, relacionado con el agua, lugares acuosos, incluso lacustres, como era habitual en las llanuras de la rasa costera


Sea como sea ahí tenemos el islote de Piedras Yegüeras o Piedras Llegüeras, totalmente rocoso y que tiene sus estratos geológicos maravillosamente perfilados, nuestra pequeña Atlántida del itinerario entre Buelna y Pendueles


La "Atlántida de Pendueles" en bajamar, cuando emerge una explanada pétrea a su izquierda, un roquedo plano donde gustan posarse las gaviotas y demás aves marinas. Es también conocido como Peñaquinera


Seguimos pues caminando, plácidamente, por esta llanura costera de La Yegüera, con prados y bosquetes a la izquierda y los campos que caen hacia el acantilado, a la derecha


Acantilado de La Rasa, que volvemos a ver enfrente, el cual se alza unos 90 m sobre La Playa Castiellu, no muy empleada para el baño pero sí de muy feraz paisaje, hermosa de ver a escasos metros de la senda. A la izquierda, por el barrio de El Barrial, continúa el sendero litoral a La Playa Bretones o de Vidiago, esta mucho más frecuentada, con camping y otros servicios


Llega ahora un poco de recuesto, recordemos de nuevo que la senda costera no busca obligadamente el camino más corto entre un lugar y otro sino que recorre la sinuosidad de la orografía marítima con criterios más paisajísticos y ambientales


Vemos desde aquí perfectamente cómo llega la senda a Pendueles, topónimo que revela el nombre de un antiguo posesor, Pentus, en época romana o altomedieval, lugar que puede ser también un buen alto en el camino para quien desee comer allí, o mismamente pernoctar, pues hay bares, albergues, tienda y alojamientos varios


Nuestra referencia para saber por donde vamos a pasar y dónde nos vamos a unir al Camino de Santiago, sigue siendo la casona de la izquierda de la foto, el Palacio del Conde del Valle de Pendueles


Justo a la derecha, a sus pies, en La Bolera, se producirá la unión de caminos, en lo que viene a ser el centro de Pendueles. Al fondo volvemos a reconocer La Peñe Llabres y zona de Los Resquilones


Ahí es donde se levanta la Casa Conceyu, cuyo campanario de campana de llamada a reunión, estilo espadaña, tal vez podamos reconocer, así como el alto tronco de la joguera, o h.oguera (con hache aspirada), alto tronco, ahora de ocalito y antes de otras especies de altura, que los mozos del pueblo roban para las fiestas e instalan en la plaza o campo de la romería en alarde de fuerza y pericia, una costumbre ancestral cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos y en la que la vecindad de cada localidad, o de cada barrio de cada localidad incluso, compite con las demás


Del palacio decir que está excelentemente conservado y es del siglo XVII, barroco. Desde aquí se reconoce algo de su peculiar forma de "L" que apreciaremos mejor cuando pasemos a su lado


Siguiendo el contorno del acantilado la senda vuelve a hacer un giro a la izquierda en ángulo recto para recuperar el rumbo a occidente


Acantilado cuyo murallón llegamos a ver cada vez que la senda costera se asoma un poco al margen del despeñadero


L'Atalaya y El Picu la Mujer, con sus camperas y sus farallones sobre el Cantábrico, en el que se adentran como cuñas, hermoso mirador del mar y de la sierra


Los acantilados en invierno, pero con la mar serena...


En la distancia, El Picu Santiuste, entrada al concejo de Llanes, detrás de él está la ya referida Playa la Franca, en Ribadedeva, el viejo puerto franco que hacía cierta competencia "desleal" a Llanes en este sector de costa, o al menos así se denunciaba por aquella centuria del 1600


Serían estos además parte los primeros kilómetros del peregrino no solo en Llanes sino también en Asturias, tanto si va por aquí como por el Camino de Santiago, pues hemos pasado la frontera aún no demasiado lejos de aquí, en Unquera, sobre el río Deva, unos 15 km más atrás


Todo este litoral forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental, que abarca una banda de terreno larga (30 km) y estrecha (de 1 a 4 km) que abarca el terreno comprendido entre la carretera N-634 y la costa a lo ancho, incluyendo los islotes o castros, y entre Tinamayor (divisoria con Cantabria) y el río de Nueva a lo largo, con una extensión total de 46,66 km2. Estas son parte de sus características según explican en la página de la Red Ambiental del Principado de Asturias:
"El paisaje actual de la costa oriental aparece condicionado por dos variables principales: la multitud de niveles de arrasamiento marino, rasas, y la coexistencia de dos tipos de roquedo de diferentes características, cuarcitas y calizas. 

Las rasas constituyen amplias planicies resultado de la abrasión marina, en periodos geológicos de subida del nivel del mar, y posteriormente emergidas. Dichas planicies se escalonan sucesivamente desde el mar a las estribaciones de la Sierra del Cuera, pudiendo reconocerse hasta seis niveles, el último de ellos a una cota de 300 m. Posteriormente los agentes erosivos han actuado de forma diferencial sobre el roquedo emergido. Las plataformas cuarcíticas han conservado su original forma llana y destacan elevadas en el paisaje, formando lo que se denomina localmente sierras planas o cuestas."

Al sur, La Sierra Plana de la Borbolla se extiende también de este a oeste entre dos ríos, El Ríu Purón a occidente y cerca de Llanes, y El Ríu Cabra al este. Contenía grandes yacimientos de turba que eran muy apreciados y explotados, además de serranía ganadera por excelencia y que hubo de estar en tiempos bastante poblada, pues se localizan asentamientos humanos que abarcan una cronología que va del asturiense a la Edad del Bronce


Los antiguos pastos, o gran parte de ellos, han sido plantados con monocultivos de eucaliptos para las industrias de celulosa, tal como ha ocurrido en toda la cornisa cantábrica, transformando radicalmente el paisaje y afectando a muchos yacimientos y parajes de interés


Aquí está el lugar de La Venta, en la LLN-3, carretera local que en ese tramo va paralela y un poco más abajo de la N-634, comunicación con la Estación de Pendueles. El topónimo debe su nombre a una antigua venta, posada y refugio de los viajeros de antaño. Poco más abajo pasa el Camino de Santiago


La de la derecha es la casona indiana llamada, como el barrio,  La Venta, hecha en 1.881 por iniciativa de Juan Noriega Tamés emigrante en México, quien se casó con con su sobrina Mª Antonia Tamés con la que tuvo tres hijos: Braulio, Bernandino y Manuela, quien heredó la propiedad. Hoy en día viven en ella descendientes de Manuela y su esposo Mariano Morales


En septiembre de 1937, cuando entraron los nacionales, se utilizó como alojamiento de los aviadores de la Legón Cóndor alemana que acababan de tomar parte en la cruenta batalla de El Mazucu. Más tarde fue sede del destacamento de la Guardia Civil que combatía en la zona al maquis o guerrilleros republicanos. Pasada la posguerra pasó de nuevo a particulares y fue más conocida como Casa Morales


El Camino de Santiago que ha pasado, como ya hemos dicho, al pie también de las casas de Verines y que, como a ellas, podemos reconocer desde aquí, a la izquierda de La Venta

 
Parece ser estamos ante otro antropónimo relativo a un antiguo posesor, en este caso un Verinius o similar y es solar de la ya mencionada Casona de Verines que, como en el caso de la de La Venta, vemos por su parte posterior, que es la más umbría, la que mira al norte, más sobria y no tan espectacular como la fachada principal con su entrada por la LLN-3


Esta casona, de elegante evolución de modelos autóctonos, fue adquirida por el Colegio de Nobles Irlandeses de la Universidad de Salamanca, quienes la utilizaron hasta el estallido de la guerra civil en 1936, siendo conocida también como Casa de los Irlandeses. Pasada la contienda los Nobles Irlandeses volvieron a ella hasta 1956, pasando a posteriori a la Universidad de Salamanca, institución que la restauró en 1984. En 1985 se reabre la casa y se organizan cursos de verano además de los célebres Encuentros Literarios de Verines, reunión de escritores y críticos de las lenguas de España


Más allá de la campiña, entre los árboles, el campanario de la iglesia de San Acisclo sigue siendo otra de nuestras referencias geográficas al ir acercándonos a Pendueles, se trata en realidad de un añadido fruto de las reformas del siglo XIX sobre su estructura gótica, ya transformada en el siglo XVIII


Ciertos testimonios reflejan su antigüedad, afirmando hubo un monasterio, Maremorto, que poseería estas tierras y que dependió del gran cenobio cangués de Courias, en el suroccidente de Asturias, del que su Libro Registro dice así:
"San Acisclo de Maremorto es un monasterio fundado por Flaginus y Todisla en el cual poseía Corias tres cuartas partes"

En la Gran Enciclopedia Asturiana se informa que el Valle de Pendueles se conformó en una gran parroquia, llamada precisamente Abadía, de la que se desgajaron varias partes para formar otras:
"El antiguo Valle de Pendueles formaba una sola parroquia con el nombre de Abadía, que fue reduciéndose a sus actuales términos, desmembrándose de ella, en la mitad del siglo XVII, la parroquia de Santa Eulalia de Carrazo; a fines del mismo, en 1695, la de Tresgrandas y, por último, la de Vidiago, en 1753, quedando la de Pendueles en simple curato, con Pendueles, Buelna y Santiuste"

De repente a nuestra derecha sobresalen sobre el acantilado dos peñones que nos llamarán poderosamente la atención


Un par de pasos más comprobamos que están en medio de la mar, es El Picón, como el de Buelna, o Los Picones, en plural, forma parte de un roquedo que en bajamar forma un istmo desde La Playa Castiellu


Desde aquí se contemplan erguidos y soberbios, desde dicha playa se verán aún más espectaculares


Cebías es otra de esas diminutas y numerosas ensenadas llaniscas que se hacen hueco entre los acantilados


En bajamar, además de surgir de las aguas el istmo de Los Picones, sale a la superficie un pequeño arenal, muchas veces oscurecido por la sombra de estos cantiles, como le pasa a La Playa Castiellu


Los Picones se levantan hasta los 25 y 27 metros sobre el mar, respectivamente, como El Picón de Buelna presentan algo de vegetación en su cúspide


Desde un poco más adelante tendremos una nueva perspectiva de Cebías, en otro mirador sobre los acantilados que hay a la sombra de este árbol en medio de la curva de la senda


Cebías y su pequeña y honda playa de accesos muy peligrosos o casi inaccesible, de cantos rodados y algo de arena, con bastantes rocas


La vegetación tiende a cubrir estos paredones que caen sobre la cala que forma una especie de pequeño canal, abundando especialmente los helechos

Más allá, más peñas del mar, entre ellas Piedras Yegüeras o Peñaquinera


Seguimos camino hacia Pendueles, con el campanario de San Acisclo casi como hito-guía del caminante, que le sirve de orientación aunque sigamos sin tener problemas de despiste o pérdida


Dejamos a nuestra izquierda la entrada a una finca de esta extensa vega al norte de Verines y empezamos a subir un poco de rampa


Delicioso paisaje de prados y arboledas hasta Verines y el siempre muy cercano Camino de Santiago, al que enseguida vamos a salir y coincidir unos metros en La Bolera de Pendueles


La Playa Castiellu puede fácilmente referencia a algún castro, en el sentido no de peñasco aislado en el mar, sino de recinto fortificado. La forma de ese cueto sobre la playa, cubierto de vegetación, es posible de algún día alguna pista a los arqueólogos en este aspecto


Llegamos ahora al cruce con el camino de acceso a la playa desde Pendueles, donde acaba este corto y liviano repecho


A Pendueles seguiremos a la izquierda, pero dado que bien merece la pena conocer el arenal, vamos a acercarnos a él en un instante, yendo a la derecha


Justo al final de la pista, pasada esta curva, se llega al Mirador de Castiellu o de Los Picones, con excelentes vistas sobre la concha


Está sobre un acantilado y unos bloques de hormigón separan esta su explanada desde el precipicio, a partir de aquí el sendero peatonal que bajaba resultó muy afectado por varios argayos o corrimientos de tierra y era muy peligroso seguir, al menos hasta que fue restituido por los vecinos en el verano de 2023 tras obtener la oportuna licencia de Costas para hacerlo


Desde aquí tenemos este magnífico espectáculo de la naturaleza, con Los Picones en medio de la ensenada. A la izquierda asoma una lengua de arena, sin embargo no es un paraje apetecido por los bañistas, aunque sí por pescadores y no pocos visitantes atraídos por su soledad y agreste belleza, sobre todo desde que se ha rehabilitado el paso seguro. Hasta entonces solamente se decidían a ello algunos intrépidos y arriesgados aventureros pues, recalcamos, la bajada era muy arriesgada, compartimos la experiencia que firma Iván, fotógrafo, en Una rara avis: Los Picones de Playa Castiellu en Pendueles, del blog Por las playas y pedreros de Asturias:
"Esta playa es una excepción en la línea costera llanisca con sus  gravas y gruesas arenas oscuras a contraponer a las finas arenas blancas tan presentes en este concejo.Tal es así ,que no es muy aclamada para disfrutar de un baño llegada la época estival, pero sí para ser fotografiada gracias en gran parte al Picón o los Picones que son las muy características rocas que la presiden y que parece ser también tienen que ver con el otro nombre con la que es conocida además de Playa de Pendueles : "El Castiellu". 
Para llegar a ella solo hay que tomar la señalización en la propia autopista del Cantábrico de Pendueles y una vez llegado al pueblo tomar el camino que pasa justo por encima del Restaurante/Parrilla El Chisperu y que sin pérdida alguna nos lleva al pequeño aparcamiento situado en lo alto de esta playa. 
Decir que cada vez que he visitado esta playa el sendero de bajada esta peor y en una última ocasión conté hasta cuatro nuevos argallos en la ladera con desprendimientos de rocas y árboles uno de los cuales dificulta en gran medida lo que hasta entonces era una sencilla bajada ,pues te hace pasar por encima del derrumbe -tapa totalmente el sendero- y los troncos caídos  te hacen pasar justo al borde del acantilado. Pasar aún se pasa pero los menos atrevidos ya no lo harán. 
Para fotografiar los Picones siempre he preferido un nivel de marea alto para que no aflore el tómbolo rocoso que los une a la playa , pero no muy alta para que se vea el arco que horada la aguja del Picón."

La playa en bajamares, cuando se forma el istmo que comunica Los Picones con tierra firme, todo de rocas y cantos. En la playa predomina la arena oscura, algo peculiar entre las de Llanes, nos dice de nuevo la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Playa principal del pueblo llanisco de Pendueles. Peligrosa para los baños, pues se halla en mar abierta, abunda en cantos y gravas y es de un color negruzco; su arena es tostada, tiene una longitud de 160 m y se accede cómodamente a ella desde Pendueles tras superar una fuerte bajada; un tómbolo la une con un picón muy característico, denominado precisamente El Picón. Mira hacia el norte u pertenece a la parroquia de San Acisclo de Pendueles y al Paisaje Protegido de la Costa Oriental. Castiellu no es un arenal muy celebrado para el baño, sin embargo llama la atención debido a su paisaje oscuro, inhabitual en las playas del concejo de Llanes"


De frente, otra vista de Peñaquinera, a 400 metros mar adentro respecto a Los Picones, testigo de donde llegaba el acantilado hace cientos de miles de años


También aquí se recogen algas marinas, como abono y para la industria química, he aquí uno de los dispositivos empleados, un teleférico de redes de pesca, a manera de cestos


Castiellu en bajamar un atardecer otoñal, una persona camina sobre su negruzo arenal, indómito, que es lo que lo hace tan atrayente, como bien afirman en turismoenllanes.es:
"Una visita turística a un arenal rocoso… ¿Quieres transportarte a un paisaje medieval creado por la naturaleza?, estamos en la playa de «Castiellu»  en Pendueles, una playa envuelta por un acantilado de forma semi-circular a modo de «muralla», cuyo sinuoso camino de acceso nos adentra en un arenal de cantos rocosos, donde la figura del Picón y sus rocas adyacentes, nos hacen recordar fortificaciones y torres rodeadas de un foso infinito con agua del mar  y que para llegar a las mismas, y sólo cuando la marea está baja, una estrecha lengua de tierra nos lo permite..  Bien podría ser un paisaje de guerras celtas, enanos, castillos, guerreros, druidas, elfos… Pero, dejemos de Imaginar.. Es una playa para descubrir y experimentar cada uno sus propias sensaciones. 
Aunque bien se podría decir que es una playa arisca apropiada para usuarios aguerridos y la antítesis de lo «normal» en las playas de Llanes (de arenas finas y doradas), la de Castiellu es un playa que está formada por cantos, arena oscura y rocas, y su baño se considera peligroso, pero las transparencias de sus aguas, la excelente belleza paisajística, y la magia del lugar la hacen ÚNICA… los habituales  dicen que no la cambian por ninguna."

Vista la playa desde otra de estas impresionantes atalayas marinas de la costa de Llanes volvemos sobre nuestros pasos para regresar al cruce de la senda costera


Y proseguimos todo de frente con la Sierra Plana de la Borbolla enfrente, aplanado cordal costero que constituye otra de las muchas singularidades del litoral del concejo



Bajo ella, la autovía, el ferrocarril y la carretera pasan, cuando siguiendo en paralelo y cuando solapando, el viejo camino real costero, que allí se separa un poco hacia Verines y La Venta pero pronto volverá a coincidir saliendo de Pendueles a Vidiago


En su momento, el ancestral camino real de la costa, basado en buena parte por la calzada romana Brigantium-Oyarzum, y este a su vez en pasos naturales costaneros cuyo origen se sume en la noche de los tiempos fue ocupado, en no pocos tramos, por la actual red de carreteras, la cual empezó a trazarse entre finales del siglo XVIII y principios del XX


Este es el inconveniente del trayecto oficialmente señalizado que, aunque basado en las sendas seculares y más corto, nos plantea algunos trechos de tener que caminar por el arcén, a veces de varios kilómetros por la carretera N-634 que, aunque ahora con menos tráfico desde que se abrieron los tramos correspondientes de la Autovía del Cantábrico (A-8), supone un incordio no exento además de peligrosidad


Por ello queremos dedicarle unos capítulos a esta senda costera desde Buelna a Llanes que emplean bastantes romeros como alternativa, la cual no pasa demasiado alejada del Camino de Santiago y se cruza con él aquí en Pendueles, a escasos metros de donde estamos


Camino de Santiago que va acercándose al punto de confluencia con este de la senda costera a nuestra izquierda, al otro lado de estos prados donde pacen las vacas 


Las casas del barrio de La Venta, por donde el Camino se acerca a la iglesia, cuyo campanario seguimos viendo en medio de las arboledas, a la derecha de esta foto


Aunque la Senda Costera de Asturias ya podría tomarse en Bustio, es en Santiuste donde muchos peregrinos desisten de llegar a Buelna por el largo y desagradable trecho del arcén de la N-634 y toman ya la senda en el Camino de los Bufones. Bastantes la seguirán hasta llegar a Llanes pese a ser bastante más larga, reuniéndose con el camino oficial en la ermita del Cristo del Camino, bajando de La Cuesta Cue, o bien en el mismo centro urbano llanisco si atajan por el pueblo de Cue y Puertu Chicu. Todas estas alternativas, además por supuesto del Camino de Santiago mismo, tienen entrada en este blog


Antes de llegar al pueblo reparamos también en la forma de ese pequeño cueto que tenemos delante, cerrado por alta y vieja tapia de piedra


Es una verdadera muralla, almenada incluso, en la que crecen la hiedra y otras plantas, por allí sigue la senda y por ahí va el peregrino que va delante de nosotros, que nos sirve de guía


Si bien la senda no es plenamente peatonal salvo en lugares muy concretos, el paso de vehículos es o escaso o casi inexistente, exceptuando en travesías por localidades como Pendueles a la que estamos entrando ya, lo que nos da una gran tranquilidad respecto a los tramos por carreteras generales


Un pequeño repecho ahora y llegamos a esta importante bifurcación


En ella iremos a la izquierda, fijémonos en la flecha amarilla en el muro de las ruinas que tenemos enfrente, indicándonos la dirección



En su momento se señalizó esta ruta con las flechas amarillas del Camino de Santiago, lo que parece haber dado lugar a algunos equívocos o problemas, ya que hemos comprobado que en algunos lugares han sido tachadas


Y ya estamos caminando al pie de la muralla de la finca del cueto que veíamos antes al acercarnos, comprobamos que las almenas tienen su arte, picudas, recordándonos a algunas que veremos en el occidente asturiano y este de Lugo. Al sur, La Sierra Plana de la Borbolla, plagada de ocalitos


La senda bordea el viejo muro, que es circular en este primer tramo, empezando otra cuesta


Luego sigue un largo lienzo muy recto, por aquí vamos directamente a La Bolera por la calle calle Doctor Fernando Hergueta Vidal, prestigioso farmacéutico madrileño que ocupó diversos cargos institucionales y honoríficos, recibiendo entre ellos el título de Alcalde Perpetuo Honorario del Valle de Pendueles


El Condado del Valle de Pendueles fue creado el 3 de marzo de 1920 por el rey Alfonso XIII a favor de María Teresa de Jesús de la Borbolla y Azpide. A la izquierda de la foto vemos el bosque de su finca palacial


Sobre las picudas almenas asoman los tejados de La Bolera y el tronco de La Joguera, con el Cuera en lontananza



Precioso jardín en una finca con hórreo, su antigua función como granero desapareció con el final de la sociedad cerealística y se destinan a otros usos, como almacén o vivienda vacacional, a su izquierda y no demasiado lejos ya volvemos a ver la iglesia


Ahora sí que reconocemos bien su torre neorrománica, imitadora del románico, siguiendo la muy pujante moda historicista existente cuando se construyó, acabando el XIX. Los contrafuertes del ábside delatan su fábrica gótica, estilo del templo original del que destaca su soberbia portada sur, al otro lado de la iglesia, la cual no podemos ver nosotros pero sí quienes vayan por el Camino de Santiago, pues pasa enfrente


A la vez que contemplamos la iglesia admiramos este verdadero jardín del edén al lado de la senda, que se ha ha hecho calle en esta cuesta


A la derecha sigue el enorme paredón almenado que rodea la finca del cueto, a la izquierda se dispone una fila de casas hasta La Bolera


Avanzamos pues por esta rúa hacia el interior de la población que en verano multiplica su actividad y sobre todo su número de residentes con la llegada de veraneantes. El suelo ha pasado a ser de asfalto aunque el paso de vehículos suele ser bastante ocasional


La última vivienda de esta fila es Casa Telvina, donde hay un cruce, en el que seguiremos todo de frente y recto


Pero al llegar a él vamos a fijarnos en un par de detalles: a la derecha la señalización de la senda costera


Suele estar engalanada con muñecos y diversas composiciones plásticas, obra de un particular


El resultado son estas llamativas y coloristas señales artesanales. Su aspecto suele cambiarse cada cierto tiempo según algunos elementos se van deteriorando y son restaurados o sustituidos por otros


Por eso es posible que cada vez que vengáis lo veáis decorado de manera diferente y con distintos detalles, pero siempre con este estilo e inspiración


Y a la izquierda no dejemos de fijarnos en la entrada de Casa Telvina, con esta pequeña farola isabelina que ilumina el porche y en su base de piedras tiene, en una que forma una hornacina natural a manera de cueva, una imagen de la Santina de Covadonga 


La Santina, sobre la placa con el nombre de la casa, también en un azulejo de cerámica en la pared junto a la puerta


Como hemos dicho hemos de continuar todo de frente y en cuesta. Fijémonos en la flecha amarilla del poste telefónico


Seguimos recto y en rampa ascendente, la calle se encaja entre los muros de otras dos fincas, la de la izquierda con numerosos árboles frutales y ornamentales


A la derecha, las plantas crecen en las viejas piedras y la vegetación salta el muro y se asoma a la calle, uniéndose a las trepadoras que suben desde la vereda, emotiva composición natural que evoca el paso del tiempo en estos rincones de Llanes


A nuestra izquierda una hermosa fuente con caño y sumidero en un cilindro de piedra, atrás un banco corrido en forma de media luna también de piedra invita al descanso y a la tertulia, el suelo está hermosamente enlosado


En la fuente llegamos a otro cruce en el que también seguiremos todo recto y cuesta arriba, pasando junto a casas preciosamente restauradas destinadas a alojamientos


A la izquierda y en el mismo cruce la sidrería y parrilla El Chispero, que tiene entrada también al otro lado desde el Camino de Santiago. Este restaurante mantiene el nombre del antiguo comercio mixto de ultramarinos y chigre que aquí existió antaño, tal y como nos informan en su propia página:
"En mayo de 2014, y recuperando el antiguo nombre del que antaño fuera el bar-tienda ubicado en el mismo local, nació nuestro restaurante, El Chispero, una sidrería clásica en la que las brasas de la parrilla de carbón ejercen un protagonismo esencial.

Carnes premium, pescados y mariscos del Cantábrico, platos de cuchara característicos de la Asturias más tradicional… Cantidad y calidad, estos son pilares incuestionables de nuestra oferta culinaria. 

Una propuesta gastronómica que expresa, de manera sutil, un respeto absoluto a la cocina de siempre, a la utilización de productos locales, de temporada, y al cuidado riguroso de los tiempos de preparación de los alimentos.

En nuestra cocina, como en la vida, las prisas no son buenas consejeras. Y el tiempo nos ha dado la razón…

Con el paso de los años, llegó el reconocimiento del cliente, tanto del visitante esporádico como de los vecinos y vecinas del concejo. Y eso nos animó a emprender una reforma que ha dado lugar al actual formato del restaurante"

Ana Paz Paredes, del periódico La Nueva España, le dedica acertadamente en su sección El Camino entre pucheros el titular Cocina con corazón en Pendueles, para el artículo que sobre este establecimiento le dedica el 19-5-2023 y que aquí deseamos compartir:
"Lo de que aquello que se prepara con amor y con respeto a la tradición siempre sabe mejor y nos hace más felices es una máxima en el restaurante parrilla El Chispero en Pendueles (Llanes) que, desde hace tres años, regenta María José Vega Cofiño y donde está cocinando, desde hace siete, para que cuanto sale de los fogones no sólo satisfaga el paladar del comensal sino que también gane su corazón, algo que le ha hecho lograr una clientela fiel. Su mano derecha, como ella dice, es María Luisa Ariza Iglesias, ayudante de cocina y experta repostera, destacando también el trabajo de todos los profesionales que atienden al público.
«Llevo 25 años dedicada a la cocina, un trabajo del que me enamoré cuando, con 20 años, entre a fregar en una de ellas para, en muy poco tiempo, ponerme a aprender el oficio por el que me sentí atraída de forma inmediata», explica esta mujer quien no olvida a quienes contribuyeron a su desarrollo personal y profesional. 
«Tuve la fortuna de conocer personas muy especiales en tres sitios en los que trabajé, como es el caso de los hermanos Sánchez Somohano, que me enseñaron a trabajar, Charo Husillos, que me enseñó a cocinar y Begoña Pidal Alonso, que me enseñó a ser mejor persona. Siempre les estaré agradecida a todos ellos», dice no sin emoción. 
El Chispero tiene diferentes ambientes que hay que descubrir y que, a buen seguro, sorprenderán, junto a sus elaboraciones, a quienes acudan por primera vez. Entre las propuestas con más demanda están sus tablones de mariscos o de carnes en diferentes tamaños, así como sus menús especiales como el menú chuletón, el menú rodaballo, el menú cachopo, el menú caldereta, el menú escalope y el menú parrillada, junto con bebida y postre. 
También cuenta con una amplia carta donde, por citar algunos de sus variados platos, tienen sus adeptos la fabada, el pulpo a la brasa o a la gallega, las navajas, las patatas rancheras, el pudin de pimientos y anchoas, el cachopo guisado con salsa de Pedro Ximénez y setas, el escalope «Chispero», el cochinillo al horno, el chuletón a la parrilla o la merluza rellena en salsa amariscada. 
El local tiene una zona de terraza muy guapa, donde la sidra acompaña de cine a lo que allí se sirve. Hasta finalizar mayo abren de viernes a domingo mientras que, a partir del 1 de junio, recuperan su horario, cerrando los lunes tras las comidas y el martes día completo. En fin de semana se recomienda reservar en el 676297069."

A la derecha del cruce están los apartamentos turísticos La Llobera, que en su nombre guardan la memoria de la famosísima Ana María García, La Llobera, mujer nacida en el pueblo llanisco de Posada en 1623 y que quedó huérfana de padres de muy niña, luego deambuló en manos de diversos familiares hasta que con 20 años entabló amistad con Catalina González, del cercano pueblo de Bricia, famosa bruxa que le enseñaría ciertas artes y sortilegios, de entre los que sería conocida especialmente por su capacidad de encantar a los lobos


Tiempo después, en 1648, acompañando a unos vaqueros trashumantes de Los Argüellos en sus andanzas por las cañadas reales, llegó a Toledo, donde fue denunciada por una dama, que conocedora de sus artes diabólicos, los empleó como excusa por una cuestión que era en realidad de celos causados por los amoríos con uno de aquellos zagales, por lo que fue procesada por la Inquisición. Tras un acto de abjurar de sus creencias y una estancia de unos meses en un convento para ser reeducada en la fe, la historia le pierde el rastro 


Una placa representa a La Llobera con sus llobos, obra de algún genial artista local. Sabemos de ella únicamente por aquel proceso al que fue sometida en Toledo, lo cual no es poco. Muchas son las versiones, algunas muy extendidas, de su biografía y del auto inquisitorial, todas en base a los documentos resultantes del mismo. Estas son, por ejemplo, las acusaciones del fiscal:
"«1. Que (…) en un lugar de dicho concejo de Llanes cierta persona de vida tan relaxada y nefanda que aconsejó y dixo a la rea si quería andar con los lobos y encantarlos, había de dar el brazo derecho al diablo, y que haciendo con las manos un cerco en la tierra y dando un silbido vendrían a su mandado, y los encantaría: y que si también quería hacer mal con ellos lo podría hacer, y que si no, podría guardar el ganado dellos, y hacer que no hiciesen mal a los ganados, ni a persona alguna. En lo cual vino la rea (…) ofreció el brazo derecho al Demonio, diciéndole: yo te ofrezco este brazo derecho. 
»2. (…) que habiendo muerto la dicha persona y dexado a la rea una saya como tan su amiga, estando ésta a solas hilando (…) se le apareció un bulto negro de hombre, con cuernos a los lados de la frente (…) asiéndole del mismo brazo el bulto dixo si le ofrecía aquel brazo; y la rea respondió que se lo ofrecía; y él la volvió a decir que bien sabía que aquel brazo era suyo (…) Con lo cual se fue el bulto, y aunque entonces no lo dixo quién era, bien entendió la rea que era el Demonio, y como a tal le ofreció el brazo derecho. 
»3 y 4. Que siguiendo el consejo que en capítulo primero ha referido la dio la dicha persona, y continuando la rea el crédito que la dio y al Demonio (siendo padre de la mentira y el mayor enemigo de las almas) en confirmación de la amistad y pacto que hizo con él, ofreciéndole su brazo derecho para que la favoreciese y asistiese, habiéndose ido con unos pastores, con quienes ha tratado deshonestamente y andado tres años, ha llamado a los lobos haciendo el cerco en la tierra y metiéndose dentro, y dando un silbo venían siete lobos de diferentes colores, que eran demonios, y se iban tras ella por donde quiera que iba, y cuando estaba dentro del cerco andaban ellos alrededor sin entrar en él, y la rea los repartía, tres por una parte, dos en otra y dos en otra, y venían unas veces sin llamarlos y otras porque los llamaba para que estuvieran con ella. 
»5. (…) que era tal la familiaridad que tenía con los demonios (…) en forma de lobos (…) que no podía hallar sin su compañía. Y sabiéndolo los pastores la instaron, y ella se los prometió no hacer mal con los demonios a sus ganados ni a los de otros ni a personas algunas, si bien no siempre lo cumplía, antes echaba los lobos al ganado que le aprecia y a la parte que le hacía mal pasaje. 
»6. (…) que en las dehesas de Alcudia, habiendo la rea llegado a un cazador que llevaba una carga de conejos y perdices a vender, le pidió un conejo, y no se lo quiso dar y dentro de tres días comieron los lobos a una bestia de carga de dicho cazador. Y todos lo atribuyeron a que la Lobera lo quería así, teniéndola también por bruja hechicera. 
»7. (…) que en dichas dehesas llegó otra vez la rea a una majada de un pastor y, no habiéndola dado lo que ella le había pedido, le comieron a segunda noche los lobos tres cabras. 
»8. (…) que para llamar a los demonios decía la rea ciertas palabras, que afirmó no podía decir porque la vendría mucho daño (…) Lo cual no es de creer, sino que maliciosamente las calla. Y así pido la declare» 
Y esta fue la solicitud hecha en su defensa:
«(…) que el tribunal use con ella de misericordia atento ha confesado y dicho la verdad como consta en sus confesiones y que es una pobre mujer que ha sido engañada y promete no volver a más a ofender a Dios y procurar ser muy buena cristiana y que si acordare de otra cosa lo dirá y todo lo que lleva dicho es la verdad so cargo del juramento que tiene fecho (…)»

Vemos ya al fondo el final de la cuesta, donde nos unimos al Camino de Santiago justos enfrente de la Casa Conceyu y al pie del tronco de la joguera, que ya tenemos aquí delante


Placa con el nombre de la calle, el doctor farmacéutico Fernando Hergueta Vidal


La Bolera y La Plaza la Bolera reciben este nombre pura y simplemente porque aquí está la bolera de Pendueles, en esta explanada elevada para allanar el terreno, en forma triangular, existente entre ambos caminos y donde se disputan partidas de bolos, modalidad de birle o bolu palma que es la modalidad más habitual en Llanes, así como en gran parte del oriente asturiano y de Cantabria


Aquí se celebran las fiestas de San Acisclo, patrón de la parroquia, el 17 de noviembre, pero que se festejan coincidiendo con el sábado más próximo. González Noriega recoge estos versos a ella dedicados, o más en concreto al fin de fiesta, firmados por El Maestru: 

Ya recogieron los músicos

y se acostaron las niñas

de la bolera.

Ya quedaron en silencio

los tilos y la fuentina

en la bolera.

Ya nos dejaron alegres

las castañas y la sidra

en la bolera.

Ya comenzaron las clases

e iremos a la salida,

a la bolera.


Al otro lado está La Quintana, como se conoce al Palacio del Conde del Valle de Pendueles, que ha sido una de nuestras referencia visuales y geográficas desde que salimos de Buelna. El edificio palacial está formado por dos cuerpos rectangulares que componen una planta en forma de "L" y cuatro niveles de altura: planta baja, pisos primero y segundo, más buhardilla en la fachada


Esta es su fachada principal, que mira a la plaza y su encrucijada, tapada por los árboles, veremos mejor todos sus detalles desde un poco más adelante, al final de la cuesta y en la unión de caminos


Camino al que dan sombra estos fresnos. Ahora vemos en medio de la plaza la explanada que constituye el terreno de juego de La Bolera. Dada la vinculación de los condes de Pendueles con el pueblo y sus fiestas, sale todos los años del Campu del Palaciu el ramu de la Sacramental, así nos lo cuenta en esta crónica Emilio G. Cea para La Nueva España, El ramu de Pendueles, a cuenta del conde, del 19-8-2016: 

"La localidad llanisca de Pendueles unió ayer devoción y tradición durante el día grande de las fiestas de la Sacramental. Un centenar de aldeanas en filas de a tres junto a un nutrido grupo de porruanos tomaron parte en una procesión que hizo parada en los dos altares situados en casa Telvina y en el palacio del Conde de Pendueles. 
Precisamente del palacio del Conde de Pendueles partió el ramu, ofrecido por Álvaro Suárez- Guanes, hermano del actual conde, y ayer anfitrión. El ramu iba a hombros de Acisclo Pidal, Alberto Sobero, Abel Cuesta y Gonzalo de Benito. La comitiva hizo acto de presencia en la iglesia parroquial de San Acisclo pasadas las doce y media de la mañana en medio del sonar de las campanas y el ruido de voladores. La misa solemne fue oficiada por el sacerdote de la localidad, Ignacio Pérez Pereda. Junto a él concelebraron la eucaristía el párroco de la Corredoria de Oviedo, José Manuel Vázquez, y los llaniscos Luis Díaz y Rodobaldo Ruisánchez. 
La procesión, con la custodia bajo palio, partió de la iglesia en torno a las 13.30 horas. El Pendón de Pendueles lo llevaba por primera vez el joven Nicolás González, quien mostró su satisfacción ello. El niño Íñigo Rodríguez cogía con su mano uno de los picos de este objeto. El estandarte lo llevó Diego Díaz Martín. De la cruz y los ciriales se encargaron Raúl Piñera, Aitor Amieva y Guillermo de Benito.  
La llegada a la Quintana, zona en la que se ubica el palacio del Conde del Valle de Pendueles, fue uno de los momentos más solemnes de la jornada. Allí esperaba a la Custodia un altar presidido por la Virgen del Carmen. "Para la familia es una bonita tradición preparar el altar para que pase la procesión. Es algo que iniciaron mis bisabuelos y que ahora continuamos nosotros", explicó Álvaro Suárez- Guanes. "Para la familia es un día muy especial y siempre procuramos pasarlo todos juntos en familia", añadió 
La procesión, tras salir de la Quintana, se dirigió hasta casa Telvina donde Jesús Moreno preparó un bonito altar presidido por el Sagrado Corazón. No faltó aquí una imagen de la Santina junto a una piedra que simulaba la gruta. La decoración del altar se completó con arco decorado con hortensias. "Toda la vida se ha colocado aquí un altar. Antes lo preparaba mi madre y mis tíos y ahora lo hago yo", dijo.
La celebración, amenizada por el grupo de gaitas "Principado", continuó por la tarde con un festival folclórico en la bolera"

Y aquí, acabada la subida y al pie de la joguera, nos unimos al Camino de Santiago. De frente la Casa Conceyu y a nuestra izquierda el muro de piedra de otra fuente, La Fuente la Bolera

Fuente del año 1911, con una jarra esculpida, símbolo de aquellos tiempos en los que se acudía aquí a por el agua. Fuentes públicas muchas veces financiadas por los benefactores indianos, que aprovechaban el agua de cercanos manantiales para instalar la traída

Detalle de la jarra, el año de construcción y el cañu

Desde aquí tenemos una muy buena vista de la plaza, con la explanada de la bolera, estos espacios no eran solo terrenos de juego, eran lugares de encuentro y reunión vecinal. Lo describe muy bien R. González Noriega en su artículo La Bolera de Pendueles, que podemos leer en su magnífico blog Renglones perdidos:

"Las boleras: Antiguamente era sin duda el sitio de reunión de todo el pueblo. En ellas no solamente se jugaba a los bolos, sino que se celebraban los bailes de las fiestas. También se hacía en ellas las reuniones destinadas a discutir, ponerse de acuerdo y decidir sobre actuaciones que implicaban beneficio o daño para los vecinos, en el llamado conceyu. Otras veces las reuniones estaban relacionadas con el trabajo del campo y en sus inmediaciones se daban cita los ganaderos con el veterinario para realizar las vacunaciones pertinentes. O era para la recogida de la paja que llegaba en camiones desde Castilla, o para la entrega de las manzanas destinadas a los llagares de sidra, la entrega del ocle y otra cualquiera actividad que se diese. También solía acudir a la bolera el herrador, el calderero y paragüero y en general resultaba un centro de fácil localización para hacer cualquier tipo de transacción o trabajo eventual. Lugar de cita para la infancia por tener el suelo cubierto de arena y cerrado por muros que permiten a los mayores sentarse a la sombra de los tilos mientras vigilan a sus pupilos. Era el lugar donde se reunían los jóvenes y los mayores tras los trabajos duros del día, para descansar y relacionarse simplemente, después de la cena. Hubo un tiempo, en que se dejaron abandonadas las boleras, seguido de otro en el que se produjo un nuevo auge y volvieron a resurgir las peñas bolísticas, pero aún existen boleras abandonadas, en desuso, porque también hay que decirlo, algunos pueblos se van muriendo poco a poco. Su población va disminuyendo por la emigración, por los recursos laborales que se dan en localidades mayores. Por contra, se van poblando por gentes venidas de la ciudad que busca en ellos un lugar tranquilo, pero que no tienen ningún arraigo con este sitio tan popular en otra época" 

Desde la fuente se aprecia bien la que es la fachada principal del palacio, justo encima del camino, ya que situada en un nivel superior, permite contemplar toda su estructura

Abajo una doble arcada y sobre ella tres ventanas adinteladas con un balcón de hierro. Más arriba el gran escudo solariego

Representa a las familias Suárez, Guanes y de la Borbolla

Esta sería la relación de los Condes del Valle de Pendueles desde 1920 hasta nuestros días, extraída de Wikipedia:

"María Teresa de Jesús de la Borbolla y Azpide, i condesa del Valle de Pendueles.

Casó con José Suárez-Guanes e Ibáñez de Bustamante, Senador del Reino por La Habana. Le sucedió, en 1926, su hijo:

José Suárez-Guanes y de la Borbolla (1876-1960), ii conde del Valle de PenduelesMayordomo de semana del Rey Alfonso XIII.

Sin descendientes. Le sucedió, en 1961, de su hermano Lorenzo que había casado con María de las Mercedes Peláez Quintanilla, el hijo de ambos, por tanto su sobrino:

José María Suárez-Guanes y Peláez (1917-1981), iii conde del Valle de Pendueles.

Casó con María Teresa Ibáñez Pico Le sucedió, en 1982, su hijo:

José Luis Suárez-Guanes e Ibáñez (1941-2017), iv conde del Valle de Pendueles.

Casó con Carmen Esteban Villarroel. Sin descendencia. Le sucedió su hermana en 2018:

Teresa Suárez-Guanes e Ibáñez, (1944-2021) v condesa del Valle de Pendueles.

Casó con Álvaro Zurita Saenz de Navarrete. Con descendencia. Debido al fallecimiento de su hija primogénita en 2021, se dictó orden para expedir la real carta de sucesió a favor de su nieta, Carmen Pradas Zurita, pero al no haber liquidado el impuesto correspondiente, dicha orden se dejó sin efecto. El hermano de la última condesa, Álvaro Suárez-Guanes e Ybáñez, ha solicitado la sucesión en el título."


Desde La Fuente la Bolera y siendo los dos caminos, el de Santiago y la senda costera ya solo uno, seguimos de frente por esta calle que viene a ser un tramo urbano de la carretera local LLN-3, que viene de Verines La Venta y la Estación y a la que el Camino de Santiago ha salido en Las Cocheras, al lado de la iglesia, donde antes paraban los carruajes de caballerías de las antiguas diligencias que constituyeron las primeras líneas oficiales y regulares de transporte de viajeros


En la Casa Conceyu, de la que vemos su escalera exterior de acceso, hay una bifurcación: el Camino sigue de frente por la carretera, pero a la izquierda puede bajarse a algunos de los albergues existentes en Pendueles


En el primer bajo hay una tienda-supermercado de ultramarinos, Peñaquinera, atendida por Rocío


Seguidamente y en la misma casa se encuentra el Albergue-Bar Castiellu. El albergue, inaugurado en 2013, está en el piso de arriba


En las casas de abajo hay otro albergue, Aves de Paso, también abierto en 2013. Pese a que la primera señalización oficial y efectiva del Camino Norte en su conjunto se realizó entre los años 1993 y 1994,el gran boom de peregrinos de manera estable y continuada no se produjo plenamente hasta una década y media después, fecha de la apertura de muchos de estos establecimientos


Señalización de los albergues, bares y tienda. En este tramo, al coincidir las dos rutas, nos guiaremos por las señales del Camino de Santiago 


Fijémonos, por ejemplo, en las flechas amarillas pintadas en los bordillos, a la derecha. Nos dirigimos al barrio de El Rubinu


Estas altas palmeras llenas de hiedra y una verja herrumbrosa delatan que pasamos ante una arruinada quinta indiana, símbolos de la languidez de una prolongada decadencia que no obstante delata tiempos de un pasado esplendor


Es el Palacio de Santa Engracia, en un principio de Mendoza Cortina, pues su primer dueño y creador fue el indiano Francisco Mendoza Cortina, quien emigró a México en 1835, regresando casi un cuarto de siglo después e instalándose en Madrid con sus negocios y carrera política, fruto de su éxito en diversas empresas americanas


Pero aunque afincado en la capital de España, Mendoza Cortina patrocinó en Llanes diversas iniciativas sociales y benéficas, al mismo tiempo que compraba solares para engrandecer su solar familiar y se hacía con un título nobiliario, el de Conde de Mendoza Cortina, heredado por su sobrino Gabino Mendoza Fernández, ya que Francisco no tuvo hijos. Francisco heredó también sus posesiones y, siguiendo el sueño de su tío, amplió y amuebló la mansión familiar, sobresaliendo, según refiere una crónica de El Oriente de Asturias del año 1885, “la caoba y las maderas finas que se veían por doquiera”


Gabino remató definitivamente el proyecto de su tío para esta quinta allá por el año 1885, con sus vistosas galerías de hierro y cristal, ahora armazón herrumbroso pero que aún en pie nos permite hacernos una idea de sus momentos de grandeza. En el excelente blog Casonas de Indianos nos cuentan la historia:
"Francisco Mendoza Cortina (1.815-1.880), natural de Pendueles, marchó a México en 1.835 donde hizo fortuna con explotaciones agrícolas y actividades comerciales. A su regreso en 1.859 se instala en Madrid dedicándose como en México a los negocios y también a la política. No pierde el contacto con Llanes realizando importantes obras de carácter social y benéfico. Él comenzó la adquisición de terrenos para ampliar la casa original. Al fallecer sin descendencia, su sobrino Gabino Mendoza Fernández (1.843-1.887) hereda sus bienes así como el título nobiliario de Conde de Mendoza Cortina. Éste contrajo matrimonio con Fernanda Dosal Sobrino, miembro de una de las sagas de emigrantes llaniscos más importantes. Fue Gabino quien amplió y mejoró la casona, realizando una transformación definitiva de ésta en torno a 1.885"

De la mano de Gabino se añadieron, entre otras cosas, los cuerpos laterales cubiertos enteramente de galerías de hierro y cristal, muy poco habituales para la época, cuya  oxidada estructura aún sigue en parte a la vista. De Gabino Mendoza escribe Manuel García Miyares en Apuntes históricos, genealógicos y biográficos de la villa de Llanes, en 1893:
"El Excelentísimo señor don Gabino Mendoza Fernández Cortina, natural de Pendueles, Conde de Mendoza Cortina, caballero gran Cruz de la Real y distinguida órden de Isabel la Católica, Comendador de la de Carlos 3º, Diputado a Cortes y cónsul de los Estados Unidos mexicanos, casó con doña Fernanda Dosal Sobrino, hija legítima de don Sebastián Dosal y de doña Maximina Sobrino Diaz, de la Villa de Llanes, y tuvo varios hijos. El mayor llamado don Francisco casado hoy con doña Concepción Aguirre de Tejada hija de los Excelentísimos señores Condes de Tejada de Valdosera. 
Fue don Gabino rico capitalista como heredero y sucesor de su tío el Excelentísimo señor don Francisco Mendoza Cortina, primer Conde de Mendoza Cortina, modesto sin afectación, caritativo sin aparato, hizo el bien con largueza; mejoró extraordinariamente su palacio de Pendueles, que más que palacio parece regia morada, con bellos jardines, grutas y surtidores. 
También mejoró sus posesiones de la Abadiega, en Peñamellera, y los baños de la Hermida. 
En lo que era antiguo molino de Purón, vemos hoy suntuosa fábrica de harinas de las mejores de Asturias; y el que antes fue árido y esteril terreno que rodeaba el molino, forma hoy, circundando la fábrica, bellas arboledas, bien concertados jardines, huertas de hortaliza, frutales, y otras producciones que han hecho de Purón un verdadero sitio de recreo para el verano, al lado de la carretera de la costa. Falleció don Gabino, jóven aún, el día 13 de Abril de 1887"

 

De aquellos cuerpos laterales completamente acristalados y que debieron de ser magníficos y deslumbrantes la estructura metálica del izquierdo se ha venido abajo completamente


Esta es una foto de 2013, cuando aún se mantenía en buena parte en pie


Este es el derecho también en 2013


Así estaba la última vez que pasamos por allí, tal vez cuando lo veáis vosotros esté aún peor pues empeora de año en año. Algún proyecto de restauración para hacer viviendas de lujo se ha quedado en el papel


Tras la muerte de Gabino, su hijo mayor Francisco heredaría el título, mientras su hija Fernanda se casó con Francisco Javier Jiménez, Conde de Santa Engracia, título que pasó a dar nombre al palacio, que durante la Guerra Civil sirvió de hospital. En el Diario del Oriente encontramos este buen artículo, El Palacio de Cristal de Pendueles, que no nos resistimos a compartir:
"En el centro de Pendueles, ese pueblo entre la sierra plana de la Borbolla y el mar Cantábrico, se cuelan los ojos a través de una verja que, tras un abandonado jardín, deja ver unos armazones herrumbrosos de lo que fue una suntuosa edificación de planta rectangular y tres pisos, cuyos cuerpos laterales y el central estaban totalmente acristalados con vidrios de colores, y bellos jardines con fuentes, surtidores y grutas, capilla, caballerizas y pabellón de caza. Se trata de las ruinas del Palacio de Mendoza Cortina, cuyas iniciales, MC, todavía se conservan en la puerta de cierre. Aquella regia mansión rebosante de luz natural, paradigma de la Arquitectura de Hierro y Cristal, novedad absoluta en el concejo, la comenzó a construir Francisco Mendoza Cortina nacido, en el año 1815, en esa localidad de la rasa costera del extremo nororiental de Llanes.
El Sr. Mendoza, después de emigrar a México, donde hizo una gran fortuna y destacó por sus importantes contactos con el efímero imperio de Maximiliano, regresó a España y fue nombrado conde, el primero de su nombre, por Alfonso XII. Entonces, se dedicó a la política, llegando a ser senador y diputado por Asturias y, también, benefactor de Penduales, que le debe, entre otras cosas, las escuelas, el cementerio y la torre de la Iglesia. Además, se hizo muy popular por poseer una importante colección de carruajes 
 Le sucedió, a falta de descendientes directos, en bienes y título su sobrino Gabino Mendoza Fernández que, siguiendo el sueño de su tío, amplió y amuebló la mansión familiar, sobresaliendo, según refiere una crónica del Oriente de Asturias del año 1885, “la caoba y las maderas finas que se veían por doquiera”. 
El Palacio de Mendoza Cortina, que luego se conocería como de Santa Engracia, al casarse una hija de Don Gabino con el conde de ese título, se habitaba cada año de julio a noviembre, pero a partir de 1922 comenzó a utilizarse solamente en el mes de agosto. 
Al estallar la guerra civil se convirtió en un hospital de sangre. Después del periodo bélico, por ser de amplias dimensiones y distribución adecuada a las necesidades de un edificio sanitario, sirvió de hospital para tuberculosos. Cuando el establecimiento de enfermedades infecciosas se trasladó, la familia prescindió de la casa para los veranos, y únicamente fue frecuentada la zona del jardín. 
Lo último que escuché sobre el palacio fue que, dentro de una operación inmobiliaria, existía un proyecto de restauración, pero según parece quedó en nada. 
Y así, en estado de desolación y ruina, como tantos otros, se encuentra el Palacio de Cristal de Pendueles, otra maravilla arquitectónica de las que jalonan nuestro concejo y nuestra historia"

A nuestro paso por los pueblos del litoral llanisco encontraremos numerosos palacios y quintas de los indianos, símbolo de toda una estirpe de emigrantes. El fenómeno de los indianos o americanos, denominación de quienes iban a ultramar a "hacer las Américas", aunque podría definirse como nacido en el "Siglo de Oro" español, adquirió total relevancia social entre el siglo XIX y las primeras décadas del XX, pues fue ingente la cantidad de personas, principalmente varones jóvenes, prácticamente adolescentes, que se embarcaron a buscar fortuna en toda Hispanoamérica... Cuba, Puerto Rico, México, o Argentina principalmente, pero también otros países y lugares de habla española en el Nuevo Continente.


Aquellos que regresaban y además con fortuna, solían levantar sus nuevos palacios y mansiones en sus mismas poblaciones de origen (unas veces aprovechando la vieja casa familiar y otras levantándolas nuevas) así como patrocinar numerosas iniciativas benefactoras en favor de la vecindad, escuelas, plazas, iglesias, casinos (en en sentido de centros culturales), traídas de aguas y luz, así como un largo etcétera que hicieron de muchos de ellos personas notablemente influyentes


Otra estampa más del palacio en 1993. Podemos figurárnoslo con sus cristaleras ocupando las torres laterales, lo que le valió ser llamado El Palacio de Cristal


Mirando al palacio y su finca, una gran casona, a su izquierda sube la senda costera, que se separa del camino oficial inmediatamente


Al final de los muros de la quinta, en el siguiente cruce, es la bifurcación de caminos, en el citado barrio de El Rubinu


A nuestra izquierda otro de los barrios de Pendueles, La Llaguna, zona baja donde debió haber una charca que propició el topónimo. Parece ser el camino antiguo iba por las vegas del pequeño valle, pero quedó interrumpido por la carretera y el trazado ferroviario


Aquí vemos la parte alta del albergue Aves de Paso, con su magnífico corredor entre cortafuegos


El Chalet recuerda al estilo montañés con su característica torre cuadrada de tejado a cuatro aguas y esquinada. En el piso alto presenta una ventana trífora inspirada sin duda en el Arte Asturiano


Y en la esquina que mira a la calle un pequeño escudo en el que se representa una serena o sirena, ser mitológico cuyas tradiciones han pervivido en la costa asturiana y muy en concreto en este litoral oriental


Más adelante abría sus puertas el Mesón Sidrería El Rubinu, de Inés Somohano. Ahora está el albergue-restaurante de Casa Flor o Casa Flor la Mexicana, especialidad en cocina de este país, tan ligado a Asturias y muy especialmente a Llanes por los indianos


Pues bien, en este cruce de caminos en El Rubinu, la Senda Costera de Asturias (GR-204) y el Camino de Santiago vuelven ya a separarse, este segundo se dirige a Vidiago siguiendo la calle de frente, y el primero sube a la derecha, hacia el albergue de Casa Flor, encaminándose a La Playa Vidiago o de Bretones y al famoso Bufón de Puertas o de Arenillas



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