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viernes, 11 de noviembre de 2016

SANTILLANA DEL MAR (CANTABRIA): PLAZA DEL ABAD FRANCISCO NAVARRO Y CALLE DEL RÍO, CANTÓN O CARRERA, CAMINO DE LA PLAZA MAYOR

Colegiata de Santa Juliana. Santillana del Mar
Una vez llegados a la Colegita de Santa Juliana, germen de la villa de Santillana del Mar y símbolo de Cantabria, el peregrino amante de la historia realizará una visita para conocer su pasado y,  una vez cumplida, saldrá de nuevo al exterior, a la Plaza del Abada Francisco Navarro, lo que fue el centro de la población más antigua, que nació al amparo de esta antigua abadía que prosperó hasta hacerse capital de las antiguas Asturias de Santillana y que incluso le disputó a Santander el título de catedral


Allí mismo frente a la colegiata y mirando hacia la plaza tenemos la Casa de los Abades, construida acabando el siglo XVII y que fue residencia de los abades de La Colegiata, como su nombre indica, pasando luego a propiedad de Don Pedro A. Barreda Bracho. Se la conoce también como Casa de la Archiduquesa pues fue residencia de la Archiduquesa de Austria y Borbón, exiliada tras la caida del imperio austro-húngaro. Actualmente es sede del Museo del Barquillero


 Los escudos son eso sí más modernos, obra de Jesús Otero


Ostentan los blasones de las estirpes más importantes del lugar


Cruzamos la plaza, empedrada, al otro lado, justo enfrente.


Ahí está el Museo de Jesús Otero, dedicado a la obra y figura de este gran artista


Entrando al Museo y Fundación Jesús Otero, fundada en 1993 en lo que fueron las antiguas caballerizas de los abades gracias a la voluntad del artista de ofrecer su obra a Santillana del Mar. Es de propìedad municipal y está regido por un patronato.


En el exterior hay expuesta alguna de sus obras...


Ante La Colegiata de Santillana


Jesús Otero nació en  Santillana 1908 y falleció en esta misma villa en 1994, un año después de donar su obra. El escultor, tras una azarosa vida, fue nombrado Hijo Predilecto de Cantabria en 1988


Más allá está el Albergue de Peregrinos Jesús Otero, también honrando su memoria. Es interesante saber en la historia de las peregrinaciones que en Santillana del Mar, además del Hospital de la Misericordia, del que hablamos en otra entrada del blog, referida a la Colegiata, estuvo funcionando hasta bien entrado el siglo XX el Hospital Civil, tal vez fundado en el siglo XVII,  que en el Catastro de Ensenada, mediados del XVIII, es presentado como "Una casa de hospital propia de esta villa que sirve para hospedar a los pobres peregrinos transeúntes cuyo patrono es la justicia y Regimiento de esta Villa cuyas rentas constan en el memorial dado por dicha justicia en el que asiste para su limpieza decencia y recibo de dichos peregrinos José Palma tamboritero de esta villa". En las Ordenanzas de Santillana de 1773 se dispone el tiempo máximo de estancia, dos días, alegando que "...mediante hallarse esta villa con hospital para albergar pobres peregrinos y pasajeros y ser esta villa patrón de él y tramonto de esta costa de Cantabria, acordose que a los dichos pobres peregrinos, atento a las cortas rentas y corto vecindario, no se les permita parar en él ni en esta villa de dos días arriba, a menos que el tiempo sea tan riguroso que no les permita caminar  a donde llevan su destino, y en caso de hallarse enfermos, se usará de caridad con ellos, encargándose algún individuo de esta villa solicite limosna para su manutención, y estando convaleciente, que pueda andar, se pasará a la región inmediata según la costumbre, y lo mismo con los demás forasteros"



Tanto en el Catastro de Ensenada como en el Diccionario de Madoz y otros documentos se nos informa de las rentas, posesiones, inventarios y estado del hospital y sus administradores. Estaba al este del pueblo, según nos dicen Ana Rubio Celemín y Jesús Ruiz Cobo en el libro Los antiguos hospitales de Cantabria, y funcionó como asilo hasta los años 50 del siglo XX, regentado por Quica, la última hospitalera, con zona para hombres y zona para mujeres. El hospital fue demolido a finales de dicha década para hacer escuelas


 Plano de Santillana del Mar


Volvamos a salir a la Plaza del Abad Navarro y tomamos la Calle del Río, también llamada Carrera y Cantón.


Allí mismo a la izquierda están la Casa de los Cossío y, pegada a ella la de los Quevedo, que en realidad componen una sola vivienda de entre los siglos XVII y XVIII, época en la que se construyeron muchas viviendas, residencias y palacios en Santillana



Justo enfrente tenemos el lavadero y abrevadero, construidos en el siglo XVI durante la expansión urbana de la población fuera de su centro neurálgico enfrente de La Colegiata, dependiente ya entonces de la diócesis de Burgos


Constituyó un importante punto de encuentro y reunión vecinal cuando antaño no se disponía de agua corriente en las casas y había que hacer aquí la colada, venir a por agua y dar de beber al ganado


En torno a ella hay soberbias casas de balcones y galerías. El descubrimiento de la cercana Cueva de Altamira en 1879 y, pese a las lamentables dudas que surgieron al princpio por su autenticidad, supuso un acicate social que favoreció las inquietudes culturales. Esto y su consolidación como villa del nuevo y pujante turismo, hicieron mucho por la restauración de su patrimonio, señorial y popular ya desde 1927, cuando comenzaron estas obras, a instancias del Conde de Güell


Abren sus puertas numerosas tiendas de recuerdos y productos típicos, bares, cafés y artesanos


Atrás vamos dejando La Colegiata, la Casa de los Cossío y Quevedo y el lavadero-abrevadero


Y avanzamos calle arriba


A mano izquierda tenemos un edificio porticado de notable interés. Se trata de la Casa de los Villa o de los Hombrones, excelente muestra de la arquitectura señorial urbana del siglo XVII, tal vez sobre un edificio anterior, del XV


Se llama de los Hombrones a consecuencia de los dos grandes y bigotudos guerreros que flanquean su enorme y espectacularmente tallado escudo, en el que se lee la leyenda: "Un buen morir es onra de la vida"


Pasamos bajo tan monumental escudo...


Más comercios y hostelería


Hileras de soportales...


A la otra mano, una sidrería, cultura sidrera muy presente en la vecina Asturias y que Cantabria está recuperando


Ambiente en las calles


Se acaban los soportales y hallamos, también a la izquierda, otro palacio


Es la Casa de Leonor de la Vega, del siglo XV y reformas del XVI. Su primer propietaria, de quien toma el nombre, era la madre de Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, título real otorgado ya en las postrimerías de la Edad Media. Llaman la atención sus dos puertas, una de arco de medio punto y otra de arco apuntado u ojival.


Arriba, entre las adinteladas ventanas, vemos escudos góticos de la familia



El conjunto es actualmente hotel. Abundan en Santillana del Mar los alojamientos


Y seguimos calle arriba


De vez en cuando hacemos un algo y volvemos la vista atrás


Siempre habrá algún lugar para tomarse un reconfortante cocido montañés u otras excelencias culinarias cántabras


Pese a dejar de ser territorio realengo, dependiente directamente de la corona y por ella aforado al crearse el título de Marqués de Santillana, perdiendo su condición de capitalidad, la villa, hidalga, tendría un importante crecimiento urbanístico gracias a la participación de no pocos de sus hijos y estirpes en las campañas españolas en Europa y América, construyéndose entre los siglos XVII y XVIII la mayor parte de las viviendas que vemos hoy en día


Situada en un estratégico enclave caminero, hubo en Santillana varios hospitales o alberguerías de peregrinos y transeúntes. Así, entre los peregrinos conocidos destaca el paso por esta villa del obispo armenio Martiros de Arzendjan en el siglo XV

 
Calle del Río o del Cantón o de Carrera


Seguimos calle adelante. Todo es una gran arteria comercial



Comercios y excelente arquitectura urbana de época


Santillana y el Camino...


La calle sigue empedrada


 Un lugar inolvidable


Bullicio en la rúa


Atrás, La Colegiata con su cimborrio románico, la gran torre cuadrada que mira a la población y, a du derecha, al palacio renacentista de los Velarde, entrada desde del Camino a Santillana


Casa floridas y hermosas...


El color de flores y plantas es el contrapunto ideal a la omnipresente piedra arenisca


 Nos acercamos al final de la cuesta. Al fondo del todo está la gótica Torre de los Velarde, mandada construir a mediados del siglo XV por Diego de Velarde y reformada totalmente en el siglo XVII


Antes de llegar a ella en muchas de estas construcciones predominan las trazas góticas de los arcos apuntados...


Y también las picudas ventanas

 

Sigue la calle...


Así pasamos ante el Palacio de Valdivieso, conocido de esta manera en el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1753 y actual Hotel Altamira


Se construyó en la primera mitad del siglo XVIII


Arrriba en la esquina está el blasón del linaje. Atención a esta calle, la calle de Las Lindas. Aquí nos desviamos a la derecha para ir a la Plaza Mayor, alguno de cuyos edificios ya vemos al fondo


Calle de las Lindas


Este desvío está justo después del Palacio de Valdivieso y justo antes de la Torre de Velarde


Allí vemos los primeros edificios de la Plaza Mayor, en concreto la Torre de Don Borja


Saliendo a la plaza, parcialmente porticada en estas construcciones


La Torre de Don Borja es una construcción gótica de los siglos XIV y XV, torre de traza defensiva con escudos de armas. El nombre de Don Borja que ha llegado a nuestros días obedece a Don Borja Barreda, titular del mayorazgo en 1844


Escudos de Armas


 La Torre de Don Borja fue restaurada en 1981 para ser sede de la Fundación Santillana, siendo este trabajo premiado por la entidad Europa Nostra


Justo enfrente está la Torre del Merino o La Torrona, otra torre defensiva gótica del siglo XIV y sede del merino o representante del rey en la capital de la merindad o territorio administrativo de aquel entonces del que Santillana era capital, las Asturias de Santillana, la jurisdicción más grande de Cantabria en la época. La distinción entre Asturias de Oviedo, Asturias de Tineo (actual Asturias) y Asturias de Santillana (en Castilla y ahora en Cantabria) ha querido verse propio del ámbito medieval pero su razón primigenia quiere buscarse en las antiguas gentilidades prerromanas y romanizadas luego de los ástures pésicos al occidente (Asturias de Tineo), ástures luggoni en el centro (Asturias de Oviedo) y en el oriente los cántabros vadinienses y orgenomescos que conjuntamente plantaron cara a las legiones de Augusto durante diez años (29-19 a.C.) en las guerras asturcántabras contra Roma


Santillana fue capital desde el año 1209 por fuero del rey Alfonso III hasta 1445, cuantro otro monarca, Juan II, crea el Marquesado de Santillana Iñigo López de Mendoza en 1445, pasando la villa de ser de realengo u obediencia directa a la corona, a ser territorio señoral y perdiendo su capitalidad.


Esta capitalidad otrogada en el año 1209 dio con sus fueros el derecho a celebrar mercados, para lo cual se habilitó este espacio que fue por lo tanto llamada Plaza del Mercado en un principio, construyéndose estos edificios administrativos y de dominio y defensa de villa y fuero, torres-casona de los linajes gobernantes y otras viviendas, naciendo un nuevo núcleo de poblamiento aparte del situado ante La Colegiata, alrededor de la actual Plaza del Abad Navarro, desde donde vinomos hasta aquí


Y por supuesto, ante la plaza, también llamada Plaza de Ramón y Pelayo, está asimismo el Ayuntamiento de Santillana del Mar


Es un palacio barroco dieciochesco que fue habilitado en 1833 para ser la casa consistorial. El Camino señalizado se dirige de aquí a la derecha


El Ayuntamiento es porticado, con soportales


Arriba vemos el escudo de leones y sirenas con el blasón del municipio, con la corona del marquesado


Es fruto de las obras de reforma del antiguo palacio para ser el nuevo ayuntamiento


Al fondo a la izquierda del consistorio están las casas de La Parra y del Águila. La primera es del siglo XVI y de estilo gótico, así conocida por la antigua parra que cubría su fachada y que desapareció al cubrise con la actual estructura de ladrillo y madera. A su costado izquierdo se edificó en el siglo XVII la Casa del Águila, llamada de esta manera por el esscudo que muestra a la plaza, con el águila como blasón de los Estrada o Tagle. Ahora ambas son centro cultural y de esposiciones


La Casa del Águila está porticada


Enfrente un bistonte rememora los pintados en la Cueva de Altamira


Enfrrente está la Casa o Palacio de los Barreda Bracho, en concreto edificado por un miembro de la familia Bracho que emparentaría con los Barreda. En 1944 pasó a la red de paradonres nacionales de turismo y a ser denominado Parador Gil de Blas, dedicado a un personaje de novela picaresca francesa cuyo autor Alain-René Desague hace oriundo de Santillana. Por aquí llega a la Plaza Mayor la calle de Juan Infante.


El Camino como tal NO va por ella, no la seguiríamos a no ser que deseásemos conocer otros lugares de esta villa, como esta misma rúa, donde halláriamos la Casa de los Villa, el Palacio de Peredo Barreda, o más allá la ermita de San Roque, los conventos Regina Coeli (sede del Museo Diocesano) y de San Ildefonso, la Plaza del Rey, la oficina de información turística, y otras casonas, quintas, calles, plazas y construcciones de interés.


Para seguir el Camino tomaríamos desde el Ayuntamiento la calle de los Hornos, aquella que sube entre las casas situadas a su derecha


Calle de los Hornos, bajo floridos corredores que miran a la Plaza Mayor


Aquí están las señales que nos indican la ruta a seguir. En  la pared...


Y en el suelo, las conchas doradas. Estas nos indican, calle arriba, la ruta a seguir para salir del centro de la villa hacia el pueblo de Arroyo


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