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viernes, 11 de diciembre de 2015

POR LAS PLAYAS DE BARREIROS Y SUS CASTROS COSTEROS (GALICIA): DE AREALONGA Y AS PASADAS A FONTEA, AREA DA BALEA, COTO, REMIOR, SAN BARTOLO Y O ALTAR

Praia de Arealonga, entrada en el concello de Barreiros

Siguiendo la señalización de la Ruta do Cantábrico el caminante, peregrino, viajero, o excursionista deja atrás el concello de Ribadeo para entrar en el de Barreiros tras cruzar la pasarela sobre el Rego da Malata y dejar atrás la inolvidable Praia das Catedrais o Augas Santas, para llegar a otra, no tan "agreste" pero sí grande, como su nombre delata, y encantadora: Area Longa. La senda aquí es de madera, salvando la integridad de las dunas y vegetación marítima. Estamos en la parroquia de Reinante, o Santiago de Reinante, la primera del concello de Barreiros que vamos a recorrer


Aunque con esto de los topónimos siempre hay debate, este extenso arenal parece tener diferentes nombres, según de qué tramo estamos hablando, dependiendo de los lugares y parroquias que a él se asoman Así esta primera parte sería la Praia de Moledo. Luego sería la de Reinante, como llaman sus vecinos a Santiago de Reinante y, al final, en el extremo occidental, la de su parroquia-hermana, aunque mucho más grande, San Miguel de Reinante (o San Miguel a secas), pero generalmente se conoce a este arenal con todo el merecimiento como Arealonga, no en vano su longitud es de algo más de un kilómetro (1.300 m), lo que justificaría plenamente su topónimo


Playa agreste y en zona poco poblada antiguamente, pues los pueblos realmente se disponen algo más al interior, su entorno más inmediato, antes de prados de pasto, se ha vuelto residencial, hotelero y hostelero con el auge del turismo de playa


Aunque se ha recuperado su espacio natural, con las dunas y su vegetación, diversas intervenciones urbanísticas, con aparcamientos, buenos accesos, servicios de playa, etc. le han dado un verdadero aspecto de hermoso paseo marítimo, si bien es preciso reconocer que su entorno urbanizado ha transformado lo que fue espacio rural de prados y vaquerías


Cierra la playa por el oeste, formando una encantadora concha, la Punta do Castro, así llamada por la existencia de un antiguo castro galaico de los muchos existentes en este litoral, junto a cuyas defensas pasaremos


Secularmente, la llanura de esta rasa costera de A Mariña lucense, es aprovechada como pastizal, si bien con el auge turístico en buena parte fue parcelada y transformada en zona residencial de temporada y segunda vivienda


Hay camping, restaurante, alojamientos. En verano es lugar de gran animación, con buena afluencia de bañistas y visitantes. Más solitario en invierno


Al este, por la zona de A Malata, límite geográfico de Aguas Santas o As Catedrais, y frontera geográfica de conceyos, un penedo forma una pequeña punta que cierra el arenal por ese lado. Precisamente el topónimo Moledo es la referencia a esa palabra galaico-portuguesa, procedente del latín medieval, que hace referencia a pequeño monte o colina de rocas


Las arenas clarísimas, casi blancas, son una constante en las playas de este sector de A Mariña, si bien hemos de tener en cuenta que en las pleamares casi desaparecen, al ser cubiertas por el mar


Estas arenas, dunas y su entono tienen desde hace tiempo firmes normas de protección ambiental que han detenido su degradación y, en buena parte, recuperado su naturaleza marina


Vamos paralelos a la Estrada da Costa, carretera local que recorre todos los arenales, con conexiones a la no muy lejana N-634, a la vez con ramales a al Autovía del Cantábrico, y por supuesto con los apeaderos del ferrocarril


A partir del año 2.000 diversas entidades y administraciones se pusieron manos a la obra para recuperar este litoral. Una gran senda costera lo recorre desde Ribadeo y, en Barreiros, se transforma en un paseo marítimo de varios kilómetros


A nuestra derecha un gran penedo cubierto de vegetación se alza como un guardián entre la playa y el camino


Cuanto más nos acercamos más reparamos en la grandeza de Arealonga, donde desembocan algunos regos, La parte más cercana a la orilla es arena propiamente dicha, más atrás piedras que, según avancemos, darán paso a un gran campo dunar


Playas como estas, grandes, abiertas al mar pero a la vez resguardadas, fueron en la antigüedad embarcaderos y puertos naturales, dedicados a la pesca, pero también al comercio y, por lo que se sabe, en no pocos lugares a la minería, pues han sido localizadas viejas explotaciones auríferas romanas, si bien el oro se extraía ya desde mucho tiempo antes de que las legiones del César entrasen en la vieja Gallaecia, tal y como demuestras numerosos hallazgos localizados en estas costas


Nuestro entablado camino sube levemente para salir al paseo marítimo


Aquí desaparecen las barandillas. Vemos a la derecha algunas dunas al borde del paseo


A nuestra izquierda, al otro lado de la carretera, la entrada al camping A Nosa Casa. Si bien estamos en una zona turística por excelencia, con todo tipo de alojamientos, tanto en primera línea de playa como en las poblaciones un poco más al interior, en la N-634, desde Ribadeo, itinerario oficial del Camino Norte, no hallamos en este momento nada específico o especializado, o dirigido especialmente a peregrinos, siendo en esto caso los campings lo más aproximado a ese tipo de estancias, de una sola pernocta y a un precio no demasiado elevado en general, con tienda y bar, duchas, lavadoras, bungalows etc.


Llegados a la carretera seguimos por la acera del paseo. Nuestra idea es, en esta saga caminera, dirigirnos a la Basílica de San Martiño de Mondoñedo, gran centro de peregrinaciones dada su condición de doble sede episcopal en la Edad Media, hasta que fue trasladada por disposición de la reina Urraca, quizás en previsión de invasiones marítimas, a O Val de Brea (Vallibria en alguna documentación antigua), unos cuantos kilómetros más al sur


Este camino enlaza pues el trazado del Camino Norte con los dos mondoñedos, aprovechando en casi todo su recorrido en los concellos de Ribadeo y Barreiros, este trazado del Camiño Natural de Ruta do Cantábrico, por el que iremos hasta la Ría de Foz, para luego ir enlazando con otros hasta San Martiño


Pasamos por un puente sobre el Rego de Santiago. Fijémonos cómo sus orillas verdes destacan sobre la blancura de la arena


Bares y cafeterías con sus terrazas a la vista del mar


Un poco de cuesta a la altura de La Yenka, pensión y restaurante, fundado en 1965, pionero y veterano establecimiento de esta playa


Según subimos esta rampa admiramos la gran ribera marina, que no la perdemos de vista en ningún momento


Zona de aparcamientos


Una de las rampas de acceso al arenal


Las terrazas, junto a la entrada al restaurante


Parking de bicicletas. Fijémonos en la arena sobre el suelo del paseo, formando grandes montones, donde crece la vegetación, y así es preservada


Jardines y parterres, pero básicamente de plantas de pastos y marinas, en su hábitat


Seguimos siempre y en todo momento la larga acera del paseo de Arealonga, que irá paralela a la carretera hasta el final de la playa


Cartel con la relación de las playas de Barreiros y su comunicación por carretera. Pasaremos prácticamente al lado de todas, a excepción de la última, arriba del todo, pero la veremos desde nuestro periplo caminero y peregrino


Admiramos el gran espacio dunar de Arealonga, convenientemente preservado tras siglos de erosión y acción humana. Así en el Inventario de los Sistemas Dunares de Lugo, del Ministerio de Medio Ambiente y fechado en 2008, donde se llama a la playa de San Miguel de Reinante, leemos cómo estaba su situación en aquella época:
"El sistema dunar de San Miguel de Reinante, también conocido como Arealonga, se localiza en la Mariña Luguesa y se ha originado por deposición de sedimentos al actuar la Punta do Castro como  barrera para los vientos del nordeste. Se trata de un sistema dunar fuertemente antropizado, con su extensión limitada por una carretera y un amplio paseo. El sustrato arenoso se extiende a ambos márgenes de esta carretera, encontrándose alterado por las actividades agrícolas en la zona más interior

La duna terciaria que contacta con estas infraestructuras se encuentra fuertemente nitrificada, en ella, junto a especies características de estos medios, como linarias, rabo de liebre, acedera de lagarto y alhelí de mar, proliferan especies ruderales como malvas y viboreras.

La playa, sin apenas pendiente, presenta una amplia zona intermareal que se extiende hasta un frente dunar fuertemente erosionado. Los elevados taludes de arena originados por la erosión, hasta de diez metros, se encuentran parcialmente fijados por barrón. Esta especie es la dominante en la parte alta de estos taludes y en su parte trasera, constituyendo una estrecha franja de duna secundaria que se ensancha en el margen oeste. La duna primaria está reducida a pequeñas manchas en lugares protegidos de los agentes erosivos, en ellos crece la grama marina y la arenaria de playa.

En el oeste, en el espacio que debía ocupar esta franja de vegetación, quedan al descubierto los cantos rodados sobre los que se ha desarrollado este sistema dunar, lo que indica un escaso aporte de arenas en la actualidad.

En el extremo oeste desemboca el arroyo Barranca, que llega a la playa fuertemente nitrificado por las aguas residuales de algunas viviendas próximas y por el uso generalizado de purines en las actividades agrícolas de la zona. Asociado a su curso sobre la duna crecen algunos sauces, juncos y lirios... "

Y, en el apartado Diagnóstico, este informe culmina:
"El sistema dunar de San Miguel de Reinante ha sufrido una fuerte antropización, a causa del desarrollo. La carretera y el paseo asociado, alteran la dinámica natural de la duna. La instalación de infraestructuras sobre el sistema dunar, como el parque de juegos en el oeste, miradores, accesos y duchas, provocan una fuerte compactación de la duna terciaria. Las zonas ajardinadas representan un riesgo de introducción de especies exóticas, la uña de gato (Carpobrotus sp.) ocupa una superficie importante de la duna secundaria. La erosión que presenta el sistema dunar puede deberse a diversas causas que deben ser investigadas, podría tratarse de un proceso natural causado por cambios en la intensidad de los vientos dominantes o podría estar actuando algún factor antrópico que reduce el aporte de arena o la capacidad de fijación de la duna primaria"

Un poco apartadas de primera línea de costa, a nuestra izquierda, grupos de casas unifamiliares y chalets. A lo lejos los montes de Os Trobos (364 m) y A Pena A Ínsua (336 m), forman parte de la cordillera costera que separa la franja marítima del gran valle o Val de Cabarcos, escenario de numerosos episodios de la historia gallega, teatro de operaciones del famoso mariscal Pardo de Cela, del que mucho tocará hablar cuando caminemos a la vista del solar que fue su castillo, ya en la próxima y correspondiente entrada de blog


Más cerca y justo a nuestra izquierda, A Pena Longa (516 m), donde hay localizados túmulos megaliticos, llamados mámoas, testimonio de antiguas civilizaciones pastoriles que habitaron esas montañas


Asoman a lo lejos los tejados de Santiago de Reinante, cabeza de esta parroquia, por donde viene el Rego de Santiago, que nace más un poco más al sur, en la zona de Os Penedos, bajo el citado monte de A Pena Longa, no muy lejos de la iglesia parroquial, de santo patrón jacobita, y tampoco del círculo lítico de A Roda, el llamado Stonehenge gallego, de unos 4.500 años de antigüedad


Más aparcamientos, a la izquierda prados y alguna casa


Aquí entre las dunas asoma un pedacito de playa. El 25 de julio, día de Santiago, patrón de esta parroquia de Reinante y de Galicia, se celebra en este arenal un Concurso Internacional de Castillos de Arena


Bloques de piedra a manera de bancos


Palmeras, alguna parcela y un par de casas más


Pasos entre las dunas para ir a la playa. Esta es una foto de principios de septiembre



La misma duna solo mes y medio después, empezado el otoño, verde como un prado



Otra de esa época, mirando a la playa


Algunas rocas enfrente de la arena, en la orilla en bajamar, As Penas Rubias, que también es como se conoce a esta parte central del arenal

En la obra geográfico-descriptiva Derrotero de la costa septentrional de España que comprende desde el puerto de Coruña hasta el río Bidasoa, de José González Billón, publicada en 1896, se dice:
"En medio de la playa de San Miguel, llamada Area Longa, hay dos islotes altos y poco apartados de la orilla, nombrados Portelas, que despiden corto arrecife”

Escaleras del paseo a las dunas, sendas al arenal


Largo tramo recto...


A Punta do Castro, medio oculta por las dunas: hacia allí nos dirigimos


Caseta de los servicios. Al otro lado de la carretera, la carpa que instaló la famosa Pulpería Mario de Viveiro para los veranos, inaugurada en la temporada de 2020, en plena crisis del Covid


Una refrescante cerveza, siempre a tiempo...


Estos son algunos de los postes que balizan la Ruta do Cantábrico, que estamos siguiendo


No deja de ser llamativa la descripción que hace el famoso Diccionario de Madoz, a mediados del siglo XIX, de esta parroquia de Barrreiros:
"REINANTE (Santiago de): felig. de la prov. de Lugo,(12 leg.), dióc. de Mondoñedo (3 1/4), part. jud. de Rivadeo (1 3/4) y ayunt. de Cabarcos (1): SIT. cerca del mar Cantábrico; su CLIMA es templado y bastante sano, pues sus hab. disfrutan de larga vida. Consta de los l. de Barreiro, Torre, Barrosa, Cruz y Prohida-Vista-alegre, que reúnen 64 casas, y tiene fuentes de buenas y abundantes aguas. La igl. parr. (Santiago Apóstol) es anejo de San Miguel de Reinante, con cuyo TÉRM. confina por O.; al N. el Océano y por E. y S. Santa Eulalia de la Devesa. El TERRENO es pedregoso y arenisco, y los montes contribuyen a formar la cord. que desde San Juan de Obe se estiende hasta Cabarcos: le baña el arroyo denominado Rego da Cabana, el cual baja a desembocar en el mar. CAMINOS: la vereda real que desde Rivadeo se dirige a Mondoñedo, Vivero y otros puntos. El CORREO lo recibe de la cap. del part. PROD.:trigo, maíz, patatas, nabos, centeno, legumbres y varias semillas; cria ganado vacuno, caballar y mular; hay caza y alguna pesca. IND.: la agrícola y telares de lienzo y estopa. Esta producción, así como el ganado lo benefician en los mercados inmediatos. POBL.: 64 vec., 266 alm.. CONTR.: con su ayunt. (V)"

En el año 910 figura esta parroquia como Sancto Iacobo de Reinanti como una donación de Ordoño II a la Iglesia de León, su origen parece ser una villa Reinanti, una villa agraria de un Reinantus, nombre germánico, tal vez suevo o visigodo


La acera se estrecha un poco al lado de estos aparcamientos, cuando pasamos otro pequeño grupo de casas


Llegando al otro extremo del paseo, la gran explanada donde aparcan los autocares


Pequeño parque-playa


Parterre circular, muy llamativo...


Y luego otra recta. Allí vemos el promontorio de la Punta do Castro, hacia donde nos encaminamos


Un puente sobre otro rego, que señalaría el paso de Reinante o Santiago de Reinante, a la vecina parroauia de  San Miguel de Reinante



Es el Rego da Barranca, que nace al pie de A Pena da Ínsua, en los cordales costeros. También se le señala como Rego do Forcón


Este sí que presenta en sus orillas abundante vegetación silvestre, destacando la espadaña


Antiguamente, en la baja Edad Media, esta parroquia aparece documentada como San Miguel de Vilachá. Luego, sin que se sepa la razón, pasa a ser simplemente de San Miguel y, a partir de textos de 1605, de San Miguel de Reinante


La razón de Vilachá es un misterio, tal vez algún asentamiento medieval desaparecido, voluntariamente o por invasiones vikingas y otras razones, como no era extraño que ocurriese. En este sentido es importante saber que en Arealonga existe una turbera en la que se han encontrado huesos de ballena, sacados a la luz a veces por las galernas o tempestades marinas, esto se vincula a la tradición de que en Arealonga hubo un poblado, que pudo ser el enogmático Vilachá de los textos medievales


Hay sitios para sentarse y acomodarse, antes de seguir ruta, como esta hermosa pérgola


Y empezamos a subir poco a poco, casi imperceptiblemente, hacia la Punta do Castro


La señalización de la Ruta do Cantábrico es nuestra referencia caminera en todo este trecho por las playas y costa de Barreiros


Ciertamente, la carretera local, a la izquierda, va más directa, pero hay tramos sin aceras y, por supuesto, nos aleja un tanto de los paisajes marinos de primera línea de costa. La senda peatonal en cambio, aunque sigue toda la sinuosa orografía costera, siendo por lo tanto algo más larga, nos aleja del tráfico y del asfalto, caminando siempre al borde de los arenales y los acantilados


La senda es, precisamente, la que marca estas distancias, a un kilómetro de la Praia A Pasada, a casi dos de Praia Lóngara y a casi 20 de Foz, si bien en nuestro itinerario propuesto acortaremos sensiblemente el recorrido justo al llegar a la Ría de Foz o del Masma, para dirigirnos al interior a San Martiño de Mondoñedo, hito fundamental de este camino que potencian varias asociaciones como ruta cultural, histórica, natural, y de peregrinaciones


La pizarra, elemento geológico característico de A Mariña y buena parte del oriente gallego y del occidente asturiano


Estos tramos alternan con otros, de adoquines de piedra caliza


A nuestra derecha los campos de dunas, espacio natural recuperado. A lo lejos A Pena Longa (516 m) y, más lejanamente, el Monte Mondigo (569 m), el más alto del vecino concello de Ribadeo, que nos ha servido como referencia visual durante gran parte del Camino Norte, ya desde tierras asturianas, por la zona de Tapia. Al otro lado sigue el camino oficial de Ribadeo a Arante, O Val de Cabarcos, Vilanova de Lourenzá y Mondoñedo, donde se unirá a este que aquí proponemos y también al llamado camino histórico, que pasa de Asturias a Galicia en Abres, trayecto por Vegadeo/A Veiga y Trabada


Según subimos vamos teniendo una completa perspectiva de esta grandísima concha de Arealonga


Desembocadura del Rego da Barranca. Si hace un momento nos referíamos a Santiago de Reinante en el Diccionario de Madoz, justo es hacerlo ahora con esta de San Miguel:
"REINANTE (San Miguel de) felig. en la prov. de Lugo (12 leg.), dióc. de Mondoñedo (3), part. jud. de Rivadeo (2), y ayunt. de Cabarcos (1); SIT. en un llano, con buena ventilacion y CLIMA sano, si bien el ganado muere en crecido numero. Tiene unas 200 casas en los l. de Campos, Casaldeite, Curro, Ferraria, Outeiro, Pasadas, Pumarín, Sargende, Souto y Tilleira; hay escuela dotada con casa y 800 rs., concurren de 30 a 40 niños; se encuentran varias fuentes de medianas aguas. La igl. parr. (San Miguel Arcángel) existía en el siglo XII, con el nombre de San Miguel de Villaplana; es matriz de Santiago de Reinante y el curato de patronato real y ecl.; hay 2 ermitas pobres y un cementerio muy próximo a la pobl. El TERM. confina por N. con el mar Cantábrico; al E. con el de su citado anejo; al S. con los montes de Remourelle, y por O. Con Benquerencia y Barreiros. El TERRENO, aunque arenisco y pedregoso en los elevados montes que forman cord. desde San Juan de Obe hasta Cabarcos, es llano y de mediana calidad en la parte destinada al cultivo; le baña corriendo por el centro el r. de San Miguel, que nace en el térm. y desagua en el mar, tiene un puente de piedra de un arco. El CAMINO o vereda real que pasa por esta felig. da paso para Rivadeo desde Mondoñedo a Vivero y otros puntos, y se halla en mediano estado. El CORREO lo recibe de la cap. del partido.PROD .: trigo, maíz, patatas, nabos, centeno y legumbres, cria ganado vacuno, caballar y mular; se cazan perdices y liebres; hay una mina de hierro que se estrae para Sargadelos. IND.: la agrícola, 28 molinos harineros, varios telares y artesanos de primera necesidad. Celebra feria el domingo primer de mes, en lo general de ganado. POBL.: 193 vec. 888 alm. CONTR.: con su ayunt. (V.)"

A nuestra izquierda zona de chalets y viviendas unifamiliares con terreno. La mayor parte son segundas residencias para temporada estival principalmente


Desde este campo tenemos un gran observatorio marino natural


La playa, sus campos dunares y la zona residencial por Os Amedos, A Cosqueira o Reinante-Praia. Más a lo lejos As Pedreiras y Os Campos y las poblaciones de Barreiros, extendidas a lo largo de la carretera N-634: Vista Alegre, A Torre, O Barreiro, Santiago de Reinante, A Proída, O Foro, A Barrosa, As Pasadas, Os Campos, A Obra Pía, O Outeiro, todo ello bajo el mencionado monte de Pena Longa y entres las parroquias de Santiago y San Miguel de Reinante


La gran concha, cuyo fondo podemos ver perfectamente, se prolonga hacia la Punta da Malata, por donde hemos venido de Augas Santas o Praia das Catedrais. Una de las características de estas playas es la nitidez con la que se llega a ver su fondo marino, en tonos celeste o verde esmeralda


A lo lejos, As Catedrais con sus penedos y arcos característicos, cuyo arenal casi desaparece en las pleamares.


Su área recreativa y acantilados. Por allí hemos venido procedentes de Rinlo, puerto de pescadores del concello de Ribadeo. Al fondo asoman los campos de As Carricelas, Pereira y las casas de Esteiro, en la parroquia ribadense de A Devesa


Esteiro da nombre a una playa que no podemos ver, casi cerrada por los acantilados a la derecha de la foto, que la comunican a la mar por una estrecha abertura en la Enseada do Cadramón


.Más a la izquierda la Praia As Illas, con su archipiélago enfrente, As Portelas, A Punta das Covas y otras pequeñas rocas, playa que forma una sola en las bajamares para unirse con la de Os Castros, solar de otro fuerte castrexo, junto al que hemos pasado. Toda la larga línea de acantilados de esta franja costera de A Mariña lucense, así como la llanísima rasa marina se extienden hacia el este en este magnífico paisaje


Y así, A Punta Corveira y el islote de A Pena dos Corvos, con el enorme edificio de una de las antiguas cetáreas de Rinlo, se adentra como una cuña en el Cantábrico


Más a lo lejos, una gran población, Tapia, capital del concejo homónimo, en Asturias, por donde pasan en nuestros días la mayor parte de los peregrinos del Camino Norte, en detrimento de otros caminos, oficiales, más al sur


En el extremo de Tapia destaca su faro, inaugurado en 1859 con ampliaciones en 1922 y 1962, en la Illa de Tapia, isla enfrente del puerto, unida a tierra por un malecón y a la que se añadió un buen dique de abrigo, ante el islote de El Hórreo, que vemos más a la izquierda


Desde esta acantilada campera retomamos el camino hacia la Punta do Cabo dando vista a la Pena da Rá


Penedos frente al cabo, paraíso de la pesca de caña...


Caminamos, siguiendo la subida, por este ancho paseo, iluminado en la noche por farolas


Es realmente una verdadera calle peatonal, solo abierta al tráfico de residentes...


Altas verjas y grandes caserones...


Aquí abajo a la derecha hay una interesante formación geológica


Son piedras sueltas que tienden a tener un tamaño parecido y se asemejan a terrones de azúcar


Entre ellas, en la roca madre, algunas charcas



La estructura lineal recuerda al famoso flysch de otros roquedos


Cruce y de frente, continuando al lado del prado que va al borde del cantil


Abajo, el gran montón de terrones esparcidos como desparramados


Ahora vemos bien la Praia Os Castros, otro extenso arenal por el que hemos pasado viniendo de Ribadeo por Illa Pancha y por Rinlo


Seguimos avanzando sobre el acantilado de la Pena do Castro


Llegamos así a otro grupo de casas, también con su parcela o terreno en torno a ellas


Ahora a la derecha vamos a ver otra de esas formaciones geológicas que se forman tan abundantemente en este sector de costa


Un ollo, la mar golpea el acantilado, forma una cueva en su base, la cueva se hace galería y en algún momento se hunde el techo, cientos de miles o millones de años de erosión continua moldean la piedra como un artista y van formándose estas pequeñas calas


Seguimos el vallado de esta finca...


Poste de la Ruta do Cantábrico, bifurcación y a la derecha


Seguimos ahora por este zigzagueante camino enlosado y adoquinado


Las rocas y sus formas, cual obra de arte de un escultor abstracto...


Y después de esta casa otra bifurcación...


Hay que ir a la derecha...


Subimos por esta otra rampa...


A cada paso, nuevos roquedos formando recovecos y rincones pétreos entre los cantiles de la Punta do Castro


Otra baliza de esta ruta


Dejamos las casas y llegamos a una llanura


En este lugar nos despedimos de Arealonga y de todo este sector de costa, la que, viniendo de Ribadeo, recorrimos en las primeras etapas de este camino de los mondoñedos


Mesas y bancos en lo alto del cerro castrexo


También una zona de juegos infantiles. Nos llama la atención aquel montículo, no es propiamente del castro pero lo afectó, son restos de explotaciones mineras


Al fondo, a la derecha, aquellos sobresalientes cuetos sí son restos del antiguo castro aquí ubicado


El camino se adentra en estos parajes, dejando ya las casas


El acantilado, como es normal en los castros costeros, forma parte de sus defensas naturales


En las puntas y cabos la defensa se basaba en la orografía del cantil siendo únicamente necesario abrir fosos en la parte que los comunica con tierra, como fue este el caso


A la izquierda lo que hubo fueron antiguas minas de feldespato, que trabajaron en la Punta do Castro desde principios de los años 80 hasta principios de los 2000


Una grande y profunda charca, prácticamente una laguna, ocupa el gran socavón dejado por la prospección minera


Esta actividad extractiva afectó especialmente al foso del castro, su defensa contra ataques por tierra, por donde estamos caminando ahora


El castro el castro galaico aquí existente, con muralla y foso, ocupa una superficie de unas 2 hectáreas y fue explorado en superficie en los años 90, hallándose una fíbula de bronce, cerámica local, cerámica romana, restos de ánforas, terra sigillata y otros elementos entre los siglos I y IV d. C. con lo que se ve una datación un poco posterior a la llegada de los romanos, pero, pendiente como tantos otros de estudios más pormenorizados y excavaciones arqueológicas, ello no quiere decir que no haya de existir un sustrato prerromano, pues lo cierto es que muchos de estos poblados fortificados siguieron habitados durante la romanización, e incluso algunos durante la alta Edad Media


Se aprecian claramente al pasar las escarpaduras del foso y arriba los restos de las que fueron sus murallas. Si bien la cultura castreña o castrexa propiamente dicha se vincula al NO peninsular, lo cierto es que en el periodo del siglo VIII a. C. al V a.C. gran parte de los pueblos de Europa se fortifican de esta manera y, aunque en algún momento se esgrimió que podía deberse a una forma de construcción urbana de ostentación, la complejidad y efectividad de estos baluartes resaltan su funcionalidad totalmente defensiva. Su erección coincide con grandes movimientos migratorios (indoeuropeos y tal vez otros), llegados del interior del continente


Es además esta de A Punta do Castro una importante estructura defensiva también muy afectada por la acción erosiva del viento y el mar, la misma naturaleza


Aquí hay un panel informativo de su historia, nos detenemos a leerlo


A la izquierda, una foto a manera de mapa de situación nos señala nuestra posición respecto a este castro:


Recinto principal y restos de murallas, al lado del camino. La extensión del recinto de la Punta do Castro ocupa toda la superficie del cabo y se piensa incluso fue más grande, desapareciendo parte con la erosión marina que fue modelando su frente acantilado en forma de cuña


Este castro está dentro de la zona galaica de ártabros, egobarros, cabarcos... desde sus murallas derruídas  y cubiertas siglos ha de verde, al menos 2.000 años nos contemplan. El castro, como tantos otros, es centro de numerosas leyendas, tras su abandono, los castros fueron aprovechados como un recurso agropecuario más, pastos, huertas, o para sacar piedras cual si de una cantera se tratase. Un estudio del Seminario de Estudios Galegos dice a propósito de estos muros castreños:
"... el paisano puede adquirirlos por tradición y llevar en la memoria referencias históricas y leyendas, algunas de las cuales pueden venir de un pasado remotísimo. Mas él las recuerda siempre sin cronología, ni absoluta ni relativa; la tradición popular no conserva bien las fechas ni el orden de los acontecimientos. Si embargo, no deja de poder tener cierto significado, si acaso, la posición histórica de los moros como más antiguos que los romanos..., como confirmatorio de la identificación de los moros castreños con la población protohistórica de Galicia, o sea, con los auténticos constructores de los castros".

Y aquí, otra vez la laguna y el tramo de foso afectado por los movimientos de tierra de la antigua mina


Conviene recordar que en San Miguel hubo en tiempos y desde tiempo atrás una cierta tradición minera, además de posibles yacimientos auríferos de cronología romana y tal vez prerromana, de esta parroquia de sacaba hierro, existiendo documentos de contratos ante notario para su explotacíón, al menos desde el siglo XVIII, como el firmado en 1796 por D. Antonio Raimundo Ibáñez, fundador de la famosa Real Fábrica de Sargadelos, antecesora de las actuales siderúrgicas y, directamente de la apreciada Cerámica de Sargadelos


El foso llega así al acantilado y completa su frente defensivo por este flanco, además de la muralla


También nosotros llegamos al acantilado, empezando a ver ante nosotros un nuevo tramo de costa y un nuevo paisaje, el del Golfo de Foz o Golfo do Masma, desembocadura de este río que viene del interior de A Mariña, de Mondoñedo, otra muy importante referencia, pues será la meta de esta ruta, variante marítima, que aquí proponemos


En la misma boca de la ría Foz. Justo al llegar al estuario, ante la población, nuestro camino irá abandonando las costas de Barreiros para, ría arriba, cruzar el Masma por A Espieñeira y su histórico puente, que sustituye a las antiguas barquerías, en el tramo final hasta San Martiño de Barreiros


La villa y capital de concello, que también da nombre a dicha ría, va a ser por lo tanto una muy buena orientación visual y geográfica para recorrer las costas de Barreiros


Lo mismo, el largo brazo de tierra, con los montes que separan A Mariña Oriental de A Mariña Central, que se adentra en el Cantábrico cerrando este golfo hasta el Cabo Burela, constituirá el telón de fondo de nuestro escenario paisajístico según caminamos en dirección oeste


Toda la costa está plagada de ancestrales e importantes castros de los que vamos a ir hablando al avanzar hacia occidente... allí vemos Fazouro, Nois y Cangas, en el concello de Foz


Allí al extremo, Burela, nuestro itinerario hasta San Martiño de Mondoñedo y Mondoñedo no pasa por ahí, si bien otra ruta jacobita, el Camiño do Mar, no reconocido oficialmente pero señalizado y promocionado, sí lo hace. Xosé Ramón Fernández Pacios en su Gabinete de  Foz, recopila esta historia de una peregrina que pasó por Cangas en 1916, recogida de una noticia del periódico El Progreso el 19 de marzo de ese año:
"Carmen Ferreiro Fernández, de 45 años, natural de Peñafiel (Valladolid) se dirigía como peregrina hacia Compostela, y al pasar por la parroquia de Cangas, en Foz, buscó alojamiento para pasar la noche. 
Generosamente le ofreció medio de descansar la vecina de Cangas, Luisa Trelles Novo. A la mañana siguiente, la peregrina notó que le faltaban 23 pesetas que llevaba en un monedero de cuero, varias varas de telas, unas blusas y dos carretes de hilo, todo lo cual llevaba en un saco. Dio cuenta de la falta a la Guardia civil de Cervo y de Foz, que realizaba una entrevista de fuerzas de los respectivos puestos, y después de un detenido interrogatorio a la Luisa durante el cual ésta negó toda la intervención en el hecho, se observó que debajo del delantal ocultaba las prendas hurtadas. 
La Luisa fue detenida y puesta a disposición del juez municipal de Foz, con las prendas ocupada"

Precisamente poco más allá de Burela, en el concello de Cervo, está Sargadelos, solar de la mencionada fábrica, cuyas piezas cerámicas son verdaderas embajadoras de Galicia a nivel mundial


Ahora, desde la Punta do Castro y pasando entre la mina y el mar, bordeamos el acantilado occidental de este gran promontorio castrexo


Desde la baranda contemplamos sus paredes claras y, sobre, ellas, señales del foso que hasta ellas llega, así como la pared de la muralla


El camino sigue la forma del cantil, y va zigzagueando, como va a ser la tónica normal hasta que lleguemos a la Ría de Foz


Hay miradoiros, que son un buen lugar para sentarse, descansar, y admirar este paisaje costero, portento de la naturaleza


Aquí al menos, merece la pena detenerse aunque solo sea un instante


Y asomarse al mirador de estos penedos bajo el cantil antesala de otra playa de Barreiros, As Pasadas


También aquí vemos muy bien el fondo del mar, distinguiendo rocas y bancos de arena, deseamos recalcar que es una característica propia de todas estas playas la claridad del agua


Incluso  en días grises, como esta otra foto que os mostramos, se aprecia con cierta nitidez el suelo bajo el mar, que filtra colores entre azules claros, celestes y verdes esmeralda


Proseguimos marcha por el paseo costero, todo recto y de frente hacia la casa del fondo


Otro fantástico balcón sobre las rocas y el mar...


De frente, la casa sobre el acantilado


Un poco de arena, entre rocas, forma una diminuta concha a nuestros pies


Y disponemos a la derecha de una muy buena perspectiva del costado oeste de la Punta do Castro


Pasamos junto a la casa, también con un pequeño terreno cercado


Y caminamos recto por su vía de acceso a la carretera


Ahora sí que tenemos una soberbia panorámica de la Praia As Pasadas, unos 300 metros de arenal con la Punta Corveira cerrándola por el oeste


Se trata de otra muy hermosa playa en forma de concha y arenas finas y blancas, paraíso del bañista y veraneante


Y ahora salimos de nuevo a la Estrada da Costa, de la que no nos separaremos demasiado hasta la Ría de Foz


Próxima parada Lóngara, a solamente 900 metros. A Foz señala 17, pero hay que tener en cuenta que, además de llegar al estuario, hay que remontarlo unos kilómetros yendo hacia el sur, por la Ponte da Espiñeira. La Ruta do Cantábrico propone pasarla por el puente nuevo, para entrar en el casco urbano de la población. Nosotros lo haremos por el viejo, o eso propondremos, unos metros más al sur, para buscar la salida directa a San Martiño de Mondoñedo


Vamos a la carretera, pero a la derecha disponemos de muy buena acera


Puede decirse que todo el paseo en sí es un gran mirador en sí mismo, prácticamente todo el tiempo



Allí A Punta Corveira, con Burela a lo lejos... este topónimo, vinculado a los cuervos, se repite en muchas costas, y en esta especialmente, sin duda tiene que ver con la abundancia de estos pájaros, muy dados a alimentarse por los campos de la rasa marina. Siendo como es absolutamente omnívoro, de adapta a cualquier apetito alimenticio, granos, bayas, frutas, insectos, roedores, carroña, hasta heces no digeridas de otros animales y, por su puesto toda clase de detritus humanos. Posee además una gran inteligencia y esa capacidad le hace estar tan presente en estos hábitats que hasta marcan su toponimia abundantemente


Acá las escaleras de acceso al arenal por esa vertiente, salvando una muy fuerte pendiente


Explanada de aparcamientos


A la izquierda campos de O Feal da Paula y barrio de Sanxéndez, al norte de San Miguel, en esta gran llanura de Barreiros donde no es extraño que se formen aún en los prados de esta gran rasa costera, lagunas y barrizales, de ahí el topónimo del concello


San Miguel de Reinante es la cabeza de esta parroquia de Barreiros que se extiende desde la costa hasta las montañas costeras al sur, tierra de pazos, quintas indianas y, por supuesto casas labregas, de las que aún hay algunas, entre las grandes áreas residenciales y de viviendas de veraneo


Tramo de barandilla metálica


Al sol apreciamos el intenso blancor de las arenas de la playa. El topónimo As Pasadas (también se ve y oye a veces A Pasada) indica claramente un paso, por lo común eran piedras o muretes colocados en línea entre campos. Sin duda está vinculado a algún nombre agrario de los campos circundantes, aunque las pasadas hayan desaparecido con parcelaciones y transformación del paisaje agrario tradicional


A nuestra izquierda una casa de piedra, que fue durante años la sede del famoso Eido Dourado, espacio y proyecto artístico del artista gallego Celso Dourado, que queremos recordar



Está justo en el cruce con la carretera que va a San Miguel de Reinante




Al pasarla y mirar atrás admiramos toda su fábrica de piedra, de gran maestría


Pasamos ahora junto a otro de los accesos de la Praia As Pasadas


Al oeste, de nuevo A Punta Corveira, topónimo claramente referido a cuervos,muy habituales en estos campos marinos


Y a la derecha los cantiles nos tapan ahora A Punta do Castro, que ya vamos dejando atrás


Fijémonos en la pequeña placa de la Ruta do Cantábrico, en el pequeño muro de la derecha, señalando en ambas direcciones, Foz y Ribadeo


Aquí vamos paralelos a la carretera, siendo en este tramo la senda peatonal una muy buena y ancha acera de losas pizarrosas. A la izquierda hay parcelas y alguna casa unifamiliar


Luego, como es característico en esta ruta, viene un trecho adoquinado, según subimos ligeramente una cuesta


Estamos sobre la zona intermedia de la playa, donde se yergue un gran peñón acantilado, cubierto de prado y vegetación silvestre


Ahora volvemos a ver a la derecha la Punta do Castro


A Punta do Castro se adentra como una cuña en el mar, como queriendo alcanzar el horizonte hacia Casitérides, Bretaña, las Islas Británicas, la verde Erín, como las míticas navegaciones de la Antigüedad, Breogán y los Hijos de Milé, tal y como cuenta el Lebor Gábala Érenn o Libro de las Invasiones de Irlanda, según la cual los actuales irlandeses serían descendientes directos de una invasión céltica, la de los milesios, procedentes de la Gallaecia



Este peñón constituye otra de las bajadas de acceso al arenal


Llegamos ya así al extremo occidental de As Pasada, ante A Punta Corveira


Llegando al final de la cuesta nos apartaremos de la carretera


La referencia es este vértice geodésico


En lo alto del promontorio de Pena Corveira nos dirigimos hacia él, a la derecha


La señal nos lo indica, Así como nuestra proximidad a las playas de Lóngara y de Fontela/Valea


Seguimos pues hacia el vértice por estos aparcamientos playeros...


Pasamos a su lado...


Vemos la placa


Nos despedimos de As Pasadas y de A Punta do Castro


Grandes losas de piedra en un poco de bajada...


Y en este cruce iremos a la izquierda



Grandes bloques pétreos a manera de bancos corridos con suelo también de losas


Foz y el Golfo da Masma, con el Cabo de Burela serán el paisaje que tendremos siempre de frente y a partir de ahora, predominantemente recalcamos, hasta llegar a la ría


La Ría de Foz, cuyos edificios vemos al otro lado del estuario donde desemboca el Masma, bajo el Pico da Lebre (358 m). En sus laderas está el Alto da Grela, a donde subieron huyendo, según la tradición, los habitantes de Foz cuando asalto la población una poderosa flota vikinga, solicitando ayuda al obispo Gonzalo, que acudió en su ayuda, obrando un milagro desde este lugar: se arrodilló, el cuelo se nubló, alzó su báculo y, cada vez que se arrodillaba y este tocaba el suelo, se hundía una de las naves enemigas, y así hasta que todas desaparecieron en el fondo del Mar Cantábrico, a excepción de una a la que dejaron marchar para que contase lo sucedido y nunca nadie más osase desembarcar en son de guerra. El obispo fue beatificado, pasando a ser San Gonzalo, y el Alto da Grela comenzó a ser llamado de O Bispo Santo, en cuya memoria existe una capilla

Un poco antes, a este lado de la ría, Está San Bartolo, sobre la Praia de Remior. Por allí iremos dejando la costa para adentrarnos en el interior, buscando el paso del Masma por A Ponte da Espiñeira, en ruta a San Martiño de Mondoñedo


Más a la derecha de Foz, en la costa que se extiende hasta el Cabo de Burela, están la Praia da Rapadoira, A Punta Escairo, A Ronqueira, Praia de Llas, Aguadoce, Enseada de Paizás...bajo los Montes dos Cabaleiros, destacando A Cruz do Pau da Vella (702 m) y O Pedroso Novo (551 m)


Más a la derecha Fazouro, parroquia del concello de Foz, célebre por su castro galaico, desembocadura del río Ouro, de nuevo una etimología aurífera en esta costa legendaria


Arriba el monte llamado A Mariña (501 m) y, a la derecha, Nois, Cangas y  Burela con su cabo, en el extremo del Golfo da Masma, una de las más pujantes poblaciones de A Mariña lucense, si bien no se constituyó en concello independiente, separándose de Cervo, hasta 1994 


Dispone Burela de una muy importante flota pesquera y es uno de los más importantes puertos pesqueros del Cantábrico, precisamente en el año de su independencia municipal se constituyó en la base de toda la flota bonitera española, unos 350 barcos, en la llamada Guerra del Bonito, que enfrentó a las flotas española, francesa e inglesa, por el uso de redes de deriva ilegales. También la merluza y el pez espada constituyen buena parte de sus capturas, creándose a raíz de ello una importante industria conservera


Unos años antes, en 1984, al crearse el Hospital da Costa, Burela se convirtió en la capital sanitaria de A Mariña. La población ha crecido exponencialmente estos años, pues hay además industrias madereras y cerámicas.

Esta apacible mariña vivió, a pesar de todo y de la neutralidad española, tremendos enfrentamientos bélicos marinos en la en la I Guerra Mundial, con supervivientes de barcos de guerra, mercantes y submarinos, arribados a estas costas, tal y como nos informa Xoán Ramón Fernádez Pacios  en O Gabiente de Foz 


El camino forma ahora un largo pasillo pizarroso. Es curioso como el negro intenso de esta piedra de torna totalmente color plata cuando le da el sol, brillante a veces como el destello de un espejo


Dejando atrás A Punta Corveira tenemos ahora abajo a nuestra derecha otro gran arenal: Praia de Lóngara, otro topónimo referido a la longitud, pues se extiende por un largo tramo de costa


A veces aparece denominada como San Pedro, por San Pedro de Benquerencia, patrón de esta parroquia y como también se la conoce, o al menos al entorno de su iglesia parroquial, no lejos de aquí


Más atrás el lado occidental de Pena Corveira, por donde puede bajarse a la playa. Por aquí están As Xángaras y A Pena do Elefante


Unas pequeñas farolas iluminan el camino de noche, que zigzaguea un poco, acomodándose a la forma del acantilado


Una no menos larga costa arenosa se asoma ya a lo lejos, gran línea de playas de Barreiros, que se extienden hasta la misma Ría de Foz, con Foz en el horizonte, en la boca de su ría y bajo el Monte da Lebre (358 m). A su izquierda Monte Maior (352 m)


Es el fondo del embudo del gran Golfo do Masma, desembocadura del gran río que comunica la costa con el interior de las tierras mariñanas


Sigue el buen pasillo de losetas de pizarra al borde del acantilado


El nombre de esta parroquia de Benquerencia es muy destacable, existiendo algunos iguales (Bemquerença) en Portugal, es uno de los topónimos llamados de aprecio, bien querencia, bien querida, muy querida o apreciada, sin duda dado por antiguos posesores


Y en Benquerencia, su gran arenal, una larga sucesión de playas que pueden recorrerse en las bajamares todo por la arena, hasta A Punta de San Bartolo, ya en San Cosme de Barreiros, por lo que a quien le apetezca puede bajar ya al arenal a la primera ocasión, descalzarse y sentir el placer de caminar por las arenas durante varios kilómetros



En primer término seguimos viendo la Praia de Lóngara, de 680 metros de largo, y con una anchura que va de los 160 metros en bajamar a los 30 en las pleamares, adorada también por los amantes del surf



Luego van las de Fontela y Fontela/ Balea o Area da Balea, Remior (estas en la parroquia de Benquerencia, por lo que a veces aparecen denominadas así, Praia de Benquerencia) y luego, en San Cosme de Barreiros siguen la de O Coto (o San Cosme) y la de San Bartolo, ya en la punta homónima, al lado de la ría


Toda la línea de costa de Barreiros tiene las mismas características, enormes y bellísimos arenales recorridos, por los, no demasiado altos, acantilados, por esta senda costera y la carretera. Caminando en dirección a la Ría de Foz seguimos viendo esta, población sucesora de los milenarios castros, como el citado de de Fazouro, de los galaicos ártabros que dominaban este litoral, y cuyo topónimo procede del latín fauce, referido precisamente a la boca de la ría. Puerto natural desde la noche de los tiempos. En la Edad Media fue la salida al mar del poderoso enclave de San Martiño de Mondoñedo, capital episcopal de la comarca, centro de poder político y religioso durante algunos de los siglos más determinantes de la historia de Galicia y Europa


Reiteramos que es un placer recorrer por la arena, si tenemos oportunidad, todas estas playas que vemos delante, pues además tenderíamos a atajar, haciendo una línea recta o casi, pues el paseo, como en la senda costera por Ribadeo, sigue la sinuosa forma de la costa, sobre las paredes del acantilado. Eso sí, si vemos que sube la marea vayamos volviendo al gran paseo marítimo de Barreiros que es el itinerario que va a seguir nuestra ruta


Pero también hay que decir que por el paseo, en lo alto del cantil, disfrutas de unas maravillosas vistas en todas direcciones a lo largo de este gran camino-atalaya, verdadero balcón natural y miradoiro, varias veces kilométrico, sobre el Mar Cantábrico, también con paisajes hacia el interior, hacia las llanuras litorales y las sierras que las limitan al sur


También por el paseo tenemos cosas que ver a nuestro paso, bastante sitios para descansar, tomar algo, admirar el entorno, algunos castros, y diversos lugares de alojamiento, no pensados, estilo albergue, especialmente para los peregrinos tal vez, pero que pueden ser una muy buena opción para disfrutar de esta travesía playera en toda su plenitud


Volvemos a salir a la carretera litoral. Fijémonos que en verano los prados cercanos son utilizados como aparcamientos


De todas maneras la enormidad de superficie de estos arenales hace que sea prácticamente extraña su masificación al nivel de otros, contando además que hay otras grandes playas muy cerca, también muy concurridas. Eso sí, tengamos en cuenta que en las pleamares su superficie no cubierta por el agua disminuye drásticamente


Postes de la Ruta do Cantábrico, de frente un piño de casas y bares en torno a la carretera y una de las bajadas a la playa


Aquí desemboca el Rego de Sarxéndez, que nace en la misma rasa costera, un poco más al sur, cerca de los campos de A Cancela Vela. Como en otros arroyos similares a su desembocadura la cubre la arena en bajamares


Al llegar al cruce con la rampa a la playa empezamos a subir un poco


Al subir contemplamos otra vista del enorme arenal


El rego y su desembocadura, tapada por la arena...


Abajo, en un rellano, mesas y bancos


Aquella barandilla señala que pasamos el puente encima del citado Rego de Sanxéndez


Atención ahora al llegar al otro lado


Enfrente de la Sidrería Pipo's hay un poste que nos guía a la derecha


Además nos anuncia las siguiente playas, Fontela/Valea a 600 m y la Praia de Coto a 2,5 km


Aquí hay otra bajada a Lóngara. Nosotros subimos paseo arriba


Este es otro muy buen sitio también para otear en lontananza


Vemos esta parte de la playa, con la forma semicircular del acantilado dándole un aspecto de anfiteatro natural


Y justo en medio del que sería el círculo, como si un arquitecto divino hubiese querido trazar un radio o un díámetro desde el cielo, el rego, recto en este punto, recordando también la forma de un reloj de sol


Hay una roca a la derecha que, por alguna razón, la llaman A Pena do Homosápiens, y como tal aparece en algún mapa. Evidentemente debe ser un topónimo bastante reciente


Dado que los acantilados no son muy altos y la playa es ancha, al menos en bajamares. apenas se proyectan sombras en la arena, pudiendo tomar el sol en toda su plenitud


Pasamos este solar y algunas viviendas vacacionales


Disponen, como es normal, de un terrenito cerrado alrededor que las separa del paseo


Un peñón ha servido para colocar dos barandillas en este borde del acantilado


Como decimos, este paseo marítimo de Barreiros es un auténtico balcón sobre el Cantábrico


Luego, el terreno del margen acantilado forma un poco de parapeto que resguarda de los vientos del norte. Hay también algunos bancos


Fijémonos enfrente en la forma del acantilado y porqué, el paseo, que sigue su línea, es tan sinuoso


A la izquierda, el bar As Redes. al otro lado de la carretera


Bancos y arbustos ante el mar


Hasta el muro serpentea siguiendo palmo a palmo la misma forma que tiene la línea del cantil


Aquí está A Pena da Roda, por que esta parte es conocida como Praia da Roda


Fijémonos en el trayecto que seguiríamos si caminásemos por la arena, posiblemente por el borde de la arena seca con la mojada, pues en esta segunda, al ser más dura se pisa mejor, pero si nos acercamos demasiado a la orilla nos puede pillar el mar y mojarnos... a no ser que queramos hacerlo adrede. 

Ni qué decir tiene que, por muy baja que esté la marea, en invierno, con temporales y expuestos a los elementos, mejor caminar por el paseo


Estas playas de Barreiros vieron a lolargo de la historia naufragios y arriesgadas singladuras marinas, como la dura peripecia marinera del Saint Pierre, un vapor francés que en marzo estuvo a punto de naufragar en estas costas y que se salvó en una arriesgada maniobra. Una historia recuperada por el investigador Xoán Ramón Fernández Pacios en su página O Gabinete de Foz, extrayendo noticias de diferentes periódicos, la primera de  El Ideal Gallego del día 28 de aquel mes: 
El ayudante de marina de Corcubión, comunica a este apostadero, que el vapor francés Saint Pierre embarrancó a las nueve de la mañana de ayer en la barra del puerto de Foz, hallándose el buque en gran peligro. La tripulación pide auxilio. Dice que hay varias víctimas por consecuencia del siniestro. Para prestar auxilio salió anoche para Ribadeo el cañonero Marqués Molins. A la hora que escribo esta carta (cuatro y media de la tarde) anuncian los semáforos que se dirige a este puerto dicho cañonero"

Dos días después, el 30 de marzo de 1918, El Eco de Santiago publica:
en esta comandancia recibiose un radiograma expedido por el vapor Saint Pierre, de la matrícula de Túnez, en el cual pide urgentemente auxilio. Afirma que se encuentra embarrancado en la costa de Ribadeo. Añade que hay varias víctimas entre la tripulación. Salió para auxiliarle el cañonero “Marqués de Mollíns”

Por su parte el periódico Mondoñedo del 20 de abril de aquel año, escrito por el propio contramaestre del puerto de Foz:
 “El día 26 del próximo pasado mes pasó el vapor francés Saint Pierre frente á este puerto con rumbo al Este; y al llegar a la playa de Barreiros tocó en unos bajos conocidos como Los Cos, cuyos bajos no figuran en la carta de navegación. Al notar el capitán que el buque hacía mucha agua puso proa al Oeste y al estar frente á la entrada del puerto dirigió rumbo á tierra y en el momento se personó en dicho buque el Contramaestre del puerto don Agustín Freire como igualmente lo hizo á los pocos momentos el práctico del puerto que suscribe. Una vez abordo dicho Contramaestre conferenció con el capitán del buque por si podía ser necesario arribar á Ribadeo dado el peligro que corría en donde se hallaba que era en la misma barra contestando aquel que no había posibilidad por hacer mucho agua el buque: en vista de lo que el Contramaestre observando peligro que corría el buque dejó al práctico encargado y bajó á tierra á dar cuenta á sus superiores y ordenar la descarga del buque, avisando á las gabarras y á las tres lanchas de vapor de pesca que existen en el puerto. Las gabarras acudieron al momento, pero las lanchas de vapor no lo podían hacer hasta las 13 horas á causa de estar varadas pero no fueron necesarios sus auxilios porque fué a menos el agua motivado al trabajo de las bombas y al mineral mojado que tapó la brecha pudiendo lograrse saliese en dirección á Ribadeo. Como medio de precaución el Contramaestre Freire dispuso de acuerdo con el capitán del buque les acompañase una vapora por si eran necesario sus auxilios caso de irse el buque á pique eligiendo la vapora San Ramón, de don Ladislao y Tristán López, por considerarla la de mas potencia para la navegación; limitándose por fortuna sus auxilios acompañar al buque hasta la ría de Ribadeo.
El capitán del Saint Pierre lo consideraba perdido, siendo prueba de ello que en el primer telegrama enviado al armador así se lo indicaba, pudiendo asegurarse sin temeridad alguna que la salvación del buque se debe al que firma y al Contramaestre del puerto de Foz que están satisfechos de haber prestado auxilio tan valioso no por interés alguno que pudiera reportárseles sino por la satisfacción de haber cumplido con un deber de humanidad

Pasando bajo la palmera, llegamos a un llano donde aparcan los coches y hay una escuela de surf. El final feliz lo ofrece el jornal Asturias: Revista Gráfica Semanal el 10 de junio de aquel año:
enfrente al embarcadero de Figueirúa, el hermoso transatlántico francés Saint Pierre, que por navegar muy metido en la costa, chocó en unos bajos frente al puerto de Foz, haciéndosele una gran vía de agua. Con grandes precauciones pudo arribar a esta ría con la ayuda de un vaporcito de pesca de aquel puerto, donde se halla alijando la carga que lleva a Burdeos (fosforita en mineral)

Hacia allí vamos en ruta...


La arena blanca, aunque parezca exagerado decirlo, hay veces que en verdad, deslumbra, es una claridad que refleja la luz solar como en un arenoso destello


A la derecha, nueva vista de A Praia da Roda


Las tablas de surf, dispuestas en línea...


Para cogerlas, e ir al mar...


Camino de las olas...


Neopreno, tabla y ganas de disfrutar, jugando con el Cantábrico...



La pasión por la mar, hoy como hay miles de años, permanece en estas costas


Un poco más arriba, aparcamiento de auto-caravanas


Delicioso lugar para estar algunos días oliendo el sano aroma del salitre y la brisa marina


Llaman poderosamente la atención estos enormes penedos, capricho de la erosión marina de agua y viento, que nos recuerdan a los de As Catedrais y otras playas que hemos visto, son llamados As Cabanas y, esta parte por lo tanto la Praia das Cabanas


Y arriba, ante ellos y al lado del camino, un gran miradoiro


Pasamos junto a él, la verdad es que apetece pararse a asomarse aquí y allí y reconocer palmo a palo todos estos rincones de Benquerencia


Y subimos un poco más de cuesta con Foz ante nuestros ojos, como llamándonos hacia su ría


A la derecha otro de los grandes peñones que afloran en altura del arenal, separados del acantilado de que alguna vez formaron parte


Son como dos gemelos que se han quedado en medio de la arena, mirando al cantil costero del que fueron separados tras millones de años de golpes de viento y mar, tallando su roca y dándoles esta altiva forma, un un penacho de pelo verde en su cabeza


Efectivamente, vemos que un pasillo arenoso los separa de la pared del acantilado. Por ahí los abraza el mar cuando sube a rodearlos, con las pleamares


Sinuosamente, como la línea de costa, la senda avanza...


Ahí vemos más cerca el gran frente acantilado con continuos entrantes y salientes al que nos referíamos


De frente vemos cada vez mejor la Ría de Foz, con la Praia A Rapadoira bajo los edificios de la villa costera


Destacan entre los bloques de pisos los altos edificios de As Torres y la Urbanización As Lagoas, sobre la playa. A la izquierda, A Punta de San Bartolo, cerrando el estuario por la parte de Barreiros


El paseo serpentea como un dragón marino...


Se asegura tradicionalmente que el nombre de As Cabanas viene dado por la forma de estos peñones, de cabañas, cuyas puertas serían las cuevas en ellos existentes


Los tojos, en esta parte, pueblan el borde del cantil desde el que los contemplamos


Curva a la izquierda...


Subimos hacia aquella casa..


Poderoso espolón ante el mar y el Golfo de Foz, del que ya mencionado  Derrotero de la costa septentrional de España que comprende desde el puerto de Coruña hasta el río Bidasoa, decía así:
"Golfo de Foz. 
Desde el cabo Burela roba la costa para el SE. À producir un seno de 19 millas de abra y 5 de saco, llamado Golfo de Foz y entre los navegantes del país Golfo de la Masma, por el río de este nombre, que desagua dentro de la ría de Foz. El límite Este lo forma la isla de Tapia y sus arrecifes. Las costas del golfo son sucias y poco hondables, con muchas desigualdades de fondo, predominando la piedra, lo que ocasiona la gruesa marejada que en él se nota cuando reinan vientos duros de fuera. Por esta circunstancia es muy temido de los navegantes en invierno. Cuando reinan vientos del Suroeste por fuera, se convierten dentro del golfo en Sur muy duro y à rachas, que no permite regir vela las más veces, mientras que á 15 ó 20 millas á la mar, y sobre Tapia y San Cipriano, el viento es corrido y se deja manejar. Con los del primero y cuarto, cuando son duros, es también temible el golfo para atravesarlo de cerca, por cuanto la mar arbola mucho y aconcha á los buques, siendo difícil el salir de él si se está muy ensacado. Por esta razón conviene que los barcos que salen de Rivadeo para hacer viaje al Oeste se remonten lo más pronto posible para el Norte, á fin de salir del golfo, y los que hacen la navegación por fuera que pasen también á regular distancia de Tapia y de los farallones de San Cipriano. En buenas circunstancias y con viento á la tierra podrá pasarse de 2 ó 3 millas de sus costas, y á mayor distancia si es bajamar y hay mareta, por cuanto se encuentra sobre ellas algunos arrecifes como las Longas, que salen mucho

Este lugar es una maravilla también para contemplar de frente el gran golfo. Nosotros caminamos de frente, como yendo a la carretera


Pero justo antes de llegar a ella, y antes de aquella portilla, sigue este paseo a la derecha


Bordeando toda la finca que tiene esta casa en medio


Realmente, con tantas veces decimos en este tramo costero, las carreteras tienden en esta zona a buscar la línea más recta, mientras que el camino hace al revés. En caso de "prisa", por cualquier motivo, ir por la carretera sería más directo y por lo tanto más rápido, si bien nos quita de ver la mayor parte de los paisajes costeros en todo su esplendor, tal y como hace este trayecto


Nos disponemos pues a rodear toda la finca siguiendo el firme enlosado del paseo


Y también, por supuesto, está la opción de, en bajamares y con buen tiempo, hacer todo este trayecto por la arena, de playa a playa


Vayamos por donde vayamos, podemos también probar de todo un poco y, si nos apetece, pegarnos un chapuzón y hacer unas brazadas, una maravilla...


Estas vueltas y revueltas, tampoco demasiado largas ni pronunciadas, nos permiten disfrutar plenamente de cada lugar y cada rincón, que abarcamos con la mirada


Como un hito orientativo más, los salvavidas, de intenso color naranja, sitos en estos promontorios sobre las playas, se ven desde la distancia


Parterre de espadaña en otro miradoiro


Seguidamente, aunque en bajamares parezca todo, reiteramos, un solo arenal, llegamos a otra playa de Barreiros, la Praia Fontela, también de la parroquia de Benquerencia


Desde aquí tenemos ahora una magnífica vista de esta playa de finas y blancas arenas, como todas las de Barreiros


Se trata de otra largo arenal, este de un kilómetro de longitud. La anchura llega a unos 100 metros en bajamares, a la mitad o menos en pleamares, cuyo topónimo está referido a alguna fontela o pequeña fuente o manantial de agua dulce existente en la zona


Entre el acantilado y el mar afloran a la superficie del arenal buen número de rocas


Crecen los helechos junto al muro sobre el acantilado


Damos así toda la vuelta a esta casa y su terreno siguiendo la gran vuelta que da aquí el paseo marítimo


Y luego el paseo vuelve a salir a la carretera, junto a la que discurre en paralelo hasta la siguiente casa


Ente el camino y la carretera, señalización de la playa


Una estrecha franja de hierba separa el suelo enlosado del asfalto por donde pisamos con paso firme y resuelto


Urbanización Lugo y As Grandas. Las tradicionales labores agropecuarias comparten espacio con los nuevos usos residenciales vacaciones de toda la rasa costera entre las aldeas del interior y el borde del mar, campos de siega y pasto de los que aún se observan varios ejemplos, como este, donde hay varios fardos de hierba empacada. En este sentido es de rememorar la existencia de la histórica Sociedad Mutua Ganadera de San Pedro


En el muy recomendable blog Actualidad de Barreiros, se publica un muy interesante artículo de un vecino, Domingo Lozano Fernández, sobre los cambios que acaecieron en Benquerencia en su vida, contados en primera persona como parte de su propia biografía y experiencia:
"Benquerencia fue siempre una parroquia que se dedicó a la ganadería, aunque en pequeñas instalaciones. 
Yo recuerdo de andar pastando las vacas por la cuerda, incluso por la cunetas de la carretera cuando en aquellos tiempos pasaban cuatro coches a al hora, o de llevarla a los pequeños prados que había entre los demás cultivos y que no había manera de evitar que las vacas robasen el maíz o lo que había plantado en la finca vecina. Pero a pesar de que todo era muy minifundista, ( o precisamente por eso) había una buena organización para hacer frente a los inconvenientes que pudieran surgir con enfermedades, malos partos, etc., con lo que se llamaba la Sociedad Ganadera de Benquerencia, la que a través de una cuota de los socios, creaba un fondo social para hacer frente a los siniestros que pudiera haber. 
Todo fue evolucionado y llegaron las nuevas razas de ganado ( productoras de leche, vacas para recría y posterior engorde ), se empezaron a construir los establos, llegaron los primeros tractores y todo fue cambiando, especialmente la agricultura, que tuvo que acomodarse a los nuevos tiempos, haciendo mas pastos para hacer frente a la alimentación de mas cabezas de ganado. Esto supuso lo que podíamos llamar el primer cambio importante en la vida de Benquerencia"

También habla de los trabajos de concentración parcelaria, que transformó la fisonomía rural de la rasa costera, dándole el aspecto que vemos hoy a día
"Otro punto de trascendental importancia para la vida en Benquerencia, fue la Concentración Parcelaria, que a pesar de la oposición de unos pocos, salio adelante para bien de todos, pues todos resultaron beneficiados consiguiendo una fincas de mayores dimensiones en las que era mas fácil trabajarlas con los nuevos tractores que cada vez había mas. 
Y así fueros transcurriendo los años mientras la gente se fue haciendo mayor y los hijos, unos nos marchamos por ahí y otros cambiaron de oficio, otros vendieron sus fincas para dar paso al nuevo futuro de Benquerencia, que en su mayoría seria el turismo, sobretodo debido a las estupendas comunicaciones de que dispone la Parroquia de Benquerencia como consecuencia de la Concentración Parcelaria..."

Y por supuesto, cómo no, de la playa, tan diferente a ahora:
"Pues bien hoy día la realidad de mi pueblo no se parece en nada al de mi juventud, que para ir a la playa utilizábamos burros, caballos, bicicletas o andando y hoy no hay donde aparcar un coche en muchas ocasiones. Y en lo que a la ganadería y a la agricultura se refiere, ya no queda prácticamente nada, tan solo cuatro establos que no tardaran mucho tiempo en dejarlos"

Benquerencia fue también tierra de emigrantes, nada menos que cuatro sociedades de naturales de este municipio hubo en Cuba: las de Hijos de Benquerencia, de San Miguel de Reinante, de Cabarcos y de Barreiros


El paseo va ahora un poco en bajada, al lado de la carretera


Más prados para aparcar a la izquierda. La Estrada da Costa sigue recta, pero también aquí el camino sigue las vueltas y revueltas de la pared acantilada


Fijémonos cómo ha crecido este arbusto de resultas de los fuertes vientos marinos


A la derecha, más afloramientos rocosos en la arena...


Otro detalle, las piedras del muro del paseo se cubren de un liquen anaranjado que les da en algunos tramos un aspecto dorado



 A la izquierda vemos ahora el cruce con la Rúa do Canteiro, cerca del camping Benquerencia Playa


No faltan tampoco en todo el trayecto restaurantes de buena gastronomía marinera, así como alojamientos...



Aquí tenemos unos bancos para sentarnos, en este estupendo mirador


A lo lejos Burela, cuyo nombre deriva muy posiblemente de Villa Burella, un asentamiento agrícola de villae romana, tal vez incluso altomedieval, así llamada por su cercanía al río Burellum, así llamado en un documento del año 1026, a su vez procedente de la raíz indoeuropea bher, relacionado con hervir, o borbotar, frecuente en la hidronimia europea. De todas maneras, si seguimos los topónimos, su precedente poblacional urbano serían varios castros galaicos, en uno de los cuales apareció el famoso torques de burela, joya de la orfebrería celta


Desde este lugar, a nuestros pies, una maravillosa vista de la Praia Fontela en bajamar, con las algas arrastradas por la arena. Secularmente aprovechadas para abono, eran antaño recogidas en carro, luego también para la industria química-farmacéutica. En nuestros días se buscan directamente mar adentro con equipos especializados


Foto desde el mismo sitio al sol de la tarde de verano, iluminando las blanquísimas arenas


Ideal para tomar el sol y, cansados, echarnos una siesta, sin prisas en el reloj


Vemos la sucesión de puntas que hemos dejado atrás: Corveira, A Punta do Castro...


Nos levantamos y nos ponemos en marcha para seguir ruta


A Ribeira, restaurante ya histórico, fundado en 1966: el camino pasa justo por detrás


A nuestra derecha escaleras a la playa, por si queremos bajar


De frente las duchas, por si nos queremos duchar


Y, seguidamente el Camino, detrás de A Ribeira


Hermosa explanada, atalaya de la Mar Cantábrica


De frente Foz, que llegó a ser puerto ballenero hasta la casi extinción de los cetáceos de aguas cantábricas en el siglo XVIII, fundamento de una gran industria pesquera amparada ya como población cabeza de alfoz, precedente del actual concello, por los Reyes Católicos. Ni que decir tiene que sus astilleros fueron de los más renombrados de Galicia en aquellas centurias. Hoy aquella tradición marinera, aunque se mantiene, ha decaído notablemente. El sector servicios y el turismo han ganado pujanza en las últimas décadas, como en buena parte de A Mariña


Precisamente esta parte de la Praia de Fontela es llamada Area da Valea, que parece referirse en gallego a la arena de ballena (por lo que habría ser con B, esto es, Balea), posiblemente porque habría alguna de esas numerosas atalayas de vigía para avistamiento de cetáceos, desde las cuales se daba aviso para salir a su caza, o porque en algún momento quedase allí varado algún ejemplar

Las primeras documentaciones de caza de ballenas (insistimos, a las ballenas no se las pesca, se las caza) en Galicia son de 1286 en el puerto de Priorio (Ferrol), lo que no quiere decir que no existiese desde tiempo atrás. Más cerca, Bares y San Cibrao  aparecen en 1291, Burela en 1527, y Nois y Rinlo empezando el siglo XVII

Se dice que de los siglos XIII al XV los balleneros eran mayormente vascos, si bien a partir de 1550 se constata la actividad de balleneros gallegos en los citados San Cibrao y Bares, que desplazarían totalmente a los vascos a partir de esa centuria


Justamente aquí, en la Punta de San Pedro existe un castro galaico, pendiente como tantos otros de estudios y excavaciones arqueológicas. Fue noticia en su momento al habilitarse en él un aparcamiento de autocaravanas, que tras ser denunciado parece no haber vuelto a instalarse


En medio de la playa y frente a la Punta de San Pedro, un gran penedo se hace isla cuando sube la marea, es la Pena do Castro, sin duda relacionado con el amurallado recinto castrexo allí localizado


Puerto ballenero fue también el tan mencionado de Burela, incorporado en 1593 a la Corona Real por Felipe II, tras siglos de apetencias señoriales. Se trataba del coto redondo de Santa María de Burela, con carta de privilegio en favor del obispo de Mondoñedo, antigua capital que este territorio, una de las que fueron siete provincias del antiguo Reino de Galicia. Con 116 familias en 1750, contaba con tres embarcaciones balleneras en 1750, que pasaron a seis cuatro años después


Luego, cuando en el siglo XIX se suprimen los señoríos, se crean los nuevos ayuntamientos, siendo Burela parte del de San Julián de Nois, que en 1845 se integraría en el concello de Cervo, siendo, aparte de la pesca, sus principales industrias la pesca, la agricultura, la harina de las moliendas y los telares, con Reales Fábricas de caolín que, pese a cerrar en 1875, siguen con la fabricación y exportación de caolines locales. Empezando el siglo XX se inaugura la fábrica de cerámica Cucurny y los antiguos salazones se transforman en las nuevas fábricas de conservas de pescado



En 1931 se construye un muelle de abrigo, en 1972 llega el ferrocarril Ferrol-Gijón, se fundan serrerías y se incrementa la exportación de caolín, acudiendo a trabajar y establecerse muchas familias de toda la comarca, especialmente de las zonas rurales y pequeñas villas


Después, como hemos dicho, la creación del Hospital da Costa en 1985 supone otro gran impulso para Burela. Su independencia de Cervo se realiza el 15 de diciembre de 1994


En lontananza, como también comentamos, el Cabo Burela constituye otro referente visual en nuestro periplo costero por A Mariña lucense


Tras estudiar el paisaje que se nos ofrece a la vista, iniciamos aquí la bajada hacia la playa, con A Punta de San Pedro y su castro siempre de frente


Inmensidad de arena blanca, cubierta de algas en su sector más cercano al agua, en la bajamar


Recorremos con la mirada todo el margen costero


Hasta los penedos entre los arenales


Las algas desprenden un intenso aroma a mar por todos los contornos...


De frente a nosotros, el Castro de Benquerencia guía nuestros pasos


A nuestra izquierda, algunas viviendas vacacionales con pequeñas parcelas


Más bancos para sentarse oteando el mar...


Los seculares usos agropecuarios de esta costa durante milenios han transformado el hábitat castreño, nada parece quedar a la vista de sus fosos ni cabañas, solo una pradería en un promontorio guarda en su subsuelo el testimonio de los antiguos pobladores de estos lugares


Seguimos de frente paseo adelante...


Y tomamos la rampa de la izquierda, la que sube, para seguir camino. La otra llega a la arena


Otra muy buena vista de la playa desde aquí, uno de sus principales accesos


Pasamos junto a la palmera


Y ya estamos en el campo de A Punta de San Pedro


Otra preciosa atalaya del Cantábrico. En algunos planos este sector aparece también llamado Praia de San Pedro, patrón eclesiástico de la parroquia de Benquerencia, que da nombre a este cabo



Vista a la derecha de la zona de A Ribeira, por donde acabamos de bajar


Recorremos su borde


En medio, una caseta de madera y algo de hierba empacada


A Pena do Castro


Continuos entrantes y salientes...



Al sur, los prados de A Costa, parcelados y urbanizados


A Pena do Castro en su sector sur


Aquí un buen miradoiro en el que hemos de detenernos


Y es que, en esta gran roca, se han instalado unas placas con algo de información del castro aquí localizado


Vamos a estudiarlas...


Nombre del castro...


Su situación en el mapa, en territorio de los galaicos egovaros o egivarri namarini. De ellos escribe Adregoto Galíndez un muy interesante artículo, Mariñán y Namarini en su blog Arqueotoponimia, del que extraemos este extracto:
"Otra mariña importante en las costas gallegas es A Mariña lucense, cuyo nombre puede constatarse en el cognomen de una tribu mencionada por Plinio pasando el Navia, los Egivarri Namarini. Namarini es un compuesto de la preposición en + artículo a + marini, equivalente al gallego actual "na mariña" = en la mariña. Lo que nos obliga a suponer que ya en el siglo I existía la preposición en amalgamada al artículo a, y que: 
-o bien la evolución por asimilación progresiva del latín in (i)lla > inna > na se produjo instantáneamente con la romanización, nueve siglos antes de los primeros testimonios seguros que figuran en las Glosas Emilianenses (v. p. ej. "eno spillu", "ena felicitudine"). 
-o bien en la lengua prerromana que se hablaba en el noroeste había una contracción autóctona ena / na. Ningún problema para esto último, porque Villar y Tovar nos facilitan parte de la argumentación: "resulta congruente ver [...] la preposición indoeuropea "en", como propuso A. Tovar para Namarini" (Indoeuropeos y no indoeuropeos en la Hispania prerromana
La evolución de Egivarr- hacia Eibarr- / Ibarr- y el significado que el término ibarra conserva en euskera (ribera, vega, valle) sugieren que el cognomen Namarini (los de la mariña) sea glosa o explicación del nomen Egivarri (los de la ribera). Esta situación se presta a ser analizada como una muestra de la superposición de dos lenguas en la zona, en la cual el étnico más arcaico es glosado de forma redundante mediante un término transparente perteneciente a la lengua más reciente"

Información sobre la cultura castreña, que abarca desde el siglo VIII a. C. al sigi V d.C, esto es, antes y durante la dominación romana. Vemos la representación de dos de sus elementos más característicos, el puñal de antenas a la derecha y el torques o adorno de cuello arriba a la izquierda


Mapa y emplazamiento del castro costero, con su muralla, cabañas, y hasta plazuela. Es de unas dos hectáreas de superficie, ocupando todo este promontorio. Ante el mar su defensa natural es el acantilado, y en tierra disponía de un foso y una muralla. Fue explorado en superficie en los años 90, encontrándose diversos objetos de bronce, restos de cerámica local y de cerámica común romana


Enfrente, A Pena do Castro, es otra de esas islas o islotes, comunicados con tierra por la arena en las bajamares, que parecen vinculados al castro frente al que se encuentran, tal vez como atalaya, miradoiro o reducto de resistencia



Al oeste desemboca el Rego de Benquerencia, que suele formar un meandro en el arenal


Grandes extensiones de algas ocupan la superficie que dejan al descubierto las bajamares


Foz en lontananza, es nuestro referente visual al ir, paso a paso, acercándonos a su ría


A lo lejos, las serranías costeras aparecen holladas por los parques eólicos, los nuevos molinos de viento de nuestro tiempos...


Siguiendo ruta, bordeamos también el emplazamiento del castro


Todas estas arenas son casi blancas del todo, intensamente claras


Al fondo vemos la carretera. Insistimos en que es cierto que va más recta, pero dejamos de lado este recorrido playero...


Campos de A Costa, al sur


Suelo de losas y murete de piedras


Señales de la Ruta do Cantábrico


A nuestra derecha el río


Las duchas


Mesas y bancos de piedra, excelente lugar para tomar el bocadillo



Suelo de pizarra



Puente del camino y puente de la carretera sobre el Rego de Benquerencia


El curso fluvial está canalizado a base de chantas o piedras hincadas


Buen paisaje playero


Ahora toca subir


A la derecha vemos la bajada desde la Punta de San Pedro, por donde hemos venido


Ahora caminamos al lado de la carretera


Pasamos al lado de la entrada a una finca


Y terminamos de subir


Caminamos ya en llano


Más lugares para comer... y dormir, Refugio-Tapería O Castro


Como en A Ribeira, el camino pasa por detrás


Y nos ofrece otro gran paisaje de la Praia Fontela


En medio A Pena do Castro y A Punta de San Pedro, cara oeste


Los milenios nos contemplan en estos parajes llenos de historia... la costa de los castros


Y así, pasamos detrás del comedor acristalado de O Castro, avanzando siempre en dirección oeste


Ante el admirado arenal de Area da Balea/Fontela


Fazouro, Nos, Cangas y Burela en la lejanía, Golfo da Masma o de Foz y vista hasta el Cabo Burela. de cuya población escribía así Pedro Teixeira, cartógrafo, en su obra Descripción de España y de las costas y de los puertos de sus reynos. Al muy católico y poderoso rey don Felipe III, publicada en 1634 basándose en sus visitas de 1621 y 1622:
"... un pequeño portizuelo que llaman puerto de Burela, junto al qual esta una aldea de pescadores del mismo nombre, tomandolo el puerto como la aldea de un lugar que del queda media legua tierra adentro que llaman Burela, desta plaia o puerto media legua se entra en la mar un cabo muy conosido y demarcado de los navegantes llamado tanbien Burela"

Siguiendo los suelos de piedra o losas, bien marcados, el trayecto no tiene ninguna pérdida


Una vez más salimos al lado de la carretera


Y una vez más nos separamos, como haciendo un zig-zag


Es la forma que tiene en realidad el acantilado de esta extraordinaria mariña de Barreiros


Tramo adoquinado...


Acantilados con parte de sus paredes cubiertas de vegetación


Casa de madera en primera línea de costa


Y otra vez a la carretera


Ahora a la derecha


Bordeamos más viviendas vacacionales, estas con terreno entre el paso y la Estrada da Costa


Penedos en mitad de la playa


Muchos de estos arenales ostentan la preciada Bandera Azul desde los años 90, que se dice pronto, ¿ y qué es esta bandera azul?, a veces hay cosas que se da tan por sentado que todos las sabemos que, en realidad, conviene recalcar siempre la explicación: así la define la Wikipedia:
"La Bandera Azul es un galardón que otorga anualmente desde 1987 la Fundación Europea de Educación Ambiental a las playas y puertos que cumplen una serie de condiciones ambientales e instalaciones. En el jurado participan además las Agencias de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA-UNEP) y para el Turismo (OMT), así como la Federación Internacional de Salvamento y Socorrismo (ILSE); la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) de la UE; la Unión Europea para la Conservación de las Costas (EUCC) (Coastal & Marine Union); la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN); un experto en Educación Ambiental y el Consejo Internacional de Asociaciones de la Industria Portuaria (ICOMIA).​ Los criterios para obtener la bandera azul se dividen en cuatro áreas fundamentales: Calidad de las aguas de baño, Información y Educación ambiental, Gestión ambiental y Seguridad, Servicios e Instalaciones. 
La condición de Bandera Azul es concedida a las playas en más de veinte países de Europa, cuatro de Oriente próximo, uno de Asia Oriental, tres de África, ocho de América y uno de Oceanía. Para la concesión del distintivo Bandera Azul se exige el cumplimiento de normas sobre la calidad del agua, la seguridad, la prestación de servicios generales y la ordenación del medio ambiente"

Nuestro camino, ya lo hemos reiterado también, serpentea, nos mete por todos los recovecos, siguiendo la forma del litoral, metro a metro


Formidables peñascos calizos, parcialmente cubiertos de vegetación, forman un acantilado


Al sur el paisaje cambia, una enorme llanura verde que se extiende hasta las sierras litorales


A la derecha A Pena Bor (335 m) y a la izquierda Os Trobos (363 m)


De las casas a la derecha...


Hermoso cierre del terreno en una de ellas


Acantilados lisos y verticales a la derecha


Nos asomamos al promontorio y volvemos a la izquierda


Ahora, a la izquierda...


Puede tal vez un tanto monótono continuar el zigzagueante periplo pero nos deleita con esta maravilla del Cantábrico, mar litoral del gran Océano Atlántico, que fue llamado así por los romanos en referencia a uno de los pueblos que se asomaban a sus aguas, el Cantabricus Oceanus ya aparece así mencionado en el siglo I d. C. si bien en citas más antiguas aparece como Gallicus Oceanus y Brittanicus Oceanus


Todo esta gran extensión de arenas se prolonga hasta la misma Ría de Foz. Si lo deseásemos, en las bajamares podríamos caminar también por la playa, todo recto, varios kilómetros


Diversos autores sostienen que, antes de la conquista romana, estas costas galaicas fueron visitadas por antiquísimas civilizaciones marinas, en busca de oro, esgrimiéndose que incluso en Foz pudo haber un establecimiento de los tartessos, que tendrían trato con los habitantes de los castros, o mismamente de los fenicios, pero son solo conjeturas


Los romanos sí que conocieron o supieron bien estos lugares sin duda bastante antes de que fuesen conquistados por sus legiones. Tras su incorporación al Imperio explotaron  el oro, perfeccionando  las artes mineras de los naturales y, pasado el tiempo, en en la alta Edad Media sería este el gran Porto do Masma, salida de la importantísima doble sede episcopal de San Martiño de Mondoñedo, situada un poco más al interior, antes de que se trasladase bastante más tierra adentro por disposición de la reina Urraca en el año 1112 (tal vez temiendo ataques por mar como los efectuados, tiempo atrás, por los vikingos), a Vilamaior do Val de Brea o Vallibria, que cambiaría su topónimo por el de Mondoñedo en recuerdo a la antigua sede. No se sabe a ciencia cierta el porqué de esta decisión, si bien se supone era en previsión de algún temido ataque por mar


En el siglo VI numerosos bretones, pueblo celta de la actual Gran Bretaña, se asentaron al norte de la actual provincia de Lugo y oeste de Asturias. Escapaban de las invasiones de anglos y sajones producidas tras la desaparición del Imperio Romano y, al igual que hicieron en la actual Breizh (Bretaña francesa), iniciaron una nueva vida en tierras de pueblos amigos con los que ya había relación directa por mar desde tiempo inmemorial

 Fundaron una Diócesis de Britonia, que regularía su administración tanto en lo religioso como en lo civil, la cual vendría a extenderse más o menos por su territorio de implantación, a lo largo de la franja entre las actuales poblaciones de Ferrol (Galicia) y Navia (Asturias). Su sede estaría en la actual Bretoña, en A Pastoriza, unos kilómetros al sur de Mondoñedo, y mantendría buenas relaciones con los suevos que dominaban entonces el noroeste peninsular, los cuales tenían su sede en Dumio (Braga, actual Portugal), y por lo tanto citados en el Parroquial Suevo y en el Concilio de Lugo (año 569), definiendo su territorio y nombrando a su obispo Mailoc



Tras los suevos los visigodos se harían con el poder en estos lugares de la antigua Gallaecia, siguiendo Britonia representada en los Concilios de Toledo, capital goda. La invasión musulmana provocaría un cambio de sedes, pues el obispado de Dumio o Dume se trasladaría más al norte, a la costa, al lugar de Mendunieto, en Foz, Mariña Lucense, fundándose la Basílica de San Martín de Mondoñedo, todo ello alrededor del año 866


Unos cien años después será la sede de Bretoña la que se traslade también a ese lugar al ser destruida por las incursiones vikingas de los años 966 a 971, siendo a partir de entonces sede episcopal doble, dumiense y britona, justo en el sitio en el que ya existía un monasterio anterior, denominado Maximo

Este Porto de Masma, en los tiempos de esplendor de San Martiño de Foz, llegó a ser de los pocos de la cornisa cantábrica con tráfico internacional y rutas directas a Inglaterra, Portugal y Flandes. Pese al cambio de sede, la prosperidad de Foz continuó como puerto ballenero y comercial, no en vano el famoso obispo Sarmiendo de Mondoñedo quiso hacer el Masma navegable hasta allí


Con el Tratado de Utrecht en 1715 España pierde buena parte de sus derechos sobre la caza de ballenas, que por otra parte ya estaban extiguiéndose en estos mares. Comienza un tiempo de decadencia, pero muy pronto se supera con el tráfico portuario de diversos artículos ultramarinos de las colonias americanas, como el maíz y la patata, entre otros

Empezando el siglo XIX la francesada trajo guerra y quebrantos, a la que siguieron, pasada la contienda, epidemias de coléra y hambrunas que forzaron a la emigración a muchas gentes, creándose grandes colonias en ultramar. Este fenómeno se repetiría en la posguerra civil, si bien recuperan importancia la pesca, con las conserveras y los astilleros. La llegada en los años 70 de la gran multinacional del aluminio Alcoa a San Cibrao, provoca la llegada de muchas familias de personal para trabajar en esa fábrica, sobre todo de Asturias

Mientras, la pesquería decae en favor de Burela, pero a la vez el turismo despega notablemente, pasando el sector servicios a ser el motor económico de Foz. El anuncio de cierre de Alcoa provoca un gran mazazo en 2020, unido a la gran crisis internacional del coronavirus


A la derecha de Foz A Praia da Rapadoira, A Punta do Cabo, y la costa de Os Cairos, Os Castelos, Carrao, A Ronqueira, As Penas de Llas, y atrás las casas de Castro-Barzán y A Vallourosa


Ahí están la Praia de Llas, Aguadoce, Porto do Río, Praia de Pezás...


Y la Praia do Sarrido, A Punta Pampillosa, y Praia da Lagoa ante Fazouro y sus barrios y lugares


Línea de costa que por Nois y Cangas se extiende hasta Burela, en su extremo, faro del Cantábrico, donde está el castro que fue antecedente urbano de la población, allí en un rellano, el Chao do Castro, es donde apareció el ya mencionado Torques de Burela, de oro de 24 quilates, extraído muy posiblemente de los numerosos yacimientos localizados en este litoral, fundamento muy posiblemente de la conquista romana, una de cuyas villae apareció en las inmediaciones, origen de una parroquia, basada seguramente en gens locales precedentes, dedicada a Santa María y que pertenecía eclesiásticamente a San Martiño de Mondoñedo. En suma, el castro y villa fueron el nacimiento de Burela, cuyo topónimo ya hemos explicado más atrás


En el siglo XIII, con Mondoñedo ya en el Val de Brea, estalla un largo pleito por la posesión de esta franja costera, muy bien explicado en la propia web del Concello de Burela, apartado de Historia, que queremos encarecidamente recomendar:
"En 1258, el obispo Sebastianes con el deán y cabildo de Mondoñedo aforan los bienes que legados por el arcediano de Azumara, Pedro Pérez, se conoce en los siglos posteriores como la "Sucesión de Burela". Estos bienes radican en las parroquias de la Devesa, Fazouro, Burela, Cervo, Lieiro, Portocelo, Sumoas y Celeiro. En concreto se aforan, además de otros bienes, la mitad de la iglesia de Santa María de Burela. A partir de 1352 la sucesión lleva unido el derecho de presentación que es causa del asentamiento de nobles familias en los términos de la demarcación parroquial. Por los bienes de la "Sucesión de Burela" Pedro Bolaño pleitea con el cabildo de Mondoñedo, pues éste defiende su pertenencia a Martín Vazquez de Vaamonde. El pleito es perdido por Pedro Bolaño que es obligado a abandonar los bienes de la Sucesión. A pesar de todo sigue manteniendo posesiones en el término de Burela tal como indica su testamento 
Su parroquial Santa María del Rosario de Burela perteneció al patronato de los Osorios y Bolaño de Celeiro y de Herbes en Betanzos. El derecho de patronato consiste en una serie de privilegios que la iglesia concede a los fundadores de un lugar sagrado y a sus sucesores, estos privilegios son el derecho de presentación, el de preferencia honorífica y en caso de indigencia el de alimentación. Estos privilegios son los que los dos hijos de Alonso Vázquez de Cabarcos dicen poseer en la parroquia de Santa María de Burela, aunque Pedro de Bolaño los reclama en exclusiva. Transcurre pacificamente el ejercicio del derecho de presentación parroquial hasta que en 1740 Pedro Carlos Quiroga Lemos y Miranda, regisdor de las ciudades de Coruña y Mondoñedo los reclama como descendientes de Fernán Díaz de Ribadeneira. Pedro Carlos, además de dueño de la casa y pazo de Herbes es señor de las jurisdicciones de Soñar, Sésamo, Angueiros y Burela. A la reclamción de Pedro Carlos se opone Basilio Osorio. El pleito es largo y no termina hasta que Carlos III en 1770 mediante una Real Cédula establece turno y alternativa en las vacantes de dicho beneficio de Burela. 
El pleito es más por motivos vanidosos que por otras causas pues el valor económico es escaso"

Aquí está A Pena da Salsa, que da nombre a esta parte de la playa, donde antaño de dice estaba reservada para los baños de las mujeres. También se la llama A Salsiña


Siguiendo la norma en este trecho de la ruta, salimos a la carretera


Caminamos unos metros por ella...


Y ante la primera casa o edificio vamos a la derecha, a pasar detrás de él


Y caminamos sobre la playa dando vista al legendario Cantábrico, mar litoral del gran Océano Atlántico, fue llamado así por los romanos en referencia a uno de los pueblos que se asomaban a sus aguas, el Cantabricus Oceanus ya aparece así mencionado en el siglo I d. C. si bien en citas más antiguas aparece como Gallicus Oceanus y Brittanicus Oceanus


Si bien catalogado por los romanos como mare tenebrosum, al igual que todo el Atlántico, desde bastantes siglos antes de la conquista romana se sabe de intensas relaciones comerciales, e incluso sociales con migraciones de pueblos enteros, entre las comunidades asentadas en todo su litoral, especialmente entre las Islas Británicas y el Noroeste de la Península Ibérica, precedente sin duda de las actuales relaciones del llamado Arco Atlántico


Tras la caída de Roma no se sabe a ciencia cierta si los puertos siguieron activos aunque es más que probable que sí existiese navegación de cabotaje, esto es, de cabo en cabo, sin alejarse de la costa. Sin embargo el final de la pax romana hizo que algunos pueblos navegantes, como los hérulos, germanos procedentes de Escandinavia, asolasen estas costas, verdaderos antecesores de lo que siglos después serían las invasiones vikingas, especialmente virulentas en Galicia durante siglos


Uno de los más míticos textos de la Antigüedad, que hacen referencia a estos mares es la Ora Marítima (Las costas marítimas), obra en verso del poeta latino Rufo Festo Avieno, escrita en el siglo IV d. C. pero que narra, siguiendo escritos más antiguos, la singladura de un marino de Marsella, el Periplo Massaliota, de 1000 años atrás, es decir, mucho antes de la conquista romana de Gallaecia. En la narración se habla de los pueblos del litoral y de su asentamiento en estos parajes, queriendo vislumbrarse cómo habían llegado gentes del interior del continente (indoeuropeos como los celtas, ligures y otros), que serían llamados ofidios o serpientes, estableciéndose sobre poblaciones anteriores megalíticas o neolíticas, los oestrínmios: este es su texto traducido:
"Tras aquellas tierras, sobre las que antes hemos hablado,
de nuevo se abre una gran ensenada, que abarca una extensa llanura marina
hasta Ofiusa. Retrocediendo desde su litoral
hacia el llano del mar interno por donde dije antes que el mar,
al que llaman Sardo, se adentraba en las tierras,
se emplean siete días de marcha a pie.
Ofiusa presenta un flanco tan prominente hacia adelante,
cuanto oyes que se extiende la isla de Pélope
en tierras de los griegos. Al principio se la denominó Oestrimnis,
y los habitantes de estos lugares y campos eran los oestrímnicos;
posteriormente una plaga de serpientes puso en fuga a sus habitantes
y logró que esta tierra quedara despojada hasta de su propio nombre"

Llegamos ahora a un sector en el que imparten sus conocimientos varias escuelas de surf


Ayer, hoy y siempre será esta tierra de devoción por la mar


Las balizas de la Ruta do Cantábrico nos advierten de nuestra cercanía a la Ría de Foz


Gran explanada de pizarra por la que caminamos en recto. Las juntas de las losas forman vistosas líneas de fuga hacia adelante, como en un lienzo para formar una perspectiva


Ahora a la derecha...


Luego recto, junto a estas casas con terreno, en ligera bajada


No nos cansamos tampoco de contemplar este inmensísimo arenal de Benquerencia


Caminamos así, ligeramente un poco en cuesta abajo, entre el vallado y el acantilado


Atención ahora pues de frente veremos más playas de Barreiros



Siendo en bajamar un mismo arenal con las demás, tenemos ya a la vista la Praia de Coto, 1900 metros de arenas blancas, otra gran inmensidad natural


Seguida a ella está la Praia de Remior, otro grandioso mar de arena blanca...


Hace años se derruyeron edificaciones y se recuperó un gran espacio de 100.000 metros cuadrados de dunas, protegidas en la actualidad. En las rocas se ha localizado una tumba antropomorfa que constituye el único enterramiento medieval marino conservado en estos parajes


Vamos hacia la carretera pero, antes de llegar a ella, seguimos el paseo a la derecha


Otra de las escuelas de surf que jalonan este recorrido


¿Cual podría ser el origen del nombre de la Praia de Coto?. Además de los antiguos y ancestrales castros, existe documentación y memoria popular de la antigua existencia, en el bajo medievo de una torre, A Torre de Benquerencia, posiblemente relacionada con la vigía y defensa de ataques corsarios, la cual habría sido transformada en un pazo, Vilacesar, actual Vilacisar, el cual tendría coto señorial propio en estos parajes para su mantenimiento y rentas


Y contemplar las dunas...


Nos aproximamos, nuevamente una vez más, a la carretera. Al otro lado más escuelas de surf


La pizarra y el adoquín dan paso aquí a un entablado


La Estrada da Costa, aquí Rúa Praia Remior


El entablado preserva mejor esta recuperada superficie dunar, con su vegetación y flora, ante la Praia de Coto


A la izquierda a lo lejos, al sur de Foz Monte Maior


A la derecha el Pico da Lebre, de frente al camino. Entre los dos montes hay un valle, el del río Centiño, que no vemos desde aquí, en el que se asienta la mítica basílica de San Martiño de Mondoñedo, fundamento de la historia de esta comarca y de Galicia entera, hacia donde se dirigen nuestros pasos


Tramo largo y recto paralelo a la rúa...


Urbanizaciones de chalets al otro lado de la carretera


Dunas a la derecha y sendas a la playa


Pinares en la campiña


Pasamos otro de los accesos al arenal


Prados de siega...


Cruce de San Cosme, a la altura de la capital municipal


Vamos terminando la cuesta...


Al sur el monte picudo de Corneira y A Pena do Quebradoiro (432 m) y el Alto de Virín (483 m), que serán también referencias visuales cuando pasemos el Masma rumbo a San Martiño de Mondoñedo por Vilaronte


Acaba el suelo de madera y llegamos a una explanada


Varios bancos miran también aquí al mar


De frente asoman ya las urbanizaciones y casas de Remior, paso a la parroquia de San Cosme, la más poblada del concello


El camino va acabando la subida y sigue recto hacia las casas


Unos metros más al interior, las casas labregas y sus vaquerías


Explotaciones ganaderas en un hábitat disperso, que aprovechaban todo el terreno circundante para pastos y cultivos. Así eran estas aldeas antes de la construcción turística


En verano se ven grandes extensiones de maizal, hoy en día empleado casi únicamente como forraje para el ganado, Más allá, normalmente en antiguas fincas que han dejado de explotarse con fines agroganaderos, se han plantado grandes monocultivos de eucaliptos, especie de crecimiento rápido para la industria papelera


Una red de caminos y carreteras locales comunica la costa con los núcleos más poblados, al interior, extendidos a lo largo de la N-634


Urbanizaciones de Benquerencia-Praia



Es habitual hallar a cualquier hora numerosos paseantes, sobre todo en verano, con la mayor parte de las casas ocupadas, segundas residencias mayoritariamente o apartamentos para veraneantes


Se confunden los núcleos urbanos pues parecen uno solo, de Remior a San Bartolo y la misma villa de Foz, cuyos altos edificios asoman bajo el Pico da Liebre


Otra explanada y seguimos de frente, junto a las dunas


A la izquierda los aparcamientos


Estamos además en zona de especial protección para las aves, que se extiende hasta la Praia da Rapadoira en Foz


A la izquierda Cruz Roja y puesto de socorro y salvamentos


Otra de esas grandes explanadas que nos encontramos en nuestro trayecto marino y playero por este gran camino de la costa


Remior y su playa...


De Remior vemos el camino hacia San Bartolo


Más allá de la plata A Punta San Bartolo y boca de la Ría de Foz, con As Torres, los rascacielos de Foz, del año 1978


Y el Golfo da Masma o de Foz...


Ahora vamos un poco en cuesta abajo...



Junqueras y plantas silvestres de las dunas en este recuperado espacio natural


Un banco mirando al Camino...


Edificio de apartamentos


Pasamos enfrente de él rumbo, enfrente, a la Urbanización San Bartolo, puerta del barrio de este nombre, en la parroquia de San Cosme de Barreiros


Vuelve el suelo entablillado


Cruce con uno de los pasos hacia la playa


Las duchas y el blanquísimo arenal


Un cartel nos indica que estamos en el entorno protegido de le Ría do Masma o Ría de Foz, Rede Nature 2000


Esta es además la desembocadura del Rego das Lagüelas en la Praia-Acantilado de Remior


El arroyo, oculto a nuestra vista con la tupida vegetación, lo pasamos sobre este pasarela


Seguidamente subimos a las casas de la urbanización, predominantemente de viviendas vacacionales unifamiliares


Señalización con postes de la Ruta do Cantábrico. Como siempre decimos, la carretera, que aquí es la Avenida Casiano Moreno, es más recta que este paseo marítimo de Barreiros, si bien se mete entre las casas y deja de tener estas vistas


Este tramo es conocido como el Paseo das Dunas


Sin duda, esta ruta constituye un inolvidable recorrido marítimo para el peregrino, caminante, senderista y excursionista


Curva a la izquierda...


Y a la derecha un fantástico paisaje de la Praia de Remior en la desembocadura del río


Acabamos la cuesta bordeando toda esta colonia de casas unifamiliares con pequeño terreno alrededor


Remior, playa de San Cosme de Barreiros, 800 metros de longitud y entre 28 y 110 metros de anchura según pleamares y bajamares. Por esta zona hay una parte que se da en llamar Praia Os Feás


En esta playa es donde se buscan los bíteres, opérculos marinos de algunas especies, de color anaranjado, que se dice proporcionan un año de suerte y amor a quienes lo encuentran


Allí, la Punta de San Bartolo la cierra por el oeste, dando paso a la Enseada Rego de Foz, bocana de la ría. Ahí están también A Pena da Foca y A Pena Patelas


Las rías constituían un paso acuático natural que comunicaba la costa con el interior del país, máxime esta, que era navegable hasta bastante tierra adentro, llegando a existir importantes astilleros estuario arriba, en A Espìñeira, donde, como hemos dicho, cruzaremos el Masma por el viejo puente decimonónico que sustituyó a las antiguas barquerías


Si desde la Edad Media señores de la alta nobleza y obispos se disputaban la posesión de este territorio, llegado el siglo XVI este pasa a la Corona, aunque con privilegios especiales para el prelado mindoniense. Así lo explica la referida web municipal del Concello de Burela, sección de Historia:
"En 1593 Felipe II incorpora a la Corona Real la jurisdicción del coto redondo de Santa María de Burela y concede una carta privilegio a favor del obispo de Mondoñedo de 1502 maravedies de juro perpetuo. Asíla feligresía de Burela queda separada del dominio del obispo que ha de cobrar la cantidad fijada según tasación hecha por Hernán Sánchez de la Mata al cargo de las alcabalas de la carne de la ciudad de Mondoñedo. El rey Felipe II tiene autorización, concedida por Gregorio XIII, para desmembrar o vender cualquier villa, lugar, fortaleza, jurisdicción, vasallos y rentas perteneciente a una iglesia o lugar siempre que el valor de la renta no exceda los 40.000 ducados. 
Al obispo de Mondoñedo sólo le quedan en Burela los diezmos de pan, vino, aceite, ganados y otros frutos, dejando de pertenecerle vasallos, jurisdicción civil y criminal y el resto de las rentas jurisdiccionales. La jurisdicción lleva consigo el poder nombrar los miembros de la justicia, funcionarios municipales y elección de escribanos. Al ser esta parroquia muy reducida territorialmente poco supone económicamente pero si que ayuda al prestigio socio-económico del mayorazgo basado en los bienes vinculares que están libres de confiscación"

Aquella situación cambiaría radicalmente con las profundas reformas políticas y administrativas del siglo XIX:
"Con la Constitución de las Cortes de Cádiz (1812) se terminan las antiguas jurisdicciones y señorias y surgen los nuevos ayuntamientos por Real Decreto del 23 de julio de 1835. En las listas de los nuevos ayuntamientos de la provincia de Lugo, que lleva fecha del 20 de noviembre de 1835, publicada por el Marqués de Astariz en el B.O.P.L.U. (Boletín Oficial de la Provincia de Lugo) n.º 163 del 22 de noviembre figuran dos ayuntamientos que son el de San Ciprián y el de San Julián de Nois. Estos nuevos ayuntamientos se constituyen uniendo parroquias que van a ser la unidad básica administrativa y religiosa. El de San Ciprián comprende seis parroquias: Castelo, Cervo, Lieiro, Rúa, Sargadelos y Villaestrofe. El de San Julián de Nois comprendía la parroquia de Santa María de Burela. Quedan por tanto seis parroquias de la antigua jurisdicción de San Ciprián y sólo una que en el Antiguo Régimen fue coto cerrado (la de Burela) que ahora pasa a formar parte de otro ayuntamiento nuevo (antes de 1812 sólo parroquia): San Julián de Nois. Estos dos ayuntamientos duraron desde 1835 hasta que se produjo la reforma de la división judicial y municipal de la provincia de Lugo, que tuvo lugar por la circular de la Xunta del Gobierno provisional de Lugo que lleva fecha de 9 de octubre de 1840 y fue publicada en el B.O.P.L.U. n.º 88 del mismo mes en virtud de la cual se crea en el partido judicial de Vivero el nuevo concejo de Cervo, se anexiona el anterior de San Ciprián mientras que el de Nois desaparece. Este nuevo ayuntamiento de Cervo absorve todas las parroquias del anterior de San Ciprián y recoge la parroquia de Burela. Con las mismas parroquias figura en la relación publicada en el B.O.P.L.U. n.º 30 (11.03.1845) donde se indica las cantidades con las que debe contribuir cada ayuntamiento por la contribución de paja y utensilios repartidos entre los ayuntamientos y parroquias: al ayuntamiento de Cervo le corresponden un total de 4.352 rs. repartidos entre las siguientes parroquias de Castelo, San Julián; Cervo, Santa María; Burela, Santa María; Lieiro, Santa María; Rúa, Santa María; Sargadelos, Santiago; Sargadelos, la fábrica; Villaestrofe, San Román 
 A Santa María de Burela le correspondía 548 vn. El ayuntamiento de Cervo no sufre variaciones desde 1845 con referencia a la superficie del término y en cuanto al número de parroquias. Por tanto el origen de este nuevo municipio se remonta al siglo pasado, año 1840. Desde este momento Cervo es la capital político administrativa del ayuntamiento y su centro geográfico 
Más datos sobre Burela del S.XIX vienen recogidos en el diccionario geográfico-estadístico de 1845 de Pascual Madoz. La describe como una feligresía de la provincia de Lugo, diócesis de Mondoñedo, partido judicial de Vivero y ayuntamiento de Cervo, comprende los lugares de Burela de Cabo, Puerto, Vila do Medio y Vilar, reunen un grupito de casas de escasas comodidades, tiene escuela costeada por los padres, sólo una iglesia parroquial y el curato de entrada y su patronato pertenece a la Casa de los Osorio y Bolaño de Silleiro y a la de Quindós de Betanzos. Sigue describiendo los lindes y riachuelos que la atraviesan y el tipo de suelos destacando el granito, que dio vida a las canteras que existen en la parroquia, de donde salió la piedra para construir edificios de renombre en la zona, como por ejemplo el Santuario de Vilanova de Lourenzá. La infraestructura de los caminos y carreteras, escasa y poco cuidada excepto la carretera general que une las principales poblaciones. Entre los productos agrícolas destaca el trigo, centeno, maíz, patatas, habichuelas, lino, etc... Se cría ganado vacuno, lanar y cabrío. Otras actividades son la caza y la pesca: sardina y abadejo"

Según caminamos, nos llamará la atención un gran mural en la tapia de una casa


Nos acercamos inmediatamente a verlo


Representa a pescadores, hombres y mujeres, recomponiendo redes


Las redes, los remos, las gaviotas, el pescado, los pescadores y las pescaderas


Ellos lo pescaban y ellas lo vendían por villas y pueblos, a veces caminando muchos kilómetros tierra adentro

Cargando las redes....


Trabajo comunitario...


Seguimos ruta por este Paseo das Dunas...


Plantas ornamentales a las puertas de las casas


El siguiente núcleo urbano de San Bartolo, apiñado en otro de estos bellísimos promontorios sobre las playas


Un buen momento sin duda para recordar los versos del poeta gallego Manuel Antonio Pérez Sánchez:
"Nos llenaron el vaso
con toda el agua del Mar
para componer
un cocktail de horizontes"

Cruce hacia As Casas de Venancio, al sur al fondo a lo lejos


Nosotros seguiremos a la derecha, sin salirnos del paseo costero, junto a la Avenida Casiano Moreno


Prados y chalets de San Bartolo


Lo que antes eran pequeños grupos de casas, separados unos de otros, ahora vienen en la práctica a constituir un único núcleo urbano a lo largo de buena parte de este sector de costa


A estas playas de Barreiros, llamadas genéricamente de San Cosme y San Miguel, se refiere así el Derrotero de González Billón que tanto estamos citando también en este viaje...
"Las puntas más salientes son las llamadas del Promontorio y de la Corbeira; ambas terminan en arrecifes, que por debajo del agua salen á muchas distancia. Entre esta puntas forma la costa senos con pedazos de playa, sembrados casi todos de piedra. Las más notables y limpias de estas playas son las nombradas de San Cosme y de San Miguel; la primera empieza en la punta del Prado, limitada al Este por la punta de San Miguel y la segunda comprendida entre esta punta y la del Promontorio"

Como tantas veces decimos, lo recto y directo es proseguir calle adelante, pero el viajero, peregrino y caminante, sin prisa, tomará a la derecha el llamado aquí Paseo do Acantilado


Subiendo un poco llegamos al hotel y bar de Casa Montse, otra buena referencia para alojarse


Seguimos de frente, pero atendamos a estas señales


Indicaciones en ambos sentidos. Nosotros nos dirigimos ahora a la Praia de San Bartolo, a solo 200 metros de aquí


Tramo adoquinado en ligera cuesta arriba


Curva a la izquierda, por el borde del promontorio


Frente de chalets frente al mar


Placa informativa de la Ruta do Cantábrico


Nuestra posición ahora respecto a la costa e información del paseo marítimo que acabamos de dejar atrás, desde la Praia As Catedrais


Vista atrás, al este. Como hemos dicho, en bajamares podemos venir caminando por estas playas entre el Eo y el Masma, un territorio ya citado en el año 775 en el famoso Diploma del Rey Silo, el más antiguo documento de la diplomática española que, con el deseo de construir un monasterio, de la que existen varias traducciones, pues las expresiones en el original, latín ya muy evolucionado al romance, tienen diferentes interpretaciones, pero más o menos dice:
"Para mí, Silo, es cosa grande y distinguida, para provecho de mi alma, hacer una donación como lugar de residencia a los hermanos y siervos de Dios, Pedro presbítero, Alanto converso, Avito presbítero, Valentino presbítero y a los otros hermanos que están en el mismo lugar o a quien Dios había llevado allí porque esos siervos de Dios nos habían besado los pies para que les diésemos un lugar de oración en nuestra finca que está situada entre el Eo y el Masma, entre el riachuelo Alesancia y el Mera, lugar que se llama de la Luz, delimitado desde la casa de campo en donde vivió nuestro melero Espasando y por el Mar Negro y junto al monte que se llama Faro y por las Piedras Blancas y por la laguna hasta la otra laguna y hasta Piedrafita y por la laguna y por el vilar que se llama del Deseo y por el campo que se llama Alesancia y por la otra Piedrafita que está en el monte sobre Taboada por el camino que separa el límite hasta el lugar que se llama Areas y el campo que se llama Comasio con todas las salidas y en la vuelta dos castros con toda su producción, los montes y los vallados de zarzas que allí hay con todas sus salidas y todo lo arriba citado os la doy como obsequio y os lo concedo por medio de nuestro fiel hermano, el abad Esperanta, para que recéis en provecho de mi alma en la iglesia que allí se construyere y lo tengáis todo desligado de mi derecho y entregado y confirmado en vuestro derecho firme e irrevocablemente y a quien Dios llame a la confesión en ese mismo lugar que reivindiquen todo y hagan justicia y lo defiendan de cualquier mal augurio y si después de hoy alguien quisiera inquietaros en relación con ese lugar o en todo lo que queda escrito arriba, que sea separado de la santa comunión y que quede excluido de la asamblea de los cristianos y de la Santa Iglesia, que sea considerado con Judas el traidor como merecedor de ser condenado y que lo alcance tal castigo divino que todos los que la vean queden aterrados y los que lo oigan se estremezcan. 
Hecha la carta de donación el 23 de agosto, era (año) 813. Yo, Silo (firmo) esta carga de donación con mi propia mano; yo, Nepotiano, testigo (firmo) esta escritura de donación, en la que fui presidente y testigo; yo, Lerico, hice la señal de la cruz con mi mano; yo, Esperanta, abad, (firmo) esta escritura en la que fui testigo, Florencio presbítero, testigo, Salvado, presbítero; yo, Teodenando, converso, hice con mi propia mano la señal de la cruz, confirmándolo Adefonso"

Seguimos todo recto, continuando el paseo marítimo. Fijemos que la mitad son adoquines de caliza y la otra mitad plaquetas de pizarra, enlazados en una vistosa composición


Ya estamos en el último tramo antes de llegar a la Ría de Foz o Ría do Masma, donde dejaremos la costa para ir adentrándonos río arriba, pero es un trayecto especialmente intenso en nuestro viaje a San Martiño de Mondoñedo


Sigue la tónica predominante de casas unifamiliares con terreno enfrente


Ahora vamos a llegar a una bifurcación


A la izquierda saldríamos a la carretera-avenida y al interior de la población, donde hay bares y hoteles, pero nuestro Paseo do Acantilado sigue de frente, a la derecha, pegado al mar


No hay tampoco riesgo de pérdida o extravío, las referencias son claras, el largo suelo de pizarra...


Con tramos de adoquín intermedios


Cierres, muros y vallados...


Entre las casas y el despeñadero sigue nuestro itinerario por la costa de Barreiros


Vuelve la ruta a zigzaguear entre las viviendas y parcelas


Un momento ideal para recordar aquella canción de Juan Pardo, Miña Nai dos Dous Mares:
"Cantos fillos emigraron,
na primaveira da suas edades.

Ainda rapaces deixaban chorando os seus lares.
[E] poucos voltaron mociños.
Outros morreron soñando
e tantos te lembran sorrindo.

Miña nai, miña nai, que tes dous mares.
Miña nai, miña nai, dos dous mares.

Miña terra ten un mar, que lle bica no costado,
outro peinalle os cabelos e galana vai a frente.
Da escuma branca, que lle mandan os ausentes.
[Miña terra], miña nai, dos dous mares.

Hoxe, eu para no teño verbas.
As mais belidas, para foran deitadas.
Curros e tantos poetas, cantaron as arias.
Dunhos ferrados de terra, soios e abandoados.

E dunhas mulleres sofrindo.

Miña nai, miña nai, que tes dous mares.
Miña nai, miña nai, dos dous mares.

Miña nai, dos dous mares.
Miña terra, dos dous mares.

Miña nai, dos dous mares.
Miña nai, que tes dos mares.

Miña terra, miña xoia
Miña terra nai.
Dos dous mares.

Miña nai, que tes dos mares.
Miña terra, miña xoia
Miña terra nai"

Nos metemos por todos estos recovecos, el paseo parece estrecharse un poco pero para ir andando disponemos de espacio de sobra


Buen miradoiro también aquí...


Escribe el poeta Manuel María...
"Esta tarde están baixas as nubes
e é a cor do mar como a da cinza.
Os berros salvaxes das gaivotas
semellan coiteladas
que fan escoar o corazón da tarde.
Hai quen trabuca doadamente
a mensura do mar coa inmensidade.
Eu de min só sei dicir
que o mar comeza no meu sangue.
O que non sei
é se o mar caberá na miña alma"

La inmensidad azul celeste al sol de la mañana...


El gran camino de arena de la costa de Barreiros, una buena opción para los peregrinos...


Azul y esmeralda, colores del mar, que alternan con destellos de plata, reflejos del sol...


Aún seremos a ver, muy en la distancia, la costa asturiana


Continuamos por el precioso paseo del mar...


Paisaje de calas y ensenadas hacia A Punta de San Bartolo y la desembocadura de la Ría de Foz


Un poco de bajada junto a esta finca...


Punta de San Bartolo y playa de este nombre, que en marea alta se convierte en una recogida y coqueta cala. Más allá, al otro lado de la ría, A Punta Os Cairos y la larga línea de edificios de Burela, marcando siempre la línea de costa en su extremo visual desde estas sendas litorales de Barreiros. Su gran crecimiento arrancó con la pesca de la ballena y continúo hasta nuestros días, tal y como refleja el estudio histórico publicado en la web del concello:
"A lo largo de la Edad Media y hasta el siglo XVIII la pesca de ballenas fue una de las actividades económicas de mayor relieve en Burela. El licenciado Molina hace una descripción clave de la comarca y de su mar bravo que atrae a este tipo de cetáceos, permitiendo su pesca y una importantísima industria, llegando a alcanzar su mayor explendor en el siglo XVI. La pesca de la ballena abastece de aceite o sain al mercado regional y también se aprovecha la carne, especialmente la de las aletas. No se sabe con exactitud cuando comienza en Burela este tipo de pesca, pero si se conoce que en 1521 Carlos I concede la primera cédula reguladora de esta clase de pesca a Galicia, prohibiendo la afluencia de navios extranjeros, lo que ratifica en 1531. Está documentado en 1527 los balleneros vascos declaran que vienen a Burela desde tiempos muy antiguos. La realidad es que los vascos son los grandes maestros en este arte y que a lo largo de la costa cantábrica establecen compañías balleneras con la participación de los hombres del mar. En 1641 se constituyó una de estas sociedades en Burela, en la que participaban los pescadores y el deán de Mondoñedo con cuatro lanchas, tres gallega y una vizcaina para dedicarse a la pesca de la ballena, con un "facho de vigilancia permanente" en San Ciprián montando guardia en el tres labradores y un marcante al mando de un capitán. La importancia económica queda reflejada en el cobro de alcabalas, se calcula que llegan al puerto de Burela y San Ciprián unas treinta ballenas anuales, lo que supone unos 3.000 ducados. Esta actividad pesquera tiene importancia hasta finales del S. XVII pues todavía en 1667 la renta del puerto de la Armanzón es de 90 ducados, sin contar los 240 reales que suponen los provechosos de cada media ala y 4.000 reales que produce el alquiler de las casas del puerto donde viven los vascos (de las que son dueños las familias Díaz de Ribadeneira y Pedro de Bolaño) y la "dispensa" que sirve de refugio y almacén.
En el siglo XVIII la importancia de la pesca de ballena blanca decrece y una de las causas es la desaparición de esta especie en las costas gallegas y que supone la ruina para la zona. Queda plasmada esta situación en las declaraciones del párroco D. Juan A. Vázquez Osorio, explicando las situación caótica de las casas del puerto de Burela, comparándola con la riqueza de épocas anteriores de gran explendor económico y de la pobreza en que se encuentran los pescadores.

     Ya en 1745 el Capitán General de Galicia ordena restaurar el " facho" (faro) de Ribadeo que descubre el del cabo de Burela y el de Tapia, estos faros eran de vital importancia para mantener una vigilancia"

Y continúa:
"En los siglos XVIII-XIX las perspectivas económicas de Burela son escasas. Los pescadores siguen siendo una clase pobre al no poseer una infraestructura que les permita aprovechar las riquezas del mar y no contar con redes comerciales. Otros inconvenientes como la matriculación programada por Patiño y llevada a cabo por Ensenada que otorga a los pescadores el monopolio del mar con la obligación de prestar servicio en los buques de guerra, lo que obliga a frecuentes levas (llevar a gente a la guerra) y contribuyendo a la ruina de cercos y pesquerías. Las estadísticas demuestran la decadencia de esta época: Burela contaba con 116 familias, 3 embarcaciones en 1750 y 6 en 1754. Este mismo panorama se presenta al final del S.XIX, la ausencia prolongada de marineros la disminución en la pesca de sardinas y su bajo precio no permite ser muy optimista sobre un posible desarrollo que mejore las condiciones del pescador gallego. 
    Otra fuente de riqueza la constituyen las actividades agrícolas-ganaderas que no se desarrollan más por la escasez de pastos y tierras productivas. La economía familiar se complementa con la fabricación de aparejos con destino a otros puerto y con el trabajo en telares que permiten la existencia de pequeños negocios textiles. 
 Esta situación de penuria dura todo el S. XIX pero una vez desaparecido el señorio empieza una reactivación económica. Aunque se cierran las reales fábricas en 1875, Burela continúa con la fabricación de caolines locales que se embarcan rumbo a otros lugares de España, además los pescadores se ayudan con la pesca de bajura mientras que los labradores completan sus escasos ingresos con la extracción de cuarzo o barro blanco de la Limosa. Asistimos también, en esta época, de la apertura de la carretera que une Vivero con Ribadeo, que termina con el aislamiento de esta amplia zona costera. 
Ya en el S.XX se inaugura la fábrica de cerámica Cucurny y las antiguas factorías de salazón se convierten en fábricas de conserva de pescado, se empieza a necesitar mano de obra. 
También los inmigrantes ayudan construyendo una escuela donde se imparte la enseñanza primaria. Se inicia la compra de embarcaciones y se renuevan los sistemas de pesca sustituyendo la vela por los nuevos medios mecánicos. En 1923 los pescadores fundan el Pósito que va a tener tanta transcendencia para el desarrollo del pueblo. Llevan a cabo iniciativas tan importantes y necesarias como la construcci¢n de un muelle de abrigo que se inicia en 1931 y la apertura del ferrocarril de la costa entre Ferrol y Gijón inaugurado en 1972 aunque su proyecto se remonta a 1893. Se generaliza la elecrificación parroquial, se instalan aserraderos y se intensifica la exportación de puntal todas estas obras atraen manos de obra a Burela que comienza a registrar una constante inmigración de toda la comarca vecina"

Paso de Remior hacia la Praia de San Bartolo


Nos dirigimos a ella, a la izquierda


Una belleza de paisaje ante la Punta de San Bartolo


A la derecha, bajada a la playa


A la izquierda seguimos


Mucha antención aquí ahora, el paseo sigue a la derecha, pero enfrente los amantes de la historia tenemos una cita


Es la ermita de San Bartolo, que da nombre al lugar


Subimos unas escaleras y llegamos a ella


Cruzamos la calle, adoquinada, para visitarla


En agosto se celebra renombrada romería, muy concurrida, a la que acuden vecinos, residentes aquí y fuera, amigos, visitantes, devotos y veraneantes. Se celebra la Festa da Empanada o Viño, repartiendo más de 500 raciones y abriendo numerosas barricas. Se trata de una verdadera celebración del paso del ecuador vacacional en esta tierra de gran afluencia de turistas


Antaño, sólo había baile, acudiendo luego los danzarines, de noche, a continuar el jolgorio en A Pista, al lado de la Casa do Concello. En torno al año 2000 la comisión decidió centrar en este campo todas las celebraciones


Gran promotor y organizador de esta romería fue Jóse Otero Pérez, más concido como Pepe do Siñeiro, vecino ejemplar bien recordado y admirado, fallecido en abril de 2020, así se despedía de él su amigo Xosé María Alonso, en El Progreso de Lugo de el día 29 de aquel mes...

"PEPE DO SIÑEIRO DE SAN COSME DE BARREIROS
Querido Pepe:

Con lágrimas en los ojos, lágrimas de alegría porque sé que estás en el Cielo, el lugar que te mereces, pero con lágrimas de tristeza, que solamente son aliviadas por tantísimos momentos que hemos pasado juntos, hoy toca despedirse y decirte hasta pronto, queridísimo amigo.


San Cosme de Barreiros está de luto por un hombre como tú, que durante 40 años seguidos fuiste presidente de la comisión de fiestas; directivo, que lograste tantísimas cosas para tu querido Celta Barreiros, como celtista que eres; hombre desprendido con todo aquel que te encontrabas, amigo del amigo, tanto de San Cosme, como de tantos veraneantes de toda España que pasaban sus tiempos por Barreiros en época de verano. Es cierto que fuiste negociante, de eso viviste, pero hasta ahí me atrevo a decir que ni en una ocasión tuviste problemas con nadie. Joven también presumido, con tantas chicas con las que alternaste en el mismo Barreiros; tus queridas amigas, como Antoñita, y tu querida compañera de Foz... Cómo presumías, cuantísimas juergas hasta el amanecer hemos disfrutado, y aguantando siempre de pie, deseando empezar una nueva juerga, un nuevo festín.

Desinteresado, amigo de todos los amigos, Barreiros pierde un puntal, un ciudadano más, pero un ciudadano especial, que demostró a lo largo de su vida que San Cosme era su primera casa para luchar; hoy me consta y vuelvo a reiterarme en algo que tú y yo habíamos comentado en tantas ocasiones, que Dios se lleva a las personas buenas a su lado, que ya han conseguido en esta vida la santidad para rezar por los que quedamos aquí, y que todavía no tenemos la dicha, como tú, de estar al lado del Padre. Pepiño, nunca te olvidaremos. Reza por nosotros, conducido por San Cosme y San Bartolo; que la Eternidad sea tu nueva y definitiva casa"

El santuario parece obedecer a la fábrica de las capillas rurales de la comarca, de una nave rectangular, tejado de losas de pizarra y espadaña del campanario


En el interior, sobre la puerta el escudo del linaje que amparó el patronazgo de la ermita


Retablo en el interior, con varias imágenes religiosas, presidido por San Cosme, el Patrón


Visto el interior regresamos al exterior


Podríamos seguir calle adelante, pero lo mejor y lo que recomendamos es regresar al paseo marítimo


Volvemos pues, a bajar las escaleras...


Y continuamos por la ruta costera, ahora a la izquierda


Rojizo suelo de ladrillo cerámico y chantas de piedra hincada en el cierre del jardín


El pequeño muro se asoma al acantilado...


Vegetación creciendo en el mismo borde. En estas playas de Barreiros se buscan los bíteres, opérculos calizos que se forman en los caracoles marinos, también llamado ollomao por su forma de ojo, en castellano haba marina, ojo marino, u ombligo marino, son de color pardo-anaranjado por el anverso y blanco, con perfectas espirales, por el reverso, cuyo tamaño puede llegar a los dos centímetros y medio. La creencia popular afirma que los bíteres dan un año de buena suerte, paz, amor, y felicidad, a quien los encuentra, normalmente al bajar la marea. En la actualidad se hacen con ellos también bisuterías ornamentales, como collares y pulseras

Si bien, hemos de recordar lo que dice Emilio Piñeiroa Lozano en el blog Ribadeando:
"Non o busque nunha praia calquera, nin sequera en tódalas de Barreiros, probábelmente perda o tempo; onde mellor se pode atopar o bítere, cando baixa a marea, é nos areais de Remior, Coto e Valea-Fontela"

Pasamos un par de casas...


Escaleras a las playas. Aún estamos a tiempo de ser los afortunados que hallen un preciado bítere


Curvas y revueltas


Y una encantadora estampa de la Praia de San Bartolo, de unos 155 metros de larga, no muy grande pero sí muy coqueta y tranquila. En ella hay una fuente, últimamente bastante deteriorada, de aguas ferruginosas


Casas sobre la playa...


Si encontramos los ansiados bíteres probemos a meterlos en nuestra cartera, se dice además que si se hace así el preciado amuleto nos traerá fortuna económica...


Por aquí están también A Pena do Aguillón, O Porteliño y Prado Vello


Y cómo no, también aquí, sobre el promontorio de la Punta de San Bartolo, hay un castro, con su foso y murallas, muy afectado por el paso del tiempo, que tenemos justo delante, pronto pasaremos frente a él


Vista de la playa desde el oeste


Urbanización de apartamentos


Sigamos la "larga línea roja"


Admiremos los cantiles y los penedos de la costa de los bíteres, nuestro deseado talismán en este recorrido marítimo


¡Pueden tal vez, estar allí!



Las algas arrastradas por la marea, llegan al borde mismo del acantilado


Dejamos las urbanizaciones


Y nos adentramos en el promontorio


A la izquierda más áreas de descanso con mesas y bancos de hormigón


Parte al sol y parte a la sombra, guardadas por tejadillo


Ahí está el Castro de San Bartolo, con un foso muy ancho y profundo, así como parapeto y señales de muralla. La marea derribó sus extremos y es peligroso asomarse a su inestable borde pues hay riesgo de desprendimientos



Su superficie viene a ocupar una hectárea, pero se supone que en sus tiempos sería más grande y el borde del mar estaría más alejado


Naturalmente el mismo acantilado forma aquí un foso natural que lo separa de tierra


Un hondo abismo comunicado con el mar por esta estrecha cala...



Subimos junto al castro


A partir de aquí, al lado del ancestral Castro de San Bartolo, nos iremos alejando de la costa, poniendo dirección sur


Las señales de la Ruta do Cantábrico siguen orientándonos, pero pronto las dejaremos. Tienden a llevarnos a la derecha, hacia el castro, y a la misma boca del estuario del Masma o de Foz, en la Punta de Prados. Nosotros vamos a seguir de frente, pasando el istmo de esta península entre el mar y la ría


Así, aminamos unos metros al lado de esta calle y seguimos el paseo pizarroso hasta aquellas casas


Ahora tramo de asfalto a la derecha


Rebasamos A Punta de San Bartolo y vemos, al oeste, en medio de la mar, A Pena do Altar o Pedra Rubia, comunicada en las bajamares con el arenal de este nombre sito a su izquierda, en la misma bocana de la Ría de Foz, la cual remontaremos río Masma arriba, para cruzarla por la vieja puente de A Ponte da Espiñeira, en la ruta a San Martiño de Mondoñedo




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