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martes, 21 de febrero de 2017

DE LA ISLA A GÜERRES POR LA COLONIA, CASA DE LOJA Y TRESPANDU: EL CUARTEL DE LA RESISTENCIA, LOS ASTURCONES Y LA CAPILLA DE SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA, "PATRONA DE LOS BICIGRINOS" (COLUNGA, ASTURIAS)

Camino de Güerres desde La Isla

 Aquellos peregrinos que, camino de Colunga, decidan primeramente tomar el ramal hacia La Isla para pernoctar en el albergue de peregrinos sito en las antiguas escuelas, tienen, para proseguir hacia la villa capital del concejo, dos opciones principales, una, seguir la línea de costa por los acantilados de Güerres y otra dirigirse a este pueblo de la parroquia de San Xuan de la Duz por el viejo camino interior, recuperado y señalizado con flechas amarillas desde el albergue

Casa de Loja desde el Camino

Este camino pasa muy cerca del palacio de la Casa de Loja, desde el que D. José Joaquín de Isla y Mones, síndico procurador de la villa de Colunga, coordinó la resistencia local contra la ocupación napoleónica y, seguidamente, entra en Güerres al pie de la capilla de Santa Catalina, del siglo XVI y recuperada por el vecindario, tras arduas tareas, en agosto de 2022

Albergue de peregrinos de La Isla: el camino va de frente y en recto, junto a los coches aparcados

El albergue de peregrinos de La Isla, en el barrio de Les Quintanes fue inaugurado en 1999 gracias a un convenio entre el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Colunga, a quien habían pasado estas instalaciones tras el cese de la actividad escolar aquí en la década de 1970 con las concentraciones. Eran estas llamadas Les Escueles Nueves (luego también Les Escuelines), en contraposición a La Escuela Vieya o La Escuelina, enfrente de la playa y al lado de la iglesia de Santa María de Tona, y a otra, aún más antigua, en la Plaza l'Horrón


Estas escuelas habían sido fundadas en 1950 por el matrimonio de benefactores de Francisco Carrillo y Lorena Koehler, culminando un deseo, construir unas escuelas nuevas para el pueblo, existente desde que, tiempo atrás, en 1927, auspiciasen la Colonia Escolar, sita unos metros más adelante y en la misma finca, esta dedicada a los veraneos de niños de familias humildes de las escuelas públicas de Madrid


El conjunto de edificios es conocido como La Colonia desde entonces. Seguido y pegado a las antiguas escuelas y actual albergue de peregrinos están las casas de los maestros, que contaban con su propio huerto


Enfrente y todo recto sigue el Camino, ahora ancho y asfaltado, antes angosta y de tierra y piedra, que históricamente comunicaba La Isla con la villa de Colunga vía Güerres y Trespandu, La Caleya


A la izquierda de La Caleya son las fincas de El Garzón, praderías que andado el tiempo fueron parceladas y edificadas de viviendas unifamiliares y chalets, en buena parte segundas residencias y viviendas vacacionales


Y a la derecha, la finca Miramar, adquirida en 1925 por Francisco Carrillo Guerrero, inspector por entonces de enseñanza primaria, para crear la Colonia Escolar, tras ser facultado para ello por el gobernador civil, empezando seguidamente las obras de construcción


Lamentablemente abandonados sus edificios en nuestros días, vemos primeramente la que fue la casa de los guardeses, quienes vivirán en ella permanentemente al cuidado de La Colonia y, seguidamente, el edificio principal, destinado a residencia de los alumnos veraneantes y de sus profesores, que acudían desde Madrid en dos turnos de unos 25 escolares cada uno durante los meses de julio y agosto


Según su biografía publicada en deronda.es, Francisco Carrillo Guerrero había nacido en Ronda en 1880, hijo de Margarita Guerrero Ramos y del maestro Juan Carrillo Sánchez, con quien aprendió las primeras letras. Era el menor de los nueve hermanos del matrimonio y su padre se trasladó a Jerez de la Frontera tras varios años ejerciendo en su Ronda natal. Más adelante se fue a Madrid, donde había obtenido una escuela en propiedad mediante concurso de ascenso, jubilándose en ella en 1894. Empezando el siglo XX se fue a Toledo, donde su hija Margarita era profesora, cuidándole esta hasta su muerte el 3 de abril de 1910, a los 81 años. Junto con Margarita otros cuatro hijos fueron maestros, aunque obligados por Juan todos cursaron los estudios de esta profesión


Francisco era pues uno de esos cinco maestros hijos del matrimonio, especialmente aventajado además, pues antes de los catorce años se presentó a la reválida de Maestro elemental, sacando sobresaliente. Trabajo pues como maestro desde muy joven, y en varias provincias, logrando además el título de profesor especial de sordomudos y ciegos así como los doctorados en Derecho y Filosofía y Letras. Seguidamente y por oposición obtuvo la Escuela Pública de Duna en Vizcaya y, realizando las oposiciones pertinentes, ingresó en el Cuerpo de Inspectores de Primera Enseñanza, siendo primeramente destinado a Asturias (Villaviciosa) en 1905, a donde viene con su mujer Lorenza Koehler; luego a Madrid en 1907, para regresar en 1908 a tierras asturianas en Infiesto/L'Infiestu, con 29 años, ascendiendo al cargo de Inspector Provincial de Enseñanza Primaria. En 1913 regresa a Madrid como asesor técnico de la Dirección General de Enseñanza Primaria


Fue durante su estancia en Villaviciosa cuando el matrimonio conoce La Isla, quedando prendados del lugar. Tanto es así que en 1920 se compran una casa, L'Atalaya, que rehabilitan, escapándose a ella cada vez que pueden una vez destinado Francisco en Madrid, donde es nombrado en 1922 Inspector Jefe de Enseñanza Primaria, donde destaca por su sensibilidad por la educación de los niños de las familias más humildes, por lo que será llamado el padre de los niños pobres


Fruto de esta inquietud es la creación de las colonias escolares de verano, destinadas a que estos niños pudiesen disfrutar de unos días de vacaciones junto al mar. Así se compra esta finca de Miramar en 1925, como hemos dicho, y comienzan acto seguido sus obras al año siguiente


Este es el magnífico caserón para alojamiento de los niños y de los maestros que les acompañaban. La actividad de La Colonia quedó paralizada con el estallido de la Guerra Civil en 1936. En 1939, acabada la contienda, Francisco Carrillo retoma su actividad como Inspector Jefe de Enseñanza Primaria en Madrid y, ya en 1942, reanuda las estancias en La Colonia de La Isla


La geógrafa Josefina Gómez Mendoza escribe, en su blog, dentro del artículo Veraneos asturianos de mediados del siglo XX.: La Isla (Colunga), una semblanza del fundador, Francisco Carrillo, "inspector de enseñanza primaria de primaria de la primera promoción", que se movió cerca de las instancias de la Junta para la Ampliación de Estudios e investigaciones Científicas:
"consta que desde 1907 y hasta los años treinta estuvo pidiendo becas para estudiar en Francia, y hasta en siete ocasiones se le llegaron a conceder, lo cual era inhabitual, pero realmente solo viajó una vez en 1930. Era profesor especial de sordomudos y ciegos, fue presidente del Consejo superior de Protección de la Infancia de Madrid y escribió mucho sobre educación y renovación pedagógica. Lo curioso de su trayectoria es que también fue muchas otras cosas, entre otras, como doctor en derecho, decano del Colegio de Abogados, y ya en periodo franquista entre 1938 y 1949, Presidente de la Academia de Doctores. Probablemente eso significa que hubo una evolución en sus posiciones políticas, o que se adaptó a la situación. Me parece haber leído que fue director general de enseñanza primaria.

No está muy claro por qué escogió la Isla, pero sí que conoció el lugar durante su destino en Villaviciosa. La iniciativa tiene mucho que ver con la forma en que se intentaba abordar la falta de enseñanza y el analfabetismo en los barrios más miserables y marginales de Madrid. En efecto, Carrillo tuvo bastante que ver con la creación entre 1924 y 1928 del Colegio Joaquín Costa, en el Paseo de Pontones 8, sobre una explanada que hasta entonces se destinaba a mercado de ganado, en una barriada industrial muy pobre. Se trataba de una Grupo Escolar, una verdadera “ciudad infantil”, al igual que el Menéndez Pelayo en Méndez Álvaro. Ambos se deben al arquitecto Antonio Flórez, jefe de construcciones escolares del Ministerio de Instrucción Pública, autor también de la Residencia de Estudiantes y muy vinculado a la ILE.  También estuvo implicado Carrillo con el colegio asilo de la Paloma, en la Dehesa de la Villa, y ahora en la calle Tabernillas. Tras muchos avatares todos ellos subsisten con su arquitectura original, y siguen siendo buenos centros de enseñanza pública.

Parece que de esos colegios, en particular del de la Paloma, procedían los niños de la colonia que Carrillo traía en verano a la Isla en estancias primero de dos meses y luego de uno. Se alojaron primero en casas del pueblo pero en los años en que coincidimos nosotros estaban en la casa de la Atalaya que Carrillo había habilitado para ese fin. Al llegar la guerra civil se había suspendido la actividad que se reanudó en 1942, teniendo al frente a don José Pérez, al que nosotros conocimos.

Colaboraba con Carrillo su mujer Lorenza Koehler Lucas, de la que solo he encontrado una referencia, pero muy curiosa en relación con esto: publicó en 1931 en la revista Cosmópolis, de diseño muy modernista, un escrito de una hoja: “Limosna de amor”, en la que mantiene que sin amor no hay verdadera caridad, no basta la intención, que puede no consolar realmente al beneficiado, sino, al revés, dejarle herido de humillación. No sé si esto tiene algo que ver con lo que estoy contando. Pero en todo caso habla en el mismo sentido de conciencia de la acción social. Ahora la plaza a la que dan algunas de las casas más conocidas de la isla lleva el nombre de Lorenza Koehler."

La hermana de Lorenza Koheler, María, se establecería también en La Isla junto con su marido Julio Casares, lexicógrafo, diplomático y académico de la Real Academia Española, a raíz de una estancia en 1940, recuperándose de las tragedias de la guerra. Lorenza Fallece en 1959 y Francisco Carrillo en 1970, por entonces esta Fundación Francisco Carrillo cesa su actividad y, pese a que Les Escuelines fueron readaptadas a nuevos usos, este edificio principal languidece abandonado


El investigador Cristóbal Barea Romero, escribe en Historias de vida de la Inspección una muy notable biografía del fundado titulada Francisco Carrillo Gerrero: medio siglo de la inspección educativa en España, donde repasa todas sus facetas educativas, la de pedagogo, técnico legislativo, escritor, conferenciante, divulgador cultural, traductor, asociacionista, estudiante continuo, y filántropo:
"Entendemos que esta es también una de las características de don Francisco, pues así se puede considerar su participación en la fundación de escuelas (en Ronda, en Asturias, en Madrid, etc.), su pertenencia a patronatos para los huérfanos del magisterio, la fundación de comedores escolares, la organización de colonias veraniegas como la de la Isla en Asturias etc. La ciudad de los niños en Madrid es otro ejemplo. “El padre de los niños pobres” se le refiere, en la prensa coetánea, labor en la que es ayudado por su esposa Koehler. Relacionamos también con este aspecto la fundación que lleva su nombre fundada por su sobrina e impulsada por Carrillo"

En la fachada principal, mirando a La Caleya y sobre la puerta, una filigrana con el nombre Colonia Escolar guarda el recuerdo de la historia de este lugar y sus patrocinadores. El 20 de julio de 1027 el periódico La Vanguardia daba así noticia de la que fue su primera edición:

"La Dirección general de Primera enseñanza ha organizado una colonia escolar marítima que veraneará en el pueblo La Isla, perteneciente al Concejo de Colunga (Asturias).

Consta dicha colonia de dos secciones, constituidas cada una por 25 niños alumnos de las escuelas nacionales de Madrid.

La primera sección ha salido ya en el tren correo de Asturias y yendo al frente de la misma el inspector jefe de Primera enseñanza, señor Carrillo, nombrado director delegado de la colonia y el maestro nacional de esta corte don Rafael González Cuadrado.

El 19 de agosto próximo saldrá la segunda sección, compuesta como la primera de 25 niños. La estancia de cada una de estas secciones en el lugar de residencia de la colonia será de un mes"


En el blog Decay en Asturias de la investigadora Mery Cristóbal tenemos un buen reportaje fotográfico del edificio principal de La Colonia en su interior. Dando paso al mismo escribe así:

"Este post para mí es muy especial, ya que este lugar es simplemente un sitio al que adoro con toda mi alma desde pequeña. Se halla en Asturias, y fue abandonado hace bastantes años. Mi abuelo procede de este pueblo, por lo que he conseguido obtener bastante información, ya que le pregunté acerca de esta colonia escolar.

Las colonias escolares fueron creadas para traer a los niños de Madrid o de regiones sin mar a lugares como Asturias, completamente diferentes a lo que están acostumbrados. Simplemente imaginaros vivir en Madrid, y no tener dinero para viajar a ningún lugar que no esté en el interior. Por esto se crearon las colonias escolares, eran una especie de campamentos para niños de familias con pocos recursos, lo que se podría denominar según mi persona una fábrica de ilusiones.

Hablemos de la historia de este lugar.

Sus dueños se llamaban Marcos y Palmira. Mi bisabuelo, es decir, el padre de mi abuelo llevaba a este pueblo a Marcos por las fiestas de Semana Santa a trabajar en casa de un tipo llamado Ángel, conocido como 'Angelín el tornu' para que cuidase de sus vacas. Marcos en un principio no tenía poder adquisitivo, o era casi nulo. Marcos y Palmira contrajeron matrimonio. Ella era muy buena cocinera, por lo que cocinaba para los niños que iban allí. 

Aproximadamente iban 30 niños de cada vez, estando allí 15 días cada grupo. Mi abuelo y sus hermanos el llamado 'Día de la Velilla' iban a jugar al fútbol contra los niños que iban, por lo menos jugaban 10 partidos (¡vaya memoria!). Estos niños iban todos los días a la playa, y además el sitio tenía muchas cosas para entretenerse, empezando por un amplio jardín y continuando con la playa, nueva para estos pequeños que venían a Asturias por primera vez en su vida.

La colonia cerró cuando murió su patrocinador, Don Francisco Carrillo, casado con una chica alemana llamada Lorenza Koeler. No tenían hijos, por lo que aquello quedó abandonado sin nadie que se preocupase por ello...

Un lugar con tantísimos recuerdos dentro... cuando entras y puedes ver todo vacío, oscuro, en mitad de un jardín repleto de malas hierbas y ortigas... siendo consumido por las enredaderas que se ven obligados a mandar limpiar el Ayuntamiento de Colunga para que el edificio no se venga abajo... es muy triste, pensar que un lugar que ha hecho felices a tantos infantes en su época haya cerrado por, simplemente, que alguien no tenga el espíritu de decir 'Vamos a hacer que un lugar que ha sacado tantas sonrisas no caiga en el olvido como otros tantos edificios"


Por extensión, La Colonia ha dado nombre no sólo a los antiguos edificios escolares sino también a esta parte de las casas de La Caleya saliendo de La Isla por el barrio de Les Quintanes


Son viviendas unifamiliares con terreno, algunas tipo chalet, como esta, San Miguel


A la izquierda La Llosa Casáu, prados llanos enfrente de La Colonia que se extienden hacia La Xunglar


Al sur el Sueve o Puertu Sueve, con los 1.161 metros (otras fuentes dicen 1.160 y 1.159 m) de altura en su cota más alta, el Picu Pienzu. A su izquierda El Cuetu les Duerenes (1.059 m), El Cuetu'l Sellón y El Cuetu Babú (929 m). Popularmente se usa indistintamente picu o cuetu para referirnos a estas alturas, pertenecientes a la vecina parroquia colunguesa de Gobiendes, que las comparte con la de Cofiñu en Parres, al otro lado del cordal


A la derecha del Pienzu, Les Corripes o Les Corripies (1.144 m). Más la derecha están la campera de Los Vasos y Les Cuerries (1.033 m), también en la frontera con Parres


Aquí abajo y más cerca asoma, tras el muro de la finca, El Cuetu'l Nozalín, en la vega donde se unen La Riega Llames y La Riega Güeñu, cerca de las urbanizaciones de El Ramal (calle Francisco Carrillo), entrada en La Isla por la N-632


Reconocemos perfectamente bien la iglesia parroquial de Santiago de Gobiendes en su costado norte, donde está el cementerio anexo. Su traza actual corresponde a las profundas reformas realizadas en 1853 que, con criterios de la época, hicieron desaparecer gran su traza prerrománica original (Arte Asturiano), la cual se conserva en parte, sobre todo en el interior, gracias además a la restauración efectuada en la década de 1980 por Magín Berenguer


Vieja muria de piedras, que va cubriéndose de zarzas y musgos. Antaño La Caleya era un mal camino, si bien muy antiguo, comunicación de La Isla con Colunga vía Güerres, señalizado actualmente con flechas amarillas pues se sabe fue ruta jacobita, si bien, como todo el Camino por La Isla, no balizado con los mojones oficiales xacobeos


En 1847 en el célebre Diccionario de Madoz se afirma que "los caminos son vecinales, y también se dirigen a la costa, capital del partido, a la de provincia, a Santander y a otros puntos, pero no se hallan en buen estado". En la actualidad este de La Caleya, como otros, ha sido ensanchado, aplanado y asfaltado


Una figar o higuera da nombre a la finca y casa de nuestra derecha. La mecanización del campo obligó al arreglo de los caminos vecinales más importantes, lo que luego favoreció luego la urbanización de ciertos núcleos como este


La primera gran reconversión agraria consistió en la especialización del campo astur en la ganadería de leche y carne para suministro de las grandes urbes y áreas industriales, con lo que muchas tierras de cultivo pasaron a ser pastos, hasta el mismo borde del mar. Ello no obstante no frenó el masivo éxodo rural desde la posguerra hasta nuestros días. Sin embargo se construyeron numerosas casas, ya destinadas mayormente a segundas residencias y alojamientos rurales y turísticos, tal que allí, en el Camín del .
Parnadeli


Sin embargo quedan aún no pocas quintanas tradicionales y muestras de arquitectura popular tradicional, como esta casa de La Figar, con su llamativo corredor


Seguidamente la antigua cuadra y arriba la tenada o henar, donde se guardaba la hierba seca


Seguidamente, El Farallón y otras fincas parceladas al norte de El Parnadeli, entre La Caleyona y el mar


A la derecha un grande y largo bebederu o abrevadero delata los antaño muy importantes usos ganaderos de estos prados de La Isla, ahora parcelados y urbanizados
 

Antes se traía aquí al ganado a abrevar, cuando aún no se disponía de agua corriente en las casas, normalmente en el tránsito de ida y vuelta entre la cuadra y el prado


De la misma manera, se acudía aquí a lavar la ropa, pero no el el abrevadero, obviamente, sino en el llavaderu, del que se conserva su estructura, a excepción de la cubierta


Aquí acudían las mujeres a hacer la colada y de paso comentaban historias y noticias; era el periódicu del pueblu. Antes aún de estas construcciones había que ir al río a hacer estas labores


En el cruce del Camín del Parnadeli seguimos de frente, hacia Los Sabugos, entre más casas y chalets con terreno


Cuando los aparcamientos de las cercanas playas se llenan, no pocos días de verano, los vehículos se aparcan a lo largo de La Caleya, aprovechando su buena anchura. Los inviernos ya son mucho más solitarios


A la derecha Les Güelgues, prados y fincas que se extienden de La Caleya a La Güelga, cala y pedreru situado más a la derecha pero que no llegaremos a ver desde aquí


Sí llegaremos a ver los campos de La Golpeyera, así llamados porque al otro lado, en sus cantiles y pedrales, golpea el mar, siempre con fuerza. Se denomina así tanto a los prados como a los acantilados y pedreros


Es la Senda de los acantilados de Güerres, por donde va el otro camino desde el albergue de La Isla a ese pueblo. No es una ruta tradicionalmente histórica, y es además más larga, pero sumamente bella, al lado del mar en todo momento, cuyo ruido la golpear la costa acantilada se oye desde la distancia, dando señal de mal tiempo, por lo que se oye decir:
Cuando suena la mar de La Griega
friega neña la tu caldera
cuando suena la mar de La Espasa
sécala y métela en casa
La Griega es la playa situada al oeste y La Espasa al este


Vemos desde aquí perfectamente el sendero, por la zona de El Güeyu'l Mar (ojo del mar), una estrecha cala pedregosa famosa por sus centollos (Maja squinado)


Pasamos pues junto a las últimas casas de la zona de La Colonia y, siempre por La Caleya, nos dirigimos a El Cuetu les Cabañes


Aquí el camino se va a estrechar, pero continúa asfaltado. Algunos tendejones revelan que pasamos de una zona residencial a otra más netamente rural


Las ruedas del célebre carru del país, con su estructura en forma de H, se ha reaprovechado como cierre dentro de la estructura de esta portiella


El cobertizo guarda un pequeño tractor, el célebre Pascualín o un similar, muy útil para el trabajo agropecuario en estos lugares


También se guardan el remolque y otros elementos y aperos. Estas sencillas estructuras abundan en la zona rural, especialmente en estos campos entre La Isla y Güerres


Antes del Cuetu les Cabañes, El Celleru, un topónimo muy interesante, cuya procedencia etimológica viene del latín cellarium, bodega, dando en asturiano cillerucelleru y palabras semejante con el significado de almacén, huerto y tierra de cultivo, pues abarcaba el labrantío, sus productos y su lugar de almacenaje. Es muy posible que esté vinculado a antiguas propiedades monacales del viejo monasterio de Santa María de Tona (La Isla)


En El Celleru, o El Cilleru, nos llama la atención este escudo de cemento, con lapas o llámpares


Es todo un símbolo del lugar, pues los cercanos acantilados y pedreros fueron secularmente zona aprovechada para pesca y marisqueo por la vecindad


Una muria cierra la finca. La Caleya siguen recta hacia El Cuetu les Cabañes, donde están las últimas casas de la parroquia de La Isla


Sobre la muria, un vallado. Las hojas de un acebucarrascu o xardón, se asoman al Camino. Seguidamente continúa una línea de frutales


El Celleru se extiende entre La Güelga El Cuetu les Cabañes y Les Llagunes, en el camino hacia Güerres por Los Campones y La Moría, por donde pronto pasaremos


Además del monasterio de Santa María de Tona otros cenobios tenían intereses en Colunga. Una falsa disposición o testamento del rey Ordoño II datada en 921 pero que es dos siglos posterior, cedía Sancte Marie de Tona a la misma Iglesia ovetense, la mitra de San Salvador


Asimismo en ese documento se cita a Güerres "uilla que dicitur Orres", dentro de esos términos cedidos al cabildo catedralicio de la capital asturiana. La población de La Isla, o en concreto su castro o castillo, serían parte de las pertenencias de los condes Piniolo y Aldonza permutadas por estos en 1032 con el rey Bermudo III por diversos territorios con los que fundarían el monasterio de Courias en Cangas del Narcea


El Cuetu les Cabañes, también llamado El Cuetu Córdoba o sencillamente El Cuetu, está al finbal de La Caleya. En su trabajo sobre la toponimia de la Parroquia de La Isla'l Moral, el investigador Inaciu Havia Llavona dice que, según sus informantes, fue un antiguo terreno comunal donde había unas cabañas que le dieron nombre


Por su parte el nombre de El Cuetu Córdoba, como también se conoce a este enclave, podría tener que ver con alguien, un residente o un dueño del lugar, vinculado con Andalucía


Aquí el Camino se bifurca, a la derecha es El Camín de Güerres, a la izquierda El Camín de Trespandu: realmente por los dos podríamos ir a Colunga, pero vamos a elegir, siguiendo las flechas amarillas, el de la derecha, el que nos lleva a Güerres por La Moría, terreno pedregoso, como delata su topónimo, de raíz preindoeuropea mor, relacionado con piedra, si bien el filólogo Xosé Lluis García Arias, en Toponimia asturiana: el porqué de los nombres de nuestros pueblos, no descarta una posible etimología latina:
"Toda una serie de topónimos menores del oriente asturiano tie nen como expresión La Moría, posible seguidor de un estadio anterior La Moriya. En realidad parece que aluden a terrenos que fue ron comunales pero que se caracterizan por ser pedregosos. En este sentido se ha propuesto relacionarlos con una raíz preindoeuropea MOR- ‘piedra, roca’ que parece expandirse por zonas de Italia, Francia y España y que, entre nosotros, acaso explique el apelativo morra ‘cabeza’, morru ‘morro’ y, metafóricamente, ‘elevación del terreno’, así como el diminutivo morriyu ‘pedrusco’, todos ellos presentes en nuestra toponimia menor. La explicación etimológica dada, dentro de ese difícil mundo preindoeuropeo, parece más adecuada que la que quiere partir del lat. MORARI 

Mantenemos, sin embargo, alguna reserva acerca del origen prerromano del término pues hay que sospechar que moriya —> La Moría tratándose de terrenos comunales, esto es, sometidos a lo que el uso consuetudinario exige, podrían ser continuadores de un posible término formado sobre el lat. M¯OREM ‘costumbre’, ‘modo de comportarse’, acaso MORILIAM o MORICULAM. No sería de extrañar, por otra parte, que con expresiones similares se hayan cruzado los posibles derivados del también latino MORAM ‘tiempo que transcurre hasta que suceda una cosa’, ‘retraso de tiempo’ (OLD), todo ello muy en consonancia con la referencia a la regulación de terrenos comunales en cuanto a épocas de apertura y cierra para su disfrute."

Por su parte, otro estudioso, Julio Concepción Suárez, Xulio, en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana, los hace partir de la "raíz prerromana mor-r-. con el sentido de `roca, montículo, monte´, con muchos derivados en toda la toponimia europea"


Seguimos pues por El Camín de Güerres, el de la derecha, muy llano y también asfaltado, continuación de La Caleya. Es también conocido como El Camín de la Moría


Realiza una pequeña curva a la derecha mientras sigue bordeando El Celleru, otra antigua heredad hoy parcelada


Además de las flechas amarillas reconocemos las pinturas de un sendero de pequeño recorrido (PR), con su franja blanca y su franja amarilla, tal que este en un poste de teléfonos


A la derecha pumarada y huertas, en una finca también cerrada por muria y valla: La Casina


A la izquierda prados, invernaderos y maizales. Más allá, en La Moría, algún bosquete y vivienda de fin de semana, bajo los ocalitos


Camino de La Moría pasamos junto a la entrada de La Casina, al sur de La Raposera que, como su nombre indica, es lugar de raposos, pero también de trasgos, lugar de las andanzas del trasgu, el duende que vive en La Güelga, en la Cueva'l Gorretín Coloráu. del que los informantes del etnógrafo Alberto Álvarez Peña cuentan así:
"É La Cueva'l Gorretín Coloráu, que fai trastaes"

"Era un trasgu, que víase al atardecer, diendo pa La Raposera, arreblagáu enriba una portiella"
Es decir un duende casero, pero que en vez de en una casa vive en una cueva, hace trastadas y se le ve subiéndose para pasar las portillas de las fincas rumbo a La Raposera, donde es posible que organizase alguna gamberrada de las suyas, tal vez sacando el ganado de las fincas, como le gustaba hacer, echándolo a los caminos


La portiella cierra una pequeña finca muy llana rodeada de arbolado y con una preciosa mata de hortensias entre el Camino y la casa


Atrás quedan las casas del Cuetu les Cabañes, alguna completamente arruinada. Entre ellas va El Camín de Trespandu


El Camino sigue siendo ancho, llano y asfaltado. Se trata de una ruta muy fácil y cómoda, por la que apenas pasan coches, únicamente los de alguno de los escasos residentes en este tramo o propietarios de las fincas


La Llosa la Moría es un prado llano pegado al Camín de la Moría, la lado de La Raposera. A la vez y más allá, El Campu Fernando se extiende entre La Raposera, al oeste de La Güelga y El Güeyu'l Mar, y L'Erón o Los Erones, en el límite con Güerres, parroquia de San Xuan de la Duz, donde están también los campos de La Portellona. 


En medio de la campiña llama la atención esta casa con dos buenas palmeras a cada lado. Más allá, por La Raposera y La Golpeyera, continúa la Ruta de los acantilados de Güerres. Fijémonos en los fardos de hierba empacados en primer plano, elementos que sustituye a las antiguas varas de yerba o facinas, hechas antaño a mano y que constituían una esencia del paisaje asturiano casi desaparecida, como los balagares o pequeños montones hechos previamente, que fueron tan abundantes en tiempu la yerba


El Cuetu Pedrosu es, por su parte, un cueto o altozano con algunas peñas entre La Raposera y El Campu Fernando, también fronterizo con terrenos de Güerres


El Camino sigue asfaltado pero hace un poco de cuesta en esta curva a la izquierda y se estrecha un poco, apto para el paso de un solo vehículo


El Camino sigue entre fincas. Abundan los árboles y arbustos ornamentales y los setos cultivados empleados como cierre de propiedades


Caminamos por las inmediaciones de La Naveda, topónimo derivado del prerromano nawa, hondonada del terreno, que da a nava, valle o llano entre montes


Nos acercamos a la zona de Los Campones, gran llanura de prados y bosquetes al lado de La Moría y cerca ya de Güerres


Entre Los Campones y El Cuetu les Cabañes, Les Llagunes, donde se forman con las lluvias los charcos o lagunas que les dan nombre, en los que bebía el ganado. En la distancia, en el Sueve, el Picu Fontanielles (1.063 m), a la derecha del Picu Pienzu y en la zona más occidental de la sierra, sobre el Altu la Llama. Sus tres cotas han creado confusión, incluso en los mapas del Instituto Geográfico Nacional, y pese a que siempre había estado bien identificado, de un tiempo acá puede aparecer, incluso en guías montañeras, con otras denominaciones, como Peñalichar, Peñallechar y otras


El Altu la Llama es un antiguo paso natural de Colunga a Piloña por el valle del Ríu Lliberdón y, al otro lado del monte, el del Ríu Borines


Ahí está el Cuetu Argüeri (411 m) y, enfrente y a su derecha, Les Pedroses (333 m) y El Cuetu Barradiellu (319 m), en la confluencia de las parroquias de La Riera, Carrandi y Lliberdón, cuyo antiguo monasterio, tiempo ha extinguido, aparece mencionado, como Sancta Maria in Liuerdonem, en un documento auténtico del año 803 por el que un tal Fakilo le dona la quinta parte de una herencia familiar que había recibido, consistente en diversos bienes en Colunga, Fanu, Llue, Camoca y otros lugares


Por esas laderas discurre la carretera CL-2, en dirección al mencionado Altu la Llama, así como nace La Riega'l Forcón, uno de los afluentes del Ríu Lliberdón, que desembocará en la Playa la Griega tras pasar por la villa de Colunga, que le dará nombre en ese su tramo final, donde es también conocido como Ríu Rozaya, siendo el principal de este concejo de Colunga 


Por esas arboledas discurre La Riega Llames, que nace en el cercano pueblo de Cobián, en La Fuentona, pasando por los lugares de Llames, El Paxaxe y El Camarón, para unirse con La Riega Güeñu bajo el referido Cuetu'l Nozalín y desembocar, ahora subterráneo, en la Playa la Isla


Más al oeste El Llendón de los Moros (393 m) y a su derecha La Carbayera (388 m), este ya en Villaviciosa, todo ello en el paso entre ambos concejos vía Puente Agüera


Por aquí cerca, por Cobián, se dirige a Colunga el Camín Real o Camín de Santiago, la ruta oficial del Camino Norte o de la Costa. Inaciu Hevia Llavona dice de él que es el conocido Camín Francés jacobeo, usado por los peregrinos de la ruta costera, heredero de la vía romana que iba de Brigantium (Betanzos) a Oiasso (Irún), citado ya en el siglo VII por el Cosmógrafo Anónimo de Ravenna


Uno de sus ramales sería este recuperado camino, señalizado por particulares, de La Isla a Colunga por Güerres, con desvío también a Llastres, pues también allí hubo un hospital de acogida de peregrinos, el de Bernardo del Castillo, que en el siglo XVIII disponía de siete camas y una hospitalera, "El peregrino que tenía dificultades para hospedarse en el hospital de Colunga podía probar aquí", nos dice Luis Antonio Alías en su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios


Amplio paisaje hacia Los Campones y Les Llagunes y de Loja a El Sangreru, divisoria parroquial entre La Isla y San Xuan de la Duz. A la derecha reconocemos ya la Casa de Loja, ya en términos de Güerres (San Xuan de la Duz), pero alguna de cuyas extensas fincas está en La Isla, como El Bogal 


Realmente lo que vemos desde aquí es la fachada este del edificio construido en estilo modernista a principios del siglo XX, el antiguo, de comienzos del siglo XVII, está un poco más allá y lo reconoceremos más adelante según nos acerquemos a Güerres


Un exuberante arbolado se extiende desde las casas hacia la N-632, donde estuvo El Llagar de Loja, también llamado La Venta de Loja, que repartía sidra en carros de pequeños caballos, según los informantes de Inaciu Hevia Llavona, que podrían ser por esa descripción los célebres ponis asturcones del Puertu Sueve, tan apreciados desde hace milenios por astures y romanos


En el llagar se daba sidra también a los que participaban en el trabajo comunitario de la esfoyaza o esbilla, hacer les riestres de panoyes o ristras de mazorcas del maíz, que luego se colgarían de hórreos, paneras y corredores para posteriormente llevar a moler y hacer el pan de maíz, la boroña o borona, una labor pues muy importante en la antigua sociedad rural y en la que se celebraba una fiesta simultánea, con convite, la garulla, aquí llamada sostella. No obstante "esti llagar nun tenía fama de facer bona sidra", nos dice Llavona, pero lo vendía barato, lo que, al decir de sus informantes, quitaba su sabor: "la perra quita'l taste"


El Prau Redondu, cerca de El Sangreru, aunque "Talmente é lo contrariu de redondu" afirman también los informantes de Hevia Llavona. Ahí está también El Paxaxe con sus junqueras de Juncus effusus y Juncus conglomeratus, paso de La Riega Llames hacia El Camarón, por donde discurre el regato de este nombre, antaño famoso por sus camarones (Austropotamobies pallipes) que le dieron nombre 


El Sangreru por su parte no debe su nombre a unos arbustos (Frangula alnus y Rhammus alaeternus) cuya savia es de color sangre y su madera, poco apreciada para hacer lumbre, motivó el dicho "el que atiza con sangreru pon el diablu tres del h.uebu", esto es, quien prende con ello, pone al diablo tras el fuego


Más a lo lejos El Trigal debe su nombre a antiguas plantaciones de trigo, solar de la Casa Pumaralbín, justo al sur de la villa de Colunga. Más a lo lejos, el antiguo coto de Carrandi no se incorporó al concejo de Colunga hasta 1827. Había sido propiedad señorial de Bernardo del Junco y más anteriormente de la mitra ovetense, comprendía la actual parroquia de Carrandi y parte de las de Lliberdón y Gobiendes. Así figura dentro del apartado dedicado a la historia de Colunga en el Censo-guía de archivos de España e Iberoamérica del Ministerio de Cultura y Deporte:
"El nacimiento del concejo de Colunga se remonta a la Edad Media y se deduce que su constitución de derecho mediante carta puebla se debió de realizar en el siglo XIII, dentro del movimiento municipalista desarrollado por Alfonso X el Sabio. Representantes de Colunga estuvieron presentes en las Hermandades de Concejos como la celebrada en Valladolid en 1295. La pola de Colunga fue otorgada a comienzos del siglo XIV por el Rey Alfonso IV a Don Alfonso Beltrand y con posterioridad pasó a manos de Alonso Enríquez, conde de Gijón e hijo ilegítimo de Enrique II. La jurisdicción señorial la abandonó definitivamente en el año 1394, en que pasa a ser concejo de realengo. El desempeño del gobierno concejil durante el antiguo régimen es muy similar al que se desarrolló en otros municipios de Asturias. En el siglo XVI, por ejemplo, seis regidores gobernaban el Concejo, elegidos por los estados de hijosdalgo y general, con un juez para cada uno de ellos elegidos por los vecinos. A mediados de siglo se produce la venta a perpetuidad de los regimientos y otros cargos concejiles, entre los que estaban el de Alferez Mayor, Alguacil Mayor, Alcalde de Ronda y Montero Mayor del Puerto del Sueve. Caso aparte es el del Coto de Carrandi, actual parroquia situada al pie del Sueve, que pertenecía en la Edad Media a la Mitra Ovetense, de la que fue desmembrado por Felipe II con autorización pontificia y adquirido por Gonzalo Ruiz de Junco. El Coto de Carrandi pasó por matrimonio a los Bernaldo de Quirós del Lena y, como otros tantos, fue suprimido por Real Orden de 18 de diciembre de 1826, quedando agregado al Concejo de Colunga"

Efectivamente, Colunga nace como concejo a raíz de la fundación de la puebla de este nombre dentro de la impronta repobladora de los reyes castellanos, creándose nuevas villas dependientes directamente de la corona y autogobernadas sin intermediarios regios pertenecientes a la nobleza feudal y terrateniente. Sin embargo el territorio aparece ya relacionado tiempo atrás, en el famoso documento de Fakilo del año 803 al que antes nos hemos referido, administrado por un tenente o potestas en nombre del rey, con su baluarte en el castillo de La Isla


Espectacular vista de El Puertu, el Monte Sueve o Puertu Sueve, por toda su ladera norte, entre el Altu la Llama a su derecha y El Fitu a su izquierda, en total unos doce kilómetros de largo, según calcula el erudito montañero José Ramón Lueje en su Guía de la Montaña Asturiana y como tal confirman el también gran montañero Víctor Manuel Villar Pis y el escritor Luis Díez Tejón en El Sueve. Geografía, historia y rutas de montaña:
"El Sueve se extiende en dirección SO.-NE., desde el concejo de Piloña hasta el de Caravia. Presenta pues, una disposición oblicua con dirección a la costa y a la Cordillera Cantábrica. Su longitud en línea recta es de unos 12 km. y ocupa una superficie aproximada de 80 km². Su mayor aproximación al mar, en el extremo NE., es de 4 km."

Más cerca, justo aquí delante, La Costana, falda occidental del Cuetu les Cabañes, cayendo hacia Los Campones y La Manzanilla, prados entre El Sangreru y La Moría donde abundan estas flores medicinales (Chamaemelum nobile)


Las arboledas de El Sangreru no nos dejan ver la carretera pero sí, al otro lado, Los Caspios, donde estaba la antigua Casa Manzano, hecha en 1919 para el general quirosano Bernardo Álvarez del Manzano y de la que uno de los informantes de Hevia Llavona dice: "Creo que la ficieren los moros que traía con él. Acuérdome yo de velos nel cuartu onde facíen guardia"


La casa, muy reformada, es en la actualidad el Hotel los Caspios, de Inocencio Figaredo de la Mora, fácil de distinguir en la distancia por su llamativa torre esquinada


En Los Caspios estaban también Casa Pachu, afamado llagar de sidra y la Casa Remedios Pachu. En el lugar de El Valle, entre Güeñu y El Sangreru, había prados y pumaradas, terrenos donde fueron construyéndose más casas y chalets. Más allá reconocemos alguno de los barrios de Gobiendes, cabeza de la parroquia vecina del mismo nombre, un poco más al sur


Ahí está en concreto el de El Cantón, sobre la célebre Carretera del Fitu, abierta en el siglo XVIII para mejorar ese secular paso natural hacia el valle del Piloña y de ahí a Castilla (nombre genérico que abarcaba toda la meseta) a través de la cordillera por las vitales sendas de la arriería, los transportistas de la antigüedad.  Por ello, en 1773, en las ordenanzas de Colunga, se llamaba a la vecindad para colaborar en este trabajo:
"para beneficio de este concejo y los inmediatos, para los principales ramos de vino y aceite y otros de Castilla de que carecemos en éste, es muy conveniente y fácil la apertura del monte del Fito sin más dispendio que un día o dos a lo más, cada vecino de este concejo, Caravia y Parres interesados en esto"

Un ramal comunica El Cantón con la carretera por La Casona d'Oles. En agosto de1787 la Junta del Principado aprueba en su reunión conceder a los concejos de Caravia y Parres de tres mil reales para rematar esta obra


Más a la izquierda es el barrio de Zampudia. Estos barrios presentan una disposición lineal a lo largo de otro viejo camino que, en tiempos, pudo ser otra alternativa o variante del Camín Real o Camín de Santiago ahora señalizado como Camino del Norte, el cual cruzaría el Ríu la Espasa hacia el vecino pueblo de Lloroñi, de esa misma parroquia, subiendo hacia la iglesia de Santiago de Gobiendes por La Cuestona o El Palaciu (el Palacio de Gobiendes), cuyo origen puede estar en una vieja torre medieval de vigilancia de ese Camino


Más antiguamente, al sur de Gobiendes, en Obaya, hubo un castro prerromano relacionado con las minas de cobre que allí existieron. Es citado en la Edad Media como Castellum Obalia y fue siempre centro de numerosas tradiciones y leyendas, siendo estudiado por primera vez con criterios arqueológicos y científicos por Braulio Vigón Casquero en 1894 y excavado por Aurelio de Llano en 1919, siendo incluido en la Carta Arqueológica de Colunga y Caravia por Gema Adán Álvarez



Desde la lejanía reconocemos el edificio, alargado, de Les Escueles, las antiguas escuelas, en El Campu la Laina, aprovechando un rellano. Se construyeron para sustituir a otra más antigua al lado de la cercana iglesia, la de La Escuelina, que fue derribada para hacer El Cine Gobiendes (hoy sin uso como tal). En la actualidad Les Escueles, donde ya no se dan clases desde la concentración escolar, albergan en Centro de Interpretación de la Sierra del Sueve


Y es que no en vano el Sueve se yergue majestuoso sobre Gobiendes, parroquia a la que pertenecen la mayor parte de sus estribaciones de la falda norte. Ahí está, encima del pueblo y bajo el Picu Pienzu, el Picu o Cuetu Bustrescosu o Bustriscosu (704 m), que otra mala referencia dio en poner un inexistente Busfrescosu en los mapas del Instituto geográfico Nacional (IGN), pasando así a guías y enciclopedias y por lo tanto incluso a la denominación más conocida popularmente fuera de los pastores y vecinos más inmediatos. Parece que ya Braulio Vigón lo había transcrito como Busferenoso. Más atrás y más arriba, por El Llanu la Cuesta, es el Cuetu Cordobana (575 m), también sobre El Llanu Llames


El Camino se abre ahora en tres ramales al llegar a la última casa de este tramo antes de llegar a Güerres, al sur de La Raposera. Nosotros vamos a tomar el de la izquierda, donde el suelo pierde el asfalto


Hemos de decir, eso sí, que si quisiésemos acercarnos a los cercanos acantilados podríamos usar el camino de la derecha. El del medio es la entrada a la finca de casa


Las flechas amarillas nos indican tomar, para ir directos a Güerres, este camino de la izquierda, que es el que nosotros vamos a seguir


Es un bello sendero, ancho, de tierra y piedra, por el que se ven, bien marcadas, las rodadas de los vehículos de servicio a las fincas, los únicos que suelen circular, muy ocasionalmente, por aquí


Continuamos teniendo en este tramo una magnífica vista del Puertu Sueve en toda su grandeza cara al mar. Si bien se ha querido buscar su etimología en unos pretendidos asentamientos suevos, el topónimo, que en la Edad Media aparece como Sove, está vinculado a Júpiter (Iovis), padre de los dioses y hombres (pater deorum et hominum), así como divinidad del rayo y la tormenta, advocación muy relacionada con las montañas. Leemos en Wikipedia:
"La palabra latina Iuppiter (Júpiter) proviene de las raíces indoeuropeas dyu-, que significa "luz", y piter, que hace referencia a pater, y que significa "padre"; es decir: El padre de la luz.​ En cuanto a la palabra latina deus ("dios"), así como su variante divus ("divino", o "divinidad"), que están ambas en la base de la palabra castellana "dios", significan literalmente "ser de luz", puesto que se entendía que los dioses estaban hechos de la misma materia que la luz. Este origen también está en la base de la palabra Iovis ("Jove", otro nombre para Júpiter, de donde proviene la palabra castellana "jovial"). Por otra parte, la palabra griega Zeus también procede de una raíz indoeuropea: dyeuis"

Al este del Sueve la Sierra del Fitu, sensiblemente más baja, no deja de ser su prolongación más oriental, la cual llega al mar por la zona de Berbes y Vega, como pudimos comprobar cuando pasamos por esas tierras riosellanas del antiguo territorio de Leduas o Letuas, la ribera occidental del Sella


El Fitu debe su nombre a un antiguo hito pétreo de remotísimo origen, tal vez megalítico, el cual podría haber sido una divisoria de pastos y de antiguas gentes y gentilidades asturcántabras. Habría estado en Piedra Redonda (629 m), en las inmediaciones de la unión de los concejos de Colunga, Caravia y Parres, por lo que el lugar continúa teniendo esa función de hito divisorio


Atrás va quedando ya El Cuetu les Cabañes, asomando los tejados de sus casas sobre la arboleda, por donde va El Camín de Trespandu


Más allá de La Costana, El Tris, entre El Cuetu les Cabañes y El Sangreru. Una leyenda revela su potencial arqueológico, se trata de la historia, tan repetida acá y allá, del hallazgo casual de una bolera con bolos de oro, en este caso encontrados por una mujer, que no pudo por ella misma levantarlos del suelo, por lo que fue a buscar ayuda al pueblo, pero al regresar, con más gente, todo había desaparecido sin dejar ni rastro. Según los estudiosos, las referencias a bolos de oro suelen vincularse al hallazgo de hachas votivas de bronce, halladas en yacimientos tales como túmulos o enterramientos megalíticos


Ahí está Güeñu o Bueño, parroquia de La Isla, por donde sube El Camín Real o Camín de Santiago por El Pontón y El Prau Caballu desde La Ferrán y La Viñona (carretera N-632), siendo ese su trazado oficial


Dicho camino, también conocido como Camín de los Sacramentos, La Caleyona y El Camín del Peridiellu, pasa al otro lado del Palaciu de Güeñu o de Lueje, donde dice otra tradición hubo enfrentamientos durante la invasión napoleónica entre las tropas francesas de Bonet y las asturianas de Escandón


El Palaciu de Güeñu, de Bueño o de Lueje (apellido de un antiguo indiano que lo poseyó), es un conjunto construido en el siglo XVII y formado por casona, cuadras, panera y capilla, dedicada esta a Santo Domingo. Hasta su finca de El Palomar, donde estaba El Nozalón, llegaba La Caleya'l Valle, que comunica con El Sangreru

 
En la actualidad en el palacio propiamente dicho está el Bar-parrilla Palacio de Bueño y, a su izquierda. un edificio moderno pero que guarda las trazas arquitectónicas populares de la época, propias del palacio, es el de apartamentos Palacio de Bueño. Más allá, a la izquierda de Les Escueles y El Campu la Laina de Gobiendes, una mata de arbolado nos oculta la iglesia parroquial de Santiago


Ser ha conservado muy bien su gran panerona, frente a las fachadas este y norte; la sur, la principal, la verán los peregrinos que vayan por el Camín Real, así como la capilla de Santo Domingo. Antiguamente tenía en Güeñu posesiones el monasterio de San Salvador de Celoriu, que visitábamos cuando recorríamos el concejo de Llanes


Y entre El Cuetu les Cabañes, El Tris y El Sangreru, L'Aforamentu, topónimo relacionado con algún foro o impuesto relativo a las antiguas posesiones del monasterio de Santa María de Tona. Ahí tenemos también La Iría, pradería entre El Sangreru y Los Caspios atravesada por la carretera N-632, bajo el hotel de la que fuera la casa del general Manzano, cuya semblanza encontramos en las Biografías Asturianas de N. Martín Mateos:
"Don Bernardo Álvarez del Manzano y Menéndez Valdés es natural del concejo de Quirós y pertenece a hidalga familia asturiana. 

Desde joven sintió vocación por la carrera de las armas, y tras brillantes ejercicios ingresó como cadete en la Academia de Ingenieros. Salido luego de ella con objeto de seguir otra orientación en su vida, sentó plaza de soldado al comenzar la última campaña de Cuba, donde se batió con bravura tal, que no sólo logró, con unánime aplauso, grados y ascensos, sino que quedó su memoria en aquella isla como prototipo de soldados y caballeros.

 De nuevo se cubrió de gloria en la campaña de Melilla, alcanzando el fajín de General de Brigada, siendo uno de los más jóvenes de nuestro aguerrido Ejército. Gobernador militar de Oviedo durante varios años, demostró, además de sus talentos militares, dotes de mando y de tacto nada vulgares y un celo por los intereses de Asturias, en lo que se refiere al ramo de guerra, verdaderamente excepcional. Hoy ocupa el mismo puesto en Zamora. 

Se halla condecorado con la gran cruz del Mérito Militar y con otras varias por servicios en campaña"

"Para los Colungueses el general Manzano", escribe también de él el cronista oficial de Colunga José Antonio Fidalgo, añadiendo que nació en 1859 y falleció en 1925, siendo homenajeado en Colunga el 28 de agosto de 1912, y que "aunque no era nativo de Colunga siempre fue considerado como un colungués de adopción, pues tanto él como su familia estuvieron y están muy vinculados a nuestro concejo". Asimismo, su nieto, el también general Carlos Blond Álvarez del Manzano "es también colungués adoptivo"


Más allá de la finca de Los Caspios asoman algunas casas de Güeñu, por donde continúa El Camín Real, hacia el Altu los Remedios y Covián o Cobián


Seguimos avanzando por El Camín de Güerres al sur de La Raposera, viendo ya en la distancia el monte de La Villeda (141 m), buena referencia visual, pues está justamente encima de Güerres, cuyas casas empezaremos a ver algo más adelante


Bifurcación y a la derecha, por el camino más trillado, que asciende levemente


En La Villeda hay localizado un importante castro astur, muy afectado en la actualidad por plantaciones de eucaliptos u ocalitos. Ahí ya excavó también Aurelio de Llano dentro de sus pioneros trabajos arqueológicos, no sin ciertas reticencias vecinales ante la creencia de que estaba buscando tesoros ocultos por sus antiguos moradores, cuya memoria aún se guardaba en las leyendas transmitidas por tradición oral


Praderías, setos silvestres, bosquetes y fincas de La Moría y La Llosa la Moría, que se extienden hacia la Casa de Loja, como las de La Manzanilla y La Chavida, citado este lugar como la Chanvida en un documento de 1329 del monasterio ovetense de San Pelayo


La Casa de Loja es muy fácil de reconocer en la distancia, situada en lo alto de un cueto no muy alto, pero sí libre de arbolado a excepción de la quinta cercada por tapia, entre las casas y la carretera. Figura como barrio o lugar de Güerres, como hemos dicho, ya en la parroquia de San Xuan de la Duz


En su momento se proyectó hacer aquí un centro cultural relacionado con el Camino de Santiago que, al menos en el momento de escribir estas líneas, no ha fructificado. Así daba la noticia el periódico La Nueva España el 20-9-2020:
"Una bolera. Un llagar. Un bar-tienda. Un espacio cultural. El Principado estudia la viabilidad medioambiental de un proyecto de este calibre en Loja, Colunga. Quiere serlo todo.

Los promotores quieren saber cuáles son las posibilidades actuales de un edificio que, en la historia de Colunga, ha sido todas ellas. Situado en un importante cruce de caminos, el local tuvo a lo largo de los años, todos los posibles usos que ahora los dueños le proponen a la Consejería de Medio Ambiente. La idea, cuentan, es mantener el espíritu y la tradición de ese lugar de paso que es Loja. Quieren convertirse en un hito del Camino de Santiago y una parada obligatoria en la senda que va de Colunga a la Isla."

Seguimos viendo lo que es el edificio modernista, los altos árboles ornamentales de la finca y antiguas cuadras, hórreos y almacenes. A la derecha habría casas de caseros o guardeses, pegada a las antiguas caballerizas, uno de los elementos originales de este palacio, solar de la rama principal de los Cobián


Es muy posible que estas grandes reformas que auspiciaron la transformación de la Casa de Loja fuesen auspiciadas por uno de sus insignes propietarios, Don Luis Montototo y Cobián, político y escritor, nacido en la villa de Colunga en 1836 (que no en 1863, como dicen algunos escritos, recalca el Cronista Oficial de Colunga José Antonio Fidalgo) y benefactor del concejo, que de joven estudió Latinidad y Filosofía en el Seminario Conciliar de Oviedo, que no terminó pues escogió hacer la carrera de Derecho en la Universidad de la capital asturiana, logrando luego el grado de doctor por la Universidad de Madrid. Sus inquietudes le llevaron al campo de la política: fue alcalde de Colunga y juez del concejo, al igual que representante de su distrito en la entonces Diputación Provincial



Colaboraba además en estas facetas con varios periódicos asturianos, "publicando artículos de carácter político, siendo además uno de los pioneros de la utilización de la lengua asturiana en sus escritos, aspecto este bastante desconocido", nos informa el erudito investigador Omar Pardo en el portal de noticias del Oriente de Asturias, añadiendo Buscólu, añadiendo además:

Asimismo, fue benefactor de su concejo, donando a la villa de Colunga una escuela modelo, equipada con el más moderno material pedagógico entonces existente y con cuatro maestros que recibían cuatro mil pesetas anuales, un suelo espléndido para aquellos tiempos. Además, sufragó numerosas obras de beneficencia tales como la construcción de la nueva iglesia de San Juan de Duz, La Unión Social Católica (Los Asilos), la Escuela de Comercio de Colunga, por mencionar sólo las más conocidas. 

En febrero de 1909 fue condecorado por el Gobierno español con la encomienda de la Orden de Alfonso XII; su esposa recibió la cruz sencilla de la misma Orden. 

Falleció el 14 de abril de 1932 en su casa de Loja en Colunga."



Desde la Casa de Loja la vista abarca un amplio panorama al sur, hacia aquel antiguo Coto de Carrandi que se resistió durante tantos siglos a su incorporación en Colunga, y es que, a pesar de la constitución de las nuevas pueblas tanto la misma Iglesia ovetense del Salvador o San Salvador siguieron poseyendo enclaves en el corazón mismo de estos concejos hasta las reformas liberales del siglo XIX



Más allá del Altu los Remedios, entre Cobián y la N-632, junto a los Caspios, reconoceremos las casas de alguno de estos barrios de Carrandi, cuyas minas de carbón del Coto Requeté y El Patudu mantuvieron actividad hasta bien entrado el siglo XX, y con ellas la faceta comercial del puerto de Llastres, a donde se transportaba el mineral en tolvas


Carrandi es además paraje de hondas resonancias mitológicas, etnógrafos, antropólogos y folkloristas nos transmiten las historias de las xanas o ninfas astures que salían a peinarse con peines de oro en La Riega la Cueva. Se dice además que un vecino se encontró con una hilando en una fuente y se la llevó a su casa, lo que provocó la consiguiente riña de la xana con la mujer, llamándola esta "¡xana maldita!", lo que enfureció a la xana de tal manera que la golpeó con el huso antes de marcharse, diciéndole al hombre "Cúrala con yelda y agua de Güelga". La yelda es una planta y Güelga una fuente, y es que según la leyenda la herida de mujer no se curaba totalmente


Por Carrandi pasa también la carretera CL-2, que va de la carretera del Fitu (AS-260), desde donde sale entre Coceña y Gobiendes, al Altu la Llama. En la distancia reconocemos El Cuetu (611 m), frontera de Colunga y Piloña cerca de Anayo y por tanto de la célebre Travesía Andariega Xixón-Cuadonga/ Gijón-Covadonga


Altu los Remedios y Los Caspios, dando siempre vista al Sueve. Allí vive una encantada, personaje mitológico femenino que suele confundirse con les xanes, pues también custodian tesoros que pueden conseguirse si se realizan diversos rituales. Esta encantada del Puertu era muy hermosa y tenía una serie de objetos puestos sobre una mesa, de los que un hombre tomó, sin pronunciar las pertinentes palabras, un alfiler, encontrando por ello la muerte en vez de riquezas


Otras noticias legendarias hablan de un gigante de oro escondido en una cueva de la montaña, pero las más conocidas son las del nuberu, el genio asturiano de las nubes, continuidad de dioses del clima y la tormenta, como el Júpiter que le dio nombre, nuberu que se aparece en lo alto de esos riscos dispuesto a arrojar rayos y centellas, lluvia o pedrisco sobre los campos, por lo que realizaban diversos sortilegios para espantarlo o esconxuralu, tocas las campanas de las iglesias, arrojar una alpargata de espaldas a la nube (para lo que había que convencer al sacerdote), poner los cuchillos con el filo mirando al cielo y otros ritos


Vamos a pasar ahora bajo este hermoso castaño, árbol que aún abunda en muchos caminos más o menos conservados pues su fruto fue la base de la alimentación campesina durante muchos siglos, hasta que las patatas procedentes de América las sustituyeron, cosa que tardó bastante en producirse dada la prevención supersticiosa popular hacia este tubérculo


Según el derecho consetudinario las castañas caídas a los caminos son propiedad de quien las coja. No es de extrañar que matasen tantas hambres, aún en la posguerra. En Un buen pote de castañas, el cronista colungués José Antonio Fidalgo nos cuenta lo siguiente, receta incluida:
"¡El pote de castaña! ¡El pote de nabos! ¡El pote de castañas y nabos! 
He aquí tres guisos muy tradicionales en Asturias en tiempos aquellos en los que estos dos productos eran el principal aporte de hidratos de carbono a la alimentación asturiana. 
Así lo confirmaba en el siglo XVI aquel «nefasto» historiador Eugenio de Salazar en sus cartas al rey Felipe II relativas a la alimentación de nuestras gentes: 
«Las castañas tienen en lo alto sobre unas mimbres tejidas y pendientes de unas sogas, en las cuales miran y contemplan como los moros en el zancarrón de Mahoma; porque no hay sustento que les dé más gusto ni que ellos tanto amen…». 
Como habrán comprendido esas castañas para el pote son las ya secas, las que en Colunga denominamos «mayuques» y por algunas comarcas, «pilongues». 
Muy antiguamente, en tiempos anteriores al Descubrimiento, el pote de castañas, normalmente complementado con nabos, llevaba carnes de cerdo, tocino e incluso algo de berza. 
En tiempos más modernos, el chorizo y el pimentón dieron color y gracia al guiso. 
Actualmente son muchos los restaurantes asturianos de los llamados de «cocina tradicional» los que ofrecen este manjar en sus cartas de menú. 
Vamos a prepararlo así: 
Las castañas secas (mayuques o pilongues) precisan de un remojo previo en agua para que hidraten convenientemente. 
Cuecen después en agua sin sal y a media cocción se les agrega chorizo, morcilla (si se desea), costilla de cerdo cortada en pequeño, tocino entreverado o panceta, un poco de verdura (previamente cocida) y unos nabos troceados en menudo (también previamente cocidos). 
Prosigue la cocción y, ya finalizada, se sazona con sal. 
Si se desea puede agregarse también un sofrito de cebolla coloreado con pimentón y, como hacen algunos, hasta «unes fabes de fabada ya preparada». 
Todo es cuestión de gustos"

Las patatas empezaron a plantarse en terrenos comunales llamados borronadas, llamados así por emplearse como abono borrones o cenizas producto de la quema de rastrojos, que previamente se apilaban en montones. Etimológicamente se hace proceder estas palabras de una raíz céltica bor (montón) o de la latina (com)burere (quemar), o de un cruce de ambas


Precisamente en el citado monte de La Villeda, donde está localizado un importante castro astur, muy afectado actualmente por ocalitos, está el paraje de La Boronada, en el que, si bien una tradición dice que tiene que ver con la farina de maíz, parece más vinculado a borronada, pues se sabe que antes de ser ocalital fue un patatal en el que se daba muy bien las llamadas "patates del Castru", por El Castru del Foyu, conocido popularmente así, donde se pensaba había enterrada una pita de oro en el paraje conocido como La Llosa la Piedra


La pita de oro dicen los eruditos puede aludir, como los bolos, también a hachas votivas de bronce, por su forma parecida a la figura de la silueta de una gallina. Otra historia afirma que había unas cuevas que, pasando debajo del río Colunga, Rozaya o Lliberdón, pasaban a San Telmo, al otro lado del valle, según recoge de sus informantes la investigadora Josefina Pis Sánchez en su obra Parroquia de La Duz, número 86 de la serie Toponimia de la Academia de la Llingua Asturiana (ALLA)


La Rasa de San Telmo, montes de La Guardia y La Fontanina, se divisa bastante bien algo más al oeste, en la parte más occidental de la parroquia de San Xuan de la Duz, donde nació en 1939 el profesor y notable investigador, erudito y cronista José Antonio Fidalgo Sánchez, indispensable fuente de información en estos nuestros recorridos por el concejo de Colunga


Por esa rasa subía desde Colunga vía Sales, y sigue subiendo, otro histórico camino, también empleado por los peregrinos, que iba a Villaviciosa por Llue y La Venta'l Probe, donde enlazaba con otro procedente de Llastres vía Lluces. No parece difícil seguirlo ni recuperarlo, pues asciende por la ladera de Formedera, pero mejor dejarlo para caminantes experimentados ya conocedores del terreno pues no está señalizado, quede pues como curiosidad histórica


Más al oeste Cualmayor, monte cuya máxima altitud es el pico homónimo (324, 90 m dicen las que parecen las fuentes más exactas), sito sobre el valle del Ríu Llobones y a cuyos lados van estos caminos para entrar en el vecino concejo villaviciosino


Por el paso de la derecha es el de La Venta'l Probe, por el de la izquierda el Camín Real y Camino oficial, que tomaremos desde la villa de Colunga para, por El Conyéu, Beldréu, Pernús y La Llera, pasar a Priesca, ya en Villaviciosa


Desde aquí reconocemos muy bien la iglesia parroquial de San Xuan de la Duz, construida en 1924 para sustituir a otra más antigua, situada más atrás, con las aportaciones de la familia Montoto Hernández, en concreto Luis Montoto Cobián, su esposa Concepción Hernández Alfonso, su hijo Tomás Montoto y su esposa María del Carmen Isant


Edificada según el gusto modernista tan en boga por entonces, aunque sólo la vemos parcialmente, reconocemos dos de sus detalles más característicos, su alta torre campanario de planta cuadrada y tejado a dos aguas y el gran cimborrio octogonal sobre el crucero


Prosigue el trayecto por La Iría de Morís, "heredat que dizen Moris" en documento del convento de San Pelayo fechado en 1448, al mismo tiempo que se menciona como "Valle de Moris", un itinerario realmente precioso


Cierres de fincas, "La especialización láctea que ha sufrido el sector ha provocado la desaparición de la mayor parte de los cultivos cuyo destino último no sea el mantenimiento de la cabaña ganadera", leemos en Asturias concejo a Concejo. Ribadesella, Caravia, Colunga del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). La excepción serían las pumaradas de sidra y el monocultivo de ocalitos para las industrias de celulosa, si bien, y dada la reconversión ganadera dentro de la crisis, continua y relativamente silenciosa del agro astur, se llegan a ver nuevos cultivos tipo tradicional y de invernadero, algunos dedicados a la agricultura ecológica


Otro cultivo ciertamente abundante, aunque no tanto como antaño, el el de maizal, exclusivamente ya como planta forrajera, no como cereal panificable. Uno de estos maizales, que crecen en verano, lo tenemos justo enfrente, en una de estas fincas


Nos acercamos a él pasando entre estos espesos setos silvestres, sebes o matos, el bocage de los franceses, que a tantos peregrinos de esta procedencia les recuerda en ocasiones al paisaje normando


A la altura del maizal hace el Camino curva a la izquierda, siempre en llano


Luego otro trecho recto, también siempre con la continuidad de la rodada de tractores y algún todo terreno de los dueños o trabajadores de las fincas


Fincas cuyos accesos jalonan también el recorrido: a la izquierda pastos, a la derecha una hermosa pumarada


Nos adentramos ahora en una pequeña nozalera o conjunto de nogales. Un buen momento para otra historia de José Antonio Fidalgo, siempre con receta, Avemarías y nueces, por dieces:
"Los nogales (les nozales, decimos en Asturias) están, en estos días, regalándonos sus frutos; frutos sabrosísimos que empezaron a entrar en sazón a principios de septiembre cuando en La Riera de Covadonga celebraron la festividad de sus «Santinos».

Lo dice el refranero:» Por San Justo y San Pastor entran las nueces en sabor, las mozas en amor y las viejas en dolor».

Y es el mismo refranero quien nos recomienda comerlas con pan -«nueces con pan, ricas están» -o con higos- «nueces e higos, buenos amigos».

Pero aún hay más cosas en el refranero que merece la pena comentar. Asturias, en estos primeros días de octubre, es un racimo de celebraciones en honor de Nª Sra. la Virgen del Rosario y son muchos los pueblos y cofradías que organizan rezos del rosario en plan procesión popular, como lo hacen en San Juan de Duz, en el concejo de Colunga.

Son Rosarios cortos, de cinco misterios, y en cada misterio se rezan diez avemarías.

¿Por qué aconseja el refranero que «avemarías y nueces, por dieces»?

Una respuesta -la de las avemarías- ya está dada; la otra, la de las nueces, hay que interpretarla desde un punto de vista nutricional y «médico».

Las nueces son un alimento graso, rico en grasas insaturadas con presencia de los famosos «omega-3», que actúan como sustancias que previenen accidentes cardiovasculares y cuyo consumo resulta adecuado para quienes padecen cardiopatías.

Voy a insinuarles una receta que, así lo creo, será de su agrado.

Preparen una cazuelita pequeña -de las de tipo helado- con cuajada de leche de vaca. Tuesten en el horno unas nueces, quiten la cáscara, selecciones la semilla y trocéenla groseramente.

Bañen la cuajada con una fina capa de miel y espolvoreen con la nuez troceada.

Verán que maravilla de postre."

Las nueces también fueron muy importantes, ahora se importan de California y apenas nadie las recoge, menos aún que las castañas, el un acta de la Junta General del Principado fechada el 5 de abril de 1632 se lee:
"... Puédese imponer asimismo sisa que no toca la paga a los pobres, en la nuez, avellana, castaña, limón y naranja que por mar y tierra se saca de este Principado"

Naranjas, limones, manzanas, frutos secos, etc. se exportaban por el cercano puerto de Llastres cuando por entonces aún era comercial, si bien marinos como Juan de Abadía se habían hecho corsarios, esto es, armado buques en corso, para defenderse de otros corsarios extranjeros y contrabandistas


Y en lo relativo a la exportación, otro documento oficial del Principado, este del 23 de enero de 1647 y titulado Sobre la embarcación del pan, se discute sobre si sería más conveniente prohibir la exportación de pan, esto es, grano panificable, o "si será mejor que aya permisso para poderlo hacer y que se pueda envarcar castaña, nuez y avellana"


Gran paisaje desde La Manzanilla y La Chavida hacia La Villeda y Güerres, cuyas casas ya empezamos a ver. Del topónimo Güerres hay quien quiere ver un origen etimológico en la raíz bor de les borres o borrones del que fue su monte comunal. En este sentido aparece denominado Vuerres en 1329, pero también Cuerres en 1305, lo que daría que pensar en corros, corras, cuerres y similares, cercos o cierres de pequeños terrenos y cabañas, como las que habría en El Castru del Foyu, algunos de cuyos cimientos fueron localizados, además de fosos y parapetos


Buena parte de sus fincas, les borronaes de antaño, son ahora ocalitales pero aún hay prados y alguna viesca autóctona, normalmente formando cierres tipo sebe. Algunas de sus fincas delatan en su nombre los antiguos usos de las mismas, además de la ya recitada de La Boronada tenemos la de Los Güertos (al fondo, hacia el mar), Les Prunalines, referido a frutales de prunos (Prunos domestica) o ciruelos, Los Caxigales, especie de robles (solían ser para leña y para construcción, incluyendo muy posiblemente barcos para los antiguos astilleros llastrinos). La Teyera por su parte haría referencia a alguna tejera de fabricación artesana de tejas y ladrillos, muy usuales en Asturias y oficio muy extendido entre los reputados teyeros llaniscos


El término Orres de un documento del siglo XII en el Liber Testamentorum de la catedral ovetense pero con fecha falsificada del año 921, así como el Huerres que aparece en la documentación de San Pelayo en 1330 y en 1390, hicieron también pensar en hórreos, del latín horreum (granero). En 1390 también se cita a "los lantados e corrales de Santianes de Guerres" y en 1403 a "Fernan Perez de Entrecuetos, morador en Güerres, que es en Colunga", año en el que también se escribe "en la aldea de Guerres"


En la Descripción geográfico-histórica del concejo de Colunga, de Juan Antonio Suárez Victorero, año 1896, se asegura que "esta tierra se llamó de Buerres", lo que vuelve a hacer pensar en borres y borronaes. La verdad es que cada copista, notario o escribano empleaba la grafía que buenamente le apeteciese, incluso diferente según el caso. Más adelante, con la reglamentación gramatical efectiva, se tendió a escribir Huerres en documentos oficiales, hasta la recuperación del topónimo más tradicional de Güerres en decreto de diciembre de 2006


Ahí tenemos el centro del pueblo, resguardado la comiendo de la cuesta de la ladera sur de La Villeda. A la derecha está el barrio de El Pedregal y a la izquierda el de El Cuetu, en medio es La Estadía, la gran plaza central de Güerres, donde está el Bar Caleya. La Estadía es un vocablo que revela ser de origen marinero, nos informa Josefina Pis Sánchez, pues la expresión "tar d'estadía" es estar un barco atracado en el muelle. Tal vez tenga que ver con la proximidad al puerto de Llastres, de grandísima tradición marinera, o incluso con el desaparecido, pero no por ello menos importante en su tiempo, puerto de La Isla. Por ahí pasan los peregrinos que han optado por escoger, desde el albergue, la Ruta de los acantilados de Güerres


Más a la izquierda, si bien ciertamente apartado del pueblu, Loja figura como barrio de Güerres, por donde pasa La Caleyona, otro de los caminos de La Isla a Trespandu


 A los pies de la Casa de Loja está el prado de Los Pozos, así llamado por sus sumideros, en una vaguada. Otra finca es la de La Cantera, que por su nombre es evidente fue lugar de extracción de piedra para diversas construcciones, es posible que del mismo palacio


Dice asimismo de ella Aurelio de Llano en su libro, publicado en 1928, Bellezas de Asturias que "hoy habitada por un colono, de D. Luis Alonso Covián, ha sido vivienda de señores, grandes terratenientes (...). A finales del siglo XVI, muchos señores construyeron al lado de su vieja mansión otra más señorial, y aquella la destinaron a un colono de su confianza". Tal vez en vez de "finales del siglo XVI" querría decir "finales del XIX", más propio de esta construcción modernista que estamos viendo desde el Camino. La antigua, la de principios del siglo XVII, aún no podemos reconocerla desde aquí


Son todos estos terrenos en la franja entre las parroquias de San Xuan de la Duz y La Isla. "La parroquia aparece como una entidad plenamente consolidada a partir de la segunda mitad del siglo XII", leemos en Asturias concejo a concejo, pues "Además de ser una célula convivencial en el ámbito rural generadora de una relaciones vecinales, surge como circunscripción eclesiástica y es a la vez un elemento articulador de la propia organización administrativa den la comunidad local en la que se engloba"


Basada muy posiblemente en una organización altomedieval (Parroquial Suevo), y esta a la vez en una romana y prerromana de gens y gentilidades, (se ha estudiado la relación entre parroquias y castros), este término de origen griego que nos ha llegado por el latín parrochia (habitar cerca, o cerca de la vivienda), implica que la pertenencia a la misma y la participación en ella "va acompañada de unos lazos de solidaridad parental, reforzados por el disfrute de los parroquianos en los aprovechamientos comunales"


Ahí tenemos La Cerca, finca que toma su nombre de la tapia o cerca de la Casa de Loja, al norte de la carretera N-632, donde está La Charca de Loja, una poza de agua al lado del llagar de este nombre del que ya hemos hablado. Al otro lado de la carretera está La Llosa, entre ella y El Llugar, barrio de Covián. La Llosa es un topónimo que hace referencia a "tierra de labor cercadas junto al poblado", nos dice en sus estudios Julio Concepción Suárez, aunque también es "una piedra plana y más o menos delgada", pero sin embargo, en este caso se refiere claramente a la primera acepción


Por Covián o Cobián pasa el Camín Real y por la tanto es la ruta del Camín de Santiago propiamente dicho, luego de subir desde Güeñu. Es un enclave caminero por excelencia, donde Suárez Victorero relata la existencia de una antigua torre de control y vigilancia, de la que conoció restos, como su puerta de arco ojival


Igualmente, en el Diccionario de Madoz (1845-1850), se informa de tres o cuatro túmulos sepulcrales en forma de media naranja, de época megalítica, actualmente desaparecidos. Solamente las citadas leyendas de la pita de oro o los bolos de oro pueden guardar alguna relación con estas necrópolis prehistóricas que demuestran la gran antigüedad e historia de estos caminos varias veces milenarios


Decimos caminos en plural porque para no pocos investigadores más que un camín real costero hay toda una red de varios ramales, más o menos paralelos, sobre todo en aquellos lugares donde la anchura y la amplitud de la franja costera entre las montañas y el mar lo permite, como sería este el caso. No obstante ello no es óbice para que no hubiese uno principal, el de la vía romana Ossarum-Brigantium, la del Anónimo o Cosmógrafía de Rávena


El Camino, no obstante, sí habría tenido cambios, la fundación de las nuevas pueblas en la baja Edad Media haría que las viejas sendas desplazasen hacia ellas sus ramales más transitados, rumbo a sus ferias y mercados. Para los peregrinos además constituirían nuevos lugares de refugio y posada al aparecer en ellas las correspondientes instituciones hospitalarias


Junto con los caminos de este a oeste se enlazarían los del norte al sur, entre los puertos del mar y los de la Cordillera, paso y comunicación con la meseta, que a la vez enlazarían con otras importantes rutas al occidente aprovechando los pasos naturales establecidos, como el del valle del Piloña, al otro lado del Altu la Llama trasiego continuo también de viajeros, arrieros, nómadas, trashumantes y peregrinos hacia Santiago vía Oviedo/Uviéu, ya de por sí un importante foco de peregrinación  medieval con sus reliquias


Aquí está La Rozona, gran finca de La Isla junto a La Cerca, en la frontera con San Xuan de la Duz. Es un aumentativo de roza o rozu, del latín rumpere, romper, maleza que se emplea para mullir o estrar, esto es, hacer la cama del ganado. Era además un apreciado combustible natural para prender la lumbre del llar, el hogar. Por extensión define a un terreno montaraz rozado y convertido en finca aprovechable, como es este caso. De ahí que rozar describa la acción de cortar la maleza de los setos y de las fincas


Hermosa llanura de prados, sebes, maizales y bosquetes que se extiende hacia Coceña, parroquia de Gobiendes, y la Carretera del Fitu, dando vista al Picu Fontanielles. Son los campos de La Mesnada, en la raya con la parroquia de La Isla por Güeñu, y de Les Viñes, cerca de Cobián, testimonio del muy antiguo cultivo de la vid en esos lares, máxime en ese lugar de terreno seco y calizo, muy soleado y caliente, donde apenas caen heladas


En el lugar de Solavilla (debajo de la villa), en el barrio de Coceña de Baxu, existe la creencia que hubo un convento benedictino, según noticia recogida por Inaciu Hevia Llavona en otro de sus trabajos de toponimia, el de la Parroquia de Gobiendes. Cuentan sus informantes que se encuentran cascos cerámicos al labrar la tierra y que una unidad francesa del general Bonet buscó refugio en su interior tirando la puerta abajo con el tronco de un árbol, llegando a secar todas las fuentes del pueblo de tantos como eran. Es posible que este convento fuese alguna pequeña comunidad de monjes con intereses en estos lugares, pues se dice que con la Desamortización sus terrenos pasaron a un particular llamado Vitorino Fuentes. También se afirma que cuando en verano hay seca se hacen visibles las marcas de sus muros en el prado


Un poco más arriba y bajo El Picu Fontanielles está El Cuetu Sol de Miguel, zona de pastos en las primeras estribaciones del Puertu Sueve, en un sendero que sube de la casería de El Robazu a El Llanu Llames, donde pastan los gamos, especie introducida entre 1955 y 1960 en varios montes siendo este el único lugar en el que se aclimataron, reproduciéndose y cuyo número pasa ya de los 8.000, saliendo ya fuera del área protegida. Es un camino muy empleado para subir al Puertu y había una casa en la que nació el famoso gaiteru Florentino Vallín, Florentino'l de Aguedina, pues era hijo de Aguedina de Carrandi. Florentino fue además maestro a su vez de otro gaitero y violinista, Andrés el de Paraes 


Otro gaitero de El Puertu fue Virgilio, nacido en Lliberdón y residente en Colunga, que tenía, más arriba también de El Robazu, la Cabaña de Xilo. Más arriba aún está Busfríu, con El Cuetu Sol de Miguel a su derecha y El Cuetu Cordobana a su izquierda. Encima están Les Corripes y asoma un poco El Picu Mirueñu, cuyo nombre parece tener que ver con mirar y la soberbia panorámica que se divisa desde su prominente altura


Con el pueblo de Güerres cada vez más cerca, seguimos caminando, todo llanísimo, por La Moría, al sur de La Raposera y al norte de Los Campones. Los pastores eléctricos o llendadores evitan que el ganado pase al Camino, pero nunca nos arrimemos demasiado a ellos, no vaya a ser que estén conectados y nos de un trallazo


Las bañeras empleadas como abrevadero son otra constante en el paisaje ganadero. A la izquierda de Güerres está el lugar o barrio de La Torre, en el que existió un torreón del que Braulio Vigón conoció arco de medio punto y ménsulas, ahora en una construcción moderna. Otro de los muchos baluartes camineros del medievo, o algunos quizás de un origen aún más antiguo


Antiguo como La Villeda o El Castru del Foyu, que Josefina Pis Sánchez dice lo llamaban así popularmente debido a que el dueño del terreno era también propietario de la finca de El Foyu, al sur de Güerres. De sus pesquisas escribe Aurelio de Llano en El libro de Caravia:
«Y en Agosto de 1921 fuí a hacer excavaciones al Castro de la Villeda, sito en el concejo de Colunga. Y el dueño del terreno se opuso en un principio, a pesar de ofrecerle la indemnización correspondiente, a que yo entrara a excavar en la finca.

-«No le permito excavar -me dijo- porque en lo alto del Castro hay un tesoro escondido, el cual consiste en una vajilla de plata y un juego de bolos de oro. Y esto pertenece a mis hijos, porque el terreno es de mi mujer, que en paz descanse…»

Por fin se convenció de que allí no había ningún tesoro, y me dió toda clase de facilidades para llevar a cabo mis investigaciones."


No es de extrañar por ello que José Antonio Fidalgo llegue a afirmar que tal parece que Güerres "fue lugar poblado antes que lo fuera la villa capital del concejo, que es Colunga". Efectivamente, si Güerres tiene su precedente poblacional en La Villeda, cuyo origen se estima varios siglos antes de nuestra era, Colunga como población no es más antigua que su creación por Alfonso X El Sabio como puebla en algún momento del siglo XIII de los años inmediatamente precedentes a 1278, que es cuando aparece documentada por primera vez, dado que las menciones anteriores parecen referirse no a una villa sino a todo el territorio que en principio abarcaba también Caravia


El vecindario de Güerres, secularmente, se dedicaba a la agricultura y la ganadería, compatibilizándolo con la pesca de pedreru, dada su cercanía al mar, de ahí que se celebre con éxito todos los años el Festival del Oriciu, el erizo de mar, pero dado que es una especie actualmente en veda en Asturias han de traerse de Galicia, por ello también Fidalgo afirma que "Estamos perdiendo la tradición de pescar oricios en los pedreros", a lo que continúa explicando:
"aquello era una romería, una juerga. Íbamos todos con el ganchu de la cocina y el cestu, hombres y mujeres, a pañar oriciu" 
"los oricios hay que comerlos crudos, abriéndolos por el culo, rebañando a deu y acompañados con pan y sidra. Y si puede ser, en un prau, al solín"

Delicioso paisaje hacia Güerres por La Chavida y La Manzanilla. Josefina Villar Pis e Inaciu Hevia Llavona, en su ingente labor toponímica, han recogido en nombre de numerosos prados, fincas, cuetos y lugares en este magnífico espacio abierto en la gran campiña entre La Isla y Güerres, como Los Llanos, La Garrefa, Los Fierrones, El Picudu, aquí en La Raposera, y muchos más


Fantástico entorno pues ahora de campos abiertos al pasar otra pumarada y dirigirnos a otro maizal, con La Villeda y Güerres siempre orientando nuestros pasos, al oeste


El castro y su corona disponen, al otro lado, de la formidable defensa natural de sus acantilados, de muy considerable altura, que caen a pico sobre el mar. Pero para mayor efectividad su acrópolis disponía de sus correspondientes fosos y murallas, muy deterioradas por la plantación intensiva de ocalitos. Aurelio de Llano afirmó haber encontrado cerámica muy parecida a la del Picu'l Castru o Castro de Caravia, del que hablamos en etapas anteriores, el primero excavado con criterios científicos en Asturias y de adscripción netamente prerromana


Castros, castillos y torres formarían, cada uno en su época y a la vez que los caminos que vigilaban y/o defendían, toda una tupida red desde el Cantábrico a la Cordillera Cantábrica. Sólo las mayores alturas, como las del Sueve, ya de por sí abruptas e inexpugnables, se mantenían relativamente al margen, solamente frecuentadas por pastores y sus rebaños más algunos cazadores


He aquí una bella imagen de Los Campones hacia el Altu los Remedios, Los Caspios y el Puertu Sueve, ya cayendo la tarde y con el sol, bajo, del invierno, cuyas sombras resaltan de manera diferente los contornos de El Puertu y sus formidables picachos


En primer término la cresta del Picu Bustrescosu hacia el Picu (o Cuetu) Cordobana y, sobre ella, la línea de cumbres del Picu Fontanielles y el Picu Mirueñu (1.138 m), situado algo más atrás y a su izquierda, ya en términos parragueses y segunda altitud del Sueve. Luego el Picu Pienzu, topónimo posiblemente relacionado con la palabra asturiana similar, pienzu, con el significado de torcido o pendiente, posiblemente del latín pendeo pendium, de similar etimología, inclinado, torcido, "aplicada la voz a un picacho empinado en su último tramo", como es este el caso, según explica el citado Julio Concepción Suárez


 El Sueve fue uno de los últimos reductos de los caballos autóctonos, los famosos asturcones, algunos de los cuales, precisamente, vemos a lo lejos, pastando en aquella llana pradería. A ellos les deben los asturianos la "entrada en la Historia", en el sentido clásico del término, cuando ya hay fuentes escritas que informan de esta tierra y de sus gentes. La primera vez que se menciona directamente lo "astur" en un escrito es en una referencia a este caballo. Ochenta y seis años antes de Cristo y medio siglo primero que las legiones de Augusto irrumpiesen en el corazón de Asturias, un texto romano, atribuido al celebérrimo político, escritor, orador y filósofo Cicerón pero actualmente considerado anónimo, la Rethorica ad Herennium (o De rationi dicendi ad C. Herenium, esto es Retórica a Herenio) habla del asturcón como un caballo de las "montañas de los astures", el pueblo que lo domesticaba y tenía como propio, aún fuera del dominio de Roma


El asturcón era ya entonces un animal totémico por excelencia, símbolo de fuerza y poder, fruto de la larga evolución de esta especie, el caballo, que apareció en la tierra en la Era Terciaria y de la que que existen evidencias que empezó a domesticarse hace entre 5.500 y 6.000 años en las llanuras del actual Kazajistán. Es por tanto el asturcón descendiente directo de una estirpe de caballos salvajes emparentados con los que vinieron de las estepas de Eurasia, Siberia y Mongolia, ya desde la prehistoria, dando origen a grandes pueblos de jinetes, como los escitas. El caballo asturcón, por sus características era apreciado ya desde tiempo inmemorial para el trabajo y la domesticación, en la tierra de los astures


Restos de asturcones han sido hallados en las excavaciones del castro gijonés de La Campa Torres y de ellos se sabe que eran empleados con este fin, no descartándose usos también alimenticios, e incluso religiosos. Al analizarse sus huesos se vio que eran caballos viejos y domésticos, sus lesiones en las patas delanteras demostraron que se trató de animales de monta (al  soportar el peso en ellas, no en las traseras, como hacen los de tiro). Apareciendo en algunos señales de descarnamiento en individuos de menos de cinco años, que es lo que delata un uso alimenticio o de ritos de sacrificio, usuales en las culturas antiguas. El propio término "poni", "el poni" asturcón", caballo pequeño, guarda relación con la diosa celta Epona, divinidad de la caballería y orden ecuestre


Y al igual que para el trabajo, valía para la guerra, no solamente para los enfrentamientos internos por la posesión de tierras, sino también en conflictos exteriores. Las crónicas resaltan que ya los emisarios del general cartaginés Aníbal habían llegado a las para ellos apartadas tierras  de los astures con la idea de enrolar mercenarios que les ayudasen a cruzar la peligrosa travesía de los Alpes, mercenarios a caballo con los que pudiesen acometer el paso rápido al norte de Italia en sus interminables y endémicas guerras contra los romanos. Siglos después, cuando fueron los romanos quienes se presentaron a la conquista de cántabros y astures, llamados por el oro y los deseos de triunfos de su emperador, empeñado en doblegar a los últimos pueblos de la Península que se le resistían, los asturcones también habrían de jugar su papel en esta lucha desigual. 


Los cronistas romanos comentan lo que hoy definiríamos como terror psicológico ante el ataque de la caballería enemiga a las bien formadas legiones del César Augusto, el espanto de un ataque astur o cántabro a caballo, tanto en terreno abierto como en el monte, causando que flaqueasen las defensas de las cohortes con su soldados de a pie, la infantería, poco avezados a la guerra en este entorno tan hostil y contra este enemigo. Era especialmente temida la maniobra del  Círculo Cantábrico, en la que los jinetes atacan dando vueltas en círculos con sus caballos al galope, lanzando una jabalina contra el enemigo y cubriéndose después con el escudo mientras se deja paso al siguiente, que repite la operación y así sucesivamente, desmoralizando al contrario, quien escapaba en desbandada. Así y después de diez años de guerra y el empleo de seis legiones con infinidad de tropas auxiliares, precisándose la presencia del propio César Octavio Augusto, el cual hubo de venir en persona para intentar poner final a una desastrosa campaña, los astures y los cántabros quedan bajo dominio de Roma. La Legio I Augusta sufrió el humillante castigo de no poder llevar más ese nombre (paso ser la Legio I Germanica) por cobardía ante el enemigo, al llegar a desarrollar sus legionarios un miedo supersticioso a la invencibilidad el enemigo


Como tantas veces se repite en la historia, una de las posibles salidas para un pueblo vencido es ponerse al servicio del vencedor. Las cohortes de caballería astur, que tanto pánico llegaron a provocar en los romanos , pasaron ahora a su servicio en las fronteras más inseguras del Imperio: desde la Muralla de Adriano al norte de la actual  Inglaterra (campamento de Cilurnum), frente a los pictos, hasta la línea del Rhin frente a los germanos, o la Dacia (Rumanía), fueron algunos de sus destinos


Los autores de la Antigüedad quedaron impresionados y por lo tanto, ellos mismos impresionaron a sus lectores, con sus halagos al caballo asturcón, tal y como nos comenta el escritor José Havel en Crines y acero: los asturcones en la antigua Roma, el mismo poeta Virgilio habla del "pulcherrimus astur". Por su parte, Plinio El Viejo, destacadísimo observador de su tiempo y antiguo procurador de la provincia Tarraconense, glosa a los asturcones como caballos ponis, esto es "de talla menor, no tienen una marcha como la normal, su paso es cómodo, gracias al movimiento simultáneo de las patas de un mismo lado. Los naturales enseñan a sus caballos a andar de andadura". Llama la atención otro autor, Eranio Liciano, que dice que en las fiestas de Antioquía del año 167  a.C. el rey Antíoco IV Epífanes montaba un asturcón, lo que demostraría que ya era conocido y valorado desde mucho tiempo atrás por el oriente helenístico. De todas maneras, debió llegó a ser tan preciado que en Roma "asturcón" sirvió para denominar toda una serie de caballos distintos pero de características similares, de ahí el oficio de asturconarius que aparece alguna vez citado y de ahí también que llegase a ser todo un símbolo de poder y ostentación al que ni el mismo emperador Nerón se resistió, pues también poseía uno. El cónsul y poeta Silvio Itálico glosa en Punica, una de sus obras, al asturcón; también su amigo Marcial, que dice "que galopa pequeño de estatura al son del compás". Mientras que de "Caballo Ambulator"  le califica el Corpus Glossarum Latinorum de la abadía de Corbie, en Picardía, compuesto por sus monjes en el siglo VIII, siendo abada Adelardo de Corbie, primo de Carlomagno


Contemporáneo al escrito de Corbie, las crónicas del Asturorum Regnum informan que la caballería sería la mejor garantía para defender las fronteras de las continuas invasiones musulmanas, así como para "devolver los golpes" y hacer rápidas incursiones muy al interior de Al-Andalus, como la que llevó a la conquista de Lisboa en el año 797-98 por las tropas de Alfonso II El Casto, unos años antes que, bajo su reinado, se descubriese el que se tiene por sepulcro de Santiago en Compostela


Pero aparte de la guerra y las glosas clásicas, el asturcón fue compañero de trabajo de muchas familias campesinas asturianas en su quehacer diario, animal fuerte y musculoso, sufrido, con mucho pelo y patas resistentes para meterse en lugares escarpados, o para largas travesías. Fue caballo de tiro, importantísimo para las faenas de la casería, para tirar del carro, como montura, o para labrar la tierra. Pero también fuera de Asturias se le cita en el texto irlandés Twoo Bokes of the Histories of Irelanden el que se plasma la anécdota de un noble que quiso comprar uno en el siglo XV sin resultados, pese a lo mucho que iba a pagar por él. Algunos asturcones aparecen en París en el siglo XIX, empleados para el tiro de carruajes pequeños


La mecanización del mundo rural y al igual que ocurrió con otras especies, casi hizo desaparecer al asturcón en pocas décadas, muchos fueron muertos en la guerra civil para conseguir alimento. Después de extrañas tentativas para cruzarlo con otras razas, sin criterio, incluso de hablo de sacrificar para carne a los últimos ejemplares (unos cuarenta en los años 70), algunas personas entendieron que esta situación era inmerecida. Varios ganaderos conservaron alguna yeguada y la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA), intervino en el tema muy positivamente. Se creó la Asociación de Criadores del Asturcón y se empezaron a recabar importantes apoyos, tomando las instituciones cartas en el asunto al declararlo "raza autóctona de Asturias de protección especial". Hoy en día hay cerca de tres mil, no solo en Asturias, que es donde se halla a inmensa mayoría, sino también en criaderos de León, Cantabria o Palencia, e incluso de Madrid o Almería. Existen grandes expertos de doma y varios asturcones han ganado ya campeonatos de España de equitación en distintas especialidades. Todo ello parece garantizar en principio la supervivencia del caballo y que el asturcón siga acompañándonos por los caminos de la historia, tal y como lleva haciendo desde hace milenios, desde que los asturianos son asturianos


En esta foto también de invierno, con los árboles sin hojas, reconocemos a lo lejos de nuevo el Palacio de Güeñu y al fondo la iglesia de Santiago de Gobiendes, en cuyo Libro de Difuntos aparece registrado en 1767 el italiano Agustín Forti, "pobre peregrino que venía de Santiago de Galicia", es decir, realizando pues el camino de vuelta, que muchos peregrinos hacían por Asturias con la idea de visitar y venerar las Reliquias de San Salvador en la catedral ovetense, dado que:
Quien va a Santiago
y no al Salvador
visita al criado
y olvida al señor

Abajo, el edificio de apartamentos del Palacio de Bueño, arriba, al lado de la iglesia, El Cine Gobiendes, construido tras derribarse La Escuelina a mediados del siglo XX con el dinero de gentes de Lloroñi, destacando el indiano Manolo Isla


Florece la vereda en verano y en primavera. El Camino de tierra zigzaguea ligeramente entre el prado de la izquierda y el campo de maíz a nuestra derecha


Cruce de caminos y todo de frente: aunque no veamos las flechas, pues aquí pocos sitios hay para ponerlas, Güerres nos indica la dirección a seguir, todo de frente y recto


Filas de arbustos extendidos por los bordes de la senda balizan también este itinerario. Pasan bastantes peregrinos pero no tantos como por el Camino oficial. Otros deciden tomar la ruta de los acantilados desde el albergue de La Isla que, puestos a andar por senderos alternativos, también merece la pena conocer. Una posibilidad es, si se hace una etapa corta y se dispone por ejemplo de una o media tarde libre, contando siempre con el oportuno y merecido descanso y si estamos bien de fuerzas, hacer una ruta circular a Güerres por dichos acantilados y regresar por aquí a dicho albergue tras hacer una parada en el Bar Caleya para tomar algo


Y a nuestra izquierda otra vista de la Casa de Loja con su cerca, mansión y arbolado. Ahora sí que vemos mejor el edificio de las caballerizas, a la derecha, sobre los campos de El Bogal, "heria y sitio del Vogal", según figura en el Libro de fábrica de San Juan de Duz en 1740


Por ahí va El Camín del Bosque, de Trespandu a Loja, al lado de El Prau de Bárzana, señalado como "façuca de las Barçanas" en documento de 1448 


Esta ruta de La Isla a Güerres fue señalizada de manera efectiva en 2018 y así lo recogía el periódico La Nueva España a fecha 25 del noviembre de ese año, titulándola Abren en Güerres parte del Camino de Santiago:
"Los vecinos de Güerres, en Colunga, celebraron ayer la fiesta de Santa Catalina con una misa cantada por el coro de San Roque de Lastres. A la cita acudieron más de medio centenar de personas. Los lugareños aprovecharon para inaugurar el primer tramo recuperado del Camino de Santiago antiguo"

Dicha capilla de Santa Catalina de Alejandría estaría en su origen ligada a este itinerario jacobeo y sus primeras noticias son del año 1590, si bien se supone su fundación habría de ser algo anterior, de ella hablaremos cuando pasemos a sus pies, en el barrio de El Fonduxu


Otra foto de invierno, con el Camino embarrado y una larga hilera de vascas frisonas, inconfundibles con sus manchas negras y blancas, de regreso a la cuadra tras permanecer todo el día en el pasto


Lloreos o laureles (Laurus nobilis), que crecen en Asturias de manera espontánea y silvestre casi por doquier, especialmente en sebes y demás cierres de fincas y caminos. En muy aromática y desde siempre se usa tanto en cocina como en medicina doméstica y prácticas religiosas, pues el lloréu benditu que se lleva en procesión el Domingo de Ramos sirve, junto con el agua bendita, como remedio sagrado contra males y quebrantos asperxando o salpicando con ello toda la casa, la cuadra y las huertas. Así lo cuenta el gran etnógrafo Luis Argüelles Sánchez en El Libro de Gijón:
"Una vez llegada el agua bendita a la casa, tenía por menester, aparte de llenar aquellas pilinas de agua bendita que había en las habitaciones inexorablemente, el asperjar la casa y, en los ambientes rurales, también los establos hórreos y demás aledaños, con el doble fin de expulsar a los demonios y a las alimañas, tales como ratones, cucarachas, chinches, ahuyentar otros y preservar de todo mal, incluso del al de ojo y otras brujerías. Siempre que se preguntaba por qué se hacía aquello, respondían: "Porque ye bueno".

Para el asperjes se usaba generalmente un ramín de laurel bendecido el domingo anterior. Con él se servían para salpicar con el bendito elementos la casa y los rincones. Había una fórmula, que en Gijón y su concejo era muy común. Decía así:
Fuera sapos
fuera ratos.
fuera toda maldición,
que aquí está el agua bendita
del día de la Pasión"

Pero, estamos en Colunga y, dado que seguimos viendo arbustos de lloréu, ha de ser el cronista del concejo, José Antonio Fidalgo, quien tome la palabra:
"En primer lugar hemos de preguntarnos por qué laurel y no ramas de olivo o de palma?. Pues, aparte de las «virtudes mágicas» de este árbol (signo de victoria, señal de permanencia en el tiempo, símbolo de renovación…) es porque en Asturias, salvo raras excepciones, no hay olivos ni palmeras y el laurel es árbol de hoja perenne y florido en estos días cuaresmales. 
Sigamos ahora con nuestras costumbres. 
1.- PROTECCION DE CASAS. – Se aseguraba colocando colgados en un balcón o en el corredor de la vivienda un ramo bendito. 
También era frecuente colgar una ramita en cada habitación bajo la imagen existente en la cabecera de la cama. 
2.- PROTECCION DE CUADRAS, GALLINEROS,… Se colocaba un ramo de laurel bendito sobre el marcó superior de la puerta de entrada. 
3.- PROTECCION DE TIERRAS DE LABRANTIO. Se asperjaban, usando el ramo bendito, con agua bendita y rezando este conjuro: 
Salí, ratos; salí sapos ; 
salí toda comezón, 
que aquí esta el agua bendita 
y el ramu de la Pasión. 
Después ese ramo se clavaba en el suelo y quedaba en el terreno. 
4.- PROTECCIÓN EN DÍAS DE TORMENTA. 
Se invocaba a Santa Bárbara , asperjando con agua y laurel benditos y, encendida la vela del Monumento el día de Jueves Santo, con esta oración : 
Santa Bárbara bendita 
que en el cielo estás escrita 
con laurel y agua bendita. 
En el ara de la Cruz, 
Padre Nuestro, Amén Jesús. 
5.- RECOMENDACIÓN DEL ALMA. – 
Cuando el sacerdote acudía a un domicilio para administrar el Viático y la Extremauncion a un moribundo, se colocaba en la mesita de noche de la habitación del paciente un pequeño crucifijo y a sus pies una vela encendida y una ramita de laurel bendito. 
Se simbolizaba así el «renacer a una nueva vida de luz y de triunfo». 
6.- RECUERDO DEL «COMPROMISO PATERNAL» DE LOS PADRINOS DE BAUTISMO. 
El mismo Domingo de Ramos o en días posteriores los niños/niñas visitaban a sus padrinos de bautismo para llevarles el ramo o palma benditos. Era el símbolo de su «parentesco espiritual» y de su amor filial… y la «advertencia» del regalo que esperaban recibir el domingo de Pascua de Resurrección"

No había pues olivos en Asturias pero la toponimia, tozuda, nos dice que alguna vez sí. En Güerres por ejemplo existe El Güertu los Olivos, donde ahora hay una cuadra. ¿Por qué dejaron de plantarse?, es posible que por la relativa abundancia de aceite de ballena, sobre todo aquí, en las cercanías del puerto ballenero de Llastres. Cuando las ballenas prácticamente se extinguieron del Cantábrico se pensó que resultaba más rentable traerlo de las regiones productoras del sur en barcos fletados a tal efecto o trasportado por los arrieros maragatos y dedicar ese espacio a otros cultivos


Aquello es La Peruyal, a la derecha de Güerres, barrio por el que entran en el pueblo los peregrinos y caminantes que han optado por la ruta de los acantilados. Su topónimo se refiere al árbol de les peruyes o peras silvestres (Pyrus pyraster)


Hay algunas casas nuevas. Los alojamientos rurales, sobre todo veraniegos, y las segundas residencias, son la alternativa turística a las menguantes labores agropecuarias, principalmente en estas aldeas costeras cercanas a las playas


Más a la izquierda La Cotariella y El Pedregal, con su llamativa fila de casas bien orientadas al sur, bajo la falda meridional de La Villeda


En La Estadía está la plaza y explanada en la que, además de estar el bar con sus terrazas, se celebran fiestas y encuentros, romerías, conciertos y demás actos públicos, la carpa lo de muestra. Bajo ella se festejan el Festival del Oriciu, hacia los meses invernales de febrero-marzo, los mejores para ellos, aunque con las vedas suelen venir de Galicia y, ya acabado el verano y coincidiendo con las fiestas del Rosario, el concurso de sidra casero, el de escanciadores de sidra, el Festival de les Llámpares (lapas), el Festival de los Tortos (tortitas de maíz) con huevos y picadillo y hasta alguna cosa más, como la gran chocolatada, para que nadie se quede con hambre. Más arriba las casas de El Cuetu


El gran maizal se extiende a nuestra izquierda, desde este Camín de Güerres hasta La Caleyona, al pie de la Casa de Loja. 


Esta es una foto del palacio con sus dependencias y sus alrededores en invierno, antes de que se plante el maíz. Reconocemos abajo La Caleyona, bajo el alto muro de la finca


Foto  de verano con el maíz ya muy crecido. Poco más allá La Cerca y a lo lejos nueva vista de Carrandi, con el Monte la Riera (174 m), a cuyos pies pasa el Ríu la Espasa, que nace al pie del Picu Fontanielles, en el Sueve, y desemboca en la playa de este nombre: el paso de Caravia a Colunga que ya hemos dejado atrás


Las antiguas minas de Carrandi fueron propiedad de Braulio Vigón Casquero, que sin embargo pasó a la posteridad más por sus estudios históricos y etnográficos que como empresario minero. Ya en tiempos del ilustrado Jovellanos, con la Revolución Industrial en marcha, se hizo perentoria la búsqueda de materias primas para acometerla sin quedarse atrás ante los profundos cambios que se producirían, por ello, Don Gaspar recorría Asturias buscando y confirmando nuevos yacimientos, llegando en 1790 a La Riera, donde reconoció la mina, ya en marcha, de D. Cosme de Cangas, vecino de Lliberdón


Más adelante sería el ingeniero de minas Guillermo Schulz quien  repararía en que el carbonífero colungués podría ser una continuidad del de la Cuenca del Nalón, que se extendería hacia aquí por Bimenes y Nava, si bien nunca alcanzó la misma rentabilidad, por lo que las empresas fueron abandonando su explotación, al principio extraída esporádicamente acá y allá pero, ya en el último tercio del siglo XIX, esta fue concentrándose en las parroquias de Carrandi y La Riera, siendo entonces cuando Braulio Vigón se hace con su concesión, estableciéndose en La Canal de Carrandi y Los Cestos de La Riera, llamándola Mina de Irene y Loreto de Carrandi. Su carbón fue premiado en la Exposición de Filadelfia de 1876


Por entonces la salida comercial era de este carbón se realizaba mediante carros de bueyes hacia el puerto de Llastres, don donde salía en barco al puerto gijonés de El Musel y al de Bilbao, lo que implicaba unos costes que echaron abajo su rentabilidad, cerrándose la explotación hasta que, en 1890 y dado la gran subida del precio del carbón inglés que entraba vía Bilbao, los industriales vascos se afanaron en comprar minas en Asturias, León y Palencia: así nacía a principios del siglo XX el Coto Minero Requeté de Carrandi, que fue la más importante de Colunga. Según leemos en el excelente artículo de Búscolu. Comunidad de noticias del Oriente de Asturias, se trataba de un pozo inclinado con su correspondiente lavadero de mineral


La explotación carbonera se realizada por la conocida como Senda del Patudu, con galerías y travesales, instalándose un funicular aéreo para llevar el carbón al puerto llastrín, donde un pantalán, del que se conservan sus restos, lo recibía para cargarlo en los barcos rumbo a Bilbao. Aquel periodo de prosperidad se vio truncado con la Guerra Civil en 1936, posteriormente, avanzada la posguerra, es comprada su concesión por otro empresario vasco, Nicolás Durana, que vuelve a ponerla en marcha, abriéndose un nuevo pozo en La Canal, casi paralelo al antiguo, y haciéndose un nuevo lavadero que sustituyó al anterior, pero llevándose el carbón al puerto riosellano por carretera y en camiones, embarcándolo allí a Bilbao, contando por entonces la plantilla con un centenar de obreros


La empresa se declara en quiebra en 1965 por deficiencias económicas y de explotación, llegando a escribirse en la fachada del pozo "No murió, la mataron", tras su cierre. Aún en los años de1980 se sacó antracita de Mina Consuelo en Carrandena y en L'Eslabayu, de Antonio García Morán y luego de Ricardo Rubio, con 17 obreros, 7 de ellos de Colunga. Su actividad finaliza a finales de esa década 


La Chavida y El Chavidón, lugar citado en 1329 como Chanvida en la documentación del convento de Les Pelayes, en la frase que dice así: "la metad de otra faça que yaze en la Chanvida"


Al norte, muy cerca, divisamos el borde de los acantilados por donde discurre el otro camino que podemos emplear para ir a Güerres desde el albergue. Ahí está El Saltu la Muyer, sobre los pedreros de Los Cueros, Piedrallana, La Piedra'l Corredor y La Pasada Santos (pasada, puesta de pesca). También está el del significativo nombre de La Puente'l Diablu, muy posiblemente aludiendo, o bien a la aparición del trasgu del gorretín coloráu que vive en la cueva de su nombre en  La Güelga o, lo más fácil, a su peligrosidad y difícil acceso


Antaño solían mariscar casi únicamente las mujeres, siendo especialmente famosa en este arte, allá por mediados del siglo XIX, Concha Villa, La Pelaya, que, casada con un guardia civil, fue a vivir a Ribadesella/Ribeseya, y más tarde a Llanes, lugares donde siguió mariscando. Su hijo, Pedro Pérez Villa, Pedro el Sordu, sí fue mariscador, heredando el oficio de su madre. A él le dedica un buen artículo biográfico Higinio del Río, director de la Casa de Cultura de Llanes, del que extraemos esta parte en la que habla de su madre Concha:
"Pedro había nacido en Ribadesella, pero le trajeron en pañales a Llanes, adonde vino destinado su padre, un guardia civil colungués. La madre, Concha Villa, también natural de Colunga, era conocida como “la Pelaya”. Corría el año 1877 cuando el matrimonio se trasladó a vivir a la villa llanisca con su hijo. El alcalde de Llanes era Román Romano Mijares y el cuartel se levantaba junto a unos prados, en el solar que ahora ocupan las viviendas sociales de los marineros en el Barriu. De “la Pelaya” heredó Pedro la afición a pescar. En aquella época, en la zona de Colunga y Lastres solían mariscar las mujeres. Tanto en La Isla, primero, como en el Faro, Toró y Portiellu, después, “la Pelaya” destacó como pescadora de roca. Empedernida fumadora, que liaba el tabaco en hojas de maíz, llevaba con ella a su primogénito, cuando éste tenía diez o doce años, y siguiendo el ciclo de la vida, Pedro haría lo mismo años después con su hija mayor, María."

Los Tenreros o El Tenreru, el 1448 "los eros del Tenrero": una gran llanura se extiende desde los acantilados al pueblo, ahora pastos y maizales pero que antaño también fueron tierras de labor "lantados e corrales de Santianes de Guerres", se lee en un documento de 1390


Sin hacer caso a otros desvíos, muchos vías de servicio o acceso a las fincas, seguimos siempre el camino principal, fácil de identificar por ser el más ancho y aplanado, con signos evidentes de haber sido ensanchado para el correcto paso de los tractores, la huella de cuyas ruedas puede reconocerse en el firme de tierra


He aquí una leve cuesta que nos permite una buena vista de Güerres desde al Camino, también aquí el maizal parece extenderse hasta la misma entrada de La Peruyal


La Peruyal bajo La Villeda, su castro fue descrito por la citada arqueóloga Gema Adán como de forma ovalada en su parte más ancha, circundada por dos taludes y un foso al E. La profundidad de estas defensas varía entre los 3 y los 10 metros, tendiendo a ser más profundo el talud superior. Más al NE hay un sector más accesible y menos protegido, con foso y parapeto exterior, de unos 3 metros de alto, 2 de profundidad y 6 metros de ancho


Sospecharíamos que el castro controlaría y vigilaría los accesos, terrestres y marítimos, al gran fondeadero natural del Cabu Llastres, donde se contempla que sus mismas playas harían de puertos desde la prehistoria. La de La Griega debe su nombre al castro, del céltico briga, altura, monte o fortaleza, raíz indoeuropea berg, con el mismo significado. No obstante en un principio se pensó en asentamientos griegos, en concreto una imposible presencia de la Legio IV Macedónica, que si bien habría participado en la conquista de cántabros y astures, fue trasladada desde su acantonamiento de Pisoraca (Herrera de Pisuerga, Palencia)


Esta teoría de la legión macedónica, que se extendió hace décadas por varias urbes cantábricas, se veía aquí avalada por la sí demostrada presencia en La Isla de una comunidad de culto a Mitra, compuesta, se supone, por legionarios y/o comerciantes más que por poblaciones locales, religió de origen persa, muy transformada por la romanización, pero que ya era conocida desde muy atrás en el mundo helenístico


Maizales y arboledas nos ocultan algunos de los barrios de Güerres, que sólo vemos parcialmente. Bajo las casas pasan los peregrinos que, desde los acantilados, entran en el pueblo para proseguir ruta a Colunga, donde se enlazará con el Camino oficial para dirigirnos a Villaviciosa. Nosotros podremos unirnos a ellos en el mismo Güerres, más adelante, entre Trespandu y El Foyu, o bien continuar hacia Colunga por La  Castañar de Espina, de honda tradición romera, con su imagen de la Virgen de Loreto, la Romanina, patrona de Colunga


Pero, no adelantemos aún acontecimientos, tenemos aquí esta bifurcación, verdaderamente para ir a Trespandu podríamos ir tanto a la izquierda, hacia la Casa de Loja, La Caleyona y El Camín del Bosque, como a la derecha, por donde está señalizado con flechas amarillas, que es lo que vamos a hacer


Y es que este ramal derecho es el que debe tener los visos de mayor autenticidad, pues es el que se encamina a El Barradiellu, barrio del campo y solar de la recuperada capilla de Santa Catalina de Alejandría, relacionada muy posiblemente con las peregrinaciones, pues si bien ya era venerada en el siglo VIII en Roma, empezó su culto a extenderse en las décadas inmediatamente anteriores año 1000, pero soibvre todo a partir del siglo XII y desde Francia, coincidiendo por un lado con las cruzadas y por el otro con las peregrinaciones


Según leemos, Santa Catalina es patrona (patronazgo compartido normalmente con otros santos) de los escolares y estudiantes en general, filósofos, prisioneros, jóvenes casaderas, barberos y todo cuanto tenga que ver con las ruedas, símbolo de su martirio, especialmente carreteros, molineros, traperos, hilanderas e incluso ciclistas, por lo que no sería descabellado organizar en Güerres una fiesta dedicada a nuestros sufridos bicigrinos, los peregrinos sobre ruedas...


Peregrino en Güerres, forzoso pero peregrino, y después hospitalero en Colunga, fue el veneciano Joseph de Misso, único superviviente del trágico naufragio de un barco en los acantilados de Güerres hacia 1630-1633, el cual fue socorrido por los vecinos y cuidado por los sacerdotes de Colunga, quedándose a vivir en la villa capital del concejo en agradecimiento a su salvación, ejerciendo de hospitalero en el hospital de peregrinos de Santa Ana


Se dice que fue él quien trajo aquí el culto a la Virgen de Loreto, patrona colunguesa, a la que se encomendó al naufragar, pues llevaba puesta una imagen de Santa María, parece ser que una medalla,  la cual era una réplica de la venerada en la Santa Casa de Loreto, población italiana a donde fue milagrosamente trasportada, según piadosa tradición por ángeles, la casa natal de la Virgen en 1294 tras caer esa parte de Palestina (Tierra Santa) en manos de los turcos durante las cruzadas


Dentro de la devoción de Joseph de Misso, además de ser hospitalero se comprometió en la construcción de una capilla dedicada a Nuestra Señora de Loreto, junto con su correspondiente cofradía, la cual se edificó a la entrada de Colunga por el Camín Real, pidiendo ser visitada pues, desde el mismo Camino, por los peregrinos que hacen la ruta oficial. El varias veces citado Braulio Vigón conservaba copia de su escritura de fundación allá por 1663:
"...Joseph de Misso, de nación italiana, de la señoría Venecia, morador y ospitalario en el hospital de la villa de Colunga, principado de Asturias y Obispado de Oviedo, de más de treinta a esta parte fundó y edificó una ermita advocación de NTRA. Sra. De Loreto en el valle y en los términos de Llanos, feligresía de dicha villa de Colunga"

Se dice que el mismo Joseph de Misso cedería al santuario una pequeña talla en madera policromada de Nuestra Señora de Loreto, llamada cariñosamente la Romanina, la cual tuvo posteriormente una hermana de mayor tamaño, "de las de vestir" como suele decirse. Ambas fueron destruidas en la guerra, pero posteriormente se hicieron nuevas réplicas gracias a las fotos conservadas por la devota feligresa María Dolores Granda , una de ellas, de piedra y obra, como las otras, del marmolista Leopoldo Fernández, Poldo, la cual se encuentra en el Castañar de Espina, también a la entrada de Colunga, donde fue colocada en 1953, pues se dice pasó allí la primera noche tras su naufragio


Naufragio que, si fue ciertamente en los acantilados de Güerres, es posible o seguro que de Misso fue a parar ahí, pasando por Güerres en dirección al castañar y antes de ser recogido por los monjes, por lo que se trataría de un camino similar al que emplean los caminantes que llegan al pueblo desde la ruta de los cantiles. De todas maneras es fácil que, dentro de la dificultad de separar siempre realidad histórica, tradición y leyenda, hubiese pasado realmente la primer a noche en alguna casa, sino ya al cuidado de los religiosos de Colunga


Y es que La Castañar de Espina, que podremos visitar dentro de nuestras opciones para continuar de Güerres a Colunga era desde antiguo un enclave realmente muy especial, pues con sus casi mil años de existencia señala por tradición un límite territorial entre cuatro parroquias colunguesas, el cual fue objeto de un litigio dirimido cuando un rayo "sentencia divina inapelable" dice José Antonio Fidalgo, cayó sobre el castaño...
"y partió su tronco en cuatro "ramas troncales" (aún subsisten desde el siglo XVI) que delimitan esa división parroquial: la del norte corresponde a Duz, la del este, a La Isla, la del Sur-este, a Gobiendes; la del oeste, al Colunga"

Viejas leyendas camineras pues muy vinculadas con el Camino... y los caminos. Por ejemplo, el peregrino del Camino del Norte volverá a encontrarse con la advocación de Santa Catalina, más allá de Güerres, en lugares tan señalados como la Universidad de Oviedo (edificio cercano a la Plaza de Alfonso II El Casto o de la Catedral, confluencia de gentes y caminos) o el tan histórico Seminario de Mondoñedo, dado su patronazgo estudiantil


Sebe a un lado y maizal a otro, entre las fincas de Güerres la de L'Arada revela en su topónimo su tradición agrícola, mientras que la de La Baragaña hace hincapié también en ello, con el significado de "huerta pequeña", es posible que del latín varam. Efectivamente reiteramos que en la actualidad estas fincas son  predominantemente ganaderas pues hasta el maíz se planta con mines forrajeros y no cerealístico-panificables, como antaño


La de El Bosque, por otro lado delata antiguas extensiones de arbolado, más numerosas antaño que ahora, a excepción de las tan recitadas en todo nuestro periplo norteño, plantaciones de especies de crecimiento rápido para la industria papelera o de celulosa


La finca llamada El Cierru hace mención a cercas y cercados, lo más fácil dedicados antaño a cultivos. La Cortina es una pumarada cuya faza o haza (franja) aparece en un escrito de Les Pelayes de 1448, "la faça de la Cortina", y es que una cortina es un terreno labrantío dividido en muchas hazas o faces


Otro prado, El Cantiellu, es un diminutivo de cantu, un alto más o menos dominante respecto al entorno, si bien sus acepciones pueden ser bien explicadas por el erudito filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Además de ‘piedra’ la palabra asturiana cantu significa ‘arista’, ‘cima, o arista elevada común a las dos laderas de la misma elevación del terreno, que convergen pero pertenecen a distinto valle’. Términos derivados serían cantexu ‘picacho’, cantollada ‘caída estrepitosa’, etc. El refranero generalizó el dichu popular pelos Santos, la nieve pelos cantos en clara referencia a que las primeras nieves aparecían al principio de noviembre.

La filiación etimológica de esta palabra, quizá indoeuropea, parece estar en relación con la raíz presente en cándanu alusiva al color blanquecino. El problema reside en que bajo la expresión cantu pueden haber confluido diversos términos de orígenes distintos como la palabra probablemente céltica CANTUS ‘banda de la llanta’, ‘círculo’  transmitida a través del latín, y quizá otra de origen prerromano, KANTHO ‘ángulo, borde, esquina’, que cree haberse encontrado en la península en primitivos nombres de persona. De hecho es posible que se haya llegado a la confusión entre cantu ‘piedra’ y cantu ‘borde’ debido a la frecuencia de la piedra blanca en el lomo de las montañas . Nuestros lugares llevan este nombre profusamente"

La Carrera es un camino de carros, da nombre pues a uno de los que hay a la entrada de Güerres y también a un prado. Especialmente significativo es el prado de Casalvira, nombre de la casa y de su posesora, uno de los muchos topónimos recogidos por Josefina Pis Sánchez y que también encontró plasmado en la diplomática de San Pelayo en 1448: "la metat parte del cueto de la Traviesa, ascontra casa d'Elvira, segund echa agua contra cas d'Elvira", también "la faça de casa Elvira de bajo"


En La Villeda abundan los topónimos La Llosa, tierras de labor cercadas cerca del pueblo, memoria sin duda de sus antiguos usos comunales de labrantío: La Llosa la Llera (lugar pedregoso), La Llosa les Tres Piques, La Llosa'l Llaniscu, o El Llosón. Volvemos a leer a García Arias:
"Para una serie de palabras como el catalán llosa, castellano losa, portugués lousa, gallego louxa, asturiano llosa etc. se pensó en una etimología prerromana  y céltica más concretamente LAUSA ‘losa’ . El hecho de que tanto en territorio asturiano como catalán abunden los topónimos del tipo llosa aconseja a Menéndez Pidal buscar una explicación diferente del lat. CLAUSAM ‘cerrada’ pues el grupo CL- no palataliza en catalán .

A nuestro modo de ver ha de entenderse que bajo una misma expresión del tipo de las asturianas llosa o llousa, se ocultan dos palabras de orígenes diferentes. Por un lado una de clara ascendencia latina, CLAUSUS, A, UM ‘cercado, cerrado’ que se aplicaría a realidades como la ería o a otra propiedad comunal caracterizada precisamente, frente a otras, por estar cercada o “cerrada sobre sí” en expresión de documentos tardíos"

Durante la Guerra, Güerres, como Colunga y otros lugares cercanos al antiguo aeródromo de Sale, resultó afectada por los bombardeos, guardándose los vecinos en la cueva de El Cofarón, tal y como relata asimismo  Josefina Pérez Pis


Justo antes de llegar a las primeras casas tenemos aquí un cruce en el que hemos de prestar la debida atención, pues no es difícil equivocarse


Aparentemente hay dos caminos principales, pero en realidad salen tres: por el de la derecha podríamos entrar en Güerres por La Peruyal, enlazando ya ahí como el camino de los acantilados, desde el que continuaríamos a La Estadía y su plaza


Pero nosotros vamos a tomar el de la izquierda, el que se dirige a El Fonduxu, donde podremos visitar la capilla de Santa Catalina de Alejandría, especialmente vinculada al Camino, reiteramos


Ojo a la flecha amarilla en esta columna, casi tapada por los escayos o zarzas, es la que nos indica tomar esta dirección a la izquierda rumbo a El Barradiellu, para luego continuar a Trespandu y Colunga


Pero estemos atentos con referencia a la flecha: de los dos caminos de la izquierda, hemos tomar el de la derecha, el más próximo a la columna. El otro es la entrada a una finca


Este de la derecha se ve más de trasiego y de paso, pero no es, recalcamos, nada difícil equivocarse, pues el otro es también bastante ancho y trillado


Este camino correcto bordea la muria de la finca de una de las casas de La Peruyal, que ya queda atrás y a nuestra derecha. Es El Camín de la Llana, topónimo seguramente vinculado a lo llano del terreno


Más allá, a nuestra izquierda, va el otro Camino, dando vista al Puertu Sueve, desde cuyas alturas, decían no pocos geógrafos, etnógrafos, historiadores y escritores, que se ve "desde Estaca de Bares a Vizcaya", sin duda un tanto exageradamente, aunque lo cierto es que no mucho faltará...


Y allí tenemos, nuevamente, la Casa de Loja, vista ahora desde el norte, en lo alto de la colina de sus extensas fincas que se extienden entre dos parroquias, solar de una de las ramas de los Cobián de Colunga


Ya reconocemos por fin, a la derecha de las caballerías, la casona primigenia, del siglo XVII, de la familia Cobián, una de cuyas propietarias fue Doña Úrsula de Cobián, casada con el jurisconsulto D. José Joaquín de la Isla y Mones, quienes residieron en esta casona, de la cual hicieron cuartel general de la resistencia local contra las tropas napoleónicas


De aquellos episodios escribe en Buscólu el historiador Omar Pardo Cortina dentro del artículo, publicado el 19-1-2019, Los héroes colungueses de la Guerra de la Independencia (1808-1814):
"el famoso Juriconsulto y escritor D. José Joaquín de Isla y Mones, de los Isla de Gobiendes, enorme figura intelectual, ilustre doctor en Filosofía y Leyes y Abogado de los Reales Consejos, síndico procurador de la villa de Colunga y juez primero noble quien asumió en primera persona todos los riesgos frente al invasor francés, bien al contrario de lo que sucedió en otros lugares donde fue el pueblo como impulsor de la rebelión el que arrastró a unos temerosos y vergonzantes estamentos altos y a una casta militar integrada por ellos, que bien escondió la cabeza debajo del ala, para luego echar carreras de última hora para ponerse al frente de la “sublevación-revolución” o lo que fuera, que no era cosa de perder las riendas, claro, hasta ahí podíamos llegar.

Fue pues el de Colunga un atípico caso donde un noble asumiendo múltiples riesgos – algo bien impropio de personas de su rango y condición en esa coyuntura – quien tomando como Cuartel General la casa de su mujer Dª Úrsula de Cobián en Loja (parroquia de San Juan) se puso a coordinar la Defensa junto a D. José Joaquín de Argüelles, de la también noble familia de los Arguelles de Colunga, como comandante de Alarma de la localidad, los que en colaboración con sus hombres de confianza sobre todo los valerosos soldados Vicente Foyo Llames, quien moriría siendo ya capitán años después heroicamente en la defensa del Fuerte de Veracruz en el Virreinato de La Nueva España y el libardonés D. José Cortina, capturado por el enemigo y fusilado por negarse a revelar la ubicación del depósito de armas de Pedralba (Libardón) en su mayoría requisadas a los franceses en la escaramuza del Puente de la Espasa, que dio origen al conocido estribillo: 
“El Coronel Escandón, 
gasta canana de plata
que la ganó a los franceses 
en el Puente de la Espasa”
y los guerrilleros del propio Escandón, junto con los incontrolados que andaban “por libre” un tanto reacios a la militarización entre cuyos cabecillas principales estaban los Frera-Conlledo de Sales y algunos más, que aunque algún quebradero de cabeza causaron al Coronel Escandón, supliendo la falta de medios y recursos logísticos por valor temerario, acosaron al enemigo de tal forma, que hizo que las tropas de ocupación no tuvieran un minuto de sosiego, lo que lógicamente generó violentas represalias por parte de los ocupantes , como frecuentes arrestos, palizas y fusilamientos, así como la destrucción intencionada por el fuego de muchas propiedades particulares y públicas como el valioso archivo e Iglesia parroquial de la localidad de Colunga, como escarmiento a tan tenaz y desesperada resistencia."

De la Isla y Mones nació el 6 de marzo en el vecino pueblo de Lloroñi, parroquia de Gobiendes, estudiando Filosofía y seguidamente Leyes en la Universidad de Oviedo. Fue abogado por los Reales Consejos en 1802 para luego ejercer de síndico procurador de la villa de Colunga y a continuación ser juez primero noble de Carrandi. Con la llegada de los franceses se puso a disposición del parragués coronel Salvador Escandón y Antaño, quien con su Regimiento de Cangas de Onís hostigaba a los franceses en el teatro de operaciones del Oriente de Asturias, participando por ejemplo en el desembarco de pertrechos ingleses de ayuda a estas tropas, que los franceses hostigaban a cañonazos desde el castillo de Llastres, en la Playa la Isla


La casona del XVII es de estilo barroco popular, realmente tampoco desde aquí la reconocemos plenamente en su esplendor, tampoco su capilla, pero adjuntamos la explicación que da el Catálogo de recurso históricos y artísticos del concejo de Colunga que encontramos en Búscolu:
"Conjunto formado por casona popular, palacio, capilla y caballerizas.

 La casona está configurada según premisas populares, de comienzos del XVII, al igual que las dependencias destinadas al ganado. 
La casona tiene planta rectangular, dos pisos y cubre a dos aguas La fachada principal se ordena en tres cuerpos diferenciados. En el cuerpo de la izquierda el acceso al primer piso se hace por una escalera exterior de piedra, escalera patín de piedra adosada al muro, la puerta se localiza en esquina y en este mismo cuerpo se abren dos pequeñas ventanas. Los tres conservan buenos recercos de sillar. En esta parte el alero del tejado es más saliente, se supone para dar cobijo a la escalera exterior, el tejado se apoya en ménsulas de madera. 
El cuerpo central, presenta en su parte baja un amplio portalón limitado por un murete de piedra, que lo cierra parcialmente sobre el que se dispone un pilar, el piso noble abre tres balcones. 
El tercer cuerpo, más cerrado que los anteriores, abre vanos muy pequeños dispuestos irregularmente en las dos plantas. En esta parte el muro no está revocado, manteniendo la mampostería vista. 
 La capilla de pequeñas dimensiones se sitúa enfrente de la casa. De estilo popular, planta rectangular, pórtico sobre la entrada. Tiene una sola  nave y su cubierta es de madera.
El palacio ha sido remodelado a comienzos del siglo XX Planta  rectangular, dos pisos y cubierta a cuatro aguas, con asimetría de huecos con ligero resalte de remarques. Gran cuerpo de galería acristalado que ocupa la planta baja, en el lado sur, con bastidor de hierro forjado, y cuatro pilares con filigrana vegetal de tradición modernista. Sobre la galería se abre una terraza, con balaustrada de hierro. Los muros de mampostería, enlucidos en la parte oeste, por ser la fachada principal. En el lado norte abre otra galería acristalada sobre sencillo bastidor de madera,  se adosa a la planta baja,  cubre a tres aguas, en la cubierta sufre  una prolongación parcial, dando lugar a un  porche que da cobijo a la puerta de  entrada. La cubierta descansa a su vez sobre cinco pies derechos de forja".

Recordamos que aquí vivió también Don Luis Montoto y Cobián, político, abogado y escritor, nacido en la villa de Colunga en 1863 y benefactor del concejo, de cuya biografía nos hemos ocupado anteriormente, fundador de la Escuela de Comercio de Colunga, el colegio de la Fundación Montoto (Colegio de los Hermanos d e la Doctrina Cristiana, los populares baberos, así llamados por su hábito), y patrocinador de la nueva iglesia de San Xuan de la Duz, por citar sólo alguna de sus intervenciones. Aquí falleció el 14 de abril de 1932


La otra gran casona de los Cobián es la situada al comienzo de la histórica Calle Real, paso del Camino por el centro urbano de Colunga, de la que también hablaremos ampliamente al llegar al llegar allí


Sigue nuestro camino, bordeando las fincas de La Peruyal, las del frutal de las antiguas peras silvestres que antaño debió crecer por estos andurriales. En 1448 parece como "la Perulal"


El arreglo y mantenimiento de estos caminos forma parte de las actuaciones de concentración parcelaria de Güerres, mejorando los accesos a las fincas y el sistema de drenaje, tan necesario en estas llanuras donde se forman charcas y lagunas con las lluvias, como hemos visto hasta en su toponimia


Mucho cuidado también ahora al llegar a esta bifurcación. No hay lugar para pintar ninguna flecha y si se puso señalización vertical esta ha desaparecido


A la derecha podemos ir a La Estadía y tomar algo en el Bar Caleya (o en la carpa de la plaza si hay fiestas), enlazando allí con el camino procedente de los cantiles de Güerres. De ese tramo ya hablamos en la correspondiente entrada de blog, por lo que optaremos a ir a la izquierda, directamente a Barradiellu y la capilla de Santa Catalina de Alejandría, que es uno de los lugares emblemáticos de la ruta que presentamos en esta entrada


Caminamos en este trecho en dirección sur a El Barradiellu, lugar de barro, otro topónimo recurrente en esta llanura que hace referencia al agua y terrenos embarrados


El suelo es terroso y pedregoso, flanqueado por altas y espesas sebes con zarzas y arbustos que le dan sombre en algún tramo


De nuevo otra vista del Sueve, El Puertu. Si bien, como ya dijimos, antaño se pretendía ver en su nombre memoria de asentamientos suevos y posteriormente los filólogos se decantaron más por Júpiter, Iovis, a raíz del topónimo medieval Sove, es preciso decir que Braulio Vigón manifestaba que a su entender tendría que ver con el cobre de sus minas, explotadas desde la prehistoria y que localizan en diversos lugares, para ello buscaba un origen etimológico en la palabra indoeuropea del cobre partiendo del sánscrito: shulva


A la derecha el Altu la Llama y la gran cuesta desde él al Picu Fontanielles, subida a la majada de La Mayá d'Espineres, donde todos los veranos se celebra la Fiesta del Asturcón, con el marcaje de los potros, "les burres" o "les potres asturcones", se decía popularmente, como plasmó en su poesía Xuan María Aceval:
Casi al frente del mar del llau de Colunga
llevanta'l Puertu Sueve la cabeza
que-y dio a Roma les potres asturcones
que subíen de rodíes una cuesta

Ya empezamos a ver los primeros tejados de El Barradiellu y, más allá, los de Trespandu, entre los árboles. En la lejanía y a la derecha del Sueve, toda la línea de cumbres, más bajas, que desde el Altu la Llama se extienden, haciendo frontera con el concejo de Piloña, hasta el de Villaviciosa, por Lliberdón, Borines, Anayo y Samartín de Vallés


Llegamos pues a El Barradiellu, uno de los barrios de Güerres, que a la vez es una de las aldeas de la parroquia de San Xuan de la  Duz, que se extiende hasta más allá de la desembocadura en la Playa de la Griega del Ríu Lliberdón, hasta La Poledura y La Rasa de San Telmo, parroquia llamada en la Edad Media Santci Joannes del Mar por su condición marítima


Dando vista al Prau la Bárzana, entre Güerres y Loja, llegamos a este cruce, en el que continuaremos a la derecha


En El Barradiellu se encuentra La Traviesa, "faza que dizen de la Traviessa que atiesta en la faça que dizen de la Caridad", puede leerse en los viejos legajos bajomedievales de San Pelayo de Oviedo


El Barradielllu, dejamos atrás ya las llanadas y suaves colinas cercanas al mar de Los Campones, La Moría, La Manzanilla, La Raposera y La Chavida, entre La Isla y Güerres, entrando en la población por su parte sur


Fijémonos en los sumideros de drenaje en el Camino, así como en la flecha amarilla en el poste telefónico de la derecha


Es un alivio encontrarla, máxime si llevamos ya un buen trecho sin verlas, dejando atrás algún cruce. A pesar de su sencillez artesanal las flechas amarillas son todo un símbolo y gran emblema del Camino, pues fue su primera señalización, hecha por un reducido número de personas, cuando aún las instituciones eran ignorantes, cuando no en no pocos casos reticentes e incluso contrarias, a la idea de señalizar estos históricos caminos... "¿para qué, para que vaya la gente andando?, para eso están los coches y para eso se están pagando las letras", era alguna de las respuestas cuando se planteaba la cuestión. Pero dejemos que nos lo cuente la Xacopedia:
"Señal con forma de flecha, de color amarillo, pintada en las paredes, en los árboles, en las piedras o en el suelo para señalizar las distintas rutas jacobeas o Camino de Santiago e indicar por donde deben andar los peregrinos. Ante la necesidad de señalización del Camino, a principios de la década de los ochenta del siglo XX, un grupo de voluntarios, con Elías Valiña y Javier Navarro a la cabeza, empezaron a pintar flechas en los cruces del Camino Francés para orientar a los peregrinos por el ramal adecuado.

Elías Valiña Sampedro, cura de O Cebreiro, primer lugar de Galicia por donde pasa el Camino Francés, recibía de la empresa encargada de pintar las rayas de la carretera N-6 botes mediados de pintura sobrante y con la ayuda de una simple brocha señalizó el Camino. La señal persistió y aumentó su presencia. Es el indicativo más reconocido, más valorado y más fiable de los caminos de Santiago, así como el único que da garantía de que se avanza andando hacia Santiago de Compostela. Se ha convertido en un símbolo y un reclamo publicitario y se puede encontrar por otras rutas de Europa"

La flecha es además un compromiso personal, su pintado suele seguir haciéndose por parte de voluntarios complementando la señalización oficial, tanto en los caminos oficiales como tales como marcando otras opciones, como es este el caso del Camino en Güerres, histórico pero no reconocido institucionalmente a nivel señalético de mojones y conchas de la normativa del Consejo Jacobeo, pero no por ello importante, y por supuesto muy bello


Aparte del paisaje y la historia, que remarcamos especialmente, a nivel de patrimonio, y patrimonio recuperado además, la visita a la capilla de Santa Catalina de Alejandría puede ser un aliciente, independientemente de nuestras creencias, para acercarnos a Güerres, especialmente, recalcamos, los bicigrinos, pues es patrona de los ciclistas


Realmente Güerres ya tiene una fiesta sobre ruedas, pero no en la romería de Santa Catalina sino en la del Rosario (septiembre-octubre), y no bicicletas sino en vespas y lambretas, es el Rosario en Vespa, cuya primer edición se celebró en 2011, con excursiones por toda la contorna, incluyendo festejos y fartures en la carpa instalada en La Estadía, fabadas, parrilladas, mercadillo y verbena, entre otros alicientes


Esta es la reseña del Primer Rosario en Vespa, publicada para La Nueva España por su corresponsal Patricia Martínez


Más allá de El Barradiellu es Socuvielles o Sucuvielles, "debajo de las covachas" viene a decir el topónimo, lo que delata la antigua existencia de cuevas, como las reflejadas en 1448 en un documento monacal de San Pelayo


Bifurcación: a la derecha hay una pumarada y, tras ella, está ya la capilla de Santa Catalina de Alejandría, a la que podemos subir  directamente desde aquí o continuar a la izquierda, para ver esta fila de casas, alguna con corredor y galería, subir a la capilla posteriormente


Nosotros tomamos el camino de la izquierda para primeramente admirar este largo y bello corredor. La disposición original tradicional de estas casas la explican muy bien los autores de El corredor en las casas asturianas, Florencio Cobo Arias, Miguel Cores Rambaud y Matilde Zarracina Valcarce:
"Una de las más comunes y que predomina en la zona del valle del oriente de Asturias, es aquella en la que el corredor está flanqueado en un lateral por un cuerpo macizo y en el opuesto por un muro cortafuegos.

 En otras zonas el muro cortafuegos desaparece y el corredor apoya sobre un pie derecho de madera o en una ménsula del mismo material , en ocasiones reforzada por un jabalcón empotrado en el muro; en este último caso el portal se con vierte en un amplio zaguán. La organización del espacio interno de las casas con corredor presenta gran número de alternativas, en las que lo más significativo es la diversificación y especialización de los espacios y la importancia que adquieren los representativos de "status" como la sala, estancia de uso poco frecuente, relacionada socialmente con el exterior, en la que se celebran acontecimientos de los que participan personas ajenas a la familia; en ella se recibe a las visitas de importancia, se come los días de fiesta y se da el pésame en los ent ierros. Además de servir como escenario social es en esta pieza donde se colocan los muebles y obj etos más valiosos sentlment al y materialmente; tampoco es raro que en una esquina se coloque una cama, funcionando entonces la sala como dorm itorio ocasional. En la actualidad con frecuencia se ha compartimentado, empequeñeciéndola o anulándola para crear pequeñas alcobas. 

La especialización de las distintas piezas de la casa se manifiestan en el grado de independencia que alcanzan los espacios destinados a dormitorio, objetivo que se logra con su localización «arriba", remarcándose de esta manera las connotaciones de privatización o importancia que se concede a la segunda planta de la vivienda, en tanto que «abajo" se localizan los espacios de uso cotidiano, los de servicio y los de trabajo. 

La planimetría que ejemplifica este resumen sobre organización del espacio corresponde a viviendas enclavadas en asentamientos donde la economía fundamental es la agropecuaria, en la que los espacios de estabulación y almacenamiento (cuadras y pajar o tenada) se integran muchas veces dentro del volumen-base de vivienda; pero el deseo de independizar el espacio destinado a los animales del humano lleva a otras dos alternativas, una en la que las cuadras ocupan toda la planta baja , disponiéndose en la superior la cocina, la sala y los dormitorios y otra en la que los espacios de estabulación y almacenamiento se construyen adosados o exentos"

Las dos casas siguientes tienen visos de haber sido muy reformadas sobre otras anteriores que sí pudieron tener también corredor, el cual muchas veces era, o bien cerrado con galería de cristal, o directamente eliminado al integrarlo en el epacio inteiro de la vivienda. Esta primera tiene un muy bien restaurado zaguán, delantera o antoxana


Un sencillo corredor entre paredes laterales es lo que vemos en lo que debió ser la antigua cuadra, con pared de piedra vista. Arriba solía estar la tenada, henar o pajar y abajo los animales. Los pocos vecinos que tienen ganado ya no lo estabulan en el mismo pueblo sino en naves o cuadras de los alrededores


Pasamos de esta manera a Socuvielles, viendo a lo lejos el monte de La Villeda, donde se asienta El Castru del Foyu. Josefina Pis Sánchez nos dice de él lo siguiente:
 "Ye un ocalital que primero fue patatal. Había restos de construcciones y les piedres usáronse pa reforzar el cierru de la finca. Había tamién fonte y bebederu. El nome, según nos dicen, vién-y de  que los amos del terrenu yeren los propietarios de la finca de Güerres que llamen El Foyu"

Aquí, dejamos de momento el camino hacia Trespandu por Socuvielles para tomar el ramal de la derecha que sube a la capilla de Santa Catalina de Alejandría


La capilla actual fue recuperada desde sus ruinas (quedaban a simple vista las paredes cubiertas de maleza) por los propios vecinos e inaugurada el 6 de agosto de 2022 tras diez años de trabajos y papeleos. Su aspecto actual obedece pues a aquella rehabilitación integral del santuario, que a la vez habría tenido importantes reformas a lo largo de los siglos de su existencia


Recordemos que su primera mención es del siglo XVI pero que su origen puede ser anterior, netamente medieval y relacionado con las peregrinaciones. El 7 de agosto de ese año la corresponsal de El Comercio Rosana Suárez daba noticia de su inauguración y plasmaba su historia y la de su restauración: 
"Existe constancia escrita desde el año 1590, aunque se cree que los orígenes de la capilla de Santa Catalina de Alejandría podrían ser anteriores, de entre el siglo IX y el XII. Un incendio, el correr del tiempo y la existencia de una iglesia parroquial más grande, la de San Juan de Duz, fue dejando a este pequeño templo en el olvido. Tomada por la vegetación, habían crecido hasta árboles en su interior. «Casi ni se veía», apunta el presidente de la asociación creada para su recuperación, Javier López. En 2012 comenzaron a organizar sextaferias para su limpieza. «Fue ahí cuando descubrimos que no había solo cuatro paredes, sino una riqueza arquitectónica que iba un poco más allá», detalla. Había que recuperar la instalación y devolverle el esplendor del pasado. 
Conseguir un respaldo económico fue complicado, pues la restauración superó los 90.000 euros y a pesar de que los fondos Leader conseguidos fueron «una inyección de dinero», precisa López, «no dieron ni para el 30% del montante total». Todo lo demás «se hizo a pulmón del esfuerzo» de los vecinos y de la Cofradía de Santa Catalina de Alejandría, que también fue recuperada y ya cuenta con 150 cofrades. 
Después de «dar palos de ciegos», se enteraron de que el histórico bien estaba catalogado por Patrimonio y todo se ejecutó bajo sus directrices, utilizando elementos originales y con acabados tal y como estaban en el siglo XVI. Todo ello encareció y complicó las labores, pero no desistieron en su empeño. Donativos anónimos y diferentes actividades para costear la obra han hecho que la deuda bancaria sea ahora de unos 15.000 euros. Pero no solo hubo aportaciones económicas. El pintor Rafael del Santo Huerres realizó una réplica, en la misma escala, del cuadro de Santa Catalina de Alejandrina de Caravaggio, que está en el Museo Thyssen de Madrid y que ahora preside el altar de la capilla. Además, los vecinos de Huerres también han restaurado el paso original del Camino de Santiago por el pueblo, el cual para por delante de la capilla rehabilitada."

El cronista colungués José Antonio Fidalgo, escribe, con motivo de la festividad de la santa el 25 de noviembre, que la cofradía de Güerres es de los siglos XV-XVI y por lo tanto la segunda más antigua de Asturias. Extraemos de su artículo lo siguiente:
"El correr de los tiempos y la disponibilidad de una iglesia parroquial , grande, en San Juan fue dejando a aquella en el olvido. Y lo que fue joya de culto terminó en destrucción y abandono. Pero como Santa Catalina no abandona a los suyos, y los suyos no se olvidan de ella, de nuevo las gentes de esa localidad han unido esfuerzos y conseguido dineros para restaurar aquella Capilla que fue testigo e historia de su pasado"

Fotos Comisión de Festejos de Güerres

Una de las primeras medidas fue la de limpiar de vegetación la capilla y su entorno en trabajos a sextaferia o sestaferia (del sexto día, sábado, destinado consetudinariamente al trabajo comunal). La corresponsal Ana Moriyón, también de El Comercio, informaba de ello así el 5-9-2013:

"Los vecinos de Huerres siguen poniendo el hombro para la recuperación de la capilla de Santa Catalina de Alejandría, un templo del que existe constancia escrita desde el año 1590 aunque, según algunos expertos, sus orígenes podrían ser anteriores, de entre el siglo IX y el XII.

A los oriundos les consta que el templo fue incendiado durante la guerra civil y algunos, los mayores del lugar, recuerdan algunos oficios religiosos en este templo antes de la contienda. Existen además, en la biblioteca de la Archidiócesis de Oviedo, cuatro libros de Vida de esta ermita que datan de 1590 a 1859 donde, además de bautizos y matrimonios, también quedó registrado en 1610 el nacimiento de la Cofradía del Rosario.

Los vecinos de Huerres están empeñados ahora en volver a ver la capilla en su máximo esplendor y desde hace algo más de un año han ido organizando sextaferias para la limpieza del templo -la última el pasado fin de semana- así como actividades que sirvan para recaudar fondos que permitan rehabilitarlo y levantar el techo que le falta. Todo ello promovido por la Asociación para la recuperación de la capilla Santa Catalina de Huerres que prepara para el próximo mes de noviembre, coincidiendo con la onomástica de la ermita, tal y como se hizo ya el año pasado, una misa de campaña entre las ruinas de la ermita.

Las cosas empiezan poco a poco, en aquella primera sextaferia participaron media docena de vecinos que comenzaron por quitar un tronco enorme que había caído dentro de la capilla, cuyo techo se había venido abajo definitivamente en 1988 con la trágica explosión de una pirotecnia situada en las inmediaciones. Mientras, se dan los primeros pasos burocráticos para recabar el apoyo de las instituciones:

La sextaferia celebrada el sábado pasado contó con el apoyo de media docena de vecinos que, principalmente, centraron sus esfuerzos en retirar un tronco de grandes dimensiones que había aparecido en el medio de la capilla. Mientras, se siguen dando pequeños pasos para proceder a la rehabilitación del templo. Hasta el momento la Iglesia asturiana ya se ha comprometido «de palabra» a redactar el proyecto de rehabilitación e, incluso, a aportar económicamente una parte de los gastos. A los vecinos les queda recaudar el resto del montante, aún sin cuantificar, y para ello tienen previsto organizar todo tipo de actividades y picar a todas las puertas, «aunque ahora hay muchos recortes», asume el secretario y tesorero de la asociación, Juan Riestra. El colectivo tiene ya una cuenta bancaria abierta «con unos 2.000 ó 3.000 euros» procedentes de donaciones privadas a las que esperan ir sumando otro tipo de ayudas públicas y privadas."

Foto de Javier López Ferrer

Seguidamente, ya se vinieron celebrando las primeras liturgias entre sus muros. Casi un año antes había comenzado la labor, otra corresponsal, esta Patricia Martínez y para La Nueva España, titulaba Güerres recupera la capilla de Santa Catalina el 22-11-2012 una de aquellas primeras noticias relativas al comienzo de aquellas labores de restauración:

"Más de setenta años después de que la capilla de Santa Catalina de Alejandría, en la localidad colunguesa de Güerres, cayera parcialmente, los feligreses volverán a escuchar misa en su interior este domingo, a las cuatro y media de la tarde. Será gracias al esfuerzo entusiasta de un grupo de vecinos que ha constituido una asociación para recuperar el templo, del que hay constancia escrita desde 1590. 
Juan Riestra es el presidente de la comisión local de fiestas, un órgano muy dinámico que además de lo lúdico tiene interés en involucrar al pueblo y rescatar su memoria. Su abuela, por ejemplo, recuerda haber asistido a misa en la capilla que ahora centra su esfuerzo e ilusión. «Estaba abandonada, cuando la Guerra Civil cayó parcialmente y hacia el año 1990 acabó de caer», relata Riestra. En la capilla queda una viga que marca la parte del techo que resistió durante la mayor parte del siglo XX, hasta la zona del altar. En este mismo espacio aún se diferencian las tres alturas que tenían los altares antiguamente y se puede ver el tronco de un árbol enraizado con fuerza en el suelo del templo, fruto del abandono que ha sufrido hasta ahora. 
El resto del árbol y los escombros que se desplomaron con la techumbre han permanecido en su interior hasta que los vecinos de Güerres se unieron en sextaferia y durante varios sábados despejaron la zona para hacerla accesible. El domingo, día de Santa Catalina, se reunirán de nuevo para «limpiar la entrada, habilitar una rampa y colocar bancos que tenemos de la fiesta. Si llueve, colocaremos un toldo», relata el presidente de la comisión y uno de los impulsores de esta iniciativa. A la ceremonia religiosa, en la que darán a conocer su proyecto, asistirán el párroco de Colunga, Gaspar Muñiz, y el archivero de la catedral de Oviedo y del Archivo Histórico Diocesano, Agustín Hevia Ballina. 
Contará además con la actuación del Coro «Llastrín» y a los miembros de la asociación les gustaría que estuviera su presidente honorífico, Severino Rubiera, que fue párroco de San Juan de Duz -a la que pertenece Güerres- hasta que hace poco se jubiló. El propósito de los vecinos es recuperar la capilla a base de sextaferias y donaciones para, con lo recaudado, financiar trabajos como el de la estructura, del que se encargará una empresa. Tendrán un número de cuenta para recuperar esta joya patrimonial, hasta ahora en manos de la maleza 
Riestra añade que entre sus objetivos también está «saber un poco más» acerca de los siglos de historia que acumula la capilla. Para ello cuentan con el Arzobispado de Oviedo, algunos de cuyos miembros acudirán a Güerres para intentar datar el templo. Hevia explica que la capilla «tuvo aneja la Cofradía de Santa Catalina de Alejandría, que se dedicaba a ofrecer sufragios de misas por los cofrades difuntos». A esta cofradía no solamente se afiliaban feligreses de San Juan de Duz, sino que también tenía de muchas otras parroquias del arciprestazgo de Colunga. El archivero añade que la capilla tuvo «un cierto esplendor y en 1854 se le añadió un cabildo amplio con unos buenos ventanales destinado a la escuela». Hasta entonces, el tiempo en que no se usaba para el culto se utilizaba para escuela, pero «para separar ambas funciones, los vecinos optaron por esa ampliación que consta documentada». Al igual que hay constancia escrita de todo lo sucedido entre 1590 y 1855, período del que se conservan los libros de la capilla. Hevia destaca que en Güerres hay «gran interés en llevar adelante la restauración» y añade que su experiencia con «estas obras de vecinos es que si se toman con empeño acaban saliendo adelante».
A medio camino entre 2012 y 2022, año de su reinauguración, allá por 2017 y a fecha 18 de noviembre. es G. Pomarada en El Comercio, quien explica cómo van aquellos trabajos y gestiones:
"Este mes, la Asociación Capilla de Huerres recibía una subvención de 22.500 euros de los fondos Leader destinada a devolver el esplendor pasado a esta instalación datada en 1590 según diversos documentos. A pesar de que el respaldo económico de la ayuda europea es «un empujón», el proyecto de rehabilitación elaborado por la entidad fija en 70.000 euros la inversión necesaria para acondicionar el inmueble religioso. «La subvención supone un 30%, es una parte importante pero para que nos lo den tenemos que conseguir todo lo demás», explica el presidente de la entidad, Javier López. Los fondos Leader se entregan en tres anualidades y para optar a los distintos importes es necesario que los beneficiarios justifiquen el estado de ejecución de la inversión en cada ejercicio.
El plan de rehabilitación, redactado desde hace cuatro años, fue presentado en abril ante el Ayuntamiento de Colunga y, desde entonces, la asociación permanece a la espera de que el arquitecto municipal dé el visto bueno al proyecto para comenzar la obra. 
Mientras aguardan por la resolución, los miembros del colectivo continúan buscando mecenas dispuestos a financiar los 47.500 euros que permitirían acometer las tareas. «La subvención no paga la rehabilitación completa y queremos concienciar a todo el mundo de que hay que arrimar el hombro», sostiene López. 
Con este fin, la junta directiva ha convocado hoy a vecinos y concejales del Ayuntamiento colungués en una reunión en la que abordarán propuestas para obtener fondos, así como los pasos a seguir en las distintas fases de reconstrucción. Será a las 12.30 horas en el Bar La Caleya y, a continuación, celebrarán una sextaferia para «adecentar» el interior y el entorno de la construcción, tomada por la maleza. 
De cara a la festividad de Santa Catalina, el próximo domingo 25, López confía en tener lista la capilla para la celebración de una misa. «Cuando esté limpia pondremos un pequeño altar y unas sillas», indica. Los actos religiosos, no obstante, no son los únicos que albergará el histórico bien, catalogado por Patrimonio. «Tenemos permiso del Arzobispado para usarla con fines sociales, como reuniones o teatro». 
A pesar de que los orígenes documentados de la capilla se remontan al siglo XVI, López apunta que podrían ser incluso anteriores. «Se cree que puede ser del siglo XII», explica. La cofradía a la que perteneció este bien de Huerres, la de Santa Catalina de Alejandría, «sería una de las dos más antiguas de Asturias» y «uno de los gérmenes de la cofradía de Loreto», explica López."
Foto nicelocal.es Principado de Asturias

Ese mismo día y año publicaba simultáneamente en La Nueva España la noticia C. Muruzábal: Güerres logra 22.500 euros para rehabilitar su capilla, que fue quemada en 1934, ofreciéndonos además importantes datos, aquí, en su pórtico, habría estado la primera escuela del concejo de Colunga, en el siglo XVIII, y el santuario habría sido quemado no en la Guerra Civil sino en la Revolución de Asturias de 1934:
"La asociación Capilla de Huerres ha conseguido una ayuda de 22.500 euros, que recibirá en tres pagos de 7.500 durante los próximos años, para rehabilitar la capilla consagrada a Santa Catalina de Alejandría. Esta subvención se enmarca dentro de las ayudas Leader, que están enfocadas a impulsar el desarrollo en las zonas rurales en Europa, y proviene del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural. Además, la asociación ha firmado con el Arzobispado un contrato de cinco años, con opción a prórroga, con fines tanto religiosos como culturales. Las obras deberán estar realizadas en 2019 para evitar tener que devolver parte de la subvención.

La capilla de Santa Catalina de Huerres precisa de una rehabilitación completa, ya que fue quemada durante la Revolución de 1934, como ocurrió con muchos edificios religiosos de la zona, y ahora mismo solo quedan en pie las cuatro paredes del templo. Los vecinos, organizados a través de la asociación, quieren recuperar un edificio que es una parte importante de su historia. No en vano, la capilla albergó entre sus muros en el siglo XVIII la que fuera la primera escuela del concejo de Colunga".

Foto de Javier López Ferrer

El altar durante una de las misas celebradas antes de la inauguración, cuando aún no se había acometido la rehabilitación total pero sí la limpieza del templo

Fotos Comisión de Festejos de Güerres

Distintas fases de los trabajos. Un muy interesante reportaje fotográfico de la situación de la capilla antes de su restauración podemos hallarlo además en la página de la arquitecta Marta Neira Artidiello.


Cartel anunciador de la inauguración y sus actividades. De ello escribe, cómo no, José Antonio Fidalgo en la muy recomendable y excepcional página de su apellido, Les histories de Fidalgo:

"Cuando Alejandro Magno, el más genial de los conquistadores después de Gengis Kan, fundó en Egipto (año 332 a.d.C.) la ciudad de Alejandría, emporio e imperio cultural de la época, jamás podía pensar que su obra sería el origen del martirio de una jovencita sabia e ilustrada , defensora de la fe cristiana en el siglo IV, y que esa mártir , venerada como santa en España desde el siglo XI, fuese protagonista en un pequeño pueblo, de una pequeña parroquia de un pequeño concejo asturiano. 
Les estoy hablando de Bueres, Buerres, Huerres o Güerres , pueblo de la parroquia de Duz, concejo de Colunga. 
Desde el siglo XVI , o quizá antes, Huerres veneró a Santa Catalina de Alejandría para cuyo culto fundó una Cofradía (una de las más antiguas de Asturias) y erigió una pequeña Capilla para su culto. 
Una Capilla humilde que realizaba dos funciones, las dos muy cristianas y complementarias. Por un lado, la función de CULTO, atendida por el titular de la parroquia de San Juan de Duz ; y por otro -cosa que no sabe mucha gente- la función de ESCUELA pues en su pórtico se impartían enseñanzas muy elementales no sólo de "materias científicas" (leer, escribir, geografía, "cuentas"...) sino también de "materias de hogar" (costura, bordado, cocina...). 
Oficio este -el de "maestros de pueblo"- ejercido por personas sin título alguno de magisterio , que eran contratadas por "años" para dar clases a los niños en los pueblos "que no tenían escuela" a estaba muy lejos. 
Yo se de familias que aún conservan en sus casas mantelerías "bordadas a punto de cruz" por mujeres del siglo XIX que aprendieron a coser "en la Capilla de Huerres". 
Esta Capilla, humilde pero buena, fue medio "destruida" por explosión de unos petardos de dinamita cuando la Revolución de 1934 , lo que motivó que el párroco , don Sandalio Menéndez, optase por su clausura al culto.- Años después, cuando la guerra civil de 1936-39, el abandono y la destrucción fueron casi totales y el final-final , con la caída de la techumbre, se produjo con motivo de la trágica explosión de la pirotecnia "Devita" en Huerres. 
El pueblo había perdido su Capilla y ahí estaban sus restos cubiertos de maleza en abandono total...hasta que un grupo de personas, entusiastas de espíritu y prácticas en trabajo y esfuerzo, decidieron recuperar ese RETAZO DE HISTORIA en la vida de su pueblo y de su fe. 
No quiero dar nombres porque me piden su silencio. Sí deseamos constatar los largos años de lucha para afianzar proyectos de restauración, conseguir dinero para su financiación, comprometer a contratistas para hacer realidad una "obra de arte", involucrar a los párrocos para motivar con su ejemplo esta recuperación... 
En fin, mucho trabajo, muchas ilusiones, muchos esfuerzos, mucho dinero... y una resultado extraordinario. 
Hoy , viernes día 5 de agosto, festividad de Nuestra Señora de las Nieves (Virgen Blanca o Virgen Alba) presentaremos en la colunguesa SALA LORETO la historia de esa Capilla . Yo les contaré "cosas" que sucedieron desde Filipo de Macedonia, padre de Alejandro Magno, hasta Santa Teresa de Jesús. 
De la Capilla de Santa Catalina, en Huerres, de su Cofradía desde el siglo XVI, de la recuperación llevada a cabo, de su futuro... les hablará mi antiguo alumno, ingeniero, don JAVIER LÓPEZ FERRER, una de las "alma mater" de la realidad que mañana viviremos, que es la bendición y primera misa en la nueva Capilla". 
Foto Javier López Ferrer

El interior de la capilla en la actualidad, con su soberbio arco de medio punto, paso del cabildo o antigua escuela a la nave y el altar. Al fondo el cuadro de la santa patrona, réplica de Rafael Santo Huerres de la Santa Catalina de Alejandría de Michelangelo Merisi da Caravaggio, expuesta en el Museo Thyssen de Madrid.


Ahí aparece la santa con su rueda... para nosotros ya definitivamente Santa María de Alejandría de Güerres, patrona de los bicigrinosperegrinos sobre ruedas así descritos en la Xacopedia:
"Término con el que se conoce a quienes realizan alguna de las rutas del Camino de Santiago en bicicleta. No reconocido todavía por el Diccionario de la Lengua Española, nació con el boom de la peregrinación jacobea en los pasados años noventa e intenta resumir y unir en una única palabra una afición y una vocación: la de ciclista y peregrino.

En un primer momento el vocablo tuvo cierta connotación despectiva, dado que la Ruta Jacobea en su concepción contemporánea se había interiorizado como un itinerario ajeno a cualquier tipo de artilugio mecánico. Por ello, los ciclistas que se adentraban por el Camino -sobre todo los que lo hacían y hacen por la propia senda jacobea- fueron vistos como seres ajenos al espíritu del Camino, pese a que ya desde los años sesenta habían llegado a la Ruta para quedarse y eran reconocidos por la Iglesia de Santiago, al concederles la compostela como a los peregrinos a pie. Uno de los primeros bicigrinos fue el popular hospitalero navarro Pablito el Varas (1966).

Con el tiempo los ciclistas lograron formar parte del paisaje propio del Camino y el término acabó siendo asumido por ellos mismos, inicialmente con ironía y finalmente con naturalidad y hasta con orgullo. Son varias las páginas web y los foros sociales en los que los bicigrinos se citan entre ellos de esta manera y se intercambian todo tipo de información y productos específicos para realizar el Camino en bicicleta"
Foto de Amparo Álvarez Solar

Bicigrinos y no bicigrinos podemos descansar en el también rehabilitado, pequeño pero coqueto, campo de la capilla con fuente y banco, recogido y coqueto rincón, tranquilo y apacible, antes de retomar el Camino volviendo a bajar a él por donde subimos


En Socuvielles tenemos dos opciones en este cruce: una es ir a la derecha y salir a la carretera local que comunica con Colunga al pie de La Cuesta del Entornaderu, que baja de La Estadía por La Torre, llamada de esta forma porque los carros que bajaban con rozu (la maleza para mullir la cama del ganado), entornaben, esto es, se inclinaban peligrosamente de un lado, y a veces volcaban con su carga, dado el tramo de curvas que aquí había y el pésimo estado de  de los caminos de antaño


Dado que ese trayecto por la carretera hacia El Foyu ya lo explicamos en el capítulo dedicado a la ruta de La Isla a Güerres desde los acantilados, vamos a optar por la otra alternativa, la de ir a la izquierda por Trespandu, dejando la carretera para más adelante


Un alto seto cultivado cierra la finca de Socuvielles, situada no muy lejos del llamado Cuetu Centolleru, entre el cruce con la carretera y el lugar de El Foyu


Caseta de las prospecciones acuíferas en el Camín de Trespandu donde está el prado El Toyu (toyu = tojo), por ahí está también el de La Pedrera, "ero de la Pedrera" transcribían les pelayes en 1448


Hermosa y colorista mata de flores en el cierre vallado de la izquierda. Un poco más adelante, a la derecha y más allá de esta explanada, hay una muy interesante construcción


Es El Llavaderu Güerres, a la sombra del primero de una fila de árboles, un antiguo lavadero comunal, abandonado desde que hay agua corriente en las casas, pero al menos hasta hoy milagrosamente conservado


Un poco empozado, y en lugar bastante húmedo a nuestro entender, es relativamente grande, pues sin duda daba servicio a las casas de Trespandu y El Barradiellu, y es posible que de algún barrio y lugar más. Su tejado de cuatro aguas es de teja árabe a teyavana, es decir, si revestimiento interior, su estructura es sostenida por cuatro columnas de ladrillo y adentro está la balsa de lavar. Es muy posible que antaño, como era costumbre, la ropa se extendiese a secar en el prado que vemos atrás


Estos lavaderos que hoy nos parecen antiguallas constituyeron un gran avance en su tiempo, a veces, o casi siempre, patrocinados por indianos, ayuntamientos y otros benefactores. Las mujeres, que casi sin excepción eran las que hacían la colada, tenían un lugar amplio y a cubierto para esta labor, evitando las piedras del río, a veces distante, donde tocaba ponerse de rodillas para lavar. Muy trabajoso era también el procedimiento del lavado en las lavadoras caseras de antaño, un balde de madera redondo con una piedra lisa y también redonda debajo con un canalillo para escurrir el agua, que se lavaba con ceniza. En estos lavaderos ya se empleaba el jabón


Y este es el bebederu o abrevadero, donde solía pararse con el ganado para que este abrevase, aprovechándose para ello las idas y venidas de la cuadra al pasto y viceversa. En El agua en la vida cotidiana: fuentes, lavaderos y abrevaderos de Asturias, de Cristina Cantero Fernández, podemos leer en relación a ello lo siguiente:
Las fuentes, lavaderos y abrevaderos han formado parte de la cotidianeidad de los asturianos y asturianas hasta hace bien poco, participando de todos aquellos fenómenos culturales que configuran y han configurado nuestra sociedad.

Pero, antes de la llegada del agua corriente a los domicilios  los hábitos de higiene eran muy laxos y ocupaban un lugar secundario en el día a día, mientras que conseguir agua para beber y cocinar era una actividad prioritaria, a la que las familias dedicaban mucho tiempo y energía, yendo diariamente a la fuente y abrevadero a por agua para las personas y animales.

Y tantas veces se iba, que uno de los refranes más conocidos es éste: «tantu va’l calderu a la fuente que pierdi ellí l’asa o la frente»

Trespandu es como decir "tras el pandu", y un pandu, del latín pandus, tiene, como su origen etimológico, diversas acepciones pro que aquí harían referencia a un collado o altozano con buena vista del contorno, como es el de la Casa de Loja, donde estaba La Fuente'l Cantiellu


Las alturas cimeras del Sueve todo lo dominan, según descripción de Eugenio Cueto que recoge Aurelio de Llano en Bellezas de Asturias, forma parte de un ingente bloque calizo que empieza nada menos que en la montaña palentina, en el mismo límite pues con la meseta castellana:
"El puerto Sueve es el último eslabón de una de las cadenas montañosas formadas casi exclusivamente por caliza carbonífera, que empieza en la sierra del Brezo (Palencia), continúa por Peña Lampa, Mampodre, Picos de Valverde  y Peña Mayor, hasta el expresado puerto"

Trespandu es un pequeño núcleo de cuatro casas contadas actualmente, que las monjas pelayas ovetenses reflejaban en su documentación de 1448 dentro de la frase "el quadro que dicen Traspando". Más tarde Braulio Vigón lo escribe tanto Traspandu como Trespando


Aquí está El Prau la Cabana, entre Güerres y Trespandu, así como también el de El Doblón. Enfrente el pandu o colina grande y alargada que se extiende de este a oeste desde Los Llanos y Fontecha, al lado de Colunga, hacia la Casa de Loja y de allí hacia Los Pozos y La Cantera, cerca del Cuetu les Cabañes, en La Isla. Al otro lado está La Venta o Llagar de Loja, en la N-632


Bifurcación y a la derecha, retomando rumbo oeste, dando vista a aquel hermoso hórreo en la ladera, al otro lado del camino, con un cobertizo a sus pies


El Camino sube levemente y pasa junto a este corro de piedras formando un antiguo cierru que es posiblemente antaño estuviese plantado  de cereal, legumbres u hortalizas, como era normal en las proximidades de las casas


De aquí era la célebre Rafaela de Trespandu, que en las subastas de la puya'l ramu (ofrendas para sufragar la fiesta parroquial) apremiaba a que su amiga María la de Fausto subiese la oferta para traer el ramu a Güerres, rivalizando con los otros dos pueblos de la parroquia, San Xuan y La Poledura, con los que existía la típica piquilla vecinal


Son también algunas de les prestoses histories que nos cuenta el cronista Fidalgo, pues era él, nacido en San Xuan) muchas veces el encargado de subastar:
"Yo, durante muchos años fui encargado de realizar la subasta de los ramos que, después de benditos y procesionados, ofrendaban «ambos competidores».

Era una subasta muy simpática pues había que alternar entre dones «sanjuaneros» y dones «huerreros» para, con un ligero «pique» de participantes, lograr los mejores precios de venta (...) 

¡Cómo recuerdo aquellas subastas!"

Pasamos junto al cobertizo y salimos a La Caleyona, el camino de Trespandu a La Isla. Más arriba es por donde va El Camín del Bosque, de Trespandu a Loja


Este camino es que que dejábamos a nuestra izquierda en la bifurcación del Cuetu les Cabañes, saliendo de La Isla, donde se le conoce como Camín de Trespandu y viene aquí bordeando el muro norte de La Cerca, la tapia que cierra la gran finca de la Casa de Loja


Trespandu conforma una preciosa quintana, con hórreos, este de corredor, al igual que la segunda casa a nuestra derecha. Antaño se llenaban de les riestres de panoyes de maíz, colgando para que secasen y luego fuesen molidas en el molín


Es un estilo de corredor entre cortafuegos, las paredes laterales. Luego, como vimos en El Barradiellu,  hay una cuadra y, pegada a ella, otra casa más, esta con galería


El espacio debajo del hórreo, el solorru, era aprovechado para múltiples utilidades, como guardar los carros (ahora coches y tractores), almacén de aperos, de madera, de trastos en general, cuadra, corral, bodega, gallinero, corripa de los gochos o llagar, pidiendo estar abierto, cerrado parcialmente, como es este el caso, o con paredes enterizas, pudiendo incluso llegar a ser vivienda 


Vemos ahora de frente delante de la casa de la galería. Este elemento acristalado se extendió mucho a partir del auge y expansión de la industria del vidrio, sobre todo desde 1880. Con él se integraban los antiguos corredores dentro del especio térmico del interior de la vivienda


La entrada es también una bella y acogedora antoxana, entre ella y el Camino se forma una corrada o corralada, casi cerrada entre la misma casa, el hórreo y los árboles de la izquierda


Es muy posible que esta masa arbórea se plantase como pantalla natural contra los fríos vientos del norte, "que viene de la mar y nun tienen montañes que los paren desde el Polo Norte", como tantas veces nos suelen decir


En Trespandu estamos a sólo cosa de un kilómetro del casco urbano de Colunga, pero aún no lo vemos desde aquí. Sí vemos, a nuestra derecha, Los Llanos, fincas llanas, como su nombre indica, al oeste de Trespandu y Güerres y al sur de La Villeda


Era este el "ero de los Lanos", conforme escribían en 1448 en el monasterio de San Pelayo, hoy en día gran pastizal con pumarada. Ladera de La Villeda arriba es El Valle, casería entre Güerres y San Xuan, la cabeza de la parroquia y bajo El Castru del Foyu, cuyos antiguos pobladores se suministrarían de la desaparecida Fuente'l Castru, o también de La Fuente'l Carote


Aunque muy tapada por los árboles, reconocemos la casa de El Foyu, finca también del pueblo de Güerres, que actualmente es el Hotel El Foyu pero antaño fue un restaurante y parrilla de mucho renombre


Y aquella es la iglesia parroquial de San Xuan de la Duz, la construida en construida en 1924, como hemos dicho, con las aportaciones de la familia Montoto Hernández, Luis Montoto Cobián, su esposa Concepción Hernández Alfonso, su hijo Tomás Montoto y su esposa María del Carmen Isant, tal y como reza una lápida inscrita sobre su portada principal, bajo la torre-campanario. La anterior, como la vieja rectoral, estaba más atrás, en el lugar de Santianes del pueblo de San Xuan (Santi Yuanes en la documentación del monasterio de Santa María de Villamayor en 1579), al igual que la antigua escuela y el cementerio viejo. Era la cabeza de la parroquia y la comunicación con Güerres se hacía por El Valle a través del Camín de Mirantes, es decir, la ladera sur de La Villeda



Ya vemos el monte de La Poledura, o Rasa de San Telmo, así conocida por la capilla existente en ese pueblo de patronazgo tan propiamente marinero, la cual mira al Cantábrico. Hasta ahí llega la parroquia, un poco más allá está El Palaciu de Villanueva, casona ya en la parroquia de Sales pero muy cerca de la frontera, de la que Josefina Pis Sánchez cuenta que, según sus informantes, tenía capilla y llagar de sidra. Debió ser muy importante, pues tiene una leyenda que, independientemente de su veracidad, nos remonta a un duro y férreo pasado señorial y feudal, anterior incluso a la fundación de la puebla de Colunga en la década de 1270:
"Tenía un güecu na paré y unos yerros y metíen allí a los esclavos. A los rebeldes poníen-yos arriba una roldana y caía-yos una gota caliente de aceite y diben morriendo pocu a pocu. Había reyes en Gobiendes y en Sales que mandaben y había que lleva-yos el trigo. Delante El Palaciu teníen  nueve horros. Los llabraores teníen que lleva-yos el granu. Cuando se casaba una mui guapa tenía que dir a dormir con ellos y, sinon, enparedábenlos a la gota aceita o a la gota d'agua"

A la derecha de la actual iglesia, la nueva casa rectoral, ambas se construyeron aquí para una mayor cercanía y accesibilidad desde Güerres, el pueblo más habitado de la parroquia, pero a la vez no distanciarlo demasiado del de San Xuan. El templo está dentro del estilo modernista, tan de moda por entonces, y hay un elemento llamativo, los grandes pilares, imitando los pegollos de los hórreos y paneras, que sostienen tanto el tejado del cabildo como el de la torre cuadrada del campanario, estos entre paredes 


El Camino, asfaltado, sigue todo en llano en dirección oeste al lado de la arboleda que cierra a la derecha la finca sobre la llanura 


A intervalos, entre los troncos y las ramas, seguimos contemplando el paisaje de Los Llanos


Prado abajo y más allá de una cabaña, hay una buena pumarada. Luego, sobre los árboles de Los Llanos, al lado de la carretera de Güerres, vemos un poco mejor El Foyu


El edificio principal, con una palmera delante, y otros árboles, y a su derecha la panera y la casa, cayendo, de la quintana antigua. Más allá vemos la hondonada del valle del Ríu Lliberdón, Ríu Colunga o Ríu Rozaya, yendo a desembocar a la Playa la Griega


Atrás queda ya Güerres, por arriba, por las casas de El Cuetu, va el camino a El Valle, la ruta por El Camín de Mirantes a San Xuan. Antes que se hiciese la carretera iban por allí los cortejos fúnebres de os entierros, con el féretro al hombro, al antiguo cementerio de la parroquia


El cementerio nuevo esta ahora un poco más al sur, a nuestra izquierda, en Fontecha, muy cerca de aquí


En esta bifurcación nosotros seguimos todo recto y de frente, empezando a bajar por este hermoso túnel arbóreo formado por los arbustos de la sebe a nuestra derecha y los árboles de una finca a nuestra izquierda


Finca cerrada por muro de tierra y seto. La hojas caídas se van amontonando en las veredas


Pasamos delante de la entrada de la casa, donde la parte superior de un hórreo asoma sobre el seto floral mientras seguimos bajando


El Camino ahora tiende, parece, a estrecharse un poco encajado entre les sebes, donde hay también helechales, conformando una tupida pared vegetal a derecha e izquierda


Esta es una foto del mismo lugar con el seto podado. Hay una vivienda unifamiliar a la izquierda y en la distancia vemos las casas del barrio de La Cruz y más allá Los Asilos, a la entrada de la villa de Colunga


Este es el acceso a la casa: poco más adelante acaba la bajada


A la izquierda, El Camín del Cementeriu, nosotros salimos a la Carretera Güerres, justo de frente, donde esta hace una gran curva


Ahora tenemos ante nosotros dos opciones, ambas muy interesantes, pues en el kilómetro escaso que nos queda para llegar a la villa capital del concejo aún hay bastante que ver y conocer:
-Una podría ser ir a la izquierda y por La Cruz llegar a la totémica Castañar d'Espina, siguiendo por Los Asilos y El Colegio de los Frailes (Hermanos de la Doctrina Cristiana), ambas fundaciones de Luis Montoto y Cobián, para seguidamente llegar al centro urbano por El Camín de les Xuaques, enlazando con el Camino oficial de Santiago oficial poco antes de la iglesia parroquial de San Cristóbal

-La otra sería ir a la derecha, a donde salen también los peregrinos que vienen de Güerres después de hacer la Ruta de los acantilados, pasaríamos ante la iglesia de San Xuan de la Duz, otra de las fundaciones de Luis Montoto y llegar al centro urbano, vía El Camín del Cuetín hasta El Parque, allí, al pie de la iglesia, sería nuestra unión con la ruta oficial, que viene de La Isla por Güeñu y Covián y entra en Colunga por Loreto

Como solemos decir en estos casos, "nuestra es ahora la elección"









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