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jueves, 24 de noviembre de 2016

COMILLAS (CANTABRIA): CAMINO DEL ALBERGUE Y VISITA AL PUERTO Y PLAYA

Monumento a las pescaderas de Comillas. El Camino entra en la población bajo La Coteruca, al fondo
Bifurcación al entrar en el casco histórico de Comillas. La ruta sigue a la izquierda. A la derecha se va al albergue

Entra el Camino en Comillas viniendo de Concha y Casasola, en el municipio de Ruiloba, por el Puente del Portillo, sobre el río Gandaria y en la misma costa, dando vista al puerto y playa de Comillas pero no entrando en ellos. No obstante, si tenemos tiempo y energía, máxime si nos hospedamos en el albergue de peregrinos sito en la antigua cárcel o en cualquier otro alojamiento, algo absolutamente recomendable, sería óptimo reservar unas horas para conocer alguno de estos lugares que hacen de Comillas una villa monumental, Bien de Interés Cultural desde el año 1985. Así, al llegar, el Camino sigue de frente por la calle de Antonio López para ir a la iglesia y el antiguo Ayuntamiento, el corazón de Comillas, y a la derecha, por la calle Ignacio Fernández de Castro, podremos ir al albergue de peregrinos, en el barrio de La Peña, lo que puede ser una oportunidad para, desde él y una vez conseguida plaza, poder realizar un paseo hacia el puerto de pescadores y la playa


Las señales camineras nos indican ambas opciones


Y así en nuestro caso tomamos la ruta del albergue por dicha calle de Ignacio Fernández de Castro


Más placas de azulejo confirman el trayecto en esquinas y cruces


La calle, adoquinada, sube un poco


Llaman la atención las luminosas galerías


Pasamos junto al bar-restaurante Gurea


La calle está formada por casas típicas montañesas, con sus cortafuegos. Esta por ejemplo tiene dos pisos, uno con corredor en la fachada y el más alto con galería


Más corredores, cortafuegos y galerías


Frente a estas casas llegamos a un cruce: vamos a la derecha


 Tomamos la calle La Moría


Y llegamos a la Plaza del Tesoro


Luego continuamos a la izquierda por la calle El Prado, pasando delante de estos edificios de pisos


Seguimos todo recto


Predominan las casas unifamiliares, muy bien restauradas


Tramo recto y llano


Cruce y a la izquierda, de frente, siempre en recto


Puerta de arco de medio punto: cruce con la Costanilla de la Cruz


Atención a esta fachada


Señalización del albergue y arriba representación de una mujer con el cesto del pescado en la cabeza, homenaje a las pescaderas de Comillas


En el puerto veremos un monumento a ellas dedicado


A la derecha de la casa sigue la calle La Peña



Pasamos entre unos muros


Después una fila de más casas


Fijémonos en los pivotes a la derecha para evitar que aparquen coches


Aquí si hay aparcamientos, la calle se ensancha


A nuestra derecha asoma entre los árboles el palacio El Duque, construido a finales del siglo XIX en el llamado Prado de San José, con diseño de Francisco Hernández Rubio para el Duque de Almodóvar del río, rodeado de una extensa finca y jardín. Las obras comenzaron en 1896 y terminaron en el 1900, siendo sus dueños y promotores Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro, natural de Jerez de la Frontera, y su esposa la cordobesa Genoveva de Hoces y Fernández de Córdoba, Duques de Almodóvar del Río y Marqueses de la Puebla de los Infantes. El duque fue Ministro de Estado y Asuntos exteriores con María Cristina y Alfonso XIII, diputado por Córdoba entre 1878 y 1881, luego representante de Cádiz de 1886 a 1905, Ministro de Estado de 1898 a 1899 con Sagasta, cuando hubo de firmar el Tratado de París que ponía fin a la guerra con Estados Unindos, y luego entre 1901 y 1902 con sucesivos gobiernos, repitiendo cargo entre 1905 y 1906 con Segismundo Moret, cuando representaría a España en la Conferencia Internacional de Algeciras, de la que sería su presidente y cuyo objetivo era solucionar la Primera crisis marroquí, que enfrentaba a Francia y Alemania


Esta mansión es estilo inglés, con tres pisos de altura y fachada asimétrica de piedra, madera (traída expresamente de la antigua colonia africana de Fernando Poo) y pizarra. Fue la segunda residencia de los duques dado el oficio de diplomático del duque. Actualmente es de propiedad particular y se celebran bodas y eventos en el jardín, si bien es también escenario de películas de terror, como algunas escenas de Sexykiller de Miguel Martí o La herencia de Valdemar, de José Luis Alemán, cuya productora tuvo la oficina en el bajo. Se conserva en el interior el mobiliario, el suelo de madera, cuadros de época, candelabros y todo aquello que le daba un ambiente "ideal", como lo calificada el actor Paul Naschy, para este tipo de cine, con su "impactante mansión victoriana"


Hay unos bancos para sentarse y admirar el paisaje, viendo a lo lejos el barrio de Velecio


Más cerca, a la izquierda, el albergue de peregrinos La Peña




Nos dirigimos a la entrada, sita en la fachada de la izquierda


Vemos este hito kilométrico con la distancia a Jerusalén (5.170 km), a Santiago de Compostela (456 km) y a Santo Toribio de Liébana (64 km)


Todos grandes centros de peregrinación a lo largo de la historia


El edificio del albergue fue antes la cárcel, construida por un grupo de vecinos en 1879, con dos calabozos y un patio interior


Placa del albergue, histo del Camino Lebaniego y del Camino Norte de Santiago


Placa de la calle Los Peregrinos


Hay una pequeña terraza desde la que se contempla una parte de Comillas


El barrio de Velecio y el Paseo Gallery, que es la calle que comunica el centro de Comillas con el puerto


Al fondo, a lo lejos, vemos las ruinas de la antigua iglesia parroquial de San Cristóbal, donde está el cementerio


Era una iglesia gótica del siglo XV erigida sobre un santuario más antiguo y que ejemplifica las luchas vecinales contra los linajes aristocráticos. Corría el año 1617 cuando se produce en una misa un grave percance entre la vecindad que acudía al templo y el administrador del Duque del Infantado. La razón fue la cesión de unos asientos reservados a los feudatarios o colonos de estas tierras, lo cuales, hartos ya de tantos abusos, discuten con el administrador, el duque y el párroco. El incidente fue tan grave que acabó en abierta rebeldía al abandonar los feligreses de Comillas el templo y acordar no volver a entrar jamás en él. Todo acabó en un pleito entre las partes en el que el clero se sintió tan agraviado que excomulgó a los habitantes, una pena terrible dada la idiosincrasia religiosa y social de la época. Un año después y por intercesión del regidor de la villa se consiguió el perdón previa penitencia pública y en procesión dominical de los hidalgos y pecheros de la población. Las misas  se celebraron en la ermita de San Juan hasta construirse una nueva parroquial veinticinco años después. Por su parte la iglesia vieja fue abandonándose excepto el cementerio, hasta que en 1893 el Marqués de Comillas encarga una reforma de este camposanto consolidando e integrando las ruinas del templo, siendo su artífice el arquitecto modernista catalán Lluís Domènech i Montaner


De la estructura original del templo se conservan las paredes y algún arco en el interior, siendo visibles los clásicos contrafuertes góticos en su capilla mayor


Allí está el famoso Ángel de Comillas


Es el Ángel Exterminador o Ángel Guardián, obra de 1895 de Josep Limona, otro de los máximos exponentes del modernismo catalán, muy representado en Comillas


Ahora, desde el albergue, puede apetecernos dar un paseo hasta la playa y el puerto de pescadores. Para ello tomamos el camino que va a la casa de enfrente


Aquí hay un paso entre la vivienda y el muro de la quinta de la Casa del Duque


El camino se ha habilitado como senda peatonal


Recorremos este lienzo del muro


Y yendo en paralelo al Paseo Garelly, que pasa más abajo


Seguimos viendo el campostanto y la antigua iglesia


Llegamos al final del muro de la quinta


Y subimos estas escaleras


Recorremos luego esta explanada


Es una pequeña pradería, con farolas


Salimos al Paseo de Juan Martínez Noriega, al lado del Parque Güell  y Martos


Es llamado también el Parque de la Estatua, pues allí se encuentra la del primer Marqués de Comillas, Antonio López y López, empresario benefactor y mecenas del modernismo catalán en esta su villa natal que, a su fallecimiento en 1883, fue honrado dedicándosele esta estatua y parque, en el prado regalado a tal efecto por su amigo Ángel Bernardo Pérez


La estatua, que aquí vemos de espaldas, se hizo por suscripción popular recaudada por el Ayuntamiento y fue inaugurada en 1890. Es obra, como el diseño del parque, del ya mencionado Lluís Domènech i Montaner. La dirección de las obras del parque estuvo a cargo de Cristóbal Cascante


La arquitectura y proyecto del parque también se basan en el modernismo catalán, es de unas tres hectáreas pero fue en su momento algo mayor pues algunas partes pasaron a particulares y villas de veraneo. La estatua está en el centro, con la imagen del marqués en lo alto. Se sabe por los bocetos que en principio este gran espacio verde iba a estar cerrado por un alto muro de mampostería de más de dos metros de alto y un gran pórtico monumental en su entrada, así como varios jardines representando a los diferentes continentes, pero al final no se hizo, tal vez por agotarse el presupuesto


Cerca del monumento al marqués hay un crucero, la Cruz de la Estatua


Se dice podría cristianizar un lugar de cultos ancestrales en la zona más elevada del actual parque


Aquí, Alto de la Moría, las antiguas pescaderas jugaban a las cartas mientras miraban al mar, esperando por las primeras lanchas de pescadores, como La Tinita, para nada más divisarlas bajar al puerto, a la subasta del pescado, siguiendo un itinerario más o menos parecido a estes, para luego llevarlo en cesto a la cabeza y venderlo en los pueblos de las proximidades... y más allá, como pronto conoceremos


Es por lo tanto un gran balcón natural sobre Comillas y su entorno que merece también la pena visitar


En la base del gran obelisco de la estatuta motivos marinos, alegoría de los viajes del marqués por las Antillas y Filipinas


Hubo unas estatuas de bronce, fundidas en la guerra civil, con la alegoría de los viajes del marqués a Cuba y Filipinas, hechas por Venancio Vallmitjana con piezas de ese metal traídas de barcos de la Compañía Trasatlántica Española fundada por Antonio López y López


Hay una pequeña explanada, como un balcón-mirador


Desde él divisamos el puerto y la playa, a donde nos dirigimos, siguiendo un camino más o menos similar al de las antiguas pescaderas que aquí se reunían


Hay unas escaleras para acceder al balcón quienes suben desde la playa


Vista al oeste hacia el cementerio, la iglesia vieja y a lo lejos el Cabo de Oyambre. A la izquierda asoman los edificios de la que fue célebre Universidad Pontificia de Comillas, actualmente con sede en Madrid


Esta zona de juegos infantiles empezó a habilitarse a partir de los años 70 del siglo XX. La vemos a la derecha, frente a la Casa del Duque. Más allá las casas de La Moría, por donde hemos ido hacia el albergue


Fecha de construcción de la estatua


Vista de la concha de Comillas hacia el este, hacia Casasola y la Punta Miradoriu con sus acantilados


Podemos por aquí dar la vuelta alrededor de la estatua del Marqués de Comillas


Su nombre era Antonio Victor López López de Lamadrid, nacido en 1817 en Comillas y segundo hijo de Santiago Ruiz de Piélago y de Antonia López de Lamadrid Fernández, familias hidalgas pero de pocos recursos. Su padre fue asesinado en Cádiz en 1823 y su viuda hubo de trabajar como lavandera para alimentar a los tres hijos del matrimonio mientras Antonio iría a Lebrija (Sevilla) a trabajar una corta temporada en un negocio de una prima de su madre


Años más tarde en Comillas tuvo problemas con la justicia a causa de una reyerta por lo que con ayuda de los Fernández de Castro, para los que trabajaba su madre, se embarcó en Santander con solo 14 años, en 1831, rumbo a Cuba, donde se estableció abriendo una tienda de productos baratos en los bajos propiedad del catalán Andrés Bru Puñet en Santiago de Cuba, con cuya hija se casaría, regresando a España en 1848 pues sus caseros se había instalado en Barcelona, casándose allí en noviembre de 1849, e invirtiendo con la dote de su mujer en diversas empresas en Cuba, siendo su suegro socio y sus jóvenes cuñados empleados


Con esos negocios regresaría a Cuba con su mujer, donde también se asociaría con su hermano Claudio López y otros, invirtiendo en caña de azúcar, café, una tienda de ropas y otras iniciativas, como un mercante de vapor de hélice, General Armero, el primero de la marina española. Pocos años después su cuñado y empleado Francesc Bru publicaría un libro en el que le acusaría de beneficiarse con el tráfico de esclavos, una polémica que sigue hasta nuestros días


En enero de 1851 nace en Santiago de Cuba su primogénita Luisa Isabel López Bru, que con el tiempo se casaría con Eusebi Güell i Bacigalupi, origen de una estirpe de empresarios catalanes. En noviembre de ese mimso año nace su segundo hijo, Antonio López Bru y, un año más tarde, María Luisa López Bru. En 1853 lo hace Claudio López Bru, quien heredaría el título de Marqués de Comillas que Alfonso XII le otorgaría a su padre en 1878


En 1852 y a consecuencia de una grave epidemia de cólera su familia regresa a España, haciéndolo él tres años después tras asentar su fortuna. En Barcelona crea una naviera de barcos de vapor para la ruta entre Marsella y Cádiz con rutas intermedias, junto con tres socios cubanos y sede en Alicante, a cual sería contratada para transportar soldados y pertrechos a la Guerra de África entre 1859 y 1860,  pasando a consecuencia de ello a tener sede en Cádiz


En 1863 participa en la creación del Banco de Crédito Mercantil en Barcelona, que impulsará el Ensanche de Barcelona y las líneas ferroviarias, como la línea de Barcelona a Zaragoza y Pamplona, absorbida en 1878 por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, de la que llegará a ser vicepresidente, en el año de la concesión de su título de marqués. Será buen amigo de la Casa Real y Alfonso XII y su familia acudirán a Comillas a pasar jornadas en la casa natal del marqués, ello será el origen de una vinculación muy especial de los reyes con Comillas, Santander, y buena parte de Cantabria, hasta Alfonso XIII


Su más ambicioso proyecto fue el Banco Hispano Colonial de Barcelona, creado en 1876 para conseguir financiación contra la independencia de Cuba, transformado en banco de negocios en 1880, base de un gran holding empresarial por el que su naviera pasará a ser sociedad anónima con el nombre de Compañía Trasatlántica Española, comprando plantaciones de tabaco en Cuba y luego en Filipinas


A instancias del jesuita Tomás Gómez Carral financió la construcción del Seminario Pontificio de Comillas, germen de la luego universidad, colocándose su primera piedra en 1883, año de su fallecimiento, tarea continuada por su hijo Claudio López Bru, siendo inaugurado en 1890 por León XIII para estudios de Filosofía, Derecho Canónico y Teología


Al pie de la estatua una placa con el texto El Hilo de la memoria (Threads of Memory) en castellano en inglés




Un buen lugar para el descanso y la meditación


Del parque y monumento volvemos al camino del puerto


Voviendo al Paseo Juan Martínez Noriega


Miremos ahora hacia el sur


Allí está el Palacio de Sobrellano, sito en el barrio de este nombre, encargo del Marqués de Comillas, el tan mencionado Antonio López y López al arquitecto catalán Joan Martorell, edificio en estilo neogótico cuyas obras comenzaron en 1881 y culminaron en 1888, ya fallecido el marqués. A sus pies sigue el Camino, saliendo del casco urbano de Comillas en dirección a la Ría de la Rabia, donde para proseguir a San Vicente de la Barquera se dividirá en dos, uno por las playas y otro por el interior


El palacio estaba planeado como palacio de verano para las familias del marqués y de la casa real. Su estilo neogótico bebe además de diversas fuentes, el gótico civil inglés, los palacios venecianos y el arte mozárabe. El enclave debió de estar poblado desde muy antiguo, pues han sido localizadas en su subsuelo cavidades y galerías artificiales, así como restos de un asentamiento del tiempo de los romanos. Actualmente es museo propiedad del Gobierno de Cantabria. En su ornamentación interior se emplearon materiales nobles como el roble, el ébano y el nogal de las puertas. Hay también una chimenea que fue diseñada por Cristóbal Cascante. Aunque lo más lujosos es el salón central o del trono con paredes decoradas a base de  pan de oro, vidrieras coloristas diseñadas por Eudall Ramon Amigó y pinturas murales de Eduardo Llorens y Mas Deu


Al lado del palacio está la capilla-panteón, realmente el primer edificio que se construyó del conjunto palacial, que en un principio se había planificarlo hacerlo en la zona del cementerio de Comillas, pero el fallecimiento den 1876 del primogénito del marqués y muy seguidamente el de su hermana María Luisa hizo cambiar de idea al Marqués de Comillas y mandase que fuese construida aquí, donde luego estaría el palacio


 No se sabe exactamente si las obras empezaron a finales de 1880 o a principios de 1881. Se trata de una pequeña catedral de una sola nave con cabecera poligonal y girola, siguiendo el estilo gótico centroeuropeo. En la girola está el mausoleo con monumentos funerarios familiares, obra de Jan Martorell, Agapito Vallmitjana, Josep Llimona y Barbany. El altar fue diseñado por  Martorell, el diseño de los bancos reclinatorios por Antonio Gaudí y las vidrieras son de Eudald Ramon Amigó. Además de panteón en la capilla se realizan oficios religiosos


Seguimos el camino del puerto, en suave descenso calle abajo


Edificio de viviendas bajo la iglesia en ruinas y el camposanto


Ante nosotros la carretera CA-131


Antes de llegar a ella bajaremos por esas escaleras para luego pasar por debajo de aquel túnel


Escaleras a la izquierda, al lado de la señal de Stop


Señales a la playa y puerto


Bajamos al Paseo Garelly


Y nos dirigimos al túnel


Aquí la acera se estrecha y hay una curva


Pasamos al otro lado a la calle de Jesús Cancio


La acera se ensancha un poco en esta zona de casas de veraneo, ya en el barrio de El Muelle


Atención a las señales y al siguiente cruce


A la izquierda la cervecería La Perla Negra: de frente un cruce: a la derecha a la playa, a la izquierda al puerto


Primeramente podremos ir hacia el puerto, subiendo ligeramente a esta mano


Seguimos esta acera


Y pasamos frente a la Pensión Vega de Pas


A la izquierda la playa, con esta hermosa concha cerrada al este por la Punta del Miradoriu con sus impresionantes acantilados y el pico del mismo nombre, el Picu Miradoriu, de 69 metros de altitud


Allí estuvo la Mina de la Vega, una de las seis minas de zinc que se explotaron a mediados del siglo XIX entre Ruiloba y Comillas y la más importante de todas, cedida en 1890 por sus inversores franceses a la Royale Compagnie Asturiense des Mines que ya tenía alguna de ellas en el lugar. Aunque las había en ambos municipios eran generalmente conocidas como "Minas de Comillas" por su cercanía a esta población por cuyo puerto tenía su producción salida comercial


Subimos un poco más...


Otro cruce, seguimos de frente, a la derecha, todo recto


En medio un pequeño faro


Y en este Paseo del Muelle o de Jesús Cancio, otra estatua


Y el Monumento a las Pescaderas de Comillas, La Pescatera, instalado en el año 2008 y del que es autor José Antonio Barquín


Tal y como escribe Margarita Ferrandis en El Diario Montañés, las pescaderas de antaño llevaban el pescado con su cesto o trigal a la cabeza a vender el pescado a los pueblos del interior, llegando a Trasvía, Ruiloba, Cabezón de la Sal, Cóbreces, Novales, Santillana del Mar e incluso a Torrelavega, saliendo ya antes del amanecer, lloviese, ventease o estuviese el tiempo en calma. No siempre cobraban en metálico y era común hacer trueque con productos del campo


Monte arriba, como hemos dicho, muchas de estas pescaderas hacían tiempo, a veces jugando a la baraja donde el actual parque y monumento al Marqués de Comillas, para ver llegar a las primeras lanchas de pescadores y bajar inmediatamente a la lonja a subastar. Solían establecer alianzas para que ni otros les quitaran el pescado ni tampoco se lo vendiesen muy caro, aunque aparte de solidaridad también había entre ellas mucha competencia pues la que primero llegaba primero vendía y las demás se encontraban con los clientes ya provistos



Citando a la pescatera Rosario Castro Martínez Sallito, unas iban luego a vender las sardinas, besugos, etc a la misma Comillas, a la plaza, donde se reunían varias y pregonaban las excelencias de su producto para que la reñida clientela se decidiese por lo de ellas, y las que, como hemos dicho, hacían las largas rutas a los pueblos y villas del interior, o de plazas cercanas a la costa pero sin puerto, necesitando vender lo más pronto posible, puerta por puerta, para quitarse el peso de encima, normalmente de entre 15 a 30 kilos. Con los campesinos solían atisbar a que estuviesen en los establos, ordeñando, para ofrecerles la mercancía si bien, cuando había trueque, tenían que regresar a casa cargando un peso más o menos similar en forma de leche, huevos, productos de la huerta... a veces tenían la suerte de que los lecheros, en su ruta, cuando ya había camiones, las dejasen subir en el viaje de regreso, entre las latas. La llegada del autobús, si bien podría suponer un alivio, a veces no eran garantía de nada pues, filtrándose el agua por el cesto o triguero a su cabeza, las empapaba y las impregnaba de olor a pescado y no las dejaban subir


Unos versos del gran poeta de Comillas Jesús Cancio, de su obra Antología marinera y velera, al pie del monumento, honran su memoria...

"con la falza regazada
y a la cintura sujeta,
con andar corto y ligero,
descalzas de pie y de pierna..."



Y así, ante este emotivo monumento en el que nos hemos detenido, seguimos ruta, viendo otro pequeño faro


Pasamos delante de La Taberna del Muelle


Con sus impresionantes galerías. Al lado es el restaurante El Cantábrico


Pasamos por las terrazas... lo típico son las sopas y platos de pescado y marisco (lubina, cabracho, bocarte o salmonete, angula, buey de mar, langosta, bogavante, centollo, nécoras, mejillones, y muergos o navajas, y erizos de mar). Destaca quizás el famoso sorropotún, marmita de bonito, hecho a base de bonito con patatas, cebolla, pimiento y tomate. Son famosas también las jornadas y fiestas gastronómicas de la caballa y del erizo de mar


Y damos vista al puerto, que como tal (muelles, diques, etc), no empezó a construirse hasta 1603 pues hasta entonces las embarcaciones, de vela y remo, eran varadas en la misma playa, eso cuando no hubieron de ir a atracar al Puerto Calderón, en Oreña, municipio de Alfoz de Lloredo, mientras duró el pleito con San Vicente de la Barquera sobre el monopolio pesquero y comercial de este sector de costa y que se falló en favor de Comillas en el año 1500 con documento firmado por los propios Reyes Católicos


La importancia de Comillas como puerto vino dada durante siglos por la caza de la ballena, llegando a considerársela la capital ballenera de las villas cantábricas pese a ser el puerto ballenero más pequeño de todos ellos. Hasta pescadores vascos se asentaban en el pueblo durante el invierno para tener derecho a participar en las capturas. Vigilantes o atalayeros oteaban la costa desde los promontorios y avisaban con señales acústicas o fogatas de la presencia de los cetáceos, a cuya caza iban las lanchas de remeros y arponeros que, con titánica lucha daban muerte al animal en toda una epopeya de valor y esfuerzo. Luego era llevado al arenal donde se le despiezaba en la Piedra de la Ballena, roca que aflora en la playa, se dividían la carne entre marinería, Iglesia y Consistorio y luego se extraía aceite y saín en la Casa de la Ballena, sita donde ahora está el cuartel de la Guardia Civil, junto al que pasaremos cuando tomemos el paseo de la playa


La actividad ballenera supuso la práctica extinción de los cetáceos de estas costas en el siglo XVII, aún así Comillas fue puerto ballenero hasta 1720, el último del Cantábrico, especializándose luego en la pesca de la sardina


A diferencia de otros no fue a la vez puerto comercial, salvo en un periodo a caballo entre los siglo XIX y XX cuando por aquí salía la producción de las llamadas Minas de Comillas, minas de blenda y calamina sitas a muy escasos metros de aquí, en la divisoria municipal, exactamente en La Venta de la Vega, al lado de la costa y en el otro extremo de la bahía, próximas a los acantilados del Miradoiro, topónimo que hace referencia al trabajo de los antiguos atalayeros


El puerto fue costeado por los propios vecinos de la villa y se construyeron dos garitas y fortines para su vigilancia, emplazándose baterías de costa



Antes aún había en Comillas murallas medievales de las que tal vez aún podamos ver pequeñas porciones cerca de la playa, pues ese lienzo fue derribado para hacer la carretera, sirviendo durante tiempo como cerramiento de unas fincas que había al lado de la capilla de Santa Lucía, muy venerada también por los marineros y en cuyo mirador se ponían también antaño los atalayeros, capilla que veremos enseguida, subiendo desde la playa a su mirador



En nuestros días el puerto ha ido perdiendo actividad, al disminuir el número de pescadores, asociados en cofradía y dedicados principalmente a la pesca de anzuelo



Una compuerta cierra el muelle en caso de temporales, las temidas galernas, protegiendo las embarcaciones


Dirigiéndonos al puerto caminamos rampa abajo


Pasamos junto al cartel de la zona portuaria


Y al lado de esta casa


Pasamos también la barrera


Y recorremos los muelles del Puerto de Comillas


La bocana, de unos 10 metros de anchura


Las barcas de pesca


La lonja y el bar y casa de comidas Mirando al Mar


Y aquí está el Monumento a Jesús Cancio, inaugurado en 1983 para fomentar la obra y memoria del Poeta del Mar, nacido en Comillas en 1885 y marcado en la infancia por la ausencia de su padre y por la muerte de cinco hermanos a causa del cólera en una semana


Estudió Jesús Cancio en las Escuelas Públicas de la Fundación del Arzobispo de Lima, Juan Domingo González de la Reguera, con tan buenas calificaciones que consigue una beca para el Seminario Conciliador de Corbán. Un problema de la vista le aparta de los estudios y ha de irse de médicos a Madrid, donde vivirá varios años en casa de sus tíos pues necesitaba acudir asiduamente a la consulta. En Madrid conocerá a grandes personajes de la cultura como el pintor Julio Romero de Torres o al poeta Luis de Tapia. Su obra literaria empieza como corresponsal en el quincenario El Progreso de Cabezón, iniciando sus colaboraciones en La Atalaya, con poemas y relatos costumbristas, empezando a ser conocido como El Poeta del Mar por su vinculación con el Cantábrico


Así en 1921 publicará Olas y Cantiles, en 1926 Bruma norteña, en 1931 y con Adriano García Lomas
Del solar y la raza, dedicado a las tradiciones y folklore de Cantabria, así como el Romancero del Mar, siendo nombrado Hijo Predilecto de Comilllas. Fue con la República concejal en el Ayuntamiento y, pese a su actitud pacífica, fue denunciando por sus ideas tras la llegada de las tropas franquistas en la Guerra Civil, siendo encarcelado en Santander en 1937. Logró en indulto en 1941 pero salió de presidio casi ciego y obligado al exilio a Madrid, si bien la ayuda económica y anímica de su primo Luis Corona le permite salir adelante y continuar su labor literaria con Resaca en 1943 y Maretazos en 1947, añorando su tierra natal. En ese año, apartado forzosamente de Comillas, se afinca en Polanco y en 1951 verán la luz Barlovento, en 1956 Bronces de Mi Costa (reeditado en 1985 por la Asociación de Vecinos Jesús Cancio) y en 1960 Poesía del Mar. Fallece en 1961 a los 75 años de edad.


En la placa-homenaje, uno de sus versos, dedicado, cómo no, al mar...

"¡Te llevo, mar, tan metido
dentro de mi corazón!
¿Qué ritmo sin tu cadencia?
¿Qué verso sin tu canción?"


Sabedores un poco más de la obra y biografía del poeta de Comillas, recorremos la dársena, pensando en sus versos


Viendo enfrente la fachada marítima de la población


Las lanchas en puerto


La lonja de frente...


Un precioso y abrigado rincón


Avanzamos hacia la punta del muelle


Cierre contra los temporales


Las viejas piedras


Comillas y su playa, realmente lo que vemos es solo una parte de la población, la del paseo marítimo, pues no en vano, al ponerse de moda el veraneo entre las clases pudientes allá por el siglo XIX, la costa cantábrica fue uno de los lugares preferidos y pioneros para ello. Así hasta la casa real española, con Alfonso XII y con Alfonso XIII, que tuvo palacio en Santander (La Magdalena), acudían con frecuencia a estos enclaves que empezaban a vislumbrar una nueva industria, la del turismo, lo que favoreció la construcción de quintas y mansiones para toda la pléyade de séquitos y autoridades que les acompañaban y visitaban, o bien que, independientemente de todo ello, acudiesen llamados por la tremenda publicidad que ello suponía para estas poblaciones. Luego, al ir extendiéndose los avances sociales, las vacaciones y su disfrute fueron ampliándose a más sectores sociales y se edificaron y pusieron en valor costas y arenales, construyéndose, a veces en demasía, nuevas urbanizaciones y servicios, tanto para ellos como para las crecientes villas costeras


Pero la historia de Comillas es muchísimo más antigua, el propio nombre parece venir de la palabra céltica kamb con el significado de curvo, la cual iría evolucionando fonéticamente con el diminutivo Kombillas referido al valle rodeado de colinas en el que se asienta, pues sería latinizado en Cumbellas (de cumba, valle pequeño) y de allí ya en la Edad Media se registraría Cumiyas, paso al actual Comillas. De aquellos lejanos tiempos sería el castro cántabro de la Peña del Castillo, a tres kilómetros de la actual villa pero que pudo ser su precedente poblacional urbano, si bien este litoral, rico en cavidades kársticas, favoreció el emplazamiento de comunidades humanas desde la más lejana prehistoria


Atrás el gran rompeolas


Siempre azotado por el mar...


Volvemos hacia la lonja


Y vamos saliendo del muelle


Vamos ahora hacia la playa, tomando el paseo de la izquierda


Pescadores de caña...


Trasiego de gentes...


Al fondo, los almacenes o bodegas de las artes de pesca


La villa como tal se consolidó en la Edad Media y aparece citada en el año 1088 con el privilegio de escoger a su señor, si bien entre los miembros del poderoso linaje de la Casa de la Vega, quienes en el siglo XIV construirían un baluarte, El Torreón, disputando a San Vicente de la Barquera el predominio marítimo en este sector costero. Esta situación cambiaría cuando en el siglo XV Juan II de Castilla instituye el marquesado de Santillana en la figura de Íñigo López de Mendoza, quien ejercería un dominio más enérgico sobre la histórica tierra de las Asturias de Santillana. El poder señorial iría tocando a su fin con la creación de la Provincia de los Nueve Valles, integrada entonces Comillas en el del Alfoz de Lloredo


Sí ganaron los de Comillas un importante pleito en aquellos tiempos convulsos, y muy importante, tanto que mientras duró los marineros se vieron obligados a utilizar el vecino Puerto Calderón en Oreña, fuera de la pretendida jurisdicción de San Vicente de la Barquera sobre este tramo de la costa cantábrica. Corría el siglo XV cuando los de San Vicente, amparados en su fuero de 1210, litigaron para defender su monopolio para pescar y comerciar en este litoral occidental cántabro (dos leguas al este y al oeste de San Vicente de la Barquera). El fallo otorgado por los Reyes Católicos en el año 1500 dio en cambio razón a los de Comillas, quienes pudieron reactivar la actividad portuaria, lo que dio gran beneficio a la población y sus gentes


A partir de 1850 se pone en boga, recomendado por médicos y doctores, el "baño de ola", por lo que los antaño casi desiertos arenales empezaron a ser frecuentados por la alta sociedad, la única que podía permitirse entonces aquellos lujos. Es entonces cuando Antonio López y López (Antonio López del Piélago y López de Lamadrid), primer marqués de Comillas, enriquecido por sus empresas comerciales de ultramar, invita en 1881 a su pueblo a su amigo personal, el rey Alfonso XII,quien le había concedido el título. La visita real constituía para Comillas una impagable promoción en aquel momento, tanto fue así que fue Comillas la primer población española en tener luz eléctrica en sus calles, pues se instaló para engalanar el acontecimiento, alimentada por una máquina de vapor traída de Barcelona y llegando incluso a celebrarse Consejo de Ministros en la Casa de Ocejo, donde estaba alojado el monarca con su mujer María Cristina, sus hermanas y su hija, asistiendo el presidente del Consejo, Sagasta y los generales Pavía y Martínez Campos. Entre otras novedades se presenta en el puerto el primer buque español con casco de acero y se constata la presencia del joven y desconocido Gaudí, con un quiosco-fumador por él diseñado, ya que la residencia real había sido reformada interiormente por decoradores y artesanos catalanes, a los que se tenía por los más familiarizados con las novedades y gustos de la época. Las visitas y estancias reales seguirían con el monarca y su familia, continuando con su sucesor Alfonso XIII, quien se desplazaba desde su palacio santanderino de La Magdalena


El puerto de pescadores empezará a ser conocido internacionalmente y ello conllevará un importante aumento de población, sobre todo estacional, atraída por las quintas burguesas que ponían de moda el veraneo pero también por no pocas iniciativas culturales, como la Universidad Pontificia de Comillas. Así hasta el innovador Modernismo tuvo aquí un verdadero laboratorio artístico y arquitectónico



Vemos ahora en lo alto el Parque Güell y Martos. por donde vinimos desde el albergue, con la estatua del marqués y al lado la Casa del Duque


Bifurcación, vamos a la izquierda


Y continuamos viendo el arenal, con sus 900 metros de largo, si bien esta foto, con marea baja, lo hace más pequeño


A la derecha de la Punta del Miradoiro Casasola, municipio de Ruiloba


En aquellos parajes de El Portillo y La Vega, entre de Ruiloba y Comillas, hay cavernas prehistóricas, donde han sido hallados materiales del Musteriense, del Paleolítico Superior y concheros neolíticos, el más antiguo asentamiento humano conocido en esta costa


Arriba en los alto tal vez nos fijemos en un mirador y una capilla


Es Santa Lucía, uno de los emplazamientos de los antiguos atalayeros, junto con el Miradoiro, Oyambre y tantos otros


En Santa Lucía rezaban los marineros antes de hacerse a la mar...


La Casa de la Ballena, de la que ya hemos hablado, actual cuartel de la GC


El barrio del Muelle desde el paseo de la playa


La lonja del pescado


Plano de Comillas


Buena indicación pues dispone Comillas de un buen dédalo de calles, callejuelas y avenidas, además de buen número de barrios, rincones y lugares


Ruta ballenera y pesquera


Una foto de pescadores en una playa y unos párrafos dedicados a ella de Benito Pérez Galdós en su obra de 1876 Cuarenta leguas por Cantabria

"La colina baja bruscamente tapizada de finísimo verdor hasta la arena inmaculada; y al extremo izquierdo del arco que forma la playa, está el puerto, un pequeño cuadrilongo de escolleras batidas por el mar, un puño cerrado que puede contener diez o doce barquitos con los almacenes del resguardo y muelles para la calamina. Cuando los pataches salen de aquel nido y tienden sus alas blancas sobre el azul del mar en días serenos, es imposible dejar de contemplarlos hasta que se pierden en el azul inmenso"


El paseo en bajamar...



La playa en pleamar...


Enfrente La Caracola: seguiremos a la derecha


Ahora el paseo atraviesa un pequeño parque


Es la ruta al Mirador de Santa Lucía


Pasamos zona de terrazas


Y una fuente


Continuamos todo recto


Filas de árboles, a la izquierda palmeras


Como un pequeño parque...


Y así llegamos al final del Paseo Jesús Cancio viendo de frente el Miradoiro
 

Y atrás El Muelle


A la derecha alojamientos playeros


Y de frente unas escaleras nos conducen al mirador


Empezamos a subir


Aquí podemos detenernos


Un balcón sobre la playa


Información sobre la ruta costera que pasa por aquí


Especies vegetales


La recolección de la oca o algas marinas, que fue de importancia entre los años 60 y 70, pues se empleaba como fertilizante de los campos y en la industria química y farmacéutica. Ya antiguamente se empleaban también como cataplasmas


La recogida solía hacerse entre marzo y agosto, llenando cestos y a veces empleando burros de carga y carros de bueyes, labor en la que participaba toda la familia. Si eran de costa acantilada se recogían con unas horcas o poleas, era trabajo tanto de pescadores como de labradores


Subimos un poco más


Y llegamos al Paseo de Manuel Noriega, yendo a la derecha


Seguimos unos metros por la acera


Viendo abajo la playa


Aquí cruzamos el paso de peatones


Y al otro lado subimos más escaleras


Desaparecen los escalones y continuamos rampa arriba


Pasamos junto a algunas casas de apartamentos


Patios y terrazas...


Al llegar a este pequeño faro, en el lugar donde se ponían los atalayeros, seguimos a la izquierda


Así lo indican las señales


 Escaleras de piedra


Y unos metros de subida


Y ya llegamos al Mirador de Santa Lucía




Atalaya sobre Comillas y el mar


Con la capilla hecha a cargo de los propios pescadores y cuya campana repicaba cuando había temporal


Otro panel informativo


Y un texto dedicado a Comillas de la Descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos, de Pedro Teixeira (1634)

"(...) la villa de Comillas, lugar de buena población y razonable trato; no tiene más puerto que lo que le hace en la playa unas peñas donde cargan y descargan sus navíos, con muy conocido riesgo dellos. Han intentado sacar facultad para labrar un muelle que no seria de poca importancia, ansí para los moradores de la villa como para el reparo de los que en esta costa navegan, por la falta de los puertos que en ella hay"


Desde el mirador podemos seguir todo de frente


Siguiendo las indicaciones hacia la Puerta de Moro


A la derecha unos bancos y una explanada


Y a la izquierda otra magnífica quinta, la Casa de Moro, famosa más por su puerta que por su torre, galerías o jardines, puerta que pronto conoceremos


Pasamos otro faro


Y por el Camino de Santa Lucía, todo recto, enlazaríamos con la calle de La Peña y volveríamos al albergue de peregrinos


Pero merece la pena tomar primero el camino de la izquierda para ir antes a la mencionada Puerta de Moro


La Puerta de Moro, en la quinta de este nombre, la veíamos ya desde el Camino al entrar en el centro de Comillas, si bien en la distancia, pues pasa enfrente, al pie de los árboles del fondo. Esta magnífica puerta es obra de Antonio Gaudí, otro maestro del modernismo catalán presente en Comillas


Fue construida en 1900 para acceso de la Quinta de Moro, tiene tres vanos, el grande para coches, el pequeño para personas y el circular de arriba... "para pájaros", por eso se la conoce como Quinta de los Pájaros. Se dice que Gaudí se fijó para ella en los vuelos de los pájaros pues, paseando por la playa y viéndolos, empezó a dibujar con su bastón en la arena hasta trazar la forma que inspiraría esta puerta


Se hizo con deshechos de piedra puestos irregularmente, como en el cubismo, y huyendo de las aristas, redondeando sus esquinas y ondulando sus líneas


Se dice que los dueños de la casa quedaron tan prendados de la obra de Gaudí en El Capricho de Comillas que contrataron al arquitecto para que les hiciese esta entrada


Desde la Puerta de Moro tomamos el llamado Camino de la Puerta de los Pájaros


Y enlazamos con la ruta xacobea que atraviesa Comillas


Fijémonos en la placa con el nombre de la senda



Y así, enfrente de La Coteruca vamos a la derecha


Y volvemos donde empezamos esta entrada de blog: a la derecha al Albergue la Peña, a la izquierda hacia el Ayuntamiento y la iglesia de Comillas, siguiendo el Camino...





















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